2. El Guerrero Zargonnii de Zuri - C. L. Scholey - Mundo Sobrenatural

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El Guerrero Zargonii de Zuri

C. L. Scholey

El Guerrero Zargonnii de

Zuri

Mundo Sobrenatural 2 (Unearthly World 2 - Zuri’s Zargonnii Warrior)

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Dedicatoria Para aquellos de vosotros que podéis encontrar la belleza en las diferencias.

C. L. Scholey Portada original

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Argumento Zuri encuentra en manos de un guerrero Zargonnii después de que ella y sus compañeros de tripulación son extraídos desde un mundo extraño. Cazada por el abyecto Tonan y buscada por el mortífero Gorgano, Zuri se siente avergonzada cuando se da cuenta de que los seres humanos, especialmente seres humanos femeninos, se consideran una novedad exótica muy poco frecuente. Ella no tiene la intención de ser puesta en exhibición para que esos enormes guerreros la miren boquiabiertos. Planea su fuga. Kobe se encariña cada vez más con la pequeña hembra humana respondona colocada a su cargo durante la duración del vuelo espacial a casa. Una vez que aterricen, ella ya no será su problema. Todo cambia en segundos cuando la encuentra en el hangar de la nave, colgando por un hilo en un tambaleante transbordador espacial, decidida a conseguir fugarse o a lograr su autodestrucción. Sin pensar en su seguridad, Kobe salta de la lanzadera cuando Zuri cae y se precipita al planeta debajo de ellos. Zuri desconoce totalmente el peligro en el que están, cuando se embarcan juntos en un peligroso viaje. Ambos saben que si logran salir fuera de la selva con vida, van a ser separados… a menos que Kobe pueda encontrar una manera de mantener con él a su nueva compañera.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Staff Traducción

Corrección

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Edición

El Guerrero Zargonii de Zuri

Uno “¿Qué demonios es eso?” “Esa es nuestra próxima misión.” “¿Eso es lo que estamos cazando?” “Sí.” “¿Estás seguro?” “Por supuesto que estoy seguro, Kobe.” El gruñido de Citun hizo a Kobe darse cuenta de que esa podría no haber sido una buena pregunta para su líder. Cuando llegó hasta la pequeña sala de reuniones, se sorprendió al encontrar a Citun mirando una foto iluminada en la consola. Era imposible descifrar la mirada de Citun mientras se fijaba en aquella visión. La imagen de algo con dos brazos y dos piernas de color rosa que se mostraba en el monitor, puso escéptico a Kobe. “Bueno, mierda, Citun.” se atragantó Kobe. “Esta cosa es una hembra.” “¿Cuál fue su primera pista, genio?” Una criatura pequeña, básicamente lampiña, desnuda, tenía pelo en la cabeza y un poco de este en forma de túmulo en un patrón muy extraño, redondeados en la parte superior con semicírculos separados con la forma de un punto. En una pose con las piernas abiertas, Kobe se dió cuenta de que sin duda era una hembra.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Sus pliegues parecían delicados pétalos. Su entrada, con sus dedos exponiéndola, aunque pequeña, era compatible con un macho Zargonnii. La idea era intrigante e inquietante, porque esa hembra se veía muy pequeña. Kobe conocía el aspecto de sus hembras Zargonnii en su zona inferior, pero nunca había conseguido ver mucho más allá que un parpadeo, las hembras en su planeta se movían demasiado rápido para conseguir una buena mirada. Además, estaban cubiertas de pies a cabeza por una delgada capa de pelaje, a diferencia de los machos Zargonniis que, como la hembra de la Tierra, tenían parches de calvicie. Pero aquí estaba esta humana de la Tierra extendiéndose ante sus ojos, nadie estaba sosteniéndola en su posición. Ella estaba sonriendo, con unos pequeños dientes blancos planos. Para obtener una imagen de una hembra Zargonnii en esa posición, tendría que estar muerta. Hasta donde Kobe sabía, no existían imágenes de hembras Zargonnii. Mirando más de cerca, pudo ver que tenia uñas largas púrpuras. 1 Dos cejas rubias separadas se arqueaban sobre unos ojos de color inusualmente azul, con un punto negro en el centro. El borde de sus ojos era de color más oscuro, verde, azul, negro. Sus mejillas eran bandas de color rosa-rojo. Kobe conocía culturas que trataban de intimidar con diseños intrincados pintados en sus rostros. No era exactamente una visión aterradora la imagen que estaba tratando de mostrar. Había algo en esa imagen que la hacía parecer rara, artificial. La pose parecía toda irreal. También tenía cosas brillantes y largas que colgaban de sus orejas. Alguien había apuñalado a esta pobre hembra a través de su carne. 1 Pensamiento, no expresado en voz alta. Se destaca en negrita y cursiva.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Ese pedazo de información por sí sola le hizo darse cuenta de que esta criatura era vulnerable. Las raras piezas brillantes parecían instrumentos de tortura. El pueblo de Kobe no era esclavista, no estaba seguro de si los objetos eran un símbolo de femineidad o fueron puestos allí por un propietario. Unos pocos pelos negros crecían alrededor de los ojos, en la parte superior e inferior. Kobe no tenía pelo allí, sus ojos brillaban como el fuego, todo ese pelo no duraría mucho tiempo. Se apreciaban sus pequeñas costillas, que se estrechaban hacia un vientre más pequeño que tenía una pequeña marca redondeada en el centro. Kobe nunca había visto una nariz tan pequeña, ¡incluso un bebé macho Zargonnii tenía una nariz más grande al mes de vida! Citun movió otras dos imágenes. Kobe parpadeó con fuerza. Por un momento, se quedó con la boca abierta. Había oído hablar de las mujeres humanas de la Tierra, pero darse cuenta que en realidad estaba mirando a tres de ellas fue algo increíble. “¿De dónde vienen estas imágenes?” preguntó Kobe. Había tres en total, cada mujer tenía los ojos y cabello de diferentes colores. Miró más de cerca los labios de la hembra rubia de la Tierra. Eran de color rojo brillante, no azul como en las Zargonnii a las que estaba acostumbrado. Tal vez hubiera estado en una pelea, o tal vez ella estuviera sangrando. Los Zargonnii le habían contado que los terrícolas tenían sangre roja, otra rareza. Los Zargonnii le habían transmitido a Kobe que tenían sangre azul. Él supuso que era correcto, ya que nunca había visto su propia sangre. Siendo un guerrero mercenario, Kobe había visto otras especies de sangre azul, negra, amarilla, pero nunca roja.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “El rebelde Tonans quería combustible; queríamos ver estos humanos de la Tierra. No tenía ningún espécimen vivo, pero tenía fotos.” dijo Citun. “Los Tonans son conocidos por sus mentiras, tal vez las imágenes están manipuladas.” “Creo que lo están, en cierto modo. Pero no por los Tonans. El Tonans dijo que las mujeres que vio no llevaban pinturas de guerra.” “¿Son esos pechos?” preguntó Kobe con incredulidad. “¿Dónde está el bebé? Las hembras sólo tienen pechos cuando tienen bebés. Una hembra nunca deja a su bebé en el primer mes, mientras lo está alimentando.” Por lo que sabía Kobe, su madre nunca se le había despegado, hasta el día que tuvo un mes de edad. Había sido aterrador. Todos los varones Zargonnii recordaban ese sentimiento de abandono. El miedo de ser olvidado, quedando solo y desamparado. Eso hacía que ellos se esforzaran por ser poderosos, dominantes. Kobe había amado a su madre, sabía que ella lo amaba. En algún rincón oscuro de su mente, aún podía oírla gemir cuando su padre lo tomó del frío suelo de la selva. Se veía muy indefenso. Kobe había llorado por ella, por él. Nunca la había visto de nuevo, pero incluso ahora, podía olerla persistentemente sobre él y su padre. Eso fue lo que ayudó a generar el vínculo masculino con su nuevo padre, el olor. “Si las hembras humanas no están amamantando. Tal vez ella dio a luz a un bebé de sexo masculino y renunció a él temprano. Son pequeños, seamos sinceros, un hijo varón Zargonnii podría patear el culo de este ser.” Citun se rió cuando lo dijo. “Pero... ¿las tres? Las tres tienen pechos, y la que tiene el pelo rojo tiene unos pechos enormes. Las hembras Zargonnii no se inflan tanto. Parece que alguien sopló el pezón expandiéndolo. Si estas cosas son tan duras, ¿cómo diablos puede tomarlo un bebé? Los bebés de los seres humanos nacen con la boca demasiado grande. Mierda, ¿te imaginas el ruido que deben hacer? Apuesto a que sus gritos podrían vaciar una habitación. Y los pezones son de color rosa, no negros.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Tal vez sea normal para su especie. Y la boca debería reducirse a medida que envejecen, estas hembras tienen bocas pequeñas. Me hubiera gustado tener tiempo para traer un sanador. Band podría saber algo. Estoy enviando las imágenes para ayudar a preparar el área de estudio que contendrá a los humanos. No estaba seguro de la cantidad de protección que necesitan, pero a partir de estas imágenes, es posible que tenga que doblar la seguridad. Claramente necesitarán más calor. Cuando el Tonans dijo que eran prácticamente calvos, yo era escéptico. Sin duda, el área de lavado tendrá que estar equipada con agua templada, su piel es demasiado rosa, parece que puede dañarse fácilmente. Con esos dientes planos, realmente tendremos que moler su alimento como lo hacemos con nuestros bebés.” “Tienen una especie de aspecto gracioso, ¿no te parece?” “No lo sé… pero me gustan sus pechos.” dijo Citun. Lo mismo pensaba Kobe, pero él creía que todas las mujeres en la Tierra eran iguales. Las tres mujeres eran, bueno, no féminas Zargonnii. Ambos mercenarios miraban las fotos. Cada uno inclinó la cabeza hacia la izquierda, luego a la derecha. Ellos dieron un paso atrás, se acercaron a continuación, más cerca. Citun suspiró. “Creo que podríamos mirar las fotos desde dentro de nuestras cabezas y seguirían teniendo el mismo aspecto.” Mentalmente, Kobe estuvo de acuerdo. “Los ojos de ésta son de color azul.” reflexionó Kobe. “Tal vez ella puede congelar a la gente.” “No, ellas parecen tener el color de los ojos aleatoriamente, no hacen nada, más que ver. Aunque puedo estar equivocado, pero no lo creo.” “Tal vez la única que tiene ojos verde puede hacer crecer el follaje.” Citun hizo un bufido sarcástico. “¿Y la qué tiene ojos marrones? ¿Crees que cagará sobre ti?” “Ja, ja.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe también era sarcástico. “Tal vez tiene otras habilidades.” “¿Por ejemplo?” Los ojos de Citun brillaban y Kobe sabía que aquel tontorrón estaba esperando. “Bueno.” dijo Kobe petulantemente. “Se ven suaves.” “¿Suaves?” “Tal vez con ellos y con el hecho de ser calvas y pequeñas les puede permitir meterse en lugares estrechos.” “¿Y?” “Eso las hace buenas espías.” “¿Espías?” Citun se echó a reír. “¿A quién diablos van a espiar? Destacarían como un Cyron en una fiesta de Bangor.” Kobe hizo una mueca. Las bestias Cyron eran enormes criaturas, mientras que los Bangor eran más pequeños y estaban cubiertos de piel roja. Un grupo de Bangor sería un espectáculo divertido; Kobe podría aplastarlos. Los Cyrons eran harina de otro costal. Las hembras Zargonnii estaban entre los machos y los Cyrons en su planeta. Incluso aunque sus clases no cohabitaban, sus hembras los protegían de esos enormes animales. Las bestias Cyron rara vez salían de la zona de las hembras, excepto durante las Vacaciones 2 . Todos los hijos varones son 2 En el original, ‘Holiday’, que significa ‘Vacaciones’. Para la raza Zargonii, las ‘vacaciones’ aluden al periodo de celo o de apareamiento, como se detalla más adelante. No hay equivalencia que pueda mantener el sentido junto con el malentendido que surge en la conversación, por ello mantenemos esta traducción destacando el término durante todo el relato.

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El Guerrero Zargonii de Zuri mantenidos dentro de sus propias casas por seguridad durante ese tiempo. Poner un pie en la zona de las hembras era peligroso para los machos. La madre de Kobe se había encontrado con una bestia Cyron mientras lo estaba llevando con su padre. Tenía el pelo largo y blanco envuelto alrededor de él, como un capullo, dejándole las manos libres. Su madre pateó el culo de aquel animal. Las bestias Cyron eran criaturas estúpidas. Demasiado estúpidas como para darse cuenta de que nunca se deberían enfrentar con una hembra Zargonnii, especialmente cuando ella está protegiendo a sus cachorros. Sin embargo, el impacto emocional fue profundo. Kobe odiaba a esos animales. “Mira el pelo de esa.” dijo Kobe, cambiando de tema. “Todo es de color rojo, como la pólvora. Las hembras humanas deben estar codificadas por colores por alguna razón.” Citun quedó pensativo. “Parece que nosotros también estamos codificados por color. Todo nuestro pueblo nace al mismo tiempo, cada dos años, todos tenemos el pelo blanco y ojos rojos. Quizás los terrícolas ancianos se codifican por el color del pelo. Tal vez todos los terrícolas de cabello castaño crecen en un momento diferente de las de pelo rojo.” “Esa es una buena teoría.” “Tal vez el color de ojos también tiene algo que ver con eso. Todos los Zargonnii tenemos los ojos rojo son para protección, de ahí la razón. Pero mira esta hembra con ojos marrones. Ella pone mala cara, mientras que la otra con ojos azules está sonriendo. Tal vez los ojos de los seres humanos cambian de color para que coincida con las emociones.” Kobe se emocionó. “Sí, tienes razón. Mira ésta con los ojos verdes, ella está mirando a otro lado, está viendo a alguien en una esquina y parece enfadada. Ninguna de ellas tiene la misma expresión facial.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Es verdad.” “¿Qué pasa con sus machos?” dijo Kobe. “Me dijeron los Tonans que tenga cuidado con ellos. Son peligrosos y generalmente son más grandes y más fuerte que las hembras humanas.” “Qué extraña, esa cultura. Me siento mal por su descendencia.” “Tal vez estos terrícolas no son realmente tan complicados. Después de todo, estamos a galaxias de distancia por lo que se pueden esperar algunas diferencias. Sólo tenemos que ser más inteligente que ellos. Nuestras hembras pueden ser más fuertes y más grandes, pero el macho de nuestra especie es más inteligente. Sólo tenemos que tener cuidado con su especie masculina. Podrían ser una amenaza.” Kobe se quedó mirando a las tres mujeres de la Tierra. Su ceño completamente fruncido. No estaba tan seguro de eso. Había algo en estas mujeres, algo acerca de su aspecto vulnerable. Sus ojos multicolores podrían ser una gran ventaja, porque así siempre sabrían el estado de ánimo de una mujer de la Tierra. “Me pregunto de dónde sacó el Tonans estas imágenes.” dijo Kobe. “Los Tonans estuvieron en la Tierra. Ellos están buscando activamente a estas criaturas. Al parecer, las mujeres son una buena herramienta de negociación cuando se trata de los guerreros Castians. No muchas se escaparon del planeta Tierra, por desgracia. El Tonans dijo que no creía que quedaran más seres humanos vivos. El planeta entero está congelado, o estéril, o bajo el agua. Una pena, realmente. A mí no me importaría ir a dar una mirada por mí mismo, si esta misión demuestra ser un éxito. Si no queremos a esas hembras humanas, podemos intercambiarlas con los Castians. O con nuestros compañeros de planeta; Titus está interesado en estas criaturas.” “¿Qué pasa con los Tonans?” dijo Kobe. Titus podía ser de raza Zargonnii, pero él y sus machos estaban en el lado opuesto del planeta. Titus y sus guerreros eran Zargonnii del Sur, y las

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El Guerrero Zargonii de Zuri diferentes zonas no siempre se llevaban bien. “Me dijeron que los Tonans no cuidan mucho de las hembras humanas, no quiero perjudicarlas innecesariamente. También les dije que mataría a los varones, de todos modos.”

“Los Tonans no son mi especie favorita, pero deben matar a los varones humanos por alguna razón.” “A los Tonans les gusta matar. Primero fueron las hembras Castian, ahora los seres humanos machos. Estas criaturas Tonans me dejan un mal sabor de boca.” Citun hizo una mueca, como si hubiera probado algo realmente asqueroso. “El Tonans que me habló tenía una cola casi tan alta como él, tú sabes lo que eso significa. Un sucio mentiroso, así que tenemos que decidir que partes de esa conversación son ciertas. De todos modos, vamos a mantener un ojo en todos los machos. Y espero que estas imágenes, las de las hembras humanas, sean reales.” Kobe nunca había tratado directamente con un Tonans. Los Castians y Tonans guerreaban desde que podía recordar. Sabía poco de ambas especies. Los Castians eran inmortales y se acoplaban para toda la vida. Para Kobe, era una rareza, si un Castian era asesinado, su pareja también moría. Sus costumbres eran extrañas. Kobe no entendía por qué un Castians querría una compañera. La costumbre Zargonnii era mejor. Las hembras vivían en una zona, los machos en otra. Se reunían para las Vacaciones y se separaban. Un Zargonnii cuando nacía varón, era dejado cerca de la casa de su padre a la edad de un mes. Su madre lo velaría a una corta distancia hasta que el bebé fuera descubierto, entonces ella se iría. Kobe nunca había visto a una niña Zargonnii. Las madres retenían a todas las descendientes femeninas. La situación parecía perfecta. Tener integración de las cuestiones de género en conjunto masculinas y femeninas era redundante. Los machos tenían sus propios problemas, las hembras los suyos. ¿Por qué deberían sostener los

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El Guerrero Zargonii de Zuri problemas de los otros? Estaba en la punta de la lengua de Kobe preguntar a Citun por qué deberían molestarse, pero tenía curiosidad. Una pequeña mujer era interesante. Las criaturas de esas fotos eran hermosas, aunque extrañas. Además, no era correcto preguntar, él tenía un deber que cumplir. “¿Cual es el nivel de fuerza que tenemos que tener con las mujeres de la Tierra?” preguntó Kobe. “Eso es algo que tenemos que discutir como un equipo.” dijo Citun, ahora en plan jefe. “Deberíamos estar llegando pronto al planeta. Es hora de reunirse.” Kobe echó un último vistazo a las fotos y negó con la cabeza. Siguió a Citun fuera, sonriendo. A Kobe le gustaba ser un mercenario, le gustaba que le necesitaran por ser un buen guerrero. Esta misión era más como una extracción, un mero juego de buscar y encontrar. Había pasado un tiempo desde que Kobe había jugado la última vez, estaba ansioso por encontrar su siguiente presa.

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Dos La noche era negra y parecía flotar en el aire algo como una sustancia fuertemente espesa. Zuri podía sentir el corazón latiendo en sus oídos, su respiración superficial en sus pulmones. Podía oír a otros sobrevivientes humanos utilizando extrañas llamadas y silbidos practicados para alertar a otros de su presencia en general y dirección. Hasta que el ruido se hizo demasiado peligroso. Zuri estaba a solas con sus temerosos pensamientos. Los supervivientes humanos tuvieron que dividirse; había muchas criaturas guerreros. Cuando los extraterrestres atacaron, invadieron la nave rota, los refugiados humanos se dispersaron al viento por los pequeños puertos de escape de metal retorcido. Zuri permaneció en la clandestinidad, presionando un puño contra su boca para ahogar los gritos. El suelo bajo sus pies era fresco; la rica Tierra negra se colaba entre los dedos de sus pies, separando cada uno individualmente. Zuri se sentía como si fuera independiente, única, sola, separada de los otros. Se agachó en el suelo, el extraño olor del follaje de la selva en el planeta parecía intensificarse. Pero tanto Zuri como sus amigos, como toda la vida animal estaban espeluznantemente silenciosos. Las profundas voces guturales de aquellos seres eran esporádicas, ya que estaban cazando a sus presas. Un aire frío y juguetón levantaba el pelo suelto de Zuri como tentáculos mandándolo a volar alrededor de su rostro, haciéndole cosquillas en el cuello. Sus pantorrillas desnudas se acalambraron por la inmovilidad y sus pulmones ardían mientras trataba de reprimir la necesidad de respirar. Zuri sólo tuvo tiempo suficiente para correr desde su refugio con la ropa de dormir, bragas y camiseta; las noches eran calurosas.

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El Guerrero Zargonii de Zuri El calor en el interior de la nave era sofocante, si uno permanecía dentro. Los restos metálicos retenían el calor del día manteniéndolo como un horno cerrado, que se enfriaba únicamente durante las primeras horas de la mañana. Apenas había alguna luz en el interior del primitivo y maltratado refugio. Cuando el primer ruido del ataque había llegado a sus oídos, hubo un rugido espantoso de criaturas enormes que los envió a todos a correr de miedo. Y logró arrinconarla a ella y a sus compañeros de tripulación. Lo primero que vió fueron unos ojos rojos que brillaban en la noche oscura. Tenían un pelaje corto que se balanceaban extrañamente arriba y hacia abajo en contraste con la negra noche, cuando las criaturas se movían. Un par de ojos se habían fijado en ella cuando miró hacia arriba a la enorme figura. Sus delgados brazos temblaron de terror. El sudor se volvió frío, cuando los finos cabellos de su cuello se erizaron. Zuri y sus compañeros llevaban un año en este planeta, en relativa armonía con los seres aliens que allí vivían. Las criaturas sabían que los humanos habían realizado un aterrizaje forzoso en una gran nave, pero la mayoría mantenían la distancia. Los seres no ofrecieron ninguna ayuda ni signos de irritación u hostilidad con la nueva presencia en los primeros meses. Parecían entender que la aparición de los humanos no era una invasión, solo un accidente. Una única vez, en un comienzo, Zuri se había topado con uno de los seres de aspecto extraño, se habían estudiado mutuamente hasta que la criatura se deslizó de nuevo dentro de la selva. Los seres no tenían el tamaño ni el peso de un humano, eran planos, caras perfectamente simétricas, cráneos bulbosos de color blanco grisáceo y eran calvos. No pudo detectar orejas en aquellos seres encapuchados. La cubierta protectora de las criaturas era una capucha negra oscura algo extraña que revoloteaba alrededor sin la ayuda del viento. Sus pies descalzos eran planos con forma ovalada con cuatro perfectos dedos en cada uno. Zuri no podía distinguir los sexos, aunque era fácil ver que no llevaban nada debajo de esa capa.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Cada alienígena tenía dos agujeros abiertos, perfectamente redondos, como fosas nasales, así como bocas de forma redondeada. Grandes ojos almendrados que se veían como niebla y humo oscuro, y cuando Zuri miró en sus profundidades, podría haber jurado que tenían números negros flotando en el interior. Al menos eso es lo que le pareció que eran aquellos símbolos; trató intensamente de encontrar algún significado a ellos. Cuando comenzó a hablar, su tono era uniforme y agradable; Zuri no entendía lo que decía, pero la niebla en sus ojos formó una cadena de formas extrañas, incluyendo algunos pocos números y letras a los que ella pudo dar algún significado. Ella estaba segura que las preguntas que le hizo necesitaban respuestas con denominadores enumerativos. Las matemáticas de Zuri eran patéticas, no había manera de que pudiera descifrar todos los números complejos para entender las frases. “¿Dos más dos?” vacilante, Zuri susurró la pregunta. Fue recibida con una mirada en blanco y una inclinación de cabeza, sin duda, fue juzgada como un ser muy simple y no una amenaza. El ser había flotado unos pocos centímetros por encima del suelo, moviéndose a buen ritmo y pronto se perdió de vista, dejándola con la boca abierta y rascándose la cabeza. Los habitantes del planeta parecían conformes con vagar por el bosque profundo y oscuro, donde acechaban otras criaturas extrañas. Zuri y los otros seres humanos odiaban esta parte del planeta. Al mismo tiempo, se habían aventurado más profundamente a través de unas estructuras extrañas que Zuri encontró sorprendentes. Los hogares de esos seres tenían forma de triángulos isósceles o escalenos, con dibujos de cuadriláteros y orthotopes3 geométricamente simétricos. Fascinante era una palabra aburrida cuando tratabas de entender este proyecto. Puesto todo junto, el diseño era meticuloso, la pequeña congregación formaba un octógono perfecto, que albergaba aproximadamente cincuenta seres. La disposición era ingeniosa, en perfecta armonía, lo que indicaba una comunidad familiar muy unida. Una 3 ‘Orthotope’ en geometría se denomina así a un rectángulo de grandes dimensiones

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El Guerrero Zargonii de Zuri familia protectora. Aterradores, era la palabra que podría describir a los otros seres que vagaban alrededor de las casas de los aliens. Las criaturas tenían forma de esfera con cosas como bolas en los pies y puntas que empujaban hacia adelante en un esfuerzo para pinchar a cualquiera. Una criatura enorme con forma de pelota que tenía la venganza como único objetivo en su vida. Estos animales siempre estaban en guardia para mantener a los intrusos lejos. Los ‘animales-seres-geométricos’ evitaban la confrontación directa, pero era más que evidente que, a pesar de que los seres nativos permitían a los humanos permanecer en el planeta, su casa estaba fuera de los límites. Zuri y sus dieciséis compañeros de viaje vivían cerca de la accidentada nave espacial donde habían aterrizado el año pasado. Al principio fue un poco complicado porque tenían que trabajar juntos y hacer una vivienda adecuada con los escombros de la nave y encontrar comida. Zuri no era una seguidora, ni un líder, y como se vio después, tampoco muchos de los otros lo eran. Los seres humanos trabajaban en pequeños grupos, cada grupo aportaba algo para la supervivencia de todos, y cada uno tenía un mediador. Se las arreglaron para conseguir agua, o el equivalente. La única sustancia fluida disponible era un poco más pesada, más gruesa, azul, pero sin sabor y refrescante, parecido a un batido medio derretido y acuoso. A Zuri le tomó un tiempo acostumbrarse a la “casi necesidad” de masticar su líquido. Bañarse era difícil. La sustancia se secaba como el agua normal, pero la textura tomaba un tiempo para acostumbrarse. Al principio, la comida era una tarea difícil de identificar. Todo lo que habían encontrado tenían formas perfectamente simétricas pero en diferentes colores. Algunas cosas que crecían en extraños árboles rectangulares, que alardeaban en sus raras ramas rectangulares y extrañas hojas circulares, sus frutas verdes perfectamente rectangulares. Otros alimentos estaban en la base de la raíz y había que tirar de ellos. Nada sabía familiar, o parecía remotamente familiar. Durante las primeras semanas, todo el mundo había perdido peso por la agresión a sus papilas gustativas. Los sobrevivientes humanos conforme pasaba el tiempo se unían entre sí, cuidándose unos a otros y protegiéndose mutuamente... hasta que sólo

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El Guerrero Zargonii de Zuri quedaron tres de ellos. La estructura de su nave en medio del follaje los mantenía protegidos del viento y la abundante lluvia que se deslizaba por el techo y los costados. Zuri odiaba el ruido de la lluvia, que sonaba como si enormes bichos se estrellaran contra el metal. Hubo un trueno en la noche, el viento hizo un gemido lastimero que los mantenía despiertos y vigilantes cuando las estaciones cambiaban de lluvias y frío por más de dos meses, a caliente y seco. Nunca hubo un término medio. Con cada cambio de estación venía el cambio de dieta. Se vieron obligados a aprender a sobrevivir mediante la identificación de la nueva comida. Otra dificultad que los llevó a enfermar, por tratar de salir del paso. Los sobrevivientes tejieron esterillas para tapar los agujeros y grietas de la nave rota. Las perfectas cañas rectangulares eran muy adecuadas para hacer las colchonetas y mantas que cubrían los asientos reclinables. Pudieron encender fuego para mantener el calor. Cuando acababan de aterrizar el lugar era frío. Un hombre y una mujer sucumbieron rápidamente a la disentería, incapaces de digerir los nuevos alimentos y líquidos. La mujer murió durante la estación fría apenas aterrizaron, el hombre cuando comenzó la temporada de calor. Zuri supuso que podría haber sido una reacción alérgica a los alimentos. La pérdida fue un golpe muy duro, Zuri había visto algunos de los habitantes del planeta enterrar a sus muertos durante un día de lluvia, el clima añadió más dolor su miseria. Muchos meses después, los sobrevivientes descubrieron, que el medio ambiente que los rodeaba era el menor de sus problemas. El primer asalto que tuvieron los humanos fue por una criatura engañosa y espantosa llamada Tonans, ocho meses después del accidente. Un tipo parecido a un humano se acercó a su refugio, su pecho desnudo sin pezones, con pantalones grises ajustados, hasta la cadera. Hermoso como el pecado. Con los brazos abiertos y una sonrisa perfectamente blanca detrás de labios rojos rubíes, él declaró que venía a ofrecer santuario en un planeta mucho más adecuado para las necesidades humanas. Zuri nunca había conocido a un hombre tan guapo y viril. Era hermoso, con hombros anchos, un dios griego de ojos oscuros y pelo oscuro que se veía con carisma. El aire

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El Guerrero Zargonii de Zuri estaba lleno de tensión sexual. Ella y las otras mujeres fueron rápidamente atraídas por su insinuación descarada, su aspecto robusto, casi desmayándose cuando las miró directamente. Con más de un metro ochenta y dos y con sus poderosos músculos abultándose en todos los lugares correctos. Su erección delineada por los pantalones apretados era impresionante. Parecía muy real y amable, engatusador hasta que se convirtió en una criatura gris blindada con una larga cola, colmillos, garras y uñas. La criatura había matado a seis hombres que trataron de proteger a las cuatro mujeres que habían sobrevivido al accidente. El guerrero había cortado la carne humana con sus garras y uñas con facilidad, un torbellino de muerte, matando antes que nadie supiera lo que había sucedido. Zuri había pensado que estaban todos condenados. La criatura Tonans fue echado por los seres del planeta. Zuri notó que el aire cambiaba, pareció cargarse de energía cuando los nativos del planeta atacaron al Tonans con armas científicas orientadas a la percepción psíquica. En el aire se sentía como si se formara un ataque de advertencia o algún virus que rodeó al Tonans, tal como lo hubiera hecho una horda de abejas. Las letras y números se movieron de manera absolutamente caótica, girando hasta formar palabras. Zuri pudo leer la frase, colgando literalmente en el aire, números, fracciones, denominadores comunes. Cada frase terminaba con un signo de igual o un signo de interrogación. El Tonans rugió de rabia, revelando que no sabía la respuesta, no sabía cómo luchar con la frase. Voló hacia atrás repetidas veces, movido por un campo de fuerza invisible, hasta que huyó, incapaz de obtener a las mujeres que deseaba. Los seres habían salvado sus vidas, pero el daño ya estaba hecho, el número de humanos eran apenas nueve. Algún tiempo después de esto, tal vez un mes, vino un alien repugnante. Un Gorgano. Criaturas altas, calvas, de pie, los larguiruchos median dos metros cuarenta y tres de altura, sin sexo determinado. Brazos huesudos y largos que colgaban hasta las rodillas donde tres dedos delgados se enrollaban y estiraban. Era evidente que esas criaturas querían destruir, en primer lugar, a las hembras humanas y tres mujeres de ellas murieron, sus cuerpos cayendo simplemente al suelo. Dejando a Zuri sola

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El Guerrero Zargonii de Zuri para luchar. Los seres nativos, una vez más acudieron en su ayuda, pero el Gorgano no pudo responder a sus preguntas, de hecho, después de unos momentos fue Zuri quien comenzó a comprender el esquema de las criaturas nativas y se sorprendió. Los números comenzaron a tener sentido, por extraño que pareciera, formando preguntas inteligentes. La dejó preguntándose por qué no lo había entendido antes, era muy simple en realidad. En cada pregunta los números formaban letras y cada letra formaba una palabra. E=MC2, H2O, ¡por supuesto!, había respuestas con letras cuando se trataba de números Los fundamentos absolutos eran el alfabeto humano, este pequeño alfabeto; interpretó la cabeza de Zuri. Para cada letra había un número, ¿pero no habían veintiséis letras?, ¡aquí había miles!, ¡millones!, ¡miles de millones de palabras!... tantas palabras… tantas palabras nuevas para Zuri, abrumaba tanta información. Por supuesto, ella quería gritar. Tantos idiomas diferentes en el universo, tantas combinaciones, tantos alfabetos diferentes. Por eso había tantos números que coincidían. Los seres humanos utilizaban una pequeña parte de su cerebro, y Zuri se abrió hasta el punto de que estaba segura que parte de ese conocimiento saldría por sus oídos. Zuri había respondido a las preguntas de los seres nativos tan rápido como el Gorgano, luego más rápido. No era de extrañar que el Tonans hubiera volado de vuelta. Los seres del planeta la bombardearon con preguntas de químicos para formar explosivos; fue brillante. Los seres nativos se refrenaron y Zuri tomó la pelea, era la lucha por sus vidas. Había algo primordial en la forma en que luchó; Zuri estaba segura que se lo demostraría. Rodeada de estas criaturas altas, aprendió a canalizar sus pensamientos, la querían muerta pero ella era peligrosa. Zuri había sido bombardeada con visiones terroríficas enviadas por el Gorgano, muerte, mutilación. Imágenes que lastimaban su alma, pero esta criatura no sabía que ella venía de la Tierra, de la pobre y desgarrada Tierra, y esto salvó su vida ese día. Zuri había visto la muerte, la destrucción de un planeta entero, esta experiencia la dejó destrozada. En algún lugar en el fondo

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El Guerrero Zargonii de Zuri de su mente, tuvo una visión tan primitiva y sabia que la dejó pasmada. La batalla mental con este ser fue lo que gatilló su destrucción. Zuri lo supo, pensó en ello y lo sintió. En un momento en la historia de su raza, que se remontaba a más de cien mil años atrás, lo había aprendido. La telepatía se gestaba antes que las palabras, antes de que se iniciara la capacidad de hablar. Con los años, los humanos evolucionaron, pero pagaron un precio. Los seres humanos querían individualidad. La telepatía era muy común, todas las razas diferentes querían su propio lenguaje verbal, el secreto, la privacidad. Los seres humanos volvieron a la palabra hablada para proteger sus mentes de los otros. El Gorgano trataba de hacer la guerra contra los humanos y las criaturas del planeta. Le tomó cada gramo de concentración, pero Zuri canalizó sus pensamientos. En total, el Gorgano destruyó a seis seres humanos y a dos seres nativos antes de que Zuri matara a otros ocho Gorganos con visiones de bombas y armas nucleares. Ella literalmente las explotó en sus mentes. Podía sentir la humedad de su interior, cuando eso les destruyó. Era asqueroso, era poderoso. Cuando finalmente la pelea terminó, solo quedaban Zuri y dos hombres humanos. Y estaban solos. Las criaturas nativas se mantuvieron a distancia, y Zuri se preguntó si les culparían por los ataques contra su planeta. Con el nuevo conocimiento adquirido de la lucha de mentes contra las criaturas nativas, estos los abandonaron a su suerte… no es que Zuri se sintiese triste por ello. Pero más que nunca, los seres humanos que quedaron sintieron que eran considerados intrusos y un peligro para los habitantes. Esta idea se hizo patente en poco tiempo. Otros aliens, unos que Zuri nunca había visto, vinieron al planeta tan sólo unas semanas más tarde. Ignoraron a los seres nativos y se concentraron solamente en los humanos. ¡Mercenarios! Zuri lo sabía. Los humanos estaban a punto de ser erradicados. Zuri sintió el movimiento de Tierra con las pisadas de tantas bestias alienígenas enormes. Sus brillantes ojos rojos escanearon el follaje delante de ella y Zuri supo instintivamente que estos seres podían ver en la oscuridad.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Los arboles en miniatura del rededor fueron derribados; Zuri escuchó un grito. Uno de los hombres, Cash o Leo, había sido capturado o asesinado. De forma sistemática los invasores aliens buscaron por la zona, Zuri sabía que nunca se detendrían hasta que ella y el otro hombre humano fueran encontrados. Le dolía el corazón. No entendía por qué a todas criaturas con las que se encontraban les parecían una amenaza. Todo lo que Zuri y sus amigos querían era un lugar donde pudieran sobrevivir y posiblemente sentirse bienvenidos. Todos los aliens parecían traerles muerte, cuando ellos no habían hecho nada para instigar ningún ataque. Era muy injusto, primero perdiendo la Tierra por las terribles tormentas que causaron la muerte del planeta, y ahora muriendo en este nuevo planeta antes de que siquiera tuviesen la oportunidad de pertenecer a él. Zuri tuvo la extraña sensación de que, sin embargo, los algunos seres humanos lograron sobrevivir, ellos fueron puestos en la Tierra lejos de otros con ese propósito. Para mantenerlos lo más seguros posible. Los latidos de su corazón prácticamente se detuvieron cuando un gigante entró en su línea de visión. Había visto su contorno en la oscuridad, nada la preparó para lo que estaba justo a unos pocos centímetros de distancia. Estaba tan cerca que podía llegar y tocar la parte posterior de sus piernas. La cabeza del ser sobresalía por encima de la extensa vegetación, lo que permitió que las pocas estrellas del cielo le dieran algo de luz. Zuri miró hacia arriba, inmóvil, escuchando. En sus enormes pies, llevaba botas altas, redondeada en los dedos de los pies. Cuando él dió un pequeño paso, la Tierra bajo sus pies se sacudió alrededor de las botas como si tratara de escapar de lo inevitable. Pantalones negros brillantes abrazaban sus gruesos muslos y las poderosas nalgas como roca se veían duras. La parte posterior del ser estaba a su lado, y su cabello blanco fluía alrededor de su cabeza hasta la cintura, donde se movía como si Medusa4 hubiera vuelto a la vida. Era extraño. 4 Medusa, diosa mitológica cuya melena se componía de serpientes y cuya mirada convertía en piedra a sus enemigos.

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El Guerrero Zargonii de Zuri La vasta extensión de su espalda era más poderosa que la de un jugador de futbol americano. Sus brazos eran formidables. Zuri centró su atención en la criatura, después de todo, ella había luchado y matado a ocho Gorganos. Su mente trató de fusionarse con la de él, una imagen extraña de Spock5 entró en su cerebro. Ella le dirigió una inclinación de cabeza, no podía hacerlo. Tal vez la criatura tenía inteligencia. No estaba segura de si era un pensamiento reconfortante. Parecía que el Gorgano había ayudado a su capacidad de maneras que aún no entendía. En su lugar, se imaginó un gran martillo en su torso. Lo que le provocó un ruido, un suspiro, tal vez, o un eructo. De repente, Zuri se sintió exhausta. Ella puso su mano en su mente, que ahora fue bombardeada con un golpe doloroso. Le había tocado de alguna manera, por un segundo, pero no fue lo suficientemente cerca. Estas criaturas luchaban con fuerza bruta, no con la mente, debían ser muy primitivos y animales. Después de unos segundos, los golpes en la cabeza se detuvieron y ella se centro de nuevo en él. Cuando el ser se dio vuelta, Zuri no pudo evitar el tambaleo de su cuerpo que se convirtió en un temblor a gran escala en sus brazos y piernas. Rápidamente llevó su mano cerrada contra su boca y la presionó, deteniendo así el castañear de sus dientes. Mientras que su ancha espalda estaba cubierta de pelo, el pecho estaba cubierto de una piel blanca y abundante, con excepción de un área calva y ovalaba en su esternón hasta justo por encima de los pantalones. No había ninguna duda que el contorno grueso y grande que veía era de su polla. No podía mirar más su excitación, su mirada se disparó hacia arriba. Una larga, espesa y absolutamente blanca ceja cruzaba su frente, bajando por los lados de su cara curtida y la piel del cuello. Zuri podía ver el resplandor rojo de sus ojos; estos estaban lo suficientemente encendidos como para ver la sombra azul de sus labios carnosos y altos pómulos. 5 Spock, personaje de la serie televisiva Star Trek.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Desde abajo, Zuri podía ver sus grandes dientes blancos, como puntos brillantes en la nieve, descansando contra el labio inferior. Con su pelo exhibiéndose salvajemente alrededor de su espalda y hombros, Zuri podía ver la cabeza inclinada en su dirección. La criatura tenía orejas muy amplias, con forma humana, profundamente bronceadas.

