El arte femenino de amamantar

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La Liga de La Leche Internacional

El arte femenino de amamantar

Grijalbo

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Este libro está dedicado a las madres y a los bebés de todo el mundo. Encuentre su propio camino, con orgullo y confianza, al experimentar el arte de amamantar.

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© Liga de la Leche Guatemala – Maria José Carranza

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BIENVENIDA

Antes de la aparición de El arte femenino de amamantar, existía lo que yo denomino “La historia de la lactancia”. Dicha historia no estaba escrita; se trataba de conocimientos sobre la lactancia que pasaban de una generación a la siguiente, de una madre a otra. Inesperadamente, desde principios del siglo XX, en gran parte de los países desarrollados, la transmisión de la “historia” prácticamente cesó. Pero no del todo. Los recuerdos de “La historia de la lactancia” nutrieron la redacción de la primera edición de El arte femenino de amamantar en 1958, que se proponía preservar y mantener tan valiosa sabiduría. Lo que nunca desapareció fue el deseo instintivo de numerosas madres de amamantar a sus hijos a pesar de los publicitados avances en alimentación con biberón (método mejor denominado con posterioridad alimentación infantil artificial). Para muchas de estas madres, la intención de dar el pecho se frustraba enseguida debido a las informaciones erróneas o la falta de información. Yo fui una de estas madres con mi primera hija, Elizabeth. El médico me advirtió que tenía poca leche, de modo que empecé a usar el biberón como complemento. Para nosotras, esto fue el principio del fin de la lactancia natural a los tres meses, algo que hoy en día sigue doliéndome. Al mudarnos a Franklin Park, Illinois, conocí al doctor Gregory White, al que algunos consideraban una persona ajena a los avances de la época, y otros un profeta inconformista. Mi marido, Chuck, y yo estuvimos encantados de que el doctor creyera en “el parto natural a la antigua y la crianza natural”. (Al inicio de nuestra carrera como padres, Chuck simplemente seguía mis ideas “poco convencionales”, pero más adelante se convirtió en un firme defensor de las mismas). Al nacer nuestro segundo hijo, Timothy, en 1952, y con la orientación del doctor White, tomamos el buen camino. Como seguidor del doctor Herbert Ratner, un temprano defensor de la sabiduría de la naturaleza, el doctor White me dio el mejor consejo que he

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recibido como madre: “Lo que el bebé pide es lo que el bebé necesita”. Se esfumaron las preocupaciones y dudas en relación con malcriar al bebé, cogerlo demasiado o demasiado poco en brazos, seguir un horario o amamantar a demanda. Fue maravilloso, ¡qué libertad! Más o menos al mismo tiempo, conocí a otras jóvenes madres que también daban el pecho a sus bebés, un “movimiento materno subversivo” de mujeres que cogían a sus bebés en brazos en lugar de dejarles llorar y que los llevaban consigo cuando salían. Una de estas madres, Betty Wagner, vivía muy cerca de mi casa; su familia era algo mayor que la mía. Al pasear con nuestros bebés las tardes de verano, Betty compartía conmigo su experiencia de la lactancia, me daba consejos que me ayudaban a disfrutar más y estresarme menos al amamantar al bebé y cuidar de mi creciente familia. Fui entrando en contacto con diversos hilos de “La historia”: mujeres cariñosas, con las que compartía puntos de vista, una familia que me apoyaba, médicos profesionales que me ofrecían sus conocimientos. En 1956, se produjo el momento más significativo de la revitalización de “La historia de la lactancia”, cuando siete mujeres de la zona de Franklin Park, todas para entonces madres lactantes experimentadas, eligieron el nombre de “Liga de La Leche” (en inglés “La Leche League”) y se comprometieron a apoyar a otras madres que también desearan amamantar a sus bebés. El grupo inicial, las siete fundadoras de la Liga de La Leche, eran Mary Ann Cahill, Edwina Froehlich, Mary Ann Kerwin, Viola Lennon, Marian Tompson, Betty Wagner y Mary White. Tanto el doctor White como el doctor Ratner siguieron defendiendo de por vida la lactancia natural y la Liga de La Leche, que se extendió rápidamente como un fuego latente avivado de nuevo. Entonces se colocó la última pieza para continuar “La historia de la lactancia”. Se organizó un foro y un proceso para que las madres se reunieran, compartieran un método natural, intercambiaran información y hallaran apoyo y aliento. Esta nueva edición, la octava, abunda en este esfuerzo, abre nuevos horizontes de información sobre la lactancia, desde las conclusiones de estudios científicos hasta las experiencias domésticas y valiosas de madres y bebés anónimos. La nueva redacción es obra de las tres escritoras. Pero en un segundo plano, como si se tratara de un coro griego, se hallan las numerosas madres que nos han precedido. Querida lectora, pase las páginas, empiece la lectura y descubra la belleza y el poder

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de la lactancia. Sumérjase en la historia. Usted también tiene su lugar en lo que siempre será su propia experiencia personal y sus recuerdos, y además, un acto de enormes consecuencias para usted, su hijo y su familia. Para toda la sociedad. Para el mundo. ¡Gracias! Mary Ann Cahill, cofundadora de la Liga de La Leche Internacional

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© Angelica Garcia

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INTRODUCCIÓN

¡Bienvenida a la nueva edición de El arte femenino de amamantar! Es un libro para usted, dondequiera que se halle en su viaje como madre. Es un libro sobre el desarrollo de la relación de lactancia con el bebé, con estrategias que ayudan a compaginar la lactancia con su vida ajetreada y con ideas para superar los retos que surjan. Claro que el libro también contiene información científica, pero esperamos hacer aflorar la parte “artística”, la parte divertida, de modo que usted y su bebé encuentren la manera de disfrutar juntos de la lactancia. ¿El título le parece anticuado? Esto se debe a que lleva más de medio siglo en circulación, desde 1956, cuando casi todos los programas de TV eran en blanco y negro, y en muchos países las tasas de madres lactantes alcanzaban niveles históricamente bajos. El arte femenino de amamantar fue el primer libro sobre lactancia para madres y escrito por madres, concretamente, siete. Este grupo de madres no se proponían escribir un libro. Disfrutaban de la lactancia materna, muchas habían dado el biberón a sus primeros hijos y habían amamantado a los posteriores, y habían comprobado, como suelen hacer las madres, que la lactancia resulta mucho más sencilla cuando la comentamos entre amigas. De modo que empezaron a reunirse mensualmente en sus casas con otras mujeres interesadas en (¡chis!) la lactancia. Como la propia palabra en inglés resultaba chocante en aquella época, optaron por un nombre en clave (“leche” en español, en lugar de su correspondiente vocablo milk, en inglés): la Liga de La Leche, en honor a una ermita en San Agustín, Florida, dedicada a Nuestra Señora de la Leche y el Buen Parto. Aquel primer grupo de la Liga de La Leche pronto se convirtió en diversos grupos. Las preguntas de las madres del barrio se convirtieron en preguntas de madres de todo el país. En 1958, para afrontar la demanda, las mujeres habían escrito una sencilla guía sobre los fundamentos de la lactancia. Hicieron copias, sus hijos las ayudaron a

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encuadernar las páginas, y el primer Arte femenino de amamantar, con un total de treinta y una páginas, se empezó a enviar desde sus casas. En 1963, sólo cinco años después, redactaron una versión más completa, buscaron una imprenta, y acabaron vendiéndose más de un millón de ejemplares. Siguió creciendo. Ahora, desde Bolivia hasta Bulgaria, de Sudáfrica a Singapur, las madres lactantes se reúnen en grupos de la Liga de La Leche (LLL) para celebrar, reír, llorar y aprender juntas. Comparten también consejos técnicos, pero principalmente hablan de sus experiencias diarias, la vida con el nuevo bebé, cómo dormir lo suficiente, qué alimentos ofrecer a un niño pequeño que mama, qué decir a los familiares reticentes. Esta participación común, el hecho de compartir las experiencias entre madres, es el alma de toda reunión de la LLL y de cada edición de El arte femenino de amamantar desde 1958 hasta hoy. Esperamos que la presente edición sea como una reunión de la Liga de La Leche: suficientes detalles técnicos para iluminar el camino y allanar los baches, pero principalmente consejos prácticos y anécdotas de otras madres que han pasado por lo mismo. Al leer, esperamos que se sienta acompañada de todas las mujeres embarazadas y madres que lo leen al mismo tiempo que usted, además de las madres de generaciones anteriores que han contribuido en su redacción. Al amamantar a su bebé, entra usted a formar parte de una hermandad de madres que se remonta a nuestros antepasados más lejanos y se proyecta en las futuras generaciones.

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¿QUÉ DIFERENCIA ESTE LIBRO DE OTROS LIBROS SOBRE LA LACTANCIA?

Si se viera obligada a elegir: dar el biberón siguiendo un horario y reduciendo el contacto corporal, pero con su leche en el biberón; o amamantar al bebé, a demanda, con leche de fórmula que saliera de sus mamas. ¿Qué elegiría? Tendría que elegir entre el producto de la leche humana y el proceso de la lactancia… sin poder tener ambos a la vez. Algunas madres optarían por la leche materna, dados los factores de protección y salud que ofrece. Otras optarían por la lactancia natural porque valoran la relación y la conexión con el bebé y no se imaginan criando a su bebé de otro modo. No hay una respuesta correcta, pero, en la actualidad, muchas mujeres elegirían el producto por encima del proceso porque la leche materna se lleva todo el mérito. La investigación de la leche humana no deja lugar a dudas; pero el estudio de las relaciones es más complicado. Existen toneladas de estudios que destacan la importancia del preciado líquido que producen las mamas femeninas. Pero el presente libro valora además la relación, el alma de la lactancia, no sólo el líquido. La lactancia es una conexión además de una fuente de alimento, se trata de la primera relación personal del bebé, diseñada para darle una cálida bienvenida al mundo con mucho más que factores inmunológicos y buena nutrición. Es una manera de hacer de madre, de establecer una relación que se desarrolla toma a toma, forjando confianza, intimidad, conocimiento mutuo y un vínculo profundo que dura más allá del destete. Cada idioma tiene una palabra para describir al bebé nutriéndose del pecho materno. En algunos idiomas, existe más de un término. El español tiene dos: amamantar y criar. Criar implica, además, educar, cuidar al bebé. Tal vez se emplee a veces para evitar la palabra “mama” que incluye el vocablo “amamantar” (o la expresión “dar el pecho”), pero es una buena palabra para describir algo que va más allá de un método de alimentación. Por eso, además de utilizar la palabra amamantar, en el libro utilizamos la palabra criar porque para nosotras hace referencia a la conexión entre madre e hijo, más

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allá de la leche.

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¿QUÉ ES DIFERENTE EN ESTA EDICIÓN? Esta nueva edición es para usted, la madre del siglo XXI. El nuevo siglo llega con nuevas actitudes, nuevas expectativas, nuevas tendencias… y nuevos bebés fabricados según un diseño antiquísimo. Los bebés de la actualidad tienen los mismos reflejos, los mismos instintos, las mismas necesidades que los bebés de hace mil años. El libro ofrece perspectivas sobre cómo los comportamientos de siempre de los bebés afectan la lactancia hoy, sobre lo que necesitan los bebés de los padres, y sobre lo que nosotras necesitamos de la maternidad. La ayudaremos a buscar la manera de adaptarse cuando el estilo de vida y la biología no se ponen de acuerdo. El mundo en que vivimos presenta ahora más diversidad de estructuras familiares. Por eso, en esta edición empleamos el término pareja para referirnos a la persona que comparte con usted el hogar, la vida y el cuidado del bebé, tanto si se trata de un marido, esposa, novio, novia u otra categoría. Tal vez cuente usted con sus padres, amigos, parientes o compañeros de vivienda cuya presencia sea importante para usted y para su hijo. Con internet, puede usted tener acceso a una cantidad ingente de información sobre la lactancia, pero también existe mucha desinformación, y puede resultar complicado saber cuál es cuál. Las explicaciones del libro están avaladas por los más destacados asesores sobre lactancia y por una sólida base de investigaciones científicas, y se remite a la lectora a sitios web interesantes y se ofrecen referencias por si desea ampliar la información. Avalan también los contenidos del libro décadas y décadas, tal vez incluso milenios, de “sabiduría materna”. La lactancia siempre ha sido algo que las mujeres aprendían unas de otras, no de los expertos, de modo que encontrará experiencias de otras madres a lo largo del texto. Como nuestras redes de apoyo son tan vitales para amamantar con éxito, hemos añadido un capítulo entero que trata de este tema. También encontrará en la presente edición una gran cantidad de información sobre el parto, porque a pesar de existir muchos títulos que tratan o bien del parto o bien de la lactancia, la conexión vital que hay entre ambos no suele tratarse. Esto es algo que

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resulta más importante en la actualidad, cuando la mayoría de las mujeres se someten a intervenciones médicas (parto inducido, epidurales o cesáreas) durante el parto y el alumbramiento. Estas intervenciones pueden provocar efectos inesperados tanto en los bebés como en las madres que intentan iniciar la lactancia. Para recuperar la normalidad, hemos añadido un capítulo que trata únicamente del agarre del bebé al pecho para exponer las técnicas que explotan los reflejos e instintos de la madre y el bebé. Hemos añadido una sección de capítulos cronológicos, con mucha más información sobre los aspectos prácticos de la vida con un lactante en cada momento de su desarrollo, incluidas las alegrías y dificultades de amamantar a un hijo cumplido el año. Hemos ahondado en los consejos para conseguir descansar más, empezar con los alimentos sólidos y destetar al bebé. Si va usted a reincorporarse al trabajo, le resultará útil el nuevo capítulo con consejos para seguir amamantando, minimizar el estrés para usted y para su hijo, y para reconectar con el bebé tras las separaciones diarias. Hemos añadido información sobre los retos que plantean la extracción de leche, los bebés prematuros, los bebés múltiples, los problemas de producción de leche, la lactancia cuando se padece una enfermedad crónica, y la lactancia con bebés con necesidades especiales. Hemos añadido un capítulo de “Apoyo técnico” con información sucinta acerca de algunos problemas transitorios como la congestión de las mamas, la ictericia, las infecciones mamarias, la medicación o las operaciones quirúrgicas. Dedicamos un capítulo entero a la Liga de La Leche, cómo empezó y a qué se dedica. Finalmente hemos añadido una serie de páginas para anotaciones que usted desee tener a mano o compartir con otras madres. Dado que compartir anécdotas es la forma que tenemos las mujeres de conectar más profundamente, hallará una historia al inicio de cada capítulo, escrita por una madre del pasado o del presente, para compartir su experiencia a través del espacio y el tiempo. Resulta increíble la sabiduría que contienen las historias de mujeres que fueron madres hace tiempo; el mundo ha cambiado, pero el arte de amamantar es intemporal.

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LAS AUTORAS DE ESTA EDICIÓN Somos tres líderes de la Liga de La Leche, acreditadas por la LLL. Hemos amamantado a nuestros propios hijos (nueve entre las tres) y sumamos un total de casi treinta años (¡ya están todos destetados!) de lactancia, y esta experiencia nos ha llevado a trabajar, escribir y hablar de las madres y los bebés lactantes. Para cada una de nosotras, la lactancia ha sido una experiencia transformadora, esencial al aprender cómo ser madres. No siempre fue fácil ni perfecto, nos hemos enfrentado a mastitis, conductos galactóforos obstruidos, llagas y pezones agrietados. Algunos de nuestros bebés llegaron pronto y otros tarde, algunos no querían dejar de mamar y otros rechazaban el pecho por completo. A veces hemos tenido demasiada leche y, otras, demasiado poca. Hemos trabajado en casa y fuera de casa. Cuando la lactancia no funcionaba, seguíamos con el corazón lleno de amor y un estilo de maternidad todo lo cercano posible a la biología humana. El interés de Diana por ayudar a otras madres surgió de su producción insuficiente de leche para su primer hijo y su deseo de hallar soluciones. Diane se decidió al darse cuenta de que estaba ofreciendo tanta ayuda como había recibido en las reuniones de la LLL. Teresa supo desde el principio que si sus caballos, gatos y perros eran capaces de dar a luz y alimentar a su prole, ella también, y se convirtió en líder para ayudar a otras madres a encontrar su propio camino. Pero ha habido cientos de otras colaboradoras: madres primerizas, madres experimentadas y bisabuelas cuyas experiencias han sido de utilidad a innumerables madres a lo largo del tiempo. Este libro es de ellas y…

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¡ESTE LIBRO ES SUYO! Esperamos que esta edición de El arte femenino de amamantar la ayude a sentirse cómoda con la lactancia y encuentre un estilo que se adapte a usted, a su bebé y a su rincón del mundo. Creemos que conocer las tendencias naturales de otras madres, además de las suyas y las de su bebé, le facilitarán la búsqueda de un estilo propio y lo harán más satisfactorio. Como oirá en cualquier reunión de la Liga de La Leche en cualquier lugar del mundo, mire a su alrededor, elija lo que le vaya bien a usted y a su familia, y olvídese del resto. Tanto si halla ideas e información en este libro, de las investigaciones científicas, o de las charlas con otras madres, usted se conoce a sí misma, conoce a su bebé y a su familia mejor que nadie. Con las madres, siempre es así.

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PRIMERA PARTE

NUEVOS COMIENZOS © Liga de la Leche Guatemala – Maria José Carranza

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UNO

PREPARAR EL NIDO

© Liga de la Leche Colombia

“Cuando tenía dos años, mi madre llegó del hospital con dos misteriosos bultos envueltos en suaves mantitas azules. Uno era mi hermano recién nacido. Mi madre me entregó el otro. Bajo los pliegues de la manta se hallaba una preciosa muñeca que, mi madre me explicó, sería mi bebé. Mi padre llegó detrás con una mecedora roja que colocó junto a la mecedora de madera de mi madre. Recuerdo vívidamente a mi madre amamantando a mi hermano, y a mí imitando cada movimiento que hacía para alimentar bien a mi bebé, aunque mis pechos no se parecían en nada a los de ella. Mi madre y su bebé se miraban con adoración durante la toma. Yo miraba a mi muñeca, los ojos de la cual se cerraban al acostarla. Deseaba que mi muñeca fuera real y estaba impaciente por crecer y poder amamantar a mi propio bebé. Veinticinco años después di a luz a mi primer hijo. El día que llegué a casa, me senté en nuestra mecedora de madera y, mientras lo sujetaba junto a mí y le daba el pecho, abrió los ojos y me miró. De inmediato, regresó el recuerdo de aquel día de mi infancia y me caían las lágrimas al pensar: ESTO es lo que he estado esperando toda la vida”. Cathy, recuerdos de 1981

BIENVENIDA a nuestra “reunión de la Liga de La Leche sobre papel”. En una reunión real, encontraría usted una mezcla de mujeres embarazadas, madres con recién nacidos y

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madres con bebés mayores o con niños pequeños. Oiría preguntas de mujeres que se hallan en diferentes etapas de la maternidad. Algunas respuestas le parecerían adecuadas, otras contestarían dudas que ni siquiera sabía que tenía y otras la dejarían indiferente y las olvidaría. Esperamos que haga lo mismo con el presente libro. La piedra angular de las reuniones de la Liga de La Leche (LLL) consiste en dar respuesta a preguntas. Si bien un libro no puede compararse con una reunión con otras madres, sí podemos usarlo para tratar algunas de las preguntas más típicas de cada etapa, y explicar lo que las madres suelen contar según su experiencia, además de darle a conocer lo que dicen los estudios científicos al respecto. El primer capítulo de nuestra “reunión sobre papel” empieza con las preguntas que las mujeres embarazadas suelen formular sobre la lactancia. Aunque haya tenido ya usted a su bebé, las respuestas a estas preguntas deberían hacerla sentir bien con su elección y darle más datos sobre por qué la lactancia natural es tan buena.

“EL RECIÉN NACIDO SÓLO TIENE TRES NECESIDADES: EL CALOR DE LOS BRAZOS DE SU MADRE, EL ALIMENTO DE SUS PECHOS Y LA SEGURIDAD DE SABER QUE ESTÁ JUNTO A ÉL.

AMAMANTAR LAS SATISFACE TODAS”. DOCTOR GRANTLY DICK-READ, DE PARTO SIN DOLOR, 1955.

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¿ESTÁ HECHA PARA MÍ LA LACTANCIA? Cuanto más cerca está de conocer a su bebé, probablemente más piense en lo que sucederá después del parto. Está “preparando el nido”, reuniendo las cosas que el pequeño necesitará y haciéndole sitio en casa. ¡Qué hermosa es la ropa de bebé! ¡El cambiador es precioso! Pero mientras está usted de compras, su cuerpo prepara silenciosamente el verdadero “nido” que el bebé necesita: sus pechos. Al principio no necesitará nada más, serán su refugio de calor, seguridad, consuelo, cariño y, sí, alimento. Por muy bonitos que sean los accesorios y la ropa del bebé, lo que más le importará a él será cómo usted y su cuerpo lo protejan y lo nutran. Amamantar es mucho más que una forma de alimentar al bebé. Es el modo en que estamos diseñadas por la naturaleza para iniciar la experiencia de la maternidad. Entonces, ¿por qué no siempre es algo automático? Algunas de sus amigas le habrán explicado sus duras experiencias. Tal vez su madre no pudo darle pecho y usted se pregunta si tendrá el mismo problema. La buena noticia es que hemos aprendido muchas cosas desde que su madre intentara dar pecho. Hemos aprendido a conocer y respetar más los instintos de madre e hijo. Hemos aprendido que cuantas menos intervenciones existan durante el parto, más fácil es reconocer estos instintos. La Liga de La Leche siempre estará a su lado para ayudarla a superar los retos a los que se enfrente. Tal vez desee dar pecho porque sabe que es lo mejor; la ciencia sigue descubriendo más acerca de los beneficios de la lactancia en cuanto al desarrollo del bebé y la protección de la salud de la madre. Tal vez desee amamantar porque le parece lo más natural; cada madre encuentra la forma en que amamantar la acerca a sus hijos. Tanto si el impulso surge de la cabeza como del corazón, la lactancia es buena para usted y es buena para el bebé.

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¿HASTA QUÉ PUNTO ES VERDADERAMENTE IMPORTANTE AMAMANTAR?

¡Es muy importante! Prácticamente no hay ninguna otra cosa que pueda hacer por su hijo que le afecte tanto emocional y físicamente como amamantarlo. La lactancia natural también es importante para el organismo de la madre. No hay ningún aspecto de la salud del bebé que no se vea afectado por la lactancia, y dar el pecho afecta igualmente a una serie de aspectos de la salud de la madre. Este libro sería mucho más largo si se describieran en él todos los beneficios de la lactancia para la madre, el bebé y la familia, pero señalaremos los más importantes.

EL ALIMENTO MÁS NORMAL PARA EL BEBÉ ES LA LECHE MATERNA No existe ninguna leche de fórmula que se parezca siquiera a la leche que su cuerpo produce. La leche materna posee todas las vitaminas, minerales y demás nutrientes que el bebé necesita, incluidos muchos que todavía no se han descubierto, y cambia sutilmente con cada toma, cada día y cada año, para adaptarse a los cambios de las necesidades del bebé. Existen unas singulares células vivas en la leche materna que impiden el crecimiento de bacterias nocivas y virus en el organismo aún inmaduro del bebé. Todavía hay más. El interferón y la interleucina actúan como poderosos protectores contra la infección. Si pudieran comprarse, no los podríamos pagar. La leche materna los incluye, sin gastos adicionales. Con unas gotas de leche materna se puede incluso tratar una infección ocular y acelerar la curación de un problema dermatológico. Sin su alimento normal, el bebé presenta más riesgo de infecciones de oído, malestar intestinal y problemas respiratorios. Las alergias y los problemas dentales son muy frecuentes. La visión, los nervios y los intestinos no se desarrollan por completo. A causa de estas diferencias (y muchas otras que no nombramos aquí), un bebé que se alimenta con leche de fórmula presenta un metabolismo distinto y un desarrollo diferente y aumenta de peso de manera particular a lo largo del primer año de vida. Sus riñones e hígado trabajan más para procesar los productos residuales de la leche de fórmula. Precisa más dosis de una medicación para obtener el mismo efecto. La respuesta de su

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sistema inmunitario frente a las vacunas es menos eficaz. El riesgo de

SMSL

(Síndrome

de Muerte Súbita del Lactante o muerte en la cuna) y muerte infantil por otras causas es más elevado si el bebé no es amamantado. Más adelante, de niño o adulto, tiene un mayor riesgo de enfermedad de Crohn, de colitis ulcerosa, diabetes tipo 1, enfermedad cardíaca y determinados tipos de cáncer. Reacciona al estrés más negativamente y tiene la presión sanguínea elevada, tanto de bebé como más adelante. Presenta mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca y osteoporosis en su madurez. Hay diversos estudios del cociente intelectual que indican déficit en niños que no tomaron pecho o no lo recibieron mucho tiempo. El calostro, la leche que se produce en pequeñas cantidades el primer par de días tras el nacimiento del bebé (y que ya se empieza a producir durante el embarazo), concentra propiedades inmunológicas que constituyen la primera protección del bebé contra los gérmenes a los que se verá expuesto. Esta “primera leche” contiene una elevada concentración de inmunoglobulina A secretora, un agente que actúa contra la infección y recubre el intestino para protegerlo del paso de gérmenes y proteínas extrañas que podrían provocar sensibilidades alérgicas. Los científicos también han descubierto recientemente un nuevo ingrediente de la leche humana denominado inhibidor de la tripsina secretoria pancreática, que protege y repara el intestino del bebé. Se halla en toda la leche humana, pero su concentración es siete veces más elevada en el calostro para proteger el delicado y vulnerable intestino del recién nacido. Imagine que el calostro es una pintura compleja diseñada para sellar las tiernas paredes intestinales (diseñadas, claro está, para recibirla). El calostro tiene un nivel ácido que favorece que los intestinos del bebé acepten la mezcla adecuada de bacterias beneficiosas. El calostro es un laxante que pone en marcha los intestinos y contribuye a la eliminación de las heces espesas y pegajosas denominadas meconio que se acumulan en el organismo del bebé antes del nacimiento. La leche madura, que se produce durante las dos primeras semanas, contiene un número de ingredientes, aún desconocido, que contribuyen a la salud de toda la vida del bebé. Además del interferón, la interleucina, los glóbulos blancos y la inmunoglobulina, el bebé lactante desarrolla un sistema inmunológico casi tan fuerte como el de la madre. El factor del crecimiento humano sigue desarrollando los intestinos, los huesos y otros órganos. La insulina para la digestión, los ácidos grasos para un corazón sano, la lactosa

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para el desarrollo cerebral: todo está en la leche. Lo que es más importante es que está disponible de manera que el bebé pueda asimilarlo. A las leches de fórmula se les añade hierro en un formato que el bebé no puede asimilar directamente y que de hecho puede resultar nocivo porque aumenta el riesgo de infecciones intestinales, sangrado intestinal y anemia. La mecánica de la lactancia es también importante. Cuando el bebé toma pecho, los músculos de la mandíbula se ejercitan y realizan un masaje que ayuda a los huesos faciales a desarrollarse mejor. La mandíbula de los niños que utilizan biberones y chupetes de entretención es más estrecha y el paladar es más alto, cosa que dificulta con mayor probabilidad la respiración nasal. Los bebés que usan chupetes de entretención, en lugar del pecho, para consolarse, tienen más probabilidades de precisar logopedia más adelante. El niño que toma pecho menos de un año es más probable que precise una ortodoncia más adelante. Los ronquidos y los problemas respiratorios relacionados también son más comunes. El bebé puede diseñarse una comida a medida para satisfacer sus necesidades. Si tiene sed, tomará pecho menos tiempo y recibe leche menos grasa. ¿Más sed? Pide un cambio de lado antes y toma más leche ligera del otro pecho. ¿Tiene mucha hambre? Toma más rato del primer pecho o toma con más vigor para obtener leche más rica en grasas y calorías. ¿Es hora de un estirón? Si el bebé toma más leche de la habitual, tendrá más leche disponible en la próxima sesión. Si toma menos de lo habitual, la producción de leche se reduce. ¿Se va haciendo mayor y toma el pecho con menor frecuencia? La leche contendrá más factores inmunológicos para mantenerlo protegido. ¿Ha ingerido gérmenes de la barra del carrito del supermercado? Pasa estos gérmenes al pecho de la madre cuando lo amamanta y se producen los anticuerpos adecuados. De innumerables formas, su pecho es el “Centro de Salud” del bebé.

AMAMANTAR MANTIENE SANA TAMBIÉN A LA MADRE Amamantar es el siguiente paso natural de la secuencia de la reproducción: embarazo parto - lactancia. Cuando el recién nacido se agarra al pecho de la madre al nacer, el útero se contrae y el sangrado se reduce. La hemorragia es un riesgo más elevado cuando el bebé toma biberón y el vientre de la madre permanece abultado más tiempo. Si amamanta exclusivamente (sin dar al bebé agua, otros alimentos o leche artificial) y el bebé toma pecho con frecuencia, incluyendo al menos una toma nocturna, es muy

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probable que no vuelva a tener la regla durante al menos seis meses. Las probabilidades de quedar embarazada de nuevo serán extremadamente bajas durante este tiempo (véase el Capítulo 8 para más información). La lactancia ayuda a muchas mujeres (no todas) a perder peso. La naturaleza proporciona parte del peso del embarazo con el fin de poder producir leche los primeros meses. El diseño natural hace que el peso desaparezca cuando el bebé tome su alimento con asiduidad. Las mujeres que no han amamantado presentan un mayor riesgo de síndrome metabólico, un cúmulo de factores de riesgo de padecer afecciones cardíacas y diabetes. Si ya presenta usted diabetes con dependencia de insulina, es probable que precise menos insulina mientras dé el pecho. La lactancia natural será su seguro contra el cáncer de pecho, uterino y cervical. (Es posible que el menor nivel de estrógeno proporcione protección; cuanto más tiempo amamante, más eficaz será su seguro). Esto no significa que una mujer no pueda contraer estos tipos de cáncer si ha dado el pecho, pero es menos susceptible a ellos. La osteoporosis y las fracturas también son más frecuentes en mujeres que no han amamantado. Existe una mayor posibilidad de que la presión arterial de una madre que da el biberón sea más elevada porque sus respuestas neurológicas y endocrinas son más pronunciadas que las de una madre lactante. La salud general física y mental también se ven afectadas, y más adelante tendrá un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide.

“NO

ERA CONSCIENTE DE LA INCONMENSURABLE DICHA QUE LA LACTANCIA

CREÍA QUE SE TRATABA DE SATISFACER LAS NECESIDADES DEL BEBÉ, NO DE LA MADRE. LAS HORMONAS ME INUNDABAN Y ME SENTÍA FELIZ PODÍA DARME A MÍ.

Y EUFÓRICA CUANDO AMAMANTABA A MI BEBÉ. Y, DEBO CONFESAR, ESTO ES ALGO QUE ME PROPORCIONÓ, COMO MADRE INSEGURA, SEGURIDAD Y ME HIZO SENTIR ORGULLOSA DE MÍ MISMA”.

SAMANTHA

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¿HASTA QUÉ PUNTO SON FIABLES LOS ESTUDIOS SOBRE LACTANCIA? Seguramente habrá oído que la lactancia reduce el riesgo de infección y de contraer numerosas enfermedades y afecciones de pequeño y de adulto, que reduce el riesgo de alergias, incluso que potencia el cociente intelectual. Pero (¿está sentada?), ¡no es cierto! He aquí la razón: imaginemos que deseamos evaluar un nuevo fármaco. Nos concentramos en las personas que ingieren el fármaco y las comparamos con un grupo de personas que no lo toman. De este modo, sabemos qué efectos tiene. Con él, se mejora o se empeora lo que es normal. La ciencia debe centrarse en el experimento, no en lo que es normal. Ahora, reflexionemos sobre los estudios llevados a cabo sobre la lactancia. Exacto: ¡se investiga la lactancia natural! Esto significa que los estudios se han hecho al revés, evaluando lo que es normal (la lactancia natural) en lugar de evaluar el experimento (la lactancia artificial). Así, parece que las elevadas tasas de enfermedad en niños alimentados con leche de fórmula sean normales y que la lactancia natural proporcione beneficios adicionales. La lactancia no reduce el riesgo de infección ni enfermedad. No añade puntos al cociente intelectual. La lactancia ayuda a desarrollar bebés con una salud y un cociente intelectual normales. Cuando los bebés no se amamantan, estamos exponiendo la misma información de los mismos estudios, pero centrándonos en el grupo verdaderamente experimental, presentan un mayor riesgo de enfermedad a corto y largo plazo. Los investigadores sin proponérselo han encubierto los problemas de la alimentación artificial al centrarse en los aparentemente fabulosos “beneficios” de la leche humana y la lactancia natural, casi como si se tratase de un “extra” práctico pero innecesario. Esto está empezando a cambiar. Cada vez son más los artículos científicos que presentan al bebé lactante como el punto de partida, como dicta la ciencia, y observan lo que ocurre a los bebés cuando se altera el sistema normal. Es posible que este enfoque asuste al público, contemplar la lista de riesgos en lugar de la lista de “beneficios”. Pero es un enfoque más honesto y preciso, y es el que hemos adoptado. No le darán ninguna medalla por amamantar. Se trata simplemente de la forma natural de criar a un bebé.

“LA

LACTANCIA ES UNA

‘RED

DE SEGURIDAD’ CONTRA LOS EFECTOS DE LA

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POBREZA… LA LACTANCIA EXCLUSIVA EN GRAN MEDIDA ELIMINA LAS DIFERENCIAS DE SALUD ENTRE LOS BEBÉS NACIDOS EN LA ABUNDANCIA O EN LA MISERIA. A MENOS QUE LA MADRE SE HALLE EN UN ESTADO NUTRICIONAL PRECARIO, LA LECHE MATERNA DE UNA MUJER DE UN POBLADO AFRICANO ES TAN BUENA COMO LA DE UNA MUJER RESIDENTE EN UN APARTAMENTO EN

MANHATTAN”. JAMES P. GRANT, ANTIGUO DIRECTOR EJECUTIVO DE UNICEF LA LACTANCIA FORTALECE EL VÍNCULO ENTRE MADRE E HIJO Antes de abrir este libro probablemente había oído muchas cosas acerca de la nutrición y el poder inmunológico de la leche materna. Pero si habla con la mayoría de las madres lactantes, seguramente ellas se centrarán en cómo la lactancia ayuda a la madre y al bebé a sentirse conectados y a forjar el vínculo entre ambos, tejiendo un cordón emocional que sustituirá el cordón umbilical. Todo forma parte del modo en que la naturaleza nos empuja a cuidar de nuestros bebés y pasar la transición después del parto. Cada vez que la madre amamanta a su hijo, su organismo libera hormonas que la llenan de ternura y cariño. Estas hormonas, la prolactina y la oxitocina, no sólo favorecen la conexión con el bebé, sino que también ayudan a la madre a recuperarse del estrés físico y emocional del parto. Sin estas hormonas, las madres tienden a hablar menos, a interactuar menos y a acariciar menos a sus bebés. En cuanto al bebé, la lactancia es lo que espera al nacer. Su relación lactante con la madre representa la base sobre la que formará su concepto de sí mismo y de los demás. Una madre señaló que es como si los biberones llenaran el estómago y la leche materna llenara, además, el alma. Muchas madres que dan el biberón a sus hijos desearían haberles dado el pecho, aunque muy pocas madres que amamantan desean haber dado el biberón. Esto no significa que las madres que dan el biberón no amen o no valoren a sus bebés, pero existen diferencias. Cuando la madre del bebé que toma biberón oye llorar o inquietarse a su hijo, reacciona utilizando el cerebro. Cuando la madre que amamanta oye a su hijo emitir los sonidos que significan que quiere tomar pecho, el sistema químico de su organismo reacciona. También existen diferencias en la intimidad de las tomas, y el bebé las nota. Cuando la madre da el biberón, sujeta a su hijo de modo que sus pechos no molesten al darle de

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comer. El bebé nota la ropa en su cara y manos. A medida que el bebé crece y se vuelve curioso, a la madre suele resultarle más cómodo que el pequeño mire hacia otro lado o que tome él mismo el biberón. Cuando la madre amamanta, su cuerpo forma parte de la función, con las mejillas del bebé sobre su piel, y el bebé siente que se abraza todo su cuerpo. La conexión emocional que se crea con estos abrazos de cuerpo entero es poderosa. Al cabo de un corto tiempo, probablemente le parecerá que separarse del bebé, especialmente durante los primeros meses, le resulta difícil porque le afecta emocionalmente y en la producción de leche. Es algo positivo para su relación, presente y futura. La experiencia de la lactancia también puede ayudar a curar otras heridas emocionales, desde un parto difícil o traumático a un pasado de abusos. La “tristeza posparto” es más común en sociedades como la nuestra, en que madre e hijo no pueden estar juntos desde el momento del parto.

“CUANDO MIS HIJOS FUERON ADOLESCENTES, LA GENTE SOLÍA SORPRENDERSE DE NUESTRA BUENA RELACIÓN, DE NUESTRAS LARGAS CONVERSACIONES SOBRE TEMAS COMO NOVIOS Y NOVIAS, ASUNTOS ESCOLARES, POLÍTICA O EL FUTURO DEL MUNDO. OTROS PADRES ME PREGUNTABAN CÓMO CONSEGUÍA ESTE TIPO DE RELACIÓN Y ME COSTABA RESPONDER PORQUE TENÍA QUE EMPEZAR DICIENDO,

‘BUENO, EMPIEZAS AMAMANTÁNDOLES HASTA QUE SE DESTETAN…’”. ANN LA LACTANCIA ENSEÑA A LA MUJER A SER MADRE La lactancia facilita el reconocimiento de la propia identidad como madre. Usted es la fuente de alimento del bebé y es la persona que le da más consuelo, de modo que es usted a quien se dirige. Su organismo reacciona instintivamente, no tiene que pensar qué debe hacer una vez se habitúa a atender al bebé. Al pasar tanto tiempo juntos, usted llega a conocer el cuerpo y la personalidad de su hijo mejor que nadie. Sabe cómo interpretar su llanto antes que su pareja. Sabe qué le hace feliz y qué no le gusta. Día a día, la lactancia levanta su confianza y acrecienta sus habilidades como madre. A muchas mujeres les sorprende la pasión que llegan a sentir por la lactancia. Si conoce usted a otra mujer lactante en cualquier lugar del mundo, sentirá una conexión

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con ella, por diferentes que sean sus culturas e independientemente del tiempo que haga que usted o ella amamantaron a sus hijos. Pocas de nosotras sentíamos este entusiasmo por la lactancia antes de ser madres lactantes, y muchas lo recordamos como una de las mejores cosas que hemos hecho en la vida. La experiencia es así de poderosa.

“VIVIMOS CERCA DE UNA COMUNIDAD DE LA VIEJA ORDEN MENONITA. AUNQUE COMPRAMOS EN LAS MISMAS TIENDAS, NORMALMENTE SÓLO NOS MIRAMOS Y SONREÍMOS. PERO CUANDO LLEGUÉ CON MI BEBÉ Y ME SENTÉ EN UN BANCO CERCA DEL RÍO PARA AMAMANTARLO, TRES MUJERES SE ME ACERCARON CON SUS VESTIDOS LARGOS Y GORROS, Y CON SUS HIJOS PEQUEÑOS. SE SENTARON JUNTO A MÍ Y ME PREGUNTARON LA EDAD DE MI HIJO, ADMIRARON SUS OJOS AZULES Y ME PRESENTARON A SUS BEBÉS. SENTADAS DANDO EL PECHO A NUESTROS HIJOS, NUESTROS ESTILOS DE VIDA DISPARES PARECÍAN IRRELEVANTES: ÉRAMOS MADRES LACTANTES Y ESO ES LO QUE IMPORTABA”

TERESA

“Lo que se forja con la relación de la lactancia constituye la base para el desarrollo de todas las relaciones sociales, y la comunicación que el bebé recibe con el calor de la piel de la madre constituye la primera experiencia de socialización”. Ashley Montagu, El tacto: la importancia de la piel en las relaciones humanas, 2004.