Un ruido extraño parecía emanar del ser y Zuri inclinó la cabeza hacia un lado. El ser estaba cantando una suave melodía, un ruido extrañamente reconfortante. Desde el ataque Gorgano, Zuri podía oír cosas en la cabeza, podía ver imágenes para ir con las palabras. El canturreo le hizo pensar en su casa, ella podía imaginar su acogedor dormitorio. Por un segundo, pudo sentir el olor del pan casero horneado, del pavo asado; de las llamas de la chimenea, un abrazo invisible de amor. Todo lo relacionado con la felicidad y bienvenida invadieron sus sentidos. Tenía que ser un truco, una distracción táctica, pero por más que lo intentó, no pudo empujar las imágenes de sus pensamientos. Aquel ser comenzó a hablar, mientras cantaba. Zuri buscó la traducción. Estaba allí en la punta de su memoria, los Gorganos también debieron haber encontrado a estos seres. Pero… ¿eran amigos de los Gorganos? Eso haría que esta criatura fuera su enemigo. Su enemigo la quería muerta. Las palabras estaban en la punta de sus pensamientos, quién era, qué era. Con los ojos muy abiertos, su aliento se detuvo cuando la miró directamente a los ojos. Siempre supo dónde estaba. Zuri tuvo la certeza cuando su corazón + se detuvo. Igual que un conejo, Zuri se disparó por la maleza y salió corriendo a gran velocidad. El ser era un guerrero mercenario Zargonnii, iría en su persecución, estaba segura. No tenía idea de que le haría aquel guerrero si la atrapaba. Un ser de casi dos metros dieciocho de altura o más alto, construido como un tanque. Era una muerte segura a ciencia cierta, y sabía que sería una muerte brutal.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Tres Kobe observó a la pequeña humana huir en la noche, moviendo sus blancas piernas furiosamente. Las imágenes que vió en la consola de Citun no le prepararon para lo pequeña que era realmente una mujer de la Tierra. Quedó pasmado, le habían advertido que una hembra humana era pequeña, pero ella era insignificante comparada con las hembras Zargonnii. Kobe no sabía mucho acerca de los seres humanos, esta era la primera vez que había visto uno en persona. Cuando la hembra se golpeó su hombro con un árbol, Kobe hizo una mueca al tiempo que ella gritó de dolor. Había algo realmente extraño en la forma en que se movía. La mujer corría directamente hacia los objetos, obviamente demasiado grandes para que ella los moviera, con sus brazos extendidos. Tropezó, cayó, se levantó y luego tropezó de nuevo. Era como si sólo se diera cuenta de los obstáculos en el último momento. Él dudaba que fuera ciega, sabía que le había visto. Hasta donde sabía Kobe, sólo había una mujer humana en su planeta. La fémina se encontraba en otro sector, al parecer vivía con su pareja Zargonnii. Era difícil aceptar esta idea en su cabeza. Más difícil aún era el hecho de que habían producido una niña. Kobe había visto niños Zargonnii de sexo masculino pero nunca una niña Zargonnii, lo que sería una novedad, aunque fuera media humana. La reunión que Citun organizó fue muy poco informativa de por qué

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El Guerrero Zargonii de Zuri querían a las criaturas hembras de la Tierra. Kobe estaba feliz por cualquier información, y lo que había aprendido le llenó de emoción, dejándole con mucha curiosidad. Cuando su comandante, Citun, había interceptado una llamada en el espacio desde su planeta, donde el otro comandante, Titus, hablaba de las hembras, Citun instruyó a Kobe que se dirigiera inmediatamente al planeta que estaban invadiendo. Desde que oyeron de la existencia de las humanas, y que Titus tenía un bebé hembra con una de ellas, el comandante estaba ansioso por saber si era cierto el rumor de que todo macho Zargonnii que entraba en contacto con la bebé crecía en fuerza y altura. O tal vez Titus y su buen sanador, Finn, lo mantenían en secreto de los demás guerreros mercenarios. Kobe no estaba seguro si habían encontrado algunos machos o no. Todos ellos eran del planeta Zargonnii, pero se podrían esperar algunas diferencias físicas, dado que provenían de distintos continentes. Los guerreros Zargonnii de Titus no tenían el gen de su madre para encapullar un bebé con sus largos y fluidos pelos. Aunque ninguno de los lados luchaba entre sí, no había nada contra la competencia inofensiva. Titus declaraba tener los guerreros más grandes, mientras que Citun declaraba que sus guerreros eran más inteligentes y, al final, más inteligente era mejor. Las hembras Zargonnii vivían en el centro del planeta, un lugar de honor, donde el clima permanecía estable en su mayor parte. Había una temporada de frío, pero sólo duraba por las noches. Ahora era la temporada de frío en el continente de Kobe. En el continente de Titus no hacía el intenso frío que ellos que ellos sufrían, por lo tanto no tenían necesidad de usar un capullo de pelo como protección, que se envolvía alrededor de las espaldas de los hombres de Citun en las temporadas de frío. Las Vacaciones ocurrían justo después de cada temporada de lluvias. Era la única vez que las hembras mostraban algún descontento, ya que tenían que caminar a lo largo de la temporada de la lluvia para llegar a los machos. A lo mejor, el estar mojadas y desdichadas, era lo que ponía a las hembras Zargonnii en un estado de ánimo un tanto peligroso. El olor de las feromonas de las hembras, conducía a Kobe y a otros

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El Guerrero Zargonii de Zuri varones Zargonnii, los que habían alcanzado una edad para la cópula, a una salvaje excitación. La lucha con una hembra Zargonnii era irresistible, fascinante. Ellas eran impresionantes. Era difícil imaginar a un guerrero querer una de estas pequeñas hembras humanas. Sin embargo, Titus juraba que uno de sus machos se había unido con una hembra humana. El bebé que habían producido tenía habilidades interesantes. También le dijeron que el padre guerrero de la niña era capaz de luchar contra un Cyron. Hubo quienes bajo el mando de Citun alegaban que el crecimiento del guerrero era real. La niña tenía algún tipo de poder o exudaba alguna esencia que causaba un crecimiento en su forma de batalla, pero hasta el momento, ninguna niña había sido vista. La bebé estaba fuertemente custodiada. También había habido alegaciones de que las hembras humanas adultas, o al menos la hembra apareada, tenía el celo en cualquier momento con su pareja. La idea aturdía su mente. Después de las copulas, el impulso sexual Zargonnii estaba bloqueado, casi inexistente. No había necesidad de sentir el impulso de aparearse cuando no había nadie alrededor para aparearse. Había momentos en que los machos Zargonnii se excitaban, después de una buena batalla, pero cada uno se hacía cargo de sus propias necesidades. No dependían de una hembra para su liberación. Por lo general, las cópulas, o los apareamientos Zargonnii se producían una vez cada dos años, cuando las hembras Zargonnii entraban en su celo. Durante dos semanas, los hijos de sexo masculino Zargonnii se mantenían dentro de sus casas durante las Vacaciones, mientras que algunos machos iban en busca de hembras. Ambos sexos luchaban por el dominio. Era raro que un macho Zargonnii ganara la batalla. El apareamiento era brutal, emocionante, y mirando a la pequeña humana con la intención de huir, Kobe no podía entender cómo sería posible aparearse con una de estas sin matarla. Kobe y los otros guerreros mercenarios habían sido advertidos por los

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El Guerrero Zargonii de Zuri seres del planeta de que los humanos eran inofensivos, pero parecían atraer el peligro. Ellos eran muy conscientes de los Tonans y los mortales Gorganos, que estaban haciendo su misión el erradicar a todos los seres humanos. Kobe y los guerreros Zargonnii no tenían la intención de matar a los seres humanos porque estaban aquí para extraerlos. La pequeña mujer corrió como si fuera perseguida por la muerte. La idea fue muy divertida. En el planeta de Kobe, las hembras eran enormes y algunas mortales. La mayoría de las hembras tenían dos metros cuarenta y tres de altura o más. Estremeciéndose, se recordó a sí mismo que era considerado delicado por muchas hembras Zargonnii, con sólo dos metros estando de pie, cuando no estaba en el modo batalla. Esa cosa insignificante tratando de escapar de él tropezó, cayó de cara, gimió y rodó. Su rostro se alzó hacia el cielo, Kobe fue y se puso sobre ella lleno de curiosidad. Al instante, supo que ella podía verlo. Los seres humanos parecía que tenían limitada su vista en la oscuridad. Ella parecía aún más pequeña de cerca. Era casi calva. Las imágenes eran ciertas, sólo que esta mujer no lucía ninguna pintura de guerra. Sus pequeños lóbulos de las orejas no habían sido heridos, lo que era una buena señal. Había un largo mechón de pelo que cubría su cabeza, rodeando su cara y su cuello. Su tono de piel era un poco más oscuro que el suyo. Las hembras Zargonnii estaban cubiertas de fino pelo blanco, con piel gruesa y pelo largo y blanco casi hasta las rodillas. La hembra humana no tenía colmillos, tampoco espacios entre los dientes para su expansión. No se observaban arrugas en ella, así que era obvio que no podía crecer mientras estuviera luchando. Los 2BKs6, los ocupantes de este planeta en el que estaban los humanos, estaban en lo cierto, esta pequeña cosa tenía que ser inofensiva. No habría ninguna necesidad de luchar con la pequeña hembra para determinar quién era el dominante. Un toque de su mano con garras y sería historia. 6 Se denomina ‘2bks’ a una estructura genética de cadena doble de ADN con una secuencia definida como humana; se utiliza como sinónimo de ‘humanos’ a nivel celular. En este relato se refiere a la raza que puebla este planeta, de aspecto humanoide y muy científicos en su lenguaje.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe tomo una buena mirada de la hembra, preguntándose por qué otras criaturas estaban tratando de matarla a ella y a los demás seres humanos restantes. Sabía que un Tonans ya había llegado y asesinado a algunos de los seres humanos, los seres del planeta habían puesto fin a eso. Citun no había entrado en más detalle para explicar a su equipo, porque no quería que las hembras quedaran en manos de los Tonans. El Tonans tenía su propia agenda con las hembras humanas, por lo que Kobe sólo podría aventurar una respuesta de por qué los Tonans habían diezmado a los varones. Los Tonans querían a las hembras humanas con el único propósito de poseer un arma para atacar a sus enemigos, los guerreros Castians. Los guerreros Castians codiciaban a las mujeres humanas, las de ellos habían sido asesinadas por los Tonans con agua envenenada hacía más de cuatro cientos años atrás. El Gorgano seguía de cerca los talones de los Tonans a este planeta, lo que resultó en la muerte de dos de los seres de aquel planeta. Normalmente, Kobe y otros Zargonnii no lidiaban con los 2BKs. Su lengua no tenía sentido para los Zargonnii. Toda la comunicación se realizaba a través de una traducción de computadora. Como mercenarios, los Zargonnii generalmente negociaban por sus servicios. Se decidió que los humanos serían el pago suficiente, sobre todo si eran de sexo femenino. Los 2BKs no tenían ni idea del sexo de los seres humanos. Habían quedado pasmados cuando los Tonans les hablaron de los sexos. Ninguno de los hombres que el Tonans mató estaba ni siquiera cerca de su tamaño. Además, la mayoría de los Tonans y Castians medían un metro noventa y tres, insignificante en comparación con un Zargonnii, pero cuando estaban blindados, eran formidables guerreros. Los seres del planeta tenían un conocimiento limitado de que había más de una especie, además de los Zargonnii que tenía diferentes sexos, excepto Castians y Tonans. Eso sorprendió a la criatura, saber que podría ir a la guerra con un sexo determinado. Primero los Tonans habían matado sólo a sus mujeres, ahora a los hombres humanos.

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El Guerrero Zargonii de Zuri La idea era confusa para aquellos seres, generalmente gentiles. Las criaturas de este mundo no se alejaban mucho de casa.

La hembra en el suelo se volvió y comenzó a arrastrarse, deslizándose sobre su vientre, cerca del piso en un esfuerzo por escapar. Kobe tomo parte de su ropa, sosteniéndola. Él se agachó a su lado y la rodó hacia atrás para mirarla a la cara. La hembra empezó a llorar de nuevo, fue una extraña visión. Kobe sabía lo que eran las lágrimas, los niños de sexo masculino lloraban, pero las hembras Zargonnii no lo hacían... ¿o no? Realmente no tenía ni idea. Supuso que las lágrimas serían muy extrañas en una hembra Zargonnii; en los seres humanos, los hacía parecer mucho más vulnerables. Pequeños sonidos provenían de su garganta, su pequeño pecho se movía. Curiosamente Kobe acarició una de sus dos protuberancias en el pecho, sobre un material extraño que llevaba. Los Guerreros Zargonnii en su nave habían participado en la discusión durante la reunión y algunos otros tenían algunas ideas. Los Guerreros habían dicho que las hembras humanas tenían pechos que mantenían incluso cuando no estaban amamantando, ya que Kobe había visto las imágenes. Tal vez eso significaba que eran maternales después de todo, o tal vez incluso más maternal, siempre listas por si acaso. Kobe recordaba vagamente los pechos de su madre, no tenía más que un mes de vida cuando ella lo dejó solo en el bosque para que su padre le encontrara. La mujer humana a la que ahora estaba tocando estas protuberancias, tan suaves, no le ayudaba para apartarse. No se trataba de rocas duras en absoluto. Hubiera sido agradable acurrucarse contra ellas, porque se sentían muy cálidas y acogedoras. Se echó a reír cuando ella golpeó su mano. El hijo de su mejor amigo, Mrac, sólo tenía cuatro años y podría golpear más fuerte. Kobe puso sus dedos en la boca abierta y adivinó, sin lugar a dudas, que las palabras que ella trató de gritarle, eran algo peyorativo. Ella mantuvo la boca abierta y luego lo mordió. Kobe pacientemente sacó sus dedos lejos, no le lastimó, sus dientes eran muy chatos. “Estate quieta, humano hembra, no voy a hacerte daño. Perjudicar a

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El Guerrero Zargonii de Zuri una hembra es bajo para un Guerrero Zargonnii. No importa cuál sea su tamaño.” Era cierto. Aunque las hembras Zargonnii luchaban durante las cópulas, nunca era su intención dañar a un macho, era solo un ritual. Era su costumbre. La lucha contra esta hembra humana, sería una cosa repugnante que un guerrero pudiese hacer. Ella se calmó. “Te entiendo. ¿Por qué te entiendo?” Las palabras que habló no tenían sentido para Kobe. Pero dada su mirada curiosa se dio cuenta de que entendía todo lo que había dicho. Esto le hizo pensar por un momento. No se sabía mucho de los Gorganos, excepto que luchaban y que los humanos, sobre todo las mujeres, parecían capaces de entrar en la cabeza de esos seres. La hembra humana en el planeta de Kobe había luchado con la mente de esas criaturas y ganado, por eso los Gorganos los seleccionaron para la extinción. “No te entiendo.” dijo Kobe. “¿Entiendes lo que estoy diciendo?” Ella asintió con la cabeza y una vez más recitó palabras extrañas, hasta que la silenció con un dedo en los labios. “Soy un guerrero mercenario Zargonnii. Los seres de este planeta, los 2BKs, nos pidieron sacaros. Son criaturas pacíficas y muchas razas buscan tu destrucción. ¿Cuál es el nombre con el que te llaman?” Ella señaló su pecho. “Zuri.” Ahora él entendía. Le gustaba el dulce nombre y la forma en que lo dijo. Obviamente, su interpretación sería más poderosa en el macho, ella era incapaz con su delicada voz. Su rango de voz suave era sumiso. El lenguaje femenino Zargonnii era áspero, fuerte. Las palabras calmadas en Zuri eran consecuentes con su tamaño.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Zuri, tú y los demás seres humanos estaréis más seguros en mi planeta.” Ella lo miró más allá de escéptica. “El Tonans os ha dicho lo mismo.” Ella asintió con la cabeza. “Los Guerreros Tonans son mentirosos, los guerreros Zargonnii no lo son. Cuando un Tonans miente, su cola crece.” Kobe se movió un poco. “Mira, no tengo cola. Mi pueblo ha construido un área en la que no tendrás que preocuparte acerca de las criaturas molestas de mi mundo.” Eso también era cierto, excepto que Kobe nunca había visto el área designada. “El Tonans que os atacó antes, le vamos a dar caza. Con el tiempo él y todos los rebeldes Tonans van a morir, sin piedad. El Gorgano cambió tu forma de pensar de alguna manera, tocando tu mente, lo que te permite que me entiendas. Estos seres quieren muertos a todos vosotros, los humanos, pero estoy asumiendo que ya lo sabes. Mi especie hizo una promesa a una mujer humana acoplada con uno de nosotros, de que os protegeremos. También tuvo una experiencia con los Gorganos. En realidad, tu comprensión de mis palabras no es una gran sorpresa para mí, te ayudaré.” Incluso si esa promesa la hizo el continente de Titus a la hembra humana apareada, Citun era un guerrero honorable, el comandante estaba muy intrigado acerca de las hembras humanas. Kobe estaba todavía un poco sorprendido de que ella le entendiera, estaba agradecido con Citun por la sesión informativa o habría sido incómodo con el conocimiento de Zuri de su lengua. Una vez más, trató de comunicarse con él, pero Kobe se limitó a sacudir la cabeza. Ella era una pequeña cosa a tener en cuenta. “Yo no te entiendo. Tienes que venir conmigo. Los seres de este planeta

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El Guerrero Zargonii de Zuri no os quieren aquí. Son una especie pacífica, pero están obligados a encontrar a alguien que os erradique. Sé que piensas que doy miedo, pero un macho de mi raza no haría daño a una hembra, no es nuestra naturaleza. Es por eso que los 2BKs se pusieron en contacto con nosotros primero. Aunque los guerreros Castians tampoco dañarían a una hembra, ellos están en guerra con los rebeldes Tonans, desde hace algún tiempo. Los Zargonniis no están en guerra con nadie. Podemos ser Guerreros mercenarios, pero sólo significa que nos movemos, hacemos nuestro trabajo y salimos.” Los ojos de Zuri se abrieron cuando oyeron un grito humano. El grito fue cortado, un sonido siniestro en la oscuridad de la noche. Miró a Kobe, él también la entendió. Pensó que él era un mentiroso. Con un tirón de su camisa, rasgando la tela en partes, Zuri ya estaba corriendo lejos de él. “Mierda.” murmuró Kobe. El momento no podría haber sido más desafortunado. Sabiendo que no iba a llegar muy lejos, Kobe caminó en la dirección que ella había tomado. Estaba oscuro, ella se escondía, o corría hacia algo y seguía golpeándose a sí misma. Una vez más se preguntó por su extraña visión o falta de ella. Ella esperaba poder ocultarse. Inclinando la cabeza hacia la izquierda, Kobe escuchó un pequeño sonido. Respiraciones dificultosas, pequeños gemidos que sonaban como los que haría un bebé. Sintió la necesidad de calmarla, y comenzó a tararear desde su garganta. Un instinto tan antiguo como el tiempo; los Guerreros Zargonnii tenían una debilidad por los débiles y vulnerables. Se detuvo y miró al pequeño arbusto donde estaba agachada la hembra. “Personalmente, no me canso de jugar a las escondidas. Yo soy un guerrero, después de todo, es mi trabajo buscar a la presa, pero me parece que tengo una ventaja injusta sobre ti, puedo ver en la oscuridad. Si empujas el puño mucho más dentro de tu boca, puedes no ser capaz de recuperarlo.” Él se rió cuando la oyó gemir. “Te lo prometo, no te estoy mintiendo. Entiendo que me encuentras aterrador y grande. Somos dos especies diferentes después de todo. ¿Qué

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El Guerrero Zargonii de Zuri esperabas… ¿hombrecillos verdes? No creo que los terráqueos piensen que las criaturas de otros planetas deban parecerse a ellos, ¿no? Basta con mirar a ciertas partes de mí, no todo de mí a la vez. Sé que mis ojos de color rojo brillante te intimidan. Sí, soy un poco más alto que dos metros trece, pero estoy en el modo batalla. Mi pelo blanco no está realmente vivo, se mueve de la manera en que lo hace como maniobra táctica para asustar a mi oponente. Zuri, si te quisiera muerta, ¿no piensas que ya lo estarías?” Zuri se levantó, pero quedó ligeramente agachada, como si se moviera en busca de protección. Su mirada era escéptica, resignada, él tenía razón. Se movió para quedar delante de él, con sus movimientos forzados, mecánicos, bruscos, e hizo un intento de enderezarse. La pequeña cosa tenía coraje, él era monstruoso comparado con ella. La vio tragar saliva y trató de no sonreír, sabía que sus dientes grandes y afilados podrían asustarla aún más. Ella miró sus manos, tenía cinco dedos, eran muy grandes, con uñas de dos centímetros de largo, puntiagudas, negras y afiladas como puñales. “Mi conjetura es que tus amigos estaban gritando porque algunos de los guerreros no son tan pacientes como lo soy yo. Lo más probable que hayan sido tomados sobre un hombro y llevados a la nave.” Ella miró sus anchos hombros, su desnudo vientre ovalado, y luego más abajo, hasta que rápidamente subió su mirada hacia él. El tinte rojo se apoderó de su cara, y una vez más tragó. Sintiéndose audaz, se abstuvo de mencionar que no tenía control sobre su erección, que sin duda vio que el esbozaba. Cuando se ajustaba a modo de batalla, él siempre se había mantenido duro, cada centímetro de él tenía que parecer grande, otra maniobra táctica. Señaló a su pecho peludo. “Kobe.” “¿Kobe?” Kobe dijo su nombre otra vez. La forma en que lo dijo lo hizo sonar delicado, su nombre era gutural, varonil, firme. Practicó la pronunciación varias veces hasta que pudo hacerlo correctamente.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe había sido informado de que los humanos eran capaces de aprender la lengua Zargonnii, lo que era bueno, él nunca iba a entender la suya. Al mismo tiempo, la lengua de su madre le era conocida, pero con los años se le había olvidado. “¿Te gustaría beber agua verdadera? No ese pis de murciélago.” Ella se estremeció, y luego hizo una mueca mientras asentía a un estanque cercano. “Puedo olerlo en el aire, eres la última humana aquí. Tus amigos deben estar a bordo de la nave para disfrutar de un vaso de agua limpia y transparente. Puedo encontrarte una manta y comida caliente decente. Como te he dicho antes, entiende que si quisiera hacerte cualquier daño, tú ya estarías muerta. Incluso un ser humano debería ser lo suficientemente inteligente para percibir eso.” Ella se indignó por su menosprecio, pero luego su rostro pareció desinflarse, parecía perdida y sola. Su pequeña nariz se movió, sus ojos azules de aspecto divertido parpadearon. Kobe frunció el ceño, la mujer de la foto tenía ojos azules y estaba sonriendo. Esta hembra no era feliz. Tal vez la presunción de que los ojos humanos cambiaban de color para que coincidiera con su estado de ánimo estaba equivocada. Su pequeña mano metió un mechón de pelo detrás de la oreja. Kobe no podía imaginarse a una hembra Zargonnii haciendo cualquiera de estas cosas o verse de la forma en que lo hacía esta pequeña hembra humana. Los Guerreros de Titus estaban en lo cierto, las hembras humanas eran hermosas. En el planeta de Kobe, el término ‘hermosa’ sería la última palabra para describir a sus hembras. Majestuosas o reales sin duda, pero… ¿hermosas? ¡Nunca! Kobe se volvió y comenzó a alejarse, no había ninguna manera de que la dejara aquí, pero esperaba que ella le siguiera, por sí misma. Primero, era una extraña para él, aunque las hembras vivían en el continente de los guerreros, el instinto masculino era seguir a una hembra. Ella elegía si un macho valía la pena la batalla, ella elegía si iba a copular con un guerrero. En poco tiempo, pudo escuchar los pequeños pies detrás de él pasando por el follaje. Sus ojos rojos brillaron, ayudándola a ver claramente, no quería

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El Guerrero Zargonii de Zuri que ella se golpeara con algo de nuevo. Continuó con su canto, otro faro en la noche oscura. Como un guerrero, él podía sentir su miedo, y también podía sentir su fuerza de carácter. Siendo un mercenario, Kobe había tratado con muchas especies, algunas más pequeñas, algunas más grandes, cada uno con su propia capacidad única de defensa. Kobe se preguntó acerca de este ser humano y su capacidad de defenderse. Cada vez que miraba hacia atrás, se admiraba de la extraña estructura de Zuri, movía sus manos con preocupación y tiraba de la tela de su extravagante ropa. Las hembras Zargonnii no vestían ropa, al menos ninguna que Kobe hubiera visto. Sus Vacaciones eran el comienzo de los enfrentamientos sexuales de sus especies. Macho y hembra Zargonnii se encontraban en la selva para combatir por el dominio. Ambos sexos estaban desnudos. La ropa sólo quedaría destrozada. Una hembra necesitaba ver la fuerza de un guerrero, el tamaño de su virilidad era crucial. Las Vacaciones eran emocionantes, peligrosas y satisfactorias, incluso aunque Kobe había perdido todos los enfrentamientos, aun sentía que había ganado. Las hembras Zargonnii eran unas dignas oponentes, algunas medían hasta dos metros setenta y cuatro de altura. El azul brillante de la nave espacial Zargonnii llamó la atención de Zuri y la escuchó suspirar. Cuando se volvió para mirar, ella estaba de pie inmóvil, mirando al cielo, con la boca abierta. Para Kobe, parecía que toda la nave era normal, lo había visto toda su vida. Su padre fue un comandante hasta su muerte hacia un año. Kobe esperaba la muerte de su padre. Con quinientos años de edad, su padre había entrado en la selva y nunca regresó. Había pasado su mejor momento, no avergonzaría a su hijo muriendo como un débil. Se fue en una misión para morir en el campo de batalla, con un Cyron que debió elegir, tendría que haber sido el más grande que pudo encontrar. Fue una muerte honorable. Kobe lo echaba de menos. Había sido el único hijo de su padre y, aunque Kobe estuvo de cópula en cuatro ocasiones él no había dado a su padre un nieto. O las hembras con las que se había apareado no fueron impregnadas o nacieron hembras. Zuri murmuró algunas palabras, capturando su atención, su movimiento había cesado por completo. Obviamente los humanos eran capaces de vuelos espaciales, pero quizá la nave Zargonnii era intimidante.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Será que te alarma la nave?” Ella asintió con la cabeza, frunció el ceño y sacudió la cabeza, a continuación, se cruzó de brazos y recitó una serie de palabras muy poco inteligentes. Jalando su ropa, parecía angustiada y le señaló, su ropa, o falta de ella y le indicó a él de nuevo. “Hay muchos guerreros a bordo, cada uno esperando poder verte.” dijo Kobe. Sus ojos se abrieron en shock. Tan sólo quería decir que los machos de su especie se sentían curiosos, no que la comerían. “Si quieres, voy a hacerte una promesa y te ofrezco mi protección. Yo sólo pido que al menos trates de aprender mi lengua para que podamos hablar de tu planeta. También tengo curiosidad.” La idea de ofrecer protección lo hacía sentirse un poco extraño e incómodo. Las hembras en su planeta no necesitaban para nada la protección de un varón. Él creyó que la oferta debía ser interpretada como ridícula. Zuri miró de él a la nave y de vuelta a él. Ella miró hacia donde habían venido. Kobe aguardó por la evaluación de su indecisión. Debía ser una característica humana; Kobe siempre supo lo que quería. Era evidente que Zuri necesitaba de algún tipo de comodidad para hacer su elección, pero Kobe nunca había interactuado bien con nadie. Otros guerreros se burlarían de su intento de ofrecer ayuda. Una hembra Zargonnii le daría una patada en el culo. Tenía que demostrar a esta hembra lo fuerte que era, y a lo que se refería con lo que le dijo. Ella no lo conocía, pero esperaba que sus acciones hablaran más que las palabras. Sólo había una cosa que hacer. Kobe empujó a Zuri contra el suelo con una mano. Ella era aún más ligera de lo que parecía y cuando la envió accidentalmente volando, se

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El Guerrero Zargonii de Zuri sorprendió. Por un instante deseó ir tras ella. Tendría que recordar la aparente ligereza para su uso posterior. Zuri aterrizó con un golpe duro y un chillido agudo. Sus pies extendidos hacia fuera delante de ella en el aire. Ella parecía un poco ridícula. Tenía la espalda redondeada y llevaba un material pequeño que era blanco, le daba una vislumbre de su zona de hembra.

Esa era otra cosa que le gustaría ver de cerca. Cuando se había apareado antes, las hembras Zargonnii lo habían mantenido con los ojos en sus rostros, sentía curiosidad. Kobe sonrió. “Ahora, ¿ves lo fuerte que soy? Eso debería hacer que te sienta mejor.” Zuri frunció el ceño, sus pies se posaron en el suelo delante de él. “Imbécil.” Esa sola palabra susurrada era extraña para Kobe, por lo general la hembra ataba una frase larga de sentencia juntas. Pensó por un segundo. Tal vez era una palabra humana para mendigar misericordia, o dado que mostró gran destreza tal vez la pequeña hembra estaba impresionada, ella no parecía aterrorizada. Kobe sonrió brillante. Imbécil debía ser una palabra de gran fuerza. “Sí, yo soy eso, un imbécil. Un gran guerrero imbécil.” Sus ojos se abrieron con sorpresa aturdida. “Imbécil.” La emoción lo llenó, debía estar muy impresionada con él. Luchó con sus palabras durante un segundo. “Voy a ser tu protector de imbécil-imbécil.” Seguramente eso debería hacerla sentirse mejor. Zuri murmuró algo en voz baja y cerró su mano cuando él se ofreció a

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El Guerrero Zargonii de Zuri ayudarla. Con su mano se frotó la espalda y la cadera. Kobe estaba preocupado, se dio cuenta de su malestar. No había tiempo para reflexionar, la ola de fuego de color rojo brillante fue enviada desde la nave y Kobe pudo sentir la bienvenida, los lazos suaves de la embarcación atraían a Zuri y a él, mientras eran llevados a bordo.

La luz brillante era hermosa, y era absorbida a través de sus acalorados ojos. Inhalando profundo, Kobe dejó que el olor del haz radiante se filtrase en sus pulmones. El haz que lo rodeaba siempre le hacía recordar a su padre. El remolcador de luz se detuvo en el segundo que subió a la nave. Kobe pudo sentir sus pies en la sólida cubierta. Sus intestinos se revolvieron por un instante, y luego se asentó de inmediato, se volvió y sonrió a Zuri. Su piel había palidecido notoriamente. “¿Zuri?” Ella se quedó sin aliento, se agachó y vertió el contenido de su estómago sobre sus pies calzados con botas.

***

“Oh, Dios mío. Eso fue horrible. ¿Qué demonios fue eso? Mierda, esta nave es enorme. Esta cosa es del tamaño de un campo de fútbol, tiene la forma de un campo de fútbol.” se quejó Zuri cuando todavía jadeaba, con las manos restregando sus ojos. “¿Qué diablos estabas tratando de hacer, cegarme? Dios mío, ese olor. ¿Qué mierda era esa luz, ese hedor, el fuego y azufre? ¿Quemaste sapos? Mis pulmones fueron violados por esos pútridos gases nocivos. ¡Violados te digo!”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri parpadeó rápidamente con los ojos llorosos. El temor por su situación se desintegró por la humillación de perder su patética cena. Al menos ya no estaba rodeada por grandes capullos aliens. Era una pesadilla en vida. Tenían que haber como un centenar de grandes guerreros esperando para verla, boquiabiertos, en ropa interior, un mar de peluda testosterona. Abrió el gancho con su hedor; los guerreros se habían quedado con la boca abierta por un mero segundo antes de dispersarse en todas las direcciones cuando ella abrió la boca de nuevo.

Su nariz se arrugó cuando miró a las botas de Kobe. Los pedazos de su cena pegados a ella, algunas piezas cayendo cuando las botas grandes del imbécil golpeaban el suelo mientras se movía. Ahora, Kobe estaba con su musculatura yendo por un pasillo, murmurando sobre sus zapatos llenos de suciedad. El vientre de Zuri balanceándose miserablemente. “¿Qué quieres decir con que no saben que las hembras humanas podían oler mal?” se indignó Zuri cuando ella captó algunas de sus palabras. “No, no seas burro, no es mi mecanismo de defensa. ¿Qué crees que soy, un zorrillo?” “No te entiendo, pero ahora estoy adivinando que 'imbécil' no es un término para ‘poderoso guerrero’.” se quejó. “Esto no es mi culpa.” Zuri continuó quejándose mientras se arrastraba a lo largo. Kobe la sostuvo a la distancia de un brazo. “Tú me llevaste a la montaña rusa del infierno sin previo aviso. ¿Qué crees que pasaría? ¿Un entusiasta ‘Wiiiii’ 7?” “Te lo dije, no te entiendo, pero estoy seguro de que no me gusta tu tono.” fue su respuesta. 7 Se refiere a un grito de excitación, ‘wiii’, que se suele emitir por el aumento de adrenalina, por ejemplo en las atracciones de feria.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri le echó los brazos hacia arriba y agitó las manos melodramáticamente en el aire. Al segundo, estaba de pie en el suelo en una oscuridad relativa, al momento siguiente, un rayo de luz roja tomó su cuerpo, tirando de ella fuera de la Tierra. Sus huesos se sintieron alterados, sus entrañas fueron arrojadas en una licuadora. Era como ser succionado por una pajita; sus dientes en realidad habían revoloteado y sus ojos debieron haber sobresalido como una caricatura bizarra. Sus pies estaban colgando sobre sus diez dedos para salvar la vida, cuando fue aspirada. Su grito se vio interrumpido cuando golpeó en la nave, casi rompiéndose sus rótulas.

Sus entrañas, cayendo hasta el fondo de su vientre, fueron enviadas groseramente a sacudirse. El vómito había salido tan rápido de la boca de Zuri, que fue expulsado por la nariz. 8 Se estremeció sólo de pensarlo y metió su dedo en la nariz antes de oler. Kobe le envió una expresión de disgusto y con un empujón la envió a una habitación. Estaban mirándose uno al otro, cada uno con el ceño fruncido. Zuri tomó un buen vistazo de él, sintiéndose un poco confundida, estaba segurísima de que antes era más grande de lo que se veía ahora. Sus dientes ya no eran tan agudos y largos, había zonas con piel donde no las había antes. Su cuerpo mostraba arrugas extrañas, sin esas arrugas feas tenía un paquete de diez en su calvo estómago. Ya no había garras al final de los dedos. Estaba muy oscuro y estaba muy asustada, tal vez se había imaginaba todo eso. “Quédate aquí con las otras hembras, te voy a encontrar algo de ropa y ver que te traigan agua.”

8 ‘Ick’, sonido de asco o angustia.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Su tono fue un gruñido profundo, la miró enfadado. “Tu ataque fue innecesario. Te dije que no te harían daño. Los guerreros sólo tenían curiosidad. Espero que estés sin munición. Puede no ser mortal, pero es repugnante.” “Vomité, no fue sólo diversión y juego para mí, señor. Fue un accidente.” “No entiendo.” “Ugh.” dijo Zuri, estaba exasperada. Salvajemente, hizo gestos para indicar que su vómito no fue a propósito. “Sin embargo, sólo lograste acertarme.” Kobe se fue, saliendo del dormitorio, la puerta se cerró detrás de él y Zuri miró con curiosidad. Ahora que se había ido, sus pensamientos se centraron en lo que había dicho. Eso sería maravilloso. “Zuri.” llegó un grito. “Gracias a Dios, pensé que estas criaturas te habían comido.” “Cash, Leo. Estoy feliz de veros a los dos. ¿Dónde están las otras mujeres?” dijo Zuri. Ella se lleno de alivio al verlos. “¿Qué otras mujeres?” dijo Leo. “El alien que me trajo aquí, Kobe, dijo que había otras mujeres.” “No, nadie más que nosotros.” dijo Cash.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Qué extraño. Yo estoy segura de que él dijo ‘mujeres’.” Zuri miró a su alrededor, al gran salón de techo alto. Había una gran ventana cuadrada, desde la que pudo ver el espacio. La nave se movía rápido, no había ninguna señal de ningún planeta. Los muebles, de gran tamaño, eran escasos, pero parecían cómodos. Entonces se estremeció involuntariamente. “Hace frío aquí.” Los escalofríos salpicaron sus piernas e hicieron que el vello en sus brazos se pusiera de punta. Se sentía un poco auto-consciente de pie delante de sus amigos sólo con tan ropa interior y una camiseta. No había mantas en la habitación. “Dímelo a mí, me temo que mis pezones podrían picarme un ojo.” murmuró Leo. Zuri echó su mirada hacia el pecho desnudo de Leo. Solamente llevaba pantalones cortos desgarrados, los tres estaban desnudos. Leo estaba en el lado fuerte de fornido, era el tipo de hombre que se veía mejor con ropa. Él medía cerca del metro setenta y tres, muy similar a Zuri, aunque le ganaba por unos buenos veinticinco kilos. A Leo, lo que le faltaba en apariencia le sobraba en personalidad. Siempre un comodín o bromista, Leo era un genio en hacer que la gente riera, estaba cómodo con su tamaño y con quién era. Zuri lo consideraba un gran amigo y un hombre dulce. “Te daría el mío, pero eso no encajaría, necesitas una carpa, no una camiseta.” dijo Cash con su tono sarcástico normal. Cash medía casi un metro ochenta y tres con un cuerpo desgarbado. “Siempre podemos usar tu camiseta para cubrir tu boca, Cash.” dijo Zuri dulcemente. “Oh, espera, es demasiado pequeña como para caber correctamente.” “Bueno, eso es suficiente. No importa, Zuri, puedo defenderme.” intervino Leo.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri sabía que podía, pero no podía evitarlo. Cash era mezquino, sus palabras eran, como mínimo, a veces desagradables. Zuri y Cash había estado gruñéndose verbalmente durante un año, lo que acabó por llegar a ella de forma natural. “Tenemos problemas más grandes.” “Sí, incluso más grandes que tú.” replicó Cash. Enfadada, Zuri no se contuvo. “No te preocupes, Leo. Parece que cuando ataqué al Gorgano entraron en mi cabeza y yo en la de ellos. Puedo entender a estas cosas. Se comerán a Cash en primer lugar. A ellos les gusta comenzar con pequeños aperitivos.” Cash se puso blanco y Leo sonrió. “Ah, por último, ser gordo tiene algunos beneficios.” “Si sabes tanto, ¿qué diablos son esas cosas?” Dijo Cash. “Parecen un cruce entre los osos polares, el ‘Yeti’ y un ‘Bigfoot’9. ¿Qué diablos es lo que quieren?” “Se llaman guerreros Zargonnii. Una especie de mercenarios, creo. Las criaturas del planeta, los 2BKs, pensaron que se habían excedido en nuestra bienvenida cuando ellos comenzaron a morir.” dijo Zuri. “Eso no fue culpa nuestra.” A Cash le invadió la indignación. “¿Cómo podríamos saber que tantos aliens querían usarnos para prácticas de tiro? Ellos nos vendieron. Excusas patéticas de aliens. Nunca confié en ellos.” “Me siento mal por los que murieron a causa de nosotros. Es gracias a 9 Ambos son grandes seres peludos legendarios que se considera que viven en grandes cordilleras o zonas remotas boscosas o selváticas, el ‘Yeti’ (llamado ‘Abominable hombre de las nieves’) suele asociarse con Asia y el Himalaya, el ‘Bigfoot’ (literalmente ‘Pie-Grande’) suele asociarse con América.