Y, ADEMÁS, HAY RAZONES PRÁCTICAS Después de las primeras semanas, cuando ya ha encontrado el truco y amamantar es algo ya natural, descubrirá que es capaz de calmar a su bebé en casi cualquier situación; hambre, cansancio, sobre estimulación, miedo, dolor, con sólo ofrecerle el pecho. Amamantar deja de ser un método de alimentación y se convierte en una herramienta maternal multiusos. Son precisamente estas pequeñas tomas sociales las que mantienen la producción de leche y el desarrollo del bebé en perfectas condiciones. Las tomas que siguen horarios, como los besos que siguen horarios, sólo sirven para complicarles la vida a ambos.

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De hecho, uno de los aspectos más agradables de amamantar es que permite a la madre tomarse pequeños descansos a lo largo de un día ajetreado. Amamantar es eficaz y fácil. Puede parecer que su vida se acelera, pero, al amamantar al bebé, deberá tomarse el tiempo de cogerlo en brazos y permanecer quieta unos minutos. Unas cuantas respiraciones profundas, y la vida vuelve a parecer sencilla. Algunas madres dicen que no desean dar el pecho para no sentirse atadas, pero la mayoría de las madres lactantes afirman que la lactancia en realidad las libera. Nada de biberones, latas de leche en polvo ni necesidad de lavar objetos, esterilizarlos ni guardarlos. Nada de mediciones, leche derramada, ni necesidad de calentarla. Nada de planificación, leche sobrante ni leche que se echa a perder. Seguramente, menos visitas al médico. La leche materna siempre está disponible, siempre sale a la temperatura adecuada y nunca se pasa, por mucho frío o calor que haga fuera. El dinero que se ahorra en leche de fórmula en un año puede pagar un electrodoméstico de lujo. En caso de emergencia es buena, tanto si se trata de un problema de escasa importancia como de un desastre natural que implique escasez de leche de fórmula y agua limpia para prepararla; la lactancia natural es la manera de garantizar la alimentación de su hijo.

“UNA VEZ ESTABA EN UN AVIÓN CON MI HIJO LACTANTE DE DOS AÑOS, QUINN. HABÍA TORMENTA Y VOLAMOS EN CÍRCULOS SOBRE EL AEROPUERTO DURANTE DOS HORAS PORQUE NO ERA SEGURO ATERRIZAR. AL FINAL, NOS DESVIARON A OTRO AEROPUERTO A DOS HORAS DE CAMINO PARA REPOSTAR. NOS QUEDAMOS EN LA PISTA TRES HORAS MÁS ANTES DE RECIBIR PERMISO PARA DESPEGAR DE NUEVO HACIA NUESTRO DESTINO ORIGINAL, A DOS HORAS DE CAMINO. NO SE PERMITIÓ SALIR A NINGUNO DE LOS PASAJEROS Y NO SIRVIERON COMIDA NI BEBIDAS

(NI

SIQUIERA AGUA).

QUINN

Y YO ESTÁBAMOS TRANQUILOS,

LACTANDO Y JUGANDO PARA HACERNOS COMPAÑÍA. PERO UN BEBÉ QUE TOMABA BIBERÓN Y SU MADRE ESTABAN POCO MENOS QUE HISTÉRICOS PORQUE SE HABÍAN QUEDADO SIN LECHE DESPUÉS DE LAS PRIMERAS DOS HORAS DE NUESTRO INESPERADO RETRASO DE NUEVE HORAS”.

DIANA

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¿SERVIRÁN MIS PECHOS? La gama de lo normal es amplia: pechos grandes y pequeños, bajos y altos, blandos y firmes, con pezones largos, cortos, planos, redondos o multilobulados. Todas somos diferentes, y la mayoría no nos parecemos a las mujeres que salen en los videos de lactancia. Pero su bebé estará contento con su forma, sea cual sea. El tamaño de los pechos no importa. La cantidad de leche que se produce no tiene nada que ver con la talla de los pechos. Pero algunas formas y algunos pechos que se han sometido a cirugía sí pueden tener problemas para producir suficiente leche, y algunas mujeres necesitan dar pecho con mayor frecuencia que otras para mantener una buena producción láctea. No obstante, existen maneras de resolver los problemas que surjan. El tamaño de los pezones no es importante. La mayoría de los bebés son capaces de dejar una marca o “chupetón” si nos succionan el cuello; no suelen necesitar un tipo específico de pezón para poder agarrarse al pecho, sólo que se adapte a su boca. Si el pezón es demasiado grande o ancho para que el bebé lo agarre, el pequeño sólo debe crecer un poco hasta que su boca sea lo bastante grande. En ocasiones, los pezones habitualmente prominentes se vuelven planos justo después del parto si un exceso de líquidos intravenosos inyectados durante el parto han provocado que los pechos se hinchen. Hay pezones hundidos (invertidos) en lugar de sobresalientes, pero hay modos de hacerlos sobresalir. Por tanto, no importa el tamaño de sus pechos ni de sus pezones. Evidentemente, algunas formas y tamaños de pecho o pezón requerirán un poco más de esfuerzo, especialmente al principio, pero amamantar casi siempre es posible. Encontrará consejos para amamantar según los diferentes tipos de pecho y de pezón en el Capítulo 18.

¿SABRÁ AGARRARSE MI BEBÉ? Su bebé nace para tomar el pecho. Dispone de diversos reflejos innatos que le ayudarán a hacerlo bien, aunque su parto sea duro o surjan problemas. Los bebés están diseñados para superar partos difíciles, el frío, el hambre, la separación de la madre y los gérmenes y, a pesar de ello, mamar bien. Así es cómo han sobrevivido a lo largo de la historia.

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Tal vez haya visto usted algún video en que un recién nacido se coloca sobre la barriga de la madre y él solo llega al pecho y se agarra a ella para tomar sin ayuda externa. Su bebé poseerá estos mismos instintos y la tendrá a usted para ayudarle. El peso del éxito de la lactancia no recae únicamente en usted. Su bebé está equipado para ello, con todos los reflejos necesarios. Usted aporta el acceso y el apoyo. Sus propios instintos la guiarán. La mayoría de las madres, sin siquiera ser conscientes de ello, toman en brazos al bebé cuando llora y lo mantienen en posición vertical, de modo que el pecho y la barriga del bebé quedan contra el hombro y el pecho de la madre. ¿Por qué esta posición? Bueno, no sólo tranquiliza al bebé, sino que además le facilita el acceso al pecho si tiene hambre. Consuelo, acceso y apoyo. ¡Lo hacemos sin pensar! Es cierto, no obstante, que hoy vemos más bebés que no se tranquilizan enseguida. Esto suele deberse a que sus organismos están saturados de la medicación e intervenciones a las que fueron sometidos durante el parto. El Capítulo 3 la ayudará a comprender y evitar, o al menos minimizar, la posibilidad de que esto le ocurra. Si el bebé experimenta dificultades para agarrarse al pecho, en el Capítulo 18 hallará información útil.

¿ES DOLOROSO DAR EL PECHO? Cuando una gata alimenta a sus crías, no está pensando en si todos los gatitos reciben la leche necesaria ni si se están agarrando bien a la mama. Simplemente se tumba (por regla general ronroneando) y deja que mamen. Sin embargo, si siente dolor, si un gatito se agarra con mal ángulo o se muestra demasiado agresivo, la gata reacciona. Mueve el cuerpo, empuja al gatito con el hocico o, si está muy incómoda, se sacude a la prole de encima y empieza de nuevo. Lo mismo ocurre con los humanos. Tener sensibilidad en los pezones es normal durante los primeros días. Pero si amamantar resulta verdaderamente doloroso, hay que interpretarlo como una señal del cuerpo que indica que hay que cambiar algo. Como explica Christine Smillie, doctora especialista en lactancia: “El dolor es la forma que tiene el organismo de indicarnos que debemos encontrar una posición más cómoda. Si nos entra una piedra en el zapato, no seguimos andando con la piedra sin más. Nos paramos, tal vez sacudimos el pie, e intentamos deshacernos de la piedra. Si no lo conseguimos, intuitivamente hacemos algo más para poder caminar cómodamente”.

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Gran parte de las veces, el dolor de los pezones no es más que eso y se soluciona con algún pequeño cambio, como se explica en el Capítulo 4. El dolor y las grietas en los pezones no son lo normal.

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¿TENDRÉ SUFICIENTE LECHE? Es natural preocuparse por ello, especialmente si sus amigas parecían no producir bastante leche. Pero la mayoría de las madres son capaces de producir la leche necesaria. Lo más probable es que este sea su caso. Algunas mujeres experimentan dificultades con la producción de leche, pero la mayoría de los impedimentos para ello se pueden solucionar. En ocasiones, la madre ha recibido información errónea sobre la lactancia y, en ocasiones, el bebé es el que tiene algún problema para succionar bien la leche. Los partos medicados pueden complicar el buen comienzo de la lactancia. A veces, la madre tiene algún problema hormonal que afecta su capacidad para producir leche, y alguna vez se trata de un problema anatómico, debido a una intervención mamaria previa o a un problema con los pechos o los pezones. De modo que, sí, algunas madres tienen dificultades para producir leche en abundancia. Pero hay muchísimas maneras de incrementar la producción de leche; las contamos más adelante. Las Líderes de la LLL están dispuestas a echarle una mano en todo momento. Si cree que puede experimentar problemas para amamantar temporalmente, plantéese la extracción manual de calostro antes del parto para congelarlo (véase el Capítulo 15 para aprender a hacerlo). No sólo conseguirá tener una reserva de calostro “por si acaso”, sino que esto favorecerá la producción posterior. Si, a pesar de toda la información y ayuda, no consigue producir suficiente leche, puede igualmente amamantar con éxito. Muchas madres dan pecho satisfactoriamente aun con una producción parcial de leche. Le dan un suplemento al bebé para compensar la leche que no pueden proporcionarle, pero se centran en la que sí pueden darle. Para ellas, sus pechos están “medio llenos” y no “medio vacíos”, es cuestión de perspectiva. Una madre con una afección rara conseguía producir únicamente una cucharadita (5 ml) de leche al día. Pensaba en este líquido como la medicina para su bebé y se la daba orgullosa todos los días. Cada gotita de leche materna que el bebé toma es enormemente beneficiosa y contiene todas las virtudes inmunológicas de una dieta exclusiva con leche y muchísimos

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elementos que se hallan completamente ausentes de la leche de fórmula.

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¿CUÁNTO TIEMPO AMAMANTARÉ? La respuesta corta es “tanto tiempo como usted y el bebé lo deseen”. Quizá ya tenga una idea de cuánto tiempo quiere amamantar. Una vez iniciada la lactancia, es posible que decida dar pecho más tiempo del que inicialmente se proponía. Por desgracia, muchas mujeres acaban destetando a su hijo antes de lo previsto, porque se les plantean dificultades y no saben cómo solucionarlas. (Esto no es probable que le pase a usted, claro, porque dispone de este libro y de acceso a los recursos de la LLL, incluido el apoyo de otras madres que conocerá en las reuniones de la LLL). ¿Qué recomiendan los expertos? Según los estudios llevados a cabo, la Organización Mundial de la Salud y numerosas asociaciones pediátricas de todo el mundo aconsejan amamantar con exclusividad (sin otros líquidos ni alimentos sólidos) durante seis meses, e ir incorporando otros alimentos a la dieta del bebé mientras se le sigue dando el pecho durante al menos dos años. ¿No se imagina dando pecho a un niño de dos años? Casi ninguna de nosotras se lo imagina cuando tenemos al bebé. Pero también resulta difícil imaginar cómo es cuidar de un niño de esta edad si no se ha hecho nunca. Por ahora, concéntrese en alimentar a su hijo y pedir ayuda si la precisa. Después, cuando ya esté amamantando con facilidad, podrá tomar decisiones acerca del momento en que desea dejar de hacerlo, desde una posición de fortaleza, no porque abandone al no tener otra opción. Cuando esté preparada para pensar en el destete, encontrará una exposición del tema en profundidad en el Capítulo 16.

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¿QUÉ “MATERIAL” NECESITO PARA AMAMANTAR? Existen muchos productos en el mercado destinados a las madres lactantes, pero un bebé lactante en realidad no necesita demasiado. He aquí nuestras reflexiones sobre los productos más comunes de los que le hablarán.

¿ROPA PARA MADRES LACTANTES? NO HACE FALTA Las prendas de ropa diseñadas específicamente para amamantar con solapas y acceso fácil a los pechos están bien, pero no son necesarias; la mayoría de madres se visten con una camiseta holgada y la levantan para dar pecho. La camisa puede colgar por encima del bebé y así ocultar la piel de la madre. También puede ponerse una camisa con botones y desabrocharse los de abajo. Otra opción es vestir una chaqueta holgada o una camiseta por encima de otra más ajustada o sin mangas.

¿SUJETADORES DE LACTANCIA? NO SON ABSOLUTAMENTE NECESARIOS Los sujetadores no son nunca necesarios para la salud; si le gusta ir sin sujetador, siga así. Si le gusta llevarlo, tenga en cuenta que los que llevará el último trimestre de embarazo seguramente serán los que le vayan bien al nacer el bebé, aunque la talla de la copa pueda quedarle algo pequeña el primer par de meses. Necesitará dos o tres. Muchas madres tienen bastante con un sujetador normal suficientemente holgado y flexible para poder subir o bajar la copa para dar pecho. Al principio, es mejor evitar los que incorporen aros. Pueden afectar los tejidos mamarios y aumentar el riesgo de conductos obstruidos o infección. Evite cualquier sujetador que le quede tan ajustado como para dejarle marca en la piel. Algunas madres encuentran prácticos los sujetadores de lactancia porque disponen de solapas que se abren y proporcionan fácil acceso al pecho sin tener que quitarse el sujetador para cada toma. Se encuentran en todo tipo de estilos y tejidos, pero los de algodón son los más cómodos. Los de calidad soportan mejor el uso y lavado frecuente. Puede adquirirlos en tiendas especializadas en lencería o por internet. La Liga de La Leche comercializa una línea de sujetadores de lactancia de calidad

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(http//www.llliclothes.com). Un buen lugar para preguntar sobre el tema es una reunión de la Liga de La Leche, donde las asistentes estarán encantadas de compartir sus experiencias.

¿DISCOS DE LACTANCIA PROTECTORES ANTI GOTEO? DEPENDE Algunas mujeres los encuentran útiles para recoger la leche que gotea, pero algunos pezones no gotean. (El goteo no tiene nada que ver con la producción de leche). Hay empapadores desechables y lavables. También puede usted hacerse los suyos con círculos de algodón cosidos. Muchas mujeres utilizan un pañal de tela para limpiar el goteo entre tomas mientras dan pecho y no necesitan protectores anti goteo.

¿SACALECHES? NO SIEMPRE ES NECESARIO Si no va a estar separada del bebé regularmente, puede que no necesite un sacaleches. Muchas madres lactantes no necesitan extraerse leche. Si desea tener uno para las separaciones inesperadas o cuando salga con su pareja, la extracción manual o un buen sacaleches manual pueden bastarle. Los sacaleches manuales son económicos y pueden extraer la leche más eficazmente que los eléctricos, más caros. La extracción manual también es una buena opción, y no vale nada. Véase el Capítulo 15 para una explicación de cómo extraerse leche manualmente. Si va a reincorporarse al trabajo mientras el bebé es pequeño, este es un buen momento para informarse sobre los sacaleches; véase el Capítulo 15.

¿TABURETE? NO ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO Para las madres que dan pecho sentadas y tienen las piernas cortas, un reposapiés resulta cómodo al elevar su regazo y relajar la región lumbar. Pero las madres que se recuestan ligeramente para amamantar, o que cruzan las piernas, pueden no necesitar un taburete. Si usa uno, no tiene por qué ser una pieza específica: puede servir un libro grueso, una bolsa de pañales o la barra de la mesilla de centro. Con la práctica, hallará otras formas creativas de ponerse cómoda. Intente elevar sólo un pie, así los pies del bebé quedarán más bajos que la cabeza.

¿PORTABEBÉ? ¡CASI SIEMPRE ES ÚTIL! Una de las herramientas más útiles para una madre es un portabebé de tela o de un

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material blando para poder llevar al bebé consigo todo el día, en casa o fuera. Los bebés enseguida ganan peso, y su espalda y brazos agradecerán este modo de cargar con el pequeño, bien cerca de su cuerpo. Podrá llevar a su hijo en el portabebé desde que nazca hasta que pese unos 16-18 kg (mucho más de lo que podría cargar si lo llevara en la silla de seguridad). Las madres de todas las culturas han utilizado portabebés que les han facilitado la vida. Más de un bebé que llora la primera vez, al cabo de un tiempo se muestra contento al ver su portabebé. Tener las manos libres es fantástico. Pero llevar al bebé a cuestas es además importante para el pequeño; los estudios llevados a cabo indican que los bebés que no son “cargados” por los adultos gran parte del día se quejan más que los que sí. No sólo hablamos de las madres. El marido de Diana, Brad, llevaba a sus hijos en portabebés cuando salía a hacer encargos. El hijo de Teresa, Matthew, lleva a su bebé encima con un portabebé con el logo de su equipo de hockey. Existen portabebés de todo tipo de tela, desde algodón hasta red o seda lavable y vienen en todos los colores y dibujos. Encontrará diversidad de diseños, desde los que se atan cruzados hasta el modelo más básico que se ajusta con dos aros. Estos accesorios no sólo sirven para llevar al bebé, también representan una superficie limpia para cambiarle el pañal y pueden usarse para cubrir al bebé cuando se duerme. Casi nadie se dará cuenta de que está dando el pecho a su hijo cuando lo lleve en el portabebé. Algunos portabebés incluso disponen de bolsillos para llevar el móvil o las llaves y están disponibles en varias tallas. En internet hallará patrones para confeccionar su propio portabebé de manera segura. Coserlos es sencillo, bastan dos costuras rectas, y muchos modelos sólo precisan un largo de tela sin necesidad de costura. Los modelos sencillos son los que suelen funcionar mejor. Llevar un portabebé requiere algo de práctica, y el modo de emplearlo, incluso el modelo utilizado, puede variar a medida que crezca el bebé. Asegúrese de colocarlo bien para que el bebé esté seguro y quede más bien de pie contra su pecho, no colgando como si estuviera en una hamaca, y evite posiciones en que el bebé recline la cabeza hacia su propio pecho. Pregunte a otras madres en las reuniones de la LLL, eche un vistazo al Capítulo 6 o experimente hasta que encuentre su propia técnica.

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“DAR EL PECHO ES LO MEJOR QUE HE HECHO EN MI VIDA (ADEMÁS DE TENER A LEAH)”. KATE, UNA MADRE CUYO BEBÉ NO SE AGARRABA AL PECHO LAS PRIMERAS DOS SEMANAS, QUE TUVO LOS PEZONES AGRIETADOS DURANTE DOS MESES, QUE NUNCA PRODUJO SUFICIENTE LECHE… Y QUE ACABÓ AMAMANTANDO CON ALEGRÍA Y SATISFACCIÓN LOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA DE SU HIJA

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¿QUÉ DEBO HACER PARA PREPARAR MI CUERPO? ¡Pocas cosas! La preparación más trabajosa se lleva a cabo automáticamente.

ANTES DE LA PRIMERA REGLA Algunos de los conductos galactóforos se formaron entonces y se asemejaban a una serie de troncos y ramas incipientes. Se formaron “troncos” detrás del pezón, de los que crecieron pequeñas “ramas”.

ANTES DE CADA REGLA ANTES DEL EMBARAZO Los conductos formaron más y más ramas, las ramas desarrollaron ramitas y creció el tejido mamario, lo que provocaba la sensibilidad en las mamas que posiblemente experimenta justo antes de la regla.

DURANTE LOS TRES PRIMEROS MESES DEL EMBARAZO El crecimiento de los pechos se acelera y se forman más ramificaciones. Es probable que le duelan ahora más los pechos que antes de las reglas, y el crecimiento interno de las mamas probablemente formará unos pechos visiblemente mayores. Cada pequeña ramificación se convierte en un pequeño grupo de células productoras de leche denominado alvéolo. Estos alvéolos son huecos y están rodeados de músculos microscópicos. La leche se recogerá en el hueco de cada alvéolo, será expulsada mediante los músculos y circulará por las ramas y troncos galactóforos hacia el pezón. Algunos de estos conductos se unirán por el camino, de modo que probablemente contará con entre cuatro y dieciocho poros en el pezón de los cuales emanará la leche. Ahora observe el exterior de sus pechos. Es posible que detecte venas azules, y que las aréolas, la zona oscura que rodea los pezones, se hayan oscurecido más e incluso extendido. Puede que note que le crecen bultitos en las aréolas: las glándulas de Montgomery, que segregan pequeñas cantidades de aceite para mantener los pezones limpios e hidratados. Si siempre ha considerado que sus pechos son “diferentes”, o si no experimenta

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sensibilidad ni cambios, consulte con su médico o lea el Capítulo 18 para que la lactancia comience con buen pie.

DURANTE LOS SIGUIENTES TRES MESES DE EMBARAZO El crecimiento de los pechos continúa, por dentro y por fuera. Mover los pechos (véase más adelante) le dará una idea de los cambios de peso y contorno y aumentará su familiarización con una parte de su cuerpo que tal vez no haya manejado antes.

MOVER LOS PECHOS He aquí una buena idea. Cheryl Chapman, enfermera, masajista y autora del libro The Happy Breast Book, sugiere que todas las mujeres, especialmente las embarazadas y lactantes, se muevan los pechos al menos dos veces al día. Cree que esto conlleva diversos beneficios, como un mejor drenaje linfático para eliminar toxinas y favorecer el sistema inmunitario, reducir el dolor de los pechos durante el embarazo y mejorar la conciencia de la mujer sobre los cambios en su organismo. Doble la cintura y coloque una mano debajo de cada pecho, ahuecándolas, y mueva suavemente las manos hacia arriba y hacia abajo, como si mullera una almohada. El movimiento permite que los pechos se recoloquen.

DURANTE LOS TRES ÚLTIMOS MESES DE EMBARAZO En el tercer trimestre, muchas mujeres pueden extraer, o incluso les gotea, gotas de calostro, la primera leche espesa y amarillenta (o de otro tono) que representará el primer alimento del bebé. Es una mezcla de carbohidratos (azúcares), proteínas, lípidos (grasas) y factores inmunes. Si se extrae usted calostro, producirá más; no existe una cantidad limitada. Si el embarazo finaliza en cualquier momento a partir de ahora, casi todas las madres automáticamente empiezan a producir leche suficiente para alimentar al bebé en cuestión de días. Estos tres últimos meses son un buen momento para aprender a extraer leche manualmente. Aunque suelen obtenerse sólo unas gotas (o menos), saber hacerlo puede serle útil en los meses siguientes. Véase el Capítulo 15 para conocer la técnica.

DESPUÉS DEL PARTO La “barrera” hormonal que impedía la producción de leche se viene abajo cuando se expulsa la placenta. Los primeros días, los alvéolos seguirán segregando calostro. El contenido en azúcar y grasa se eleva drásticamente el tercer o cuarto día, y los alvéolos reciben más agua (y muchos otros elementos), de modo que la leche es ahora más blanca

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y más abundante. Las madres suelen referirse a “la bajada” de la leche. Pero lo cierto es que el mecanismo ya se había puesto en marcha, aunque la producción fuera menor y en diferente concentración. Durante las primeras dos semanas, el azúcar, agua y grasas adicionales siguen aumentando. Todo esto ocurre tanto si la leche se extrae como si no. Aunque la madre no hiciera nada, incluso si no quiere dar pecho, el organismo hace todo lo necesario para alimentar al recién nacido. El aumento paulatino de leche permite al bebé practicar actividades como la respiración o la digestión. En unos diez días, la producción ya es casi completa y no aumentará demasiado después de pasado un mes. Es posible que el bebé dé estirones de crecimiento, entonces tomará más y la producción de leche aumentará… pero luego volverá a tomar menos y la producción de leche volverá a su nivel habitual.

POCO DESPUÉS DEL PARTO La producción de leche empieza a funcionar mediante un sistema de “oferta y demanda”, es decir, que la cantidad de leche producida depende de la que es extraída. El proceso de producción resultante puede continuar durante años, pero sólo mientras se extraiga leche de los pechos. La extracción de leche es especialmente importante durante las dos o tres primeras semanas porque en este momento se establece la capacidad productora de los pechos. Es como “calibrar” la producción de leche, y tiene lugar de nuevo con cada nuevo bebé. Cada pecho se calibra independientemente. Cuanta más leche se extraiga las primeras semanas, más leche podrá producir la madre para su hijo. Si se extrae poca leche, será más difícil (aunque no imposible) producir más leche más adelante. El sistema funciona, aunque el comienzo no sea óptimo, pero empezar con buen pie ayuda mucho. Una vez iniciado el proceso, se produce leche siempre. Se produce más rápidamente cuando el pecho está menos lleno. Cuanto más lleno está el pecho, más lenta es la producción de leche. Por este motivo, la producción disminuye si se espera a dar el pecho al bebé hasta que los pechos se “llenen”. También por este motivo, los pechos no están nunca verdaderamente vacíos. Cuando el bebé toma pecho, los nervios del pezón y la aréola envían una señal a la glándula pituitaria para que libere una hormona llamada oxitocina. La oxitocina contrae los músculos de los alvéolos y se crea presión en el pecho para liberar leche (reflejo de eyección o de bajada de la leche). Los diminutos conductos se abren al salir por ellos el

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líquido. Es posible sentir un hormigueo en los pechos o los omóplatos, sed o sueño… o puede no notar nada en absoluto. Las primeras semanas, el flujo de leche puede desencadenarse con sólo pensar en la lactancia o al oír llorar a un bebé (¡cualquiera!). Su organismo quiere amamantar.

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¿QUÉ DEBO HACER PARA PREPARARME MENTALMENTE? Hable con amigas o familiares que hayan disfrutado con la lactancia. Si conoce a alguien que actualmente esté amamantando a su hijo, hable con ella. Lea sobre el tema. Si puede, acuda a una reunión de la Liga de La Leche (las embarazadas son siempre bienvenidas, sin presión, sin compromiso). Aunque sólo escuche relajadamente, descubrirá trucos y consejos útiles. Todo ello la ayudará a imaginarse a sí misma amamantando feliz a su bebé. Lo más importante es decidir que se trata de algo que HARÁ, no de algo que INTENTARÁ. Esto puede marcar la diferencia. La mayoría de las mujeres que “no pueden” amamantar, simplemente carecen de la información o el apoyo necesarios. Con este libro, usted tiene ambos. Ahora todo lo que hace falta para ser una madre lactante es darse cuenta de que ya lo es.

RECURSOS PARA LA LACTANCIA

Otros buenos libros sobre la lactancia Manual práctico de lactancia materna, Carlos González. Editado por ACPAM, Barcelona 2008. Maternidad y Lactancia, Gro Nylander. Editorial Granica, Barcelona 2005. Un regalo para toda la vida, Carlos González. Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2006. En inglés Breastfeeding Made Simple, Nancy Mohrbacher y Kathleen Kendall- Tackett. So That’s What They’re For, Janet Tamaro. The Breastfeeding Café, Barbara Behrmann. The Ultimate Breastfeeding Book of Answers, Jack Newman y Teresa Pitman.

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Algunos buenos vídeos sobre la lactancia El pecho no tiene horario. Gro Nylander. Vídeos en español en la web de Jack Newman: http://www.nbci.ca/index.php? option=com_content&view=category&layout=blog&id=14&Itemid=50. Baby-Led Breastfeeding… The Mother-Baby Dance, Christine Smillie. Biological Nurturing: Laid-Back Breastfeeding, Suzanne Colson. Follow Me Mum: The Key to Successful Breastfeeding, Rebecca Glover. Breastfeeding: A Guide for Success, Northwest Georgia Breastfeeding Coalition. Algunos buenos sitios web sobre la lactancia www.llli.org Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia: http://www.ihan.es Sobre nutrición materna: Foro del Comité de lactancia de la AEPED http://www.aeped.es/comite-lactanciamaterna/foro. llli.org – La Liga de La Leche Internacional. ilca.org – Asociación Internacional de Asesores de Lactancia. usbreastfeeding.org – Comité de Lactancia Norteamericano. lowmilksupply.org – Página web de Diana West y Lisa Marasco. normalfed.com – Página web de Diane Wiessinger. kellymom.com – Página web de Kelly Bonyata.

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¿QUIÉN ME AYUDARÁ? Todo el mundo querrá ayudarla para amamantar a su bebé. Las empresas fabricantes de leche de fórmula, de mobiliario, de sacaleches, de alimentación infantil, de aceites y cremas; sus familiares, amigos, sitios web, autores, todos le dirán lo útiles que pueden resultarle. Todos tienen diferentes estilos y niveles de conocimientos. Casi todos tendrán buenas intenciones y desearán ayudarla a dar el pecho con éxito (con la notable excepción de los que reciban fondos de los fabricantes de fórmula, que pretenden otra cosa). Pero las empresas ponen ante todo sus objetivos, las amigas creen que su experiencia refleja lo que siempre ocurre, no todos los “expertos” lo son y no todos los sitios web ni libros serán de su estilo. He aquí algunas ayudas entre las que probablemente podrá elegir, en el orden en que seguramente las irá encontrando, con algunas ventajas e inconvenientes:

¿Quién?

¿Cómo puede ayudarme?

Puntos a recordar

Líder de la Liga de La Leche

En persona o por teléfono, en las reuniones, encontrando información y recursos.

Es una madre con experiencia en lactancia, no suele contar con formación médica, puede remitirla a los recursos médicos o de otra índole de su zona.

Ginecólogo

Minimizando las intervenciones y manteniendo juntos a madre e hijo.

Puede no tener formación en lactancia

Comadrona

Facilitando un parto normal y manteniendo juntos a madre e hijo.

Puede no tener formación en lactancia.

Doula

Colaborando para que el parto sea fluido y se inicie enseguida la lactancia.

Suele tener formación básica para la lactancia; algunas cuentan con formación adicional.

Enfermera del hospital

Manteniendo juntos a madre e hijo.

Puede no tener formación en lactancia.

Pediatra

Manteniendo juntos a madre e hijo.

Puede no tener formación en lactancia.

Asesora de lactancia, especialista en lactancia

Solucionando algunos problemas básicos de la lactancia.

Las titulaciones no están estandarizadas; la persona puede tener poca experiencia.

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Consultora certificada en lactancia materna (por el IBLCE)

Su experiencia y certificación permiten que ofrezca ayuda con la lactancia en situaciones especiales.

Puede no haber amamantado a sus propios hijos.

En la Liga de La Leche y en esta “reunión”, compartimos información basada en estudios científicos y en la experiencia de generaciones de madres. Pero al fin y al cabo, no estaremos con usted en su casa y nuestras vidas no se verán afectadas por las decisiones que tome. Debe hacer usted lo que le parezca más adecuado en su caso. Cuando se trata de la lactancia, las decisiones son siempre suyas. Escuche lo que le dice el corazón y confíe en que conoce, o conocerá, a su hijo mejor que nadie. Porque será su madre.

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DOS

FORMAR SU RED DE APOYO

© Liga de la Leche Colombia

“Nunca me planteé cómo alimentaría a mis hijos: a un bebé se le da el pecho. Lo veía así y pensaba que era lo normal. »Entonces fui madre y las preguntas empezaron a surgir. Enseguida me di cuenta: en América, el modo en que me habían criado no era el más normal. Había vivido en una burbuja sin percatarme de ello y ahora salía de la burbuja. Fue difícil enfrentarme a las críticas, verbalizadas o implícitas, pero todo lo que yo sabía, de la ciencia, de mi fe, de mi educación y de mi propia experiencia con mi hija, me decía que ninguna otra forma de criar a mis hijos podría darnos a mí y a mi familia lo que necesitábamos. »Gracias a mi madre, tuve apoyo e información con sólo descolgar el teléfono. Pero al sentirme rodeada por la evidencia de mi comportamiento “anómalo”, empecé a desear, y hallé, más apoyo a mi alrededor, otras mujeres con niños pequeños con quienes podía hablar sin sentirme rara. Ahora tengo amigas para comentar libremente las alegrías y retos de amamantar a un niño pequeño, una versión de la burbuja de mi infancia donde

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me sé normal y sé que lo que hago es correcto. Segura de mí misma, puedo enfrentarme al resto del mundo y sorprender a unos cuantos que comprueban lo bien que funcionan mis “extrañas” ideas. »Como hizo mi madre, amamantaré a mis hijos el tiempo que lo necesiten, aunque sorprenda a otros. Les enseñaré que esto es lo normal, porque lo es”. Newt, recuerdos de 2002.

este libro de principio a fin, en lugar de ojearlo en busca de la información que desea, tal vez la sorprenda que esta información se encuentre cerca del principio del libro. ¿Por qué no empezamos con la técnica para iniciar la lactancia? ¿Por qué hablamos de formar una red de apoyo cuando es posible que el bebé ni siquiera haya nacido todavía? Pues porque formar parte de una comunidad de apoyo es más importante de lo que cree para tener éxito con la lactancia y allanar el camino de la maternidad. En realidad, forma parte de las técnicas básicas. Las estadísticas describen la situación. La mayoría de las madres que se estrenan en casi todos los países del mundo optan por amamantar. Como madre lactante primeriza, no estará sola. Pero las estadísticas también indican que, en muchos lugares, la mayoría de estas mujeres dejan de amamantar en cuestión de pocas semanas o meses, normalmente antes de lo que hubieran querido. ¿Qué es lo que va mal? No hay respuesta, la historia de cada madre es única. A menudo, no obstante, los retos individuales que conducen al destete pueden reducirse a la falta de una red de apoyo necesaria. Frecuentemente escuchará en las reuniones de la Liga de La Leche que las personas son más importantes que las cosas. Es cierto una vez se ha dado a luz pero también lo es cuando la madre se prepara para ello. En el capítulo anterior comentábamos que “preparar el nido” consiste más en concientizarse, familiarizarse con su cuerpo y proponerse estar junto al bebé que en adquirir accesorios infantiles. Construir el nido también consiste en decidir qué personas necesita a su lado. ¿Qué tipo de ayuda práctica precisará? ¿Qué tipo de apoyo emocional? ¿Con quién desea estar en contacto para compartir anécdotas, preocupaciones y momentos de felicidad? Esta es la base de su red de apoyo. SI ESTÁ LEYENDO

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ESTAMOS DISEÑADOS PARA FORMAR REDES Diferentes tipos de mamíferos viven de distintas maneras. Algunos casi siempre se hallan en grupos o manadas o rebaños, como los delfines, los caballos y los elefantes. Otros son solitarios, como los tigres y los osos. Si se obliga a un elefante a vivir solo, el animal será infeliz e incapaz de cuidar bien de sus crías. ¿Cómo vivimos los humanos? Si observamos a nuestros ancestros y a los pueblos de los países en vías de desarrollo, comprobaremos que viven en tribus y aldeas: pequeñas comunidades, a menudo de personas emparentadas de una manera u otra, donde todos se conocen. No somos como los osos, felices viviendo en solitario en nuestras cuevas; nos parecemos más a los elefantes, que ansían la compañía de sus semejantes. Las tribus tradicionales suelen estar formadas por miembros de distintas generaciones: bisabuelos, abuelos, padres e hijos. Cuando llega un bebé, hay numerosos familiares experimentados para ayudar y apoyar a la nueva familia. De hecho, los padres probablemente no precisen demasiada información ni consejos. En estos entornos, donde los bebés forman parte de la vida cotidiana, el padre y la madre han observado a otros padres y madres desde pequeños, y han adquirido gran parte de las habilidades necesarias sin siquiera proponérselo. Han tenido, además, multitud de ocasiones para practicar, porque ya han llevado en brazos, calmado y entretenido a otros bebés, a sus hermanos, primos y vecinos, durante muchos años. Por lo tanto, la madre de un poblado tradicional se siente segura amamantando. Ha visto cómo las mujeres de su entorno la practicaban, ha visto variaciones y sabe que a veces hay dificultades, los pezones duelen, se contraen infecciones o se obstruyen los conductos, pero también ha visto cómo se resolvían estos problemas, por lo que sabe que tienen solución. Ha visto a madres amamantando a sus bebés en cualquier posición imaginable, incluso caminando, mientras iban a vigilar a sus otros hijos y dispone de una imagen mental de lo que es la lactancia cuando funciona. Su pareja también la tiene. Los bebés al principio actúan puramente siguiendo su instinto, todavía no han aprendido nada, pero deben estar en el lugar correcto en el momento adecuado para que

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la lactancia funcione. Esta es la tarea de la madre, que en parte se aprende. Incluso a los elefantes les cuesta aprender a dar de mamar a sus crías si no lo han visto hacer antes. De modo que, al principio, amamantar puede resultar difícil para una madre primeriza. Es posible que su madre no le diera el pecho, o que sólo lo hiciera durante un breve período. Las imágenes que guarda en su mente de bebés alimentándose pueden incluir biberones en lugar de pechos. Hallar apoyo puede resultar complicado. Una madre comentó que antes de tener a su bebé sus amigas sin hijos prometieron visitarla y ayudar. “Seguramente me habrían ayudado, pero nosotros nos encontrábamos en un mar de confusión con el recién llegado y no las llamé. Ellas no llamaron porque no querían entrometerse. ‘Nos encantará poder ayudar’ se convirtió en una cena al cabo de un mes. El apoyo con que contábamos por parte de nuestros amigos no llegó”. Cada situación es distinta, y tal vez tenga cerca familiares que comprendan y alienten la lactancia, o un grupo de amistades formado por madres lactantes. También puede que se encuentre intentando construir su red de apoyo desde cero. Un buen lugar para empezar es la Liga de La Leche.

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LA LIGA DE LA LECHE Cuando aquellas siete madres crearon la Liga de La Leche en la década de 1950, pensaban únicamente en proporcionar información a otras madres. Pero para muchas mujeres, su grupo local de la LLL se convirtió en una especie de extensión de la familia, exactamente lo que necesitaban, un lugar donde la lactancia era normal. En la Liga de La Leche, como la lactancia se considera la forma normal de alimentar a un bebé, las dificultades son algo que se solucionan con el fin de seguir con el proceso normal. Esto no siempre es así con los grupos de amigas. En un grupo, pruebe a preguntar algo así como “Mi bebé se despierta mucho por la noche y yo estoy agotada. ¿Qué puedo hacer?”. Las respuestas acostumbran a centrarse en la lactancia natural como probable causa del problema y se sugieren cosas como que el bebé no coma tan a menudo, que no se tiene suficiente leche, que la leche de fórmula sería una solución, o que su pareja debería encargarse del bebé por la noche y darle el biberón. La lactancia natural no es el problema en este caso y la lactancia artificial no es la solución. Pero en algunas comunidades sigue siendo raro que los bebés tomen pecho, de modo que se concluye que los problemas deben estar relacionados con la lactancia materna, aun cuando la madre no preguntaba nada relacionado con la alimentación. En las reuniones de la Liga de La Leche escuchará diversidad de respuestas. Sabemos que muchos comportamientos infantiles, como desear estar en brazos, necesitar mamar “otra vez” y despertarse por la noche son perfectamente normales, y podemos ayudarla a encontrar la manera de satisfacer las necesidades de su hijo y las suyas sin sacrificar la lactancia natural. Sea cual sea su pregunta, sean cuales sean sus preocupaciones, en las reuniones de la Liga de La Leche intentaremos ayudarla para seguir con la “normalidad” de la lactancia materna en mente. Por tanto, la Liga de La Leche puede ser uno de los pilares de su red de apoyo. ¿Quién más?

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LA PAREJA DE LA MADRE La mayoría de las madres tienen a su lado una persona con quien comparten su vida: un marido, una esposa, un novio, una novia, un amigo especial o sea cual sea el nombre que le den a su relación, también puede ser una persona con quien no conviva ni vaya a ejercer la paternidad, como una abuela, otro familiar o una amiga íntima. La pareja es otro pilar de su red de apoyo y su colaboración puede marcar la diferencia en su experiencia de amamantar. Pero esta persona puede estar en desventaja a la hora de apoyarla, puede que sea entusiasta de la lactancia y conozca todos los motivos que la hacen importante, pero cuando surjan problemas se sienta indefensa. Si está usted llorando porque le duelen los pezones y el bebé no parece nunca satisfecho, su pareja se halla ante un dilema: aconsejarle que siga intentándolo o repetirle las recomendaciones de la comadrona y arriesgarse a que se le etiquete de insensible ante su dolor, o bien salir a buscar leche de fórmula y arriesgarse a que se le acuse de minar la lactancia natural. ¡Existe un término medio! La pareja no tiene por qué saber cómo solucionar los problemas que plantee la lactancia; sólo tiene que saber ayudar a la madre a recurrir al apoyo e información que necesita. A veces es la pareja la persona que hace la primera llamada a una Líder de la LLL o quien encuentra la fecha y el lugar de celebración de la próxima reunión buscando en internet. Tal vez su pareja consulte la carpeta que le proporcionaron en el hospital donde hallará información para ponerse en contacto con alguna consultora de lactancia y llame para pedir cita. La pareja desea conectar también con su bebé, y al observar la intimidad y la estrecha relación de amamantamiento, hallar un modo de alimentar al bebé parece una buena manera de conseguirlo. Pero hay millones de maneras de establecer un vínculo afectivo con el bebé sin tener que recurrir al biberón, de hecho, el papel de la pareja es enseñar al bebé que el amor puede llegar sin ir acompañado de alimento. Algunos optan por encargarse del baño del pequeño, o le dedican un rato diario de juegos acostándose boca arriba en el sofá con el bebé encima, o llevándolo en un portabebé. La pareja puede convertirse en un maravilloso consuelo. A los bebés les gusta la

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variedad de voces, desde las graves y rugientes hasta las suaves y maternales. Casi todas las parejas enseguida formulan su propio repertorio de trucos para calmar al bebé. Serán diferentes a los que utiliza la madre. Pero ¡bienvenida la diferencia! La pareja de la madre a menudo puede ayudar con todo excepto la alimentación. Puede encargarse de los cambios de pañal, la actividad preferida de muchos bebés después de tomar el pecho pasadas las primeras semanas, traerle a la madre una bebida, un pasa bocas o ambos, y sacar al bebé a pasear o dormir la siesta con él tras la toma. Dar el pecho no es especialmente agotador, pasados los primeros días o semanas, el bebé suele agarrarse bien incluso cuando la madre está medio dormida, de modo que la ayuda de la pareja con el resto de actividades puede marcar la diferencia sin necesidad de echar mano de los biberones. ¿Por qué no darle al bebé algún que otro biberón? Algunos bebés se adaptan fácilmente a las diferencias de succión que esto entraña: pero aun así, sus madres podrían, con el tiempo, tener problemas si se les dan demasiados biberones. El bebé puede preferir enseguida el flujo rápido y estable del biberón y frustrarse con el pecho porque la leche sale más lentamente al principio. También hay que pensar en el efecto que esto tiene en la producción de leche. Si el bebé toma biberones y la madre no se extrae leche, los pechos producirán menos. La pareja puede funcionar como parachoques entre la madre y otros familiares y amigos que pueden estar mal informados o incluso oponerse a la lactancia. Si su madre o su suegra no dieron el pecho, o lo intentaron durante un corto período tiempo pero acabaron destetando a su bebé enseguida, es posible que ahora les parezca que su decisión de amamantar sea una crítica sutil a sus elecciones y decisiones. Si a ella le costó amamantar, es posible que ahora pretenda protegerla a usted del dolor y el esfuerzo que ella experimentó. Quizá piense que amamantar más tiempo del que ella lo hizo es un error. ¿No tiene usted pareja? El camino será probablemente duro, pero muchas madres solteras dan el pecho con éxito y se forman su propia red de apoyo. Puede recurrir a ayuda pagada, como una doula o acompañante; o una cuidadora infantil. Pero también existen opciones sin costo, pedir a las amigas que la ayuden con las comidas, entretengan a sus hijos mayores o la escuchen cuando lo necesite. Es posible que tenga amigos o familiares dispuestos a echarle una mano y sólo necesitan que se les diga cómo. (Encontrará una lista de sugerencias para rellenar y recortar en el Capítulo 20). Si no

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tiene una red de apoyo establecida, empiece a establecerla hoy mismo tanto si el bebé ha llegado ya como si no. Puede preguntar a su médico si existen grupos de apoyo en su zona, preguntar en la próxima reunión de la LLL si alguien quisiera reunirse informalmente, o preguntar en su centro comunitario o religioso si existen grupos de nuevos padres. Quizá le dé vueltas a la idea que hemos expuesto sobre la convivencia en tribus y su importancia en la crianza de los hijos. Es cierto que en ellas todos desempeñan un papel en la educación y motivación del pequeño, pero su papel también puede ser el de apoyar a la madre con el fin de que le quede tiempo y energía para cuidar de su hijo.

DIEZ MANERAS DE AYUDAR COMO PAREJA

1. Antes de que nazca el bebé, ayude a llenar el congelador de alimentos que puedan comerse fácilmente. 2. Busque un número de teléfono de ayuda y llame si es necesario. (En el sitio web de la Liga de La Leche hallará los números de teléfono de las colaboradoras por países y es una vía rápida para encontrar lo que pueda hacerle falta, www.llli.org). 3. Compre los alimentos básicos y disponga de pasa bocas fáciles y sanos a mano. 4. Prepare la comida ¡lo que sea! 5. Al principio, las noches pueden ser difíciles. Sea flexible con las horas y el lugar donde cada uno duerme. Acostarse temprano facilita las cosas. 6. Haga más de lo que le toque. Puede que sea usted quien mantenga la casa en funcionamiento durante un tiempo. 7. No podrá hacerse todo. Pregunte a la madre qué es más importante para ella: ¿una cocina limpia?, ¿una mesa despejada?, y haga eso antes que nada. 8. Llegue pronto a casa. Su compañía es como una bocanada de aire fresco para la madre y para el bebé. 9. Ayudar significa también dar apoyo emocional. Recuerde a la madre lo mucho que la quiere, lo guapa que está y lo bien que está haciendo su trabajo. Allí la

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tiene, con su hijo en brazos. Es verdaderamente preciosa, ¿no es así? 10. Recuérdele que esta etapa es temporal. La mayoría de las mujeres tardan al menos seis semanas en empezar a acostumbrarse a ser madres. Las cosas se calmarán, pero suelen llevar algún tiempo.

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APOYO EN LÍNEA En las áreas y redes de apoyo de las que hemos hablado, los nuevos padres reciben apoyo cara a cara: alguien les enseña a extraerse leche manualmente, alguien lava los platos y alguien les da un abrazo tras un día duro. Pero muchas madres de hoy encuentran alivio y apoyo por correo electrónico, mensajes SMS y foros en línea. ¿Dónde encontrar este tipo de apoyo? Su grupo local de la LLL puede ofrecerle una lista a la que puede suscribirse, o tal vez su clase prenatal elabore una para que puedan estar en contacto una vez nazcan sus bebés. Le puede resultar muy útil comunicarse electrónicamente con quienes también se puede encontrar en persona, o tal vez pueda conectarse con otras madres de todo el mundo. Muchos sitios web, como www.llli.org ofrecen foros donde las madres formulan y responden preguntas. Algunos son más activos que otros y unos están más a favor de la lactancia natural que otros. Por tanto, elija el suyo con observación y sea consciente de las limitaciones del apoyo por internet. Hay personas que se aprovechan del anonimato que proporciona este medio para colgar mensajes provocadores o insultantes. Además, no sabrá si la cualificación del sitio web o de la persona que envía un mensaje es válida o no, de modo que deberá sopesar debidamente la información que reúna en los foros y compararla con la que recibe de fuentes fiables. Pero aparte de estas limitaciones, los foros y las listas pueden ser una buena forma de contactar con otras madres. En ocasiones resulta más fácil comentar con extrañas nuestros problemas con los hongos o los comentarios desagradables de la suegra. Si se encuentra usted ante un problema poco habitual, tal vez haya dado a luz a trillizos, o el bebé presenta una afección rara, por ejemplo, es posible que encuentre un foro dedicado a este tema concreto. ¡Una gran ayuda para los días en que se sienta especialmente sola y el modo más rápido de ponerse en contacto con otras madres insomnes a las dos de la madrugada!

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AYUDA PAGADA Y PROFESIONAL Después de nacer la hija de Lorna, Morgan, su madre se quedó con ellas en casa durante seis semanas para cuidar de los hijos mayores de Lorna, ocuparse de la casa y preparar las comidas, además de llenar el congelador de comida para las semanas siguientes. Por desgracia, las técnicas para clonar a la madre de Lorna aún no han sido perfeccionadas. Pero, si se lo puede permitir, existe la opción de contratar ayuda por horas. Cada vez hay, por ejemplo, más doulas o acompañantes posparto. Estas mujeres irán a su casa unas horas al día (según su situación y necesidades) y la ayudarán con las tareas domésticas y los cuidados básicos del bebé (excepto su alimentación, claro). Muchas de ellas tienen experiencia ayudando a madres lactantes. También puede usted emplear una cuidadora infantil, un servicio de limpieza, un cocinero, etc., si su bolsillo llega a tanto. Una madre de gemelos lactantes contrató a un cocinero que vino a su casa, comentó con ella las comidas que le gustaban y las que no, y luego se pasó un día entero cocinando, envasando y congelando comidas para ir consumiendo durante casi un mes. Para ella, fue un dinero bien invertido y mucho menos caro que haber ido a comer fuera o haber comprado leche de fórmula para sus dos bebés.

DIEZ COSAS QUE NO DEBEN DECIRSE A UNA MADRE LACTANTE

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¿Ya está comiendo otra vez? Te utiliza de chupete de entretención. Le doy un biberón al bebé y así puedes dedicarte un rato a las tareas de casa. Puede que tu leche no sea lo bastante buena. Las mujeres de la familia nunca hemos producido suficiente leche. ¿Con unos pechos tan pequeños crees que podrás darle suficiente leche? Si vas a reincorporarte al trabajo, el bebé debería acostumbrarse a que otras personas le alimenten.

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8. Cuando usas el sacaleches pareces una vaca a la que se ordeña. 9. Yo creía que tus pechos me pertenecían a mí, no al bebé. 10. No dejes que se duerma en el pecho, se acostumbrará mal.

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UNA RED DIVERSA Resulta tentador construir la red de apoyo con personas que comprenden exactamente por lo que está pasando usted, pero la diversidad es buena. A muchas de nosotras nos sorprendió, como madres, descubrir la importancia del papel de aquellos que no están de acuerdo con lo que hacemos. Quizás usted desea no ser como su madre o su amiga, y su modelo de lo que no debería hacer la ayude y le sirva de guía. Tal vez responda usted mejor a los retos que a los ánimos, y a veces el hecho de que alguien esté en desacuerdo con una ayuda a reforzar los motivos de las propias elecciones. Siempre habrá personas con puntos de vista diferentes, cosa que no siempre es mala. Esto formaba parte del valor de disponer de múltiples generaciones de familiares en los poblados primitivos. Si en su círculo de apoyo incluye madres más experimentadas, incluso abuelas, obtendrá una perspectiva más amplia que puede serle útil. Lo que requiere es un grupo de personas que se preocupe por usted y no intente coaccionarla para que siga sus ideas. Su grupo no tiene por qué hablar con una única voz. Sólo tienen que quererla.

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DISPONER DE UN MÉDICO POSITIVO Las voces negativas tienen un lugar, pero no en boca de su médico. La mayoría de ellos afirman, y creen, que apoyan la lactancia materna. Pero si ve latas de leche de fórmula en la consulta, si le sugiere que dé menos pecho o que recurra a la fórmula como primera solución a un problema; si lo que oye no le parece lo adecuado, siempre puede buscar otro médico. Probablemente oirá unos nombres más que otros, pero recuerde que en parte lo que asegura una buena relación con su médico es simplemente la compatibilidad de sus personalidades. Esta conversación tuvo lugar entre dos madres en una reunión de la Liga de La Leche: “Estoy muy contenta con nuestro médico. Es muy flexible, sabe escuchar y parece preocuparse de verdad”. “¡Qué suerte! El nuestro es muy rígido y no me da la sensación de que me escuche de verdad”. Resultó que hablaban del mismo médico.

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AL PRINCIPIO, SU RED PUEDE SER PEQUEÑA Muchas mujeres amamantan a sus hijos con una red de apoyo pequeña al principio, sólo una o dos amigas o familiares que también han dado el pecho. Cuando todo va bien, no necesita más. Pero, oh, el placer de un grupo de juegos, un médico bien preparado y entusiasta, una madre experimentada que aporta consejos, una adolescente que juega con el bebé de vez en cuando mientras usted se ducha, la amiga con quien pasear juntas, la Líder de la Liga de La Leche al otro lado del teléfono… Más de una mujer que nunca llamó a la Liga de La Leche se sintió más tranquila con sólo saber que podía llamar si lo precisaba. Forme su grupo según sus necesidades y manténgase abierta a la posibilidad de agrandarlo.

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EL BEBÉ COMO MIEMBRO DE SU RED DE APOYO Diane sintió cómo se aliviaba su estrés de madre novata cuando dejó de intentar apartarse del bebé. Se dio cuenta de ello al cabo de unas seis semanas. El bebé forma parte de su grupo de apoyo, no es sólo el motivo por el que precisa apoyo. Él es la excusa para marcharse de una fiesta o terminar una conversación telefónica cuando le apetece. Pero es mucho más que eso. Es posible que se dé cuenta de que se siente perdida cuando el pequeño no está con usted. Los bebés y la lactancia nos dan la confianza que no teníamos, la capacidad de dejar a un lado las tonterías y tomar decisiones firmes, de saber con seguridad lo que es bueno para nosotras y para nuestra familia. Los bebés nos convierten en madres, y la maternidad es sorprendentemente poderosa. Sí, todas necesitamos crear nuestro grupo de apoyo, pero no olvidemos que el bebé forma parte de él, con sus sonrisas, su cuerpo cálido junto al nuestro, sus brillantes ojos centrados en mamá cuando dice su nombre. Pronto, esta persona asombrosa que la condujo a formar un grupo de apoyo, será el miembro más importante de él.

© Liga de la Leche Guatemala – Maria José Carranza

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TRES

¡EL NACIMIENTO!

© Liga de la Leche Perú

“Cuando tuve a mi segundo bebé, sin medicación ni intervenciones, los bebés eran pesados antes y después de cada toma. Si el bebé no “recibía suficiente leche”, se esperaba que la madre le diera un suplemento de leche de fórmula. Mi hija mamó unos treinta minutos en la sala de parto. Después de la segunda toma, la enfermera volvió para decirme que mi hija mamaba ‘demasiado’. Le pregunté cómo era posible eso. Me contestó que debía haberle dado el pecho durante demasiado rato y que acabaría con los pezones agrietados. Ignoré sus comentarios y enseguida nos dieron el alta. Al cumplir una semana de vida, mi hija pesaba 120 gramos más que al nacer. »Para mi compañera de habitación del hospital, las cosas fueron más difíciles. La recuerdo acurrucada en la cama, con mala cara. Le pregunté qué le ocurría y me dijo que los analgésicos le estaban dejando de hacer efecto. Tuvo un parto inducido, seis horas de epidural, una episiotomía y una expulsión con fórceps. Cuando la enfermera le trajo a su bebé para amamantarlo, se esforzó para encontrar una postura cómoda y el bebé no parecía saber qué hacer. Intenté darle algún consejo, pero no funcionó y la enfermera le indicó que tendría que

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darle biberón. Estaba hundida y comentó que yo sí tenía suerte. »Seguimos en contacto durante un tiempo. Dejó de intentar dar el pecho al bebé al cabo de un mes”. Krissy, recuerdos de 1978.

la sorprenda encontrar todo un capítulo sobre el nacimiento en un libro sobre la lactancia. Hoy, la tendencia es saltarse las clases de preparación al parto y en su lugar, ponerse en manos del ginecólogo y una epidural. Pero ser madre no consiste únicamente en dar a luz. A lo largo de las diferentes etapas del parto, tiene lugar una compleja secuencia hormonal ideada para facilitar a la madre y al bebé el desempeño de su nuevo papel, con confianza y entusiasmo, y si esta secuencia se perturba demasiado, tanto los primeros días de maternidad como la lactancia pueden complicarse. Ya hemos pasado por esto antes. Hace medio siglo, cuando la Liga de La Leche se hallaba en sus inicios, la mayoría de las madres estaban inconscientes durante el parto. Se despertaban de la anestesia y recibían un bebé limpio y vestido que asumían era el suyo. No era lo ideal, pero no estaban convencidas de que era mejor que sufrir el dolor de un parto sin medicar. A las mujeres que fundaron la Liga de La Leche les interesaba más bien los partos sin medicar, a los que asistía la pareja, con frecuencia domiciliarios y promovidos por el nuevo movimiento por un parto natural. Descubrieron que el parto podía ser estimulante. También descubrieron que la lactancia resultaba más sencilla y natural después de un parto más simple y más natural. Pero en algún momento, nos encontramos de nuevo en el “camino hacia un parto medicado”. En la actualidad, las mujeres suelen estar conscientes al dar a luz, pero la mayoría reciben algún tipo de medicación, como la anestesia epidural, para evitar el dolor del parto. Lastimosamente, los partos medicados tienden a perturbar el instinto de maternidad y entorpecen la habilidad del bebé para tomar el pecho, como pasaba en la década de 1950. Se pueden mejorar las probabilidades de un inicio fácil de la lactancia planificando un parto con el menor número de intervenciones posible. La lactancia probablemente se iniciará más fácilmente si lee usted al menos uno de los libros que fomentan el parto natural, acude a un curso de preparación al parto que le proporcione técnicas no médicas para enfrentarse a todo tipo de partos y busca un ayudante con experiencia en partos naturales. Una reunión de la Liga de La Leche puede TAL VEZ

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ser un buen lugar para empezar. Acudir antes del nacimiento de su hijo la conectará enseguida con otras madres o futuras madres. Sólo tiene que preguntar: “¿Qué me recomendarías para mi parto?”. En cuestión de pocos minutos conocerá los recursos disponibles en su zona y conocerá las experiencias de otras madres que los han utilizado.

ALGUNOS LIBROS COMPLETOS SOBRE EL PARTO

Los estilos de estos libros varían, encuentre uno cuyo tono la motive a leer más. Antes de tiempo: nacer muy pequeño, Carmen R. Pallás y Javier de la Cruz. ExLibris Ediciones, S.L., Madrid 2004. Ejercicios para un parto fácil: las seis lecciones prácticas del método Lamaze, Elizabeth Bing. RBA Libros, Barcelona 1998. El bebé es un mamífero, Michel Odent. Editorial Ob Stare, S.L., Sta. Cruz de Tenerife 2009. El embarazo, el parto y el recién nacido: guía completa, Penny Simkin, Janet Whalley y Ann Keppler. Ediciones Medici, Barcelona 2006. Embarazo seguro, Sheila Kitzinger. Ediciones Medici, Barcelona 2001. Guía de la mujer consciente para un parto mejor, Henci Goer. Editorial Ob Stare, S.L., Sta. Cruz de Tenerife. La cesárea, Michel Odent. Editorial La Liebre de Marzo, Barcelona 2006. La revolución del nacimiento, Isabel Fernández del Castillo. Ediciones Granica, S.A., Barcelona 2006. La vida secreta del niño antes de nacer, Thomas Verny. Ediciones Urano, Barcelona 2009. Nacer en casa, Sheila Kitzinger. RBA Libros, Barcelona 2003. ¿Nacer por cesárea?, Ibone Olza y Enrique Lebrero. Ediciones Granica, S.A., Barcelona 2005. Nacimiento renacido, Michel Odent. Creavida, Buenos Aires 2005. Parto seguro, Beatrij Smulders y Mariel Croon. Ediciones Medici, Barcelona 2002. El parto es nuestro: www.elpartoesnuestro.es.

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En inglés Gentle Birth, Gentle Mothering: The Wisdom and Science of Gentle Choices in Pregnancy, Birth, and Parenting, Sarah J. Buckley. Ina May’s Guide to Childbirth, Ina May Gaskin. Natural Childbirth the Bradley Way,revised edition, Susan McCutcheon-Rosegg, Erick Ingraham y Robert A. Bradley. Pregnancy and Birth, Teresa Pitman y Joyce Barrett. The Birth Book: Everything You Need to Know to Have a Safe and Satisfying Birth, William Sears y Martha Sears. The Official Lamaze Guide: Giving Birth with Confidence, Judith Lothian y Charlotte DeVries.

ALGUNOS PROGRAMAS COMPLETOS PARA EL PARTO Los cursos independientes, no impartidos por el hospital de referencia, son los que suelen aportar más información y opciones diversas. Su comadrona, acompañante de parto, partera o doula (acompañante) puede recomendarle algún curso concreto. Lamaze (lamaze.org). Bradley Method (bradleybirth.com). International Childbirth Education Association (icea.org). Hypnobirthing (hypnobirthing.com).

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ACERCA DEL PARTO ¡Vayamos al grano: el PARTO. Esta palabra define el duro trabajo físico por el que se abre el cuerpo de la mujer para que pueda salir de él el bebé. Si alguna vez ha ayudado a alguien a subir un colchón por unas escaleras, ha entrenado más duramente de lo habitual en el gimnasio, o ha subido en bicicleta hasta una cima al borde de sus fuerzas, entonces ya conoce el dolor físico que puede provocar el esfuerzo. No siempre descansó cuando quiso, pero sí pudo reposar periódicamente. Cuando no lo hacía, sus músculos se rendían y la obligaban a parar. Los músculos simplemente no pueden sobrepasar su capacidad de trabajo. Lo mismo ocurre con el parto. Las contracciones naturales siempre se limitan a la capacidad de aguante de la mujer, porque es su propia musculatura no medicada la que trabaja. Descansa tras cada esfuerzo. El cuerpo se relaja después de cada contracción casi instantáneamente, como lo hace en el gimnasio. Es muy diferente al dolor producido por una lesión. El parto es un dolor producido por el esfuerzo, nada más. Dar a luz es como ponerse una prenda ceñida de cuello alto: antes de poder pasar la cabeza por el cuello de la prenda, hay que recoger el cuerpo de ésta (parto) y con las manos doblar el cuello del mismo y tirar para abrirlo. Entonces se pasa la cabeza (alumbramiento). Piense en su útero como en una prenda que no cede demasiado. Se ha pasado nueve meses impidiendo por todos los medios que el bebé se desprendiese, y ahora debe modificar su táctica. Gran parte del trabajo de parto consiste en el paso de “contener” a “expulsar”.

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MANOLI Y BETI Los partos televisivos representan una situación dramática, con material hospitalario y gritos, gemidos e indefensión hasta que el médico llega volando y toma el control. Olvide todo esto. Sigamos a Manoli (cualquier Madre Normal Lista) a lo largo del parto de su primer bebé, Beti (un Bebé Típico). La situación podría haberse dado ayer o hace mil años.

EL INICIO DEL PARTO Beti es el primer hijo de Manoli. Aunque lleva unas cuarenta semanas embarazada, Manoli todavía no está del todo preparada, y no es de sorprender, porque el primer parto suele iniciarse alrededor de la semana cuarenta y uno.

Hasta que el bebé está listo, el útero hace todo lo posible para mantenerlo seguro dentro de la madre. Por este motivo, los intentos de inducir el parto mediante Pitocín (oxitocina artificial, la hormona que provoca las contracciones) suelen “fracasar”. (¿Una “inducción fallida” o mejor una buena defensa contra un parto prematuro?). Los intentos de inducir el parto ante un útero decididamente protector pueden ser dolorosos y largos y con grandes probabilidades de acabar en cesárea. Si la inducción requiere muchas horas de conexión a un goteo intravenoso, que con frecuencia administra la oxitocina sintética, el aumento de líquidos en el organismo materno puede provocar la congestión de los pechos en la madre y pérdida de peso en el bebé. Si el bebé no está preparado para nacer, aunque sólo se trate de una cuestión de pocos días, puede experimentar dificultades para respirar y coordinar la succión y la deglución al intentar tomar el pecho.

COMER Y BEBER DURANTE EL PARTO Al principio, Manoli sólo nota las conocidas contracciones de Braxton-Hicks, los “ejercicios de calentamiento” del útero que lleva meses practicando. Paulatinamente, nota que son algo más fuertes o más bajas de lo habitual, más difíciles de ignorar. Su cérvix empieza a cambiar de forma, se ensancha, se adelgaza y finalmente libera el tapón mucoso que servía para proteger a Beti de los gérmenes del exterior. Manoli

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observa las pérdidas sanguinolentas y piensa que ha llegado el momento. Pero come y bebe como de costumbre. Está a punto de convertirse en una atleta, y los atletas precisan mucha energía y líquidos para rendir al máximo. ¡No es momento para ayunar! Como una atleta, Manoli elige alimentos y bebidas ligeros, de fácil digestión para que sus músculos obtengan energía más rápidamente. A medida que avanza el parto, probablemente dejará de comer, aunque es posible que desee seguir bebiendo.

En el pasado, se solía aconsejar a las madres que dejaran de comer una vez iniciado el trabajo de parto para reducir los problemas de “aspiración”, inhalación del contenido del estómago mientras se está inconsciente si se precisaba anestesia general. Pero los estudios más recientes han dado la vuelta a esta recomendación. Comer y beber cuanto se desee durante el parto proporciona a la madre más energía para enfrentarse a las contracciones, el alumbramiento y las maravillosas primeras horas de vida del bebé.

NECESITAMOS SENTIRNOS SEGURAS Las contracciones de Manoli se hacen más fuertes a medida que pasan las horas; sale a caminar y se detiene cuando lo necesita. Cuando las contracciones son aún más fuertes, regresa a casa. En este punto, si Manoli no se dirigiera a casa, o si encontrara en casa a personas poco conocidas, probablemente liberaría catecolaminas, también denominadas hormonas de la lucha o la huida, que podrían provocar la ralentización del parto o incluso detener su progreso. Nuestro organismo no favorece el parto en un lugar que pueda presentar riesgos, y el hecho de hallarse entre desconocidos o en un lugar poco familiar puede indicar la presencia de peligro a la parte inconsciente de nuestro cerebro que controla el progreso del parto.

Las rutinas hospitalarias, la sensación de convertirse en una paciente, la luz intensa, el material médico, los olores extraños pueden hacernos sentir incómodas y dificultar el parto. El parto es más fácil, más rápido y más seguro para madre e hijo cuando nos sentimos completamente seguras, apoyadas por personas cercanas y “como en casa”. Este es uno de los motivos por los que las salas de parto diseñadas como habitaciones se han vuelto tan populares.

DOULAS O ACOMPAÑANTES Manoli mantiene la calma y confía en una amiga experimentada, una persona que la ayuda durante el parto, una doula (o acompañante), para seguir tranquila. La doula se concentra en la comodidad de Manoli, tanto si se trata de prepararle algo de comer como de darle un masaje en la espalda, y además presta apoyo a su pareja. Al fin y al cabo, la pareja de Manoli probablemente nunca antes haya presenciado un parto, como la propia Manoli.

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Los estudios indican que la doula o acompañante, una persona con formación para prestar su apoyo durante el parto, puede proporcionar tanto confort físico y mucho más confort emocional que cualquier tipo de medicación, tanto si la pareja está presente en el parto como si no. Puede ser la mejor aliada de la madre para crear una experiencia memorable, agradable y fascinante. Sin la doula, las mujeres que dan a luz en un hospital son más propensas a: Someterse a una epidural u otro tipo de medicación analgésica. Tener un parto vaginal instrumentalizado. Precisar una cesárea. Recibir oxitocina sintética durante el parto. Dar a luz a un bebé que puntúe menos en el test de Apgar. Tener que ingresar al bebé en cuidados neonatales. Valorar negativamente su experiencia del parto. Recordar el dolor del parto. Elija a una persona que la haga sentir segura, aunque cualquier apoyo (además del de la pareja) durante el parto parece aumentar las probabilidades de éxito con la lactancia, aunque la persona de apoyo no sepa nada sobre lactancia. Puede localizar una doula en su zona o preguntar a su Líder de la Liga de La Leche.

MOVERSE Manoli busca la forma de ponerse cómoda. Se apoya y balancea las caderas. Se arrodilla y descansa la cabeza y balancea las caderas hacia delante y hacia atrás. Adoptar estas posturas para intentar estar más cómoda a la vez contribuye a preparar al bebé para un parto más fácil. Desde hace meses, las hormonas trabajan para relajar las articulaciones de la pelvis para permitir el paso del bebé. Ahora su flexibilidad permite los cambios de postura de la madre que favorecen el descenso del bebé. A medida que el parto avanza, Manoli tal vez gruña y gima durante las contracciones, estos sonidos la ayudan a realizar el trabajo que está llevando a cabo. Como cualquier atleta, está demasiado concentrada para sonreír o charlar. Su organismo libera endorfinas, las mismas hormonas analgésicas que el cuerpo de un atleta libera a lo largo de un entrenamiento duro y satisfactorio. Nadie comprueba el cuello del útero para verificar si es “hora de empujar”. Manoli lo irá notando, como cualquier otro mamífero.

Se ha demostrado que estar acostada e inmóvil o acostada boca arriba durante el parto alarga el parto, aumenta el deseo de medicación y dificulta el posicionamiento del bebé

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para nacer, todo lo cual puede interferir con la lactancia.

¿LA EPIDURAL PUEDE AFECTAR AL BEBÉ? ¡Sí! La epidural impide a la madre moverse, sentir su cuerpo y encontrar una buena postura para dirigir al bebé y suele alargar el parto, aumentar el riesgo de intervenciones como extracción con ventosa o fórceps e incluso la cesárea. Toda medicación, incluida la que se administra con la epidural, llega al bebé a través de la placenta y afecta su capacidad para encontrar el pecho, agarrarse a él y succionar con eficacia al nacer. Según la duración del efecto de la epidural y la medicación administrada con ella, sus efectos pueden durar desde unos días a unas semanas. Los fármacos analgésicos reducen las endorfinas, cosa que puede aumentar la incomodidad del bebé, tanto antes como después del nacimiento, cuando se le pasan más endorfinas a través de la leche. Es posible que el recién nacido llore más. Sin las endorfinas de la madre, ella y el bebé pueden sentirse emocionalmente apáticos, cosa que puede dificultar la comunicación entre ambos. La epidural puede provocar un aumento de la temperatura corporal, lo cual hace aumentar también la del bebé. Es posible que lo sometan a observación y antibióticos para combatir una posible infección. Si la epidural o la inducción del parto incluyen horas de goteo intravenoso, la forma normal de los pechos y los pezones puede verse afectada, lo cual dificultará al bebé agarrarse al pecho incluso con ayuda experta. Esta información puede resultar dura, pero es lo que demuestran claramente los estudios realizados. Como comenta Linda Smith, consultora certificada en lactancia: “Si su amiga le explica que ‘la epidural fue una maravilla’, pregúntele cómo le fue el primer mes de maternidad”. Manoli ahora llega a la etapa de “transición”, entre la primera fase del parto (colocar el cuello de la prenda de cuello alto sobre la cabeza) y la segunda (pasar la cabeza por la abertura). Las contracciones son intensas y más seguidas. Es posible que vomite, como hacen algunos atletas. Es posible que sienta pánico. Ahora es cuando necesita más el apoyo y el aliento de su pareja y de la doula o acompañante, el bebé casi está aquí. Al final de la transición, el cérvix está totalmente abierto, pero la madre puede no sentir la necesidad de empujar todavía. Las contracciones pueden suavizarse o incluso cesar mientras el útero se tensa, ahora que el bebé está más bajo y se prepara para una fase de expulsión más eficaz. En respuesta a la presión, el cérvix, la vagina y el perineo (los tejidos que rodean la abertura vaginal) se aflojan, se vuelven más flexibles y se preparan para el paso del bebé. Esperar a que su cuerpo sienta la necesidad de empujar significa que Manoli corre un menor riesgo de desgarros o de precisar ayuda para sacar el bebé, lo que implica una recuperación más rápida. A medida que los tejidos se dilatan lentamente, los sensores que contienen reaccionan aumentando los niveles de oxitocina; así, este último esfuerzo resulta más llevadero y la “apertura hacia la maternidad” es

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mayor. (Algunas hembras mamíferas no saben que la cría es suya si se han anestesiado sus sensores musculares). El parto se reanuda. Enseguida, Manoli siente ganas de empujar y empuja no muy fuerte. Con la siguiente contracción se halla en manos de una poderosa fuerza: se le desfigura la cara, gruñe y se tensa. Nadie le dice cómo debe respirar; ya lo sabe, como se sabe respirar al mover un mueble pesado. Nota que Beti desciende por el canal del parto. Retrocede un poco al final de cada contracción y luego avanza un poco más con la siguiente. A veces la madre evita empujar entre contracciones para que el bebé no retroceda; otras veces, no. Experimenta una oleada de catecolaminas, que en esta fase del parto ya no ralentizan su progreso sino que actúan como animadoras para reforzarlo. En la primera fase, si un peligro amenaza, es importante detener el parto. En esta fase, en caso de peligro, es importante expulsar al bebé. Se trata de la misma hormona pero con efectos diferentes en momentos diferentes. Manoli tal vez se coloque a cuatro patas o en cuclillas o acostada de lado. Si se sentara sobre el cóccix, sería como cerrar la puerta de salida y a Beti le costaría más salir. Si se acostara boca arriba, tendría que empujar hacia arriba y superar la fuerza de la gravedad. Manoli encuentra por sí misma la mejor postura. Como la comodidad física la guía, existen menos probabilidades de que la madre sufra un desgarro o que el desgarro sea excesivo. No se le practica ningún corte, nada de una episiotomía que aumentaría el riesgo de desgarros más graves. Hay un momento de quemazón en que parece que la piel debe estirarse al máximo, y entonces Beti asoma la cabeza boca abajo y automáticamente la gira hacia un lado, de modo que los hombros salen solos, primero uno y después el otro; entonces, el cuerpo del bebé sale con un chorro de líquido amniótico.

DEJAR QUE EL CORDÓN DEJE DE LATIR Manoli alarga el brazo y acaricia a Beti, mientras su volumen de sangre, parcial en el momento del nacimiento, se completa a través del cordón umbilical, que aún late. Manoli toma a Beti, la mira de arriba abajo y se la coloca encima. La bebé empieza a moverse y a respirar, desconcertada. Junto a este primer aliento, su movimiento contra la barriga de la madre hace que el útero materno empiece a contraerse, y la placenta se separa del útero. El color de la piel de Beti va pasando de morado a rosado y el cordón umbilical deja de latir. No hay prisa por cortarlo.

Los bebés salen por el canal de parto con sólo dos tercios del volumen total de sangre, así abultan menos. El resto de la sangre les llega después a través del cordón umbilical. Si se espera a que deje de latir, el bebé recibe toda la sangre necesaria. Esto significa que sus reservas de hierro serán elevadas, suficientes para pasar los seis a nueve meses hasta que empiece a tomar otros alimentos.

LA MIRADA Manoli absorbe a Beti con la mirada y nota una nueva oleada de oxitocina. Esta favorece la contracción del útero y reduce el riesgo de hemorragia, a la vez que la inunda de sentimientos de cariño mientras madre e hija

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se miran. Esta primera mirada profunda del bebé es parte de lo que enamora a la madre. Ella susurra, “Hola, bebé”, con esa voz maravillada que las madres emplean al saludar al recién nacido. Inclina la cabeza para oler y besar la cabeza del pequeño.

El recién nacido encuentra los ojos de su madre y la mira, larga y profundamente, absorbiendo lo que observa. Es una pieza más de la danza del amor. Si ha habido intervenciones durante el parto, es posible que el bebé esté demasiado desorientado para dirigir la mirada, o tal vez sea otra persona la que sea objeto de ella, una pequeña complicación más en la relación de amor entre madre e hijo.

“EN LA FASE DE TRANSICIÓN CON MI SEGUNDO, TERCER Y CUARTO HIJO, CUANDO LAS CONTRACCIONES ERAN MÁS INTENSAS, ME DECÍA: ‘NO FALTA MUCHO PARA TENER DE NUEVO ESA SENSACIÓN’. PENSABA EN LA SENSACIÓN DE CARIÑO Y ALEGRÍA DESBORDANTES QUE SE SIENTE AL MIRAR AL RECIÉN NACIDO A LOS OJOS.

ES UNA EXPERIENCIA QUE HACE QUE TODO LO DEMÁS VALGA LA PENA”. JADE.

SECAR AL RECIÉN NACIDO Manoli echa una manta sobre su cuerpo y el del recién nacido. El calor ayuda a reducir los niveles de catecolaminas, ahora ya innecesario, y reducir el riesgo de hemorragia. Siguiendo un ritual compartido por casi todas las madres mamíferas, Manoli seca al bebé.

El simple acto de secar al bebé probablemente contribuye a acrecentar el cariño que nos une a él; cuando una hembra mamífera no puede olisquear y secar a su cría recién nacida, su vínculo con ella se debilita. Cuando el bebé está seco, puede observarse una capa cerosa blanquecina que recubre al bebé denominada vérnix (algunos bebés presentan más que otros). Con un ligero masaje, penetrará en la piel y ayudará a evitar que el bebé se pele, como sucede a menudo durante la primera semana de vida. Se puede bañar al bebé con agua en cualquier momento si se desea… o no.

CONTACTO PIEL CON PIEL

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Tras unos minutos de limpieza y mimos, Manoli adopta una postura semi recostada, con Beti sobre su pecho y la manta por encima de ambas. Como la piel de madre e hija están en contacto, Manoli da calor a Beti rápida y eficazmente.

Ni el más sofisticado calefactor hospitalario puede dar calor al bebé con la rapidez y eficacia que lo consigue el contacto piel con piel con la madre, su pecho y barriga desnudos contra los de la madre. (No es necesario quitarse la camiseta, basta con abrirla). De hecho, en caso de gemelos, la temperatura de cada pecho sube o baja para calentar o refrescar a cada uno independientemente. No es de sorprender que las hormonas del estrés sean mucho más elevadas en bebés que están alejados de la madre durante estas primeras horas críticas. Las pruebas y exámenes pueden llevarse a cabo mientras la madre tiene al bebé encima.

PRIMERA TOMA Beti empieza a buscar el pecho de Manoli con la boca. Sacude la cabeza como un pequeño pájaro carpintero decidido. Descansa un momento y su cabeza cae y se apoya en la madre. Es emocionante notar su mejilla sobre la piel, y levanta la cabeza de nuevo, para seguir buscando. Sus manos, que todavía huelen a líquido amniótico, se estiran. Cuando una mano alcanza el pezón, erecto por el efecto de la oxitocina, lo impregna de su olor y así es más fácil encontrarlo de nuevo. Pero el bebé no trabaja solo. Manoli, emocionada como su bebé, se la acerca al pecho. Entre las dos, prueban, experimentan, fallan, y la mejilla de Beti acaba junto al pezón de Manoli. Levanta la cabeza, abre la boca y… ¡contacto! Empieza a succionar. La sensación sorprende a Manoli, es más intensa de lo que esperaba, pero no es desagradable, y provoca otra oleada de oxitocina. El útero se contrae de nuevo y, como la oxitocina procede del cerebro de Manoli, la inunda otra vez una sensación de afecto. El calostro (la primera leche) sale de sus pechos poco a poco y recompensa la succión de Beti. Espeso y escaso, es ideal para que la bebé practique la succión, la deglución y la respiración. Le proporciona protección contra infecciones en el tracto digestivo y estimula los primeros movimientos intestinales. La oxitocina que producen madre e hija las adormece. Se les cierran los ojos y, aunque Beti sigue mamando, ambas dormitan una o dos horas. Manoli se cambia a la bebé de pecho. Pronto le apetecerá comer. Por ahora, le basta con ver y oler y disfrutar de las emociones que le proporciona esta asombrosa persona, el más maravilloso de los bebés, su preciosa hija, Beti.