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El Guerrero Zargonii de Zuri ellos que aún estamos vivos.” dijo Leo, su mirada pensativa. “Ellos trataron de ayudarnos. Y el Gorgano no regresó. ¿Estos, 2BKs, quieren matarnos?” “Querían que nos erradicaran, no aniquilarnos. Son aparentemente una cultura pacífica y cuando llegamos, no estaban seguros de qué hacer, hasta que empezaron a llegar otros para capturarnos.” “Entonces, ¿qué son estas cosas Zargonnii?, ¿qué van a hacer con nosotros?” preguntó Cash. “Me dijeron que nos harán nada malo. Ya que no estamos muertos, tal vez sea cierto. Ellos pensaban que yo estaba atacándolos cuando vomité, lo cual es extraño. Kobe me dijo que su planeta es más seguro.” Esta vez, cuando Zuri dijo su nombre lo pronunció de la manera en que él lo hacía. La ‘K’ era gutural, casi cruel. Al parecer, era importante aprender a decir las cosas bien, se preguntó si su primer intento le habría avergonzado de alguna manera. “¿Kobe?” preguntaron ambos, Leo y Cash. “Eso es lo que él dijo que era su nombre. No me hizo daño, entonces tal vez significa que no nos harán ningún daño. Ninguno de vosotros se ve mal o parece lastimado.” Zuri miró a Cash. “A menos que, por supuesto, les molestaras con tu encantadora manera. Así, tal vez realmente te van a comer.” La puerta de la cabina se abrió y Cash se contrajo cuando Kobe llegó hasta Zuri. Obviamente, se había cambiado de ropa y de botas. Llevaba tres hermosos cuadrados de tela, que le entregó a ella. Inmediatamente se la envolvió alrededor de sus caderas. La tela era suave como la seda y casi tocaba el suelo. Kobe tomó una caja a la que miró fijamente. Permaneció seguro y le sonrió a Leo. Su sonrisa le hacía parecer amigable. No parecía enfadado, más bien sociable. Recordó que deseaba que ella aprendiera su idioma porque tenía curiosidad sobre ella y la Tierra. A Zuri le recordó un gigante amable, un poco peludo.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Esta hembra tiene muchas curvas suaves agradables.” dijo Kobe. “El pelo en el pecho, los brazos, la espalda y el vientre es sólo ligeramente menos peludo que algunas de nuestras mujeres. Ella es agradable a la vista.” La boca de Zuri se abrió aturdida hasta que ella comenzó a reírse. Se rió hasta que las lágrimas gotearon por su barbilla. Estaba rodeada de sus amigos, y se sentía segura. Kobe era enorme, pero no era la enorme criatura oscura que creía que era. Ninguno de ellos había sido perjudicado, fue un alivio realmente reír, era difícil detenerse. Por un segundo, se preguntó si estaba al borde de la cordura. Aquí estaba, viva, no muerta. Tal vez todo saldría bien después de todo. Leo cruzó los brazos sobre su amplio pecho. “Bueno, dejemos esto. ¿Cuál es la broma interestelar que el extraterrestre hizo sobre mí?” Zuri notó la actitud arrogante de Leo, que también debió haberse dado cuenta, un alivio abrumador ya que el extraterrestre no estaba allí para matarlos. “Él piensa que eres una mujer.” dijo Zuri, volvió a reír, y luego resopló. Fue muy divertido bromear al respecto. No estaba tratando de herir sus sentimientos, aunque sabía que no lo hacía. “Lo que es ridículo. Tienes la cara más bonita de aquí. “ Tanto Cash como Leo fruncieron el ceño. Pero había un brillo en los ojos de Leo que Zuri adoraba. Luego miró el material de color agua. Zuri no podía esperar para su refutación. “Hey, tío.” Leo hizo un guiño a Zuri. “No soy una mujer y no voy a utilizar un ‘moo-moo’.”10 10 ‘Moo moo’ es un vestido largo, colgante y suelto, por lo general de colores brillantes o con dibujos, es originario de Hawái.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Por qué está tan enfadada?” Le preguntó Kobe mirando la cara de Leo. “Es linda. Estoy impresionado con sus pechos, no dejan de ser más alto que los tuyos no te... ofendas. Nuestras hembras sólo tienen pechos al amamantar, las madres alimentan a nuestros jóvenes. ¿Ella es una portadora de un niño que tendrá cualquier día? Si es así, tenemos que tomar medidas rápidamente.” Lo que envió a Zuri a otro ataque de risa. Luchando para respirar y hablar, se quedó sin aliento: “A él le gusta tus pechos, Leo.” “Oh, por el amor de Dios, un extraterrestre obsesionado con los pechos de hombre.” murmuró Leo. “Sólo cómeme y acaba con todo esto de una vez. No necesitas ponerme sal.” Zuri se dobló de risa. “¿Esta cosa no puede pensar que soy una mujer?” dijo Cash, aunque parecía escéptico. Zuri se enderezó y se puso seria. Señaló a Cash, gesticulando de una manera curiosa. Kobe asintió. “Bueno, sí.” dijo Kobe. “Ella es muy linda. Es un poco delgada, si un guerrero le lleva un presente tendrá que tener mucho cuidado, es muy delicada. Es diferente a ti, Zuri. Tiene un montón de pelo oscuro en sus piernas y brazos, mientras que tú estás casi sin cabello. ¿Tú te lo sacaste por alguna razón? ¿Es porque son de diferentes continentes? Hay similitudes entre vosotros tres, pero las otras dos parecen de alguna manera... inusuales.” Zuri miró a Cash de pie en su camiseta y pantalones cortos. “Él dice que eres demasiado delgado. Cree que eres la mujer más fea que ha visto en su vida, así que no te preocupes.” Cash pareció aliviado, después se sonrojó. Zuri se cayó al suelo, pensando que sinceramente se moriría de risa. Kobe frunció el ceño, entonces miró a Cash. Leo sonrió a Zuri.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Dile a esta bestia que somos hombres.” insistió Cash. “¿Cómo?” Preguntó Zuri, luchando por sus rodillas, secándose los ojos. “Tú puedes explicarlo mejor. Sólo sacude tu polla. Incluso esta criatura va a entender la anatomía, tal vez.” “Bueno, ¿y si él piensa que es una invitación?” dijo Cash. “Estoy seguro de que estarás bien satisfecho. Su polla es enorme.” “Maldita sea, Zuri. Esto es serio. No sabemos lo que quieren estos seres. ¿Qué hay de malo en ti?” Cash estaba frunciendo el ceño hacia ella. “No estoy muerta, y vosotros dos no estáis muertos.” fue su sencilla respuesta. Ella y Leo se miraron el uno al otro sabiendo que era cierto. Era un alivio abrumador sentirse feliz, nada más. Cash extendió la mano y la puso de pie causando que Kobe se moviera entre ellos. De inmediato, Cash la soltó y dio un paso atrás. “Esta hembra parece enfadada, y no me gusta su tono. Es mejor que le digas que no dejaré que te haga daño.” dijo Kobe. “Te prometí mi protección y, aunque yo no voy a hacerle daño, voy a ponerte en algún lugar sola.” Zuri suspiró y se rascó la cabeza. Por un segundo, se mordió una uña pensado. La provocación no era divertida. “Kobe, Zuri hembra.” Ella usó la palabra tratando muy duro de exigirse la pronunciación. Kobe asintió cabeceando. “Sí, ya sé que eres de sexo femenino.” Señaló a Cash, negando con la cabeza. “Cash, ninguna hembra.” Kobe hizo una mueca.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Estás diciendo que esto es un macho de tu especie?” Zuri asintió con entusiasmo. Luego señaló a Leo. “Uh, Zuri, tal vez es mejor que no.” dijo Leo, no sonreía y la miraba, preocupado, comenzó a irse para atrás. “Leo, ninguna hembra.” continuó Zuri. Demasiado tarde, se dio cuenta de por qué Leo se había puesto blanco. Kobe hizo el sonido más horrible en su garganta, un rugido horrendo de grito de guerra. Cash y Leo gritaron con terror cuando fueron agarrados por el cuello y levantados en el aire como si no pesaran más que unos niños pequeños. Kobe había crecido, sus arrugas estiradas para ser más grandes que antes. Zuri estaba segura de que había visto espacios entre sus dientes, pero ya no más. Ahora había enormes colmillos mortíferos. No se había engañado; Kobe ahora media dos metros trece. El cambio había sido fenomenal. Otros dos grandes guerreros Zargonnii también así, de más de dos metros trece de altura, llegaron corriendo a la habitación, mientras Zuri gritó. Trató de desenganchar a los machos humanos, estaba segura de que como los Tonans, los guerreros los matarían. Las tres bestias llenaban la enorme sala, haciéndola sentir pequeña. Los ojos de Kobe estaban en llamas, así como los de los otros, ella estaba aterrorizada de que pudieran quemar a los hombres delante de ella. “Para, Kobe, no.” Los otros guerreros se llevaron a Cash y Leo aullando de la habitación. Kobe gruñía cuando se dio la vuelta para mirarla. Zuri se congeló en el lugar. Se preguntó donde se había ido el gigante gentil. Con un giro de su brazo cargó a Zuri, poniéndola sobre su hombro mientras salía de la habitación.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Cuatro Zuri no quería hablar con él. Su mirada triste se centró fuera de la ventana de la cabina de Kobe. El material que Kobe le había dado se lo había envuelto alrededor de su cintura escondiéndole las piernas y los pies de la vista. La comida que trajo permaneció intacta. Su pequeña hembra parecía muy sola. Luego frunció el ceño ante sus pensamientos, en realidad no era su hembra. Él la tomó, pero sería entregada a la zona segura cuando llegaran a su planeta. Hasta entonces, era sólo suya para cuidar. Como no tenía ni idea de qué hacer con una hembra humana, sería muy feliz cuando volvieran a casa. Por ahora, había hecho una promesa, era un guerrero que cumplía con su palabra. “Los machos de tu especie no fueron perjudicados.” le dijo por décima vez. “Este también es nuestro primer encuentro con los seres humanos machos. Fuimos informados que las hembras de tu especie son inofensivas. Debes entender que si las hembras son inofensivas, entonces los machos son peligrosos.” Se volvió para mirarlo inquisitivamente. Por un momento dudó, luego ella se acercó a él. Con sus manos, midió la longitud de su pecho e hizo un gran gesto de tamaño. Kobe asintió. A pesar de que él no estaba en el modo de batalla, se alzaba sobre ella, y los machos humanos. Se sorprendió de lo suave y frágil que eran sus cuellos, entonces recordó lo fácil que fue tirar a Zuri al suelo, y él fue más suave con los hombres, no quería matarlos. Así las cosas, cuando les vio por última vez, al suministrarles alimentos, había dejado extrañas marcas en su piel. Como las tenía Zuri, y ella se encogió de miedo ante la visión de él.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Me doy cuenta de que somos más grandes que tus hombres, pero no todas las batallas se pelean con el cuerpo.” Ella señaló su cabeza y la de él y dijo: “Gorgano.” Sí, él sabía que ella entendía su lenguaje debido a los Gorgano, ella había derrotado a la criatura, y no los machos humanos. Kobe se comenzó a sentir incómodo cuando ella se escondió de él. Intentar algún tipo de ataque era ridículo. Su amenaza era inexistente. El vómito asqueroso que salía de su boca era peor, aunque ella había dicho que no tenía control sobre esto. “Si el Gorgano te ha dado la capacidad de entender a mi pueblo, eso es bueno. Has intentado tu poder sobre mí una vez.” Ella quedo aturdida, se detuvo y se echó a reír. “Lo sentí en mí por un momento, como si un trozo de comida quedara atascado en mi pecho, nada más. Se sentía incómodo, no doloroso. Mira, tu eres muy pequeña y débil.” Ella parecía insultada. Sus pequeñas manos en puños listos para la batalla, hasta que la puerta de sus habitaciones se abrieron y Citun entró, Zuri retrocedió. Citun era el guerrero más grande que Kobe conocía. Cuando llegara su momento, Kobe no estaba seguro de que un Cyron pudiera con su líder. Fuera del modo de batalla, Citun se acercó a Zuri, que ahora se presionaba contra una pared. “Esta es lo que hizo todo el alboroto.” dijo Citun. Él la miró escéptico. “He oído que barrió un hangar completo. Mis guerreros no son suaves. ¿Esta es la hembra?” “Sí, estoy seguro que has oído que los otros dos son seres humanos de sexo masculino.” dijo Kobe. “Lamentable, pero tenemos lo que vinimos a buscar.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Citun se acercó. “Criatura pequeña. No se parece a las fotos, esta vestida, nunca vi una hembra vestida. Ninguna pintura de guerra, ningún desafío. Tímida. Puedo oler su miedo. No veo ninguna utilidad para ello.” Zuri brotó una serie de palabras, incluyendo ‘idiota tonto del culo’, así que Kobe no necesitó mucho tiempo para darse cuenta de que estaba molesta. Sus ojos podían no cambiar para que coincidieran con su estado de ánimo, pero su tono ciertamente lo hizo. El ceño fruncido en su rostro era hermoso. Cuando Citun se acercó a ella, le dio una palmada en las manos y Kobe dio un paso adelante con cierta preocupación. “¿Qué estás haciendo?” Le preguntó Kobe. “Ponerla a salvo en alguna parte.” “¿Estás quitándomela? Pero, yo la atrape.” tartamudeó Kobe. “Ese no es el protocolo.” Citun le miró condescendientemente. “Todos estábamos buscando, y ya que ella no puede pertenecer a todos nosotros, y yo soy un líder, y esta es mi nave, ella es mi responsabilidad. Los Castians están muy interesados en las hembras humanas, porque perdieron todas sus mujeres envenenadas por el agua. Los Tonans quieren a las mujeres para comerciarlas con los Castians o con otros, tal vez incluso con los Gorgano si el precio es justo. Tiene que haber algún valor en estas hembras humanas para causar tanto revuelo. Aunque, mirando a este pequeño pedazo de carne no estoy tan seguro. Pero ya que estaba fuera en nuestro camino el capturar a los seres humanos, siguen siendo mi responsabilidad.” “Citun, ella te entiende.” dijo Kobe como si Zuri tirara dagas en Citun. Citun sólo parecía divertido. “Tengo que admitir que la pequeña hembra es novedosa.” “Su nombre es Zuri.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Bueno, Zuri, los guerreros Castian codician a las hembras humanas porque quieren aparearse con vosotras. Los Gorgano os quieren muertas. Los Tonans son criaturas abominables. Tú estás mejor con nosotros. Pero debes saber esto, tenemos hembras en nuestro planeta, no eres primordial para nuestra existencia y supervivencia. Nuestro mundo es salvaje y peligroso. Sería mejor si te comportaras.” “¿Estás disfrutando con esto, verdad?” le preguntó Kobe, sintiéndose enfadado. No había duda en su mente en cuanto al porqué a Citun le atraía Zuri. Citun era uno de los pocos guerreros que podría dominar a una Zargonnii hembra durante las Vacaciones. Sin lugar a dudas, con el pequeño tamaño de Zuri, su líder se sentía aún más pagado de sí mismo y poderoso. Por un momento Zuri no pareció feliz, luego sus ojos se iluminaron. Kobe frunció el ceño, tuvo que admitir, se veía como una criatura diminuta siniestra. Su boca había detenido su movimiento voluntariamente lo que significaba que estaba planeando algo. Citun se acercó a Zuri para tomar su brazo, sin duda, suponiendo que estaba asustada, Kobe no estaba tan seguro de que lo hiciera. Por un segundo, Citun puso su mano en su pecho y Zuri se agachó ligeramente. Citun parecía confundido. Kobe supuso que estaba por atacarlo, solo esperaba que ella no fuera a vomitar de nuevo. Kobe tuvo que admitir que le impresionó como Citun parecía un poco como bailando. Debía ser mucho para tomar de sorpresa a su líder. Su mano se frotó ahora en la garganta, y luego su vientre. Citun tosió. “¿Qué diablos?” exigió Citun cuando él en repetidas ocasiones se aclaró la garganta. “¿Qué quieres decir? ¿Qué pasa?” Dijo Kobe y girando ligeramente, se rió. Una vez más Citun puso su mano en el pecho. “Me siento raro.” “Debes ser alérgico a ella.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Alérgico?” “Es posible. Eres alérgico a las mascotas Toffs11.” “¿Tú eres inmune?” Kobe pasó cerca de Zuri y olisqueó. “Nada.” dijo sonriendo. “Y como sabes, yo tengo un Toffs.” Citun eructó. “Esto es repugnante, sangrientas alergias. Creo que tendrá que quedarse contigo por ahora, no puedo tenerla en mi habitación. Asegúrate de que se mantiene a salvo. Las mujeres no son muy inteligentes, por lo que no debería ser un problema.” Zuri se enfadó y resopló de nuevo, con los ojos abiertos y cerrados por su esfuerzo, uniendo esas pequeñas líneas de pelos en sus párpados. Su rostro era una máscara de concentración. Citun eructó ruidosamente, y luego se frotó el culo. Giró para marchar hacia la puerta, su mano en el pecho. Cuando Citun los dejó, Zuri cayó al suelo. Su respiración se hizo entrecortada, sin aliento; la lucha con su mente había cobrado su precio. Obviamente estaba exhausta, sus miembros parecían fideos. Kobe se arrodilló junto a ella mientras sostenía la mano en su cabeza. “Ahora… ¿vas a comer algo? Necesitas recuperar tu fuerza.” Dijo. Estaba impresionado, ella tenía coraje. Zuri asintió. “Agua.” dijo ella sin aliento. Kobe sonrió, había dicho la palabra en su idioma. No tenía capacidad para hacerlo sonar gutural, pero su palabra era clara. Supuso que, ya que ella entendía el idioma Zargonnii, no le tomaría mucho tiempo para que se 11 En el primer libro de la serie se describe a los Toffs como una mascota pequeña y peluda que suelen tener los Zargonii para sus niños.

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El Guerrero Zargonii de Zuri comunicara. Se levantó y volvió a entregarle un vaso lleno de agua hasta el borde. Ella bebió un sorbo con cautela y luego se bebió el resto. Zuri volvió a tomar la copa en sus manos cuando quedó vacía. Dio unos golpecitos con los nudillos en ella. Ella señaló con la mano. “¿Metal?” Kobe pudo ver que ella luchó con la terminología, pero lo había hecho bien. “No.” respondió. “Metal es un término para muchas superficies duras y frágiles. Esto se llama nitruro de anguila. Cualquier otro componente se rompería en las manos de un Zargonnii. Los machos Zargonnii somos estrepitosos cuando comemos, y cuando estamos en batalla. ¿Que usan los seres humanos?” “Variedad de cosas, tenemos para comer utensilios de cerámica, plástico, vidrio, estaño, cobre, porcelana, espuma de poliestireno, incluso papel. Cualquier cosa que pueda formarse. Hmm, supongo que tú serías como un toro dentro de una tienda de porcelana.” “No entiendo muchas de estas palabras. Los artículos en mi planeta son nitruro de anguila. Es duro, irrompible, duradero para toda la vida y se puede pasar de generación en generación. Algunos son transparentes. Tu enclenque transporte no habría podido mantenernos fuera, el material es muy frágil. No veo la necesidad de una variedad de cosas inútiles, rompiéndose y debiendo ser reemplazadas. ¿Esto no causa una gran cantidad de residuos innecesarios?” “Supongo. Los seres humanos tienen diferentes gustos.” “Los machos Zargonnii tiene un gusto por lo resistente. Durable es una buena cosa.” Kobe trajo la comida del plato que había recuperado de la Sala de Reunión. Todos los Zargonnii comían sus comidas en el Salón, pero sus habitaciones tenían agua para beber y baños. Kobe pensó que la sala sería muy intimidante para Zuri. Los machos Zargonnii no le harían daño, pero

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El Guerrero Zargonii de Zuri podían querer darle una mirada. Ella era nueva en su mundo, incluso si hacía eso del mal olor cuando se asustaba. Kobe no vería nunca llegar la comida, una vez que ella la dejara caer. El olor era fuerte, su mecanismo de defensa, aunque ella decía que no era eso. Ella era diferente. Los Guerreros podrían querer tocar sus pechos, que eran una rareza. Los machos sabían lo que eran los pechos, que pertenecían a un bebé. Pero si no hay bebé, eran juego justo. Sabía a ciencia cierta que eso no le gustaría a Zuri, incluso si se realizaba sólo por curiosidad. El Zargonnii sabía de muchas especies exóticas, pero esta hembra era muy diferente, su Tierra tenía que estar a millones de planetas de distancia. Qué extraño debía ser para los seres humanos, aislados, lejos, solos en su pequeña área del universo. Unos niños mimados solitarios. Una existencia solitaria. El mundo de Kobe era muy diverso. Habían encontrado al menos un centenar de seres diferentes en los primeros diez años de su vida. Para su conocimiento, Zuri había conocido cuatro y dos la querían muerta, esclavizada o como herramienta de negociación. Sin duda, los Tonans la habrían vendido al Gorgano, si el negocio fuera lo suficientemente rentable. Sucios bastardos, no tenían nada de compasión. Zuri estaba estudiando la comida ante el plato de nitruro de anguila. Ella jugó con algunas cosas y lo puso abajo. Había un ceño decidido en sus rasgos. Kobe tomó un fruto baya. Era redondo, de un tamaño decente, se adaptaba muy bien en sus manos, de color púrpura oscuro, dulce. Zuri lo miró como si fuera un gusano caliente muerto en el plato. “Esta es una fruta de baya.” dijo Kobe. “¿No te gusta el color púrpura?” Tal vez el color púrpura era nuevo para ella. Zuri negó con la cabeza. Ella tomó la fruta que parecía absurdamente grande entre sus pequeños dedos y golpeó con los nudillos. La dio vuelta en sus manos pareciendo

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El Guerrero Zargonii de Zuri confundida. Kobe tomó la fruta. Estudió cuidadosamente su mirada curiosa. “No tienes ni idea de qué hacer con esto, ¿correcto?” “No, es muy dura. No comer, romper los dientes.” Sus palabras sueltas fueron todas dichas en idioma Zargonnii, pero con su suave voz. No se molestó en tratar de dominar los sonidos guturales. Su garganta era muy delicada, así que Kobe se preguntó si alguna vez podría hablar su idioma sin acento. Kobe abrió fácilmente la fruta por la mitad, exponiendo el húmedo interior. Dio la mitad a Zuri y le dijo que se comiera la pulpa. Kobe podía comerse toda la cascara, por supuesto, sus dientes no eran romos como los de ella. Zuri trató de quitar la carne, los clavos eran contundentes. Incluso abierto, la comida le estaba dando un mal rato. Kobe frunció el ceño cuando se dio cuenta de que toda la comida en el plato le daría el mismo problema. Tontamente había elegido sus favoritas, pensando que ella estaría contenta. Él no había tenido en cuenta su falta de fuerza, los dientes romos y su tamaño. Esta no era una hembra Zargonnii, no podía tratarla como tal. He aquí como a él le sería difícil. El tamaño de la pieza de carne ‘Faya’ en la mano fue excavado por un pequeño dedo, luego alejado sin tocar. Una urgencia en él, se dio cuenta de que iba a morir de hambre si no averiguaba qué hacer. Después de un poco, masticó de la baya, masticó y masticó... luego trató de tragarla, Zuri dejó caer la fruta y parecía desdichada. Sus piernas envueltas apretadas debajo de ella, sus brazos alrededor de su cuerpo. Parecía un gato macho asustado después de haber sido abandonado. Kobe odiaba la sensación que causaba en sus entrañas. Kobe estaba pensando que necesitaba para corregir esta situación. La revelación vino a él. “Zuri, recuerdo cuando cuide al hijo de mi amigo, cociné todos los alimentos. Me ocupé con otra tarea y me olvidé de la comida. Cuando volví toda la pieza de carne hirvió en agua, era tan suave que estaba pegajosa. Puedo hervir los alimentos hasta que estén lo suficientemente suaves para que los comas. ¿Cree que eso va a funcionar?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Ella asintió con la cabeza. Los dos se sentaron mirándose el uno al otro y parecían haber llegado a la misma conclusión. Eran extraños entre sí. Tenían diferentes necesidades. Quizás muchas cosas serían diferentes. Kobe frunció el ceño ante esa idea. ¿Esta hembra humana sabía lo que eran las Vacaciones? No estaría de más preguntar, y la otra hembra humana en el planeta dijo que disfrutaba vacacionar con su pareja. Kobe estaba curioso si esto era de hecho para todas las hembras humanas. Una de las razones por las que Citun estaba tan interesado en el sexo femenino fue a causa del rumor del bebe medio humano-Zargonnii y sus habilidades. “Zuri, ¿te gustan las Vacaciones?” Ella se encogió de hombros, parecía que estaba buscando una traducción, sacudió la cabeza, luego se iluminó. Empezó a hablar de una tormenta ininteligible hasta que Kobe la hizo callar. No entendía, pero ella parecía emocionada, lo que era bueno. “Divertido, cálido.” dijo esas palabras en su lengua. “Sonrisas felices.” Kobe apretó los ojos medio cerrados. ¿Diversión, cálido, feliz, sonrisas? Los seres humanos debían tener un momento interesante de apareamiento durante las Vacaciones. “¿Cuál de tu especie es dominante en la prueba durante las Vacaciones?” Pareció pensar en ello. “Las hembras”. Kobe se rascó la garganta al pensar. Por lo tanto, los seres humanos femeninos son dominantes durante las Vacaciones. Los machos de su especie parecían más grandes, pero la vista podría ser engañosa. “Así que la hembra suelen estar en la parte superior.” dijo. “Sí. Las hembras están en la parte superior, siempre.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Los machos pelean?” “Sí, pero ceden.” Hmm. “Entonces, ¿cuántas Vacaciones has tenido?” Empezó a mover los dedos. Incluso los Zargonnii usaban los dedos para contar. Sus ojos se abrieron cuando ella subió sus diez dedos varias veces. Cuando parecía que pasaron los veinticinco, se calmaron las manos. No era de extrañar que el macho Zargonnii tuviera una hembra humana como su compañera. Las hembras humanas eran animales de Vacaciones. Por alguna extraña razón la idea hizo a su polla palpitar. Kobe se removió incómodo. Esto no era como nada de lo que había encontrado. Una hembra estaba sentada al lado de él discutiendo cómo daba la bienvenida a las Vacaciones. “¿Considerarías tener unas Vacaciones conmigo?” explotó Kobe sin rodeos. Bueno, ella parecía muy emocionada y excitada, no podía lastimar a nadie preguntar. Con una hembra tan cerca, Kobe ya estaba empezando a sentir el calor de sus hormonas. Eso pareció sorprenderla. “¿Vacaciones?, ¿Vacaciones con Kobe?” “Sí, Kobe y Zuri pueden hacerlo ahora, si quieres.” Zuri miró a su alrededor con curiosidad. La mirada de Kobe la siguió. Ella frunció el ceño hasta que Kobe pensó que tal vez no era una buena idea. Debían estar en la selva, debían estar en forma de batalla. Ella no tenía forma de batalla. Esto era todo muy confuso. Había una hembra sentada frente a él, una hembra. Machos y hembras sólo no se sentaban y hablaban, pero parecía muy a gusto con la idea. Ella había pasado tantas Vacaciones que debería estar acostumbrada a esto.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe pensó tal vez él debería empezar, era el dominante después de todo, aunque nunca había sido dominante. No habría ninguna lucha, lo que también le confundía. Si no había batalla, ¿como la iba a sujetar? No podía saltar sobre ella de repente y aplastarla.

Zuri lo miraba con una extraña expresión en su rostro. Se preguntó si ella se reiría de él. La idea era molesta, él era el dominante. Era él quien se haría cargo, no podía esperar por ella. Sería un error. El pensamiento de los pechos en una hembra era fascinante e impulsivamente jugó con uno. Era cálido y suave, obviamente, este era el lugar perfecto para empezar. Siendo el dominante, podría satisfacer su curiosidad, era lo justo. Kobe luego saltó hacia atrás sobresaltado cuando la pequeña hembra se puso furiosa. Santa mierda, la humana hembra tenía un modo de batalla. Los oídos de Kobe resonaron cuando ella cantó en su cabeza, el se sostuvo con ambos puños. “Vacaciona esto.” Exclamó ella. Kobe nunca había oído ese tono en su voz, gritó una serie de palabras que sonaban fuera de lugar en su pequeño cuerpo. Zuri le dio un puñetazo mientras que Kobe se sentó en su culo preguntándose qué demonios estaba pasando. No podía luchar contra ella. Una hembra y macho debían luchar por el dominio, pero en algún lugar en lo más recóndito de su mente comprendió que ella estaba molesta, y no en la necesidad de unas Vacaciones. Para ser una cosa tan pequeña, ella le lanzó un buen puñetazo. No estaba haciéndole daño, no era lo suficientemente fuerte, sin embargo, sus movimientos fueron impresionantes. También había vuelto al ‘imbécil-idiota’. “Espera, Zuri.” Kobe la agarró por los brazos agitándola.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Un día de Vacaciones para mí es cuando una pareja hembra y macho tienen sexo. Obviamente, esto no significa lo mismo para ti.” Ella estaba de vuelta gritando en su propio idioma. Hablaba muy rápido, era como si su boca fuera propulsada por una máquina. Le estaba dando un dolor de cabeza. Su nariz estaba arrugada y con los brazos moviéndolos de atrás hacia adelante. Su olor se estaba volviendo desagradable. Primero le tiró su interior vomito, algo vil como táctica de guerra, ahora ella despedía un olor de las axilas. Kobe estaba empezando a preguntarse si había que ser más cauteloso con las hembras humanas que con los machos. “Hablas mucho.” “¿Me estás llamando bocona?” Ella lloró. Kobe no entendía la palabra bocona, pero si eso significaba que ella era muy ladradora de hecho era grandilocuente. “Tienes olor.” le espetó. Eso la detuvo. Su cara se puso roja. Corrió en un intento de obtener una sentencia antes de que resoplara de nuevo. “Tengo una sala de lavado que puedes utilizar. Puedo encontrar una toalla. Puedes lavar tu ropa. Creo que necesitamos un tiempo lejos el uno del otro para calmarnos.” Eso es lo que estaba pensando. No tenía ni idea de que la mantención de las hembras humanas fuera tan compleja. Necesitaría una cuidadosa consideración. Citun podría tener que fortalecer el área humana, con una hembra humana tan silvestre. Y dada la prueba de sonido, definitivamente insonorizada.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe lanzó los brazos. Ella le siguió a la habitación de al lado, con la espalda recta como una flecha, donde había una gran zona para el lavado. Le mostró cómo funcionaban los grandes grifos negros. Después de dejar una toalla en el suelo cerca de la sala salió y cerró la puerta. Estaba sintiéndose infeliz. Tal vez era un imbécil. ¿Por qué una hembra querría Vacaciones con él cuando la había capturado? No era tiempo de Vacaciones. ¿Por qué incluso iba a sugerir una cosa así? ¿Por qué sus hormonas corrían frenéticamente? Tal vez debería haber dejado que Citun se la llevara. Era vergonzoso ser dominante y no poder dominar. Esto no funcionaba en absoluto. Sus pensamientos estaban rodando. Zuri en realidad no era su prisionera sólo porque él la capturó. Ella no le pertenecía a él, como Citun había señalado. Tal vez lo mejor era que ella fuera colocada en su nuevo hogar y Kobe podría volver a su vida normal. Encontraría una hembra normal Zargonnii en sus próximas Vacaciones, sería dominado más que probable, correctamente, y con un poco de suerte, tendría un hijo. No había ninguna razón para pensar que él y Zuri serían compatibles independientemente de todo. Era hermosa, diferente, una curiosidad. Vulnerable, triste, solitaria. Mala cosa. Y era un gran idiota por tratar de aprovecharse. A partir de ahora, la dejaría sola. Pediría a Citun los turnos más largos que lo mantendrían alejado de ella. Muy lejos. Kobe oyó gritar a Zuri. En menos de un segundo rompió la puerta para llegar hasta ella.

*** Zuri estaba muy enfadada. ¿Por qué demonios el gran tonto alienígena pensaría que quería tener relaciones sexuales con él?, ¿vacaciones con él? ¿Qué mierda de palabra era esa para el sexo, de todos modos? ¿Qué le había hecho pensar que podían echar un polvo? ¿Esperaba recibir un regalo?

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El Guerrero Zargonii de Zuri Actitud masculina típica en cualquier macho. Zuri no había tenido relaciones sexuales desde hacía al menos dos años. Nadie en el planeta estaba interesado de esa manera, y el año anterior había estado tratando de sobrevivir en la Tierra. Después cuando fue el turno de Zuri en un transporte que había llegado, la mitad del planeta estaba bajo el agua. Por un segundo, dejo la cabeza colgando mientras permanecía desnuda en la ducha. Su vientre retumbó por el hambre, esperaba que hervir la comida ayudaría, no podía morder a través de cualquier cosa. Se preguntó cómo lo estarían haciendo Cash y Leo. Se preguntó si se sentían tan hambrientos y solitarios como ella. La cabeza de Zuri cayó aún más por la consternación. No lloraría, repitió esa frase en sus pensamientos. Zuri trató de convencerse que el nuevo planeta no sería tan malo. Citun, el capullo, había dicho que era un área para los seres humanos. Realmente, ¿qué tan malo podría ser ese planeta? Kobe daba un poco de miedo, pero no le había hecho daño. Cualquier cosa en el planeta no podría ser tan grande como era el. En cierto modo, recordó a Leo. Y con demasiada frecuencia se recordaba que no se puede juzgar un libro por su tapa. El Tonans era hermoso, pero mortífero. Por un momento, ella sinceramente pensó que podría estar enamorada del Tonans. Pero su alma era fea, horrible. No sólo porque se había convertido en un monstruo, era un monstruo. Los 2BKs les vendieron, no es que ella les culpara. Eran criaturas gentiles que salvaron sus vidas más de una vez. No eran tan malos. Los Gorganos eran una gran amenaza, aunque Zuri estaba segura de que en una confrontación física podría patearles sus flacos culos. En cuanto a los Zargonnii, la barrera del lenguaje era difícil, pero, sorprendentemente, ella estaba encontrando extrañamente fácil esa lengua gutural. Además, Kobe tenía razón, ella definitivamente necesitaba un baño verdadero. El sudor por el miedo y el estrés habían cobrado su precio. Suspirando, Zuri se estiró para abrir el grifo.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Tomó un poco de fuerza para empujar la palanca hacia arriba. Zuri estaba directamente bajo un rectángulo de un metro, con una apertura muy larga en el cubículo, por donde asumió que saldría el agua. Lo miró desconcertada por un momento cuando no pasó nada. Una fuerte explosión y Zuri dio un paso tentativo hacia atrás. Esto no se veía bien en absoluto. El agua la golpeó el pecho con mucha fuerza, empujándola hacia atrás. Golpeó el nitruro de anguila de la pared, aullando. Zuri trató de escapar de aquella explosión tan fuerte, se encogió en una bola en la esquina, pero todavía dolía como alfileres y agujas, cuando el agua la tocaba. La presión era agonizante, no podía encontrar la puerta, no podía alcanzar el grifo. Las gotas golpeaban el suelo tan rápido que saltaban y le aguijoneaban el cuerpo cuando la golpeaban de vuelta. Zuri oyó la puerta del baño explotar cuando se abrió. La puerta de la ducha casi se rompió. De repente, Kobe estaba de pie frente a ella, protegiéndola. La tomó en sus brazos. El agua bailó en su espalda, tomando la presión, rociándolo suavemente. Pronto su cara peluda estaba empapada. Una corriente fluía por su cabeza, lavando su pelo. Pronto, Zuri sintió sus fuertes manos frotando una sustancia suave por su cuerpo. El jabón era negro, el olor era agradable. Kobe canturreó de nuevo en ese tono arrullador que tenía. Jadeando por aire, se aferró a él. Fue agradable relajarse frente a un cuerpo sólido fuerte. Kobe tomo el impacto de la fuerza de la ducha, mientras que ahora las gotas la limpiaban sin causarle daño. Cuándo Kobe la empujó un poco más cerca, ella se tensó y con su mano tocó su pecho. Maldijo cuando notó las marcas rojas y un pequeño hilo de sangre que casi había dejado de fluir. Volviéndose hacia atrás, apagó el agua explosiva. Recogiéndola en sus brazos, salió por la maltratada puerta de la ducha. Kobe la envolvió en una toalla y la llevó a su dormitorio, donde la puso sobre su cama. Una vez más, estudió su pecho. Usó la toalla, presionándola contra la marca sangrienta. “Lo siento, Zuri. Todo esto es mi culpa.” Se veía muy arrepentido con su pelo largo y blanco que goteaba sobre

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El Guerrero Zargonii de Zuri él. Enfocó su mirada hacia ella, sus ojos se iluminaron brillantemente y ella sintió un tremendo calor cubriéndola. Su cuerpo comenzó a secarse. Ella le miró con curiosidad. “Mis ojos tienen la capacidad de dar calor o fuego. Podemos calentar y secar a nuestros hijos con sólo un vistazo. O podemos incinerar a un oponente.” La toalla mojada estaba seca. Él salió de la habitación y Zuri oyó la ducha conectarse de nuevo. Cuando Kobe volvió, le tendió la camisa y la ropa interior, lavada y secada para ella. Fue hacia una pared, donde se abrió un cajón. Dándole la espalda a ella, se quitó los pantalones húmedos y las botas. Su culo estaba tallado en roca, casi sin pelo. La parte posterior de sus piernas estaban cubiertas con la misma piel blanca de su pecho. Sus pies eran grandes, con diez dedos, cinco en cada pie, se parecían a los pies humanos, excepto por su tamaño y la fina capa de piel y pelos que los cubrían. El podría dar miedo, pero era gentil y poderoso, el gigante gentil estaba de vuelta. Zuri luchó con su ropa, escondiéndose debajo de la toalla. Se levantó y se puso la larga tela en la cintura que le había dado originalmente. “¿Cuánto tiempo se tarda en llegar a tu planeta?” preguntó Zuri. Sustituyó todas las palabras en Zargonnii que pudo, con la esperanza de que la entendiera. “Alrededor de una semana y media, si no hay problemas.” “No puedo bañarme en tu ducha.” “Sí, puedes. Te he visto desnuda, me has visto desnudo. Nos bañaremos juntos. Yo puedo protegerte. “ “Eso no es realmente apropiado.” “Tampoco lo es comenzar a oler mal. Ya te he mencionado nuestras Vacaciones, ¿tu especie tiene un tiempo establecido como Vacaciones?” “Lo llamamos sexo. Un día de vacaciones es diferente para nosotros. Celebramos muchas cosas diferentes en las diferentes estaciones.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe se sentó en un enorme sillón tapizado. Acarició el asiento justo al lado de él. “Tenemos un largo camino para llegar a conocernos uno al otro. Déjame hablarte acerca de mi planeta. Quiero saber todo sobre el tuyo. Me pregunto cómo puedes estar con un macho y no sentir la necesidad de luchar. Dices que eres amiga de estos machos seres humanos. Nunca tuve una amiga. Sé tú la mía. Comparte tu historia conmigo.” Sonaba muy sincero. Zuri podría necesitar de un amigo. La soledad no era algo que ella tomaba bien.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Cinco Con vacilación, Zuri se acercó a Kobe. Se sentó como un animal tímido a la espera de una criatura que se lo comiera. Se preguntó qué podía decir, cómo podía no asustar a alguien tan pequeño. Kobe y los guerreros Zargonnii protegían a sus hijos machos, era natural. Ni una sola vez en su vida había protegido a una sola hembra, ni una sola vez en su vida, tampoco nunca lo esperó. Eso era casi inaudito en su cultura. Pensó por un momento que le había hecho a Zuri un flaco favor al no permitir que Citun la viera. Citun había sido dominante durante las Vacaciones, era el mayor y más fuerte que sus guerreros. Esto significaba que la hembra que había desafiado y ganó estuvo a su cargo durante el período de Vacaciones. Kobe no estaba seguro de lo que eso significaba, pero podría adivinar que la batalla había sido impresionante. Por alguna extraña razón, la idea de entregarla a su líder era un problema para Kobe. Citun no era cruel, solamente arrogante. Tenía razón para serlo, pero no con una pequeña hembra humana. Zuri ya tenía más que suficiente como para tener que hacer frente a insinuaciones verbales. Y Kobe no tenía ni idea de cómo reaccionaría Citun a un asalto físico. Kobe era un feroz guerrero, pero él parecía tener más paciencia que la mayoría de los guerreros. Tenía que admitir que cuidar a un bebé estaba en lo alto de su lista. Ahora, sentado con Zuri, ella se estaba acercando a esa misma lista. Él nunca expresó sus sentimientos con nadie más excepto a su amigo más querido. Él podría decirle a Atin todo sobre Zuri al llegar a casa, Atin lo entendería. Ni una vez se burló del lado suave de Kobe. Esperaba que Zuri tampoco. “Mi planeta es muy bonito, te van a encantar todos los colores. En el