¿Demasiado romántico y perfecto? Los partos normales pueden ser más largos, más cortos, más difíciles, más fáciles, más tempranos o más tardíos, pero la experiencia de Manoli y Beti es el plan básico que sigue todo parto. Mientras no se ha demostrado que muchas de las intervenciones que se practican en la actualidad mejoren el resultado, sí se

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ha demostrado que lo complican. La mayoría de las mujeres desean amamantar, pero a muchas les resulta difícil, y el modo en que damos a luz en la actualidad es gran parte del problema.

“LA MÁQUINA QUE HACE ‘PING’” La película cómica de Monty Python “El sentido de la vida”, de 1983, incluye una parodia de los partos modernos. Busque “machine that goes ping” en internet y encontrará un vídeo de la escena (en inglés).

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LA CONEXIÓN PARTO-LACTANCIA Elija un mamífero, cualquiera, e imagínelo dando a luz como lo hacemos nosotros. Por ejemplo, imagine que su perra está de parto y la traslada a un lugar desconocido para ella, bien iluminado, con muchos extraños, personal que le introduce los dedos repetidamente en la vagina, tubos que entran, tubos que salen, fármacos, agujas, fajas abdominales y una “máquina que hace ‘ping’”. ¿Cree que el animal iniciará la maternidad con buen pie? Nuestro instinto nos dicta ofrecerle un lugar conocido, tranquilo, con poca luz e intimidad. Esto es también lo que deseamos los humanos. ¿Es posible amamantar después de someterse a una o incluso todas las intervenciones actuales? ¡POR SUPUESTO! Pero se puede tardar más. Véase “Los pasos siguientes después de un parto difícil”, más adelante.

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DECISIONES DURANTE EL EMBARAZO: QUIÉN Y DÓNDE Usted puede elegir entre ginecólogos, entre el médico de familia o una comadrona, o entre diversas comadronas. El lugar del parto puede ser su hogar, un centro de maternidad o el hospital. Conviene conocer el porcentaje de cesáreas, u otras intervenciones, y si el hospital o la maternidad siguen las recomendaciones de Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (antigua Iniciativa Hospital Amigo de los Niños, véase más adelante). Todas sus decisiones marcarán la diferencia a la hora de iniciar la lactancia con facilidad.

INICIATIVA HOSPITALES IHAN En 1991, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF se propusieron mejorar las posibilidades de la lactancia, definieron “Diez pasos hacia una feliz lactancia natural”, e instaron a todos los centros de maternidad del mundo a seguirlos y conseguir la acreditación IHAN (Iniciativa para la humanización de la asistencia al nacimiento y la lactancia, antigua acreditación como hospital o centro amigo de los niños). Más de veinte mil centros de 152 países han sido acreditados. ¿Lo está el suyo?

ELEGIR UN PROFESIONAL: COMADRONA, PARTERA MÉDICO DE FAMILIA O GINECÓLOGO Las habilidades y limitaciones de la comadrona o partera pueden variar según el entorno, pero suelen presentar los menores porcentajes de intervenciones. La mayoría de los partos domiciliarios (en caso de ser prestado este servicio en determinado país), recurren a la asistencia de una comadrona. Si el suyo va a ser hospitalario, conozca el lugar donde le prestará su servicio. Los médicos de familia en ocasiones atienden partos. Suelen recurrir menos que los ginecólogos a las intervenciones médicas y pueden ofrecer cuidados continuos para la madre y el bebé. Es posible que no dispongan de los conocimientos de una comadrona especializada en partos, pero muchos están preparados para proporcionar cuidados excelentes durante un embarazo y un parto normales. En algunas zonas, proporcionan

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servicio de apoyo para partos domiciliarios. Los tocoginecólogos son expertos en complicaciones del embarazo y el parto, aunque es posible que tengan poca experiencia en partos no medicados. En todo hospital o centro de maternidad habrá un ginecólogo de guardia y proporcionan servicio de apoyo a los partos domiciliarios. Las doulas o acompañantes pueden resultar extremadamente útiles en cualquier tipo de parto. ¿Ya lo habíamos dicho?

ELEGIR EL LUGAR: ¿EN CASA, EN EL HOSPITAL,EN UN CENTRO DE MATERNIDAD? Se ha dicho que la primera intervención del parto moderno es salir de casa. Los estudios indican que los partos domiciliarios son tan seguros como los partos hospitalarios en el caso de embarazos de bajo riesgo, con un porcentaje menor de intervenciones y mayor proporción de éxito con la lactancia y satisfacción materna. Las comadronas o parteras tienen experiencia para solucionar problemas comunes, y el tiempo que se tarda en trasladar a la madre a un hospital si surge una emergencia suele ser el mismo que hay que esperar para la preparación del quirófano si la madre ya se encuentra en el hospital. El hospital cuenta con más equipos médicos para solucionar posibles problemas… pero, para empezar, el entorno hospitalario es lo que causa muchos de estos problemas. Conviene investigar todas las opciones disponibles en su caso. Si es posible, hable con mujeres que hayan dado a luz en diferentes lugares (las encontrará fácilmente en las reuniones de la LLL) y pregúnteles las diferencias durante el parto, en cuanto a su satisfacción, lactancia y relación con los bebés. Sea cual sea el lugar, averigüe con qué apoyo para la lactancia contará y qué días. Véase el Capítulo 1 para más información sobre las asesoras de lactancia, y lea el apartado “Hospitales”, más adelante, para saber cómo evitar complicar el parto se encuentre donde se encuentre.

CAMBIAR DE OPINIÓN Casi todas las decisiones que tome concernientes al parto pueden modificarse casi en cualquier momento. Más de una mujer ha cambiado de centro o de cuidador en el último mes de embarazo. Siga su instinto. No debe lealtad a nadie; pero sí debe procurar, para usted y para el bebé, tranquilidad y una transición fluida. La maternidad viene con instintos muy efectivos. Es posible que este sea el primero, y puede que sea verdaderamente importante hacerle caso.

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Parto en casa En casa, la madre decide qué compañía desea. Algunas mujeres eligen tener cerca a familiares y amigos y se sienten seguras y protegidas si las rodea un grupo más bien numeroso. Otras prefieren más intimidad y tranquilidad. Es posible que usted no sepa qué prefiere hasta el momento del parto. Maggie y su esposo acordaron que si ella decía “Necesito más espacio”, él se desharía de parte del grupo. No hay rutinas institucionales que separen a la madre del bebé tras un parto en casa, pero en ocasiones, las abuelas, las visitas, o incluso las parejas pueden acabar cogiendo al recién nacido en brazos. Ahora, el bebé sólo necesita a la madre. Si se lo coloca cerca, piel con piel, durante las primeras horas, antes de pasarlo a los demás, el pequeño estará colonizado con las bacterias “maternas”. Centros de maternidad Las clínicas y centros de maternidad, aunque no sean su hogar, suelen esforzarse por capturar el curso normal del parto y acostumbran a tener experiencia en la aplicación de diversas técnicas de ayuda. Pueden solucionar muchos tipos de complicaciones, de modo que son una buena opción para las que desean la comodidad de un ambiente hogareño dentro de un entorno médico. Se pude visitar el centro con antelación para ver dónde nacerá su hijo, hacer preguntas sobre las opciones disponibles, como el parto en el agua, y averiguar qué tipo de ayuda se presta para iniciar la lactancia. Hospitales Los hospitales también pueden ofrecer una experiencia positiva y son esenciales en determinados casos de riesgo elevado. Pero se corre el riesgo de que una pequeña intervención vaya seguida de otra y otra. He aquí algunas ideas útiles para reducir el número de intervenciones: Proteja su intimidad y use la sala de partos como si fuera su hogar (temporal). Mantenga la puerta al menos parcialmente cerrada y pida a su acompañante que “filtre” las entradas. Traiga su música preferida. Cuelgue fotos con adhesivo. Vístase con su ropa y calcetines si la sala es fría.

Si le resulta cómodo, siga de pie. Es usted una persona competente, no una paciente. Caminar y moverse favorece la posición del bebé y el progreso del parto.

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Camine por los pasillos o salga al jardín, acompañada de otra persona. Cubra el reloj. Cuando se inicie el parto, no le importará la hora que sea. Evite los exámenes vaginales rutinarios; aumentan el riesgo de infección y causan estrés. Ya sabrá cuándo tiene ganas de pujar. (Puede pedir un examen para comprobar la dilatación del cérvix, si usted quiere, especialmente si esto la ayuda a tomar decisiones acerca de una posible intervención). Si el hospital tiene por costumbre abrir una vía intravenosa a todas las parturientas, aunque no esté justificado por los estudios realizados y el exceso de líquidos puede afectar a la madre y al bebé y retrasar la subida de la leche, plantéese pedir en su lugar una vía heparinizada. Esta permite la inserción de goteo instantáneamente si es necesario, pero no interfiere (demasiado) por lo demás. El baño puede ser un buen lugar para dilatar. Siéntese de cara a la pared en el inodoro y apoye la cabeza sobre los brazos. Estamos acostumbrados a relajarnos y abrirnos en la taza del baño. Una ducha puede ayudarla a relajarse profundamente. Sumergirse hasta el cuello en una bañera puede aportar comodidad. Recuerde que el personal hospitalario está ahí para ayudar, por tanto, indíqueles lo que necesita, más almohadas, menos luz o la puerta cerrada. Evite la monitorización fetal externa rutinaria. Las investigaciones indican que el principal resultado de la misma es el aumento de cesáreas innecesarias. Lo mismo ocurre con el monitor interno. Los monitores dificultan el movimiento y el parto normal. Pida al personal médico que no le ofrezcan medicación ni anestesia epidural. En lugar de ello, la doula o acompañante y la comadrona pueden recomendar otras medidas sencillas para su comodidad. La fuerza de la gravedad puede ser útil si encuentra una posición erguida o ladeada cómoda para pujar. La gravedad dificulta el proceso si se tumba usted boca arriba. El acompañante puede adaptar su posición a la que elija la madre. Quítele el gorrito al bebé. Es un vestigio de los días en que los bebés eran apartados de las madres y corrían el riesgo de perder temperatura corporal. Su bebé está junto a un calefactor: usted. Ahora podrá oler su cabecita sin que se interponga ningún tejido sintético. Tenga al bebé junto a su cuerpo, piel con piel, al menos hasta que haya mamado

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por primera vez, cosa que puede llevarle horas. Numerosos estudios subrayan la importancia del contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento y durante las horas siguientes. Es importante tanto para la lactancia como para minimizar las respuestas de estrés del bebé, que a su vez minimizan la posibilidad de otros problemas grandes y pequeños. Incluso pasadas las primeras horas, el mejor lugar para su salud son los brazos de la madre, junto a su cuerpo, o el de otra persona, constantemente. Si se pesa al bebé el primer día en una báscula plana, puede pedir que lo coloquen boca abajo. Así estará más tranquilo. Casi todas las mediciones y procedimientos, aparte de pesarle o practicarle cirugía, pueden realizarse con el bebé sobre la barriga de la madre, aunque el personal del hospital no esté acostumbrado. Cuanto antes regrese a casa, antes podrá hacer las cosas a su manera. Una visita personal de una Líder de la Liga de La Leche u otra asesora de lactancia a los dos o tres días suele ser útil.

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ENFRENTARSE A LAS INTERVENCIONES DURANTE EL PARTO Estamos en el siglo XXI y, a veces, las cosas van muy deprisa. He aquí algunas ideas para superar dos de las intervenciones más comunes.

INDUCCIÓN La inducción del parto puede ser necesaria en algunas situaciones. No obstante, no todas las inducciones son inevitables. Es posible que le digan que el bebé está creciendo demasiado, pero las estimaciones prenatales son notablemente imprecisas. Tal vez la fecha se elija a su conveniencia o la del médico, o quizá le expliquen que en su centro se induce el parto rutinariamente a la semana treinta y nueve, o incluso treinta y ocho. Las investigaciones al respecto indican que las razones “demasiado grande”, “conveniencia” y “nuevo estándar de cuidados” no sólo han hecho aumentar el número de inducciones sino que, además, han aumentado el riesgo de prematuridad y partos quirúrgicos. La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar las inducciones médicas a los casos en que sean realmente necesarias, es decir, menos del 10% de todos los nacimientos. Un bebé nacido una o dos semanas antes de tiempo presenta mayor riesgo de dificultades para tomar el pecho y otros problemas de salud. Si se recomienda la inducción, he aquí algunas ideas útiles para la madre:

Formule preguntas: ¿Qué ocurre si no se induce el parto? ¿Qué probabilidades existen de que se dé el “peor de los casos”? ¿Cuánto se puede esperar? ¿Cuál es el plan si la inducción no funciona? Averigüe qué medicación le administrarán. (El libro Medicamentos y leche materna, de Thomas Hale, le proporcionará información sobre los efectos de los fármacos en la madre y el bebé. Muchas Líderes de la LLL tienen una copia. El tema también se trata en la sección “Medicinas y lactancia” del Capítulo 18). Puede pedir que no se emplee misoprostol. Puede dar lugar a contracciones muy intensas, más allá de lo que su cuerpo y el del bebé están preparados para soportar

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y puede provocar complicaciones graves, especialmente si a la madre se le ha practicado anteriormente una cesárea. Aunque resulta económico y de fácil utilización, su seguridad para madurar el cérvix sigue siendo controvertida. Plantéese solicitar que la oxitocina artificial que se emplee para iniciar el parto se administre a intervalos en lugar de continuamente. Una vez el parto se ha iniciado, pruebe a dejar el Pitocín/Syntocinon. Es posible que el parto progrese sin él. Los estudios indican que su administración en menor cantidad y más lentamente reduce el riesgo de una cesárea de emergencia. Puede pedirle al médico o la comadrona que no le rompan las membranas (rompan aguas) para ayudarla a iniciar el parto o acelerar la inducción. Este procedimiento favorece poco la aceleración del parto y, una vez las membranas se han roto, muchos profesionales limitan el tiempo de duración del parto, y el siguiente paso es una cesárea. Si su parto no progresa y tiene las membranas intactas, puede volver a casa e intentarlo más tarde. Sea consciente de lo bien que el útero protege al bebé. Los demás pueden decidir que al bebé le toca nacer hoy, pero el útero materno puede no haber desarrollado los receptores de oxitocina que permiten que el Pitocín funcione.

“EL PARTO DE MI TERCER HIJO, QUINN, FUE MUY RÁPIDO Y, AUNQUE NO QUERÍA MEDICACIÓN, LLEGÓ UN MOMENTO EN QUE ME ENTRÓ EL PÁNICO Y PENSÉ QUE NO IBA A PODER SOPORTAR EL DOLOR. AHORA CREO QUE DEBÍA ESTAR CERCA DE LA TRANSICIÓN, PERO EN AQUEL MOMENTO NO ME DI CUENTA Y PEDÍ UNA

NUBAIN. LA COMADRONA ACEPTÓ RETICENTE A ADMINISTRARME MEDIA DOSIS. PERO ES POSIBLE QUE INCLUSO ESO FUERA DEMASIADO. ESTUVE MAREADA EL RESTO DEL PARTO, Y CUANDO QUINN NACIÓ NO ME SENTÍ CONECTADA CON ÉL. MOSTRÓ POCO INTERÉS POR TOMAR EL PECHO Y ESTABA ADORMECIDO. EMPECÉ A SACARME LECHE PARA FAVORECER LA PRODUCCIÓN. AL FINAL DEL PRIMER DÍA, ESTÁBAMOS PREOCUPADOS Y OFRECÍAMOS LECHE A QUINN CON EL DEDO. POR SUERTE, EMPEZÓ A DESPERTARSE AL TERCER DÍA Y A MAMAR CON GANAS. TODO FUE BIEN A PARTIR DE ENTONCES, Y FUIMOS UNA FELIZ PAREJA DE LACTANTES. PERO APRENDÍ LO DEVASTADORA QUE PUEDE SER LA MEDICACIÓN, INCLUSO EN PEQUEÑAS CANTIDADES, PARA LA LACTANCIA. ME INYECCIÓN DE

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ALEGRA HABER AGUANTADO HASTA QUE QUINN FUE CAPAZ DE TOMAR EL PECHO, HABRÍA SIDO MUY FÁCIL RENDIRSE LOS DOS PRIMEROS DÍAS”.

DIANA. CESÁREA En muchos lugares del mundo, una de cada tres madres sale del hospital con una incisión abdominal; en algunas partes, el porcentaje es incluso superior. Esto supera el 10 a 15% que la OMS considera razonable, pero sigue siendo una realidad para la que toda embarazada debe prepararse. Los efectos de la medicación y los líquidos por vía intravenosa, y los problemas para encontrar posturas cómodas para dar pecho cuando el abdomen está dolorido tras la operación pueden dificultar la lactancia. Resulta complicado recuperarse de una operación de cirugía mayor a la vez que se cuida de un recién nacido. Esto no significa que no se pueda dar pecho después de una cesárea, muchas mujeres lo consiguen, pero si se puede disminuir el riesgo de una cesárea, y en la mayoría de los casos, se puede, vale la pena intentarlo. ¿Cómo normalizar la experiencia si le ocurre a usted?

Si es posible, no programe una cesárea; deje que el parto se inicie por sí sólo, ya que esto los beneficiará a ambos. El organismo de la madre experimenta los cambios hormonales del parto, y el del bebé no se extrae sin previo aviso de su mundo oscuro y seguro. Si la única razón de una cesárea es porque ha habido una cesárea previa, infórmese en su zona de las opciones de que dispone para poder tener un parto vaginal. Si es posible, esté consciente. Si la cesárea se practica con anestesia epidural, la recuperación de madre e hijo es más fácil que si se administra anestesia general. Por supuesto, en algunas ocasiones, es necesaria la anestesia general, especialmente si la rapidez es vital. Aunque el parto sea quirúrgico, usted sigue teniendo derecho a tomar decisiones sobre su cuidado médico, y sus elecciones deben respetarse. Si no está preparada y necesita unos minutos (siempre y cuando no se trate de una emergencia), dígalo. Si hay alguien o algo que desee, o que no desee, dígalo. Si desea llorar, hágalo. Se trata de su parto. Muchas madres consideran la segunda cesárea una experiencia

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más llevadera que la primera, en parte porque sienten que controlan más la situación. Cuando nos sentimos indefensos es más probable que la experiencia nos resulte más dura. Puede pedir a alguien que le vaya explicando el alumbramiento (no los pasos de la cirugía) el momento en que el cabello, la cara y luego el cuerpo del bebé se hacen visibles y la llegada del pequeño al mundo. Usted o su pareja, no el cirujano, deberían tener el privilegio de anunciar el sexo del recién nacido. Plantéese pedir al cirujano que espere a cortar el cordón umbilical, y que se mantenga al bebé a su nivel hasta que el cordón deje de latir. No tarda mucho. Una vez se corte el cordón, pida que le den enseguida al bebé para verlo y acariciarlo. Si se llevan al bebé a la sala de neonatos, o si no tiene usted las manos libres, pida que se lo acerquen a la mejilla. Huélalo y tome una foto mental de su cara. Una madre de gemelos nacidos por cesárea confesó haberse enamorado del primero, que le habían acercado a la mejilla inmediatamente, antes que del segundo, al que pudo ver pero no tocar. Coloque al bebé en contacto con su piel ya en el quirófano, si es posible, mientras finalizan la operación. Pueden acostarlo sobre su pecho y el acompañante puede sujetarlo y ayudarle a acercarse a la mama. Es un momento especial para ambos, haga lo que haga el bebé. Si toma el pecho, el momento es aún más especial. Su olor y tacto pueden ser de gran ayuda para la cura emocional tras la operación. Cada vez más hospitales lo hacen porque reconocen que la lactancia resulta más fácil cuando madre e hijo están juntos. Algunos han observado incluso que el útero se contrae más rápida y satisfactoriamente si el bebé lidera el proceso con su succión. En todo hospital hay una primera vez. ¡Usted puede ser la primera en el suyo! Iniciar la lactancia tras una cesárea En la sala de recuperación, puede pedir ayuda para amamantar. El bebé puede tomar el pecho en diversidad de posturas: de rodillas a su lado, acostado en su pecho hacia el hombro opuesto o bajo el pecho opuesto, acurrucado bajo su axila, incluso acostado ante su cara con los pies hacia el cabezal. Cualquier posición que permita al bebé llegar al pecho sin acercarse a la incisión, puede funcionar.

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Después de la operación, mientras la cicatriz aún está adormecida y resulta provisionalmente cómoda, es el mejor momento para encontrar con la ayuda de su acompañante una posición de lactancia que funcione los dos próximos días. Puede optar por tener a familiares o amigos junto a usted las 24 horas, o casi, para que el bebé pueda quedarse con usted aunque no pueda moverse o esté bajo el efecto de la medicación. No dude en desnudar al bebé si se lo llevan arrullado. Con una manta, se mantendrán calientes ambos, y su pareja seguramente estará encantada de hacer turnos, recostado en una silla para compartir tiempo piel con piel con el bebé. Este tipo de contacto es el que espera el bebé. La sensación de su cuerpo contra el suyo también será maravillosa para usted. Usted y el bebé se merecen ayuda de calidad para iniciar la lactancia y ahora es el momento de obtenerla. Recurra a sus ayudantes, personal hospitalario, amigas, Líderes de la Liga de La Leche o una consultora certificada en lactancia materna.

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¿QUÉ PASA SI ENTRO EN LA CATEGORÍA DE ALTO RIESGO? Si le han dicho que su embarazo es de alto riesgo, sus planes y sueños para dar a luz pueden haberse aguado, y el médico puede que ya le haya explicado las intervenciones que cabe esperar. Si bien algunas son necesarias, es posible evitar otras. Consulte con el médico qué puede hacer para que el parto sea lo más normal y menos peligroso posible y cómo puede iniciar con éxito la lactancia. La mayoría de las madres y los bebés pueden iniciar la lactancia incluso después de las complicaciones más severas. Cuanto más complicado sea el parto, no obstante, más difícil será iniciarla, por lo que le conviene echar mano de los recursos disponibles y saber que dispone usted de buenas ayudas.

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LOS PASOS SIGUIENTES DESPUÉS DE UN PARTO DIFÍCIL Si tiene la sensación de que lo ocurrido durante el parto interfiere ahora en su relación con el bebé, no es la única. La mayoría de las madres mamíferas experimentan dificultades si no han notado las sensaciones del parto, o si la experiencia ha sido traumática o si se han llevado a sus crías. Como escribió Donna las primeras semanas después de su cesárea inesperada: “Noto que falta algo, pero no sé qué. Es como si Edwin fuera adoptado y no mi hijo biológico. Me parece que sé que es mío porque todo el mundo me lo dice. Lo quiero, pero siento un gran vacío. No sé qué pasó con mi barriga y no tengo idea de dónde viene este bebé. Es absolutamente precioso, y él sí parece creer que soy su madre. Me aferraré a esto… no sé si un parto normal hubiese cambiado esta sensación. Pero cuanto más mama conmigo, más hijo mío me parece”. Pero muchos bebés no se agarran al pecho después de un parto difícil, y algunas madres no están seguras de desear que lo hagan. Esto tiene mucho sentido biológicamente, el parto no ocurrió como “debería”, de modo que ni madre ni hijo han recibido la secuencia de hormonas que favorecen que el vínculo entre ellos se forme inmediatamente. La madre y el bebé necesitan conectarse de una manera fundamental. He aquí algunas ideas para acelerar el proceso: Puede ser útil permanecer junto al bebé las 24 horas, aunque no le parezca que tenga ganas de estar con él aún. La familiaridad que se desarrolla al estar juntos ayuda a sus organismos a reconocerse mutuamente a un nivel primario. Se irán uniendo. Poco a poco, considerará más adorable al pequeño. Pase todo el tiempo posible con el bebé en contacto piel con piel. Note su olor, acarícielo, saboréele. A una madre se le ocurrió lamer al bebé el tercer día, y nos dijo: “Noté que algo se fundía, y me sentí mucho mejor en relación con la cesárea”. (Véase el Capítulo 4 para más reflexiones de este tipo). Puede bañarse con el bebé, a la luz de unas velas, sin nadie más. Acaríciele y dele un masaje mientras disfruta de la relajación que proporciona el agua. Admire su piel, bésele los pies. Déjelo que tome el pecho mientras están en el baño, si el bebé

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puede y le apetece. Intente tener al bebé en brazos y mirarlo la cara mientras alguien le da a usted un masaje en los pies, la cabeza, los hombros, la espalda. Entréguese a la sensación y disfrute. Así liberará oxitocina, la hormona de la vinculación. Tome decisiones relacionadas con él cómo vestirlo, cómo sujetarlo en brazos, cómo consolarlo. Hacerse responsable de él la ayudará a sentir más cariño hacia el bebé. Si el bebé no se agarra, comprenda que es algo temporal e intente tener paciencia en lugar de asustarse o frustrarse. Con un poco de tiempo, lo conseguirá.

© Liga de la Leche Colombia

“ME PERDÍ ALGO EN LA SALA DE PARTOS, ALGO IMPORTANTE Y, A LOS NUEVE MESES, LO RECUPERÉ. ESTABA JUNTO A LA PISCINA INFANTIL, OBSERVANDO A MI BEBÉ. ESTIRÉ LA MANO PARA TOCARLE LOS BRAZOS, LAS MANOS Y LOS 92

HOMBROS, Y SENTÍ UN RELÁMPAGO DE RECONOCIMIENTO Y ALEGRÍA CON EL QUE

CREO QUE FUE DECISIVO VER AL BEBÉ MOJADO Y SIN ROPA, Y EL HECHO DE ESTAR SÓLOS LOS DOS. ME SENTÍ COMPLETAMENTE DIFERENTE DESPUÉS DE AQUEL MOMENTO. LE COGÍA EN BRAZOS DE OTRO MODO. MI BEBÉ ERA AHORA MÍO DE UNA FORMA MÁS FUNDAMENTAL, MÁS FÍSICA. LAURA. SE LLENÓ EL VACÍO QUE SENTÍA.

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SER DUEÑA DEL PROPIO PARTO Si absolutamente todo lo que no deseaba le ocurre, o si el parto sencillamente no es lo que esperaba, se trata de su historia y de nadie más. Es una historia que probablemente querrá contarle a una amiga con detalle algún día, o a su hijo. En algún momento, incluso años después, puede que la ayude el hecho de escribirla. Lo bueno y lo malo, lo que vio e hizo y lo que sintió. Su historia será un tesoro para usted exactamente por lo que representa: el principio de su vida con su hijo. Hay vida después del parto, y será maravillosa (gran parte del tiempo). No importa cómo fuera el parto, la mayoría de las madres y los bebés consiguen una lactancia feliz. En el capítulo siguiente mostraremos los pasos básicos para mantener la producción de leche, para alimentar bien al bebé, y para que su pecho sea un lugar de felicidad mientras usted y el bebé se recuperan de las dificultades del parto y aprenden el funcionamiento de la lactancia. Les esperan días maravillosos. Manoli y Beti vuelven a tener sueño, pero saben que se pertenecen mutuamente. “Entonces, esta eres tú, piensa Manoli. Seguro que te conozco, mi bebé perfecto, de toda la vida”. A partir de ese momento empiezan sus días juntas.

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CUATRO

AGARRE Y VÍNCULO

© Liga de la Leche Perú

“Cuando nació Shay, las enfermeras se esforzaron para que se agarrara al pecho y mamara, pero él arqueaba la espalda y no parecía saber qué hacer. No conseguí que tomara nada. Regresamos a casa cuando tenía ocho horas de vida, y lo primero que hice fue llamar a la Líder de la Liga de La Leche a la que conocí cuando estaba embarazada. Me sugirió meterme en la cama con Shay y acostarlo sobre mi pecho, piel con piel. Chris, mi marido, se metió también en la cama con nosotros. Yo me dormía, pero al cabo de un par de horas me desperté porque Shay estaba mamando. Él solo encontró el pecho”. Emma, recuerdos de 2006.

MADRE Y BEBÉ

poseen instintos y capacidades no sólo para el parto sino también para la

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lactancia. Sí, puede parecer algo extraño al principio, especialmente si no ha conocido a muchos lactantes, pero aunque esta sea su primera vez, se trata de un proceso que lleva decenas de miles de años funcionando.

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AMAMANTAR RECLINADA Cuando el bebé nace, sus instintos y reflejos lo ayudan a gatear hacia el pezón y agarrarse a él, aunque la madre no lo ayude. Pero lo más probable es que la madre le preste su ayuda, ¡también es algo instintivo! Amamantar reclinada aprovecha los instintos naturales de ambos. Lo ideal es que el bebé esté en los brazos maternos al nacer. Pida algunas almohadas o incline la cama para no estar totalmente acostada ni sentada, sólo reclinada cómodamente. El bebé puede estar encima de la madre, boca abajo, y se lo puede secar con una toalla o cubrirse ambos con una manta si hace frío. Ahora la fuerza de la gravedad les mantiene en contacto, y la madre tiene las manos libres para acariciar al bebé. Al principio, esto es todo lo necesario: acomodarse juntos, ambos bien apoyados, la cabeza, cuello, hombros y cuerpo de la madre, sobre la cama y almohadas, y el cuerpo del bebé acostado sobre el de ella. Es posible que el recién nacido empiece a buscar el pecho casi inmediatamente, o puede que esté algo confuso al notar que está fuera del cálido y acuoso hogar que ha habitado los últimos nueve meses. Si el parto ha sido difícil, puede que al principio el pequeño llore. Como dijo una mujer experimentada: “Necesita contar su historia”. Usted puede también contarle la suya. Consuélelo, acarícielo, háblele y abrácelo. Mientras se recupera del viaje del útero al mundo, empezará a pensar en chupar, normalmente antes de cumplir una hora de vida. Es posible que comience a babear, a lamer, o a hacer movimientos de succión con los labios, o que se lleve el puño a la boca. Al cabo de un rato, es posible que levante la cabeza (¡menuda fuerza tiene!) y con la cara le golpee la piel. Puede ayudarlo a acercarse al pecho o darle apoyo mientras lo consigue. El bebé lo hace todo guiándose por el tacto y el olfato, no la vista, y agradece que se colabore con su esfuerzo. No hace falta tener pericia; el titubeo forma parte normal, incluso útil, del proceso. En algún momento, cuando tenga la cara cerca del pezón, elevará la cabeza, abrirá bien la boca, se agarrará y empezará a tomar el pecho. ¡Ya toma el pecho!

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La sensación puede sorprender a la madre. Es una boca fuerte y tal vez los tirones y la compresión del pezón sean más intensos de lo esperado. Si resulta doloroso o molesto, intente mover al bebé o moverse usted para aliviar la sensación. No será necesario variar demasiado para hallar la comodidad. El bebé puede mamar cuanto ambos deseen. Con probabilidad, al cabo de un rato, el pequeño se dormirá con el pezón en la boca o se separará de él y se dormirá. Tal vez usted decida interrumpir la toma porque necesita cambiar de posición o levantarse un rato. Si es usted quien termina la toma, observe al bebé por si es necesario ofrecerle el otro pecho. Si se mete el puño en la boca o se queja, es probable que desee tomar más. Hasta ahora el bebé se ha alimentado continuamente a través del cordón umbilical y está diseñado para tomar el pecho con frecuencia. Por eso, puede que mame, se suelte, se duerma un rato y luego se despierte y busque de nuevo el pezón. Es el comienzo de una buena producción de leche y de un bebé bien alimentado.

Amamantar reclinada: ¡Que trabaje la fuerza de la gravedad!

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¿POR QUÉ ES TAN BUENO AMAMANTAR RECLINADA? Reclinarse y dejar que la fuerza de la gravedad sujete al bebé es algo tan viejo como la propia humanidad, pero recientemente fue recuperado, analizado y bautizado como “crianza biológica” por la partera comadrona y doctora británica Suzanne Colson. Estas son algunas de las ventajas sobre las largas listas de instrucciones típicas de los últimos veinticinco años: ¡No hay una larga lista de instrucciones! La fuerza de la gravedad “pega” el bebé a la madre, por lo que no hay que preocuparse por cómo cogerle. La madre elige su posición, la posición del bebé, la ropa que ambos visten, si sujetarse el pecho o no y si mover al bebé o no. El torso de la madre “se abre” para que el bebé se tumbe sobre él en cualquier posición, en lugar de tener que cruzárselo en el regazo porque no hay otro lugar. Al estar reclinada, no hay regazo, y las posiciones son ilimitadas. La gravedad proporciona al bebé sujeción plena, constante y relajante, no quedan huecos ni hay puntos de presión. La gravedad acerca al bebé al pecho de la madre mientras él se contonea, en lugar de alejar su cabeza de él, como ocurre cuando la madre está sentada. El cuerpo del bebé está en contacto con el de la madre y se desencadenan más reacciones instintivas en ambos. No es probable que el bebé sacuda los brazos y ellos entorpezcan su camino, porque se siente seguro en contacto con la madre. Usted puede relajarse completamente, sin hombros tensos ni muñecas doloridas. La madre tiene al menos una mano libre para acariciar al bebé o tomar un sorbo de agua. ¿Dará el pecho al bebé reclinada para siempre? Esto depende de usted. Puede modificar la posición, adoptarla durante las siestas, o cambiarla por completo cuando

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usted y el bebé tengan más experiencia. Considérelo una sesión de prácticas para el resto de posiciones.

OPINIONES SOBRE LA LACTANCIA EN POSICIÓN RECLINADA De una asesora de lactancia irlandesa: “En un acto de fe, esta mañana he probado la crianza biológica con una madre y su bebé. Ella tenía los pezones doloridos y estaba nerviosa y tensa, pero el bebé lo ha hecho muy bien. Ha sido asombroso: un agarre perfecto, el bebé parecía comodísimo y la madre no daba crédito a la ausencia de dolor. Inclusive sonrió”. De otra, en México: “Yo también hice un acto de fe la semana pasada, con dos bebés diferentes. Ambos lo hicieron muy bien y se agarraron desde la posición abdominal (barriga con barriga). Lo que más me sorprendió fue comprobar que, efectivamente, con el bebé boca abajo sobre la madre reclinada, la gravedad terrestre se ocupa de todo. Cuando la madre se sienta más erguida, tiene que ayudar mucho más al bebé. ¡Qué diferencia!”. Una madre norteamericana: “Tras la visita a la Líder de la LLL, adopté la crianza biológica, pero pasé a la posición de cuna cruzada, que me permitía controlar mejor la cabeza del bebé aunque no era indolora. Ayer el bebé buscaba mi pecho y decidí intentar de nuevo con la posición reclinada e INDOLORA, tanto en lo referente al agarre como después. Desde entonces llevo trece tomas INDOLORAS de catorce, ¡y eso que las heridas de los pezones todavía no se han curado! Creo que ahora me resulta más fácil la posición reclinada porque no intento tanto guiar al bebé; sólo le coloco el pezón delante de la boca y él hace el resto. Por eso, creo que antes intentaba controlar demasiado el agarre. »Estoy encantada con tantas tomas sin sentir dolor; esto es otra cosa. Estoy enormemente aliviada y muy emocionada”.

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AMAMANTAR SENTADA, EL BEBÉ AL MANDO Si usted o el bebé prefieren hacerlo sentados, pruebe primero con el pecho desnudo, sin sujetador. No es necesario que no lleve nada, puede llevar una camisa o una chaqueta desabrochada o una bata. Desnude al bebé y déjelo en pañales. Reclínese un poco hacia atrás (no tanto como para la posición anterior). Sujete al bebé en posición vertical, contra su pecho, de cara a usted, con la cabeza debajo de su mentón, y déjelo tomar la iniciativa. Después de descansar en su pecho, si tiene hambre y no está somnoliento a causa de la medicación del parto, empezará a mover la cabeza y buscar la mama. Esté preparada para movimientos rápidos. Mantenga el cuerpo del pequeño contra el suyo y ayúdelo como le parezca adecuado. Cuando tenga la mejilla o la nariz cerca de su pezón, probablemente moverá la cabeza, abrirá la boca y se agarrará al pecho. Como la posición reclinada, esta permite al bebé “servirse él mismo”, algo que otros recién nacidos del mundo animal también hacen. Imagine que se empuja a un cachorro de perro hasta el pezón de su madre. Probablemente se confundiría. Por este motivo, estas posiciones acostumbran a funcionar muy bien. Como cualquier otra cría de mamífero, el bebé se organiza, se familiariza con su territorio, y elige su momento.

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AMAMANTAR SENTADA, LA MADRE AYUDA También se puede empezar eligiendo el pecho que ofrecerá al bebé y luego sujetándolo de modo que su cuerpo forme un ángulo cruzado con el suyo, con la cadera apoyada en el muslo de mamá y la barriga de ambos en contacto. Como los bebés se agarran al pecho cuando lo notan, su cara o mejilla o mentón deberá tocar el pecho, o el pezón debe estar en contacto con el labio superior del bebé, para que el pequeño comprenda qué debe hacer. Si se queja, tal vez le ayude a concentrarse poniendo el mentón en contacto con el pecho. Intente evitar que queden espacios entre los dos sujetando el bebé por la espalda y los hombros. La cabeza debe descansar sobre la muñeca o el Sujete al bebé por antebrazo de la madre y él puede controlarla solo. la espalda y los hombros, Si se queja, consuélelo sujetándolo en posición con la cabeza sobre su brazo. vertical durante uno o dos minutos, y tal vez caminando y hablándole, e inténtelo de nuevo. No caiga en la tentación de acercar su cabeza hasta el pecho, esto casi nunca funciona y puede hacer que al bebé le disguste estar al pecho. También hace que le quede el mentón contra su propio pecho, cosa que dificulta un buen agarre. Si lo sujeta de modo que el pezón quede en el espacio entre su labio superior y la nariz, el bebé podrá inclinar ligeramente la cabeza hacia atrás para agarrarse a él. Es posible que observe cómo gira la cabeza, con la boca abierta, para intentar agarrarse al cuello del pijama o al hombro, si por casualidad le han rozado la mejilla. Al poner su mejilla en contacto con la mama o el pezón, se aprovecha el mismo reflejo.

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QUÉ NECESITA EL BEBÉ PARA TOMAR EL PECHO Las tres posturas que hemos visto dejan que sea el bebé quien lleve la iniciativa. Algunos bebés, debido a la medicación administrada durante el parto u otros problemas, necesitan al principio un poco más de ayuda. Vamos a mostrar algunas posturas guiadas por parte de la madre, que proporcionan al bebé la clave de lo que debe hacer. Veamos antes qué necesita el bebé.

EL BEBÉ NECESITA TRANQUILIDAD Lo primero es calmar al bebé. Si está intranquilo, consuélelo. Lléveselo sobre el pecho, háblele con su voz conocida. Poco a poco descubrirá qué es lo que tranquiliza a su bebé. También es útil atender al pequeño cuando muestra las primeras señales de querer mamar, chuparse la mano, relamerse, girar la cabeza hacia usted, en lugar de esperar a que llore de hambre. Si le parece que está intranquilo porque tiene hambre, un poco de calostro ofrecido con una jeringa o cucharita lo calmará y le ayudará a concentrarse.

EL BEBÉ NECESITA UN BUEN APOYO Tanto si se adopta la posición reclinada como sentada, el bebé está más cómodo si se siente bien sujeto. Si está acostada, la gravedad se encargará de ello. Si está sentada, sujétele la espalda y los hombros por detrás y recuerde que su barriga debe estar en contacto con la suya. Los hombros, especialmente, deberían estar bien cerca de la madre. Así, el pequeño se mantiene estable mientras mueve la cabeza al buscar. Si el bebé no se siente seguro, moverá los brazos, lo que puede complicar el agarre.

LA MANDÍBULA INFERIOR DEL BEBÉ NECESITA ESPACIO La mandíbula inferior del pequeño tiene que coger bien el pecho. La superior no es tan importante para mamar. Colóquese el dedo índice debajo de la nariz, como si fuera un bigote, en la mandíbula superior, y realice movimientos de succión exagerados. El dedo no se mueve. Pues al bebé le ocurre lo mismo: la mandíbula inferior es la que se mueve y para ello precisa espacio. Si los dedos de la madre están en medio, no le será posible

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moverse. La madre puede sujetarse el pecho o levantarlo, pero manteniendo una distancia para que la mandíbula del bebé pueda hundirse en la mama, con la cabeza algo reclinada hacia atrás para que la mandíbula quede adelantada. Mantenga los dedos alejados del lugar donde el mentón y la mandíbula del bebé deben estar.

EL BEBÉ NECESITA LLENARSE LA BOCA Si bien el pezón alberga un poco de leche, esta se halla principalmente en los conductos de los pechos. El bebé que simplemente succiona del pezón no obtendrá demasiado alimento y lastimará a la madre. Cuando el bebé se llena bien la boca con el pecho, y no sólo con el pezón, entonces resultará cómodo. Así es cómo encontrará la leche. Cuando es cómodo, es correcto. Como suele decir el pediatra canadiense, Jack Newman: “Se trata de mamar, no de pezonear”.

EL BEBÉ NECESITA PODER DAR UN BUEN BOCADO Algunas mujeres prefieren (o necesitan) sujetarse el pecho mientras amamantan. Lo aplanan como si fuera un bocadillo que ofrecen al bebé, cosa que favorece que el pequeño agarre más tejido mamario. Cuando come usted un gran bocado, procura que los dedos queden lejos de la mandíbula inferior para poder morderlo bien. No se preocupa de los dedos que quedan junto a la mandíbula superior. Del mismo modo, si se sujeta el pecho, debe mantener los dedos de abajo lejos de la boca del bebé.

EL BEBÉ NECESITA DECIDIR CUÁNDO Antes se aconsejaba que se colocara el bebé al pecho cuando abriera la boca. Pero otros mamíferos nunca controlan tanto las tomas y los bebés no esperan que la madre lo haga. A menos que exista un motivo concreto para ello, lo mejor es que sea el propio bebé quien decida cuándo agarrarse al pecho. La tarea de la madre consiste en hacer que el bebé pueda hacerlo cuando quiera, sujetándolo bien a una distancia que deje el pecho a su alcance.

EL BEBÉ NECESITA ADELANTAR LA MANDÍBULA INFERIOR Si el mentón del bebé queda hacia dentro al alcanzar el pezón, pierde contacto con la mama con la mandíbula inferior. La mandíbula trabaja mejor si el pequeño puede elevar un poco el mentón, reclinando ligeramente la cabeza, con la nariz libre o casi libre del

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contacto con el pecho. Reclinarle un poco la cabeza hacia atrás favorece además la deglución; es más fácil tragar cuando el mentón está elevado que cuando está hacia atrás.

EL BEBÉ NECESITA RESPIRAR En la mayoría de los casos, el bebé respira bien con la cabeza hacia atrás, porque la nariz queda despegada del pecho. Aunque la nariz toque el pecho, el bebé puede seguir respirando bien. Si no puede, se retirará. Si le queda la nariz hundida, intente colocarlo de manera que le quede la cabeza más reclinada, tal vez acercando más a su cuerpo la espalda y hombros del pequeño. También puede levantar ligeramente el pecho (presione la palma de la mano entre la clavícula y el pecho y tire hacia arriba).

© Juana Bone

Elevar el pecho con la mano plana

¿TENGO QUE ELEVAR O SUJETARME EL PECHO DURANTE LA TOMA? No es necesario. Primero, intente aprovechar la fuerza de la gravedad y los instintos naturales. Si eleva el pecho, seguramente deberá mantenerlo así a lo largo de toda la toma. Algunos bebés necesitan que les sostengan el pecho para recibirlo o para poder respirar bien. Pero a menos que tenga los pechos muy largos o anchos, probablemente lo más fácil será dejar el pecho donde lo puso la naturaleza.

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¿QUÉ HAY DEL “AGARRE” Y “POSICIONES”DE LAS QUE HE OÍDO HABLAR?

Con los años, los asesores de lactancia han intentado hallar la forma de ayudar a las madres y bebés a conseguir un buen agarre, especialmente cuando el pequeño debe superar los retos de un parto medicado. Una manera de hacerlo ha sido indicar a la madre que sujete al bebé de determinada forma. Cuando todo va bien, la sujeción y la posición no son demasiado importantes porque madre e hijo encuentran su propio sistema. Pero cuando hay dificultades al principio, puede resultar útil disponer de una “receta” para seguir Acostada de lado. mientras se encuentra el propio sistema. Comentemos estas fórmulas. La posición de la cuna, y sus variantes, es la que la mayoría de nosotras emplea cuando ya nos hemos acostumbrado a la lactancia. Para ello, se coloca al bebé de cara a la madre sujetándole la espalda y los hombros, con la cabeza reposando en el antebrazo o la muñeca (no sobre la parte interna del codo) y la cadera apoyada o cercana al muslo materno. El pecho del bebé se apoya en el de la madre y el pezón le queda cerca de la nariz. Cuando el bebé abre la boca para agarrarse, se le acerca un poco más. Si parece confundido, se le coloca de manera que la mejilla se apoye junto al pezón, o se inclina el pezón como se describe más adelante. La sujeción cruzada, o posición de cuna cruzada, funciona especialmente bien con bebés pequeños y se suele enseñar a la madre en el hospital. Se adopta sujetando al bebé con el brazo opuesto del pecho que se le va a ofrecer. Se coloca por debajo de los pechos, con la cadera apoyada o cercana al muslo de la madre. Sobre la mano de la madre se apoya el cuello del bebé (no la parte trasera de la cabeza) al abrazarlo contra ella; el pecho del bebé está junto a la mama. La otra mano queda libre para elevar o

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mover el pecho si se desea. Cuando el bebé abre la boca para agarrarse, se le acerca más. Puede ser útil acariciarle la mejilla o inclinar el pezón como se describe más adelante.

Mamando del pecho de encima

La sujeción de rugby suele indicarse a las madres a las que se ha practicado una cesárea, porque con ella, el peso del bebé se mantiene alejado de la incisión. En lugar de sujetar al bebé frente a frente, se le coloca junto a la madre, con la barriga contra el costado materno, y la mano de la madre debajo de los hombros y cuello del pequeño y su cuerpo apoyado entre el brazo de la madre y su cuerpo. Quedará un poco por debajo del pecho, cosa que puede ser positiva si los pechos son grandes; tal vez sea necesario colocarlo en una posición semi sentada si los pechos son pequeños. Acostar al bebé de lado puede servir cuando el bebé tiene dificultades en otras posiciones, y resulta muy cómodo de noche. Tumbe al bebé de lado de cara a usted y empújelo hacia abajo para que el pezón le quede al nivel de la nariz o los ojos. Aplanar el pecho con la mano puede ser útil o no, pero debe hacerlo alineado con la boca del bebé y apartando los dedos, y dejando que el pezón sea lo último en entrar en la boca. Cuando el bebé se agarre, presiónelo por la parte central de la espalda para acercárselo más. Es posible que se arquee, al acercar la parte central de la espalda hacia la madre, la cabeza del bebé se inclina hacia atrás. Si tiene cerca una toalla o una toquilla enrollada

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cerca, puede colocársela detrás de la espalda al pequeño para mantenerlo en posición y tener una mano libre para acariciarlo. En ocasiones el bebé halla consuelo cuando la madre se pone de pie. Puede mecerlo o dar pequeñas sacudidas con los brazos para tranquilizarlo, y lo hará mejor al no formarse el regazo. Como siempre, el bebé debe estar bien sujeto y hay que dejarlo tomar la iniciativa; pruebe a dejar que le cuelguen las piernas hacia abajo en lugar de mantenerlo en posición horizontal, a ver qué pasa.

KIM, DE PECHOS PEQUEÑOS, ESTABA EN EL SOFÁ HABLANDO CON OTRA MADRE SOBRE EL PARTO CON LAS RODILLAS CASI A LA ALTURA DEL MENTÓN Y SU HIJO

“¡FUE INCREÍBLE!”, DIJO, LEVANTANDO LOS BRAZOS POR ENCIMA DE LA CABEZA. “QUIERO PREGUNTARTE UNA COSA, DIJO SU AMIGA. ¿AHORA MISMO ESTÁS AMAMANTÁNDOLO?” KIM, CON LOS BRAZOS AÚN EN EL AIRE, MIRÓ HACIA ABAJO. “SÍ, SÍ”. DE TRES MESES REPOSANDO SOBRE SUS MUSLOS.

Anita, quien tenía pechos grandes, vino a una reunión de la Liga de La Leche con su bebé de dos semanas porque tenían problemas al comienzo de cada toma. Al cabo de dos meses volvió, se sentó con las piernas cruzadas, empezó a darle el pecho y repartió unas fotocopias. “¿Estás amamantando ahora mismo?”, le preguntamos. “No habrías sido capaz de ello hace dos meses”. “¡Vaya!, dijo sorprendida. Pues es verdad. Lo había olvidado”.

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ADAPTARSE DESPUÉS DE UNA CESÁREA O UNA EPISIOTOMÍA Si le han practicado una episiotomía importante o se ha sometido a una cesárea que le dificulta adoptar una posición semi reclinada, puede tumbarse boca arriba y colocar al bebé sobre su pecho (evitando la incisión) o incluso arrodillarlo a su lado (con la ayuda de alguien), para que encuentre el pezón. Puede que le resulte más cómoda la sujeción de rugby o sentada, con una almohada o dos detrás de la espalda y otra sobre el regazo para proteger la incisión.

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INICIAR LA TOMA Si emplea una “técnica” para que el bebé “se agarre”, no se relaje inmediatamente o el pequeño podría soltar el pezón. En su lugar, dele tiempo para acomodarse y que empiece a succionar. Entonces, usted podrá poco a poco relajar la mano que sujeta el pecho, y acercarse más al bebé si al relajar la mano del pecho se aparta de él. Recolóquese para seguir cómoda. Hallará más información sobre las tomas en los Capítulos 5 y 6.

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SE AGARRA, PERO DUELE La buena lactancia no tiene nada que ver con la apariencia, sino con la sensación y la constatación de que funciona. El bebé se alimenta correctamente SI obtiene la leche necesaria sin cansarse en exceso Y ambos se sienten cómodos. Si alguna de las partes de esta descripción no se corresponde con la realidad, si la madre experimenta dolor o si el bebé no obtiene leche suficiente, entonces hay que cambiar algo. Siempre puede colocar el dedo meñique en la comisura de la boca del bebé para interrumpir la succión. Luego, retire el pezón de su boca y vuelva a empezar. Pero no lo haga con demasiada frecuencia porque puede resultar frustrante para el pequeño. En lugar de ello, pida ayuda para encontrar una técnica más cómoda. He aquí algunas ideas.

INCLINAR EL PEZÓN Rebecca Glover, una partera comadrona australiana, recomienda colocar el pulgar o un dedo cerca de la base del pezón por el lado donde estará el labio superior del bebé. Presione un poco y observe cómo el pezón se inclina hacia arriba. Así se ofrece al pequeño un bocado mayor que no sólo consta del pezón, y no hay dedos que molesten cerca de la mandíbula inferior. Puede estimular al bebé con el pecho. Si abre la boca en busca del pezón, acérqueselo hacia usted, no le cambie de posición para intentar que el pezón entre en Al inclinar el pezón, el centro de la boca. Puede usar el pulgar para empujar se ofrece más pecho el pecho dentro de la boca. El pezón es la última parte al bebé. que entra, aun inclinado. No importa que el dedo entre en la boca del bebé momentáneamente. Acuérdese de mantener al bebé muy cerca, con su pecho contra el suyo y deje que sea él quien controle el movimiento de su cabeza.

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Encontrará fotografías y más descripciones en el sitio web de Rebecca, rebeccaglover.com.au.

HACER EL BOCADO MÁS PLANO Seguramente al comer un gran bocado, lo aprieta o aplana para poder morderlo. Aplanar el pecho para facilitar al bebé un mayor bocado le ayudará del mismo modo. Puede combinar esta técnica con la inclinación del pezón. Acuérdese de mantener los dedos más cercanos a la mandíbula inferior lejos del pezón. El dedo colocado cerca del labio superior del bebé, en cambio, puede estar junto al pezón.

ALMOHADAS Si su cuerpo sirve de apoyo al del bebé, no necesitará almohadas. Si precisa apoyo para el brazo, pueden serle útiles uno o dos cojines. Al apoyar al bebé sobre una almohada, es posible que quede más espacio entre su cuerpo y el suyo, y se intensifican, en lugar de curarse, el dolor y grietas en los pezones. No obstante, hay situaciones en que una almohada puede proporcionar ayuda provisionalmente. Una de superficie plana le será más útil que una redondeada, sobre todo si el bebé es pequeño, tienden a rodar hasta el doblez). Si el uso de un cojín significa que la madre tiene que elevar el pecho para llegar al bebé, entonces probablemente no lo necesita.

REPOSAPIÉS Si amamanta sentada y tiene las piernas cortas, un banco o un libro grueso, una bolsa de pañales o la barra inferior de la mesilla de centro, pueden elevar su regazo y dar apoyo para el brazo y el bebé y relajar la zona lumbar. Con la práctica, encontrará otras formas de ponerse cómoda. Cruce las piernas o intente elevar sólo un pie, así los pies del bebé quedarán más bajos que la cabeza. Las pinturas antiguas suelen mostrar la madre lactante con un pie sobre un banco y el bebé no del todo en posición horizontal.

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¡NADA DE ESTO FUNCIONA! ¡EL BEBÉ NO SE AGARRA! Si le han administrado medicación, como en el caso de anestesia epidural, o se han llevado a cabo otras intervenciones, como inducción o extracción con fórceps, es posible que el bebé no reaccione como hemos descrito. En el caso de algunos bebés, los efectos de la medicación tardan días o semanas en desaparecer por completo. Otros bebés pueden presentar dificultades físicas o neurológicas que pueden resultar increíblemente frustrantes cuando lo único que se desea es iniciar la lactancia. Es posible también que la madre sienta la presión del personal sanitario, o incluso de familiares y amigos, para hacer que la lactancia “funcione YA”. Se trata de una dificultad temporal que muchas madres superan antes de iniciar una relación feliz de lactancia. Recuerde que si el bebé no mama, no se le puede hacer tomar el pecho, al menos por ahora. Si se muestra frustrado o enojado al ponerlo al pecho, tal vez sea debido a que es un lugar donde nota que puede dar rienda suelta a sus frustraciones, algo que no haría ante un extraño. Tal vez se sienta como un niño en una tienda de golosinas que empieza a rabiar, no porque no le gusten las golosinas, sino porque sí le gustan. Pero, si somos capaces de hacer que un tigre salte a través de un aro, cosa que no ha nacido para hacer, está claro que podremos hallar la manera de ayudar a su bebé a tomar el pecho. La clave radica en tener paciencia y contar con ayuda. El bebé lo conseguirá, pero puede que tarde un poco. Un bebé sano nacido a término no necesita ingerir nada durante al menos veinticuatro o treinta y seis horas. La naturaleza ofrece este margen de tiempo para que las madres y bebés aprendan lo necesario. Muchos bebés se despiertan al día siguiente listos para tomar el pecho.

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LAS “TRES CLAVES” Hay tres cosas que se deben tener en cuenta si la lactancia no funciona. Si se activan estas “Tres Claves”, la madre estará lista y preparada para la lactancia cuando lo esté el bebé. 1.

MANTENER LA PRODUCCIÓN DE LECHE

La producción de leche empieza a aumentar automáticamente al cabo de un par de días, tanto si se extrae leche como si no. Pero estos primeros días son importantes para la producción futura. La cantidad de leche que se extraiga de los pechos ahora indica a las mismas la cantidad que tienen que producir. Si el bebé aún no mama, conviene extraerse leche manualmente o con un sacaleches para que los pechos estén preparados cuando el recién nacido finalmente esté listo. Los primeros días, el calostro es espeso y más fácil de extraer a mano (véase el Capítulo 15) que con sacaleches. El masaje y la compresión de los pechos también ayudan. La madre suele lograr extraerse más calostro durante las primeras horas posparto que más adelante; es la primera comida importante que el bebé normalmente ingiere. Puede pedir ayuda para extraerse leche si el bebé no mama. Después, puede descansar durante unas seis horas y disfrutar de la compañía del bebé, para luego empezar a extraerse leche cada dos o tres horas, o entre ocho y diez veces cada veinticuatro horas. Si el bebé aún no toma el pecho llegado el tercer día (el tercer período de veinticuatro horas), cuando el volumen de producción empieza a aumentar, la madre puede seguir extrayéndose leche a mano, tal vez recogiéndola para almacenarla o con un sacaleches, en algunos hospitales disponen de ellos, o puede ponerse en contacto con la LLL para preguntar cómo conseguir uno. Conviene extraer leche durante unos quince minutos de cada lado cada dos o tres horas y realizar un masaje en los pechos para favorecer la producción. 2.

MANTENER AL BEBÉ ALIMENTADO

Al principio, es posible que sólo salgan unas gotas. No se preocupe. Las necesidades del

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bebé al principio son mínimas. Aunque mame perfectamente, no obtendrá grandes cantidades de leche al comienzo. De hecho, parece ser que si se le da mucho alimento al principio, su metabolismo puede acelerarse y precisar más. Con un poco de calostro se consigue mucho. La madre puede recolectar la leche que se extrae con una cucharita de plástico y verter el contenido en la boca del bebé. Si es posible, mientras la madre llena una cucharita, otra persona puede darle el contenido de la anterior al recién nacido. Si la madre produce más que unas gotas, puede recolectar la leche de la cuchara con un gotero. Si se extrae leche a mano y la vierte en un embudo, puede recolectar alguna gota del embudo con el dedo y dejar que el bebé la chupe, y reunir el calostro extraído con el sacaleches con un gotero. Cuando la producción aumente, o si necesita un suplemento, puede recurrir a uno de los diversos métodos de alimentación compatibles con la lactancia que se describen en el Capítulo 18, para alimentar al bebé hasta que esté listo para tomar el pecho. 3.

MANTENER AL BEBÉ CERCA

La piel del bebé contra la de la madre favorece el proceso de la lactancia. Con una manta encima de ambos para mantener el calor materno, el bebé no pasará frío. El recién nacido no gastará calorías para mantener la temperatura solo; los estudios indican que las incubadoras y calefactores más modernos no consiguen un resultado tan efectivo como la piel de la madre, no las gastará para mantener un ritmo cardíaco y una respiración estables (la respiración y ritmo cardíaco maternos guían y estabilizan los del bebé, exactamente como lo han hecho hasta el nacimiento; el recién nacido no tiene por qué encargarse aún de esto), y tendrá la despensa cerca, a punto, cuando decida que está preparado. Puede dejarle dormitar en su pecho si lo desea, y acercarlo a él cuando le ofrezca leche extraída. Son pequeñas cosas agradables que le recordarán al bebé que el pecho de su madre es el lugar más agradable del mundo, aunque aún no lo considere una fuente de alimento. Esto favorecerá la lactancia y estabilizará y consolará al pequeño. El primer paso hacia la lactancia puede ser este: el bebé se agarra al pezón pero no succiona. En ocasiones, al comprimir el pecho con los dedos para que salgan algunas gotas anima al bebé a iniciar la succión. Una idea original consiste en lamer al bebé. Todos los mamíferos lamen a sus bebés

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tras el nacimiento, no sólo para limpiarles sino también para estimular la respiración, digestión y respuestas neuronales. Los lamidos también demuestran afecto y acentúan el sentido del olfato. Las madres humanas no suelen pensar en hacerlo, pero algunas han sentido la inclinación de lamer a sus bebés y estos han respondido sorprendentemente bien. Si el bebé no ha mamado y ya tiene unos días de vida, ni siquiera con la ayuda de un experto, pruebe con una pezonera de silicona (véase el Capítulo 18). Las tomas deben ser momentos relajados, felices y exentos de presión. Conviertan la lactancia en un juego si ambos lo desean, en lugar de convertirla en una obligación porque hay que comer. El tiempo, la confianza en el proceso y una buena asesora son sus mejores aliados. Casi todos los bebés empiezan a tomar el pecho, aunque algunos tarden semanas. La lactancia llega a su debido tiempo, siempre y cuando se tengan presentes las Tres Claves: mantener la producción de leche, mantener al bebé alimentado y mantener al bebé cerca.

ENCUENTRE UNA BUENA ASESORA DE LACTANCIA Aún podemos añadir una clave más: mantener el contacto con alguien que comprenda verdaderamente la lactancia, alguien que merezca su respeto y con quien la madre se sienta cómoda. Se puede obtener mucha información general y útil de un libro como este, pero para la ayuda individual y para un apoyo constante, ponerse en contacto con una asesora de lactancia puede marcar la diferencia: son dos ojos expertos, un cerebro que puede recurrir a múltiples recursos y experiencias, y un hombro para llorar o sobre el que apoyarse. La persona adecuada es capaz de acortar este período extremadamente frustrante y ayudar a la madre a encontrar no sólo respuestas sino también maneras de hacer que sus esfuerzos fructifiquen. Lo que la asesora seguramente hará es: Formular preguntas antes de ofrecer soluciones. Ser amable y respetuosa con la madre y el bebé. Ser infinitamente paciente. Apoyar las decisiones y objetivos de la madre. Conocer otras personas y entidades a las cuales recurrir si hace falta ayuda.

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Disponer de libros de asesoramiento de la lactancia. Mantenerse al día acerca de los estudios realizados, asistiendo a conferencias, por ejemplo. Adaptar la información e ideas a su situación. Estar dispuesta a modificar lo que no le funcione a la madre. Mejorar el estado de la madre. Mejorar la fortaleza de la madre. Seguir al lado de la madre mientras esta lo desee.

El mejor modo de hallar una asesora en su zona puede ser a través de la Liga de La Leche, si existe un grupo o una Líder en la zona. Algunas dificultades pueden superar su preparación, pero sabrá a quién remitir a la madre. También se puede consultar el sitio web ilca.org. Las grandes ciudades suelen contar con más recursos. De nuevo, la Liga de La Leche es un buen lugar para iniciar su búsqueda. Si el bebé no toma el pecho, es por algún motivo, y una asesora de lactancia buscará este motivo hasta que la madre lo desee… o hasta que, como suele ocurrir, algo “mágico” ocurre y el bebé empieza a tomar el pecho. Sabemos de bebés que de repente maman a las dos, cuatro, seis semanas, tres, seis meses, etc. Cuando las Líderes de la Liga de La Leche trabajan con madres, no temen que el bebé no llegue a agarrarse nunca. Temen que la madre no sea capaz de “mantener la fe” hasta que llegue el momento. Funcionará, y mientras tanto, hay maneras de mantener la producción de leche. Los bebés están hechos para tomar el pecho. Los prematuros, los pequeños, los enfermos, todos están diseñados para alimentarse del pecho.

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LA PRÁCTICA HACE AL MAESTRO Su bebé y usted necesitan tiempo hasta conseguir dominar esta nueva habilidad. Afortunadamente, amamantará con frecuencia y tendrá MUCHAS oportunidades para practicar. Al final, será usted capaz de dar el pecho en esta silla, en aquel sofá, en el coche y en el parque, acostada de lado en la cama o sentada con las piernas cruzadas en el suelo, incluso levantándose para abrir la puerta. Es posible que le guste cruzar las piernas, apoyar el brazo en el muslo y descansar el peso del bebé en el regazo. Tal vez elija un estilo totalmente diferente de los que hemos descrito, adaptado al tamaño de sus pechos, a la talla de su tronco, a sus posturas preferidas y a las preferencias del bebé. Llegado este punto, podrá usted guardar los libros de lactancia en la estantería de su biblioteca. El bebé se habrá convertido en un experto. Usted, también.

OTROS RECURSOS ÚTILES PARA CONSEGUIR UN BUEN AGARRE Breastfeeding Made Simple, Nancy Mohrbacher y Kathleen Kendall-Tackett (en inglés). The Latch, Jack Newman y Teresa Pitman (en inglés). Mother-Baby Experiences of Nurturing, Suzanne Colson (en inglés). Supporting Sucking Skills in Breastfeeding Infants, editado por Catherine Watson Genna (un libro excelente para consultores de lactancia, pero tal vez más técnico de lo que la madre precisa) (en inglés). Baby-Led Breastfeeding, Christina Smillie (DVD). Biological Nurturing: Laid-back Breastfeeding, Suzanne Colson (DVD). Follow Me Mum, Rebecca Glover (DVD).

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SEGUNDA PARTE

EDADES Y ETAPAS

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CINCO

PRIMEROS DÍAS: HOLA, BEBÉ…

© Liliana Duque “Llegamos a casa y nos metimos en nuestra cama cuatro horas después del nacimiento de Melissa. Había comenzado a mamar a los pocos minutos de nacer, pero la enfermera me dijo que probablemente dormiría bastante los próximos días. ¡Ja! No es lo que tenía pensado Melissa. Me sorprendió lo alerta que estaba gran parte del tiempo. Estudiaba mi cara solemnemente cuando la tenía en brazos como si tratara de memorizar mi aspecto. ¡Quién sabe! mamaba mucho. Tomaba pecho veinte minutos, se dormía en mis brazos quince minutos, luego volvía a tomar el pecho. Pasé mucho tiempo en cama con ella los primeros días, mirando a mi preciosa hija”. Julie, recuerdos de 1988.

AQUÍ ESTÁ USTED:

con su recién nacido (uno o más). Seguramente se encontrará emocionalmente abrumada, y el cuerpo no le parecerá el mismo que antes del embarazo. Tener al bebé en brazos es todavía mejor de lo que había imaginado, aunque su mundo

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se ha transformado y es consciente de que hay mucho que aprender.

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CONOCER AL BEBÉ Sigamos el relato sobre Manoli y Beti en donde lo dejamos. Manoli se siente cansada tras el parto, pero también eufórica. Desea contemplar a su bebé constantemente y cuando la pequeña abre los ojos y parece mirarla, experimenta la mejor sensación del mundo. No quiere que se lo aleje de su vista, y no hay razón para que no sea así. En uno o dos días, el cansancio y el dolor remiten y se sorprende de la energía que la llena.

Manoli está aprendiendo las señales de hambre de Beti, y Beti se alimenta con frecuencia, cosa que le parece bien. Su madre y una prima han venido para echarle una mano, de modo que Manoli puede concentrarse en Beti. Cuando hace buen día, Manoli coloca a Beti en el portabebé y salen a dar cortos paseos. El aire fresco y el ejercicio físico les sienta bien. Si Beti se queja, Manoli prueba diferentes técnicas para consolarla. Siempre intenta primero darle pecho, y la mayoría de las veces, funciona, pero si no es así, camina con Beti en brazos, le habla o le canta, hace un saltito que a veces le gusta a la bebé, o sale con ella. Poco a poco, aprende a identificar sus necesidades, los ruiditos que hace y la manera de quedarse inmóvil cuando orina, su manera de retorcerse y frotarse la cara cuando tiene sueño, el modo de dar golpes con la cabeza contra el pecho de Manoli cuando quiere volver a tomar pecho. Cada vez que consigue consolarla, Manoli se siente más confiada como madre. Los primeros días pueden no ser tan plácidos: tal vez la madre deba recuperarse de la operación, lidiar con los efectos secundarios de la medicación, o esforzarse más para que la lactancia funcione. Afortunadamente, la naturaleza proporciona a la madre y al bebé instintos y habilidades para superar los retos a los que se enfrenten. Véase el apartado “Los pasos siguientes después de un parto difícil”, en el Capítulo 3, para conocer más estrategias.

PIEL CON PIEL 123

Durante al menos las dos primeras horas de vida del bebé, madre e hijo merecen y necesitan estar juntos, el bebé desnudo o sólo con pañal, sobre el pecho desnudo de la madre. Si lleva un camisón o una bata, ábralo. Reclínese cómodamente y deje que la fuerza de la gravedad sujete al bebé contra su pecho; no es necesario que se tumbe completamente. Sólo necesitan una manta para cubrirse. Cada vez más estudios demuestran la importancia del contacto piel con piel. Las mediciones, el baño, todo puede esperar. Este es su momento y sólo lo vivirán una vez en toda su vida, y puede forjar sus vidas. Tienen derecho a disfrutar de él. Es lo que el bebé espera y necesita. El contacto piel con piel al nacer ayuda a: Estabilizar el ritmo cardíaco, la respiración y la temperatura del bebé. Estabilizar la temperatura de la madre. Evitar la tristeza puerperal más adelante. Disminuir el estrés en el bebé (no, el llanto no fortalece los pulmones; estresa el corazón y el cerebro). Reducir el dolor del bebé provocado por las intervenciones médicas. Reducir el estrés materno. Aumentar la interacción entre madre e hijo. Aumentar la probabilidad y duración de la lactancia.

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¡NADIE ME LO HABÍA DICHO! A pesar de asistir a clases de preparación para el parto y hablar con amigas que “ya han pasado por esto”, muchos detalles de los primeros días posparto no suelen mencionarse. Por eso, puede serle útil saber qué es lo normal. Al principio, no es necesario cambiar el pañal con frecuencia. El calostro que el bebé obtiene de la madre es poco, lo cual es perfecto porque al nacer su estómago tiene el tamaño de una canica grande. Las primeras heces serán oscuras y pegajosas, se trata del meconio, los residuos que estaban en el intestino del bebé antes de nacer. Si piensa utilizar pañales de tela, tal vez decida emplear pañales desechables hasta que el bebé se haya deshecho de todo el meconio, ya que éste puede manchar la tela. La mujer tiene pérdidas parecidas a una menstruación abundante que pueden durar hasta dos semanas. Es lo que se denominan loquios o entuertos, y en ocasiones el flujo puede ser verdaderamente copioso. La primera vez que se ponga de pie, puede bajar como un chorro. Al principio, puede utilizar toallas higiénicas de noche y colocar un protector o una toalla oscura en la cama. Cuando se amamanta al bebé, el útero se contrae como respuesta a la oxitocina liberada con la succión del pequeño, y es posible que se tengan pérdidas cada vez. Los calambres enseguida remitirán, pero a veces son tan fuertes como las contracciones del parto. A menos que la madre se esté recuperando de una cesárea (incluso entonces), probablemente le entrará hambre después de dar a luz. Acaba de realizar un gran esfuerzo y se merece una buena comida. Una madre nos comentó: “Un restaurante del barrio ofrecía un plato al que llamaban ‘Un Paseo por la Cocina’ que incluía un poco de todo. Le pedía a mi marido que lo encargara para mí después de cada parto. Eran las únicas ocasiones en que me apetecía, ¡y qué bien me sentaba!”. El bebé no se comporta como dice en los libros y no tiene nada de raro: los bebés no saben leer.

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La madre no puede dormir. En parte se debe al remolino mental que provoca haber entrado en la maternidad. Además están las hormonas; los niveles de progesterona y estrógeno del embarazo descienden enseguida tras el parto y haberse convertido en madre afina el radar de la mujer, por lo que su sueño se vuelve más ligero y se despierta con mayor facilidad, especialmente si el bebé no está junto a ella. Tenga al bebé consigo y probablemente dormirá mejor. Es posible que se sienta abrumada con las visitas. Si está en el hospital, pida al personal que intercepte a las visitas en recepción y sugiera que la visiten cuando haya regresado a casa. Si está en casa, anuncie las horas de visita ¡cortas! y vaya en camisón. Si se comporta como si estuviera fresca como una rosa (aunque sea cierto), la gente la tratará así, y ahora esto no es lo que más le conviene. Puede usar la lista del apartado “Hojas de utilidad” para indicar a las visitas cómo pueden ser de más ayuda. Tiene otros tipos de pérdidas. Ya hemos mencionado los loquios. Algunas mujeres también experimentan problemas con su vejiga, pierden gotas de orina al toser o estornudar. Cuando le haya subido la leche, es posible que le cueste mantener seca la camiseta. También es algo temporal. Tal vez transpire mucho al principio, especialmente de noche (tenga a mano ropa de dormir limpia) mientras su organismo experimenta cambios hormonales, al mismo tiempo que intenta deshacerse de líquidos procedentes del goteo intravenoso en caso de habérselo administrado. Al empezar a ingerir mucha leche, el bebé empezará también a ensuciar y mojar muchos pañales, por lo que también sus fluidos entran en juego. Los ojos de la madre… bueno, parece que el grifo del lagrimal se abre ante cualquier cosa. Más de una ejecutiva convertida en madre ha tenido que pedir a otra persona que llame para concertar ayuda para la lactancia porque ella no conseguía acabar la conversación sin llorar. Si bien es normal estar sensible y llorar un poco, si la madre se siente angustiada y deprimida varios días seguidos, debería hablar con el médico o la comadrona enseguida. Podría tratarse de una depresión posparto y obtener ayuda rápidamente puede hacer que vuelva a disfrutar del bebé. Si le han administrado muchos líquidos por vía intravenosa, es posible que siga pareciendo embarazada después del parto y tenga los ojos, los dedos, los pechos y el cuerpo hinchado. (La epidural puede disminuir la presión sanguínea, de modo que se administran fluidos para mantenerla dentro de los parámetros normales).

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Ingerir proteínas o sandía puede favorecer la eliminación de líquidos. Si estuvo conectada al goteo intravenoso varios días, cabe esperar que tarde algunas semanas en recuperarse, y debe estar preparada para un posible retraso del aumento de producción de leche. Las primeras noches pueden ser difíciles. Haga varias siestas, incluso al anochecer, y prepárese para pasar la noche. Una madre dejaba un chocolate sin envoltorio en la mesilla de noche, consciente de que a las tres de la madrugada, cuando le entrara el hambre, no sería capaz de desenvolverla. Tenga también agua o jugo cerca de la cama, seguramente ahora tendrá más sed. Las noches serán más tranquilas, pero no enseguida. Puede que la sorprenda lo mucho que quiere al bebé. O tal vez lo poco que lo quiere. Lo primero es lo normal; lo segundo suele ser provocado por las intervenciones durante el parto. Dos de las autoras del presente libro, Teresa y Diana, se enamoraron de sus bebés al instante. La tercera, Diane, recuerda mirar a su hijo en el cambiador y decirle en voz alta: “Daría la vida por ti, pero no te quiero”, y pensar que es algo raro que una madre le diga eso a su bebé. El amor puede llegar como un rayo, o puede ir creciendo el primer o segundo mes. Pero llega. Llega. Dos años después, Diane observaba a su hijo correr a través de un campo y pensó: “Si le ocurriera algo a este niño, no sé si mi corazón podría seguir latiendo”. Ser madre es un trabajo cuya jornada laboral consta de 24 horas al día, y puede ser muy duro. Muchas madres se sienten abrumadas por el reto de cuidar de un recién nacido.

Por todo esto, la red de apoyo es tan importante. Se necesitan personas que cuiden de la madre para que la madre pueda cuidar del bebé. Día a día, las cosas se van superando, se aprenden nuevas técnicas y la vida resulta más fácil.

HÁBITOS DE LACTANCIA: LOS PRIMEROS DÍAS Probablemente la asaltarán tres preguntas: ¿cuánto tiempo? ¿de qué lado? y ¿con qué frecuencia? ¿Cuánto tiempo? El bebé puede tomar pecho todo lo que le apetezca. Si no le han

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medicado puede mamar una hora o más en cada toma los primeros días. Si está medicado y somnoliento, necesitará motivación. Las mujeres pueden dar pecho a gemelos, trillizos, e incluso cuatrillizos, por lo que los pezones están preparados para la tarea. Si necesita que le echen una mano, póngase en contacto con una Líder de la Liga de La Leche u otra asesora de lactancia y resuelva sus problemas. ¿De qué lado? Estos primeros días, el pezón, el brazo o la nariz pueden pedirle un cambio de lado antes de que el bebé haya terminado. ¡No pasa nada! Cambie de lado, o no lo haga, por los motivos que quiera. Mientras siga estando cómoda, puede dar pecho todo el día si es lo que desea. Cambie de lado a lo largo de las tomas del día, pero no se obsesione con ofrecer cada pecho durante el mismo período de tiempo. ¿Con qué frecuencia? Mientras su hijo sea un lactante activo y motivado, dele el pecho siempre que lo pida. Los bebés no medicados que están con la madre tienden a mamar más de las ocho a doce veces al día de las que habrá oído hablar, con siestas intercaladas. Están encargando leche abundante para el futuro. Si el bebé está demasiado afectado por la medicación o a causa de la ictericia para despertar por sí solo, puede despertarlo cada tres horas, a partir del inicio de una toma hasta el inicio de la siguiente (véase el apartado “¿Debo despertar al bebé para las tomas?”). Empiece a las seis horas desde el parto y propóngase al menos ocho tomas cada veinticuatro horas. El pequeño debería mostrar señales de querer el pecho en menos de una semana, cuando ya lo vea todo claro, y entonces la madre puede relajarse y seguir los dictados del bebé. No se sienta atrapada en la cama o el sofá con el bebé. Si quiere ir al baño o tomar algo, pase el dedo meñique por la comisura de la boca del pequeño para interrumpir la succión y haga lo que tenga que hacer. (Use un dedo del tamaño aproximado del pezón. Páselo por la comisura de la boca del bebé, entre las encías, y gírelo como giraría un destornillador para abrir una lata de pintura. Después puede retirar el pezón sin riesgo de que quede atrapado por las encías). Es posible que el bebé desee reanudar la toma cuando vuelva. Ofrézcale el pecho si parece interesado. En resumen: si el bebé está bien agarrado y en una posición cómoda, puede tomar del primer pecho hasta que uno de los dos desee parar. A veces, el bebé tomará del otro pecho, y otras veces no, y no pasa nada. Si se duerme o deja de tomar pecho activamente durante unos minutos, puede animarle a seguir. Si está demasiado nervioso para tomar el pecho, la extracción manual será útil los primeros días.

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“HACE POCO PASÉ DOCE DÍAS EN TAILANDIA LLEVANDO A CABO UN PROYECTO PARA LA OMS. VIMOS MUCHAS CUNAS DE METACRILATO ABANDONADAS EN LOS HOSPITALES. ME INFORMARON QUE, A PESAR DEL RÉGIMEN DE HABITACIÓN CONJUNTA, HABÍAN TENIDO PROBLEMAS DE ICTERICIA.

SE DESHICIERON DE LAS

CUNAS, ACOSTARON A LOS BEBÉS EN LA CAMA CON LAS MADRES Y LA ICTERICIA

LAS MADRES AMAMANTAN A SUS HIJOS TODO EL DÍA Y LAS ENFERMERAS LES OFRECEN INDICACIONES Y AYUDA CUANDO ES NECESARIO. ¿QUÉ HAY DE LA CESÓ.

HIPOGLUCEMIA, LA CONGESTIÓN MAMARIA, LOS PEZONES DOLORIDOS, LOS BEBÉS QUE NO SABEN AGARRARSE, ETC.?

NI

ASOMO DE ELLOS.

NO

SE OÍAN BEBÉS

LLORANDO. ESTO ES LA LACTANCIA FRECUENTE, NO LO QUE NOSOTROS INTENTAMOS”.

ROS ESCOTT, IBCLC, EXTRAÍDO DE UNA CARTA A SUS COLEGAS EN 1995.

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NOCHES Y SIESTAS Si el bebé ha nacido en el hospital, por la noche pueden darse tres casos. Uno, el bebé duerme en la sala de neonatos, aunque es una opción cada vez menos frecuente. Tener al bebé apartado de la madre no es natural para ambos, de día o de noche. Se pierde control sobre lo que le ocurre al pequeño y no se sabe si se le dan suplementos de agua azucarada o leche de fórmula. Si el bebé no está con la madre, su ritmo cardíaco, respiración y temperatura son menos estables, sus señales de hambre se pasan por alto y la leche materna suele subir más lentamente y en menor cantidad. Si está estableciendo un buen vínculo con su hijo, la separación le dolerá, y si no le duele, considérelo una señal de que deberían pasar más tiempo juntos. El régimen de habitación conjunta es el más común actualmente en los hospitales, con el bebé en una cuna en la misma habitación que la madre. Se puede tener al bebé sobre el pecho, en brazos o junto a la cama durante el día, pero muchos hospitales no permiten a la madre tener al bebé en la cama por la noche. Algunos están empezando a emplear cunas “sidecar”, que se acoplan a la cama de la madre, en lugar de las cunas de metacrilato. El colecho es cada vez más común en algunos lugares. Madre e hijo comparten la misma cama día y noche, y el bebé mama cuando lo desea, y así se empiezan a sincronizar sus patrones de sueño, se establece el vínculo afectivo y se obtiene una producción de leche más rápida y abundante. © Liga de la Leche Perú

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Abrazar al bebé, piel con piel.