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El Guerrero Zargonii de Zuri planeta huele dulce. Estoy seguro de que es muy diferente al tuyo.” comenzó. “Citun dijo a sus guerreros que tu planeta fue destruido por el mal tiempo. Nuestro clima es estable, no tienes que temer a las tormentas que destruyan el área humana establecida. Me temo que tenemos algunos animales grandes por lo que tendremos que protegerlos. Estoy seguro de que tu Tierra debe haber estado vacía de peligros de origen animal.” “Oh, no, teníamos osos, tiburones, serpientes venenosas.” Kobe escuchó sus extrañas palabras y se encogió de hombros no sabiendo lo que eran cualquiera de estas cosas. Zuri se levantó e hizo una mueca, él asumió que ella pensó que sería interpretado como miedo, se abstuvo de reír. Ella dobló sus pequeñas manos simulando unas garras meritorias. Luego gruñó, Kobe se echó a reír. “Roarrr.” exclamó. “Oso.” Kobe se llevó la mano a la boca para mantener la compostura. Si se trataba de un oso, le encantaría tener uno como mascota. Zuri luego emitió un sonido sibilante, ella se retorció alrededor tratando de verse siniestro, algo que un niño haría durante el juego. Mordió el aire entonces ella cayó hacia atrás, los brazos y las piernas bailaron y tiraron por un segundo hasta que se quedó inmóvil. Asumió que inconsciente o muerta. Ella le miró. “Serpiente.” Kobe no podía esperar al tiburón. Estaba entusiasmado. Zuri se levantó, fijó los ojos en él como posible alimento. Eso llamó su atención, ella era muy buena en esto. En silencio, se acercó a él con la expresión facial vacía de emoción. Sus dedos abrieron los labios hacia atrás exponiendo todos sus dientes tanto como le fue posible. En un movimiento fluido de repente ella le agarró las manos. Kobe casi saltó. “Oh, siempre quise uno de esos.” dijo Kobe emocionado. Zuri dejó caer sus hombros, y luego se dejó caer a su lado. “Los tiburones muerden.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Impresionante.” “No es espectacular, idiota. Muerto.” “Bueno, entiendo cómo puede asustar a un ser humano, pero en realidad, Zuri, ¿realmente me miraste?" Zuri lo miraba, tenía el ceño fruncido. “¿Hay peores monstruos en tu planeta?” “Sí, monstruos peores que yo.” “No, Kobe, no eres un monstruo. Diferente. Dulce, amable, gentil.” Kobe sonrió, entonces pensó en los hombres de la Tierra. Eran diferentes a él. Calvos como Zuri. Kobe se dio cuenta de por qué los hombres habían parecido tan enfadados con él, seguro que él se sentiría ofendido si alguien pensara que era una hembra. Las hembras Zargonnii eran majestuosas, pero los machos eran masculinos y las hembras eran femeninas. Uno de los seres machos humanos tenía un hueco entre sus dientes delanteros, pero Kobe sabía que los dientes de los seres humanos no se expandían y crecían en afilados dientes. Los seres humanos no podrían ganar altura en el modo batalla. Incluso cuando Zuri estaba con ira, ella seguía siendo del mismo tamaño. Aunque tuvo la certeza en el segundo que ella giró la cabeza en un gesto de miedo, no lo hizo. “Estas criaturas en tu planeta que dices que son peligrosas, ¿es porque lucháis con ellos?” Preguntó Kobe. “Sobre todo nos quedamos lejos de ellos.” “Estás aprendiendo mi lengua muy rápidamente.” Zuri se quedó pensativa por un momento. “Sí, creo que lo hago. Cuanto más hablo, es más fácil. ¿Crees que el Gorgano me hizo algo?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “El hecho de que puedas dar indigestión a un Zargonnii con un pensamiento y comprender nuestro idioma no te convierte en una amenaza para nosotros, o para ti misma.” “Echo de menos la Tierra.” “Tal vez deberías estar agradecida de que te hayas ido.” “¿Qué? ¿Por qué?” “El Gorgano iría a por vosotros con el tiempo. Estarán sobrevolando alrededor de tu pueblo. No todos los aliens son crueles.” “¿Que son los Castians?” La pregunta puso incómodo a Kobe, un extraño sentimiento de celos invadió su pecho. Un sentimiento de miedo. Tenía la intención de permanecer lejos de ella, pero su grito de ayuda le puso en acción como ninguna otra cosa. Ella le necesitaba, y él había prometido protegerla. ¿Y si Zuri prefería irse a vivir con un alien que pudiera darle su inmortalidad? Un alien que podría protegerla de todos los peligros. Los Castians incluso parecían humanos. Cuando embarazaban a las hembras, ellas tenían un bebé con escudo, eran indestructibles. El planeta, Bagron, era seguro para una hembra humana. Su líder Cobra lo hacía bien. ¿Qué tenía un Zargonnii para ofrecer, excepto un lugar peligroso con seres sobrenaturales? Él pensó que tomaría un enfoque más cauteloso. “¿Viste a un Tonans?” “Sí.” “Los Castians tienen el mismo aspecto en el exterior, mismos colmillos, garras, excepto que son negros cuando están blindados y carecen de colas.” Zuri hizo una mueca y Kobe se relajó. Era verdad, pero no toda la verdad. “¿Voy a estar contigo en tu planeta?” “Hemos asignado un área para que te mantengas.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Vamos a ser libres?” “Es demasiado peligroso para que vosotros podáis caminar alrededor de nuestro planeta, son muy impotentes.” “Así que Cash, Leo y yo tendremos que permanecer encerrados como animales de zoológico para siempre.” “¿Animales de zoológico?” “De donde yo vengo, es la única forma en que algunas personas pueden ver animales exóticos, o incluso a los animales en su ambiente, que originalmente nunca llegarían a ver de cerca sin peligro para nosotros o ellos. Se colocan en un entorno encerrados, pero restringidos por razones de seguridad.” “Me temo que eso es exactamente lo que será.” “¿Por qué no puedo simplemente dar vueltas por ahí? Yo no le haría daño a nadie.” “Zuri, ¿en tu planeta vosotros tenéis esas criaturas vagando libres? En mi planeta todo tipo de animales andan libres.” “Por supuesto, todos.” “¿Teneis un medio de protección, lucha o huida?” “Sí, supongo, pero la mayoría no se preocupan por una ardilla o ardillas. Son inofensivas.” “Hay criaturas en mi mundo que podrían ser inofensivas incluso para un ser humano, pero no todas. Al igual que con tus criaturas nocivas, un Zargonnii sabe cómo evitar el peligro. Pero lo que no sería una amenaza para mí, puede matarte a ti. Tenemos un lugar de aprendizaje para nuestros hijos varones, pero sus padres no los llevan allí hasta que cumplen trece años. En el momento en que un Zargonnii es macho, a los trece años, puede defenderse contra un Bangor. La descendencia Zargonnii es el alimento favorito de los Bangor. Son conocidos por subir por las paredes de los patios durante las Vacaciones. Es raro, pero a veces estas criaturas pasan a nuestras hembras

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zargonnii, que normalmente las contienen.” “¿Yo podría luchar contra un Bangor?” “Ni siquiera cuando estás enfadada. Siempre necesitarías supervisión en nuestra selva. Además, hay agujeros de pantano a los que nunca puedes ir cerca. Nuestros niños juegan cerca de ellos porque la escoria del estanque se mantiene al mínimo, pero con tu piel te verías perjudicada o siendo comida.” Zuri se estremeció. “¿Cómo sobreviviste?” “Tócame.” dijo Kobe. “¿Perdón?” Kobe tomó la mano y la puso sobre el óvalo de su vientre redondeado. Sintió las arrugas duras y cuando se levantó, la llevó con él. Creció en el modo de batalla y se alzó sobre ella. “Soy prácticamente indestructible.” “¿Son vuestros hijos de sexo masculino tan duros como tú?” “Al principio no. Un padre vigila estrechamente a su descendencia masculina durante los primeros doce años. Por lo general, el padre crea un ambiente seguro en su patio trasero para que su hijo juegue. Ayudé a mi amigo para hacer segura la vida para Mrac, su hijo.” “Todo lo que mencionas son padres y sus hijos. ¿Qué pasa con la descendencia femenina?” “Las madres mantienen a las hembras. Cuando los niños varones nacen, los dejan cerca de las casas de sus padres.” “¿Solos?” le miró sorprendida. “¿Con Bangor come-chicos alrededor?” “La madre vigila hasta que está seguro.” “Así que vosotros no vivís juntos, en absoluto. Ni siquiera con los niños.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Qué triste. No es de extrañar que no quieras que me vaya a casa contigo. Pero no estoy entendiendo. Querías un día de Vacaciones conmigo, ¿al menos te gustan las mujeres?“ “Por supuesto.” dijo escupiendo. “Qué pregunta extraña. Yo amaba a mi madre. Incluso si las hembras no son tan inteligentes como los machos, las hembras son adversarias formidables, regias y majestuosas. Tienen mi respeto. Me gustaron las cuatro veces que pase mis Vacaciones con diferentes hembras que me encuentran aceptable.” “¿Aceptable?” “Para luchar contra ellas.” “¿Entras en batalla con tus mujeres?” Zuri parecía que estaba a punto de correr por salvar su vida. Era su propia culpa por pedirle tener Vacaciones con él, ahora pensaba que quería hacerle daño. “Nuestras culturas son diferentes. No te gustaría luchar, eres demasiada pequeña. Yo no te voy a pedir Vacaciones de nuevo.” “Mi nueva vida parece muy solitaria. Me mantendré en el mismo lugar día tras día. Haciendo lo mismo día tras día.” “¿No puedes ir de Vacaciones con tus hombres?” “No son mi tipo.” “Oh ves, nuestras hembras también tienen ciertos tipos, no eres tan diferente al respecto.” “¿Por qué no dejas que me quede con tus hembras?” “Me temo que nuestras hembras no son tan inteligentes como los machos. Ellas pensaran en ti como una mascota.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Bien podría serlo. Enterrada, sintiéndome como si estuviera en la cárcel por el delito de ser una humana.” “Zuri...” “Estoy cansada. ¿Dónde puedo dormir?” Kobe la llevó a su cama. “Descansa un poco, tengo que informar en un momento.” Con una última mirada a la nueva escalada de la humana en su cama, Kobe tenía que reportar todo lo que había aprendido. Citun iba a tener que hacer la vida soportable para estos seres humanos, si planeaba mantenerlos. El pueblo de Kobe no eran carceleros, conocía especies que retenían a sus enemigos. Los enemigos nunca eran devueltos al planeta de Kobe. Era una idea tonta. Por otra parte, estas personas no eran enemigas, eran más bien una novedad. Esperaba que, con el tiempo, los humanos se acostumbraran a esta situación. Kobe corrió. Tenía que dejar que Citun conociera que todos los alimentos necesitaban ser hervidos. Había visto a Zuri con frío, la temperatura tendría que ser levantada. Los seres humanos eran criaturas inteligentes; tendría que conseguir algún tipo de distracción para ella. Se necesitaría una gran cantidad de trabajo. Afortunadamente, tenían más de una semana para prepararse. Mientras tanto, Kobe iba a aprender todo lo que había que aprender acerca de las hembras humanas.

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Zuri estaba pensando en la enorme cama, cubierta con un espesa piel caliente. Sus dedos tejieron a través de los largos pelos, suaves pero resistentes. La textura no era como nada que ella nunca hubiera sentido antes. La piel era enorme, lo suficientemente como para ser capaz de envolverse alrededor de Kobe dos veces, se preguntó qué tipo de animal era. ¿Vendría de su planeta? Era un pensamiento aterrador. Supuso que en total debía estar cerca de la altura de un pequeño mamut. La cabina estaba vacía de fotos, sin nada excepto ella. Ciertamente faltaba el toque domestico de una hembra. Los Zargonnii eran seres extraños. Guerreros comprensivos y animalistas, inteligentes y aún así retrógrados. Grandes guerreros mercenarios dedicados al comercio. ¿Ella era un tesoro Zargonnii? ¿Un botín de guerra? ¿Era Zuri posesión de un guerrero Zargonnii? ¿Qué harían con ella una vez que estuvieran en su planeta? ¿Kobe la abandonaría? Y si la novedad de los seres humanos pasaba... ¿sería libre para pasear? Su planeta sonaba como un lugar al que no quería ir. No había manera de que le gustara pasar el resto de su vida en prisión, como una mascota de zoológico, sólo con Cash y Leo como compañía… y con los machos Zargonnii mirándola boquiabiertos. Un pez en una pecera. Con un poco de planificación por parte de ella, escaparía. Los Zargonnii debían tener naves más pequeñas. Antes de abandonar la Tierra, Zuri había tenido lecciones de piloto de transporte, por si acaso los pilotos quedaban incapacitados. Las técnicas simples de maniobra eran consideradas obligatorias. Con su nuevo conocimiento de los Zargonnii, no debía tomarle mucho tiempo dominar los mandos de una pequeña nave. Envolviendo sus brazos detrás de su cabeza en una almohada, Zuri

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El Guerrero Zargonii de Zuri estuvo despierta hasta bien entrada la noche. Necesitaba ser más inteligente que estos Zargonnii. Kobe se consideraba superior, porque era de sexo masculino, tenía que ir a por ello. Las hembras Zargonnii podrían no ser muy brillantes, pero Zuri lo era. No era una líder ni una seguidora, marchaba a su propio ritmo. Se iba a largar de esta situación justo debajo de las narices de los Zargonnii.

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Durante poco más de una semana Zuri recopiló información de Kobe acerca de las naves espaciales. Él estaba muy comunicativo, obviamente suponía que su curiosidad era inofensiva. Ayudó que fuera una mujer, se encontró con que Kobe la consideraba como una de sus propias hembras, que no eran tan inteligentes como él, pero la trataba con mucho respeto. A pesar de que era aburrido, pensaba en ella como un poco menos inteligente, lo que le resultó muy favorable. Kobe hablaba sin cesar al respecto, y sobre los machos guerreros de Citun, en general. Su Zargonnii mejoraba considerablemente mientras hablaba. Ya no pensaba en Kobe como un animal, más bien como reflexivo e inteligente. Los Zargonnii no eran seres complejos, aunque sus costumbres eran diferentes. Kobe parecía pasar más tiempo con ella a medida que se iban acercando más al planeta. Ella le confesó que odiaba estar sola. Ser dejada sola fue su mayor temor en el planeta de los 2BKs. Kobe se aseguró de que eso no volviera a

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El Guerrero Zargonii de Zuri suceder. Hubo momentos en que Zuri casi abandonó su idea de escapar. Kobe era intrigante, cariñoso. Cumplía con su palabra de mantenerla a salvo. La temperatura en la habitación fue cambiada, cuando se dio cuenta que ella se enfriaba fácilmente. Cada día, la ayudó a bañarse hasta que estuvo cómoda desnuda con él. La ayudó a hacer la mejor elección de alimentos cuando le explicó su anatomía. Cualquier cosa viscosa era desechada inmediatamente, cuando le traía la comida para que ella la probara. Zuri se negó a comer cualquier cosa aún en movimiento, ella golpeó el suelo con el pie por que era su culpa realmente, había mencionado el sushi y Kobe pensó que estaba satisfaciendo sus necesidades. Obviamente, pensó que crudo significaba vivo. La primera vez que le trajo un deleite crujiente, el bicho fue pisoteado con una supuración verde con Zuri aullando de disgusto. Había un yogurt sabroso y con una textura cremosa que amaba. Kobe afirmó que era comida de bebé. Hervía la carne hasta que era tierna y jugosa. Frutas y verduras cocidas con carne en un guisado sabroso que ella amaba. El ítem con lo que Kobe la maravilló al comer era un cangrejo del espacio. Zuri los había visto volar por la ventana y se lo había señalado con emoción. Kobe estaba dispuesto a dejar que ella tuviera lo que quisiera, ya que no moriría de hambre. Sorprendentemente, el cuerpo de aquella criatura espacial de ocho largas patas de color negro que medía como dos metros, era muy parecido a los cangrejos terrestres. Ella le explicó a Kobe que en la Tierra se los encontraba en el agua. Estos cangrejos espaciales eran más duros, la mayoría de la carne de la parte del intestino tenía que ser sacada de su cáscara dura por Kobe para ella. Mientras le explicaba esto, él se limitó a sacudir la cabeza murmurando; ella estaba histérica por un bicho inofensivo y sin embargo no había tenido reparos en ayudar a romper las piernas de una criatura mortal,

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El Guerrero Zargonii de Zuri aunque fuera sin vida. Por la noche, Zuri reflexionaba sobre su dilema sobre Cash y Leo. Ella quería verlos, pero Citun no lo permitiría. Kobe le explicó que los hombres estaban fuertemente vigilados, no tendrían ninguna posibilidad de escapar. Cuando Zuri presionó por qué ella no podía vagar por la nave, Kobe parecía ansioso mientras que, obviamente, trataba de no asustarla. “Tu exudas cierto olor.” comenzó. “Vas a dejar de decirme que apesto. Me ducho, ¡por el amor de Dios!” “Deja de ser una cosa habladora por un momento. Hueles agradable, muy agradable. Hueles a feminidad. Tu vulnerabilidad es un imán. Los guerreros te están sintiendo incluso detrás de puertas cerradas. Una hembra indefensa es una novedad para un varón Zargonnii, simplemente no sucede. Las hormonas masculinas dan una subida cuando las hembras están alrededor, lo que hace que quieran pasar sus Vacaciones... eh, quiero decir... Lo que quiero decir es que Citun tiene miedo de que vagues por la nave y algún guerrero vaya a querer luchar contigo por el dominio, antes de que se dé cuenta de que no puedes luchar en absoluto.” “¿Yo estoy en peligro?” “No, por supuesto que no. Yo estoy aquí y Citun exigió que estés fuera de los límites. Es más fácil mantenerte cerca.” “Quieres decir retenida.” murmuró Zuri. La conversación hizo inquietarse a Zuri. Kobe no parecía como si estuviera realmente diciendo la verdad. Había algo que estaba escondiendo. Su mención de las hormonas y los días de Vacaciones la molestaban. Más que nunca, Zuri se dio cuenta de que tenía que escapar. Por mucho que iba a extrañar a Kobe, no estaría con él cuando aterrizaran.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Infelizmente, la dejaría en un ambiente que de todas formas sería similar a un zoológico. Por alguna razón, ese pensamiento la hizo pensar en una traición. Había momentos en que Kobe la abrazaba, cantándole una canción de cuna en un tono dulce. Zuri sabía que le gustaba, le encantaba, pero no era suficiente para él ir en contra del protocolo y quedarse con él. Zuri sabía que si los papeles se invirtieran Kobe sería puesto en exhibición en la Tierra y más probablemente sería tan desdichado como ella sabía que sería. Cuando llego el momento de Kobe para ir de guardia esa noche, Zuri fingió tener sueño y lo vio salir. En los últimos días, se dio cuenta de que había golpeado un código para desbloquear la puerta. Después de escuchar el pitido duro con ciertas luces brillantes, finalmente obtuvo la secuencia correcta y abrió la puerta. Después de pasar tanto tiempo aislada en las habitaciones de Kobe, Zuri tenía curiosidad acerca de sus alrededores. Mientras se deslizaba a través de la oscuridad de cada pasillo, vio que los guerreros eran ajenos a su presencia. Kobe dijo que iban a olerla si se le permitía caminar libremente, tomando eso en cuenta se trasladó rápidamente. Ninguno estaba en modo de batalla; Kobe había mencionado sus agudos sentidos durante una pelea. Siempre y cuando se mantuviera en silencio, no sería detectada mientras llegaba al muelle de carga. Los pasillos estaban a oscuras excepto por una luz azul que recorría el centro de la pared. La luz se ramificaba, cambiando de color al indicar un corredor; Zuri miró a la luz verde. No estaba lejos de la habitación de Kobe. Agachándose hizo su camino a lo largo del pasillo vacío, buscando en unas pocas habitaciones de izquierda y derecha. Las habitaciones estaban llenas de desordenados, indisciplinados, guerreros grandes. Ella se puso rígida cuando vio a Kobe en una habitación, riendo. Él estaba hablando de ella.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Ella no es tan habladora cuando está comiendo.” dijo Kobe y sonrió. Los demás se rieron. Zuri se endureció. “No va a ser tanto tiempo, y estarás libre de su ligero peso.” dijo un guerrero de una manera provocativa. “Apuesto a que serás feliz cuando puedas dejar de hacerle esa comida de bebé.” le dijo otro. “Una hembra débil no es natural.” Eso vino de un guerrero que parecía enfadado. “Estás loco, porque la has tenido dura toda la semana.” dijo el guerrero provocador. “Tal vez si le preguntas a Kobe él dejara que la tomes.” Era el momento de Kobe de verse enfadado. “Nadie va cerca de mi hembra.” “¿Tuya? Kobe, ella no pertenece a nadie y pertenece a todo el mundo. Ya oíste lo que dijo Citun. Apuesto a que ella va a elegir con quién se apareara. Y supongo que ella no va a ser tuya. Todo lo que Citun realmente quiere es un hijo para ver si va a afectar a sus propios guerreros. Titus no puede tener todas las ventajas.” Kobe gruñó, dio media vuelta y salió de la habitación, con la espalda muy recta. Zuri casi podía sentir el olor de la ira. Afortunadamente, iba en una dirección diferente, o podría haberse tropezado con él. Le entristeció a Zuri darse cuenta de que había una razón por la que Citun quería a las hembras humanas. Pero saber que era para dar una ventaja a sus guerreros con un niño la hizo enfurecer. Kobe lo sabía y no le había dicho nada. Siempre había algo que le molestaba, especialmente cuando sintió que él comenzaba a

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El Guerrero Zargonii de Zuri acercarse, y luego parecía que daba un paso atrás y mantenía su distancia. ¡Y ella que creía que él estaba siendo respetuoso! Zuri estaba empezando a preocuparse por él y por su manera suave. Realmente era un imbécil. Sintiéndose aún más decidida a alejarse, Zuri se apresuró. El inmenso compartimento de carga estaba exactamente como lo recordaba, abierto, oscuro en algunas áreas, brillante en otras. Como Kobe le había dicho, las naves más pequeñas se encontraban en diferentes puestos. No necesito mucho tiempo para abrir un puerto de embarque y empezar a jugar con los botones que se suponía eran para el vuelo. Cuando los motores de la nave se prendieron, sonrió para sí misma y la maniobró flotando hacia la puerta suspendida. Con sólo pulsar un botón en una consola delante de ella, cruzó los dedos, queriendo que la puerta se abriera. La nave de repente se desvió bruscamente, apuntando a otra parte. Ella golpeó algunos botones que recubrían la pared. “Oh, mierda.” Un gran botón rojo estaba a la izquierda. Ella lo apretó con el dedo. La nariz de la nave comenzó apuntar al cielo. La nave dio marcha atrás dirigiéndose hacia la puerta. “¡Maldita sea!” Otro botón y el morro de la nave se arrastró por el suelo, hasta la cola. Saltaron chispas. “¡Santa mierda!” Concentrándose, apretó un interruptor con la esperanza de no enviar los propulsores a híper velocidad y que la estrellara contra la puerta. Desde el interior de la nave, podía escuchar el sonido del silbido del aire cuando la gran

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El Guerrero Zargonii de Zuri puerta comenzó a abrirse. Zuri dio un suspiro de alivio. Al avanzar hacia adelante, se las arregló para enderezar la nave hacia fuera. Con cuidado, maniobró la nave hasta la abertura para poder mirar hacia fuera y cayó a la mitad de la puerta para mirar a sus alrededores. Abajo, Zuri vio una enorme masa oscura de follaje. La nave espacial estaba moviéndose lentamente sobre algún planeta con una oscura selva llena de sombras. El cielo era de colores pastel en algunos lugares; con agujeros negros dispersos en la atmósfera. No había nubes. Las luces brillaban en varias áreas. Eso era todo, lo había hecho y estaba fugándose. Cuando Zuri estaba a punto de llevar la lanzadera hacia delante, oyó un gran ruido sordo. Ella gritó cuando la cara enfadada de Kobe apareció repentinamente en la ventana de enfrente. Zuri estaba muy asustada, se cayó de su silla y se estrelló contra el puerto de embarque, golpeando un punto. La mitad de la nave quedó flotando en el interior de la gran cubierta de carga, y la otra mitad medio colgó en el aire. Con un fuerte silbido de la puerta del transporte ésta se abrió, haciéndola caer, Zuri gritó mientras caía al suelo, tratando desesperadamente de mantenerse dentro, aferrándose con sus uñas. El suelo estaba muy resbaladizo, pronto, comenzó a caer desde una gran distancia del suelo. Gritó. La nave se movió, Kobe le tomó la mano, llamándola. Toda la nave cayó de lado debido a su peso. Una caja de equipo dentro de la nave se movió y voló hacia Zuri. Ella sería despedazada si no le soltaba. Él aparto la caja negra, segundos antes de que le hubiera golpeado en la cara. Su brazo estaba recto mientras colgaba con cuatro dedos. Ella volvió a gritar cuando sus dedos perdieron su agarre. Zuri sintió que una mano le agarraba la muñeca. Cuando otra caja salió volando, cortó el hombro Zuri.

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El Guerrero Zargonii de Zuri La fuerza del golpe fue lo suficientemente fuerte para que Kobe perdiera su agarre sobre ella. Zuri cayó. El suelo era de repente la cosa más importante en su mente, mientras caía en espiral a través del aire libre. El aliento de Zuri fue eliminado de sus pulmones cuando algo chocó con ella en pleno vuelo. Era Kobe, había saltado tras ella. Zuri estaba segura de que ambos estaban cayendo a su muerte.

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Seis Zuri gritó mientras caían. Kobe la tenía apretada contra su pecho, pero estaban muy lejos de la tierra. Su pelo estaba envuelto alrededor de su espalda y en el frente, manteniéndola quieta. Con sus grandes brazos como troncos, Kobe formó un capullo alrededor de su cuerpo, mientras la sostenía con sus piernas. Caían, moviéndose como si fueran una bala. Flashes de cielo penetraban a través de su grueso pelo, ofreciéndole destellos de su rápido descenso. La brisa le hacía difícil respirar a veces. La caída fue muy surrealista, sabía que estaban cayendo, sabía que eventualmente chocarían con el suelo y sin embargo todavía podía oír, pensar y reflexionar sobre su muerte. ¿La muerte era mejor? Zuri se sintió enjaulada mientras estuvo en los brazos de Kobe, sabiendo que cientos de aliens la miraban boquiabiertos, era aterrador, doloroso. Después entendió que buscaba una maniobra táctica, ya que lo único que quería era su libertad. Esto era muy injusto. Kobe debería haberla dejado ir, ahora morirían. Zuri se estremeció cuando golpearon algo. A partir de las esquinas de los ojos, vio el espesor de la verde vegetación cerniéndose. Llegó a sus oídos el chasquido de ramas que se rompían, tenía la esperanza de que no fuera un miembro de Kobe quebrándose. Cuando Kobe hizo impacto contra el suelo, las vibraciones sacudieron cada hueso de Zuri. La suciedad los rodeó cuando la colisión los envió profundamente contra la tierra del planeta. Cuando Kobe finalmente se detuvo, Zuri estimó que se habían hundido al menos siete metros en aquel

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El Guerrero Zargonii de Zuri suelo negro. Literalmente, habían cavado su propia tumba. Pero no estaban muertos. Por lo menos ella no lo estaba. Zuri se sacudió el polvo de la cabeza, los brazos y el pecho. Copos negros como la tinta cayeron sobre pecho de Kobe, donde yacía inmóvil. “¿Kobe?” Él gimió en respuesta. Estaban allí, con el aire caliente del sol chocando con la humedad del suelo frío. “¿Estás herido?” Se las arregló para decir. “Acabo de caer desde una nave espacial, ¿qué demonios piensas tu?” Zuri no sabía qué pensar. Kobe también estaba lastimado, sin duda. Era su maldita culpa propia por tratar de detenerla y darle un susto de muerte. Ella evaluó su propio cuerpo y no encontró daño alguno. Kobe gimió de nuevo cuando ella trató de levantarse, pero el único lugar para sus pies era sobre su pecho y sus muslos. Agarrando la parte superior del agujero, Zuri fue capaz de coger las manos de Kobe empujando sus pies. Su pelo cayó hacia adelante, cuando lo miró. “¿Pensé que eras indestructible?” “Te dije prácticamente indestructible, yo no he dicho que fuera inmune al dolor. He mencionado que nosotros tenemos curanderos.” “¿Te puedes mover?” “Puedo, pero no estoy seguro de que quiera.” Fue su respuesta de queja. “Bueno, no puedes sólo quedarte allí. Me asusta que estés acostado en una tumba.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Qué es una tumba?” “El lugar en el que se entierran a los muertos.” “¿Enterráis a vuestros muertos?” “¿Vosotros no?” Kobe rodó para un lado, de nuevo gimiendo. Utilizó sus manos para empujarse a sí mismo de rodillas, inclinándose hacia atrás por un segundo. Zuri se estremeció al oír un chasquido. La columna de Kobe volvió de golpe en su lugar, los músculos aplastados llenándose ante su mirada. Sus nalgas planas se expandieron como globos inflados. “Oh, ew.” dijo ella. Él la miró. “Te acabo de salvar de la muerte y lo único que tienes para decir es ¿’Oh, ew'? Gracias.” “Gracias por salvarme.” Su tono podía tener reparos, pero ella estaba ansiosa por decirle que se fuera, pero parecía un poco roto. Kobe se levantó. Con una torcedura del cuello y algunas grietas, parecía normal de nuevo. Zuri tuvo que admitir que estaba impresionada. Agachándose sólo un poco, saltó y cayó a la izquierda. Cuando Kobe estaba a su lado, miró a su alrededor, con el ceño fruncido en la frente. “¿Qué crees que estabas haciendo?” exigió. “Yo estaba tratando de escapar.” “No estábamos haciéndote daño.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Kobe, ¿no lo entiendes? No es sólo dolor físico. Y… ¿qué infiernos significa lo que dijo el guerrero sobre que Citun quiere que yo tenga un hijo? Eres un bastardo, ¿sabes?” “Nadie quería obligarte a hacer nada. Sí, a Citun le gustaría que tengas un bebé con un guerrero de su elección, pero después de conocerte y explicarle, los dos sabemos que no es una opción. Los guerreros estaban bromeando conmigo, no tenía ni idea de que estabas escuchando, o les abría callado. Nunca querría herir tus sentimientos. Deberías haberme preguntado antes de despegar como una hembra que no piensa.” “Hembra que no piensa.” exclamó. “Baja de tu alto caballo. Yo soy tan inteligente como tú o incluso más astuta. “ “¿En serio? No tienes idea de lo que hiciste. Nadie sabe que estamos aquí. Fui a ver cómo te encontrabas, me di cuenta que no estabas en la habitación y recordé cuan interesada estabas en nuestras naves. Necesitamos movernos, no deberíamos estar aquí. “ Tenía en la punta de la lengua decir 'duh', ya que la nave no estaba a la vista, pero notó su expresión. Zuri se dio cuenta de que estaba preocupado. Simplemente habían caído de una gran altura y ahora se veía preocupado, eso la ponía nerviosa. “¿Kobe? ¿Qué pasa? Quiero decir, además de lo obvio.” Kobe la miró. “Esta es la zona de las hembras. Los machos están prohibidos. Incluso los cachorros machos tienen una sección cuando una hembra Zargonnii da a luz. Las hembras son despiadadas en la protección de sus crías, pero ser capturado en una zona donde evidentemente hay muchas jóvenes féminas es una muerte segura.” “¿Cómo lo sabes?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Puedo olerlas, un montón de ellas. Eso significa que me pueden oler, o pronto van a ser capaces de hacerlo. Ellas serán capaces de notar que no soy un guerrero joven que busca luchar por primera vez contra un Cyron a muerte.” Zuri se dio cuenta que Kobe estaba en modo de batalla cuando habían caído, pero verlo ahora, parecía más grande y más potente. Había algo más preocupante. “¿Kobe?” “Nuestras hembras mantienen a los Cyrons lejos de nuestra área, las hembra Zargonnii son capaces de derrotar a esas bestias.” “¿Tú no puedes?” La idea le dió miedo, Kobe era enorme. “Nunca he peleado con uno. Están en mi lista de evitar.” Miró a su alrededor. “Vámonos.” Por un segundo, Zuri observó mientras él se alejaba, muy pronto ella estaba de camino siguiéndole. El ritmo de Kobe era implacable. Pudo haber caído un largo tramo, pero eso no pareció reducir su velocidad. Pronto, Zuri estaba sin aliento y sudando como si hubiera sido atrapada en una sauna. El aire era caliente, pesado, y se quejó. No era justo, con toda la piel de Kobe, él no estaba sudando como ella. Despreocupadamente, Kobe le explicó que su piel podía “respirar” a través de su pelaje, lo que fuera que eso significara. Durante un tiempo, en lo único que Zuri podía pensar era mantener el ritmo de Kobe, hasta que comenzó a notar el extraño follaje. Sobrenatural no

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El Guerrero Zargonii de Zuri empezaba a describir el planeta de Kobe. Se abrieron paso a través de la maleza. Su ropa fue rasgada. La vida vegetal estaba viva. Zuri supo que era extraño pensar que la selva estaba viva, pero esto era diferente. Vides gruesas se arrastraban alrededor de la corteza sólida de enormes árboles. No parecía haber final o principio de la rara corteza marrón. La extraña, brillante, hermosa vida vegetal parecía fuera de lugar al principio, pero Zuri se dio cuenta de que hacía juego con el cielo de colores. Azul, amarillo, en una mezcla de colores pasteles. El olor en el aire era muy vibrante, casi podía probarlo. Se sintió como Dorothy en El mago de Oz12, siguiendo el camino hecho por Kobe. Todo era muy despejado y acogedor, hasta que una planta enorme se abrió paso, casi llevándole una pierna. Kobe alcanzó a alejarla del peligro en el último segundo. “Quédate cerca.” dijo, agarrándola. Estuvo a punto de contestarle mal, pero el grito de una criatura la hizo congelarse donde estaba. Kobe la tomó en sus brazos con un movimiento de cabeza. Su mirada era condescendiente. “Es sólo un poco asesino, o inofensivo.” “¿Asesino? Bah, suena completamente inofensivo para mí.” murmuró. Cuando se arrastró hacia adelante, su mano se pegó al brazo de Kobe entre uno de los tres parches de piel que tenía. Durante horas, marcharon con Kobe mirando hacia todos lados, nunca descansó o la dejó descansar. Zuri estaba empezando a entender lo que quería decir, a bordo de la nave. No había ni una sola ardilla perdida que pudiera verse, pero había otras cosas que ella deseaba no estar viendo. Había 12 Dorothy sigue un camino de baldosas amarillas en la película ‘El Mago de Oz’

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El Guerrero Zargonii de Zuri unos pájaros negros entintados con picos enganchados que casi sonreían observándoles a través de una zona de niebla. Sus ojos brillaban, deteniéndose en ella. Sabía que si Kobe no hubiera estado allí, ella habría sido la cena. Zuri oyó el sonido de los latidos de su corazón a medio metro de los ojos negro-verdosos de un gusano gordo y redondeado, que se deslizaba por sobre los árboles y rocas desplazándose con pequeños saltos y chirriando sus patas. Con el tamaño de un conejo, la gorda criatura tenía una sola raya de pelaje negro en la parte superior de su cuerpo, su paso dejaba un rastro de baba de color blanco brillante. El corazón le resonaba en sus oídos, reverberando a través de su pecho hasta que ella levantó las manos sobre las orejas. Thump-thump, thump-thump... La mirada de Kobe era de exasperación cuando la miró. “Si esto te asusta, entonces estamos en problemas.” escupiendo las siguientes palabras, dijo. “Esas son las criaturas más inofensivas del planeta.” Algo parecido a un mapache rabioso alimentado con esteroides, los siguió hasta que Kobe lo espantó lejos. La criatura siseó, mostrando sus enormes dientes frontales. Su cola se balanceó atrás y adelante, removiéndose contra el suelo. Su grito confirmó lo que Zuri suponía, esta era una ‘inofensiva’ criatura asesina. Quería meterse debajo de una roca. Kobe se detuvo y olfateó el aire. Se acercó más a Zuri, casi levantándola en sus brazos. “No tengas miedo.” susurró. “No voy a dejar que te haga daño. Me pondrá a prueba.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Las palabras de Kobe hicieron que los pelos de Zuri se pusieran de punta y por una buena razón. Fuera del follaje salió una criatura extraña y muy aterradora, Zuri realmente tragó saliva. Se presionó lo más cerca de Kobe posible. El ser de piernas desgarbadas, tenía tres largas garras al final de ambos pies planos como tortas, caminaba erguido. Estaba cubierto por un feo pelaje marrón. Como Kobe, tenía el vientre ovalado, pero a diferencia de Kobe, tenía garras de medio metro de longitud que sobresalían desde cada muñón. Movió las garras de atrás hacia delante, haciendo ruidos de chasquidos. Las movía de ida y vuelta, como las alas de un pájaro, balanceando el pelo de su cuerpo con el viento que creaba. En la parte superior la bestia tenía dos brazos, sus muñecas estaban atrofiadas, formando una sola garra en cada brazo. La cara era delgada con colmillos, dientes de conejo sobresalían de su boca de pez. Ojos redondos negros miraban a Zuri, una frente bulbosa. El animal o criatura, abrió la boca siseándoles. Una larga lengua bífida, verde, se agitó en el aire seguida de otra, y luego otra. “¿Kobe?” “Te huele, tu vulnerabilidad. También me huele a mí y mi capacidad para matarle.” Zuri olió algo podrido, la criatura hizo un grito horrible cuando parte de su vientre calvo brilló chisporroteando hacia Kobe. La criatura volvió a entrar en el follaje, que se cerró en torno a él, ocultándolo de la vista. “¿Va a seguirnos?” susurró Zuri. “Puede ser.” Kobe se enderezó completamente y una vez más retomó un ritmo agotador. Los intestinos de Zuri se agitaron. Si Kobe no tenía miedo de la criatura que había ahuyentado, entonces debía haber algo aún más terrible y

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El Guerrero Zargonii de Zuri peligroso afuera. Se preguntó… ¿qué demonios era un Cyron? Kobe parecía tenerle miedo. La idea dio alas rejuvenecidas a los pies de Zuri, y mantuvo el ritmo lo mejor que pudo, caminando dentro de la selva. A medida que pasaba el tiempo, la una vez vibrante vida vegetal, de repente se veía modesta, menor. La oscuridad estaba cayendo. Las grandes hojas de los árboles doblándose como acordeones o envueltas alrededor de los troncos de los árboles. Zuri pronto comprendió por qué toda la vida vegetal se había enroscado en sí misma, algunas plantas incluso excavaban en la Tierra, como arropándose dentro de una manta. Protegiendo así la exuberante vegetación del intenso frío que se producía luego de la puesta del sol, o cuando la luz del cielo dejara de existir. Zuri había visto la silueta de algunos planetas o soles, no estaba segura. Castañeteando los dientes, Zuri siguió a Kobe penosamente, estaba segura de que pronto moriría congelada. El vaho flotaba en el denso aire, era difícil respirar. El frío suelo bajo sus pies la lastimaba. Sus pulmones se contraían, cuando forzaba aire en ellos. Zuri ralentizó su andar, débil. Kobe se detuvo y olfateó el aire. Zuri se deslizó hacia delante y miró a su alrededor. Un enorme agujero redondo parcialmente cubierto de enredaderas se extendió frente a ellos. Kobe la apretó contra su costado. Temblaba de pies a cabeza. “Estás congelada. ¿Por qué diablos no dijiste nada?” exigió Kobe. “Sabía que querías salir de ahí lo antes posible.” “No, si eso significa tu vida. Vamos.” Kobe apartó las viñas y se metieron en el refugio. Dando un suspiro de alivio, Zuri cayó hacia atrás y frotó su cuerpo. El interior de la cueva estaba oscuro, pero no demasiado, echó un vistazo a unas inusuales estalactitas. Eran del color del hielo, pero estaba claro que no eran hielo. El suelo era terroso y con pequeñas piedras, afortunadamente eran los únicos habitantes. Afuera, el viento azotaba a través de los extraños árboles; la lluvia caía a cubos, las luces