SEGURIDAD Y SUEÑO EN EL HOSPITAL Si la madre toma analgésicos, pastillas para dormir u otro tipo de medicación que afecte su estado de conciencia, el bebé estará más seguro en brazos de otra persona o en la cuna cuando la madre se sienta somnolienta o desee dormir. De lo contrario, la posibilidad de colecho en el hospital dependerá del tipo de cama. En algunos hospitales ahora disponen de camas dobles, lo que permite que la madre, el bebé y la pareja duerman juntos colocando al pequeño entre los dos adultos a la altura del pecho, para que las almohadas no representen ningún peligro. En los centros de rehabilitación a veces se coloca un colchón en el suelo para los pacientes que no desean estar confinados entre las barras de la cama pero que corren el riesgo de caídas. ¡Es una idea! Se pueden comentar las opciones con una enfermera dispuesta a ayudar. Si no se lleva usted bien con la que le ha tocado, puede pedir que le asignen otra. Si no consigue lo que desearía en el hospital, recuerde que en un par de días estará en su casa y allí podrá adoptar el sistema que usted y el bebé prefieran.

¿UN POCO DE FÓRMULA? 131

Cortesía de Marsha Walker, enfermera y consultora de lactancia certificada Este es el problema: Los intestinos estériles del recién nacido están abiertos a lo que llegue. Verdaderamente “abiertos”, por lo que las sustancias que favorecen enfermedades o alergias pueden filtrarse a la sangre del bebé. Sus intestinos necesitan ahora dos cosas: la leche materna, para obtener las bacterias adecuadas y una barrera provisional contra infecciones, y tiempo, para madurar y crear su propia barrera contra los agentes que provocan enfermedades y alergias. Los bebés nacidos por cesárea, que no obtienen las bacterias necesarias durante el parto, presentan un mayor riesgo de contagio ante las bacterias del hospital y pueden necesitar aún más la presencia y la leche maternas. Por tanto, dar leche de fórmula al recién nacido, por el motivo que sea, durante los primeros días de vida, no debe tomarse a la ligera. Puede significar que las bacterias intestinales del bebé no le protejan como las que consigue un bebé que toma el pecho exclusivamente. Un poco de leche de fórmula puede alterar el equilibrio bacteriano intestinal durante todo un mes. Un poco de leche de fórmula administrada en cualquier momento durante los primeros meses, antes de que los intestinos estén recubiertos con la barrera protectora, puede aumentar el riesgo de alergias y diabetes en bebés susceptibles a ellas. El riesgo puede ser todavía mayor los primeros días y para los bebés nacidos, aunque sea poco, antes de término. Si la madre no tiene leche, los bancos de leche materna, calostro o leche madura, son la mejor opción. Cada vez son más los hospitales que tienen leche humana almacenada a su disposición porque se dan cuenta de la importancia a largo plazo de alimentar al bebé exclusivamente con leche humana. Vale la pena informarse antes de si su hospital la ofrece. Si no disponen de leche almacenada, puede pedirles que se lo planteen… para la salud de sus pacientes más jóvenes a lo largo de toda su vida.

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MICCIONES Y DEPOSICIONES Lo que entra, sale. De hecho, para los bebés que nacen a término, lo que sale suele ser una buena indicación de lo que ha entrado. Al principio, no mucho. Las primeras veinticuatro horas, es normal que el bebé moje ligeramente el pañal y lo ensucie de meconio, negro y pegajoso. Las siguientes veinticuatro horas, el bebé habrá ingerido suficiente calostro para expulsar el resto de meconio y producir algo más de orina. Al tercer día, cabe esperar cambios notables en el color de las heces. Al final de la primera semana, probablemente las deposiciones serán amarillas y abundantes. En las “Hojas de utilidad”, encontrará una tabla aproximada que puede recortar para llevar a cabo el seguimiento. ¿Por qué no se anotan las micciones en la tabla? Pues porque no son tan importantes. De hecho, es posible que los primeros días el bebé no moje demasiados pañales, pero es de esperar que cada deposición haya ido acompañada de cierta cantidad de orina. No obstante, hay algo que se debe tener en cuenta en relación con los pañales mojados. Alrededor del tercer día, tal vez observe un polvo de tono anaranjado o rojizo en el pañal. Se trata de cristales de urato, orina muy concentrada por la falta de ingestión de líquidos. Su presencia es muy habitual en lactantes antes del tercer día de la subida de la leche, y desparecerá en cuanto el volumen de leche aumente. En ocasiones se confunde con sangre, tras la circuncisión de un niño, o con las pérdidas vaginales de las niñas provocadas por la presencia en su organismo de las hormonas maternas. Si sigue observando esta sustancia pasado el quinto día, especialmente si el bebé hace menos de tres deposiciones al día, póngase en contacto con el pediatra y la asesora de lactancia. Cuando el bebé sea lo bastante mayor para llevar el seguimiento de su crecimiento, no hace falta seguir fijándose en los detalles. Pero los primeros días, es posible que sienta la tentación de anotarlo todo: pecho izquierdo, 17 minutos; pecho derecho, 6 minutos; cambio de pañal a las 2.24 horas. ¿Es importante este seguimiento? Los detalles, no. Se trata de contar las deposiciones y, en el próximo capítulo, encontrará una sección donde explicamos cómo saber si el bebé está bien. Como cada bebé es diferente, un

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seguimiento exhaustivo puede aumentar la preocupación de la madre, y esto puede afectar la lactancia. Repetimos lo dicho: si está preocupada, llame a su asesora de lactancia.

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CUESTIONES DE PESO Actualmente, se considera que el bebé no debería perder más del 7% de su peso corporal antes de empezar a aumentar de peso, que no debería nunca perder más del 10%, y que debería haber recuperado el peso de nacimiento al cabo de dos semanas. Pero estas indicaciones presentan algunos problemas. Si a la madre le administraron muchos fluidos por vía intravenosa, es posible que dé a luz a un bebé que también haya asimilado muchos fluidos. Por tanto, su peso al nacer será artificialmente elevado y parecerá que pierde más peso. Este es uno de los motivos por los que los bebés nacidos en casa suelen registrar poca o ninguna pérdida de peso. Pero los bebés son capaces de tolerar esta pérdida inicial mientras todo se pone en su sitio. Si su bebé pierde mucho peso pero mama con ganas y con frecuencia, traga bien y empieza a ensuciar más pañales, probablemente esté bien. Esté atenta a sus progresos, que seguramente serán positivos. Si el bebé ha perdido poco peso pero está somnoliento, no traga y no ensucia pañales, entonces es posible que precise ayuda. Tal vez deba usted ofrecerle el pecho más a menudo o extraerse leche si el pequeño no mama bien. La extracción de leche adicional contribuye en dos sentidos: darle más alimento para que empiecen las deposiciones, y recordarle a sus los pechos que hay un bebé que alimentar. Hable con la Líder de la LLL, su asesora de lactancia o el médico si no observa más deposiciones en uno o dos días. (Una buena asesora también la ayudará a decidir cuándo debe visitar al médico. Recuerde que puede recurrir al pediatra cuando sea necesario, para eso está ahí. No dude nunca antes de llamarle si cree que precisa su ayuda).

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PROBLEMAS INICIALES En la actualidad, no es infrecuente que surjan problemas, o lo que parecen problemas, los primeros días, y los problemas llegan junto con un vocabulario nuevo y potencialmente confuso. La hipotermia, hipoglucemia, ictericia, congestión mamaria y pérdida de peso excesiva del bebé son problemas relacionados con la separación y la somnolencia. El mejor modo de evitar la separación y la somnolencia es traer al bebé al mundo sin medicación, y mantenerlo junto al cuerpo de la madre todo el tiempo posible durante los primeros días. Pero si las cosas no han sido así, el Capítulo 18 ofrece abundante información para solucionar estos problemas.

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SOBREVIVIR SOLA CON EL PRIMER BEBÉ Regresa a casa, o los asistentes al parto se van, y de repente, sin experiencia previa, se halla al cuidado de un bebé de pocos días. Tal vez se pregunte cómo es posible que esto sea legal sin haber hecho un curso de algún tipo. Bien, recuerde que el sistema biológico denominado maternidad se diseñó hace tiempo para ser desempeñado por personas que no sabían leer. El bebé no se romperá si no lo coge “bien”, ni si no lo baña en un mes ¡verdad!, ni si el agua está un poco fría, ni si tose, estornuda o se asusta. Como todavía no sabe aclararse la garganta, es posible que a veces lo oiga hacer unos ruidos extraños. Pero el bebé es un buen maestro, y los instintos y sentido común maternos son buenos estudiantes. Aprenderá todas las lecciones verdaderamente importantes. Incluso sobrevivirá a… la segunda noche.

LA SEGUNDA NOCHE (O LA NOCHE EN QUE EL BEBÉ SE DESPIERTA) Por Jan Barger, enfermera, consultora de lactancia, miembro de la Asociación Internacional de Consultores de Lactancia De repente, el bebé descubre que ya no está en el cómodo y cálido útero materno, y siente MIEDO. Diferentes personas lo manipulan, y no está habituado a los nuevos sonidos, luces, ruidos y olores. Pero ha encontrado algo… su propia voz. La madre se da cuenta de que cada vez que lo retira del pecho cuando se había quedado plácidamente dormido y lo acuesta en la cuna, el bebé protesta, ¡en voz alta! Entonces, la madre se lo vuelve a poner al pecho un rato, y el pequeño se duerme. Al volver a intentar acostarlo en la cuna, llora de nuevo y busca el pecho. Puede parecer que esto dura horas. Muchas madres están convencidas de que esto se debe a que no les ha “subido” aún la leche y el bebé pasa hambre. Lo que verdaderamente sucede es que el

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bebé se ha dado cuenta de que lo más cómodo y agradable de este mundo es encontrarse junto al pecho materno. Es lo más parecido a su “hogar” que tiene. Las asesoras de lactancia de todo el mundo han visto a los bebés mostrar este comportamiento incluso cuando la leche de la madre sube enseguida. He aquí algunos consejos para descansar más: Cuando el bebé se duerma en el pecho, no lo mueva, excepto para acomodarlo mejor. No intente ayudarlo a eructar: acomódese con él hasta que se haya dormido más profundamente, su respiración sea plácida y no mueva los párpados, así es menos probable que se despierte al moverlo, o mejor aún, continúe con él en brazos. Si empieza a buscar y parece que quiere volver a tomar pecho, permita que lo haga, es su modo de tranquilizarse y consolarse. A los bebés les consuela tocar con las manos, y al tocar el pecho materno, los niveles de oxitocina de la madre aumentan y se estimula la producción de leche. Por tanto descúbrale las manos. Es posible que se arañe, pero las heriditas enseguida se curarán. A veces los bebés necesitan pasar más tiempo junto al pecho materno simplemente porque es su hogar.

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PREOCUPACIONES DE LOS PRIMEROS DÍAS He aquí algunos de los temas que motivan las consultas de las madres a las Líderes de la LLL tras el primer parto. No hay preguntas tontas, como no es ninguna tontería preguntar cómo se dice “pan” en francés cuando una está en Francia y quiere comer. En cierto modo, está usted aprendiendo un nuevo idioma. Pronto lo dominará, si halla respuestas a sus preguntas. Si aquí no encuentra sus preguntas, es posible que las halle en el Capítulo 18. Si tampoco están allí, navegue por los foros de www.llli.org o llame a su Líder de la LLL.

¿DEBERÍA DESPERTAR AL BEBÉ PARA LAS TOMAS? La naturaleza ha diseñado a todos los bebés mamíferos para que duerman cuando necesiten dormir y se despierten cuando necesiten despertar. Tenemos toda clase de instintos maternos para todo tipo de situaciones, pero despertar a un bebé que duerme no es uno de ellos. Todos nuestros instintos se dirigen a consolar al bebé y ayudarle a dormir. Si la madre no ha tomado medicación, si el bebé está en contacto físico con ella, si mama bien, si aumenta de peso debidamente, aunque duerma más de tres horas seguidas, probablemente sea lo que va con su personalidad. Contrólele el peso y disfrute de aquella novela que otras madres no tienen tiempo de leer. No obstante, en algunos casos, es necesario intervenir si el bebé duerme más de tres horas seguidas. Esto se debe a que la naturaleza nunca tuvo en cuenta el uso de medicación durante el parto, ni la separación de madre y bebé. Si el recién nacido no está junto a la madre es posible que se encierre en sí mismo para conservar energía y duerma más de lo que dormiría; el hijo de una mujer que ha sido medicada durante el parto puede no ser capaz de despertarse con normalidad durante un tiempo. En caso de epidural u otra medicación, si el bebé no se despierta al menos cada dos o tres horas, es mejor asumir que se debe a los efectos secundarios de los fármacos. Hay momentos adecuados y momentos no adecuados para despertar al bebé. Si le levanta usted el brazo y lo deja caer y nota cierta tensión cuando cae, si observa movimiento debajo de los párpados, si la boca del bebé hace movimientos de succión o

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si mueve otra parte del cuerpo, será fácil despertarlo. He aquí algunos consejos para hacerlo: Si la luz es intensa, apáguela. ¿Está el bebé de cara a una ventana? Corra la cortina. Le será más fácil mantener los ojos abiertos si no se ve obligado a entrecerrarlos. Desvístale. Es posible que así ya se despierte, pero si no es así, coloque al bebé en contacto con su piel. Acaríciele y pronuncie su nombre. Frótele los pies. Pruebe a pasarle una toalla húmeda por la cara. Sea delicada. ¿No hay suerte? Tumbe al bebé boca arriba, sin cubrirlo, de modo que no esté en contacto con usted. Esto suele ser lo bastante incómodo para que el bebé se despierte. Haga rodar al bebé de un lado a otro, de izquierda a derecha, una y otra vez. Casi todos los bebés abren los ojos para ver qué pasa. Sujétele sobre los antebrazos, con la cabeza en las manos, los pies en los codos, y elévelo para que quede en posición vertical, luego baje los brazos para que quede de nuevo en posición horizontal, arriba y abajo, mientras le habla con ternura. Como último recurso, póngale un poco de calostro o leche en la boca, sólo un poco, y espere a que lo trague antes de ponerle más. Algunos bebés duermen mientras toman pecho. Pueden agarrarse y tomar pecho dormidos, especialmente si se adopta la posición reclinada. No pasa nada. El objetivo consiste en que el bebé mame, no en despertarlo.

¿CONVIENE ENVOLVERLO? Si se han llevado al bebé y se lo devuelven envuelto en un cobertor, destápelo, al fin y al cabo, se trata de su hijo y cójalo de manera que su piel desnuda esté en contacto con la suya, con el cobertor por encima. Enseguida recuperará el calor que haya perdido, y podrá quedárselo junto a usted a partir de ese momento. En la actualidad se acostumbra a envolver a los recién nacidos, pero algunos estudios lo desaconsejan. La circulación del recién nacido se ve afectada cuando se le envuelve tanto. Baja la temperatura del bebé y la de la madre. Aumenta de peso más lentamente, probablemente porque no le resulta tan fácil dar señales de hambre y tal vez sea menos consciente de que tiene hambre. Si el bebé permanece envuelto gran parte del tiempo, la madre presenta más congestión mamaria y una menor producción inicial de leche, y

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tiende a manipular con menos suavidad al bebé. Algunos bebés con necesidades especiales encuentran consuelo cuando se les envuelve. Sin duda, esta técnica tiene sus usos. Pero no es adecuada para los bebés en general. Nunca durante sus primeras dos horas de vida, cuando la separación que impone puede influir en la suavidad del trato de la madre durante todo el primer año. Recuerde, además, que el bebé envuelto se halla indefenso e inmovilizado. Los bebés suelen dormir seguros con la madre (véase el Capítulo 12), pero dormir con un bebé envuelto es peligroso.

¿QUÉ PUEDO HACER ANTE LOS PEZONES DOLORIDOS? No nos cansaremos de repetirlo: la lactancia no tiene que ser dolorosa. Nunca. No es normal que los pezones se agrieten ni sangren. No es normal que salgan de la boca del bebé arrugados, lastimados ni heridos. Es posible que al principio sean muy sensibles, y se puede notar cierto escozor el primer día o dos. Querrá evitar que la ropa los roce durante este tiempo. Algunas de estas sensaciones forman parte del proceso de adaptación a la lactancia. Pero el dolor o las heridas, ¡no! Evitar el dolor suele ser tan sencillo como dejar que el bebé sea quien tome las riendas, o cambiar ligeramente de posición. Si estos pequeños cambios y una mirada al Capítulo 4 no resuelven el problema, sugerimos que hable con una asesora de lactancia, una buena asesora, enseguida. Pida consejo a sus amigas, llame a la Liga de La Leche, y desconfíe de las personas que empleen frases como “la forma correcta”, “lo haces mal”, “todo parece correcto”, “el bebé es perezoso”, o cualquier comentario que incluya términos absolutos. La biología de la lactancia es flexible, adaptable y resistente. Los bebés no son más perezosos para comer que para respirar. Obtener una buena ayuda enseguida la ayudará a sentirse bien antes, física y mentalmente.

¿CÓMO SABRÉ SI COME BIEN? Los pañales son una buena pista, y a los tres días probablemente reconocerá el sonido de la deglución. Cuando el bebé traga leche, suele emitir un sonido murmurante: “keh… keh…keh”, con un “keh” por segundo. Algunos bebés tragan de golpe, otros hacen el sonido “keh” cada cierto número de succiones. Pero el susurro “keh” suele corresponder a la deglución. Los primeros días es posible que no se oiga un sonido rítmico de deglución, la

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cantidad de calostro que el bebé ingiere puede variar considerablemente. Practique la escucha del sonido “keh”, lo oirá de vez en cuando, y tal vez note que la mandíbula inferior del bebé baja un poco más, puede que con una pausa. No todos los sonidos que emite un lactante indican una deglución, y algunos bebés que amamantan bien lo hacen casi en silencio. Pero observar y escuchar los tragos la animará, el calostro va del pecho al bebé: ¡la lactancia funciona! El bebé no tragará la primera vez que se agarre al pecho. Primero, es posible que succione brevemente, cosa que significa que está organizándose y está buscando un lugar para hacer un masaje en los pechos para desencadenar la liberación de la leche. Podemos denominarlo una preparación para la lactancia. Luego, probablemente empezará a succionar con lentitud, sobre todo si se le llena la boca de calostro o leche.

DICEN QUE TODO VA BIEN, PERO ESTOY PETRIFICADA He aquí algunos conceptos básicos que pueden ayudarla a superar los miedos iniciales. Dé prioridad al bebé. Puede que la casa sea un desorden, que haya facturas que pagar, que su suegra quiera visitarla. No importa. El bebé es lo primero. El recién nacido necesita mamar y estar en brazos; estas necesidades son intensas y constantes durante las primeras dos semanas. El resto de su vida puede esperar. Tenga lo necesario para el cuidado del bebé centralizado, preferiblemente en el lugar donde probablemente vaya a comer, dormir y tomar el pecho. No se preocupe por la organización, póngalo todo en montones. Ya tendrá tiempo de organizarse a medida que pasen los días. Ahora, déjese llevar por la corriente en lugar de intentar establecer patrones perfectos desde el primer día. Kirsten había amamantado a Willem sin problemas en la cama del hospital, plana y dura, pero no conseguía hacerlo en ningún otro sitio. Colocó un montón de mantas en el suelo del salón y le amamantaba allí mientras lentamente madre e hijo aprendían otras posiciones. Cualquier cosa que funcione, por ridícula que pueda parecer, es la que debe poner en práctica. Nadie vendrá a juzgarla. Después del bebé, lo primero es usted. Debe recuperarse y esto significa descansar y pasar tiempo con el bebé, comer y beber. Cuide del pequeño y deje que su pareja, familiares, buenas amigas, una doula o acompañante cuiden de usted. Su pareja ocupará inevitablemente el tercer lugar de momento. En el siguiente

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apartado hallará consejos para que la vida siga mientras se forjan los nuevos patrones. Recompénselo colocándole al bebé sobre el pecho, cuando el bebé no necesite el pecho materno.

ALGUIEN DIJO QUE DAR EL BIBERÓN A UN BEBÉ ES COMO MONTAR EN TRICICLO: UNO VA Y LO HACE. LA LACTANCIA NATURAL ES COMO MONTAR EN BICI. AL PRINCIPIO, A UNA LE FALTA ESTABILIDAD Y TAL VEZ SE CAIGA, HAY QUE APRENDER. PERO CUANDO SE SABE MONTAR EN BICI, A MONTAR EN TRICICLO?

¿QUIÉN QUERRÍA VOLVER

¿QUÉ PUEDE HACER LA PAREJA PARA FAVORECER LA LACTANCIA? El papel de la madre está bastante claro: alimentar al bebé. ¿Qué hay del papel de la pareja? Estas ideas pueden marcar la diferencia: Alimente a la madre, y déjele comida a mano, especialmente alimentos que no deban manipularse y sean fáciles de comer con una sola mano, y alimentos ricos en fibra. Organicen las horas de sueño de modo que todos estén contentos. Posiblemente, deberán probar varias opciones antes de dar con la mejor, y tal vez al principio lo mejor sea dormir separados. ¡Sea flexible! Controle las visitas. Ella puede ser demasiado educada como para pedirles que se vayan. Esté pendiente de la madre e invite a las visitas a marcharse antes de que se alarguen demasiado. Muéstreles la lista de tareas de la nevera (véase el apartado “Hojas de utilidad”) para que presten algo de ayuda antes de marcharse. Encárguese de hacer los recados. El correo, la compra o los recados que no tenía ni idea que ella hacía. Pida ayuda por teléfono si ella lo desea. Normalmente, las Líderes de la LLL prefieren que sea la madre quien llame para saber exactamente qué quiere de nosotras. Pero cuando han pasado unos días desde el parto, y la oímos dictarle la información que nos va a repetir, nos hacemos cargo de la situación. Hemos pasado por lo mismo.

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CONFIAR EN UNA MISMA La maternidad, básicamente es una combinación de instinto y sentido común. El llanto del bebé empuja a la madre a reaccionar porque el bebé la necesita. Ella instintivamente le habla con voz suave y aguda, en la que el bebé instintivamente halla consuelo. La madre se coloca al bebé al hombro para calmarlo porque, bueno, funciona. Aprende a moverlo, sujetarlo y criarlo sin que nadie le explique cómo. Es la maternidad instintiva, la del sentido común, la que consiste en un proceso de prueba y error. Sin duda es la que funciona. Convertirse en madre es algo parecido a aprender a nadar. Llega un punto en que se respira más hondo, se suelta la mano del bordillo, se empieza a chapotear… y uno se da cuenta de que está nadando. En parte, se ha aprendido a hacerlo, en parte se debe al esfuerzo realizado, y en parte se trata de confiar en uno mismo. Estos primeros días, sean como sean para usted y para el bebé, son días para disfrutar el uno del otro. Ambos están empezando a soltarse del borde de la piscina; ¿sabe una cosa? Pronto se darán cuenta de que les encanta nadar… ¡y que lo hacen bien!

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SEIS

LAS DOS PRIMERAS SEMANAS: ¡LECHE!

© Liga de la Leche Argentina “Nuestra hija suspira, balbucea y da gritos. Todos estos sonidos requieren interpretación. A continuación transcribo la conversación entre mi hija de diez días y yo, palabra por palabra, anoche, alrededor de las tres de la madrugada”. Sophia: ¡BUA, BUA! ¡BEBÉ HAMBRIENTO! ¡AYUDA! ¡AYUDA! ¿A NADIE LE IMPORTO? ¡LLAMEN A UNICEF! ¡AYUDA! ¡AYUDA! Yo (tomando en brazos a la bebé enfadada): Hola, cariño. ¿Tienes hambre? Sophia: ¡OH, MAMÁ! HA SIDO TERRIBLE. Me he despertado EN AQUEL LUGAR. Ya sabes, ¿verdad? Allí donde nadie toma al bebé en brazos, y donde no hay leche. HA SIDO LA PEOR EXPERIENCIA DE TODA MI VIDA. Yo (ofreciéndole el pecho): Toma. Sophia: ¡QUÉ HAMBRE! (Se da un cabezazo contra el pecho). Yo: Tienes que abrir la boca. Sophia: ¿ES QUE NADIE PIENSA EN EL BEBÉ? Yo (le hago cosquillas en el labio): No pasa nada, cariño. Sophia: ¡QUÉ HAMBRE oh! Ñam, ñam, ñam, ñam, ñam. ¡Qué bien! ¡Así da gusto! Ñam, ñam, ñam, ñam. ¡QUÉ RICO! Ñam, ñam, ñam. Casi ME MUERO, ¿sabes? Ñam, ñam, ñam, ñam.

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Yo: Zzzzzzzzzzz. Sophia (con la cabeza hacia atrás, la boca entreabierta goteando leche): ¡Bieeen! Kira, recuerdos de 2009.

¡YA ESTÁ EN CASA! Tal vez no sea consciente, pero ya no está en la casa que conocía hasta ahora. Es un lugar nuevo, un restaurante que abre las veinticuatro horas todos los días de la semana, donde todo gira alrededor de bebés y pechos, donde el contenido de los pañales capta la atención, donde el tiempo se mide por minutos de succión, minutos de sueño, minutos de calma. No es de extrañar que la mayoría de las madres lloren en algún momento. La maternidad no es un trabajo que acabe al sonar la campana. ¡No hay campana! Pero también tiene momentos fascinantes, cuando una se da cuenta de que sigue dando vida al bebé al que llevaba hasta ahora en la barriga; cuando el pequeño la mira con ojos llenos de sabiduría y comprensión; cuando duerme apaciblemente y despreocupado sobre el pecho de mamá; cuando a una le cuesta creer que ha sido capaz de tal hazaña. Ha dado el paso hacia la maternidad, el lugar donde el trabajo es más intenso y las recompensas más maravillosas. Aunque por el momento hay que centrarse en lo que entra, lo que sale y las horas de descanso. Es el mismo proceso por el que pasó cuando aprendía a montar en bici. No había ninguna prisa, pero día a día, pedalada a pedalada, fue aprendiendo y empezó a rodar. La sensación de empezar a rodar es algo que llega al bebé y a la madre por sí solo. He aquí algunas reflexiones sobre alimentación, deposiciones, sueño y demás.

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HÁBITOS DE LACTANCIA: PRIMERAS DOS SEMANAS Esto es lo que cabe esperar durante una sesión de lactancia cuando la leche ya se produce en abundancia, pasados los primeros días. Cuando el bebé se agarra al pecho y empieza a succionar, es posible que sienta cierta incomodidad, pero debería desaparecer enseguida, y cada día debería ser menor. Si no ha probado dar el pecho en posición reclinada como se describe en el Capítulo 4, tal vez le convenga probarlo. Seguramente al principio de la toma, la succión del bebé será rápida y nerviosa. Está preparándose para encontrar el lugar de succión adecuado para conseguir la liberación de oxitocina que hace fluir la leche de los pechos. Si le cuesta agarrarse suficientemente para conseguir que salga la leche, observará que succiona y se agita, se detiene, succiona de nuevo con agitación, espera, toma uno o dos tragos y vuelve a succionar con agitación. Si las tomas suelen empezar con una larga serie de succiones agitadas combinadas con pausas, coméntelo con una Líder de la Liga de La Leche u otra asesora de lactancia. Cuando la leche ya sale, las succiones rápidas dan paso a succiones más largas acompañadas de un sonido, “keh”, una pausa en el movimiento de la mandíbula o un movimiento que dibuja círculos con la mandíbula inferior como si avanzara hacia el pecho. Seguramente notará que el bebé traga cada dos o tres succiones. Al cabo de un rato, los movimientos regulares de succión y deglución se detienen. El bebé descansa y no succiona si deja el pecho. Como a usted, al pequeño le gusta “dejar un momento el tenedor” de vez en cuando. Esto le permite recuperar el aliento y esperar el siguiente flujo de leche. Puede reiniciar la toma sin los movimientos de agitación, o tal vez los realice de nuevo para recuperar la posición de la boca. El bebé sabe lo que hace. A medida que avanza la toma, habrá más succiones antes de cada deglución. Tras algunos períodos de succión lenta con pausas, se le cerrarán los ojos. Puede relajarse tanto que empiece a salirle el pezón de la boca y succione algunas veces para volver a agarrarse. Pero al cabo de un rato, el sueño gana al placer de estas últimas succiones espaciadas. El pezón sale suavemente de la boca y el bebé duerme. Quizá no suelte el

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pezón, pero si le pasa el dedo por la comisura de la boca, no se despertará para quejarse. Tal vez acabe la toma en un estado de alerta tranquila, disfrutando del abrazo y las vistas y sonidos que lo rodean.

PRIMERO, EL PRIMER PECHO No hay necesidad de interrumpir la toma para cambiar de pecho. Puede dejar que el bebé mame del primer pecho hasta que lo deje o se duerma. A veces, se agarrará al otro pecho si se lo ofrece, otras veces no. No importa. CCK

Si se ha dormido mamando, en parte se debe a que su nivel de colecistoquinina (CCK) ha aumentado. Un nivel elevado de esta hormona adormece al recién nacido y le indica que está saciado; un nivel bajo puede hacerlo despertar e indicarle que tiene hambre. Al cabo de unos veinte minutos de succión (no necesariamente de alimentación) el nivel de CCK del bebé se ha incrementado lo bastante para hacerle dormir y descansar. Pasados veinte minutos sin succionar, el nivel de CCK desciende de nuevo. El bebé se despierta ¡SOCORRO! ¡ME MUERO DE HAMBRE!, convencido de que no ha comido jamás y debe llenarse con renovada energía. Con la succión, otro aumento de CCK, cosa que seguramente dejará frito al pequeño. La CCK evita que el bebé se esfuerce demasiado, pero también actúa como despertador si precisa una segunda, tercera o cuarta oportunidad para comer. Esta hormona hace que un bebé inexperto se despierte unos segundos y favorezca con la succión una buena producción de leche, formando parte de un sistema que garantiza alimento suficiente para el bebé y una buena producción de la madre. El uso del chupete de entretención también libera CCK. El bebé puede dormirse con el chupete pensando que ha comido. Pero en realidad se le ha escatimado una toma, y los pechos de la madre han perdido la ocasión de ser vaciados de leche. El resultado es un aumento más lento de peso y una menor producción. La CCK es la forma que tiene la naturaleza de asegurar el sueño y mantener una buena producción de leche. ¿Por qué entorpecer un sistema tan bueno? Ahórrese esfuerzos, amamante al bebé una vez más, y lo más probable es que se quede dormido. También sirve para otra cosa. El bebé quiere volver a mamar y la tía Francisca sacude la cabeza. Simplemente diga, con autoridad: “Ya sabes, cosas de la CCK”.

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TOMAS MUY SEGUIDAS Tanto si se debe a la CCK, a otras hormonas u otras cosas de bebés, puede que las tomas sean muy seguidas, quizá más en determinados momentos del día. Se entiende que las tomas son muy seguidas cuando el uso de un reloj es poco útil en la relación de lactancia. El reloj es válido para controlar las horas de sueño del bebé y cerciorarse de que coma con la suficiente frecuencia. Pero más allá de esto, las necesidades del recién nacido son variables, imprevisibles y con frecuencia hay un momento del día en que las tomas son más seguidas. El anochecer suele ser un período de “maratones de lactancia”, cuando nada parece funcionar más que ofrecer el pecho otra vez. Esta insistencia por mamar parece tener sentido. El bebé nunca sabrá tan poco sobre lactancia como ahora. Su boca, lengua y estómago no serán nunca más pequeños. Sus intestinos no son muy eficientes todavía. Aun así, nunca crecerá tan deprisa como lo hará durante las próximas semanas. Esto explica la demanda continua. Al mismo tiempo, sus pechos están calculando de quién y de cuántos bebés deberán cuidarse en el futuro. Si el bebé ahora realiza un pedido importante, las cosas serán más fáciles después. Siempre y cuando el bebé aumente de peso con normalidad, las tomas muy seguidas son algo completamente normal. Si el bebé suele dormirse al pecho, se despierta al poco rato y vuelve a mamar una y otra vez y no gana suficiente peso, vea el Capítulo 18 y póngase en contacto con su asesora de lactancia para determinar los posibles motivos y soluciones.

PUEDE

RECORDAR EL LADO QUE DIO AL BEBÉ LA ÚLTIMA VEZ CON UN

BRAZALETE O UTILIZANDO LA FUNCIÓN DE SU IPHONE. PERO SUS PECHOS SON LA MEJOR INDICACIÓN: A VECES LAS MADRES DE LACTANTES SOPESAN UN PECHO Y LUEGO EL OTRO ANTES DE ELEGIR EL QUE OFRECERÁN AL BEBÉ.

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LAS DEPOSICIONES DEL BEBÉ Cuando el bebé ingiere leche, ensucia el pañal y aumenta de peso. Cuando conozca mejor a su hijo, el contenido del pañal y el peso que indique la báscula no le parecerán tan importantes. Pero, por ahora, conviene controlar las deposiciones para cerciorarse de que el pequeño toma suficiente leche. Para ayudarla a llevar a cabo el seguimiento, encontrará un registro para anotar esta información en el apartado de “Hojas de utilidad”. La cantidad de pañales mojados y sucios debería aumentar día a día durante la primera semana o diez días. En general, hacia la mitad de la primera semana, el bebé debería ensuciar al menos tres pañales al día del tamaño del círculo que se forma con los dedos al hacer el gesto para indicar “OK”. Si son más, va bien. Si son menos, pregúntele al médico. No se deje influir si alguien le comenta que: “Los bebés que maman a menudo sólo van de cuerpo una vez cada pocos días, es normal que el recién nacido haga pocas deposiciones”. Esto puede ser cierto cuando el bebé tiene ocho semanas de vida (véase el capítulo siguiente). Pero casi nunca es así para un bebé de seis días. Cuando se amamanta exclusivamente al bebé, gran parte de los pañales que ensucia son de color mostaza (amarillo o marrón claro) pasados los primeros días. Algunas deposiciones presentan mucosidad; otras parecen tener la consistencia del requesón. Después de la expulsión del meconio los primeros días, las heces pueden ser verdosas si el bebé ingiere demasiada leche (aunque las heces amarillentas se vuelven verdosas al cabo de un rato), si la dieta de la madre contiene muchas hortalizas ricas en hierro o colorantes verdes, o si toma suplementos de hierro (incluidas las vitaminas prenatales que contienen este mineral), o debido a la excreción de bilirrubina durante la primera semana. Las heces verdosas escasas pueden indicar que el bebé ingiere una cantidad insuficiente de leche. El color que algunos denominan “verde”, otros lo llaman caqui, oliva o pardo. Los pañales de los lactantes tienden a oler a suero de leche, pan, incluso a queso o palomitas, con un toque que recuerda la levadura o con un punto de acidez, pero en absoluto se trata de un olor desagradable. Es comprensible: la leche materna está diseñada para trabajar en equipo con las bacterias intestinales del bebé. La naturaleza

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sabe que cuanto más nos guste todo lo relacionado con nuestro bebé, más fácil nos será cuidar de él. Las cremas y polvos perfumados salieron al mercado cuando se estiló la alimentación con leche de fórmula y con ella ciertos aromas se volvieron más frecuentes. De vez en cuando, el pañal de un lactante que se alimenta de leche materna no huele bien. Es posible que sea una señal que indique algún tipo de sensibilidad leve a un alimento y sólo es importante si el bebé cree que lo es. En resumen: el color, la consistencia y el olor no importan en absoluto si el bebé crece y es feliz, pero pueden ayudar a averiguar cuál es el problema si el bebé no crece o no está contento. Fíjese que no hemos dicho nada acerca de los pañales mojados. Es posible que el bebé nos engañe con pañales que parecen algo mojados, sin muchas deposiciones ni mucho aumento de peso. Pero si hay abundantes deposiciones, el bebé seguro que toma abundante leche. Si el pequeño ensucia muchos pañales, se sabe automáticamente que también los habrá mojado. Dentro de un mes, es posible que las deposiciones se vuelvan menos frecuentes pero más copiosas, pero para entonces, tendrá usted otras herramientas para saber si come bien y el estado de los pañales no importará.

CÓMO SABER SI EL BEBÉ CRECE BIEN Aumento de peso. Debe recuperar el peso de nacimiento alrededor de las dos semanas. Después, el promedio del aumento de peso ronda los 30 g diarios, pero ese es un promedio; su hijo puede aumentar más o menos. Pañales. Debería contar al menos tres deposiciones cada día durante el primer mes. Mamas. Los pezones deben sentirse cómodos, la leche debe fluir en menos de un minuto (normalmente mucho antes), y los pechos deben ablandarse notablemente al final de la toma. Comportamiento del lactante. Debería tener los ojos abiertos al empezar la toma, con períodos de succiones lentas (una por segundo) con pausas periódicas, y acabar en menos de media hora. Estado entre tomas. El bebé se dormirá plácidamente hacia el final de la toma (o se mostrará satisfecho un rato antes de volver a mamar), relajará las manos y su expresión será despreocupada gran parte del tiempo. Lo que no importa. Los minutos que tome de cada pecho, si se duerme al pecho al final de la toma o si toma el pecho suficiente para llegar a la “leche del final”.

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SÍNDROME DE LA SONRISA DEL AUMENTO DE PESO Al llevar al bebé al médico cuando cumple una semana, una piensa que las cosas van encarrilándose tras un inicio confuso… y entonces el médico explica que el bebé aún pierde peso y que hay que complementar su alimentación con biberón. ¡No se preocupe! Supongamos que su hijo nació en un hospital y que usted salió del mismo a los dos días. El bebé perdió peso y todo el mundo le dijo que no se preocupara, que eso era normal. Usted se fue a casa, la lactancia resultó algo complicada pero en cuestión de días la cosa mejoró. El bebé parecía más satisfecho, le oía tragar, empezó a ensuciar pañales… ¿y ahora esto? Así empieza el síndrome de la sonrisa. El gráfico del peso cuando el bebé pierde y luego empieza a aumentar de peso se parece a una sonrisa: baja con la pérdida de peso y vuelve a subir con el aumento. Si su hijo pesaba por debajo pero cerca del peso al nacer antes de salir del hospital (segundo día), y luego pesaba menos pero ya en la línea de aumento de peso, cuando ya recuperaba peso pero aún no mucho, los dos puntos y la línea que los conecta tendrían el siguiente aspecto:

Síndrome de la sonrisa: ¿el bebé está perdiendo peso o aumentando?

Parece que el bebé pierde peso, aunque en realidad ya ha empezado a recuperarlo claramente. No se puede saber la evolución del peso teniendo en cuenta sólo dos puntos de la gráfica. La sección “Cómo saber si el bebé crece bien” le dará más indicadores. Al pesar al bebé, cerciórese de que se hace con la misma báscula, desnudo o con ropa similar, con el estómago tan lleno o vacío como la última vez.

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PRODUCCIÓN DE LECHE En la actualidad, la mayoría de las mujeres temen no producir suficiente leche. De hecho, al principio suele ocurrir lo opuesto: casi todas producimos más que suficiente. Durante las primeras semanas posparto los pechos sopesan la situación y desarrollan receptores hormonales para proporcionar suficiente leche al recién nacido en función de la leche que se extrae de ellos. Se supone que será el bebé quien extraiga la leche con frecuencia y eficacia, pero la leche puede extraerse por cualquier otro medio: lactancia natural, extracción manual o con sacaleches eléctrico. Cuanta más leche se extraiga ahora, más leche se producirá en el futuro. El proceso se reinicia con cada nuevo bebé.

SÓLO IMPORTAN DOS COSAS ACERCA DE LA TÉCNICA DE LACTANCIA: 1. ¿ESTÁN CÓMODOS USTED Y EL BEBÉ? (ÉL SE LO HARÁ SABER SI NO ES ASÍ). 2. ¿TOMA SUFICIENTE LECHE EL BEBÉ? MÁS ALLÁ, ¡NO HAY REGLAS! La naturaleza suele mostrarse muy generosa al principio y puede pasar más de un mes hasta que la producción se adapte a las necesidades reales del bebé. Al cabo de unas seis semanas es posible que se pregunte dónde ha ido a parar su leche. Seguirá ahí, pero todo el líquido innecesario de las primeras semanas se habrá esfumado y la lactancia ahora será cómoda, apacible y sencilla.

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La compresión de la mama puede hacer salir más leche

Si le da los dos pechos al bebé en cada toma y tiene la impresión de poder amamantar a medio mundo, compruebe lo que pasa si ofrece al bebé un sólo pecho el tiempo que ambos deseen. Muchos bebés se contentan vaciando una sola mama en cada toma, y esto puede reducir la cantidad de leche si es demasiado abundante. Para más información acerca de los síntomas y soluciones de una producción excesiva, véase el Capítulo 18.

COMPRESIÓN DEL PECHO: AYUDAR A LA SALIDA DE LA LECHE

Una manera de aumentar la cantidad de leche que el bebé obtiene durante la toma consiste en comprimir y sujetar el pecho mientras mama (también se puede hacer cuando se extrae leche). Al conocer la técnica de la compresión, una de la LLL pidió a las mujeres reunidas que la probaran y le explicaran cómo les había ido. Se sorprendió cuando, alrededor de un tercio de ellas dijeron: “Ah, eso ya lo hacemos”. Se les había ocurrido a ellas solas. Durante una pausa de succión, con los dedos y pulgar alejados de la aréola, comprima el pecho suavemente, según su posición y preferencias. El bebé debería reiniciar la deglución. Cuando este reinicio de la deglución se detenga, suelte el pecho para que la leche fluya en el lugar de compresión, luego, vuelva a comprimir. Mueva la mano de sitio para comprimir diferentes zonas. ¿Para qué sirve? Imita la liberación de la leche creando presión en el interior de la mama. Si el bebé se frustra porque la leche no sale con suficiente rapidez, esta técnica puede propulsar la leche hacia el exterior. Si el bebé deja de succionar, esta técnica puede estimularle para que vuelva a hacerlo. Si está aumentando su producción de leche, servirá para garantizar que el bebé recibe toda la leche disponible por el momento. Si la producción es excesiva, esta técnica puede servir para hacer llegar más grasas al bebé (acuérdese de ofrecer el mismo pecho durante una o más tomas). Si se extrae leche, la compresión puede aumentar la cantidad obtenida. Si tiene prisa por llegar a algún sitio, a veces podrá reducir el tiempo de la toma. ¡Vale la pena probar!

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LA ALIMENTACIÓN DE LA MADRE Su vida no va a ser siempre así, pero de momento, sí. Ahora puede resultarle difícil comer tan bien como necesita, y este es el motivo por el cual la visitan familiares y amigos, lo crea o no, ¡para asegurarse de que come! He aquí algunas ideas para ellos: Comida sana: alimentos integrales, no preparados, fruta y hortalizas frescas o congeladas y pequeñas cantidades de productos lácteos. Comida calórica: mantequilla de frutos secos, aceite de oliva y de canola, quesos y yogures enteros, incluso los restos de aquella torta de cumpleaños. Para comer con una sola mano: bocados y bocadillos, cremas y salsas para mojar tipo hummus, galletas saladas integrales, alimentos pelados y cortados, batidos. Alimentos de larga duración: que puedan congelarse, recalentarse, que se conserven un buen tiempo en el refrigerador.

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EL DESCANSO Puede que se pregunte cómo conseguir dormir la siesta y descansar por la noche. Es posible que también se plantee dónde dormir usted y dónde dormirá el bebé. El pequeño respondería ambas cuestiones con una sola palabra: juntos.

DESCANSO DIURNO Probablemente le habrán sugerido que duerma cuando lo haga el bebé, y probablemente usted ha pensado: “¿Con todo lo que tengo por hacer? La casa está hecha un desastre, la cocina también, y tengo que hacer la cena, no me he duchado ¡y la familia viene mañana!”. Pero ahora su descanso es lo más importante. De verdad. Tal vez no pueda dormir siempre, pero puede descansar. Busque varios rincones en la casa donde pueda usted relajarse, acostarse para reposar, apoyada en cojines si hace falta, con el bebé durmiendo sobre su pecho (con la blusa abierta cuando sea posible). Si se despierta para comer, él sabrá encargarse de casi todo, sin necesidad de que usted contraiga el síndrome del túnel carpiano al intentar sujetarle la cabeza luchando contra la gravedad. Relájese en esta posición todo el tiempo que pueda, cuando pueda, tanto si el bebé come como si duerme. El descanso, con sueño o sin él, acelera la recuperación y evita la sensación de sobrecogimiento.

DESCANSO NOCTURNO Resulta sorprendente descubrir cuántas de nosotras finalmente conseguimos dormir cuando dejamos al bebé dormir en nuestros brazos o junto a nosotras. Separar a las madres de sus bebés por la noche es una idea reciente; no se trata de lo que la naturaleza tenía en mente. Madres y bebés han dormido juntos desde el inicio de los tiempos. Véase el Capítulo 12 para saber cómo practicar el colecho con seguridad. Ni siquiera compartir el sueño garantiza al principio un buen descanso nocturno. Seguramente el bebé estaba acostumbrado a pasar la noche despierto antes de nacer (acuérdese de las patadas que la despertaban a las dos de la madrugada), y puede no tener motivos para cambiar eso ahora. Puede ser útil apagar las luces y calmarlo si está

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intranquilo o consolarlo si está intranquilo, con el menor revuelo posible. Es posible que precise mamar mucho de noche al principio, precisamente porque su reloj va al revés. Pero sea cual sea el horario actual, poco a poco irá aprendiendo la diferencia entre día y noche. Una tarea nocturna que puede practicar de día: aprender a amamantar acostada. Puede que practique la lactancia reclinada toda la noche. Puede que prefiera amamantar de lado, con el bebé de lado junto a usted. Véase el Capítulo 4 para obtener más consejos, y póngalos en práctica durante el día, no de madrugada. Vea el Capítulo 12 para saber más sobre el sueño.

PROPÓNGASE

UNA TAREA AL DÍA.

TAL

VEZ LIMPIAR LOS ESTANTES DE LA

COCINA, O ENVIAR UNA NOTA DE AGRADECIMIENTO.

QUE

NO SEA UNA TAREA

RECUERDE QUE AHORA LE TOCA SANAR UN ÚTERO; AÑADIR MILLONES DE NEURONAS AL CEREBRO DEL BEBÉ (AUNQUE A VECES PUEDA PARECERLE QUE DIFÍCIL.

SE LAS ESTÁN QUITANDO A USTED); DESARROLLAR SU HÍGADO, CORAZÓN Y PULMONES; FORTALECER SU SISTEMA INMUNITARIO Y MANTENER LA

¡ESTÁ USTED CARGADA DE TRABAJO! TODO PUEDE HACERLO TUMBADA EN EL SOFÁ. ¡ESTO ES LA MULTITAREA CONVERTIDA INTEGRIDAD DE SU INTESTINO… EN ARTE!

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ALTIBAJOS EMOCIONALES Tras un parto normal y el comienzo fácil que sigue, la mayoría de las madres se encuentran felices. Si disponen de personas que las apoyan y confían en su trabajo, la sensación de calma y de llevar un buen ritmo con el bebé continúa a lo largo de los primeros días y semanas. Pero incluso cuando se dan estas circunstancias ideales, la nueva madre está dando paso a una nueva persona en su vida y aprendiendo a satisfacer las necesidades inusuales de esta persona. Todo un reto.

CON

FRECUENCIA CONSIDERAMOS A LA MADRE RECIENTE UNA PERSONA

DA A LUZ A UN BEBÉ Y LUEGO PASA A CUIDAR DE ÉL LAS VEINTICUATRO HORAS. YO NECESITÉ AFABLE, CARIÑOSA Y GENEROSA, PERO TAMBIÉN ES FUERTE. FORTALEZA

MENTAL

AMAMANTANDO

ADEMÁS

(DURANTE

DE

LAS

AMOR

Y

DIFICULTADES

RECOMPENSA HA SIDO INCREÍBLEMENTE GENEROSA. SÓLO COMO MADRE SINO COMO PERSONA”.

TERNURA

PARA

INICIALES),

GANÉ

SEGUIR

PERO

LA

EN CONFIANZA, NO

CYNTHIA. TRISTEZA PUERPERAL En algún momento de la primera o segunda semana posparto la madre puede sentir tristeza puerperal; uno o varios días de pensamientos tipo: “¿Dónde me he metido? ¿Qué se hizo de mi vida? ¡Todo va mal!”. En este momento la pareja puede ser extremadamente útil; no necesariamente para solucionar problemas ni dar respuestas, sino simplemente estando a su lado, ofreciendo un hombro para llorar, escuchando o cuidando del bebé a ratos. La tristeza puerperal puede hacer sentir a la madre llorosa, desconcertada, olvidadiza, intranquila o irritable. Puede provocar pesadillas o incluso sentimientos negativos hacia el bebé, pero desaparecen en cuestión de días. Algunas de nosotras experimentamos sentimientos más inquietantes. Encontrará más información sobre la depresión posparto y otras dificultades emocionales en el Capítulo 18.

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LA HORA DE LA ABUELA Como dijo una madre: “¿Cómo que la hora?”. Es aquel momento del día en que casi toda madre reciente desea que otra persona (como la abuela), pudiera encargarse un rato del bebé. A última hora del día, muchos recién nacidos se encuentran agotados. Se han pasado el día expuestos a ruidos estridentes e imágenes intensas (algo nuevo para ellos) y están hartos de todo. El mayor consuelo que conocen es la lactancia y saben que con ella llega la leche. Pero aunque la producción materna sea más abundante a esta hora del día, el bebé ha vaciado hasta la última gota. (Es como tener una cuenta de ahorro con un interés enorme pero un saldo bajo). Cuando hay menos leche, el flujo de la misma es más lento. La madre puede probar la compresión del pecho para ayudar al bebé a sacar más leche y favorecer el flujo. Pero muchos bebés ni siquiera quieren leche. Desearían poder volver al útero o dormir. Tal vez notan que alguna otra cosa podría romper el maleficio de esta hora del día. Entonces, el bebé puede tranquilizarse más fácilmente en manos de otra persona que le ofrezca un cambio de escenario y que no huela a leche. En ocasiones, este cambio de escenario es todo lo necesario para dormirse; o tal vez quiera seguir mamando. Para evitar este momento incómodo del día, una idea consiste en dormir una siesta juntos por la tarde. Otra consiste en ofrecer el pecho al bebé media hora antes de que probablemente se irrite. Calmarlo antes de que se exaspere puede significar una velada más apacible. Como mínimo, significará que ambos descansan un poco.

SUJECIÓN MÁGICA © Andrés Camilo Sánchez Navarro

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La “sujeción mágica” le puede calmar.

También denominada sujeción anti cólicos, se trata de una técnica útil para calmar al bebé bien alimentado pero intranquilo. Aguante la espalda del bebé contra su pecho, de modo que ambos miren hacia delante. Pase el brazo izquierdo por encima del hombro izquierdo del bebé para sujetarle el muslo derecho. Le quedará un brazo a cada lado de su brazo, y usted podrá sujetarle bien la pierna. Puede sujetarlo de modo que el bebé mire hacia el suelo, abrazarlo de modo que mire hacia delante o incluso apoyar la mano izquierda, aún sujetándolo, en la cadera. Tendrá los hombros relajados y una mano libre si lo desea. Con el brazo izquierdo el bebé se apoya sobre su lado izquierdo, cosa que resulta especialmente tranquilizadora para algunos bebés. Ahora meza al bebé. Puede empezar balanceándose, pero es posible que el bebé pida un balanceo con algún saltito. Al sujetar así al bebé no le verá la cara pero podrá notar la tensión de su cuerpo. Si empieza a doblar la nuca o se le tensa el cuerpo, gírese un poco. Así, el pequeño disfrutará ahora de una vista completamente renovada. La mayoría de las veces los saltitos y unas vistas nuevas son suficientes. Nada consolará más al bebé si quiere mamar, excepto, claro, el pecho de mamá.

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“CUANDO EL BEBÉ ESTÁ MUY INTRANQUILO DE NOCHE, SALGA Y OBSERVE LA LUNA, Y PIENSE EN TODAS LAS OTRAS MADRES CON BEBÉS QUE HAY BAJO LA MISMA LUNA”.

MARGARET.

CALMARLO ANTES ¿Por qué esperar a que el bebé llore? Ron Barr, profesor de pediatría que ha estudiado el llanto infantil, recomienda “tomar en brazos, mantener contacto, caminar y hablar” para calmar a un bebé intranquilo, y ha descubierto que hacerlo antes de que el bebé llore significa que el llanto será menor. No dude en dejar lo que esté haciendo para consolar al bebé, una reacción rápida conlleva una vuelta más rápida a la tranquilidad. No tiene sentido insistir en un cambio de pañal cuando el bebé está desconsolado. Piense antes en el bebé que en las tareas relacionadas con su cuidado como el cambio de pañal o el baño. Si la solución no funciona, ofrézcale el pecho y vuélvalo a intentar. Ambos se sentirán mejor. Dentro de poco tiempo, la hora del baño y el cambio de pañal serán momentos lúdicos. Mientras tanto, no tiene ningún sentido convertirlos en momentos estresantes. Durante las primeras dos semanas, los momentos de intranquilidad del bebé son su forma de adaptarse a su nueva vida. Ofrézcale el pecho una vez más, seguramente se dará cuenta de que todo mejora a medida que ambos se acostumbran a la novedad. Si su bebé llora por motivos que no alcanza a comprender, al principio todo puede ser más difícil. Tal vez le sea útil dibujar una sonrisa en el calendario los días en que el bebé estuvo más tranquilo y volver a mirar el calendario para recordarse que la tendencia es positiva. Como muchos otros problemas durante las primeras semanas, estos momentos difíciles casi siempre son temporales. Disfrute de los momentos de tranquilidad, haga lo que pueda para calmar el malestar del pequeño cuando este tenga lugar y sepa que para él su infelicidad resulta tan molesta como para usted. En el Capítulo 18, encontrará información sobre cólicos, reflujo y otras causas comunes de malestar en los bebés. En las “Hojas de utilidad” del final del libro hallará más técnicas para calmar al bebé.

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PREOCUPACIONES DE LAS PRIMERAS DOS SEMANAS He aquí algunos de los problemas de las dos primeras semanas que en ocasiones comentan las madres en las reuniones de la LLL. Si no halla aquí respuesta a sus preguntas, probablemente la encontrará en el Capítulo 18. Si tampoco la encuentra allí, visite los foros de www.llli.org o llame a su líder local de la LLL.

¿CADA CUÁNTO COMEN LOS BEBÉS? Puede variar, no sólo de un bebé a otro, sino también de un día para otro y de un mes al siguiente a medida que crece el bebé. En lugar de fijarse en la frecuencia, intente fijarse en el comportamiento del bebé después de la toma. ¿Se queda despierto un rato, mirándola unos minutos antes de pedir otra toma? ¿Se duerme a veces mientras mama? ¿Deja caer el brazo como un peso muerto si se lo levanta mientras duerme? Todas estas son señales de que sigue su ritmo, como lo haría cualquier otra cría de mamífero, aunque sea mucho más frecuente de lo que usted esperaba. Si se marchó usted del hospital con un bebé medicado o muy soñoliento, tenga en cuenta que deberá mamar al menos cada tres horas gran parte del día, y al menos un par de veces durante la noche. Ofrézcale el pecho y, si sigue rechazándolo, vea el Capítulo 18 y las “Hojas de utilidad”, donde encontrará sugerencias para mantener al bebé bien alimentado cuando el comienzo resulta difícil. A medida que el bebé está cada vez más alerta y empieza a seguir su propio ritmo, le hará saber sus necesidades. Es posible que de repente empiece a mamar con mayor frecuencia de lo que usted consideraba normal. Probablemente, es normal, especialmente si el bebé tiene trabajo atrasado.

¿CUÁNTO DEBERÍA DURAR UNA TOMA? Esto también variará. (Le gustan estas respuestas tan vagas ¿verdad?). El bebé puede pedir uno, dos, tres y hasta cuatro raciones, y la toma completa puede durar unos veinte minutos y hasta cuarenta (recuerde que, al principio, gran parte del día lo va a dedicar a alimentar y cuidar del bebé, pero esto irá cambiando a medida que el bebé gana eficiencia). Algunos bebés pueden terminar una toma en cinco minutos las primeras

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semanas y quedar satisfechos durante unas horas. Pero el hecho de tomar la leche tan rápidamente les suele dejar tan llenos que no tienen sitio para el postre, que consiste típicamente en tomar el pecho y dormitar en brazos de mamá. Lea la información sobre el exceso de producción en el Capítulo 18 si cree que su hijo mama demasiado y con demasiada rapidez. El bebé que toma demasiada leche suele tener los ojos abiertos al principio, como si tuviera que prestar atención para seguir. Puede dormitar al cabo de un rato y quedarse dormido al final, tal vez con algún sorbo sin tragar en la boca, o con el cuerpo relajado como si fuese una muñeca de trapo. Un padre comentó: “Bueno, ya está. Se ha quedado galáctico”.

“EN OCASIONES, MAMAR RELAJA TANTO A PETER QUE PARECE QUE ESTÁ HECHO DE GOMA. LO MIRO Y SIEMPRE DIGO LO MISMO: ‘TANTA LECHE Y TAN POCO HUESO’”.

JAZZ.

Al contrario, si el bebé duerme durante casi toda la toma, que suele ser larga y lenta, puede emplear unas cuantas succiones para cada trago de leche. Se requiere mucha energía para comer así, y estos bebés dormitan todo lo que pueden. Pero cuando se les aparta del pecho, abren los ojos. Observan a la madre con expresión preocupada y hacen lo posible para volver a tomar pecho y quedar dormidos de nuevo. Algunos de ellos duermen bien por la noche, no por estar satisfechos sino para ahorrar energía, y no suelen aumentar mucho de peso. Si este es el caso de su bebé, lea “Preocupación por el aumento de peso”, en el Capítulo 18.

CONFÍE EN SUS PUÑOS Cuando el bebé tiene hambre, tiende a cerrar los puños con fuerza y llevárselos a la cara. Si se duerme con hambre, sus puños suelen permanecer cerrados. Pero cuando ha acabado de comer se relaja, empezando por la cara. Después relaja los hombros y finalmente abre los puños. Observe sus manos como si fuesen el indicador de combustible del bebé.

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¿TENGO QUE OFRECERLE LOS DOS PECHOS? Las madres de otros animales mamíferos no se preocupan de los minutos, la leche extraída ni el cambio de lado durante una toma. Amamantan todo el tiempo que se sienten cómodas en una posición y luego cambian de posición cuando ellas quieren, o cuando el bebé deja de mostrarse satisfecho. Piense en cada pecho como en una “ración”. Algunos bebés quieren dos raciones seguidas; otros se duermen después de la primera y reservan la segunda para más tarde. Algunos que intentan aumentar la producción de leche, toman tres o cuatro raciones antes de dormirse. Como usted dará de mamar al bebé de nuevo cuando lo pida, no importa demasiado el número de raciones que tome seguidas, siempre que quede satisfecho al terminar. Sus pechos le harán saber cuándo no ofrece usted con suficiente frecuencia uno de ellos. Si pasa demasiado tiempo sin vaciar un lado, empezará a notar incomodidad, lo que indica que el bebé debe empezar a tomar el pecho de este lado.

¿CUÁNTO TIEMPO DEBE MAMAR PARA LLEGAR A LA LECHE DEL FINAL? Es posible que haya oído decir que la leche del principio de la toma es más clara, y la leche del final es más densa y cremosa y sale hacia el final de la toma. Bueno… Sus pechos sólo fabrican un tipo de leche. El motivo que puede hacerla parecer diferente es la diferencia en contenido graso. Si da usted el pecho con mucha frecuencia, la grasa permanece diluida en la leche. Si las tomas son más espaciadas, parte de la grasa de la leche retrocede por los conductos y deja atrás una leche más ligera. Con la siguiente toma, la grasa baja y vuelve a mezclarse con la leche. Toda es nutritiva, y las diferencias de contenido graso proporcionan al bebé más variedad y cierto control sobre las calorías que ingiere. Esto no supone ningún problema, excepto para los bebés que se llenan tanto de “sopa” que no les cabe el “postre”. Ni siquiera entonces existe ningún problema en la mayoría de los casos; toda la leche materna es buena. Si el bebé traga mucho pero no parece satisfecho o sus deposiciones son verdosas o espumosas, véase la sección “Exceso de producción de leche” del Capítulo 18. De lo contrario, debe saber que el sistema incluye variaciones, y sí, toda su leche es buena para el bebé.

¿NO CRECERÁ MÁS MI HIJO SI ESPERO A AMAMANTARLO CUANDO ESTÉ HAMBRIENTO? 164

Probablemente no crecerá tan bien. Los adultos no pretendemos crecer. Aun así, tomamos varias comidas copiosas al día e intercalamos refrigerios. En un vuelo de dos horas sin nada que llevarnos a la boca ya nos sentimos incómodos. A pesar de no tener que crecer, nos gusta comer a menudo. Los bebés necesitan comer más a menudo que nosotros. Pero ¿cada cuánto tiempo? Bueno, sólo toman un alimento que además se digiere muy, muy rápidamente; al cabo de entre sesenta y noventa minutos, ya ha desaparecido. Si toman una comida esperan hasta haberla digerido antes de pedir otra, pero si mamá no acepta la oferta, se les presenta un problema. Si verdaderamente se propasan y sobrecargan su estómago, se arriesgan a padecer indigestiones, gases y calambres. Pero si se mantienen en un punto medio, con refrigerios frecuentes, sin quedar totalmente vacíos, ni excesivamente llenos, sus estómagos están más contentos y se sienten más seguros… y pueden crecer como se supone que deben hacerlo. La producción de leche materna sigue el mismo sistema. Si esperamos hasta que los pechos estén muy llenos, ya hemos empezado a reducir la producción. La producción es máxima cuando amamantamos antes de que sea necesario.

PERO ¿NO COMERÁ MEJOR SI TIENE MÁS HAMBRE? Probablemente no. El bebé empieza mostrando señales sutiles: parpadea, se lleva las manos a la cara, mueve la boca. Después muestra señales más evidentes, busca el pecho, gimotea. Si entonces se le ofrece el pecho, probablemente lo tomará con suavidad y facilidad. A medida que su hambre crece, su cuerpo y su boca se tensan. Se distrae y empieza a llorar. Cuando llora, el bebé puede estar demasiado estresado para comer y puede resultar más difícil tranquilizarlo. La toma será más larga y puede resultar incómoda. Como indica la Academia Norteamericana de Pediatría: “El llanto es un indicador tardío de hambre”. Ofrecer el pecho al observar las primeras señales de hambre y ofrecerlo, como sugiere la LLL, sin observarlas, cuando la madre lo desee, en lugar de esperar a la demanda por parte del bebé, significa que no se espera la señal de las mamas, lo cual constituye un buen proceder.

¿TENGO SUFICIENTE LECHE? La lactancia es cosa de dos, pero las madres suelen sentirse demasiado responsables. Sí,

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hay mujeres que no pueden producir suficiente leche, pero si cree usted que su hijo no toma lo que necesita, es mucho más probable que sea otro el problema. He aquí algunos de los más frecuentes: Nada va mal. Simplemente, la madre no esperaba que el bebé mamara tan a menudo. Es cuestión de puntos de vista. Ahora que ya sabe cómo funciona la CCK y las tomas muy seguidas, reconsidere su caso. Por cada mujer que afirma: “Creo que algo va mal. Si no le doy el pecho o lo cojo en brazos, llora”, hay otra que dice: “¡Ya lo tengo! Si le doy el pecho y le cojo en brazos, es feliz”. Estas primeras semanas sirven para poner en marcha la producción de leche y el crecimiento del bebé. La vida será más fácil. Por ahora, cabe esperar que el recién nacido se muestre ineficiente, pero sígale el ritmo y observe: tal vez esté más satisfecho de lo que usted creía. Alguien le mete esta idea en la cabeza. Tal vez tenga usted a alguien al lado que le diga: “¿Seguro que toma suficiente leche? Yo creo que no. No debería tener hambre otra vez. ¿Estás segura de que come lo suficiente?”, y esto es suficiente para preocupar a cualquier madre reciente. Intente rodearse de mujeres que hayan amamantado a sus hijos, estén satisfechas de haberlo hecho y sepan reconocer una lactancia con éxito cuando la tienen delante. (En las reuniones de la Liga de La Leche encontrará este tipo de apoyo). No tiene ningún sentido escuchar a mujeres que no hayan amamantado con éxito. El bebé no se agarra bien al pecho. Es posible que sujete al bebé demasiado lejos, demasiado arriba o demasiado abajo, todo ello puede impedirle obtener la leche que precisa con facilidad. Los pezones adoloridos son la señal de que la técnica es mejorable; suelen indicar que la extracción de leche no es adecuada. Cuando el bebé succiona mucho y no traga, también significa lo mismo. Para empezar, podría usted probar la posición reclinada que se describe en el Capítulo 4; la mayoría de los bebés saben colocarse bien sin nuestra ayuda. Si no nota una gran mejora en cuanto a comodidad y al modo de mamar del bebé al seguir sus pautas en lugar de hacerle seguir a él las suyas, no dude en comentarlo con una asesora de lactancia. Tal vez su hijo no pueda succionar efectivamente a causa de un problema físico, por ejemplo, un frenillo sublingual corto. Este problema suele solucionarse rápida y fácilmente. Véase el Capítulo 18 para más información.

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Sigue las directrices de un libro, programa de maternidad u horario que no se adaptan a usted y su bebé. Los bebés vienen en diferentes tamaños, estómagos, niveles de actividad, necesidades de sueño y niveles de eficiencia, y si los pechos maternas no disponen de gran capacidad de almacenaje (algo que no es visible desde fuera), hará falta algo más que amamantar al pequeño cada dos o tres horas para mantener un buen flujo de leche. Intente aumentar la frecuencia de las tomas y probablemente el bebé se mostrará más satisfecho y ensuciará más pañales en cuestión de uno o dos días, aunque se puede tardar más en aumentar la producción de leche si había descendido mucho. Como ocurre en otros aspectos de la vida, los estereotipos tampoco se adaptan a los bebés reales. El bebé tiene cólicos. Algunos bebés presentan episodios de llanto que resultan difíciles de comprender y calmar. Si su hijo llora con frecuencia, puede pensar que la falta de leche sea el problema cuando puede que en realidad sea cuestión de temperamento o de una fase pasajera. Más de un bebé llorón hace un cambio positivo a los seis meses. Preste atención a otras señales como las deposiciones y el aumento de peso para tranquilizarse. Consulte la sección “Cólicos” del Capítulo 18. Sea cual sea su situación, antes de perder la calma y abrir una lata de leche de fórmula, lea la sección “Apoyo técnico” del Capítulo 18 y hable con una asesora de lactancia. Usted y el bebé merecen ayuda rápida y eficaz.

¿HAY ALIMENTOS O BEBIDAS ESPECIALES PARA PRODUCIR MÁS LECHE? Sí y no. Muchas culturas tienen sus propios alimentos o recetas que han utilizado durante siglos para favorecer la producción de leche, y muchas madres afirman que les han sido útiles. También se han empleado determinadas especias en diversos lugares del mundo con el mismo fin (véase el Capítulo 18). Pero no existe nada en particular que la madre deba tomar para producir suficiente leche nutritiva. Del mismo modo, no es necesario beber nada en especial, no hay que beber leche para producir leche. Las vacas lecheras producen litros de leche sin probar una gota. No es necesario beber más de lo deseado para producir leche y la producción no disminuye aunque la mujer esté ligeramente deshidratada. Mientras su orina sea de color amarillo

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claro a medio, todo va bien. La liberación de oxitocina puede provocar sed repentina (llevar consigo una botella de agua es útil). Las calorías tampoco deben representar una preocupación. Comer más no favorecerá la producción de leche y comer menos no la reducirá. No es necesario seguir una dieta perfecta para que la leche sea nutritiva. La leche se fabrica a partir de la sangre. Si no se ha tenido que preocupar por la salud de su sangre, no tiene por qué preocuparse sobre la calidad de su leche. Las orientaciones y consejos dietéticos pretenden principalmente mantener sana a la madre para que pueda cuidar de sí misma y del bebé. Si es usted vegetariana, infórmese bien sobre cómo mantener un nivel adecuado de vitamina B12. Es importante alimentarse bien para sentirse bien. Coma bien cuando tenga hambre, ni se acerque a la báscula durante el primer mes posparto, y probablemente observará que al menos parte de los kilos de más se esfuman durante las primeras semanas sin siquiera proponérselo, aunque a veces coma abundantemente. Si el bebé está intranquilo no lo atribuya de forma automática a su dieta; más adelante se comenta cuáles pueden ser los culpables más probables. Las mujeres de algunas culturas cuyas recetas incluyen alimentos picantes siguen una dieta más suave durante las primeras semanas. Pero pasado el primer mes, a la mayoría de los bebés no parece molestarles nada de lo que pueda incluir la dieta de mamá. Lo que coma la madre dará un determinado sabor a la leche y el bebé conocerá así el menú familiar a través de la lactancia. Si en la familia hay alergias (por parte de la madre o del padre), al principio es aconsejable evitar o consumir con moderación los alimentos que contengan los alérgenos más comunes, para observar cómo le van sentando al bebé. Si existe un problema, los sospechosos habituales son la leche de vaca y los productos lácteos. Pero incluso los bebés a los que afectan, por ejemplo, los productos lácteos, se pueden mostrar impasibles si la madre los consume con moderación. No abuse de la cafeína durante las primeras semanas para que el organismo del bebé pueda madurar antes de absorberla. Cuando empiece a tomar cafeína, observe si el bebé se muestra nervioso y no tome tanta que no pueda dormir una siesta cuando tenga ocasión.

¿ES NORMAL QUE LOS LACTANTES TENGAN TANTOS GASES? Todos los mamíferos producen gases intestinales a diario por el mero hecho de estar

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vivos. Nosotros, los adultos (habitualmente), solemos ser más discretos al eliminarlos que los bebés. Si el bebé tiene gases pero no le molestan, no hay problema. Pero en ocasiones, los gases pueden incomodar mucho al lactante. Amamantarlo, tomarlo en brazos adoptando la sujeción anti cólicos descrita con anterioridad y cargarlo en brazos en posición vertical contra el pecho u hombro puede ayudar a eliminar las burbujas de gas que se acumulan en el intestino y provocan malestar. Si su hijo suele padecer a causa de los gases, es posible que esté tomando demasiada leche; véase “Exceso de producción de leche” en el Capítulo 18 para más información.

¿CÓMO LO HAGO ERUCTAR? Cada bebé es diferente, por lo que deberá usted aprender cuál es la mejor posición para ayudar al suyo a eructar. ¡O no! En las culturas donde se carga constantemente con el bebé, hacerlo eructar es algo que ni se contempla. Al llevar al bebé siempre en posición vertical el pequeño puede eructar cuando lo necesite. La necesidad de ayudarlo a eructar debió surgir al adoptar la costumbre de acostarlo después de darle de mamar, cosa que deja aire atrapado en el estómago. (¿Cómo se siente usted si se acuesta tras una comida copiosa?). Algunos bebés parecen retorcerse al cabo de poco después de iniciar la toma, especialmente si la leche sale con rapidez y tragan ruidosamente. Es posible que necesiten eructar entonces para que el aire tragado no quede atrapado al ir ingiriendo más leche. Si el bebé necesita eructar, sujételo contra su hombro (protéjase con una toalla por si el pequeño devuelve) y frote o golpéele suavemente la espalda. Sin aporrearlo. También puede sentarlo en su regazo, inclinarlo ligeramente hacia delante y frotarle suavemente la espalda.

¿CÓMO PUEDO EVITAR QUE VOMITE? A muchos bebés no parece molestarles el hecho de vomitar, y la cantidad de leche que vomitan suele parecer más de lo que realmente es. La causa de los vómitos puede ser que el bebé tome bastante pecho de manera espaciada; por lo tanto, pruebe amamantarlo con más frecuencia. El bebé mamará menos y le será más fácil retener lo ingerido. Llevar al bebé en brazos en posición vertical, especialmente tras las tomas, puede también ser útil. Las culturas donde se carga al bebé y se le ofrece el pecho cada menos de una hora parecen tener la respuesta. Si los vómitos provocan malestar en el bebé, véase el

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apartado “Ideas para calmar a un bebé intranquilo” del Capítulo 20.

NECESITO AYUDA CON EL PORTABEBÉ

Los portabebés están diseñados para llevar al niño hasta que tiene un par de años. No es de extrañar que al principio resulte difícil acostumbrarse a ellos. El recién nacido prefiere sentirse bien sujeto y estar en posición vertical con la cabeza más o menos al nivel del pecho materno, no más abajo. A los bebés no les gusta sentirse hundidos en un agujero, ni notar presión en la cabeza, ni poder mirar hacia fuera, y hay que evitar dificultarles la respiración. Coloque al bebé de manera que la cabeza sobresalga. Póngase en movimiento en cuanto esté bien colocado y acarícielo mientras le habla. El portabebés es una nueva experiencia para su bebé, pero los bebés de todo el mundo llevan siglos utilizando portabebés y la mayoría de ellos están encantados. Otras ideas para empezar: Las bandoleras ajustables con anillas permiten llevar al bebé en posición vertical, de cara a la madre. Para ajustar el portabebés, se tira de la tela pasándola por las anillas. Los fulares también permiten colocar al bebé en posición vertical.

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Para más información sobre portabebés, consulte las instrucciones o vídeos en internet, pida consejo en las reuniones de la LLL y vaya experimentando. Si le parece que no es un buen sistema para usted, déjelo y vuelva a probar dentro de una o dos semanas. Como muchas otras cosas, la respuesta a veces consiste en un “quizás ahora no, pero pronto”.

ALGUNOS BUENOS LIBROS PARA LAS DOS PRIMERAS SEMANAS Amamantar. Sencillo y puro, Gween Goosht. La Liga de La Leche. Bebés canguro, Nathalie Charpak. Editorial Gedisa, Barcelona 2010. Dar el pecho es lo mejor, Gabriele Zeiss. Editorial Tikal, Madrid 1999. El nuevo gran libro de la lactancia, M. Eiger y S. W. Olds. Ediciones Medici, Barcelona 2002. El primer año de mi bebé: guía práctica de cuidados de vuestro hijo, Ortrud Lindemann y Adriana Ortemberg. Editorial Océano, S.L., Barcelona 2005. Lo que hacen las madres, Naomi Stadlen. Ediciones Urano, Barcelona 2010. Maternidad y lactancia, Gro Nylander. Editorial Granica, S.A., Barcelona 2005. Nuestros hijos y nosotros, Meredith Small. Editorial Vergara Vitae, Buenos Aires 1999. Un regalo para toda la vida, Carlos González. Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2006. En inglés: A Ride on Mother’s Back, Emery Bernhard. Attached at the Heart, Barbara Nicholson y Lysa Parker. Babywearing, Maria Blois. Mothering the New Mother: Women’s Feelings and Needs After Childbirth, Sally Placksin. Permission to Mother: Going Beyond the Standard of Care to Nurture Our Children, Denise Punger.

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¿DEBERÍA USAR CHUPETE DE ENTRETENCIÓN? Los chupetes de entretención tienen su utilidad, pero no son necesarios. Se diseñaron como sustitutos del pecho y a veces hacen un buen servicio. ¿Se acuerda de que la succión durante veinte minutos eleva el nivel de CCK y el bebé cree que está lleno? La succión del chupete de entretención puede afectar el sistema de CCK y el aumento de peso del bebé puede verse resentido. Sobre todo durante las primeras semanas, si el bebé quiere chupar significa que quiere comer, sencillamente. El chupete es como un chicle sin azúcar para alguien que pretende doblar su peso en cuestión de meses. Puede reducir la ingesta en un momento en que el bebé debería crecer rápidamente. El uso de chupete se vincula con el destete temprano, aunque el motivo de dicha relación no está claro. Puede también estar relacionado con problemas de succión, especialmente si su uso se inicia los primeros días de vida, aunque la razón para ello tampoco está clara. Lo que sí está claro es que si tiene la tentación de usar el chupete de entretención, lo mejor es tomar el teléfono y llamar a una asesora de lactancia para consultárselo. Las madres que confían en el chupete de entretención tienden a desarrollar menos habilidades para calmar al bebé. Los niños que usan chupete en la guardería son más propensos a las infecciones de oído y las aftas bucales. Los chupetes de látex se han relacionado con alergias a dicho material. El uso prolongado puede afectar el desarrollo bucal, al elevar el paladar del niño y hacer crecer los dientes muy juntos, además de provocar la estrechez de las vías nasales y aumentar el riesgo de apnea del sueño y problemas del habla más adelante. Los denominados chupetes “ortodóncicos” y “de ejercicio” en realidad no lo son. Si bien en ocasiones se recomiendan para su uso nocturno en bebés lactantes, deberíamos preguntarnos por qué no se recomienda el pecho en su lugar. La lactancia, al fin y al cabo, satisface la necesidad de succión, las necesidades emocionales, el buen desarrollo de la mandíbula y además, ¡llena la barriga!

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© Liga de la Leche Perú

¿CUÁNDO PODRÉ SEGUIR UN HORARIO CON EL BEBÉ? Al principio el bebé es el centro de su nueva vida. Se tarda un tiempo y cierto esfuerzo para organizar y realizar las tomas y no es posible hacer nada más mientras tanto. Es posible que piense que si pudiera seguir un horario de tomas, la vida volvería más rápidamente a la normalidad. Pero alimentar al bebé pronto constituirá la parte más fácil, rápida, relajada y flexible del día. Podrá hacerlo entre actividad y actividad. Si programa las tomas, acabará intentando encajar actividades más complicadas entre comida y comida. A pesar del trabajo extra, el bebé seguramente no crecerá tan bien. Muchos bebés no son capaces de esperar el tiempo que indican la mayoría de los libros, o no pueden hacerlo y al mismo tiempo aumentar de peso y mantener una buena producción de leche. Al establecer un horario se corre el riesgo de un bebé mal alimentado y un destete temprano; y se complicará la vida. Esto es lo que sucederá dentro de un par de meses si sigue prescindiendo del reloj: ¿tiene que salir a comprar? Ofrezca al bebé una toma rápida antes de salir y dispondrá de más tiempo. Los bebés no suelen rechazar estas tomas extras. De hecho, estos pequeños extras son lo que les hace crecer. ¿Tiene que pagar facturas? ¿Hablar por teléfono? ¿Ver la televisión? ¿Redactar un trabajo sobre Tolstoi? Podrá hacer todas estas cosas mientras

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amamanta al bebé. Una de las autoras del presente libro, Diana, escribió su primer libro con un lactante en el regazo. La lactancia, cuando se tiene algo de práctica, no constituye ningún problema. Los lactantes ya existían antes que los relojes, cuando la vida era verdaderamente difícil. La lactancia tenía que encajar en el día además de la búsqueda de comida (a menudo algo imprevisible), el cuidado de los animales (lo mismo) y la atención ante posible peligros (más de lo mismo). La crianza de un bebé tenía que ser ante todo flexible, y lo era; y funcionaba a la perfección.