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El Guerrero Zargonii de Zuri de gigantescos relámpagos cruzaban el cielo. Era la anarquía. “¿Estás bien?” le preguntó Kobe. Estaba sentado no muy lejos de ella, imperturbable. Suponía que con su piel y pelaje espeso, el clima no le afectaba como lo hacía en ella. Estaba demasiado cansada para responderle, y por eso se limitó a asentir. Kobe pareció considerar su dilema. “No tengo nada para hacer fuego.” dijo finalmente. “Todo en el exterior está sin duda empapado. Nunca lo pensé, me siento como un idiota. Debería haber encontrado madera antes y guardarla. Tengo que dejar de pensar en ti como una hembra Zargonnii. Sé lo suficiente como para protegerte de las criaturas del planeta, pero nunca pensé en los elementos. Maldita sea, ¿por qué no se me ocurrió recordar los elementos?” “Me estoy congelando.” susurró mientras su barbilla temblaba. El planeta había sido insoportablemente caliente y pegajoso pero ahora estaba varios grados bajo cero. Las ropas de Zuri, diminutas bragas y camiseta, no hacían nada para protegerla. Los dedos de las manos y pies ya se curvaban contra el gélido clima. Se sentía desdichada. Kobe miró una piedra de tamaño mediano, no muy lejos de él. El brillo rojo hizo que la roca echara vapor, Zuri sintió su calor mientras la calentaba, pero no era suficiente. Suspirando, sopló sus dedos rojos y congelados por el frio. “Siéntate conmigo, habladora.” Zuri lamentaba que nunca le hubiese enseñado inglés. Pero suponía que su calor era mejor que nada. Se levantó y se tambaleó hacia él. En lugar de ponerse a su lado, Kobe tiró de ella en su regazo. Acerca de su protesta, la olvidó en el momento en que su carne congelada se hundió en su calor. Su pecho era una estufa eléctrica, su cabello salvaje se moldeaba en su parte posterior, inferior y piernas. Sus dedos le tomaron la barbilla cuando ella bajó

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El Guerrero Zargonii de Zuri la cabeza. Toda ella estaba rodeada, cubierta, envuelta por él. Su sensual cabello arropándola, pegándola firmemente contra su ancho pecho. Cuando estaba en modo de batalla, su cabello parecía vivo, se preguntó si sería así. Cuando cayeron, su cabello la había rodeado casi de la misma manera, una vaina de vida. El pelo de Kobe no era sedoso, era grueso y tosco. Las capas de pelaje parecían entrelazadas. “¿Kobe? Tu pelo es muy extraño.” “Es la forma de los machos, algo que heredamos. Mi cabello es tan fuerte como mi piel. “ “Me siento envuelta en la seguridad, y muy caliente.” “Estamos a salvo... por ahora.” Zuri echó un vistazo a la noche aterradora que se volvía salvaje. Se preguntó cómo alguien podría sobrevivir fuera. Perdigones de lluvia golpeaban el suelo congelado, saltando. Pedazos de hielo rebotaban en la piedra. Una pequeña bala de lluvia saltó por encima de la apertura de la cueva golpeando un dedo expuesto de sus pies y ella gritó. Dolor, quemándola. Un pequeño punto de sangre apareció y el pelo de Kobe se cerró sobre el daño. “Lo siento, Zuri. Tú eres más grande que un bebé de sexo masculino. Mi cabello también cubre mi espalda expuesta, sólo vamos a tener que compartir.” “¿Qué hacemos?” Kobe se movió de su posición. Todo su cuerpo quedó envuelto alrededor de ella. Su cabello se apretó, haciendo el capullo más fuerte, limitándola, no podía moverse. Puso sus enormes brazos alrededor de ella y le dio la espalda a la apertura de la cueva de piedra, enfrentándola entre ellos y

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El Guerrero Zargonii de Zuri la entrada. “¿Esas criaturas entraran?” Preguntó Zuri. “No, ellos tienen sus propios hogares. Debemos estar a salvo aquí.” Kobe parecía tranquilo. “Lo siento, Kobe. No quise que terminaras aquí. Quería mi libertad.” “Lo sé. He estado pensando en ello la semana pasada. Quería decírtelo. Lo qué ese guerrero dijo me hizo enfadar demasiado, pero también me hizo darme cuenta de que no puedes vivir enjaulada. Estabas en lo cierto. Hay un macho Zargonnii que tomó una hembra humana para ser su compañera, se dice que produjeron una descendencia femenina. Yo no entiendo cómo esto era posible, pero me temo que te he puesto en mayor peligro.” “¿Por qué?” “Las hembras Zargonnii únicamente entran en Vacaciones una vez cada dos años. Estar cerca de ti me causó la necesidad de entrar en Vacaciones. Ha estado construyéndose dentro de mí toda la semana. Yo intenté mantenerme alejado de ti, pero estabas sola sin mí. Necesitabas mi compañía y yo pensaba que cuando llegáramos a casa la sensación desaparecería. Rodeado del aroma de las hembras Zargonnii, sólo va a empeorar. Si las hembras piensan que soy una amenaza por querer Vacaciones, estamos en más peligro. No es su tiempo.” “¿Van a hacernos daño?” “Ellas me rasgarán por estar tan cerca de sus crías y me creerán lo suficientemente descarado como para entrar en su territorio. No sé qué harán contigo. “ “¿Qué haremos?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Necesitamos entrar en Vacaciones. Necesitamos aliviar mis hormonas en un estado menos activo. Es la única manera.” “Yo no puedo luchar, Kobe.” “Y yo no voy a luchar contigo, Zuri.” “Dijiste que tu especie lucha por el dominio.” “Soy demasiado grande como para luchar contra ti. Ya soy el dominante. Lo siento, yo lo veo así. Casi puedo saborearlo. Si estamos de Vacaciones, por la mañana mi perfume habrá disminuido. Las hembras no van a ser tan insistentes en buscarnos, puede que incluso nos den tiempo para que puedan rescatarnos. Estoy seguro de que también te sienten. Podía confundirlas oler a una hembra con un macho, podrían pensar que te he dominado y sería por lo único que ellas se alejarían. Pero, en poco tiempo, un macho dominante se convierte en un objetivo en esta área. Voy a ser considerado muy peligroso. Lo cual es ridículo teniendo en cuenta la fuerza y el tamaño de una hembra Zargonnii.” “¿Tú quieres que tengamos sexo para salvar nuestras vidas?” “Preferiría que quisieras unas Vacaciones conmigo porque sientes algo por mí. Yo no sé por qué, pero salté de una lanzadera en el aire para poder salvar tu vida. Nunca me había sentido así por alguna hembra. Nunca he estado en torno a una sola hembra en mi vida adulta. Lo siento si te he ofendido de nuevo. No puedo pensar en otra cosa. Pero lo expuse sin rodeos, si yo, um, vacacionas conmigo, todavía no aliviaría mi nivel hormonal. Zuri, también es la cosa más vergonzosa que le he dicho a nadie.” Zuri sintió su pecho peludo crecer más caliente, pensó que era el equivalente de ruborizarse. “¿Estamos realmente en que gran peligro?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Realmente tienes que preguntarlo después de ver mi planeta?” “¿Cuánto tiempo antes de llegar a la zona de los machos?” “Mucho tiempo. Semanas, tal vez un mes o más. Citun estará buscándonos, pero mi planeta es enorme. Sólo he estado en el área de las hembras una vez antes y, de todos modos, fue fuera de este área. Estamos cerca de la periferia, pero una hembra viaja dos veces más rápido con un bebé de sexo masculino. Sólo lleva una descendencia masculina. Yo tengo que protegerte.” “¿Cómo puede haber amor, cuando vosotros os domináis así?” “¿No hay dominantes en tu sociedad?” “Sí, creo que sí. Pero incluso si tuviéramos relaciones sexuales o vacaciones antes, sería para amar.” “¿El amor es una palabra que se utiliza para cuidar?” “Sí.” “¿Crees que podrías amarme? ¿Cuidar de mí?” Zuri se sorprendió. Kobe era sincero. Zuri pensó en que el guerrero había cambiado durante la semana pasada. Kobe era fuerte, por lo que lo también lo eran sus emociones. Su vida no era todo sobre batallas. Tal vez cuando un Zargonnii se acoplaba era algo más que sexo. ¿Sería que se preocupaban por los demás? Kobe mencionó que él estaba abrumado, pero le gustaba su experiencia. ¿Estaba perdiéndose algo? Cuando Kobe hablaba de las hembras, era con gran respeto. Zuri acarició el pecho peludo de Kobe. Era cálido y seguro. ¿No era eso parte de cuidar? “¿Podemos tener sexo sin congelarnos aquí?” preguntó. “Sí.” dijo Kobe, sonriendo.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe se movió en una posición sentada. El trasero de Zuri se presionaba contra sus muslos, su cara contra su pecho. Su dura erección descansaba contra su culo. Ella había visto su larga dureza y sería una mentirosa si no se hubiera preguntado por el grado de compatibilidad. Tenía sentimientos por él, había algo que la movía.

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Siete “Qué hacéis con vuestras mujeres cuando tenéis sexo.” dijo Zuri. “Vacaciones, Zuri, vamos de Vacaciones. Cuando un Zargonnii se empareja, tiene la vida del otro en sus manos. Se vuelve muy personal. Ambos emparejados tienen la esperanza de tener un niño. Tu término de sexo suena frívolo.” “No, quiero decir... ¿qué posiciones usáis?” “Siempre estoy sobre ellas. Se mueven muy rápido. Es una sensación fantástica.” “¿Puedes estar debajo de mí?” “Quiero verte. Te sostuve en la ducha, pero la anatomía hembra está oculta. La anatomía femenina es una incógnita para los machos.” “¿Cómo es que no ves la anatomía de tus propias hembras?” “Se ponen sobre mí. Extendidas. Ellas son pesadas, pero la sensación es agradable. Es siempre más rápido también.” “¿Agradable? Parece que te montan como un toro premiado, luego se van después del momento asignado.” “¿Toro de premio?” “No importa. ¿Tú besas o algo así?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Qué es un beso?” “¡Oh, chico!” Zuri se detuvo. Tocó sus plenos labios azules con los dedos. Ella siempre pensó que sería frío debido a su color. El calor recorrió su piel. La sensación de su dura rostro no era desagradable, simplemente diferente. No era diferente a un hombre con el cuerpo trabajado que ella hubiese visto. La respiración de Kobe fue aumentando a medida que le recorrió con sus manos. Sus dedos blancos eran pequeños en comparación con su tono de piel. La piel gruesa que cubría el pecho y los hombros eran como lana de cordero. Sus amplios, brazos desnudos eran de acero, y trazó su camino con círculos sobre la piel alrededor de sus muñecas. Su entusiasmo le hizo sentirse más cálido. Su piel goteaba calor, el calor suficiente para sentirse cómoda sacándose su camisa fuera y presionándose más cerca. Ella hundió sus dedos en su pecho peludo disfrutando de la dura masculinidad bajo ese manto. Zuri nunca había estado con alguien tan poderoso. Era muy emocionante. “Siento como si estuviera luchando.” la voz de Kobe era incrédula. “Mi corazón está latiendo, estoy lleno de energía y todavía no he tenido un solo golpe. ¿Qué estás haciéndome?” “Antes de dejarte entrar en mi me gustaría conocer tu cuerpo.” “Bueno, mierda, ¿podré conocer el tuyo?” Zuri se rió. Empujando su cuerpo a corta distancia de él, ella puso su mano en uno de sus pechos cuando su pelo grueso cedió un poco. Kobe fue vacilante al comienzo. Sus grandes manos masajeando en círculos redondos. “Tan suaves. Nuestras hembras solo tienen pechos cuando están lactando. Están cubiertos de piel y son duros, llenos de leche. Sólo la boquilla es flexible.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Cuando ‘Vacacionáis’ no tienen pechos?” “No.” Zuri le estudió por un momento. “Bueno, creo que puedo ver por qué. Tus dientes son navajas afiladas. Podrías herirme si me mordieras.” “¿A tus hombres se les permite colocar el pecho de una hembra en su boca? ¿Un macho crecido?” “Sólo si es con cuidado.” dijo. “Me gustaría hacer eso.” “Pero los dientes...” Zuri se quedó sin aliento cuando Kobe la cogió entre sus brazos y la levantó, bajó la cabeza y puso la boca en su pecho. Sus dedos se clavaron en sus hombros. Sólo la lengua la recorrió, sus labios cubrieron los dientes. Por un segundo, soltó su pecho y la levantó, cara a cara con ella. Llevaba una sonrisa arrogante. “Los machos Zargonnii nacen con dientes. Un bebé aprende rápidamente que si él muerde a su madre pasará un largo tiempo antes de que ella le deje mamar de nuevo.” Una vez más la cabeza se sumergió y todo su pecho estaba en su boca. Zuri se relajó. Movió sus piernas a horcajadas sobre él, sintiendo su enorme erección bajo su culo. Ella se movió, su balanceo reducido por el movimiento de las caderas de él. Las pequeñas bragas fueron removidas. Se movió nuevamente contra él hasta que se sacó sus pantalones y su polla saltó libre. La piel de las pelotas le hacía cosquillas, pero su polla estaba dura, gruesa, homogénea. Sus labios menores se extendieron dejándola resbaladiza con sus jugos. Ni en un millón de años ella pensó que iba a estar montando a un alien.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Cuando el canturreo de Kobe se convirtió en un gruñido gutural, se puso tenso. Levantó su cabeza, con las manos apretadas dolorosamente en ella. Zuri gritó cuando él rugió. Ella podía sentir su cuerpo expandirse por debajo de ella, era su modo de batalla. Por un segundo aterrador pensó que lucharía con ella, pero su mirada estaba detrás. Casi con demasiado miedo Zuri miró hacia atrás y gritó. La criatura era horrible. El ser tenía un amplio pecho y lo cubría un mechón de pelo rojo. Él estaba en sus patas traseras, y era unos cuantos centímetros más alto que Zuri. Negros, pequeños y brillantes, ojos la miraron directamente. Desde su nariz de cerdo se deslizaba un moco verde que se absorbía en la mitad inferior de su rostro. Zuri fue empujada a un lado cuando Kobe entró en su modo de batalla con una promesa de venganza. Dos jirones de piel se encontraron en las manos de Kobe, ella grito de horror cuando Kobe golpeó en varias ocasiones contra los lados de las paredes de la cueva. Zuri se estremeció cuando oyó crujir sus huesos. Unas garras como cuchillas afiladas rayaron en Kobe impetuosamente. Tres aletas como de tiburón, salieron de la espalda de la bestia en un esfuerzo por protegerse. Los músculos de Kobe se hincharon, la piel se estiró hasta su límite. Zuri nunca lo había visto tan grande. Las tres aletas colgaron cuando Kobe golpeó al ser contra el suelo. La batalla terminó en un segundo, aquel ser no era rival para Kobe. Con su último aliento, trató de alejarse de la cueva, Zuri nunca lo vio caer. Cuando Kobe se volvió, Zuri se quedó congelada en el lugar. El frío otra vez le había penetrado en el cuerpo, pero estaba congelada por su mirada amenazante. Sus ojos rojos brillaban iluminándose más brillantes por la mirada enfurecida. “Yo soy el dominante, eres mía para proteger.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Las palabras gruñidas por Kobe no hicieron que se sintiera mejor. “Podemos empezar de nuevo.” “No en modo de batalla.” respondió ella. La bravata de Zuri se tambaleó mientras él caminaba hacia ella. Dio un paso atrás. Cuándo se acercó mostró como su pecho jadeaba por el esfuerzo. Había olvidado que la asustaba cuando estaba en toda su magnitud y le resultaba difícil creer que este enorme ser nunca había sido el que dominara. “Es necesario que te calmes, Kobe.” Kobe dio un paso atrás, la cara inclinada hacia el techo de la cueva y volvió a rugir. Le mostró cuan formidable guerrero era. “Kobe eres muy grande y muy fuerte.” Parecía estar luchando con sus emociones. “Ninguna hembra me ha dicho eso nunca.” “Bueno, yo te lo estoy diciendo. Acabo de verte desgarrar a un monstruo.” “Antes de venir aquí olí a un Bangor. Pero la cueva estaba vacía. El Bangor no puede herirme. Estoy seguro de que esperaba que yo compartiera mi comida con él.” “¿Comida?” Zuri ingirió. “Tu.” “Te ves como si estuvieras a punto de comerme.” “A mí me gusta. Me gusta mirar tu cuerpo desnudo, pero te veo temblar. Combatir me hace tener calor, por lo que mi sangre bombea más rápido. Déjame que te caliente.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri asintió. Ella estaba medio congelada en la cueva llevando tan sólo sus pequeñas bragas. Se las retiró, deslizándolas por sus caderas, no para provocar, sino para darle más tiempo para hacerse con el control. Los pantalones de Kobe cayeron al suelo, después arrojó las botas. Su cuerpo se deslizo lentamente del modo de batalla, pero su erección era enorme. Su polla estaba levantada, con el tamaño de un semental, sus bolas estaban llenas. Kobe se acercó a ella, envolviéndola en sus brazos, levantándola arriba. Su cuerpo entero temblaba mientras la bajaba hacia su polla. Zuri jadeó, luego gimió cuando él la empujó hacia abajo. Se abrazó a las caderas con sus rodillas. Su pecho se hundió en su calor. “Quiero verte.” El rudo tono de Kobe, gruñó y volvió su atención a su polla que nuevamente retomaba su fuerza. Sus grandes manos se deslizaron debajo de los brazos, tirando de ella hacia abajo apoyándose con sus antebrazos y los bíceps. Fascinado, él vio como su cuerpo lo aceptó, luego se deslizó dentro y fuera. Zuri estaba fascinada. Él permaneció derecho, sin poner ningún peso sobre ella. Sus manos agarraron su cuello y su cabeza, se agarró a sus brazos con fuerza. El calor de su cuerpo y los movimientos de caderas creando su propio sudor. Zuri gritó cuando Kobe se movió más rápido. Le temblaban las manos hasta que ella gimió, diciéndole que no podía ir a ninguna parte. Zuri sabía que él se había corrido, ella estaba muy resbaladiza. Aún así, siguió, gimiendo y gruñendo. Estaba inmóvil en sus brazos, laxa. Por último, Kobe redujo el ritmo brutal, su cuerpo saboreando el de ella. Para el momento en que Kobe se dejó caer de rodillas, les rodeó a ambos con su pelaje. Los envolvió. Lo último que Zuri sintió cuando se quedó dormida fue un dulce beso en la sien, haciéndola sonreír. El primer beso que Kobe le ofreció. A ella le gustó.

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Zuri era muy pequeña acurrucada contra su pecho. Kobe la chequeó para asegurarse de que estaba respirando. La mano de Kobe le acarició el pelo. Él era el dominante, pero tenía una extraña sensación en el interior que le sugirió que también había sido dominado. Quería más después de como explotó dentro de ella. Entonces se dio cuenta de que podría haber más, ella no iba a ir a ninguna parte, pero no porque él lo hiciera, porque ella lo quería. Una hembra Zargonnii habría luchado de nuevo. Ver su polla deslizándose en su pequeña abertura hizo que la urgencia de crecer en modo de batalla fuera difícil de controlar. Sus enormes manos en su cuerpo picaban por rastrillar sus uñas en su delicada piel como a una hembra Zargonnii. Era una sensación extraña tener que combatir contra sí mismo, no era de extrañar que las hembras Zargonnii fueran tan salvajes cuando demostraban ser dominantes. Era raro, pero hubo ocasiones en los que un guerrero fue asesinado por la euforia de una hembra. Era algo vergonzoso. Dañar a Zuri sería dos veces más vergonzoso. Kobe tenía una gran responsabilidad en sus brazos. Los Zargonnii fueron hechos para dominar, tendrían que tener mucho cuidado con cualquier hembra humana. Zuri era fuerte, pero vulnerable. Citun tendría una responsabilidad aún más grande, con los machos cuando llegaran a saber eso de las humanas. Sin saberlo, Kobe cantaba a Zuri. Era un sonido nuevo para sus oídos. Se

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El Guerrero Zargonii de Zuri lo susurraba a Mrac a menudo, incluso se lo cantaba en el mismo tono que a Zuri, reconoció que era calmante, pero esto era diferente. Sorprendido, se dio cuenta de cuál era la diferencia en su tono. Este tono no era duro, pero si fuerte. Un tipo de nota que hacía cuando él estaba en Vacaciones con una hembra dominante Zargonnii y la arrullaba. Era para que ella sintiese a salvo, segura. Él se encargaría de ello. Zuri yacía dormida en sus brazos, totalmente dependiente de él en este, a veces, cruel e implacable planeta. Estaba tranquila, pacífica... aceptándole. Kobe asintió a sus pensamientos. Debería estar resistiéndose, furiosa, frustrada, tal vez un poco preocupada. No Zuri, su Zuri se abrazaba a él como si confiara en él para cuidar de ella. El peso de esto se derramó sobre él, saturándolo, hasta que su mente se llenó de temor y de miedo. Era responsable por ella. Al segundo en que ella había desaparecido en la nave, podría haber dado la voz de alarma, pero en vez de eso, fue tras ella. Kobe la había visto tratando de maniobrar la nave, y vió lo que estaba haciendo en su salida. Estaba muy enfadado porque ella quería escapar. Otra emoción que lo había movido a la acción mientras se tambaleaba al borde del miedo. Ella podría salir lastimada o peor, podría haber muerto. El corazón de Kobe latió tan fuerte que cambió su cuerpo, él negó con la cabeza, impreso en su alma. Zuri no era suya, lo dijo Citun. Envuelta en sus brazos, Zuri estaba donde debería estar. Kobe llegó a una decisión mental, incluso en segundos. El área en la que se encontraban estaba a menos de un cuarto del camino. Les llevaría tiempo para rescatarlos, sólo tenían un par de horas de luz del día para viajar. Kobe estaba decidido a ver si la hembra humana en el territorio de Titus era real o un mito, el continente de Titus era el más cercano. Zuri valía la pena el esfuerzo. Si hubiera alguna manera de acercarse al bebé humano-Zargonnii,

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El Guerrero Zargonii de Zuri tenía que tomar la oportunidad. Zuri estaba dispuesta a morir por su libertad. No había manera de que Kobe dejara eso sucediera. Sin duda, Citun se pondría furioso. Una vez que descubriera su desaparición, llevaría su nave para recorrer cada centímetro del continente norte. Él tendría la impresión de que Kobe intentaría hacer su camino a casa. Iba a tener un montón de explicaciones que dar. De cualquier manera, su caminata sería peligrosa. Si pudieran pasar fuera del área de las hembras deberían estar bien. Afortunadamente, los bebes femeninos eran mayores, las madres aún serían peligrosas, pero con un poco de suerte no serían mortales. Por lo menos, Kobe esperaba que él y su pequeña hembra humana de la Tierra no representaran una amenaza para las hembras Zargonnii, algo impredecibles. Al oír la terrible tormenta, Kobe cerró los ojos, sabiendo que mañana tendrían que hacer un buen tiempo para ir hasta un lugar seguro para pasar la noche. Si cargaba a Zuri, haría el viaje más rápido. Podría cubrir el doble del camino. Cuando le dijo a Zuri que el viaje les tomaría un mes, quería decir que le tomaría a él, por lo menos un mes. Un Zargonnii podía recorrer el terreno a gran velocidad, Zuri no podía. No sería capaz de llevarla a cuestas todo el camino, pero por lo menos haría la mitad. Mientras reflexionaba sobre su dilema, un extraño sonido llegó a sus oídos. Un tipo de quejido. Él inclinó la cabeza hacia un lado. El ruido venía de Zuri. Agudizando su audición deslizó su cara cerca de su cuello, luego el pecho, entonces el vientre. Su barriga le gruñó y se levantó de un salto, los ojos muy abiertos. Ella, de hecho, casi parecía asustada. “Zuri.” susurró. “¿Estás enfadada?” Zuri se movió un poco.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Hmm? ¿Por qué?” “Tu estómago está gruñéndome.” Le pareció oír su risa. “Tengo hambre, Kobe. Mi estómago gruñe cuando necesito alimentos.” Kobe se volvió un poco angustiado. “Zuri no puedo cazar ahora y dejarte sola.” Tenía la esperanza de que esa no fuera la señal de batalla de vomitar, él no tenía una muda de ropa. “Vamos a dormir, Kobe. Puedo esperar hasta mañana. Estoy demasiado cansada para comer cualquier cosa, de todos modos.” El alivio lo llenó. Su cuerpo tenso se relajó. Por la mañana podía cazar. Habría presas fáciles de capturar cerca de la cueva. Cuevas como éstas tenían grietas de poca importancia con pequeñas criaturas que se ocultaban de la fría noche. Acurrucado alrededor de Zuri para mantenerla caliente, Kobe se quedó dormido.

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Ocho “Kobe eso es asqueroso. No se puedes esperar que me coma este lío.” Kobe estaba allí, sosteniendo los restos de algo en sus manos. El caos verde sangriento del tamaño de un gato fue desollado y eviscerado, afortunadamente ya estaba muerto. Se veía como algo sacado de una historia de horror, o un hijo del infierno. El final de sus seis piernas eran cascos de dos dedos. La cabeza estaba arrancada. Kobe que tal parecía que estuviera sosteniendo oro, vaciló acercándose. Gracias a Dios, o ella habría vomitado. “Es una ofrenda para tu estomago enfadado. No quiero que ninguna parte de ti me odie.” dijo Kobe. “Me trajiste una cosa muerta con sangre verde, sin cabeza, y, ¡oh, Dios!, ¿eso es un pedazo de sus entrañas?” Zuri se llevó la mano a la boca. “Tienes que comer.” “No puedo comermelo crudo.” se lamentó. “Bueno, por supuesto que no, habladora.” murmuró mientras caminaba junto a ella. Zuri miró hacia otro lado cuando Kobe utilizó sus uñas afiladas rebanando filetes de su captura. Entonces olió algo cocinándose. Miró por encima de su hombro. Kobe había ensartado los trozos de

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El Guerrero Zargonii de Zuri carne y los cocinaba con el calor de sus ojos. No era un mal olor, simplemente diferente a lo que estaba acostumbrada en la Tierra. En el planeta 2BKs no había habido carne. “Aquí.” Kobe le entregó un pedazo de carne cocida. Zuri lo tomó con una mezcla entre hambre y horror. “Vamos, Zuri. Has comido la carne de un ‘Faya’.” dijo “Dijiste que sabía como conejo.” “¿Faya? ¿Fue en el guiso que me llevaste en la nave?” “Sí, todo cortado en trozos pequeños, cocinados hasta que estuvieran blandos. Lo siento, no puedo hervir esto para ti. Puede ser un poco duro.” Zuri trató de masticar un pequeño trozo del tamaño de una mano, que le había entregado. Sus dientes pequeños trabajaron la carne con la textura del cuero. La carne era sabrosa, pero muy dura para poder morderla. Sus incisivos no eran lo suficientemente afilados. Agarró la carne con ambas manos y tiró con toda su fuerza, con miedo de romperse los dientes en el intento. Rasgó, tiró, golpeó la carne arriba y abajo. Fue su primera ‘guerra de comida’. Zuri gruñó, gimió… y se rindió, la comida ganó. La boca de Kobe se fue abriendo al ver sus peleas. Tomó la carne, un pequeño bocado y le entregó la pequeña pieza. Zuri chupó el bocado, ella masticó y masticó, tragando hacia abajo. La siguiente pieza que Kobe le dio era aún menor, era evidente que lo había suavizado con sus propios dientes. Era lo suficientemente pequeño para tragarlo entero. Después de una serie de piezas pequeñas, Zuri afirmó que estaba llena. “Gracias.” “Cuando un bebé Zargonnii nace necesita de la leche de su madre por

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El Guerrero Zargonii de Zuri un mes, pero después de esa vez puede comer pequeñas porciones de alimentos masticados de su madre para él. Los bebés Zargonnii nacen con dientes, lo sé. Mi amigo, Atin, tiene un hijo, Mrac. Creo que te he mencionado antes a Mrac. Lo quiero como si fuera mío. Al principio, pensé que era mío, Atin y yo vivimos cerca, pero el olor no mentía, yo no reconocí el olor en Mrac. Atin lo hacía, podía oler a la madre de Mrac. Yo estaba allí el día que lo encontramos en la selva. Ayudé a Atin a cuidar de Mrac durante el primer año. Criar a un bebé es un trabajo duro. Por lo general, cuando un macho encuentra a su hijo tiene un amigo o un hermano que le ayuda con el niño. No tengo ningún hermano, tampoco Atin. Tiene cuatro ahora, Mrac es un macho fuerte y saludable.” “Atin tiene suerte de tenerte como amigo.” Kobe sonrió. “Tú tienes suerte de que yo tenga un buen amigo, así es como sé cómo debo cuidarte.” “No soy un bebé.” “Los bebes son menos habladores.” Antes de que Zuri pudiera responder, Kobe la puso de pie. Su comida terminada, Kobe tenía un apetito increíble. Estaba sorprendida que quedaran huesos. Cuando salieron de la seguridad de la cueva, el misterioso cielo era una vez más de colores pasteles y lleno de agujeros negros como la tinta, Kobe le explicó que eran agujeros de gusano. La forma en que su pueblo viajaba. El follaje estaba despierto, abierto para un nuevo día. La temperatura aumentó dramáticamente dentro de la primera hora. El suelo, una vez frío y negro, se aplastaba ahora caliente entre los dedos de sus pies. El día se parecía mucho a su primer día en la selva. Kobe se mantuvo cerca, sin embargo, a la mitad del día, la tomó, su cuerpo cómodamente se

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El Guerrero Zargonii de Zuri mantuvo cerca en su pecho, sostenido por su pelaje y por un solo brazo. Su ritmo era tan rápido como el de un caballo al galope. El escenario pasaba rápido, por lo que Zuri estaba un poco decepcionada. Le preguntó si podía caminar, después de que sus piernas se acalambraran. Kobe asustó a dos Bangors más. Pero él le mostró mucho más. Le mostró porqué amaba su planeta, con monstruos que daban miedo y todo. Zuri se sorprendió de que no hubiera insectos en la selva. Kobe no tenía idea de que cosa era un bicho pequeño, moscas y mosquitos no eran nombres que el entendiera, y Zuri sabía que no había palabra para ellos en Zargonnii. Cuando Zuri le explicó cómo era una mariposa, Kobe sonrió. La llevó hasta un pequeño claro donde criaturas del tamaño de un puño revoloteaban difusos, en un árbol verde. Las criaturas tenían enormes ojos al final de dos antenas, eran peludas y de color gris, con demasiadas patas como para contarlas. Hacían ruidos como de piar. Tenían pequeñas colas que se balanceaban hacia atrás y hacia adelante, Kobe le explicó que estaban enfriando a sus compañeros. La selva que atravesaron era aterradora y fascinante. Hermosa y bestial. Cada criatura, grande y pequeña tenía su propia forma de defensa. Cada paso que Zuri daba era una delicia. Las extrañas viñas que se enredaban en los árboles, tenían movimientos serpenteantes, no eran intimidantes ni amistosas. Zuri no estaba segura de la intención de esas trepadoras. Parecían inofensivas. Cuando la noche se acercaba y el terrible frío comenzaba a asentarse, se quedó con la boca abierta mirando unas vainas de arándanos. Las vainas estaban unidas a grandes vides verdes que crecían como si fueran una planta de tomate, a cientos de metros de altura. Las vainas eran lo suficientemente grandes como para contener un elefante. Mientras que la selva estaba llena de ruido, los alrededores de las vainas estaban mortalmente silenciosos. Fue difícil hacer que sus pies se movieran hacia adelante a la colonia de… ¿alimentos? Arbustos enteros de un

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El Guerrero Zargonii de Zuri verde profundo estaban dispuestos para mantener a las vainas en suspensión. Intrincados globos de agua estaban listos para caer sobre una víctima inocente en cualquier momento. El tiempo cada vez era más inestable, pero ninguna de las vainas se movió con el violento viento. “¿Qué lugar es este?” susurró Zuri, su cuerpo temblando se apretó contra Kobe buscando calor. “Un lugar que ocupan las hembras Zargonnii para el nacimiento de los bebés varones.” “Por lo tanto, no deberíamos estar aquí.” “Están vacíos. No tengas miedo. Hay un fuerte olor aquí que no entiendo.” Kobe se adelantó, en trance. Olió las vainas. Los centros de nacimiento individuales estaban al menos veinte metros del suelo, algunos mucho más altos. Kobe estaba abajo. Se había convertido en el modo de batalla para acercarse. Sosteniendo de cerca la espesa vid en la mano, Kobe la levantó. La vaina era perfectamente redonda, y colgaba por lo menos a nueve metros en el aire. Zuri no vio la entrada. La mano de Kobe entró en la próxima cápsula en el fondo, y se levanto, desapareció, su cuerpo aspirado dentro de la estructura, las piernas desapareciendo en un ritmo alarmante. Zuri entró en pánico y corrió para subir a la vid. “¿Kobe? Oh, Dios, Kobe, ¿estás bien?” Las duras viñas estaban todavía resbaladizas por debajo. Sus manos se deslizaron cuando subió. Sus pies se esforzaban por mantener una buena posición. Zuri se negó a mirar el suelo bajo sus pies. Cuando metió la mano

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El Guerrero Zargonii de Zuri dentro de la vaina tocó alrededor del fondo por donde Kobe había desaparecido. La vaina era dura como una piedra en todas partes que la tocó. Su descubrimiento la paralizó, los pies le dolían mientras luchaban por encontrar un lugar para poner su tembloroso cuerpo. Su respiración era entrecortada, cuando le llamó. No había manera de llegar a la entrada, Kobe había sido tragado. Congelándose por el viento que soplaba a su alrededor, el granizo comenzó a caer, golpeando sus brazos desnudos como armas punzantes. Comenzó a resbalarse. Gritó cuando la mano de Kobe volvió a aparecer de la vaina, la agarró de la muñeca y la arrastró hacia dentro con él. Su cuerpo sintió el apriete de la presión cuando la aspiró dentro. Se quedó sin aliento. Kobe la tiró en su regazo, ella yació inerte sobre él. Su piel y su pelo le eran familiares, la sensación de tenerlo, su seguridad. Lo primero que notó fue que era maravillosamente cálido por dentro. Todo estaba cubierto de espesa piel de color blanco, desde arriba hasta abajo. Había una débil fuente de luz que emanaba de las paredes desde algunas muy pequeñas manchas calvas. Un completo silencio la saludó, calma, serenidad. Zuri imaginó la comodidad de un útero. La cordura volvió lentamente. “¿Tus hembras dan a luz en estas cosas?” “Sí. En ellas están a salvo de todas las criaturas. Los Cyrons no pueden penetrar en las vainas, no pueden entrar a través de la parte inferior, no son lo suficientemente altos para conseguir llegar. Ellos son demasiado grandes para pasar y no pueden levantarse. Sólo estar aquí me trae un montón de recuerdos, incluso si no es mi vaina de nacimiento. Debo tener direcciones confusas. Estábamos cerca de esta vaina, y olí a mi madre. Yo estaba siguiendo su olor, sin saberlo, pero es la dirección equivocada. Quiero decir vamos en la dirección correcta, pero el olor de mi madre no debería estar

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El Guerrero Zargonii de Zuri aquí, cerca de este continente. Recuerdo a mi madre que me sostenía y simplemente me miraba durante horas. Tenía la sonrisa más hermosa. Ella me hacía cosquillas en el vientre, tocaba mis dedos de manos y pies. Me mostró una vida de cuidado amoroso durante el corto mes que tuvimos juntos.” “¿Puedes recordar tan atrás?” “¿Tú no puedes?” “No.” “Eso es una vergüenza. Para mí, eso es una rareza.” “¿Así es como sabes cómo entrar y salir de estas cosas?” “Sí. Mi madre nunca me puso abajo. Ella me llevaba mientras cazaba, muchas de las hembras cazaban en manadas, era más seguro. Podía oler la otra descendencia masculina. Se hizo más fácil relacionarse con ellos, cuando nos reunimos en la sala de reuniones con nuestros padres, y más tarde en la escuela. Es extraño. Huelo a mi madre aquí, pero esta no es la vaina en la que nací, huelo otro macho.” “¿Tienes un hermano?” “No, que yo sepa. Yo pensaba que todas las hembras sólo iban a un continente para aparearse. Si esta es la vaina de mi madre significa que pasó sus Vacaciones en ambos continentes. Yo siempre pensaba que las hembras elegían el mismo compañero después de que un macho había nacido, en caso de que tuvieran otro macho.” “¿Con cuántas hembras diferentes has vacacionado?” dijo Zuri. “Con cuatro, asumí que las hembras no me buscaron de nuevo debido a que habían tenido hijas hembras y nunca renuncian a sus hembras.” “Creo que es triste por tu cultura. Nunca renunciaría a mi hijo.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Nuestras hembras no tienen otra opción. Un macho no duraría mucho tiempo con las hembras, incluso con su madre. Una vez que se llega a una cierta edad, él desearía Vacaciones, incluso con las hembras que no estuvieran interesadas. Ahí es cuando comenzaría el verdadero problema. Los machos son más jóvenes cuando comienzan con la voluntad de Vacaciones, las hembras tienen más edad. A una cierta edad, las hembras son más pequeñas que los machos, incluso cuando tienen la misma edad. Fue registrado en nuestra historia. Difícil de creer, pero cierto. Machos y hembras constantemente luchaban si un varón estaba cerca. No sería una batalla justa si la hembra fuera mucho más pequeña, como tú. Sería un error luchar contra ti, sería un error luchar con una pequeña hembra Zargonnii. Creo que, de una manera extraña, es cómo nos preocupamos el uno del otro y por eso nos mantenemos alejados. Las hembras Zargonnii saben cuando están listas para las Vacaciones, es su elección. Vienen a nosotros. Estas solo son vainas de parto, nunca he visto un nido femenino Zargonnii, el lugar real que llaman hogar. No creo que ningún macho lo hiciera. Al menos nadie viviría para contarlo.” “¿Por qué tu especie viven separados?” “Los machos y las hembras Zargonnii son dominantes. Con las hembras alrededor, un macho estaría de Vacaciones más de una vez cada dos años, no así las hembras. Ambos sexos luchan por el dominio. ¿Te imaginas un mundo de machos y hembras siempre luchando por el dominio?, no haríamos nada más que pelear.” “¿Por qué no contentarse con la igualdad?” “En el departamento de Vacaciones no existe la igualdad. Solo dominar o ser dominado.” “Tú has estado a mi alrededor un montón.” “Lo sé, y mis Vacaciones crecen en estos momentos, en cuanto

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El Guerrero Zargonii de Zuri hablamos. Pero es diferente contigo que con una hembra Zargonnii. Soy el dominante, eso nunca va a cambiar, sin embargo puedo funcionar. No hay necesidad de estrategia. Puedo concentrarme en la caza, encontrarnos un lugar seguro para dormir. Tú no nublas mi mente con una constantemente necesidad de mantenerte bajo de mí.” “Vaya, gracias.” dijo Zuri, el sarcasmo llenó sus palabras. “Soy olvidable.” “Tú eres cualquier cosa menos fácil de olvidar. Eres tú a quien necesito para mantenerte segura, eres quien me necesita para cazar, y a quien preciso mantener cerca. Una Zargonnii hembra patearía mi culo si le trajera comida.” “Te lo agradecería, si me traes comida.” “¿Tu vientre está enfadado otra vez?” “Sí, está empezando a ponerse de mal humor.” “Tu anatomía es extraña. Mis entrañas hacen lo que se les dice. Tú haces lo que tus entrañas te dicen.” “¿No puedes traer una cosa eviscerada muerta aquí?” “Cualquier carne que trajera tendrá que ser sacrificada y destruida.” “¿No puedes cocinarlo primero? Así no parecerá tan patético, muerto en tus enormes manos.” “Eso lo puedo hacer.”

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Los pequeños ‘Faya’ eran tan predecibles que era risible. Casi parecía una vergüenza matar esos bichos, pero a Kobe no le gustaba el desafío de los sonidos en el estómago de Zuri cuando necesitaba de sustento. Era casi un sonido acusador, como si no pudiera cuidar de ella. Zuri insistió en que no tenía control sobre el ruido y Kobe la creyó, pero todavía eso no aliviaba por completo sus preocupaciones. Un gruñido aullido del ‘Faya’ llamó la atención de Kobe. Para ser unas pequeñas criatura, hacían más ruido que un Cyron. Cuando los ‘Faya’ salieron de su refugio Kobe agarró uno, le agarró la cabeza y, con sus uñas, lo desolló y le sacó las entrañas. Le tomó muy poco tiempo cocinar todo aquel ser con sus ojos ardientes. Planeó trozar la ‘Faya’ en la seguridad de la vaina. La tormenta arreció, lanzando a Kobe un granizo que rebotaba sobre su cuerpo, que aun estaba en el modo batalla. Zuri estaba a salvo en la vaina, el clima la mataría si quedara expuesta. Fue otra buena razón para ir hacia el sur, donde era más cálido. El norte era una máscara de hielo y nieve. Kobe no sentía que necesitara justificar sus acciones, incluso Citun estaría de acuerdo, después de un tiempo llegaría a darse cuenta de que esta era la manera más segura de ir, no podía tomar a Zuri y resguardarla en sus cabellos a cada segundo durante semanas, hasta que llegaran a su casa. Ahora Kobe se sentía satisfecho consigo mismo. Estaba manteniendo a salvo a la fémina, caliente y ahora alimentada. Sintiéndose contento, Kobe volvió su concentración a la vaina. Un rugido brutal llamó su atención. Se volvió rápidamente, sólo para que las garras de una bestia Cyron fallaran por poco. Por un segundo, se quedó congelado donde estaba. Este era el lugar de las hembras, esta criatura nunca debería estar aquí.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Pero lo hacía. Todos los recuerdos, de su madre luchando contra la bestia, salieron a la superficie, todos los temores de ser asesinado. Por un segundo, hubo pánico en su fuerte corazón de guerrero, sintiéndose enfermo. Esta vez, su madre no estaba allí para protegerlo. El animal era cuatro veces más grande que él, cuadruplicando su peso. Pelo largo negro e hirsuto cubría parcialmente sus pequeños ojos negros y los tres cuernos afilados en su largo hocico. Esta era una bestia grande y formidable, Kobe no tenía esperanzas de derrotarlo en batalla. La criatura gruñó irguiéndose por encima de él, estaba amenazadoramente hambriento. No había manera que Kobe fuera capaz de detenerlo, y mucho menos matarlo. Por un segundo la indecisión lo alcanzo. La vaina estaba muy cerca. Estaría seguro allí, podía lograrlo sin obtener lesiones. No. Tenía que llevar al animal fuera de la vaina. Era el responsable de una vida distinta a la suya. Zuri, su vulnerabilidad brilló ante sus ojos. Con un poco de esperanza, este Cyron pasaría de largo y no tendría ni idea de la existencia de Zuri. Los Cyron eran enormes bestias voluminosas, se movían lentamente, y se irritaban fácilmente. Hacía años ya que Kobe se había encontrado uno durante su primer día de Vacaciones. La hembra lo combatió matándolo, entonces se dio cuenta de Kobe. Lucharon y tomaron unas Vacaciones cerca del animal muerto. Típicamente, las hembras Zargonnii mantenían a las bestias fuera de las tierras de los machos para proteger a sus crías. Kobe estaba en la zona de las hembras. Las vainas debieron haber sido abandonadas; la bestia sabría eso.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Un macho Zargonnii en la zona exclusiva de hembras era muy difícil de resistir. El Cyron debió haber conseguido el olor a Kobe y venía en busca de una comida fácil. Su corazón se hundió, debió haber ido a cazarle. Si tratara de llegar a la vaina, la criatura estaría esperándole por la mañana. Él y Zuri tendrían que salir tarde o temprano. Kobe podía moverse rápido, incluso más rápido si era cazado. No tenía necesidad de luchar contra la bestia, sólo salir de su camino y llevarlo lejos de Zuri. Kobe rugió a través del follaje con el sonido de la bestia recorriendo el camino hacia él de manera rápida y constante. No conocía la zona y pronto se perdió, el terror agarró su corazón esperando que Zuri se quedase donde estaba. Huyendo del Cyron no estaba consiguiendo ir a ninguna parte, necesitaba detener a la bestia de alguna manera. Kobe tenía más que suficiente para manejar tratando de mantener a Zuri segura; tenía que ser más astuto que la bestia. El gran lago con el que casi tropezó estaba congelado, pero sabía que eso era algo engañoso, el hielo estaría bien. Bajo el agua las algas estaban vivas, tan vivas que podrían desgarrar la carne de los huesos de sus presas. Tomando la oportunidad, y escuchando el accidentado paso del Cyron a través de la maleza, Kobe se sacudió del modo de batalla. Cruzó el lago congelado, escuchando las grietas decisivas debajo de sus pies. A pesar de su menor tamaño, Kobe podía sentir el temblor debajo de él. A continuación, pudo ver el movimiento siguiendo sus huellas. Las algas vivas raspaban el hielo bajo sus pies. El hielo era la única cosa en el planeta capaz de contener aquellas algas vivas. No podrían perturbar la superficie lisa, por lo que sólo se deslizaban desde abajo. El hielo era resbaladizo, lo que necesitó todo de Kobe para permanecer en pie. Detrás de él, oyó el rugido del Cyron. Kobe tuvo que hacerlo de la otra manera rápida. El Cyron echó la cabeza peluda hacia atrás, sus tres cuernos

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El Guerrero Zargonii de Zuri soplaron humo, vaciló sólo un momento antes de darle caza. El animal era muy arrogante. Sus enormes patas con garras agarraron el hielo, agarrándose y tirando de él más rápido hacia Kobe. El cuerpo de la bestia peluda se frotó contra la superficie lisa. Kobe estaba casi a punto de enfrentarse con la bestia a mitad de camino. La mayoría de las algas habían dejado a Kobe por una comida más grande. El hielo se agrietó de nuevo bajo los pies de Kobe. Oyó el agrietamiento también bajo el Cyron. Contuvo la respiración y por una fracción de segundo sus pasos vacilaron. La enorme grieta en el hielo pasó entre sus piernas, hacia el otro lado del lago. Las algas fueron escapando escurriéndose por los bordes de las grietas, una pequeña cantidad arrastrándose en su camino hacia él. Corrió. Oyó un aullido enfadado detrás de él cuando el Cyron cayó al hielo. Al último segundo, se tiró boca abajo en el hielo, derrapando hasta la costa, chocando con un cúmulo de hielo y vio como las algas se apoderaron de la cabeza del Cyron. La bestia gritó en agonía. Patas y piernas temblando, la bestia sólo resurgió para tener otra ola de algas sobre su cabeza, golpeando y llevando a la bestia abajo en aquellas sucias aguas. Kobe no tenía idea de si el Cyron estaba vivo, pero mientras miraba, piel y piezas de carne fueron retiradas de la criatura, se veía el blanco de sus huesos en algunas partes. El olor era nauseabundo. Kobe corrió por el lago. Después de unos kilómetros, se detuvo para recuperar el aliento. Se rió cuando notó el cuerpo de la ‘Faya’ quebradizo todavía en su puño. Con la nariz en el aire, Kobe olió la fragancia de su madre y siguió el camino de regreso a la vaina. Le asombró que su madre hubiera hecho una vaina en este lado del continente. Más sorprendente era el hecho de que tenía un hermano. Algo raro debió haber sucedido a su madre, los hermanos generalmente se mantenían juntos, era lo justo. Las hermanas se mantenían juntas. Por alguna razón, su hermano y él no compartían el mismo padre, ni siquiera estaban el mismo continente.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri estaba ansiosa esperando su regreso. Kobe nunca mencionó al Cyron, no había necesidad de asustarla. Miró a Zuri, esta hembra era su responsabilidad. Ella nunca podría matar a un Cyron para proteger a sus hijos. Los guerreros eran fuertes, pero no tenían el asesino instinto maternal. Se preguntó lo que el otro macho Zargonnii sentía por el apareamiento con su hembra humana y engendrar una niña. Era una gran responsabilidad, dos hembras que cuidar. Zuri estaba tranquila mientras Kobe la alimentaba con pequeños trozos de carne de la ‘Faya’ que masticaba previamente. Encontrar vegetación decente para comer sería difícil en la temporada de frío. No era imposible, necesitaba llegar a un árbol ‘wamaya’ durante el mediodía. El problema era que todas las criaturas, grandes, pequeñas y francamente peligrosas, sabían que el árbol ‘wamaya’ era la única fuente de vida de las plantas de hortalizas durante la estación fría. El ‘wamaya’ abría su enorme corteza y permitía que los rayos de luz calentaran sus legumbres por un corto período de tiempo, a continuación, se cerraba para proteger sus alimentos. “Estás perdido en tus pensamientos.” Kobe casi dejó caer el trozo de carne del tamaño de una mano, que estaba mordiendo cuando Zuri habló. Sus dientes pequeños estaban trabajando en el último pedazo que le había dado. Realmente no necesitaba masticarlo, era lo suficientemente pequeño como para tragarlo entero. “Sólo pensando en la forma más segura de viajar mañana.” “Te ves un poco cansado.” “Estoy bien.” “Esto es realmente muy acogedor.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri miró a su alrededor. Kobe asintió. La vaina era caliente, a prueba de tormentas. Todo en la vaina era suave, redondeado en cualquier lugar que tocara. Durante el día, la superficie absorbía calor y luz. Los Zargonnii podían ver en la oscuridad, pero había un toque de luz que Kobe sabía que permitía que Zuri pudiera ver, tendría que mantener un estricto control sobre sus expresiones faciales. Las hembras humanas eran criaturas perceptivas. “¿Sigues preocupado por las hembras?” dijo Zuri. “¿Deberíamos vacacionar de nuevo?” Kobe casi se atragantó con la comida. La pregunta sonó tan inocente como ‘¿debemos comer más carne?’ Era extraño. Kobe ya estaba en posición vertical antes de responder. Casi se echó sobre ella antes de ganar un poco de control. “Las hembras deben estar preguntándose dónde estamos. Nada nos puede detectar dentro de esta vaina menos que sean los ocupantes. Está diseñado de esta manera, incluso las hembras Zargonnii son vulnerables durante el parto. Hay muchas vainas, como has visto, no todas se llenan cuando llega el momento del nacimiento. Una madre puede cambiar de vaina por capricho, o si siente que fue descubierta. Pero en el momento en que el bebé nace, la hembra ya no es más vulnerable, está en su momento más letal. Cuando llega la leche, su adrenalina bombea dos veces más rápido, gana en altura y fuerza cada vez que da a luz.” “Oh.” “¿Cuando vacacionáis tú y los machos humanos?” “Tenemos sexo o hacemos el amor cuando nos apetece.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Algo que te encienda?” Kobe no pudo mantener la esperanza en su tono. Zuri se rió. “Kobe si tu polla sobresale un poco más lejos de lo que esta, podría terminar en mi boca.” Kobe se sorprendió. “¿Todavía tienes hambre?” “No, tonto. ¿Nunca os dais placer uno al otro?” “Los dientes de las hembras son más grandes y más agudos que los míos. Si tuvieras un polla, ¿la dejarías cerca de la boca de una hembra Zargonnii?” “Está bien, entendí el punto, no importa.” “Bueno, espera. Dije una hembra Zargonnii, no una hembra humana.” Kobe se dobló hacia ella. “¿Las hembras humanas de verdad toman una polla en sus bocas?” “Algunas lo hacen.” “¿Que hacen con ella?” susurró él. “Primero ponte cómodo, y quítate la ropa.” Zuri gritó cuando Kobe se desnudó (y a ella) en menos de un segundo. “Ya estoy cómodo. “ Riéndose, Zuri acarició primero sus bolas. Ninguna hembra le había hecho eso. Él no podía dejar de retorcerse. Sus dedos eran pequeños; sus uñas eran pequeñas, frágiles.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Le tocó dando vueltas y vueltas. Kobe casi saltó cuando ella centró su atención en su gruesa erección. Esos mismos dedos se deslizaron arriba y abajo por su longitud. Tal vez ella estaba teniendo sus dudas. Él no se quejaba, se sentía maravilloso. Cuando Zuri bajó la cabeza, le sonrió por un segundo antes de cerrar esta perfecta y hermosa boca habladora sobre él. Kobe pensó por un segundo que iba a aullar como un animal poseído. Mientras los dedos masajearon la base, le chupaba duro, sus dientes romos arrastrándose sobre él. Kobe hacía de todo para no entrar en modo de batalla. Estaba luchando, su necesidad de darle la vuelta y enfundarla con su polla lo tenía agarrando puñados de piel del revestimiento de la vaina. “¿Te gusta?” preguntó Zuri cuando su boca le dejó. “Sí.” su palabra no fue más que un grito lastimero. ¿Quién diablos estaba dominando? Kobe no tenía ni idea. Estaba perdido en ella. Un macho y una hembra se enfrentaban en una dominación por el otro, entonces todo había terminado. La batalla era muy emocionante, excitante y gratificante. Lo que Zuri estaba haciendo estaba más allá de ser satisfactorio, y aún no se habían unido. Kobe no podía soportarlo más. Agarró a Zuri debajo de los brazos y la tiró sobre la piel de él. Había algo que Kobe quería ver. Cuando la había tomado antes, había visto sus pétalos desde su posición, pero había estado dentro de ella. Agarrándole las rodillas, las abrió para una mejor vista. Su corazón latía cerca de su pecho, Kobe puso sus ojos en la zona que siempre se mantuvo oculta para él. Su visión era perfecta. Sus dedos sintieron suavemente cada pliegue, un pequeño brote se asomó para él juguetonamente. Kobe no pudo resistirse. Bajó para degustar el brote. En medio de las advertencias de Zuri que tuviera cuidado, no se movió. Inundado con asombro, se dio cuenta que era de

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El Guerrero Zargonii de Zuri confianza, ¿era amor también? ¿Sería que él la amaba? Saltó de una nave de transporte para salvarla. Se había librado de un Cyron por ella. Si eso no era amor, Kobe realmente sabía el significado de esa palabra. La punta de su lengua salió, estaba caliente, dulce, vulnerable. Su fragancia era intoxicante, y él se echó a reír, recordando su insistencia en dejar de llamarla ‘olorosa’, ella sólo era fragante. Su enorme polla quería deslizarse en su apertura caliente. Era demasiado, su deseo por ella era más salvaje que la tormenta exterior. En lugar de yacer sobre ella, Kobe se sentó y tiró sus rodillas hacia atrás hasta que él se apretó contra ella. Temblando con una emoción intensa, vio su cara cuando, centímetro a centímetro, la penetró. Ella gimió, luego suspiró, sus manos llegaron a él, pero sabía que era muy pronto. Empujó con fuerza y ella agarró la piel debajo suyo para sostenerse. Cuando su polla desapareció dentro de ella, sus caderas se movieron fuera, meciéndola profundamente en la cama de piel suave. “¿De qué te ríes?” le preguntó, Zuri. Kobe no se dio cuenta de que estaba sonriendo. “La piel de debajo, cubre partes de tu cuerpo, te ves como una pequeña Zargonnii hembra.” “¿Estás fantaseando que luchaste con tu gran fuerza y me dominaste?” Podría ser, pero por toda respuesta, él se limitó a sonreír. Kobe podía sentir el delicado balanceo de la vaina por el brutal viento. Su movimiento era mucho más rápido. De rodillas Kobe tiró de un tobillo, poniéndolo por encima de su hombro. Ella gritó mientras bombeaba más duro. Su espalda se arqueó mientras gemía. Kobe movió la otra pierna por encima de su hombro. Su gran cuerpo estaba encima de ella, con las manos apoyadas en ambos lados de la cabeza.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Cierra los ojos.” exigió. Zuri cerró los ojos, luego gimió cuando Kobe entró en modo de batalla. Manteniendo su peso sobre sus manos y rodillas Kobe tronó entre sus muslos, su cuerpo empujó hacia adelante y luego hacia atrás. Sus manos soltaron la piel debajo de ella, hundiéndose en su pecho peludo. Su rostro estaba encima de ella, sobre su pecho, doblando las piernas hacia abajo, empujando el culo profundamente en la suavidad de abajo. Kobe oyó sus profundos gruñidos guturales; oyó los gemidos de Zuri. Sabía que no estaba lastimándola, cada vez que retrocedía, ella lo agarraba fuertemente para que se impulsara de vuelta. El apareamiento con una hembra Zargonnii se sentía increíble, pero esto era más. No quería tomar todo el placer para el mismo y acabar con esto, Kobe quería oírla gritar su nombre con su liberación. Era un pensamiento extraño viniendo de un guerrero feliz queriendo a su compañera. Por un segundo Kobe frenéticamente fue bombardeado con pensamientos. No podía mantener una hembra; los machos y las hembras no permanecían juntos. Pero él se había quedado con Zuri, estaba con Zuri, su cuerpo en el de ella. Kobe nunca había desobedecido una orden de Citun pero en ese segundo estaba indeciso, Kobe se recordó a sí mismo que él siempre sabía lo que quería. Quería a Zuri. Ella viviría con él, si él tenía la suerte de tener un hijo con ella, iba a matar a cualquiera que tratara de llevarse a su compañera y su hijo. Libre para tomar más decisiones, Kobe dejó su cuerpo ir. Tocó cada centímetro de Zuri, reclamándola. Todo guerrero olería su perfume en ella; un guerrero sabía que no debía jugar con la hembra dominada de otro macho. Kobe estaba en modo batalla, grande, bajando su cuerpo sobre el de ella. Ella gimió y se empujó hacia él, pero no podía moverlo. Zuri se quedó sin aire cuando empujó con más fuerza, dejándole sentir una pequeña cantidad

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El Guerrero Zargonii de Zuri de su poder. Una vez que cubrió la parte delantera con su esencia, le dio la vuelta y, siguió enterrado en su interior, Kobe, estaba una vez más en la parte superior de ella. A partir de ahora siempre llevaría su olor, nunca dejaría que no lo tuviera. Su fragancia la mantendría mínimamente segura en la selva; otras criaturas se retiran por el olor de un macho dominante. Muchas criaturas no se arriesgarían a mirar a través de los árboles para echar un vistazo hacia él, ahora no echarían una mirada hacia ella. Zuri se estremeció bajo él y gritó su nombre. Kobe rugió al sentirse victorioso. Su hembra estaba satisfecha. Kobe rodó, dándose la vuelta, deslizándose de su calor. Instaló a Zuri sobre él y le susurró. “¿Zuri?” “¿Hmm?” “Me gusta este sentimiento de amor.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Nueve Zuri siguió a Kobe a través de la apertura de la vaina. Sus pies se deslizaron, seguidos por sus pantorrillas, muslos, nalgas, torso y cabeza. Era similar al goteo de un esfínter. No era realmente un pensamiento agradable, pero lo suficientemente preciso. Kobe la tenía en sus brazos y los dos hicieron su camino por las vides. “Es una lástima que no podamos quedarnos allí para siempre.” dijo Zuri, se sentía un poco melancólica. La vaina era muy segura y caliente, odiaba dejarla. “Tendríamos que salir con el tiempo. Las hembras regresarán dentro de un año o más aquí.” “¿Crees que tu madre sabe que estás aquí?” “Sí. Mi perfume está impreso en su memoria como el de ella en la mía. Es la manera en que la naturaleza se asegura de que nunca tengamos Vacaciones juntos.” Zuri hizo una mueca, no había pensado en eso. La idea que él fuera capaz de oler a su madre no era tan extraño como ella pensaba. “¿Qué tal una hermana? ¿Puedes oler a tus hermanas?” “Ellas huelen.” “¿Qué diablos está mal contigo y el olor?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Lo que quiero decir, habladora, es que exudan un olor desagradable. Es un perfume que sólo un niño puede oler.” “¿Tú tienes hermanas?” “No es que me las haya encontrado.” Kobe puso a Zuri de pie al llegar a la parte inferior de las vides. Zuri miró la vaina y suspiró. “¿Hay más refugios como éste?” dijo. “No estoy seguro. Supongo que lo sabremos muy pronto.” Como siempre, la tomó de la mano, moviéndose en modo batalla cuando pasearon por la selva. Era un consuelo verlo tan poderoso. Cuando lo hacía, era fácil ver a Kobe observando algunas cosas que ella no notaba. Caminaron durante horas, el calor en el aire se hizo sofocante. Zuri odiaba el clima, calor abrasador durante el día, frío glacial durante la noche. Siempre al extremo. Tuvo la tentación de pedirle que la tomara en brazos, su cabello tenía un efecto de enfriamiento cuando estaba caliente. “Ven aquí.” dijo Kobe. Zuri miró a la pequeña cueva que él señaló. Grandes rocas estaban a ambos lados, cubierta de musgo grueso, que, por supuesto, se enrollaba como una forma de vida cuando se acercaron, sin sentir ninguna amenaza. El musgo estaba encima de las piedras cubriéndolas del sol. Zuri sabía que esa sustancia era inofensiva, pero no dejaba de ser aterradora. Encontró la pequeña abertura de la cueva, sería capaz de agacharse y pasar, pero no había forma de que Kobe se entrase. “¿Tenemos que parar?” preguntó. “Por un momento. Quiero que te quedes allí.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿A dónde vas?” “La cueva es segura, no te preocupes, no hay nada en el interior que pueda hacerte hablar con la muerte.” “Muy gracioso. Ahora, ¿a dónde vas?” “¿Ves aquel árbol de allí?” “Sí.” Era una horrible pieza de vegetación. Las ramas estaban marchitas y retorcidas. Se veía muerta, como si la cosa estuviera formada por dedos viejos, largos y arrugados. “Ese es un árbol ‘wamaya’. Tiene los frutos más dulces del planeta. Raro y difícil de encontrar. Es considerado un manjar por mi pueblo.” Zuri se mostró escéptica. ¿Cómo puede algo tan viejo, feo y nada lindo ser comestible? Kobe la empujó a la pequeña cueva, donde inmediatamente escuchó el latido inquietante de difusas criaturas como gusanos. Hizo una mueca, pero se quedó en el lugar. En silencio, Kobe fue hacia el árbol y esperó. Zuri se sorprendió, cuando la luz de un de los soles ocultos por la vegetación, golpeó directamente el centro del árbol. Debido a la rareza del color del cielo, la exposición parecía un extraño tipo de arco iris. De repente, un agujero se abrió, y una luz brilló, desde el agujero hacia un objeto redondo de color naranja. Asemejándose al sol. Era hermoso, dorado, lo más llamativo que Zuri había visto hasta ahora. Un delicioso olor floto a su nariz. Hipnotizada, vio como Kobe se acercó al árbol con discreción, se preguntó que le hacía ser tan cauteloso. Gritó cuando un pequeño Bangor corrió hacia adelante, bailando alrededor de Kobe, y tratando de arrebatarle el fruto. Kobe no hizo nada, lo que aumentó su curiosidad.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Pensó que Kobe podría haber arrojado a la criatura. Cuando el pequeño Bangor metió la pata en forma de mano en el agujero, al tranquilo árbol le crecieron enormes ramas color marrón alrededor del agujero. Cuando el Bangor entró, su brazo fue cortado cerca del codo, como por colmillos de madera con clavos cerrándose sobre él. El Bangor huyó gritando tan fuerte como Zuri. Kobe se movió rápidamente, Zuri se di cuenta de que iba a meter la mano en la boca de esa cosa. Cuando el árbol abrió la boca y el brazo cortado del Bangor cayó al suelo, Zuri pensó que se desmayaría. Kobe aseguró la boca, superior e inferior, y la abrió hasta que fue un momento nauseabundo. El árbol se estremeció. Zuri se preguntó si Kobe le había roto la mandíbula. La idea hizo que su cabeza diera vueltas, ¿un árbol tenía boca? ¿Con colmillos? Kobe soltó y arrancó un vegetal desde el interior de la boca floja. Vio con horror como la boca del árbol se cerró de golpe, sellando el agujero sin problemas. Se preguntó si había tenido una alucinación. Kobe estaba sonriendo mientras se abría camino de regreso a Zuri. Algo apretó contra ella haciéndola saltar. Una criatura como un gusano negruzco fue enroscándose en su pie. No estaba segura de cuando dejó de escuchar a las criaturas gusano, su propio corazón tronaba en sus oídos. El gusano, con un peso mínimo de cinco kilos, hizo su camino babeando sobre sus piececillos, dejando una mancha brillante como rastro. Por un segundo, Zuri pensó en agarrarse el pelo y correr gritando en pequeños círculos. Kobe la sacó de la cueva. Kobe dividió los pedazos del fruto y los masticó para que ella pudiera comerlos mientras caminaban. Mecánicamente, Zuri comió lo que le ofreció. Después de que terminó de procesar de lo que había ocurrido, se dio cuenta de lo delicioso del fruto. Los pedazos pequeños podía tragarlos enteros, los otros más bien los chupaba.

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El Guerrero Zargonii de Zuri El sabor explotó en su boca, su saliva erupcionó en un orgasmo de sabor. Su lengua se estremeció cuando lo hizo rodar y dar vueltas en su boca, haciéndole el amor a la comida. Su mente se centró en el amplio pecho de Kobe sus poderosos brazos y la forma en que se cerraban alrededor de ella. Su polla saltó en sus pensamientos, bailando dentro de su mente hasta que ella empezó a jadear. “Oh, Dios mío, Kobe. Esto es un afrodisíaco. Es increíble.” “¿Qué cosa?” “Un afrodisíaco es algo que te hace sentir la necesidad de querer tener relaciones sexuales durante los días de Vacaciones.” “Aquí, tenemos más.” Zuri lo hizo. No podía conseguir suficiente. Kobe expresó asombro por lo mucho que bebía. “¿Estás bien?” Preguntó. “¿No lo sientes?” “¿Sentir qué?” La fruta se fue. Zuri se sentía salvaje. Arrastró a Kobe por un gran árbol y lo desnudó. Kobe se quedó atónito mirándola allí. “Ahora Zuri, ¿aquí?” “Oh, Dios mío, Kobe, si no me jodes creo que me volveré loca.” “¿Joder?” “Sexo, Kobe. Ahora. ¿Cuál era esa maldita fruta?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Es sólo un fruto... hey...” Zuri agarró sus pantalones y se los bajó. Se detuvo para protestar cuando su boca fue directa a su polla erecta. “Ahora que pienso en ello.” dijo Kobe y gimió. “Las hembras Zargonnii dicen que comen una gran cantidad de esta planta antes de ir de Vacaciones.” Zuri trató de tirar de él hasta la Tierra. “Zuri... ¿estás tratando de dominarme?” Zuri lo liberó. “Sí.” Lo agarró con su boca de nuevo. Lo oyó suspirar. “Estoy en el modo de batalla en la selva. Las compañeras Zargonnii también. No me tientes.” Por toda respuesta chupó más duro. “Zuri, no tienes idea de lo que estás haciendo.” Sus pantalones cayeron alrededor de sus tobillos. Zuri intentó derribarlo de nuevo. No pudo, todo el tiempo protestó sobre que lo lamentaría si todavía estaba tratando de dominarlo. Sus dientes rasparon la polla dura, y luego con más fuerza, hasta que finalmente tuvo suficiente. Kobe rugió. Él la apartó. Sus ropas se fueron. El corazón de Zuri estaba latiendo. No sabía lo que estaba mal con ella, lo único que sabía era que lo necesitaba dentro... ahora. La ferocidad que expresó debería haberla aterrorizado, pero no lo hizo. Kobe se acercó a ella como un tren de carga, la tomó y la sostuvo a través del aire suspendida con su antebrazo. Zuri le agarró del pelo y trató de tirar de él

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El Guerrero Zargonii de Zuri más cerca. “Maldita sea, Zuri, me estás confundiendo.” gritó. “Estás luchando por tener sexo, solo que no sabes que no puedes dominar.” “Así que, date prisa y domíname, maldita sea.” Kobe volvió a rugir. Con un rápido movimiento, se movió como si fuera a tirarla al suelo, por ahora a Zuri no le importaba. En el último momento, se detuvo. Cuando llegó al suelo, sus brazos estaban debajo de ella, parando el golpe. Sus puños se cerraron en torno a un puñado de su pelo en el pecho, rogándole que acelerara aquel infierno. Ella podía sentir su polla entre los muslos y luchó para traerlo. “Por el cielo, Zuri, soy el dominante. Déjame hacerlo.” “Domina esto, tú, idiota del culo.” Zuri empujó sus caderas hacia su polla, lo que le obligó a entrar. Ella gritó cuando un orgasmo corrió por sus venas. Una vez que estaba en su interior ella se relajó, su necesidad no había desaparecido, simplemente no la controlaba. Kobe parecía darse cuenta de su cambio inmediatamente. Su agarre se aflojó de su dominio casi abrumador. Zuri gimió y suspiró, sacudiéndose con él, marcando el ritmo. “Te sientes muy bien.” Gimió Zuri. Kobe estaba gruñéndole, gimiendo. Había perdido la mayor parte de su control. Parecía tan natural la forma en que se comportaba con la selva a su alrededor. Primitivo, Zuri se sentía primitiva en salvaje abandono. Kobe sabía cómo dominar y la había atrapado debajo de él. Gritó su nombre cuando se corrió, él todavía golpeando entre sus muslos. Las viñas de los árboles crecieron alrededor de ellos, deslizándose más cerca, haciendo un mapa en la Tierra negra. Zuri no se había fijado en un

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El Guerrero Zargonii de Zuri primer momento, pero mirando a su alrededor, se dio cuenta de que muchas avanzaban, moviéndose como serpientes. Ella estaba un poco alarmada. Lo que ella creía que era Kobe que la mantenía con fuerza por su tobillo era una vid de color marrón, gruesa como una cobra real. Para empeorar la situación, Kobe había mantenido sus manos arriba de su cabeza y ahora parte de la vid se había envuelto en sus muñecas. Pronto Zuri fue capturada por el árbol. “¿Kobe?” Kobe se empujó en ella lentamente cuando sus piernas se estaban separando y sus brazos estirando por sobre su cabeza. Kobe continuó golpeándola sin pensar. Estaba a punto de gritarle cuando parte de la vid se deslizó sobre su boca. Kobe rugió su liberación, pudo oír su gruñido. Cuando sacó su cuerpo de ella, se dio cuenta de su posición abierta como águila y su estado vulnerable. Zuri estaba segura de que la liberaría, pero frunció el ceño cuando se rió de ella. “Este árbol no te comerá.” sus palabras fueron casuales. Sus manos acariciaron sus pechos. Zuri no podía moverse. Lo miró cuando se dio cuenta de que además estaba disfrutándolo. Y ella había estado aterrada cuando una boca gigante con dientes había estado a punto de comérselo. “¿Quieres que te suelte?” Preguntó inocentemente. Sus dedos fueron hacia abajo para jugar con su clítoris. Zuri trató de gritarle, pero no podía emitir sonido. “Bueno, esta es la primera vez. ¿Nada que decir, habladora?” Zuri le dedicó su mejor mirada asesina. “¿Qué estabas diciendo acerca de ‘domina esto idiota del culo’? ¿Hmm? Pareces un poco tonta y muy tentadora. Yo sería la envidia de todos los

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El Guerrero Zargonii de Zuri machos Zargonnii si nos vieran. ¿Sabes que hay comentarios de que una hembra dominada por los machos se encuentra repentinamente en la posición que estás tú?” Zuri le gruñó. Kobe alcanzó lentamente detrás para asegurarse de que las vides no estaban demasiado apretadas. Zuri no quería sentirse enfadada, ella lo había iniciado. Había algo emocionante en ser tomada por un guerrero Zargonnii. Los sonidos de la selva eran tenues, como si todas las criaturas contuvieran la respiración preguntándose qué es lo que haría el gran guerrero. Kobe no la defraudó. Sacó su enorme polla de ella, besó y mordisqueó su cuerpo hasta que Zuri quiso gritar. Una viña llegó deslizándose y comenzó a enredarse alrededor de su garganta, pero Kobe gruñó y la rasgó por la mitad. Como si estuvieran heridas, las otras viñas saltaron y se retiraron a la piscina en la base del árbol, temblando. “¿Eso era todo lo que tenías que hacer?” jadeó cuando él encontró su camino entre sus piernas y empezó a lamer el interior. “Sí.” La palabra fue murmurada. Kobe le lamió los muslos haciéndola retorcerse, ella estaba sensible. El enorme cuerpo de Kobe se movía lentamente sobre ella, besándola, chupándola, volviéndola salvaje. Su fluido pelo blanco se deslizó sobre ella, haciéndola reír. Cuando Kobe estaba a punto de entrar en ella, Zuri gritó. Una gruesa, masiva viña de un árbol de tamaño mediano, se disparó hacia la parte posterior de la cabeza de Kobe. Más rápido que un relámpago, Kobe se volvió y tomó la vid, rompiéndola en fragmentos que cayeron sin causarle daños en el suelo. Otras vides diminutas se alejaron. El corazón de Zuri estaba en su boca, Kobe le sonrió. “Sabías que venía hacia ti.” le acusó.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Él asintió con la cabeza mientras su polla se abrió paso dentro. “¿Por qué no me lo dijiste?” “Porque soy un idiota del culo.” “Idiota.” “Eso es gran idiota del culo para ti.” Muy suavemente, Kobe hizo el amor con ella.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Diez Zuri se acostumbró al planeta de Kobe, durante el largo viaje de varias semanas. Su día comenzaba con él acarreándola y moviéndose a un ritmo rápido hasta que se cansaba. Ella fue capaz de caminar y descubrir cosas nuevas. Kobe la mantuvo a salvo, alimentada y caminaba de la mano con él a través de la selva. Se enamoró. El sexo nunca había sido divertido, pero ahora era más que eso. Kobe le dijo que nunca había estado en esta parte del continente, pero descubrió que tenía una familia y quedó sorprendido por la cantidad de cosas en que ellos eran similares. Durante los inviernos, los animales emigraban a ambos lados. La vida vegetal era la misma. Mientras viajaban, el tiempo cambió a temperaturas más cálidas, más manejables durante el día y la noche. Kobe le dijo que ahora en su continente, el frío era excepcional y los cielos eran más oscuros. Zuri se alegró de que hubiese elegido esta dirección, si hacía mucho frío, ella nunca habría sido capaz de lograrlo. Aquel día se detuvieron más tarde junto a un arroyo con agua corriente agradable al paladar. Kobe le había dicho que el agua estancada era peligrosa, Zuri estuvo de acuerdo, pero cuando él le mostró ese tipo de agua estancada se dio cuenta de las mortales algas que había en su planeta. Cuando Kobe fue al siguiente estanque de agua rancia, con olor a humedad, con su brazo alrededor de Zuri, ella gritó y saltó. Una ola alta hasta sus caderas rodó hasta caer en el estanque, derribándose a sus pies descalzos. Cuando la escoria fue eliminada, lo único

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El Guerrero Zargonii de Zuri que tenía estaba quemado, quemado a cenizas. Zuri se estremeció y juró que nunca se acercaría a un estanque de nuevo en su vida. Zuri tomó un sorbo largo de agua fría, dejo que el agua goteara entre sus pechos, pero se estremeció, hacía frío. Kobe salió de rodillas y la tiró. Ella se rió y salió corriendo, gritando que hacía mucho frío. Él le dijo que se acercara. Kobe tomó puñados de agua cálida, luego jugó con él hasta que estuvo empapada. Lo hizo con el fin rápido, la sensación del agua era como un baño caliente, celestial. Kobe estaba bajo el arroyo claro y sumergido. Cuando llegó a Tierra, se ofreció a secarla, pero ella sonrió y dijo que no. Su camisa se secaría en el aire caliente. Ella utilizó las manos para torcer su pelo largo, entonces lo recogió en sus hombros. El cielo era de un color pastel brillante, rayos de luz bailaban sobre el agua. Zuri sonrió cuando Kobe puso una flor púrpura detrás de su oreja. Sus enormes manos podían aplastar a un enemigo; con Zuri, sus manos eran suaves. Ella se puso de puntillas para besarlo. Los grandes brazos de Kobe la rodearon, levantándola a su encuentro. Sus lenguas se entrelazaron mientras se probaban entre sí. Zuri lamió sus hermosos y plenos labios azules. Kobe apoyó su frente contra la de ella. A Zuri le encantaba mirar en las profundidades de sus ojos rojos. Sintió su calor llegar desde sus pies. No importaba el color de los ojos de alguien, siempre reflejaban su alma. Kobe era hermoso. “¿Qué dirías si te dijera que estoy enamorada de un gran guerrero idiota del culo?” bromeó Zuri. “Yo diría que espero que le gusten las mujeres habladoras de la Tierra.” “Creo que tal vez lo hace.” “Sé que a lo mejor lo hace.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri El vientre de Zuri retumbó y Kobe suspiró. Zuri se rió. “Te juro que no tengo control sobre el ruido que hace mi estómago.” “Tu estómago se ha enfadado mucho últimamente.” Kobe miró a su alrededor. Ambos vieron un enorme arbusto con espinas de quince centímetros de largo. Piedras grandes cubiertas de musgo verdes se apilaban cerca, haciendo un muro de protección. Kobe los llevó hacia el bosque. No estaba preocupada. En el interior, sabía que no habría espinas para ella. Vió cuando Kobe cortó los pedazos afilados del arbusto. Zuri se arrastró dentro. La fortaleza espinosa era linda y segura. “Volveré pronto para alimentar a tu vientre hablador. Quédate quieta.” Zuri sonrió mientras él se alejaba. Estaba en lo cierto, sin embargo, su vientre se había convertido en uno muy hablador desde un tiempo a esta parte. Se preguntó por qué. Kobe no dio más de veinte pasos cuando rugió con furia. Zuri se asomó a través de las pequeñas aberturas en los espinos. De repente, Kobe cayó a través del follaje en una lucha por su vida. Zuri estaba agachada, mirando con la boca abierta a lo que lo había atacado. Nunca en sus peores pesadillas alguna vez vio a un ser tan repugnante. Tenía la mano presionada contra su boca para no gritar de terror. La bestia era monstruosa, horrible. La piel negra parecía que había pasado por el fuego. Olía a quemado. Le faltaban pedazos. Algo había atacado antes a esa bestia. Los pedazos de carne se abrían sobre la masa; la calvicie adornaba su cuerpo. Se podían ver partes de los huesos blancos del cráneo, los órganos internos eran visibles, vio su corazón latiendo a través de un punto cercano al pecho calvo a través de las visibles costillas. Zuri se atragantó. Era fácil ver que estaba en agonía, y su furia lo estaba guiando a matar a Kobe. Kobe hizo lo que pudo, luchó mucho, pero el animal

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El Guerrero Zargonii de Zuri tenía su rabia para agregar a la locura. Impulsado de vuelta, Kobe fue aplastado contra un enorme árbol. Las viñas comenzaron a arrastrarse hacia sus muñecas. Cuando las viñas habían rodeado la mano de Kobe. Él las llevó alrededor del cuello de la bestia. El uso a la bestia como palanca, Kobe enderezó sus pies en el árbol y saltó sobre el lomo del animal. La bestia gritó, su pata serpenteó para golpear a Kobe al suelo, su cuerpo saltó cuando golpeó la Tierra negra, a continuación, se detuvo en seco. Parado en sus pies en una fracción de segundo, Kobe le golpeó en la cabeza, Zuri oyó un chasquido cuando Kobe golpeó en su cráneo desnudo. Parte del Cyron (¿qué otra criatura podría ser?), un maxilar, cayó roto y colgando. Una pata con garras golpeó abajo, cortando en la bota de Kobe, aplastándolo contra el suelo. Kobe no podía correr, se quedaría a luchar. Los golpes de Kobe y la bestia hacían temblar la Tierra, cada uno luchaba por su vida. Zuri sólo podía esperar y ver con impotencia. El animal era muy grande; se movía como una máquina, sin parar, tomando golpe tras golpe. Enterró sus enormes dientes en el brazo Kobe y él gritó en agonía. Rayas azules parecían saturar la piel de Kobe. Zuri quería gritar para pedir ayuda, pero no podía hacer nada contra algo tan poderoso. Después de todo lo que habían pasado, estaba segura de que Kobe era indestructible. Ahora ya no estaba tan segura, estaba sangrando. Parecía que estaba perdiendo la batalla. Si moría, sin duda, ella sería la próxima. Pero, ¿que era la vida allí sin Kobe? El animal rompió las costillas de Kobe con una enorme pata. Zuri lo vio arquear la espalda. Kobe saltó, golpeando su cabeza contra la mandíbula del animal, dejándola cerrada. Su espalda salió horriblemente de su lugar, el sonido fue repugnante. La bestia dio un revés a Kobe, enviando la parte

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El Guerrero Zargonii de Zuri superior del cuerpo en una dirección mientras que la mitad inferior permaneció inmóvil. Zuri gritó entonces, pensó por un momento que había sido desgarrado por la mitad. Kobe cayó al suelo. La bestia se abalanzó y Kobe se arrastró a unos metros de distancia, luego siguió arrastrándose mientras la bestia se acercaba, todavía estaba decidido a llevar a la criatura lejos de Zuri. Le ofreció una mirada de remordimiento que lo decía todo, que iba a morir y no quería que ella lo viera fracasar. Kobe arrastró sus temblorosos pies; Zuri podía ver que su intención era conseguir que el animal lo siguiera fuera de su línea de visión. Llegando a una decisión, Zuri se deslizó del arbusto y agarró un pedazo de palo grande, sus dedos alrededor de él en un abrazo de muerte. Lucharía junto a él, iban a vivir o morir juntos. Zuri comenzó a moverse, gruñó su furia, más de ella fue empujada abruptamente lo suficiente para aterrizar en su culo. Aturdida, se sentó con la boca abierta en el suelo cuando una hembra Zargonnii salió a su paso. Era enorme, Zuri pensaba que Kobe era grande, pero esta mujer medía al menos dos metros setenta y cinco. No era de extrañar que Kobe hablara de las hembras con profundo respeto. Zuri se preguntó si la hembra iba a matarla también, ella le hizo un gesto a Zuri para quedarse. La hembra salió al claro, tomó una posición, y rugió tan fuerte que Zuri juntó sus manos sobre las orejas. A continuación llamó la atención de ambos, tanto de la bestia y como de Kobe. Ella se adelantó con un propósito, exponer sus colmillos, garras ganchudas, que eran cada vez más grandes. Con su velocidad recorrió la distancia más rápido de lo que Kobe lo haría. El sonido sibilante pondría a mil serpientes en vergüenza. La hembra Zargonnii empujó a Kobe al suelo y retomó la pelea. Kobe parecía aturdido. La hembra desgarró al Cyron como si sólo estuviera moliendo papel. El Cyron fue un caos sangriento en poco tiempo. Kobe no hizo ningún movimiento para ayudar a la hembra, estaba sentado en su culo viéndose tan desconcertado como Zuri se sentía. Zuri tuvo

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El Guerrero Zargonii de Zuri dos pensamientos, la hembra estaba relacionada con él o era una hembra con la que Kobe había vacacionado. De cualquier manera, a Zuri no le importaba. Era evidentemente que la hembra estaba molesta. El animal parecía entender que ahora se habían invertido las tornas. Su enfoque en la batalla era vacilante. Con un rugido, se abalanzó hacia adelante. Creyó ver la sonrisa de la hembra. Se estremeció, sin haber visto nunca una expresión tan amenazante. La hembra tiró de los dos cuernos de la cara de la bestia, el hedor de la sangre que se roció en dos corrientes directamente a los ojos redondos, lo cegó. Otro golpe de la hembra al Cyron y casi lo decapitó. La mandíbula que había sido rota por Kobe voló, sólo para quedar la piel de la nuca a un palmo de la cara. Zuri pensó que Kobe luchó con pasión, pero la hembra parecía enfadada. El Cyron gritó en agonía, hizo un débil intento de componer de nuevo su cara. Una última pieza de sus garras y el pecho del Cyron estaba roto, costillas rotas, su corazón goteaba de su torso. El animal cayó de sus pies para un lado, quedando inmóvil. La hembra Zargonnii lo había matado. Aunque el pecho peludo subía y bajaba, la hembra no parecía respirar tanto mientras se giraba para hacer frente a Kobe. Kobe se levantó y se acercó a la hembra, vacilante al principio, con la cabeza inclinada hacia un lado con curiosidad. Luego se lanzó a sus brazos. Por la forma en que la hembra le abrazó y le cantó era fácil ver que él era su hijo. Ella se preocupó por la herida, con los ojos brillando para cauterizar el área. Su pelo largo, que un momento antes había volado salvajemente a su alrededor, le envolvía. Cuando Zuri oyó a Kobe murmurar la palabra madre, Zuri estuvo segura. Zuri sintió que las lágrimas acudían a sus ojos. Kobe no había visto a su madre durante muchos años, y se reconocieron mutuamente después de todo este tiempo. Zuri se dio cuenta de que estaba viendo el reencuentro de toda su vida. Zuri no tenía mucho tiempo para reflexionar, ya que cuando estaba a

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El Guerrero Zargonii de Zuri punto de ponerse de pie un destello de luz brillante explotó contra Kobe y su madre. Ambos, Kobe y su madre, fueron separados y presionados contra los árboles. Se agitaban sin poder hacer nada, gritando y gruñendo. Después de presenciar el poder puro y duro de su madre, Zuri sólo conocía a una criatura que podría hacer eso. A continuación, ella salió de su escondite. El Gorgano hablaba en su mente con ambos, Kobe y su madre, usando dos lenguas diferentes. Zuri sabía que no podían oír lo que el ser les estaba diciendo. En cuestión de segundos, les había ordenado en un nuevo dialecto. El Gorgano estaba eufórico con su pesca del día. Zuri supo que quería a estos dos especímenes para unirse en otros experimentos. La idea enfureció a Zuri. El Gorgano había capturado a una Zargonnii hembra, estaba segura de las intenciones de la criatura. Antes de que el Gorgano supiera qué lo golpeó, Zuri canalizó sus pensamientos y cuando él se volvió hacia ella, le sonrió con malicia. “Nada debe ser enjaulado por diversión, sucio bastardo. Experimenta esto.” La bomba de Hiroshima vino a su mente y el Gorgano estalló en pedazos pequeños que salpicaron el suelo debajo de ella. Alrededor, el musgo en las cercanas rocas corrió y agarró las pequeñas piezas que corrieron hacia atrás hasta que no quedó ni rastro del Gorgano. Kobe y su madre cayeron al suelo con disnea. Kobe se levantó y se fue directamente a Zuri. Él la tomó en sus brazos. La pareja se quedó mirando a la madre de Kobe. “Zuri esta es mi madre, madre ella es mía.” Su tono era de incredulidad. “Me estabas siguiendo.” preguntó a la hembra Zargonnii. “Te sentí y te seguí, sentí al Cyron. No deberías estar aquí, es peligroso.” dijo su madre.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Me gustaría saber lo que estás diciendo.” meditó Kobe, se veía muy triste. Zuri puso su mano en el brazo. “Estaba preocupada por ti.” Luego miró a la madre de Kobe. “Mi nombre es Zuri, gracias por salvarnos.” Tanto Kobe como su madre la miraron, ella también podía hablar su idioma. “Zuri, ¿cómo?” Preguntó Kobe. “El Gorgano estaba hablando con tu madre, pero ella no le entendía. Yo lo hice. Esa bestia inmunda quería encerraros como animales.” Zuri se volvió hacia su madre. “¿Cuál es tu nombre? “ “Unna. Tus palabras son duras, pero hablas bien mi idioma.” “El Gorgano consiguió entrar en mi cabeza una vez. Así es como yo te entiendo, y a Kobe.” “Ninguno de vosotros debería estar aquí, no es seguro.” dijo Unna. “Lo sabemos. Caímos desde una nave espacial. Kobe me llevará a casa.” “Vas por el camino equivocado.” Zuri miró a Kobe. “Le dije que estamos yendo a casa y me dijo que vamos por el camino equivocado. Pensé que tenías familia aquí.” “Te voy a llevar a otro continente, te mencioné que era la temporada de frío de donde vengo. El líder llamado Titus permitió que una hembra humana

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El Guerrero Zargonii de Zuri se quedara con un guerrero Zargonnii, tienen una hembra bebé. También quiero encontrar a mi hermano.” Zuri escuchó el dolor en sus palabras. No le importaba a dónde iban, siempre y cuando ella pudiera estar con él. “Unna, Kobe sabe que tiene un hermano.” Unna se veía triste, sus palabras y su tono atados con emoción. “Por lo general, una hembra hace todo lo posible para mantener juntos a los hermanos, no pude hacerlo en mi caso. Kobe fue mi primer hijo, fue en mi primera Vacación. Odiaba entregarlo, era el más maravilloso bebé nacido. Yo casi me puse en contra del Consejo para retenerlo, pero es muy difícil proteger a un joven sin la ayuda de nuestro nido. Hubiera sido egoísta e irresponsable, por eso se lo di a su padre. Mi siguiente apareamiento también fue con su padre. Un poderoso guerrero quien estuvo cerca de dominarme, yo lo quería de nuevo. Estaba emocionada por tener una hija, pero ella no sobrevivió, no fue nada que yo hiciera, simplemente no era para este mundo. No podía soportar el dolor, no podía soportar las miradas de lástima o ver a las madres felices que tenían un bebé. Caminé sola hasta que ya era hora de las Vacaciones de nuevo. No sabía si quería vacacionar o no. Había cambiado de continente. Era demasiado tarde para volver atrás, otro macho me llamó la atención, me recordó al padre de Kobe. Pase mis Vacaciones y de nuevo tuve un hijo, me vi obligada a retirarme. Estaba devastada, pero permanecí en el mismo continente, por si mi hijo tenía otro hermano. Elegí el mismo guerrero y di a luz a otro hijo, una hembra que murió.” Por ahora, las lágrimas de Zuri goteaban de sus ojos. Ella relató la historia a Kobe, quien bajó la cabeza con el dolor de su madre. “No pasé mis Vacaciones de nuevo, nunca lo haré.” dijo Unna. “Pierdo todos mis niños, ¿cuál es el punto? Cuando olí a Kobe tenía que encontrarlo. Olí a un Cyron siguiéndolo, y también a ti. La bestia era la misma que mató a

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El Guerrero Zargonii de Zuri su padre, el Cyron se dio cuenta de ello. Él estaba en una misión. No iba a perder otro hijo. O un nieto.” “¿Eh?.” Dijo Zuri cuando Unna miró fijamente su estómago. “De ninguna manera.” balbuceó Zuri. “Hemos estado aquí un mes, si acaso.” “Mi hijo podría haber escapado de la bestia, él reconocía sin duda que lo mataría, pero se quedó y optó por luchar. Su hijo está dentro de ti, pero no lo sabe, ¿cómo podría? Nunca ha estado cerca de una hembra embarazada. ¿Qué vas a hacer si se trata de una hembra? ¿Te vas a quedar con él o te unirás a mí? Me gustaría cuidar de las dos.” Zuri se quedó atónita. “Unna debes estar equivocada, pero yo aprecio tu oferta. Si bien es cierto, macho o hembra, el bebé es de Kobe. Y no entregare a mi hijo. Sé lo injusto que parece, pero espero que vengas y lo conozcas a él o ella.” “Esperaba que dijeras eso.” “¿De qué estáis hablando?” Kobe se detuvo. “Nada.” Fue la respuesta inmediata de Zuri. No tenía forma de saber si Unna estaba en lo correcto y no tenía idea de lo lejos que tenían que viajar. “Me quedaré con vosotros, así hasta que estéis seguros en el territorio de los machos. Las hembras se están preocupando de que Kobe ha estado aquí por mucho tiempo, a pesar de la distancia. Ellas saben que tú eres una hembra de algún tipo y saben que él es demasiado joven para estar buscando la muerte a través de la batalla. Están confundidas. Pero nadie se atrevería a

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El Guerrero Zargonii de Zuri desafiarme.” “Tu madre vendrá con nosotros hasta llegar a la zona de los machos.” dijo Zuri a Kobe. “Puedo oler que las hembras están inquietas.” dijo. “Van a permanecer lejos, si ella nos acompaña.” Dada la mirada en el rostro de Kobe, Zuri se dio cuenta de que estaba complacido con la presencia de su madre. Parecía que se le estaba dando un raro regalo de tiempo. Un recordatorio de que incluso los segundos cuentan cuando se trataba de tus seres queridos. Zuri estaba feliz por él. Tal vez un día Zuri tendría de nuevo una familia.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Once Durante diez días, el trío viajaron juntos. Kobe estaba un poco celoso porque Zuri tenía que explicarle todo lo que su madre decía. También estaba un poco preocupado, se preguntó si Unna ofrecería asilo a Zuri en la zona femenina. Tenía sentido, Zuri estaría a salvo con Unna. Pero Kobe no podía dejarla ir. Se preguntó si estaba siendo egoísta. Observando a Zuri y Unna interactuar, Kobe tenía dudas si a Zuri le gustaría vivir en un medio exclusivamente masculino sin ni una sola hembra entre los guerreros. Unna se dio cuenta de inmediato lo necesario que era Kobe para Zuri, cuando este comenzó a masticar trozos de comida para ella. Su madre hizo un recipiente impermeable, tejiendo vides gruesas y ramitas. La vida vegetal y la carne podrían entonces ser hervidos, ya no era necesario alimentarla. Kobe se sintió estúpido ya que no había pensado en eso, era algo más típico de hembras, él nunca hubiese podido hacer una cesta improvisada. Durante su viaje, agonizó por no tener un recipiente impermeable. Todo lo que un macho Zargonnii utilizaba, estaba hecho de un material práctico e indestructible. Esto porque eran más inteligentes que las hembras. Kobe podría aprender, estaba decidido a mantener a Zuri con él en su casa. Desde que paso sus Vacaciones en primer lugar, había preparado un patio trasero seguro, por si tenía un hijo. Era costumbre que un macho creara un espacio para un niño después de sus primeras Vacaciones, y él era un macho con experiencia en “anidamiento”. Zuri se beneficiaría a partir de ahora, ella tendría un área segura para pasear. Había material que Kobe

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El Guerrero Zargonii de Zuri podría negociar por ropa caliente que podría hacerse. Su madre volvió con las pieles de dos ‘Fayas’ para calzar a Zuri, otra cosa que no había pensado. Zuri estaba encantada. Gracias a su madre, estaba empezando a pensar en lo que Zuri necesitaba para ser feliz en su mundo. Los tres vagaron sin obstáculos durante el día, nada era tan estúpido como para desafiar a una Zargonnii hembra con sus crías, excepto un Cyron. Estaban ahora fuera de la zona de peligro pero los machos con los que estaban a punto de encontrarse, no eran de Citun, eran machos de Titus. Kobe por el ritmo lento y vacilante de su madre sabía que era el último día que viajarían juntos. Antes de tiempo, Unna los llevó a un claro. “¿Es la casa de mi hermano?” preguntó Kobe. Zuri tradujo, aunque más idioma de su madre había vuelto a él cuanto más lo escuchaba. “No.” dijo Unna. “El bebé femenino está ahí. Tu hermano se encuentra de visita, es un sanador y cercano a la familia. A ti no se te permitiría estar cerca de la niña a menos que estés cerca de la familia.” “¿Has visto al bebé femenino?” preguntó Kobe con curiosidad. “No, pero el olor de la niña me confunde. Mi instinto me dice que recupere al bebé, pero ella está con su madre, igual que con su padre. Esto va en contra de la naturaleza Zargonnii.” “¿Cuál es el nombre del hermano de Kobe?” dijo Zuri. “Su nombre es Finn. Es cierto que vosotros debéis saber uno del otro, hijo mío.” Unna apretó a Kobe contra su pecho, cubriéndolo con su olor para que su hermano fuese capaz de saber que ellos dos estaban relacionados. A continuación, pasó suavemente su mano por la cara de Zuri antes de

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El Guerrero Zargonii de Zuri abrazarla. Unna estaba en medio de la selva y en cuestión de segundos se había ido. “Algo me dice que no será tan simple como caminar a la puerta principal.” Cuando Zuri dijo esto, ella apretó su cuerpo contra el suyo. Kobe la sintió temblar. Zuri se asustó y por una buena razón. Pronto fueron rodeados por los mayores guerreros que Kobe había visto en su vida. Titus estaba en lo correcto, sus guerreros eran más grandes. Esto significaba que Kobe tenía que ser más inteligente. “Soy Kobe. Estoy aquí para ver a mi hermano, Finn. Vamos a pasar.” “Eres uno de los guerreros de Citun.” dijo un macho grande. Hablaban el mismo Zargonnii pero Kobe escuchó el acento inconfundible del dialecto del continente austral. “Lo soy.” “Citun te ha estado buscado por todas partes. Me dijo que tenías una hembra humana. El rumor es cierto. Me llamo Blu. Hermano de Zane, quien es el padre del bebé de sexo femenino. Finn no tiene hermanos.” “Kobe no es un mentiroso.” dijo Zuri, con la voz en un gruñido. Kobe siguió sonriendo. Él había visto que ella apareció con un palo en la mano listo para hacer frente al Cyron para ayudarlo, este guerrero no tenía ninguna posibilidad si la cabreaba. Zuri le hablaría hasta la muerte. Pobre tipo. El guerrero, Blu, parecía asustado, Zuri estaba ahora al lado de Kobe, con los puños apretados. “No le estaba llamando mentiroso, sólo creo que está equivocado.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe tosió en su mano para reprimir una carcajada. “Me dijeron que Finn está dentro. Si le dices que salga, puedo demostrar que estamos relacionados. “ Finn salió en segundos. Los dos se acercaron el uno al otro. La mirada de Finn era reservada. Kobe le sonrió. “Mamá dice hola.” “Eso es imposible.” murmuró Finn. “¿Estás diciendo que no está relacionado?” dijo Blu y se acercó más, sus ojos entrecerrados. Zuri hizo un movimiento para interponerse entre los dos, pero fue Finn quien se interpuso y gruñó a Blu. “Este es mi hermano, y su pequeña compañera. Ambos huelen a mi madre. No sé cómo es posible esto, pero quiero que me lo expliquen. Citun grita espionaje, él jura que alguien lo traicionó y los secuestró a los dos desde su nave. Estábamos todos preocupado por los Gorganos.” Zuri había estado luchando, pero se detuvo cuando escuchó la palabra Gorgano. Ella sabía que Kobe se encontraba en una nueva misión; Kobe no le ocultaba nada. El Gorgano era una amenaza mayor de lo que pensaba. Aun manteniendo a Zuri en sus brazos, Finn se abrió paso a través del montón de guerreros detrás de él. Kobe nunca había estado dentro de una casa Zargonnii del sur. El lugar al que siguió a su hermano tenía un olor extraño, muy terroso. La entrada era más oscura, y Zuri pensó que no podía ver nada. Su susurrado “Kobe” fue lo suficiente para saber que ella no se sentía cómoda. La puerta principal se abrió y prácticamente todos los Zargonnii machos estaban en modo de batalla. Zuri se quedó sin aliento, y oyó a Finn calmarla.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Zane, éste es mi hermano, eh, eh… ¿cómo demonios es tu nombre?” “Soy Kobe y esta es Zuri. Necesito ver por mí mismo que una humana y un Zargonnii pueden vivir juntos. Hemos recorrido un largo camino y espero que quieras responder a mis preguntas.” “Es cierto.” dijo una tranquila voz. Una pequeña mujer con un bebé hembra vino de atrás de Zane, Zuri los contempló con asombro. Un hijo macho Zargonnii los siguió, colgando desde atrás. Kobe se desconcertó por un momento. El niño obviamente no era repelido por su hermana, que estaba muy cerca. Otro misterio. La mujer apartó los brazos de los guerreros rogándole que les permitieran la entrada. Al segundo que Kobe cruzó el umbral y sintió el olor del cuerpo femenino del bebé creció en el modo de batalla hasta que dolió. Habían pasado años desde que tenía dolores de crecimiento. Él gruñó y jadeó. La expansión fue increíble, lo inundaron profundas emociones. Se disparó un gigantesco impulso protector. “¿Kobe?” El tono de Zuri era un cruce entre el miedo y la admiración. Kobe ganó centímetros y kilos. El rumor era cierto, el bebé daba un cierto olor que ponía las hormonas de un guerrero a toda marcha. “Está bien.” dijo la mujer a Zuri. “Sucede esto a todos los guerreros que entra en contacto. Incluso mi hijo, Draven, experimentó la sensación. Titus quería que ella conociera a todos sus guerreros, pero Zane es muy protector. Mi nombre es Bay, has oído llamar a mi compañero Zane y yo sé que tu pareja es Kobe. ¿Cuál es tu nombre?” “Zuri.” susurró, continuó mirando a Kobe con temor.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Mantenemos a nuestros niños bien cuidados y seguiremos haciéndolo hasta que sea mayor.” dijo Zane. Nuestro hijo, subrayó. Kobe estaba en shock simplemente mirando a la pequeña familia. Zuri se acercó con curiosidad. Cuando llegó al bebé femenino, la niña gorgoteó y la agarró. Kobe no se hubiera atrevido, aunque le habría gustado sostener al bebé. Zane miró a Zuri, pero no era ninguna amenaza. “¿Qué edad tiene?” Preguntó Zuri. “Ocho meses.” dijo Bay. “Tiene un buen tamaño para ocho meses de edad.” dijo Zuri, elevando a su cadera al bebé de veinticinco kilos. “Ni siquiera es del tamaño de un mes de edad de un niño macho Zargonnii.” Dijo Kobe. “Y ella sólo tiene cuatro pequeños dientes romos.” Él estaba preocupado sobre eso, si él y Zuri tenían un bebé de sexo femenino, sería tan impotente como Zuri. ¿Cómo podría sobrevivir en un planeta con tantas criaturas salvajes? Como Zuri, tendría que ser supervisada toda la vida. No había forma de que la pequeña pudiera jamás llegar a la batalla con un guerrero durante unas Vacaciones. Bay se rió. “Luna tiene el temperamento de su padre. El Zargonnii puede conseguir su capacidad para crecer en el tamaño batalla de su madre, pero los dientes son todos de su padre.” “¿Eh?” Kobe parecía confundido. “Mete el dedo en la boca.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zane sonrió, era casi un desafío. El niño, Draven, dio una risita. La curiosidad de Kobe era muy tentadora, ella era un bebé después de todo. ¿Escasamente que podía hacer? Kobe se encogió de hombros. Metió el dedo en la boca del bebé Luna. Ella sostuvo con los dientes diminutos planos por un segundo, luego mordió. “Mierda, tira.” Kobe intentó sacar el dedo de su boca, pero ella se aferró con fuerza. La bebé Luna se rió mientras Kobe tiró hasta que llegó a retirar al bebé de los brazos de Zuri y la niña quedó suspendida en el aire. Sin dejar de reír, Bay llevó a su hija a la cadera y con cuidado liberó el agarre de sus dientes. Luna sacudió los dedos en el aire tratando de conseguir de volver a tomar una mordida de Kobe. Cuando no pudo, sus ojos se estrecharon y parte de la piel de Kobe chisporroteó. Pasó la mano por el punto chamuscado y se echó a reír. Ella lo agarró con sus uñas negras de bebé afiladas y aulló. Su pelo blanco con rayas negras flotó alrededor de sus hombros y su espalda mientras su madre intentó y no pudo alisarlo de nuevo hacia abajo. “Pequeña demonio, ¿no?” Dijo Kobe, impresionado. No podía esperar por una tener pequeña hembra. “Luna también te hace eso a ti, Bay.” dijo Zuri. Parecía un poco preocupada. “Yo estaba un poco preocupada cuando ella comenzó a atacar a Zane, como un bebé humano, tiene rabietas, ella entiende cuando digo que no. Tenemos una conexión extraña, una especie de telepatía, supongo que tiene que ver con mi reunión con el Gorgano.” Dijo Bay. “Entiendo lo que Luna quiere al segundo en que ella lo quiere. Si ella lo consigue o no, esa ya es una

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El Guerrero Zargonii de Zuri historia diferente. No voy a dejar que mi bebé me intimide.” Zuri hizo una mueca. “Odio a esas criaturas.” “Veo por tu expresión que tuviste el desafortunado placer de conocerles.” dijo Zane. “Es una de las razones que tengo que mencionar a Titus y Citun.” dijo Kobe. “Ahora que vi por mí mismo que es posible acoplarse a una hembra humana y tener hijos, tenemos que movernos. El Gorgano ha capturado algunas de nuestras hembras del continente norte. Son incapaces de los vuelos espaciales, es imperativo encontrarlas y traerlas a casa.” “Pero quiero quedarme y visitarla, Kobe.” dijo Zuri. “Ha pasado tanto tiempo desde que he estado cerca de una mujer de la Tierra. Hemos viajado durante tanto tiempo. Estoy cansada.” “Quiero que ella se quede Kobe, tenemos mucho que hablar.” dijo Bay. Ambas mujeres se volvieron cada vez más perturbadas; Luna aulló su miseria. Kobe comenzó a discutir hasta que él fue volando hacia una pared. Todo el mundo estaba conmocionado. Las tres mujeres en la sala se habían centrado en él. Kobe vio a Zuri y se relajó. Pronto fue puesto en libertad. “¿Sentiste eso?” Preguntó Zuri, ella estaba mirando a Bay maravillada. “Sí.” dijo Bay. “Debemos haber sido nosotras tres. Nos conectamos.” “Intentadlo de nuevo.” dijo Finn. Zuri y Bay se centraron en Finn, fue echado hacia atrás, pero no demasiado rápido. “Necesitamos a Luna.” reflexionó Bay.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Ella puso una gran sonrisa en su rostro y le hizo cosquillas a la bebé. “Toma, Luna. Reten al tío Finn.” El bebé soltó una risita, su mirada se posó en Finn, y las mujeres también se centraron esta vez en Finn fue aplastado hacia atrás con más fuerza. Zane tomó a su hija. “Parece que Luna tiene la inteligencia de su madre y la aptitud para la telepatía real.” dijo Zane, su mirada se volvió pensativa. “Me pregunto si con el tiempo tendrá la capacidad de fijar a un Cyron. Eso sería bueno en este planeta. Siempre estoy preocupado cuando nos vamos. Yo crecí más grande, pero si vosotras dos podéis defenderos, sería notable.” Kobe estaba pensando lo mismo. Si un niño suyo y de Zuri podía hacerlo, incluso él no tendría que estar tan preocupado. Se sentía mal cuando se enfrentó a Zuri, sabiendo lo terriblemente cansada que estaba de viajar y sabedor de que lo peor aún estaba por llegar. “Tienes que ser valiente.” le dijo a ella. “Tengo que contarle a mi jefe sobre las mujeres secuestradas.” “Quieres decir, sin duda, enjauladas.” Su tono decía mucho. “No voy a negociar tu libertad a causa de ellas, Zuri.” “Entonces me quedo aquí.” “Zuri, tú eres la única persona que puede ayudar a estas mujeres. Los Zargonnii no pueden luchar con el Gorgano en batalla. Bay no puede dejar a su bebé aquí para ayudar y dudo que el padre de Luna permitiera que el bebé vaya independientemente. Si fuera mía, no lo haría.” Finn tomó los hombros de Zuri.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Si Citun no puede ver claramente sobre dejar que te quedes con mi hermano, él tendrá que lidiar conmigo. Titus es uno de mis amigos más queridos. Esto significa que tienes de pie a todo el sur contigo. Por favor, ayuda a esas mujeres.” Zuri asintió.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Doce Zuri se sobresaltó cuando una alarma se disparó dentro de la nave. Prácticamente saltó a los brazos de Kobe. “Está bien, Zuri. Sólo significa que ahora entramos en el continente norte. Mi casa. Ven y mira.” Kobe la llevó a una gran ventana en su habitación. Zuri se quedó sin aliento cuando miró al suelo debajo de ellos. Todo parecía un desierto helado. Se estremeció y se apretó contra su pecho caliente de Kobe. “¿Vosotros vivís en iglús?” “¿Iglús?” “¿Están vuestras casas hechas de bloques de hielo?” “No, los huesos blancos de Cyron se ponen más blancos al pasar los años para ayudar al camuflaje. Aunque yo lo llamo la temporada de frío tiene una duración de un largo período de tiempo, nuestra estación cálida golpea por la noche en el medio del año, por lo que se mantiene caliente hasta que los conjuntos de clima frío en vez de ser durante la noche. Cuando una hembra Zargonnii da su bebé de sexo masculino, comienza la temporada de calor, te deja un regalo para cuidar de él. Un Cyron muerto se deja al padre una o dos semanas más tarde. Dicen que una hembra está tan molesta con su pérdida, que busca y lucha con los Cyron más grandes para que le puedan dar la paz.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Qué triste.” murmuró Zuri, pensando en Unna y todas sus pérdidas. “Los huesos son casi impenetrables y tejidos juntos hacen una casa mucho más fuerte. El cuero se trabaja y se coloca dentro de la casa de un guerrero. Las pieles son importantes, cuanto más grande es la piel, mayor es el valor que muestra la hembra al guerrero que dominó.” “Parece que las hembras cuidan muy bien de vosotros y piden poco a cambio. Si te doy un hijo, no puedo salir a matar a un Cyron para construir nuestra casa.” Kobe la tomó en sus brazos. “Al segundo que conocí a Luna, mi fuerza creció. Ya no tengo dudas, si me das un hijo, voy a ser capaz de luchar contra un Cyron yo mismo.” “No habrá batallas con Cyron.” exigió Zuri y sacudió un dedo arriba hacia él. Kobe se echó a reír, le cogió la mano y besó la punta de su dedo. “Te amo, Zuri.” “¿Qué pasará cuando aterricemos?” “Vamos hacia Citun. Él nos separará, pero te juro que será sólo por un corto tiempo. Nunca fui en contra de una orden directa, pero lo haré si no va a liberarte. Titus jura que seremos bienvenidos. Él tiene una afición por las hembras humanas y creo que le gustaría tener una propia.” “¿Que sería de las hembras Zargonnii?, ¿cuál sería su lugar?” Kobe sonrió. “Hay guerreros que no quieren una hembra humana. Aprendieron que las hembras humanas pueden ser habladoras.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri le golpeó. “Les gusta el apareamiento tradicional. Y Zuri, tú eres sólo la segunda humana que los Guerreros han visto jamás. No es que haya muchas de vosotras.” “¿Crees que vas a extrañar el apareamiento tradicional?” “¿El acoplamiento tradicional una vez cada dos años con una hembra Zargonnii o un apareamiento de forma regular contigo a la que puedo dominar? Hmm, eso es difícil. Déjame pensar.” Zuri lo golpeó de nuevo. “Tú me estás pegando, te das cuenta de eso ¿verdad?” “Tu idea de juego previo apesta.”

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“Puedo pensar en algo que puedes chupar.” “¿Cuánto tiempo tenemos?” “Llegamos.” Kobe tiró de Zuri en sus brazos. Todo tirando a un lado. Pasó un mechón de su pelo detrás de la oreja. Su nariz acarició su garganta. Zuri sabía lo suficiente acerca de Kobe cuando la besaba, saboreándola no devorándola, quería decir lo que dijo. Él no tenía preocupaciones acerca de su reunión con Citun, pero Zuri sabía algo que Kobe no. Ella tenía un pedazo de munición. Su discusión con Unna sobre cómo ella tenía miedo de estar encerrada resultó fructífera. Unna tenía a Zuri armada con una información valiosa. Algo que haría que Citun no sólo escuchara, sino que también reaccionara. 13 En el original, usa el término ‘sucks’, que significa ‘chupar’, pero en argot coloquial se usa como ‘apestar’. De ahí la confusión en la respuesta.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri se levantó y envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Kobe. Su parte inferior establecida en sus grandes manos. El aliento caliente de Kobe se deslizó por su garganta. La llevó más cerca de la ventana y, para su sorpresa, él la apretó contra ella. Por un segundo, Zuri entró en pánico cuando la ventana cedió y se estiró sobre el borde de la nave. “¿Kobe?” “El material puede cambiar su forma cuando esta a baja altitud. Hay momentos en que un guerrero necesita tener un vistazo de la disposición a la vista de la Tierra. Nada puede penetrar la sustancia. Lo tengo en mi ventana en mi hogar, salvo que en casa, puedo cruzarla. Sería peligroso en una nave. Por lo tanto, no hay de qué preocuparse. Además…” Su mirada era atrevida. “…si te caes, te atraparé.” Zuri sonrió, sabiendo que lo haría. Ella inclinó la cabeza hacia atrás, la ventana se acomodó. Miró la congelada tierra debajo, la sensación de calor en los brazos de Kobe. La Tierra se deslizó lentamente, tal como Kobe entró en su corazón. Se sentía como si estuviera volando. Jadeó cuando vio un ala blanca enorme de pájaro que voló al lado de ellos. Casi podía tocar las puntas de las alas de la criatura. “Son inofensivos y deliciosos.” “Parece una paloma con grandes cantidades de esteroides.” Zuri no pudo evitar impresionarse de la enorme ave. Gritó cuando Kobe la golpeó. Él gruñó insinuante hacia ella. “Um, hola.” Zuri se rió. “Los Guerreros Zargonnii son como los hombres humanos en un sentido. No les gusta cuando una hembra con la que están teniendo sexo hace

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El Guerrero Zargonii de Zuri multitareas.” “No vamos a tener sexo, estamos amándonos uno al otro.” “¿Me puedes amar más duro?” Aceptando el reto Kobe agarró sus caderas y, de hecho, la amó más. La amaba con tanta fuerza que obligó a la sustancia de la ventana a rebotar y retroceder hasta que el pájaro despegó asustado. Kobe la giró de vuelta sobre su vientre. Zuri estaba mirando el suelo, hacia las muchas casas redondas que conformaban un enorme complejo habitacional. Zuri apoyó la cabeza contra la fría ventana. Las uñas de Kobe se deslizaron sin problemas arriba y abajo de su espalda, sus caderas y sus nalgas. Le encantaba la sensación de ello. “Zuri, haz tu sonido de canto.” Ella sonrió ante lo que él se refirió como el ‘canto’. Zuri amaba ronronear. Trató de imitar su sonido, pero su ruido sonaba como un contenido gatito. Zuri ronroneó cuando Kobe comenzó a cantarle. El sonido era música, dulce, deliciosa. Él igualó su movimiento de balanceo. “¿Tus hembras cantan?” “Lo hacen para los más pequeños. El canto que hago es el que yo haría si hubiera dominado a una Zargonnii hembra.” “Pensé que nunca lo hiciste.” “Yo no lo hice, el ruido es natural. No tenía idea de que podía hacerlo, hasta que lo hice. Me calma, así sé que estoy dominando y la lucha ha terminado. Me gusta más este tipo de amor. Me gusta hablar contigo mientras hacemos el amor. Eres muy habladora.” Zuri miró hacia atrás y apretó los labios cerrados, desafiante. Kobe se

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El Guerrero Zargonii de Zuri rió y tomó su ritmo hasta que se convirtió en brutal. Zuri no tuvo más remedio que gritar su nombre. Ella tuvo un orgasmo mientras el suelo se movió más cerca, más cerca. La nave flotaba a no más de diez metros de la nieve. Cuando los Guerreros comenzaron a aterrizar, Kobe la apartó de la ventana y la puso en sus brazos. Se quedaron desnudos, sus cuerpos en contacto. La sostuvo hasta que controlaron sus jadeos buscando aire. Sus grandes manos calmaban su carne. La verdadera batalla estaba a punto de comenzar, la batalla por su libertad. Confiaba en Kobe, pero no confiaba en Citun, y él era el líder. Zuri escondió su rostro en el pecho de Kobe y por primera vez desde que lo conoció, lloró de pura pena. “Prefiero pelear con un Cyron que ver tus lágrimas.” susurró. Lo cual sólo hizo que llorara mucho más fuerte. “No voy a dejarte. Te lo prometo con mi vida. No voy a verte solo a través de una ventana. ¿Confías en mí, Zuri?” Zuri le miró con expresión interrogativa. “Volví contigo ¿verdad?” Ella le vio crecer a modo de batalla. Ahora era más grande. De un golpe Zuri y Kobe se vistieron rápidamente. Cuando Kobe deslizó la puerta abierta, seis guerreros estaban con Titus y Finn. Todos cambiaron a su modo de batalla al ver a Kobe. Zuri no los culpó, era más feroz que un Cyron. “Ella se queda conmigo.” fue su gruñido espeso desde su garganta. “Citun la quiere en el área humana.” Kobe centró su mirada hacia los seis guerreros. “La llevaré.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Los guerreros asintieron. Zuri dirigió una mirada de anhelo hacia Finn y Titus, no parecía feliz. La única razón por la que Kobe la llevó con él fue el hecho de que Citun la necesitaba para salvar a las hembras Zargonnii. Era la única razón por la que habían regresado del todo. Zuri esperaba que Citun entendiera sus razones o esto no terminaría bien. Con su brazo alrededor de sus hombros, Zuri siguió a Kobe.

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“Volveré por ti.” La promesa de Kobe fue sincera al mirar hacia abajo a la expresión triste Zuri. Él había salido del modo batalla cuando ella se lanzó a sus brazos cuando observaron el área de contención. Valientemente, Zuri no derramó ninguna lágrima, pero sus ojos estaban húmedos. El área para los humanos de hecho era fría, oscura y poco acogedora. Los dos machos humanos habían perdido peso, parecían enfermos. Ni se molestaron en mirar hacia arriba cuando la zona enjaulada quedó abierta. “¿Cómo pudo Citun hacer esto a esos pobres hombres?” Las palabras de Zuri eran suaves, pero mezcladas con horror. Los seis guerreros que la flanqueaban arrastraron sus pies y no se veían nada satisfechos. En verdad, se veían culpables. Todo en la habitación estaba a la vista. El área de lavado, área de descanso, zona de alimentos. No había privacidad. Los hombres se veían desordenados, desaseados. Ellos parecían

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El Guerrero Zargonii de Zuri cansados y derrotados. “Voy a hablar con Citun, Zuri. Voy a explicarles que esto está mal.” “Hay algo que tengo que decirte.” Zuri lo miró profundamente a los ojos. “Es acerca de tu madre y las dos hembras Zargonnii secuestradas.” Kobe fue presionado con fuerza para evitar que otros Guerreros se acercaran mientras hablaba. “Las hembras que fueron capturadas por los Gorgano son la madre y la hermana menor de Citun.” Kobe sabía inmediatamente por qué su madre le había dado esa información a Zuri, debió haber sabido que a Zuri le ayudaría. Sólo Zuri podía luchar con el Gorgano, Citun la necesitaba ayudándole. ¿Por qué sería útil encerrarla? No había manera de que Citun dejara a su familia a merced de los Gorganos. Kobe le dio una sonrisa arrogante. Besó sus labios y le acarició la espalda mientras ella dudó por un segundo antes de pasar al área restrictiva. Kobe fue escoltado hacia Citun. “Comienza a explicarte.” Citun tenía sus ojos estrechados en Kobe. “Zuri trató de escapar, yo la encontré. Acabamos cayendo de la nave.” Citun que estaba en modo de batalla estaba obviamente sorprendido cuando Kobe se convirtió en su forma de batalla. Los otros guerreros jadearon con asombro, Kobe era casi tan grande como Citun. “Dejadnos.” requirió Citun a los otros guerreros.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Cuando la puerta de su habitación se cerró, Citun miró a Kobe. “¿Viste al bebé mixto?” “Sí, existe y los rumores son ciertos.” Kobe echó un vistazo a la ventana, visualizando todos los movimientos de los humanos desde la cabina personal de Citun. Miró a Citun. “Ellos son desdichados allí. “ “¿No crees que lo sé?” Fue la respuesta que gruñó Citun. “Ellos dejaron de comer. Cada vez que uno de ellos se mueve, mis guerreros saltan a sus pies tan sólo por el alivio de ver a los seres humanos moviéndose en sus camas. Por mi vida, no puedo ver peligro en ellos. Pero no sé qué hacer con ellos. Son mi responsabilidad, pero van a morir si los suelto. Tenemos que controlar el calor, casi murieron congelados en la primera noche. Fijamos la temperatura, hervimos toda su comida. Les dimos mantas.” Citun se pasó una mano por la cara, su agitación era evidente. “Zuri llegará al mismo destino, si se mantiene allí. No puedo permitir que eso suceda. Titus nos ofreció santuario. Finn, mi hermano vive allí, nos podemos quedar con él hasta que construya mi propia casa.” “Si reclamaste santuario, ¿por qué has vuelto?” “Llegué a casa.” Kobe fue y se puso directamente ante Citun. “Tenemos una situación. Nuestras hembras están siendo raptadas por los Gorgano. Citun, tu hermana y tu madre son sólo dos de las rehenes.” Citun se endureció. “¿Cómo sabes eso?”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Durante nuestros viajes, Zuri y yo conocimos a mi madre. Mi madre y yo fuimos atacados por el Gorgano, Zuri mató a la criatura.” “¿Zuri lo mató?” “Sí, por eso que ella aprendió a hablar nuestro idioma muy rápidamente y el de mi madre. Los Gorganos no son como cualquier oponente que nosotros hemos encontrado. Tienen batallas mentales. Zuri es la única que puede hacerlo, salvar a las hembras y a otros. Titus no permitirá que Zane y su hembra, Bay, estén a bordo de su nave. Parece que Bay está llevando a otro bebé. Su pequeño es en realidad una hembra. Ellos la vigilan de cerca.” “Sin duda.” reflexionó Citun. Caminó por un momento antes de detenerse frente a Kobe. “¿Ese bebé es joven todavía, y la hembra humana ya concibió? Ellas vacacionan con sus parejas de forma continua.” “Cierto.” Kobe se detuvo sólo un segundo. “Como vacaciona Zuri conmigo.” Citun dimensionó todo. “¿Estás dispuesto a permitir que tu compañera ayude a recuperar a las hembras Zargonnii?” Kobe asintió una vez. “Cuando regresemos, Zuri vivirá contigo. Podemos organizar juntos una partida de caza y encontrar un Cyron para fortalecer tu casa. He llegado a la conclusión de que los hombres son inofensivos y no pueden permanecer allí. Pero yo no puedo tirarlos simplemente en el planeta, nos pusimos de acuerdo para ser responsable de ellos. Les pregunté a los soldados que los capturaron

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El Guerrero Zargonii de Zuri si los quieren. Lo están considerando, ambos tienen descendencia masculina y podrían utilizar la ayuda adicional, además, quieren Vacaciones con las hembras Zargonnii.” Kobe estaba satisfecho. Citun le hizo frente, ofreciendo a Kobe lo que sabía que quería antes de preguntar. No hubo intercambio o soborno. Kobe se levantó y observó a Zuri, mientras Cash y Leo sollozaban en sus brazos. En otra ventana, Kobe pudo ver como muchos guerreros que recubrían la pared larga con espejo unidireccional veían ese intercambio. Observó el alivio en los rostros de los guerreros. Citun lo sintió, era el mayor movimiento que les habían visto hacer en las últimas semanas. La novedad de tener un ser prisionero para su diversión no prosperó. Kobe sabía que en algunas culturas tenían cautivos, pudiendo manejarlos con cuidado. Estos machos humanos morirían, si no eran liberados pronto. Kobe estaba feliz, Citun se había dado cuenta de esto. “Tenemos que salir.” gritó Citun mientras abría la puerta de la cabina. Los guerreros se pusieron en acción. Se volvió a Kobe. “Ve a buscar a tu hembra. Dile a sus amigos que encontraremos hogares permanentes para ellos.” “Ellos no son mascotas, Citun.” “No, no son mascotas, pero todavía necesitan la protección de un Guerrero en este planeta. Estamos tratando de enseñarles nuestra lengua, pero después de un tiempo se dieron por vencidos. Tal vez cuando Zuri vuelva, ella pueda ayudarles.” Kobe sonrió cuando fue a recuperar a Zuri. Con su nueva fuerza, no tenía ninguna duda de que él podría protegerla.

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El Guerrero Zargonii de Zuri ***

Zuri se sentó en la cama sosteniendo su estómago, gimiendo. Kobe fue y se sentó a su lado. Miró hacia él. “¿Sabes que eso significa guerra?” Hubo un gruñido definitivo a sus palabras. Kobe dio una sonrisa descarada. “Lo siento, Zuri. Juro que cuando volvamos será diferente, la nave puede pasar cerca del planeta, como la nave de Titus, pero teníamos prisa. La nave ya se estaba moviendo con Citun como primer comandante. Me temo que necesitamos hacer lo mismo, cuando lleguemos al planeta. Como mercenarios, entramos y salimos. El haz es la manera más rápida. ¿Mi capullo no ayuda en absoluto?” Lo hizo, pero Zuri todavía estaba molesta. Se sentía como si sus entrañas fueran empujadas a mitad de camino por su garganta, y luego se estrellaran contra la parte inferior del abdomen, entonces vomitó como un rayo. Por enésima vez, se preguntó si ella estaba embarazada como Unna afirmó. Al menos Kobe tuvo el buen sentido de traer un balde con él. Zuri lo necesitaba. “¿Cuánto tiempo se tardará en llegar hasta los Gorganos?” preguntó. “Si nuestros cálculos del planeta son correctos y hacemos uso de los agujeros de gusano apropiados, debería tomar no más de unos pocos días. Es difícil creer que nunca supimos de su existencia hasta hace poco.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Ojalá nunca hubiéramos oído hablar de ellos en absoluto.” gruñó Zuri. Levantándose de la cama, Zuri se dirigió a la ventana. La nave se desplazaba por el cielo. Al segundo que entró en aquel agujero de gusano, cayó hacia adelante, lo que la hizo perder su vientre de nuevo. Zuri corrió al baño y vomitó. Kobe se sentó a su lado, frotándole su espalda. “Um, Zuri te gustaría un trapo, ya que, bueno, tienes un poco...” “Entonces ¡ayúdame!, si me dices que apesto, voy a cazarte como un perro rabioso.” Kobe le sonrió. “Es sólo que tu olor es un poco abrumador.” “Idiota.” Kobe mojó un paño en la ducha y le secó la cara y luego el cuello. La última cosa que Zuri quería era tener sexo. Ella lo empujó y maldijo en inglés. Dijo una larga serie de obscenidades a lo que estaba segura pondría orgulloso a un marinero borracho. “Creo que es hora de ponerte a dormir, habladora.” La cama era una idea maravillosa.

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Zuri contuvo la respiración mientras se arrastraba por un pasillo

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El Guerrero Zargonii de Zuri parcialmente iluminado. Trató de mantener su mente tan en blanco como fuera posible, tratando de escapar de la detección mental. Citun estaba al frente, Kobe estaba atrás y les seguían seis guerreros más. Citun decidió que para esta misión cuantos menos Guerreros, mejor. Zuri entendía el por qué. Los Zargonnii no podían luchar con el Gorgano. Sería inútil poner a muchos de ellos en peligro. Todo lo que necesitaban era a Zuri, ¡eso esperaba! La nave de Citun estaba tan lejos del planeta cómo fue posible. El haz de luz roja fue formulado para viajes extensos. Tanto Citun como Kobe envolvieron a Zuri en una vaina de pelo, así no fue tan malo como había pensado que sería. Cuando los Zargonnii determinaron el lugar donde estaban siendo retenidas las hembras, se habían puesto a cero tanto como les fue posible. Era la manera de los Zargonnii de pedir ‘permiso’. Un canto suave atrajó toda su atención. De las entrañas del pozo profundo, llegó un grito solitario de dolor. Un ruido habitual lo siguió. Cuando llegaron a la cueva, Zuri vio barrotes de metal y cerraduras intrincadas albergando a dos hembras Zargonnii. Delante de ellas tenían dos celdas con el resto de las prisioneras. La Zargonnii mayor silbó a los Guerreros y Zuri se acercó y se presentó delante de la joven. Aunque la más joven era enorme, era obvio que era sólo una niña y estaba asustada. Zuri sabía que, probablemente, era la primera vez que había visto Guerreros. En comparación con ella, eran enormes. Citun estuvo cerca de los barrotes y olfateó. Hizo una mueca. “Es mi madre y mi hermana.” “¿Qué pasa?” preguntó Zuri. Citun se veía como si fuera a vomitar. “Mi hermana apesta.” Zuri lo golpeó en el brazo.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Qué demonios es eso entre los machos Zargonnii y el olor?” Kobe se rió y se acercó a ella por detrás. “Te lo dije, Zuri, es la manera natural de asegurarse de que los hermanos y las hermanas no se apareen.” “Oh.” murmuró ella Observó como la hermana de Citun agitó su mano delante de su nariz. Se olieron mutuamente. La joven hizo una pregunta a su madre. Su madre le dijo que no necesitaba tener miedo. Le explicó que Citun era su hermano mayor. La madre de Citun dio un paso adelante. Sus brazos se extendieron a través de las barras para tocar a su hijo. Una vez más Zuri casi lloró. Era muy triste que una hembra tuviera que renunciar a su hijo cuando era fácil ver el amor que sentía por él. “Hemos venido a buscarte.” dijo Citun. Zuri transmitió su mensaje. Su madre la miró aturdida. “¿Hablas mi idioma?” Le preguntó. “Soy Ura, y esta es mi hija, Bella. ¿Por qué mi hijo te trajo aquí? Eres demasiado pequeña para abrir estos barrotes.” “Me he encontrado con el Gorgano antes, me he reunido en batalla con ellos.” Al menos, ella esperaba que pudiera hacerlo ahora. Sentía que estaban siendo rodeados. “Kobe no tienes mucho tiempo. El Gorgano nos descubrió. Tienen que estar en la misma habitación contigo para controlarte, pero los siento venir y están molestos.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Citun se hizo cargo de los barrotes y tiró con todas sus fuerzas, las hembras empujaron desde dentro. Los otros Guerreros se unieron, Zuri sabía que la fuerza bruta nunca abriría esa prisión. Parecía que ellos también estaban en posesión de esa sustancia nitruro de anguila. Cuando los guerreros cayeron derrotados y enfadados, Zuri avanzó. “Es mi turno ahora.” susurró. Concentrando todos sus pensamientos en la rueda comenzó a gritar y gemir, se deslizó unos pies, se detuvo, bajó y luego giraron como un loco. Entonces la barra del medio se deslizó hacia atrás y Zuri confiaba en que tomaría la caída de ella. Seis cerraduras en total fueron abiertas, se deslizaron o giraron. Las hembras estaban libres. Zuri cayó al suelo. “Están aquí.” dijo Zuri, puso su mano en la frente. “Zuri.” gritó Kobe. Corrió hacia ella, pero fue arrojado en la celda. Zuri explotó en la mente del Gorgano, causándole la muerte antes de que pudiera encerrar a Kobe. Se quedó en el suelo, con la mente con un dolor agonizante centrándose en otra cerradura de otra jaula. Los guerreros rugían y gruñían. En el último bloque, un Gorgano apareció dentro de su vista. Zuri estaba en una batalla por su vida. Citun había descubierto los patrones de las cerraduras y sacó a las otras hembras, dejándolas libres. Aparecieron dos Gorganos más y dos guerreros fueron suspendidos en el aire, sacudiéndose indefensos. Se abrieron las jaulas. “Citun, llévalas de vuelta a la nave.” gritó Zuri. “Yo soy el líder aquí.” gritó. “Nadie se queda atrás.” Zuri explotó a los dos Gorgano, y los guerreros cayeron al suelo, jadeando sin aliento.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Tú no lo entiendes, no puedo seguir cuidando de tu pueblo y luchar al mismo tiempo. Mi cabeza parece que va a explotar.” “Sacadlas de aquí.” gritó Citun. Seis guerreros y ocho hembras Zargonnii huyeron de nuevo hacia la sala donde el haz los llevaría de vuelta. El cuerpo de Zuri se detuvo y apretó contra la pared de la cueva a tres Gorganos. Ellos estaban en su mente. Kobe intentó llegar a ella, pero fue lanzado de forma repetida. Zuri comenzó a sollozar. Siete Gorganos más aparecieron. Si Kobe no salía de allí, él y Citun serían asesinados junto con ella. “Kobe, corre.” “No me iré sin ti.” le gritó con ira. Zuri puso las manos en su cabeza. Explotó al Gorgano que mantenía a Citun contra una pared. Citun cayó cuando un Gorgano entró en su alcance y le arrancó la cabeza. “Zuri, solamente distráelos.” gritó Citun. Ella entendió su plan. Zuri se retiró tratando de volar al Gorgano con sus pensamientos. Zuri entró en sus mentes y creó un infierno. Kobe mató a un Gorgano a su derecha, luego a la izquierda. Su plan estaba funcionando hasta que veinte Gorganos más aparecieron. Zuri sintió que sus pensamientos se deslizaban nebulosos, mientras su cuerpo se deslizaba por la pared donde cayó, pronto estaría inconsciente. Pensó que creyó ver un enorme cielo negro abierto en la pared opuesta. Se preguntó si era un abismo que el Gorgano empujaba hacia ella. Si le hubiera quedado energía, Zuri habría gritado. Por un segundo, estuvo segura que estaban siendo invadidos por los Tonans.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Unas enormes criaturas negras bajaron del agujero. Sus dientes brillaron, masacrando a los Gorganos. Los tatuajes verdes en sus rostros brillaban. No tenían colas. Castians, Zuri oyó el nombre gritado dentro de su mente. El Gorgano despegó aterrorizado. Ellos no podían penetrar los escudos de los Guerreros con sus pensamientos. Zuri se centró cuando la presión en ella disminuyó. Podía pensar de nuevo. Sin embargo, los Gorgano se habían ido. Los guerreros Castians despegaron tras ellos, dirigidos por un guerrero llamado Cobra. El guerrero la miró, pero Kobe se interpuso entre ellos y gruñó. “Estamos luchando la misma guerra, Zargonnii.” dijo Cobra. “A esas cosas no les puede ser permitido matar a las hembras humanas.” Cobra corrió detrás de sus hombres. Kobe se relajó. La cámara de la cueva estaba casi completamente vacía. Habían sobrevivido después de todo. La batalla había terminado. Zuri gritó y Kobe gritó con enfado cuando un guerrero Castians la agarró. La tiró por encima de su hombro. El Castian saltó los muros desde el suelo en un patrón de zig-zag, eludiendo a los dos guerreros Zargonnii, moviéndose demasiado rápido para cualquiera de ellos. Cuando el Castians se acercó al punto más alto del techo Zuri pensó que era seguro, incluso en otro agujero negro abierto. El Castians tiró de su hombro para asentarla en sus brazos y saltó a través del agujero. La oscuridad se apoderó de ella. Sus brazos estaban cómodamente alrededor del cuello de aquel ser negro, aterrorizada de que se quedaría en la nada. La oscuridad dio paso a una luz brillante y Zuri se dio cuenta de que estaban en una nave espacial. Cada nivel era del tamaño de un campo de fútbol. No había escaleras o ascensores, pero Zuri sabía por qué. Con su

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El Guerrero Zargonii de Zuri armadura, los Castians no necesitaban esa característica. En lugar de hacer una llamada a su comandante, el guerrero que la mantenía la llevó a través de múltiples niveles, sólo se detuvo cuando llegó a una puerta grande. Con un movimiento de su mano se abrió la puerta y el guerrero se acercó a la cama y la dejó. Se miraron el uno al otro. Zuri respiraba rápido, siguió respirando más rápido hasta que su cuerpo se estremeció y él seguía de pie. Su capa de pintura negra la asustaba. Parecía un Tonans y sin embargo era diferente. Sus tatuajes eran verdes, no negros. No tenía cola. Lucía dos colmillos relucientes, goteando saliva. Zuri se estremeció. El Castians extendió las manos. “No.” balbuceó. “No tengas miedo.” Él le habló en inglés. “Eres horrible.” “Este es sólo mi escudo. Mira.” El Castians dejó caer la armadura. Zuri había pensado que el Tonans era hermoso. El Castians ante ella era un perfecto dios griego. Tenía el pelo en ondas negro como la noche hasta sus hombros. Sus llamativos ojos azules devoraron la visión de ella. Tenía un cuerpo musculoso, sin pezones. “El Tonans también era hermoso, hasta que mató a seis hombres humanos en frente de mí.” Zuri escupió las palabras. “Los renegados Tonans son sucios animales. Nunca mataría a un ser humano o una hembra. Te lo juro.” “Me robaste de Kobe.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Yo te salvé.” Por un momento, ellos se miraron con curiosidad uno al otro. El Castians fue y se sentó a su lado. La cama bajó con su peso y Zuri huyó. Cuando trato de tocarla, ella golpeó su mano, pero sus dedos rozaron la piel. Zuri sintió la sensación de calma al instante, tenía el mismo efecto que Kobe cantándole. Él estaba tratando de calmarla. “Yo no necesitaba ser salvada.” Su tono era firme pero controlado. En un instante, se dio cuenta de que el Castians era diferente al Tonans. “Los Zargonnii te utilizaron para salvar a sus propias hembras, te pusieron en riesgo. Estabas acurrucada en el suelo, temblando, podía oler tu miedo.” Para Zuri, parecía desesperado por hacerle ver las cosas desde su punto de vista. Suponía que tenía una pinta bastante patética. Una vez más, la tocó. Zuri sentía drenarse la humedad en sus venas y se relajó aún más. Su cuerpo segregaba una especie de hormona. La sensación era agradable, pero no lo suficiente como para influir en sus pensamientos. “Me ofrecí para ayudar a las hembras Zargonnii. Kobe es un guerrero bajo el mando de Citun. Citun tenía que rescatar a su madre y hermana de allí. Kobe vendrá a por mí. Dijo que los Castians y los Zargonnii no luchan, pero van a hacer una excepción.” Parecía decepcionado. “Mi nombre es Roam. ¿Cuál es el tuyo?” “Zuri.” Roam se levantó y comenzó a pasearse. Zuri lo observó por un

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El Guerrero Zargonii de Zuri momento. Por un segundo, se detuvo y la mirada en sus ojos fue suficiente para que Zuri clavara su cuerpo en la esquina de su cama. Sus hombros bajaron, y parecía avergonzado. Se acercó a ella, indeciso cuando se sentó en la cama, pero se alejó de ella. “Estábamos regresando desde la Tierra cuando vimos a los Zargonnii ir hacia los Gorgano. Nos preguntamos si habían sorprendido a los seres humanos en el planeta y decidimos verlo por nosotros mismos. Cuando nos dimos cuenta de que estaban allí sólo en una misión para salvar a hembras Zargonnii decidimos ofrecer ayuda. Luego te vi. Y me dije 'Sálvala'.” “Escuchaste a Kobe y otros llamándome, no estás siendo sincero.” “El Castians no puede mentir.” “Así que lo estás dejando de lado. ¿Qué queda de la Tierra?” “No mucho.” “Quedaba alguien.” “Una hembra humana. La encontré en una cueva, congelada, con hambre. Ella murió en mis brazos.” “Tus esperanzas de salvarme, no pueden salvarla. O tus sentimientos de fracaso.” “Lo sé. Pero yo tenía la esperanza de que cambiases de opinión. Tenía la esperanza de que te había salvado.” Zuri se acercó. “Roam, no eres para nada como un Tonans. La hembra murió, no fue culpa tuya. “ Roam le dio una media sonrisa.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Será interesante ver a lo que se parece tu bebé.” Zuri estaba con la boca abierta. ¿Él lo sabía? “¿Cómo?” Balbuceó. ¿Cómo en el infierno otros seres lo aseguraban antes de que ella estuviera segura? “Para un Castians, el olor lo es todo. Puedo sentir una pequeña presencia. Ya que yo estoy seguro de que no estoy embarazado, entonces tienes que ser tú.” Los gritos frenéticos cuando la puerta se abrió hicieron que Zuri luchara por ponerse de pie. “Roam, maldición. Su pareja está a bordo de la nave de Citun, ellos están en erupción y amenazan con la guerra. Esta hembra es suya.” “Lo sé, Rask. Dile que pueden calmarse. Los guerreros Zargonniis saben que un guerrero Castians nunca haría daño a una mujer.” “Él lo sabe. Él está furioso de que vayas a intentar unirte con ella.” Roam parecía ofendido. “Nunca forzaría a una mujer.” Su rostro entonces se puso rojo. “Llévala a la cubierta. Me aseguraré de decirle al Zargonnii que todo se trató de un malentendido.” Rask se volvió y en cuestión de segundos su escudo estaba arriba y Zuri con asombro, vio como saltó sobre el balcón. “Este Kobe debe preocuparse mucho por ti, si está dispuesto a enfrentarse con un ejército Castians.” le dijo Roam.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Kobe se preocupa lo suficiente como para enfrentarse con un ejército de Cyron.” “Ahora, eso es una locura.” Zuri sonrió, sabía que era una locura, también sabía que era verdad.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Trece “Estaba como loco cuando te perdí.” Kobe la sostuvo en sus brazos al segundo en que el agujero negro se abrió en la nave. Sólo Zuri llegó a través, por órdenes del comandante Citun, ya que no estaba seguro de que Kobe pudiera controlar su ira. “Supongo que podrías estallar las bolas de un Cyron.” Zuri sonrió ante su mirada confundida. “Puedes no tener instinto maternal, pero obviamente tienes instintos asesinos de compañero. Tenías a los Castians cagando ladrillos.” Citun se rió. “No sé lo que es un ladrillo, pero apuesto a que sería incómodo. Es bueno tenerte de vuelta, donde perteneces. También me parece interesante que ya no parezco alérgico a ti.” La miró de arriba abajo. Zuri se sonrojó, pero convino en que era bueno estar de vuelta con el Zargonnii. “¿Y las hembras?” preguntó. “Seguras, en un nivel inferior de la nave. Mis guerreros y las mujeres se sienten un poco incómodos. Ninguna de las hembras ha estado nunca en una nave espacial con machos, y otras dos también están relacionadas con mis guerreros. Una de ellas es también una madre y su hermana. Es agridulce.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Pero admito que será bueno visitar a mi madre, si puedo llegar a soportar el olor de mi hermana.” Zuri gimió. En cierto modo, era una gran revelación y estaba preocupada. ¿Qué pasaría si ella daba a luz a una hembra y después tuviera un hijo?, ¿cómo podían cohabitar? Entonces se dio cuenta de que sus preocupaciones podrían ser infinitas. Se tomaría día a día a la vez. Entonces sintió un poco de vaga esperanza. Zane tenía un hijo, Draven, medio hermano de Luna, que no parecía sentir rechazo por su hermana. Tal vez como el aumento para el modo batalla, las hembras y los machos tenían aromas que hacían que se repelieran con sus hermanas por parte de madre. Irónicamente, pensó que Kobe podría tener un retroceso con ella y su fragancia de guerra. “Citun necesitas desarrollar la forma de transporte de los Castian, por lo menos para los seres humanos.” dijo Zuri. “¿Qué emoción te da caminar simplemente a través de un agujero?” contestó él. “Sinceramente, puedo hacer un entusiasta ‘Wiiiii’.” Esa fue su respuesta sarcástica. Kobe la aplastó, apretada contra su pecho. “Es hora de volver a casa.” “Estoy de acuerdo.” dijo Citun, entonces gritó. “Vamos a llevar esta nave a casa, Guerreros.”

***

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El Guerrero Zargonii de Zuri Era bueno estar de vuelta, estar en casa. Casa era la palabra que hacía a Zuri llorar. Ella estaba preocupada por sus amigos humanos, pero pronto descubrió que sus temores eran injustificados. Los hombres humanos habían sido puestos en libertad para pasearse y reunirse con todos los demás. Leo y Cash habían sido cautivos demasiado tiempo. El punto de reunión era donde los Guerreros y sus descendientes varones se reunían para jugar, hablar, reír. Por ahora Zuri iba adelante, sabiendo que nadie se atrevería a hacerle daño. Eso no detuvo la curiosidad de los machos, incluso con los gruñidos de Kobe hacia ellos. Su piel calva era una rareza. No le importaba tener la cálida mano de un guerrero en itinerancia por su suave piel, siempre eran amables y corteses. Zuri quedó sorprendida por los guerreros, había pensado que Kobe era un caso único. Todos los guerreros, tanto si estaban de acuerdo en tener a humanos como compañeros o no, eran muy respetuosos. Las hembras y los machos podían no vivir juntos, pero cuidaban unos de otros. Cuando las hembras Zargonnii se separaron fue con abrazos cálidos y un canto suave. Con la ayuda de Zuri, se habían comunicado a lo largo del viaje con sus hijos y hermanos. Citun no parecía tan pagado de sí mismo cuando se derritió contra su madre. La idea hizo que Zuri se riera. A su manera, todos ellos reafirmaron su amor unos por otros. Los más pequeños de la sala de reuniones fueron los más curiosos, y Zuri siempre tenía un doble puñado de niños siguiéndola cuando los machos se juntaban, cosa que era a menudo. Las versiones en miniatura de sus padres, eran encantadoras. Ella se encontraba a menudo con Cash y Leo corriendo detrás de tres jóvenes que estaban a su cargo. Leo era amado de una manera diferente. Su guerrero quería aparearse con las hembras Zargonnii. Las Vacaciones pronto se acercarían, y el Guerrero de Leo necesitaba ayuda para cuidar de sus dos hijos. A Leo le encantaba la descendencia masculina Zargonnii, le gustaba ser parte de sus vidas. Él

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El Guerrero Zargonii de Zuri mostraba una cara feliz, que se había llenado de nuevo por el cuidado y la seguridad que recibió. Pertenecer, después de haber jugado su camino por la vida. Los Guerreros eran responsables, después de todo, ellos pensaban que era pequeño. A Leo le encantó la idea de ser considerado frágil a pesar su imponente tamaño. Los niños Zargonnii que cuidaba eran un infierno sobre ruedas, pero todo el mundo los amaba a su manera. Cash era visto a menudo persiguiendo al hijo de su compañero Guerrero que nació durante las últimas Vacaciones. El niño era enorme y Zuri se sorprendió de lo joven que era. Cash tenía las manos llenas. Los niños machos Zargonnii eran todo y aprendían desde jóvenes cómo entrenar. Su temperamento agrio se mantenía al mínimo, no tenían tiempo para ser groseros. El lugar donde se resguardaban los varones humanos se abrió por primera vez como un complemento de la sede. Numerosas cuevas dentro de túneles ramificados subterráneos, lo que llevaba a cada casa separada. Después de que Zuri y Kobe habían comido, Kobe tomó su mano y riéndose ahuyentó al último de los curiosos niños. El túnel hasta la casa de Kobe estaba cálido, como el de los machos humanos, era el único otro túnel que se mantenía caliente. Mientras caminaban, el túnel se iluminaba y se oscurecía detrás ellos. Una enorme puerta muy gruesa se abrió hacia dentro cuando Kobe empujó su hombro contra ella. La empujó, luego se volvió lentamente en el interior, fueron atacados inmediatamente por una gran mascota toff. Caff era un manojo de cabello y dientes azul-negro. En un primer momento, Zuri estaba aterrorizada de él, la criatura se parecía a un oso. La forma en que el toff jugaba con Kobe era horrible. Mordía y saltaba sobre él. Parecía fuera de control. Rápidamente, Kobe enseñó al toff que no podía jugar igual con Zuri. Afortunadamente, el animal era brillante y rápido al aprender. También era mortalmente leal.

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El Guerrero Zargonii de Zuri Después de un saludo apropiado con el animal, Zuri fue a pararse junto a la ventana. Fuera de ella había un paraíso invernal. Las luces del cielo en colores pasteles se apagaban cuando la noche caía. La nieve amontonada a la deriva en las esquinas del patio trasero contra una valla alta de seis metros. La chimenea en el interior calentando, unos doce metros de ancho por cinco metros de altura. Todo dentro era suave y cálido recordando a Zuri la vaina azul. Era cómoda. Por un segundo, le pareció ver un movimiento a la deriva en la nieve. Más movimiento que llamó la atención de Zuri. No se había equivocado. “Kobe hay algo por ahí.” Gruñendo Kobe no dudó, saltó por la ventana, seguido de cerca por Caff. Con la forma de vidrio absorbido, no se rompió. La ventana justo dejó pasar a Kobe y el animal, estaba fabricada de esta manera. Zuri miró con miedo cuando vio a Kobe luchando con una cosa monstruosa. Claramente que lo estaba arrastrando todo lo que era. Desapareció durante un tiempo desde su punto de vista. Cuando entró, estaba sonriendo y cubierto de nieve. “¿Qué era eso?” requirió Zuri “Un Cyron.” “¿Qué?” gritó ella. “No te asustes, está muerto. Fue un regalo de mi madre. Creo que ella se dio cuenta de que necesitábamos más seguridad. Citun había planeado una partida de caza para que consiga otro, creo que mi madre se le adelantó. Yo sé lo que voy a hacer mañana. Voy a tener a Atin ayudándome, si no te importa vigilar a Mrac, todavía es lo suficientemente pequeño como para perderse en un montón de nieve.” Zuri se relajó.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “Te das cuenta de que una vez que nazca el bebé, Unna estará alrededor con más frecuencia. Al menos espero que lo haga. Tiene que ser la suegra más interesante de todo el mundo.” Kobe se detuvo en sus pies. “¿Qué?” “Suegra. En mi cultura tenemos una broma, ‘la única suegra buena es una suegra muerta’. Yo tuve suerte.” “No, quiero decir... ¿el bebé?” “Cuando estabas de guardia, Citun llegó con Band que me hizo una serie de preguntas sobre los seres humanos. Como que me dio a entender que tenía algunas preocupaciones y yo estaba realmente interesada. Pidió examinarme, no vi nada malo en ello, es vuestro sanador y Citun se mantuvo a una distancia respetuosa. Band me preguntó si conocía a tu madre, ella me dijo que pensaba que estaba embarazada cuando nos conocimos. Finn y Band son amigos, y Finn le dijo lo que debía buscar. Band está seguro que estoy embarazada.” “Nunca me dijiste nada.” Kobe se dejó caer en la silla más cercana, parecía estupefacto. “No estaba segura. Nunca he estado embarazada, Kobe. El momento era malo. El planeta estaba mal, toda la maldita selva estaba equivocada... mierda todo momento equivocado. No está tan mal ahora. Me trajiste a casa. Gracias por eso. Mi casa murió y nunca pertenecí a ningún lugar después de eso. Pertenezco ahora aquí, contigo. Tengo más familia.” Zuri avanzó para reunirse con él, amaba los muebles tapizados en bruto. Fue y se sentó en su regazo. Kobe le había dado a Zuri un hermoso abrigo de piel. Dijo que la piel se hizo de una criatura Zuna. Cualquiera que sea el

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El Guerrero Zargonii de Zuri infierno que fuera eso. La piel era suave como seda y la mantenía caliente desde las axilas hasta los pies. Además de unas zapatillas, estilo mocasín, que le había hecho. Zuri abrió su envoltorio y puso la mano de Kobe sobre su vientre redondeado. La colisión reveladora debería haber matado a Zuri, pero ella albergaba sentimientos encontrados. Ella quería un bebé, quería el bebé de Kobe, pero ¿sería un niño o una niña? ¿Qué futuro tenía reservado para los niños mixtos? Había algunos guerreros de ambos continentes a los que no les gustaba la idea de los apareamientos entre los humanos y los Zargonnii. Ellos eran firmes en que estaba mal. ¿Había algún lugar en el universo donde “vive y deja vivir” fuera un precedente? El fuego crepitaba. Durante un tiempo, Kobe permaneció en silencio. Zuri le dejó digerir la información. Ella no le culpaba por no darse cuenta, después de todo, nunca había visto una hembra embarazada. Él no sabía lo que parecía. Después de unos momentos de eso, su mano se deslizó en círculos. El estómago de Zuri se revolvió y le cogió la mano. “¿Esta tu vientre gruñendo por comida, o no le gusto al bebé?” Zuri se rió. “Acabo de comer. Mi estómago se está asentando. Estoy bien y el bebé te amará. ¿Cómo podría no hacerlo?” “Si es una niña, ¿te irás con las hembras? Mi madre te protegerá. Obviamente está en este continente por una razón.” Se veía muy triste. Zuri le cubrió la cara con las manos. “Ya le dije a tu madre que me quedaré contigo. Nuestro hijo, sea macho o hembra, se quedará con nosotros.” “Oh, no.” dijo Kobe, viéndose horrorizado.

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El Guerrero Zargonii de Zuri “¿Qué?” Zuri sintió el pánico acumulándose. “Si es una hembra, ¿piensas que ella va a ser tan habladora como tú?” Zuri se relajó. Ella acarició el rostro de Kobe. “Kobe, querido, estoy segura de que será incluso dos veces más habladora que yo.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Catorce La forma de pensar acerca de la estructura de la familia estaba cambiando totalmente para los Zargonnii. Toda su vida estaba cambiando. Nunca nadie pensó que dos pequeñas hembras humanas tendrían un impacto tan grande en dos continentes, ahora eran cinco. Las hembras humanas y sus descendientes femeninas añadían tanto amor. Para muchos, la familia adquirió un nuevo significado. Kobe había sido avisado de que Bay había dado a luz a una segunda hembra el día anterior al que Zuri había dado a luz. Como Zane estaba allí cuando dio a luz a la hembra medio-Zargonnii, Zane creció con cada nacimiento. Su fuerza se decía que superaba a la de un gigantesco Cyron. También lo harían los demás Zargonnii, si una hembra humana podía dar a luz a un bebé de sexo masculino. Era algo que Finn y Band decidirían explorar. Finn estaba sosteniendo a su sobrina recién nacida. Band y él le ayudaron a entregarla. Mechas rubias se mezclaban con el pelo blanco que fluía hasta los hombros. El bebé tenía alguno de los rasgos de su abuela, su hermoso cabello podía envolverla alrededor de los hombros si sentía frío. Su cuerpo era calvo como el de su madre. Dos pequeñas cejas blancas perfectas se centraban sobre los brillantes ojos rojos. Kobe estaba prácticamente bailando por desear abrazarla de nuevo. Finn puso la pequeña bebé de vuelta en sus brazos. Kobe se maravilló de nuevo en la forma en que era su pequeña. Al principio, había estado aterrorizado de que ella era muy pequeña, pero Finn y

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El Guerrero Zargonii de Zuri Zuri le aseguraron que tenía un buen tamaño con sólo diez kilos. “Me voy, Kobe.” dijo Finn. “¿Qué? Espera, ¿dónde?” “Titus está enviando un grupo de búsqueda a la Tierra. Hay rumores de que un pequeño grupo de sobrevivientes viven bajo tierra. Los Castians también irán. No sabemos si es verdad, pero queremos llegar antes de que los Gorganos los capturen.” “Estás decidido a conseguir tu propia hembra, hermano.” “Sí.” dijo Finn. Él miró con adoración al pequeño bulto que sostenía Kobe. “Yo quiero una de éstas, quiero una hembra humana. Lo deseo desde que conocí a Bay.” Los dos machos hablaban en voz baja. Zuri estaba agotada y dormida. El era un guerrero fuerte, Kobe estaba mortificado cuando casi se desmayó viendo toda aquella sangre roja cuando ella dio a luz. Finn fue capaz de darle algo para el dolor, pero Zuri llevó el ser habladora a un nivel extremo. Sus gritos de guerra habían hecho que se le pusieran los pelos de punta. Él se había reducido a ser el ‘idiota-imbécil’. Y tenía razón, cuando su bebé hembra abrió la boca y gimió, Kobe sabía que estaba justo en ello. “Cualquier hembra humana tendrá suerte de contar contigo.” dijo Kobe a su hermano. Kobe había perdido a su padre, a su familia. Dentro del último año ganó una compañera, un hermano, un bebé de sexo femenino. Sus sentimientos de apoyo habían sido abrumadores, pero atemperados. Un pequeño movimiento fuera de la ventana le llamó la atención. Su madre había guardado vigilia mientras Zuri estaba dando a luz. Era muy extraño para ella acercarse con

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El Guerrero Zargonii de Zuri tantos machos alrededor. Más tarde, Kobe tenía previsto salir y mostrar su pequeño paquete a su tocaya. Sabía que a Zuri no le importaría, y él estaba seguro que su madre la adoraría. Kobe tenía la sensación de que su madre estaría lo más cerca que pudiera, desde ahora. Aunque expresó el deseo de no Vacacionar de nuevo, ella conseguiría estar más cerca, con el tiempo. Ningún Cyron vendría cerca de la casa de su nieta. “Creo que a Titus también le interesa demasiado.” Finn hizo cosquillas a la niña bajo su barbilla. Se acurrucó más profundamente en el pecho peludo de Kobe, y para su sorpresa, ella empezó a cantar un dulce sonido suave. Era un cruce entre el ruido de ronroneo suave y el de Zuri. “Pero… ¿qué pasa con Unna?” dijo Kobe. “La pequeña Unna está perfectamente sana. Band se está quedando atrás, en caso de que ella lo necesite. Quiere estudiar su capacidad de hacer crecer a los guerreros.” dijo Finn. “Es fascinante. Citun y Titus se unirán a mí. Volveremos antes de las Vacaciones. Atin prometió ayudarte también. Todavía no pueden superar el llegar a ver a Mrac crecer cuando vio un poco a Unna. Citun se muerde las uñas al respecto.” Kobe se rió. “Estoy seguro que Citun está interesado en encontrar una hembra humana por otra razón. Él ha dominado a todas las hembras Zargonnii que tomó, pero Zuri lo deja perplejo. Pasa gran parte de su tiempo hablando con ella, haciéndole preguntas acerca de las hembras humanas. Está cansado de luchar. Citun quiere amor.” “Yo creo que puede ser una carrera entre los dos grandes líderes, ¿quién crees que será el primero en encontrar el amor?” “No lo sé.”

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El Guerrero Zargonii de Zuri Kobe acurrucó a su hija más profundamente en sus brazos. La abrazó cerca de su pecho. “Que gane el mejor Guerrero Zargonnii.” Otras dos personas escucharon en la habitación contigua. Ambos, Titus y Citun, agarraron sus muñecas con fuerza, en un gesto amistoso. Raramente el norte y el sur se unían a menos que fuera para discutir los temas del mundo. Este nacimiento era sin duda un motivo de celebración. Ambos guerreros eran más grandes que antes, con el nacimiento de un nuevo bebé. Ambos estaban sintiendo su fuerza y determinación. Citun tenía un brillo en sus ojos. “Por todos los medios. ¡Que comience la caza por las hembras humanas!”

Fin

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Hot Passion Books

Esta es una traducción hecha por Fans. La ofrecemos de forma totalmente gratuita, sin obtener beneficios económicos o materiales de ningún tipo por ello y con el único objetivo de dar a conocer los libros de nuestras autoras favoritas ante las lectoras de habla hispana. Recomendamos a las lectoras adquirir estos mismos libros en el momento de su publicación, ya sea en su idioma original o cuando estén disponibles en español, para incentivar a que estas autoras, a las que agradecemos su excelente trabajo, sigan creando estas maravillosas obras.

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El Guerrero Zargonii de Zuri

Kobe

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2. El Guerrero Zargonnii de Zuri - C. L. Scholey - Mundo Sobrenatural

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