¿PUEDO ACABAR MIMANDO DEMASIADO AL BEBÉ? No. Los bebés no son manipuladores, perspicaces, traidores ni subversivos. Son… lo que son. Cuando crecía usted, ¿se habría sentido segura si la fuerza de la gravedad hubiese sido algo variable? ¿y si, al soltar un libro, este hubiese podido igualmente caer o subir? Cuidar del bebé es lo mismo. Satisfacer sus necesidades les proporciona una base fiable a partir de la cual empezar a explorar y conocer el mundo. A esta tierna edad, sus deseos son sus necesidades. Podemos satisfacerlos todos sin miedo a malcriar al bebé. Cuando el pequeño tenga dos años, a veces sus deseos y necesidades serán cosas diferentes. Tal vez él no pueda distinguir la diferencia y nos tocará a nosotros ayudarlo a hacerlo, ayudarlo a aprender a ser paciente, tolerante, amable. Pero, de momento, todo lo que necesita aprender es que lo quieren.

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SIETE

DE LA SEMANA DOS A LA SEIS: SONRISAS FUGACES

© Erika Novoa

“Como enfermera de la unidad de neonatos en 1952, había puesto en práctica todos los conocimientos sobre lactancia del momento. Como era de esperar, al tener a mi primer hijo acabé con los pezones adoloridos y agrietados. A los diez días abandoné la lactancia y prometí hacerlo mejor la próxima vez. Con el segundo bebé sufrí el mismo dolor y heridas en los pezones. Con el tercero decidí quedarme en el hospital cinco días para poder hacer las cosas bien. ¡Error! Mi ego sufrió con la experiencia. Casi todas mis antepasadas habían podido amamantar a sus hijos, y yo, la ‘Chica de oro’, la primera que había estudiado, no lo conseguía. »En 1959, cuando tuve a mi cuarto hijo, se había formado un grupo de la Liga de La Leche en la ciudad. Como enfermera ginecológica profesional, mi orgullo me impedía tener en buena consideración a este grupo de “mujeres sin titulación”. Afortunadamente, una antigua compañera de estudios colaboraba con el grupo llevando a cabo asesoramiento telefónico. La llamé durante nueve días seguidos hasta que me sacó del agujero. Me comprendía y me animaba a diario, me ofrecía consejos para sustituir mi desconocimiento. Su amabilidad es lo que más recuerdo al cabo de estos cincuenta años. »Al cabo de un mes recuerdo a mi marido sentado al otro lado del sofá, admirándonos durante una toma. Me

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sentí como una pintura de una virgen iluminada con su hijo; con los otros tres, siempre me había centrado en el bebé únicamente, no en mí. »Aquel verano, cuando el bebé tenía casi cinco meses, nos tumbamos en la cama casi desnudos una tarde soleada, con la brisa acariciándonos mientras el pequeño tomaba el pecho. Recuerdo perfectamente lo que pensé: De todos los placeres que adoramos, ¿cómo es posible que nadie hable de este? Jean, recuerdos de 1959.

sentirá todavía que tiene el control de su vida. Lo más probable es que la niebla en que se ha sentido inmersa desde el parto se haya despejado un poco y haya conseguido cierto ritmo en la convivencia con el bebé. Pero seguramente los días no sean aún apacibles y cómodos. Las nuevas madres de nuestra cultura suelen decir que tardan seis semanas o más en sentirse “asentadas”. ¿Por qué “de nuestra cultura”? Porque la mayoría de las culturas que amamantan a sus bebés dan a la madre un tiempo (alrededor de un mes) de ayudas con la casa y las comidas para que ella pueda conectarse con el bebé, recuperarse, iniciar la lactancia y adaptarse a la maternidad. En gran parte de dichas culturas, como la mujer ha visto amamantar a otras mujeres desde pequeña, la lactancia no resulta complicada. La mayoría de nosotras no tenemos tanta suerte y, aunque la tengamos, hay muchas pequeñas cosas que aprender. ¿Quién es esta nueva persona? ¿Qué significan los ruidos que hace? ¿Esto es normal? Se tarda un tiempo en conocer al nuevo miembro de la familia, pero, al ir haciéndolo, cada vez se tiene más confianza en una misma. PROBABLEMENTE NO

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HÁBITOS DE LACTANCIA: DE LA SEMANA DOS A LA SEIS Los bebés de esta edad todavía suelen tener algún problema para agarrarse bien al pecho, principalmente porque sus impulsos nerviosos siguen siendo bastante primitivos. Pero habrá notado que ambos son más rápidos, que, aunque usted marque la pauta, el bebé la sigue y rara vez se despista, cosa que suaviza el proceso y lo facilita. El bebé de esta edad suele estar muy concentrado al tomar el pecho, pero también se observa cómo sonríe fugazmente al quedar satisfecho después de la toma o entre tomas. Estas primeras sonrisas con los ojos cerrados indican bienestar emocional, no gases. A las seis semanas el bebé puede empezar a esbozar sonrisas sociales, con los ojos abiertos y mirando directamente, una gran recompensa a tantas semanas de lactancia. Si todavía nota molestias en los pezones pasadas dos semanas, consulte con una líder de la LLL u otra asesora de lactancia. El dolor indica que hay que cambiar algo, independientemente de lo bien que “parezca” agarrarse el bebé. Si no ha probado aún la posición de lactancia reclinada, decídase ahora. Tal vez notará que la lactancia resulta más cómoda y relajante.

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TODAVÍA NO SÉ CUÁNDO DARLE EL PECHO En una fiesta la anfitriona no suele preguntar si los invitados tienen hambre para pasar las bandejas de pasa bocas. Los ofrece con frecuencia y cada uno decide si come o pasa la bandeja. Usted tiene la “bandeja de pasa bocas” de la lactancia; sea una buena anfitriona y ofrézcala cuando el bebé parezca intranquilo. No hay que forzar al pequeño si rechaza el pecho, pero si no se ofrece, el bebé no mama.

AMAMANTAR A DEMANDA Puede ser a demanda del bebé o de la madre. Puede ofrecerle el pecho simplemente porque le parece que hace tiempo que no mama o porque lo echa de menos, porque desea acabar de leer aquel artículo o porque… le apetece. Todas estas son razones perfectamente buenas aunque el bebé no pida el pecho. La demanda puede venir del bebé. Tal vez haya tenido una pesadilla ¿quién sabe?, tal vez tiene una burbuja de aire y tomar el pecho favorecerá el movimiento de los intestinos y puede mover la burbuja a un lugar menos incómodo. Una vez más, ¿quién sabe? pero no importa demasiado qué motivos tenga. Si la hace feliz, es suficiente.

¿POR QUÉ MI BEBÉ QUIERE TOMAR EL PECHO EL DOBLE DE VECES QUE EL DE MI AMIGA? Puede dedicarse a buscar el motivo, o puede simplemente aceptar la diferencia. Algunos bebés no saben mamar tan bien como otros o se cansan antes de quedar llenos. No les pasa nada, siempre y cuando coman con frecuencia. Algunas madres no acumulan demasiada leche. Las tomas frecuentes no sólo llenan mejor a sus hijos sino que también mantienen la producción de leche en buenas condiciones. A veces no se trata más que de una diferencia de personalidad. Mientras el bebé aumente bien de peso y a usted no le parezca mal amamantarlo más veces, todo es normal. Si a usted no le parece bien, el bebé no aumenta adecuadamente de peso o sospecha que pueda haber un problema, no dude en hablar con una líder de la LLL o con el pediatra. Recuerde también que el bebé de su amiga puede no estar tomando el pecho lo suficiente. Tal vez sea el suyo el que mama como debe.

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¿NO DEBERÍA CONTROLAR EL RELOJ? Antes se solía sugerir a las madres que amamantaran siguiendo un horario (cada tres o cuatro horas). Cuando los estudios demostraron que este sistema provocaba problemas de lactancia y se comprendió mejor cómo funciona la lactancia, la recomendación pasó a ser “alimentar al bebé cuando presente indicios de hambre”. El problema es que la idea del horario sigue en nuestra memoria: “alimentar al bebé cuando tenga hambre, cada dos, o tres, o cuatro horas”. Algunas madres afirman que amamantan a demanda… siempre y cuando crean que ha pasado “suficiente tiempo”. Acunan al bebé, le cambian el pañal, le ofrecen el chupete de entretención (todo menos darle el pecho). El bebé se queja, incluso llora, pero la madre sigue mirando el reloj y dice: “Sólo ha pasado una hora; ¿cómo puede pedir el pecho otra vez?”. Pero si el bebé no quiere tomar el pecho, se lo hará saber. Ofrézcale el pecho. Es posible que se calme, como si dijera: “¡Al fin! ¿Es que no me estabas escuchando?”. Si hace rato que llora, puede que esté demasiado alborotado para tomar el pecho: tranquilícelo antes de ofrecérselo. Ofrecerle el pecho al bebé cuando llora no es malcriarlo. La fisiología del bebé precisa tomas frecuentes y mucho tiempo en brazos. La producción de leche precisa de lo mismo. Dejar de coger al bebé en brazos deliberadamente interfiere con su fisiología y con la de la madre. No se ha demostrado que sea beneficioso en ningún aspecto y lentifica el aumento de peso a largo plazo. Resulta interesante que las madres que esperan hasta que vuelve a ser “hora de amamantar” (las que observan el reloj), suelen estar también preocupadas por el aumento de peso del bebé. Recuerde, el bebé no puede aumentar de peso adecuadamente si no mama en abundancia, y las tomas “a demanda” son las que le permiten hacerlo. Tal vez su hijo aumente de peso según lo estipulado por el pediatra, pero es posible que el pequeño quiera más. Algunos bebés van a crecer más de lo que indican las líneas del gráfico de crecimiento y mantenerlos a raya no les satisface. También es normal que en ocasiones el bebé pida tomas seguidas, lo cual significa que las tomas son menos largas y múltiples cada hora o dos, a menudo para llenarse bien antes de un sueño prolongado. Le aconsejamos que se olvide por completo de los horarios y que ofrezca el pecho al bebé cuando el pequeño esté intranquilo, aunque haya mamado hace sólo diez minutos. Cuando la lactancia se vuelve armoniosa, las tomas “a demanda” enseguida empiezan a

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ser también “tomas conversacionales”.

TOMAS CONVERSACIONALES La lactancia es la primera relación humana que establece el bebé. Es su primera forma de comunicación con la madre, y la de la madre con el bebé. Las profundas miradas entre ambos también son comunicación, pero probablemente ahora sean todavía cortas. La lactancia ofrece ahora sus conversaciones más largas, y pueden mantenerlas cuando la madre o el bebé deseen. Seguramente ya habrá notado que a veces besa al bebé sin motivo alguno. ¿Mira el reloj antes de hacerlo? ¿Qué pensaría si le dijeran que debe besar al bebé sólo una o dos veces al día? En realidad, a principios del siglo XX, algunos libros aconsejaban a las madres limitar el contacto con el bebé y evitar mostrarle afecto. Como resultado, muchas madres y bebés fueron infelices. Las tomas a demanda, las tomas conversacionales (lo que se proporciona al bebé con estas tomas espontáneas) alimentan los pliegues saludables de los brazos del bebé, les hacen sentir a ambos seguros y felices, da comienzo con buen pie a su relación de por vida, asienta la lactancia sobre una base sólida y facilita enormemente el trabajo de la madre.

¿NO LA ESTÁ UTILIZANDO DE CHUPETE DE ENTRETENCIÓN? ¡No importa en absoluto! Mamar proporciona alimento al bebé, lo calma, lo duerme, lo consuela, lo tranquiliza y lo relaja. Si ofrece el pecho al bebé sólo como alimento y no como “chupete”, impedirá que obtenga las calorías que el pequeño consigue con estos usos adicionales, aumentará sus posibilidades de tener problemas con la producción de leche y se perderá del placer de dejarse llevar (literalmente) por la corriente. La frase “te está utilizando como chupete” es nociva para una lactancia fluida y confiada. El bebé crece mamando, ¿por qué privarle del pecho?

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OTRAS PREOCUPACIONES He aquí algunos otros problemas que se comentan con frecuencia en las reuniones de la LLL en relación con la lactancia de bebés de dos a seis semanas. Si no encuentra aquí respuestas a sus dudas, probablemente las hallará en el Capítulo 18, “Apoyo técnico”. Si tampoco las encuentra allí, busque en los foros de LLLi.org. A partir de entonces, es cuestión de dejar de lado los libros e internet y llamar a una líder de la LLL. Los textos son limitados y usted se merece también el contacto con personas.

¡AYUDA! ¡MIS PECHOS SE HAN ABLANDADO! ¿Recuerda que los primeros días notaba los pechos llenos y firmes si el bebé espaciaba mucho las tomas? La diferencia antes y después de la toma era notable. Pero a las seis semanas, muchas mujeres ya no se notan los pechos llenos. Los notan blandos gran parte del tiempo y sólo los notan llenos cuando el bebé deja pasar más tiempo del habitual entre tomas. Si antes goteaba mucho, es posible que ahora ya no lo haga tanto. La oferta y la demanda se han equilibrado. El exceso de líquidos, el exceso de leche, la circulación innecesaria, se han esfumado y la lactancia es ahora más fluida. Los pechos son ahora más eficientes al liberar la leche sólo cuando el bebé está al pecho. Los primeros días seguramente notaba que la leche fluía (incluso goteaba) sin estimulación alguna, o cuando los pechos estaban especialmente llenos. Pero con el paso de las semanas, la leche empieza a fluir sólo a petición del bebé (aunque a veces el llanto de otro bebé o el hecho de pensar en el suyo cuando no está con él pueden provocar la liberación de leche, del mismo modo, claro, que la extracción de leche). Es un alivio no tener que preocuparse del goteo y mientras el bebé siga creciendo bien, tampoco debe preocuparse más por la producción de leche. Tal vez piense: “El bebé crece bien, pero mis pechos siempre han estado blandos”, esto se debe a que cuenta usted con una gran capacidad de almacenaje o a que el bebé mama con frecuencia y los pechos no llegan a llenarse en exceso. No se preocupe si ahora tiene los pechos más blandos, ni si nunca se han llenado del todo. La misma premisa sigue siendo válida: un bebé feliz y contento que crece bien y ensucia los pañales, toma el pecho adecuadamente.

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“Recuerdo que compré protectores anti goteo de lactancia porque estaban en la lista de accesorios esenciales y que me los ponía a menudo en el interior del sujetador (que me quedaba grande), donde se arrugaban y resultaban incómodos. Al cabo de unas tres semanas pregunté a una amiga para qué servían. Me miró: “Pues para empapar las gotas de leche que salen”. “Pero si a mí no me salen gotas de leche”, le dije. “Entonces contestó, ¡no los uses!”. Jill.

UN BEBÉ CONTENTO Muchas madres se preocupan hoy en día por su producción de leche las primeras semanas. La mayoría no tiene por qué. He aquí algunas señales que indican que el bebé crece bien. El bebé: Empieza a aumentar de peso tras la bajada de la leche. Al cabo de diez a catorce días, supera el peso de nacimiento. Aumenta de peso adecuadamente. Lo normal son unos 30 gramos al día los primeros meses, pero recuerde que se trata de un promedio y es posible que su hijo aumente más o menos. El pediatra realizará el seguimiento del aumento de peso del bebé en las visitas de rutina. Ensucia al menos tres pañales con deposiciones amarillentas del tamaño de una nuez, aproximadamente, y moja cinco pañales con abundante orina incolora e inodora. No tiene problema para agarrarse al pecho ni seguir agarrado. En general, tiene los ojos abiertos y muestra interés la primera parte de la toma. Succiona lenta y regularmente durante parte de la toma, poco después del inicio de la misma. Se muestra satisfecho durante al menos unos minutos después de tomar el pecho. Casi siempre se consuela mamando de nuevo. Se muestra tranquilo y alerta entre las tomas. Engorda visiblemente: muslos llenos, mejillas redondas y pliegues más profundos en las muñecas. Tiene la piel suave; ni suelta ni colgante. Crece en longitud y perímetro craneal. Si su hijo no presenta alguna de estas señales, hable con la líder de la pediatra.

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LLL

o con el

¿CUÁNTA LECHE INGIERE? La cantidad de leche que necesita un bebé varía enormemente de un bebé a otro. A las cuatro semanas de vida, la mayoría de los lactantes ingieren unos 750-800 ml de leche al día. Al final de la primera semana, las madres ya producen alrededor de tres cuartas partes de dicha cantidad. A las dos semanas, casi alcanzan el máximo de producción. Pero, ¿importan las cifras exactas? En absoluto. ¿Cuánta leche toma usted con los cereales? ¿La cuantifica? ¿Toma la que considera “suficiente”? El bebé hace lo mismo. La cantidad ingerida varía de una toma a la siguiente, de un día a otro. La producción aumenta o disminuye ligeramente para adaptarse a los gustos del bebé. Si hace calor, es posible que el bebé tome más para saciar su sed. Si tiene mucha hambre, tomará de ambos pechos y tal vez pida el primero otra vez para ingerir más grasa, etc. De modo que saber que el bebé ingiere 75 ml de leche no indica si queda satisfecho, ni cuántas calorías ha ingerido, ni cuándo querrá tomar el pecho de nuevo. Él conoce su propio apetito del mismo modo que usted conoce el suyo, y puede confiar en él. Siempre y cuando aumente adecuadamente de peso, puede usted olvidarse de las cifras. Observe a su hijo y él le indicará lo que necesita y cuándo lo necesita.

¡DE REPENTE MAMA MUCHO! ¡TIENE MUCHA HAMBRE! ¿ESTARÁ DISMINUYENDO MI PRODUCCIÓN?

Mientras los pañales sucios sean numerosos no hay razón para preocuparse. De hecho, esto puede indicar que el bebé está dando un estirón, una buena señal de que ingiere mucha leche y crece adecuadamente. Los bebés no crecen con regularidad. Crecen a estirones y esto se refleja en días en que de repente parecen insaciables. Vaciar un pecho más y con mayor frecuencia aumenta su producción, de modo que esta voracidad favorece la producción (pero sólo mientras dura el estirón, no permanentemente). Al cabo de dos o tres días, el bebé vuelve a tomar el pecho como solía e incluso es posible que duerma más durante el día para descansar de tanto crecimiento. ¡Usted se queda con los pechos llenos y nadie que los vacíe! (No se preocupe, su producción de leche se reajustará en menos de un día). ¿Cuándo se producen los estirones? Habrá oído que son frecuentes a los diez días, a las tres y seis semanas, a los tres y seis meses, etc., pero pueden ocurrir en cualquier momento. Un secreto: si el bebé mama cuando cualquiera de los dos quiera, es posible que nunca los note. Otro secreto: son perfectos para echarles la culpa del malestar del

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bebé. ¿Su retoño no se muestra demasiado sociable con la tía Franny? Sonría y dígale: “Creo que está así por el estirón”. Seguramente se lo perdonarán todo.

SIGO PREOCUPADA CON MI PRODUCCIÓN DE LECHE A lo largo del presente libro empleamos el término producción de leche porque es el más utilizado, pero puede parecer un término bastante rígido. Al sacar leche, se produce más leche; al sacar menos leche, se produce menos. Evidentemente existe un límite máximo y algunas mujeres nunca son capaces de proporcionar a su bebé toda la leche que necesita. En el Capítulo 18 comentamos ampliamente los posibles problemas de producción de leche, pero si le preocupa su producción, sepa que no es algo que deba ser de un modo determinado. Cuanto antes busque solución, más fácil será encontrarla. Su cuerpo dedica las primeras semanas a establecer la producción esperada de leche, de modo que si algo le preocupa ahora, lea el Capítulo 18 y busque ayuda ya.

¡CREO QUE TENGO DEMASIADA LECHE! ¡Bienvenida al club! Alrededor de un tercio de nosotras se ha sentido así. Su cuerpo dispone de muchos “sistemas de emergencia” para vivir; dos pulmones, dos ojos, dos riñones… y dos pechos. Si tuviera que hacerlo, probablemente podría alimentar a su hijo con un solo pecho. Por si surgen problemas (o nacen gemelos), los pechos producen leche adicional al principio. Pasadas las primeras seis semanas, la mayoría de nosotras producimos lo que nuestro hijo precisa. Pero algunas tienen pechos que no se conforman y necesitarán más persuasión para reducir la producción. En el Capítulo 18 hallará recomendaciones para ello. Pero recuerde una cosa: las mujeres con producción excesiva se acostumbran tanto a unos pechos repletos y rebosantes y a un bebé que se atraganta, que pensamos que estamos perdiendo la producción cuando esto deja de suceder. Lea en la sección anterior las señales que indican que el bebé crece bien. Seguro que el suyo las muestra.

MI BEBÉ ESTÁ INSATISFECHO PERO AHORA NO QUIERE TOMAR EL PECHO Pruebe otras cosas. Algunos bebés no soportan un pañal mojado, mientras que a otros no les molesta lo más mínimo. Algunos necesitan un cambio de posición, un cambio de perspectiva o un cambio de movimiento. Pruebe a sacar al bebé para que le dé el aire, cántele una canción o baile con él. Entre intentos, ofrézcale de nuevo el pecho. La

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lactancia soluciona multitud de problemas además del hambre. En algún momento, es probable que el pecho sea la respuesta, aunque el hambre no fuera la pregunta.

EL BEBÉ CADA VEZ TIENE MENOS GANAS DE TOMAR EL PECHO ¿Cada vez que le baja la leche queda inundado? ¿Presenta síntomas de enfermedad o tiene mucha mucosidad? ¿Tiene manchas blancas en la boca? ¿Le ha dado biberones? Estas son algunas de las razones por las que un bebé puede demostrar cada vez menos interés en la lactancia. Hallará más información sobre el rechazo del pecho en el Capítulo 18, pero también puede aprovechar para ponerse en contacto con una líder local de la LLL.

ALGUNOS BUENOS LIBROS SOBRE BEBÉS INTRANQUILOS Por qué llora su bebé y cómo calmarlo, Sandy Jones. Ediciones Medici, Barcelona 1995. ¿Por qué lloras?, José M.ª Cubells y Sonia Ricart. Ediciones Martínez Roca, S. A., Madrid 1999. En inglés: Colic Solved, Bryan Vartabedian. The Fussy Baby Book, William Sears y Martha Sears.

¿QUÉ OTROS MOTIVOS ADEMÁS DEL HAMBRE PROVOCAN EL LLANTO? Hay bebés de todo tipo. La personalidad de su hijo ahora no es necesariamente reflejo de la que será en el futuro, especialmente si usted satisface sus necesidades, sean cuales sean. La causa más común de llanto es sencillamente que el bebé echa de menos a su madre, cosa que explica por qué los bebés que no se cogen en brazos lloran significativamente más que los que sí (especialmente alrededor de las seis semanas). Otras causas comunes (y algunas poco habituales) del llanto frecuente se comentan en detalle en el Capítulo 18. El libro de William y Martha Sears, The Fussy Baby, ofrece ideas como un masaje cariñoso que puede resultar útil. Si el problema no parece ser ninguno de los descritos y el bebé está verdaderamente inquieto, consulte con su

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pediatra. Probablemente no la necesitará mucho más tiempo, pero por ahora puede resultarle de ayuda la hoja “Ideas para calmar a un bebé intranquilo” que encontrará al final del libro, para cuando el bebé llore y no acepte el pecho. Suele haber soluciones,al menos parciales, cuando el bebé no deja de llorar, incluido el tiempo. En ocasiones, la última solución que se prueba es la que se da por buena, cuando en realidad el bebé simplemente empezó el día con mal pie.

DIABLILLOS Y ORQUÍDEAS Como ocurre con los adultos, hay bebés con toda clase de personalidades. Los “diablillos” son los que no paran, lloran y piden a todas horas. Suelen tener pequeñas molestias físicas de las que necesitan distracción (sensibilidad a algún alimento o intestinos delicados) o puede que se trate únicamente de su manera de ser. Las pataletas no son raras porque el bebé está siempre irritable. Son bebés con mucha energía y que requieren mucha atención, siempre buscan estimulación cerebral para dar lo mejor de sí mismos. Los bebés “orquídea” también precisan muchos cuidados. Para ellos, muchos entornos resultan excesivamente estimulantes, confusos o turbadores y necesitan la presencia tranquilizadora de su madre más que otros bebés. Estos son los que no saben dejar el regazo de mamá con facilidad, que no fomentan activamente el contacto con otros niños en la guardería, que tal vez no lleven tan bien como otros estas horas de guardería. Se recogen en sí mismos cuando les gritan o se estresan, y florecen cuando les mima. Como si fuesen orquídeas. El tiempo que se dedica a un bebé con mucha energía o con muchas necesidades de cuidados nunca es tiempo perdido. Se le está ayudando a formar vías nerviosas que tal vez le sirvan para conseguir el doctorado de mayor. Haga lo que esté a su alcance para hacerlo feliz y para estar ambos felices; y sepa que con un poco de madurez todo será más fácil. Respete a su hijo por la persona que es: un bebé que la necesita (al principio) para ayudarle a enfrentarse a su realidad, y que al final resplandecerá.

LA GENTE ME DICE QUE NO LE COJA EN BRAZOS CADA VEZ QUE LLORA Pregúnteles qué les preocupa. ¿Mimarlo? Tanto si el bebé llora porque tiene una necesidad física o emocional, en absoluto quiere decir que está intentando “salirse con la suya” ni tampoco que quiera controlarla; simplemente está pidiendo ayuda porque solo, no logra resolver lo que le pasa. Es como un visitante en un planeta extraño; no habla el idioma, la gravedad es demasiado fuerte para poderse mover sin ayuda y se encuentra desorientado tras el largo viaje. Necesita que le responda rápidamente cuando pide ayuda. Así se construye la confianza entre ambos, la confianza en el mundo, la resistencia vital y equipa al cerebro para enfrentarse de forma positiva al estrés. En definitiva, esto le capacita para ser una persona independiente y segura antes de lo que lo sería si tuviera que arreglárselas solo.

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Se han aprendido muchas cosas referentes a la biología, neurología y fisiología infantil desde la época del “no malcríe al bebé”. Lauren Porter, especialista neozelandesa en desarrollo infantil, señala que los bebés pasan los primeros años de vida estableciendo muchas conexiones nerviosas. Algunas dan como resultado ansiedad y estrés, otras confianza y seguridad. Las investigaciones indican que el modo de responder de la madre influye enormemente en la futura reacción del bebé, con calma o estrés ante el mundo al ir madurando. Si no se responde ante sus peticiones de ayuda, las conexiones nerviosas que se forman se basan en la premisa “a nadie le importa”, cosa que disminuye la confianza del bebé; el pequeño se siente abandonado, indefenso y desesperado; disminuye su sensación de valor como persona y su cerebro aprende a reaccionar ante el estrés futuro más intensamente. Los niños que se han criado con los métodos que sugieren que “llorar le va bien para ejercitar los pulmones, hay que dejar que los bebés lloren, hay que enseñarles a ser independientes desde el principio”, tienen muchas probabilidades de convertirse en adultos con niveles elevados de ansiedad, así como baja autoestima y enfermedades relacionadas con el estrés. Pero usted ya sabe que ignorar el llanto del bebé no es lo correcto. Las madres están preparadas para reaccionar porque la naturaleza así las ha diseñado con el fin de proteger a los bebés, procurarles los cuidados necesarios y permitir que crezcan bien. No, no se malcría a un bebé respondiendo a sus necesidades. A esta edad es algo imposible. Lo que sí se hace al responder rápidamente a su llanto es ayudarlo a desarrollar las vías neuronales que lo convertirán en una persona segura y resistente para el resto de su vida.

“LAS MADRES PIDEN INFORMACIÓN A LAS PERSONAS EN QUIENES CONFÍAN (MADRES, SUEGRAS, PEDIATRAS) Y CON FRECUENCIA RECIBEN INFORMACIÓN POCO ADECUADA. TEMEN ESTAR HACIENDO ALGO MAL SI SIGUEN SUS INSTINTOS. ESTO LES HACE CREER QUE SUS INSTINTOS NO SON FIABLES Y LA SOCIEDAD CONFIRMA SUS DUDAS.

»ANIMAR A LAS MADRES PARA QUE CONFÍEN EN SÍ MISMAS (VALIDAR QUE EL CUERPO DUELE CUANDO EL BEBÉ LLORA POR UN IMPERATIVO BIOLÓGICO) ES UNA DE LAS COSAS MÁS VITALES QUE LLEVA A CABO LA OPINIÓN”.

LIGA DE LA LECHE, EN MI CASSANDRA.

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NO ESTOY DISFRUTANDO DE NADA Algunos bebés y algunas situaciones de lactancia son más exigentes que otros, pero ahora es también el momento en que la depresión posparto puede hacer su primera aparición. Si los sentimientos de ansiedad, infelicidad o depresión continúan durante más de unos días, hable con el médico. En el Capítulo 18, hallará más información acerca de los síntomas y tratamientos durante la lactancia.

¿CUÁNDO PODRÉ SALIR CON EL BEBÉ? Cuando se alimentaba a los bebés preferentemente con fórmula, el consejo oficial recomendaba no sacar al bebé de casa las primeras semanas o incluso meses. No era mala idea; el sistema inmunológico de los bebés alimentados con leche artificial es tan limitado que los pequeños son más propensos a enfermar. El bebé que toma el pecho, es resistente desde el primer día. En cuanto esté usted dispuesta a salir, el bebé podrá acompañarla. Cuando Lisa, la primera hija de Teresa nació, Teresa estaba ansiosa por salir a comprarle ropa de niña, así que la metió en un portabebé y se fue a la tienda. Otra mujer la detuvo en la calle para admirar al bebé. “¿Qué edad tiene?”, preguntó. Teresa respondió: “Unas quince horas”. Salir a la calle no es lo que provoca una enfermedad; la enfermedad la contagian al bebé las personas enfermas que lo cogen en brazos. Pida a los demás que se laven las manos antes de alzar al bebé y siga su instinto a la hora de permitir o no que el bebé vaya de mano en mano.

¿SE PUEDE AMAMANTAR EN PÚBLICO? ¡Por supuesto! No conocemos ninguna provincia, estado o país que lo prohíba y en algunos se protege este derecho natural de madres y bebés. Tal vez a su pareja le incomode verla dejar sus pechos al descubierto. Lo más probable es que los transeúntes apenas intuyan la piel, aunque sí notarán que está amamantando. Cuanto más se amamante en público, más se aceptará, incluso por parte de nuestras familias. Muchas de nosotras amamantamos en público por primera vez porque de repente no tenemos otro remedio: bebé hambriento en lugar público. Algunos consejos para facilitárselo: Practique en casa o con los amigos, póngase delante de un espejo para ver lo que

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los demás verán. Vístase con ropa que facilite la lactancia. No tiene por qué ser ropa específicamente para amamantar: los conjuntos de dos piezas cuya parte superior puede subirse son una buena opción. El cuerpo del bebé cubrirá casi toda la piel desnuda. Una chaqueta cubrirá lo que el cuerpo del bebé deje al descubierto. Puede ponerse una camiseta de tirantes debajo de la ropa, con círculos recortados para amamantar. La blusa que lleve encima cubrirá los círculos recortados y el resto de la camiseta cubrirá lo que quede descubierto al abrir la blusa. Esto resulta especialmente útil con gemelos. Los estampados oscuros ayudan a disimular las manchas. Al amamantar de un lado presione el otro con el antebrazo para evitar goteos. Si no es suficiente, súbase la camiseta por el lado donde no mame el bebé; así, al recolocarse la ropa, la mancha no quedará marcando el pezón. El momento más embarazoso puede ser cuando el bebé se agarra. Gírese brevemente, o gire la cabeza hacia otro sitio; es poco probable que la gente se dé cuenta porque seguirán su mirada, ahora dirigida hacia otro lugar. Mire a los demás con expresión amistosa o evite discretamente el contacto visual. Casi todos imitarán su comportamiento. El uso de una mantita o un pañuelo para taparse atrae mucho más las miradas. Limitar la lactancia a las situaciones más privadas puede reducir la lactancia, cosa que limita la alimentación del bebé. Otro motivo para amamantar en público: aprendemos mejor al ver a otras madres amamantar, de modo que al dar ejemplo de una lactancia con éxito, puede enseñarle a alguien cómo dar el pecho con confianza.

“CUANDO MI HIJA BRIDGET ACABABA DE NACER E INICIÁBAMOS LA LACTANCIA, CASI TENÍA QUE DESNUDARME PARA CONSEGUIR QUE SE AGARRASE AL PECHO.

UN

DÍA, EN CASA DE MIS PADRES,

BRIDGET

TENÍA HAMBRE PERO MI PADRE

LE DIJE: ‘PAPÁ, TENGO QUE DARLE EL PECHO, PERO TENGO QUE QUITARME LA BLUSA‘. SE AUSENTÓ DE LA SALA. EL BEBÉ SE AGARRÓ AL PECHO Y MI PADRE VOLVIÓ TÍMIDAMENTE A LA SALA. ME MIRÓ Y DIJO: ‘CARIÑO, ESTABA EN LA SALA.

ES LO MÁS BONITO QUE HE VISTO EN MI VIDA: UNA MADRE AMAMANTANDO A SU HIJO‘.

ME

HIZO LLORAR Y AÚN SIGUE LLENÁNDOME LOS OJOS DE LÁGRIMAS.

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NUNCA VOLVÍ A PEDIRLE QUE SE FUERA”. SHERRIE. ¿QUÉ PASA CON EL BIBERÓN? Si el bebé no aumenta de peso adecuadamente, se puede recurrir al biberón para complementar su alimentación de manera exitosa o no exitosa. En el Capítulo 18 encontrará maneras de usar el biberón para apoyar la lactancia natural. Si ha decidido utilizar el biberón porque va a reincorporarse al trabajo, plantéese esperar hasta que esté establecida la lactancia natural. No existe una ventana de oportunidad mágica y así se reduce el riesgo de invasión por parte del biberón. Hallará más información en los Capítulos 14 y 15. Si desea disponer de leche congelada para emergencias, puede extraérsela y almacenarla sin tener que acostumbrar al bebé al biberón. Ofrecerle al bebé un biberón diario o semanal “por si acaso”, suele representar más bien un problema en lugar de una solución. Almacene leche si lo desea; en caso de emergencia, el bebé se la tomará. Cuando otra persona le da biberones al bebé para participar en la alimentación del pequeño, va en contra de un aspecto clave de la lactancia. Es una manera de llenar el estómago, sí, pero se trata de una relación que sólo pueden tener madre e hijo. Las parejas son quienes deben enseñar al bebé que existen relaciones más allá de la lactancia, que el amor no siempre llega con comida. Si usa el biberón de vez en cuando por motivos superficiales, vale la pena esforzarse para llenarlo con leche materna. Debido a los cambios intestinales y el riesgo de enfermedades y alergias que acompañan a la leche artificial, se aconsejan utilizarla únicamente cuando no se dispone de leche materna.

LA GENTE ME DICE QUE DEBERÍA DESCANSAR DEL BEBÉ Las madres oyen esto con frecuencia, pero en este punto de construcción de la relación de lactancia no suelen hacer caso. ¿Sentía la necesidad de descansar de su pareja cuando se estaban enamorando? No, seguramente deseaban estar juntos tanto como les fuera posible. Ahora está en una etapa de enamoramiento con el bebé y estar juntos es muy importante para irse conociendo. Lo mejor de los bebés de esta edad es que se pueden llevar a todas partes. Puede usted salir con su pareja a cenar, al cine, a jugar bolos o donde quiera y llevar consigo al bebé.

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Los bebés suelen dormir en el cine, y si su bebé no duerme, puede amamantarlo a oscuras sin que nadie se dé cuenta. No tiene por qué dejar al bebé para salir de casa. Llévelo consigo y los dos lo pasarán mejor.

“ME ACUERDO CLARAMENTE DE LA PRIMERA VEZ QUE FUI A UN RESTAURANTE DESPUÉS DE NACER JILL (FUE UNA DE LAS COMIDAS QUE MEJOR ME HAN SABIDO EN MI VIDA). FUE UNA MARAVILLA. SALIMOS A LAS CUATRO DE LA TARDE Y NOS LLEVAMOS A JILL CON NOSOTROS. DURMIÓ DURANTE TODA LA CENA Y PUDIMOS SENTARNOS Y RELAJARNOS. DE TODOS MODOS, TODO LO QUE QUERÍAMOS HACER ERA HABLAR DEL BEBÉ… Y ALLÍ ESTABA ELLA, A NUESTRO LADO”.

JANETTE. ¿QUÉ PASA CON EL SEXO? ¿Volverá a hacer el amor algún día? Claro que sí. Muchas madres ya lo han hecho llegado este punto. Si el sexo ocupa el último lugar en su lista, es también algo común. Existe un amplio abanico de experiencias normales. Recuerde: las cosas son así ahora, pero esto NO significa que siempre vayan a ser así a partir de ahora. Véanse los Capítulos 8 y 12 para obtener más información acerca de cómo restablecer el contacto íntimo con la pareja.

ESTAR TANTO EN CASA ME HACE SENTIR SOLA Si ahora se siente sola, es buen momento para acudir a una reunión de la LLL. La maternidad no es algo que deba hacer sola. A lo largo de los tiempos las madres se han reunido para compartir información, tranquilidad y amistad. Cuando las madres se reúnen, hay una ventaja adicional de la que no se suele hablar. Los estudios llevados a cabo demuestran que las mujeres no siguen la respuesta fisiológica de “luchar o escapar” ante el estrés, sino una respuesta que se podría denominar “cuidado y contacto”. Cuando estamos bajo estrés, liberamos oxitocina, y esta nos impulsa a cuidar de nuestros hijos y buscar la compañía de otras personas. Oxitocina, estrés, cuidado de los hijos, búsqueda de amistad… ¿dónde, si no en la Liga de La Leche? En las reuniones de la LLL conocerá a mujeres de diversas procedencias pero que se hallan ante el mismo aprendizaje que usted. Puede observar a las más experimentadas y aprender cómo amamantan y toman a sus bebés, puede conseguir pequeños consejos de

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perfeccionamiento; comprobará que otros bebés hacen los mismos ruidos, ponen las mismas caras y ensucian los mismos pañales que el suyo. La maternidad es diferente a cualquier otro club. Todas nosotras estamos un tanto confusas en algún momento, y todas nosotras tenemos algo que aportar. Se sentirá mejor con sus dudas si tiene la oportunidad de ayudar a otra madre con las suyas. Como dijo una madre tras su primera reunión: “Iba a visitar al pediatra para que me diese respuesta a estas preguntas. Ahora creo que puedo volver a casa y disfrutar de mi bebé”.

© Liga de la Leche Guatemala – Maria José Carranza

Si no hay un grupo de la LLL en su zona, busque un encuentro de antiguas participantes en un curso de preparación al parto u otra reunión de madres. También puede preguntar a algunas madres que le parezcan agradables si quieren formar un grupo de juego con usted. Seguramente, ellas estarán buscando el mismo tipo de compañía que usted. Si ya forman parte de un grupo concreto, probablemente les encantará que se una a él. ¡En serio! Este tipo de reuniones pueden constituir el pegamento que impide que una madre llegue a desmoronarse. Las amistades suelen durar décadas. Al fin y al cabo, cuando se comparan sujetadores y pañales, se forja un vínculo de por vida. El bebé también disfrutará de las reuniones. Al nacer, los bebés esperan encontrar una comunidad activa alrededor de sus madres, con voces, brisas, hojas, perros, risas y ajetreo. Incluso un bebé pequeño puede aburrirse en casa. Pero ¿un grupo de madres? ¡Esto es otra cosa! Cuando esté con el grupo y su bebé se muestre tranquilo o duerma

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plácidamente, es posible que les diga: “En casa no es así”. Esto significa que ha encontrado la comunidad que ambos necesitaban.

“¿UN

CONSEJO PARA LAS NUEVAS MADRES? SEMANAS, TODO VA MUCHO MEJOR”.

QUE,

AL CABO DE SEIS U OCHO

KASEY.

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SIGA LOS DICTADOS DE SU CORAZÓN Este libro es más o menos una ampliación de esta frase. Toda madre mamífera normal está plenamente equipada para criar a su bebé normal. Cuando las circunstancias son especiales, hay que buscar conocimientos especializados, pero aun entonces, los cimientos de este tipo de conocimientos los forma el instinto. Nos perturba el llanto de un bebé, por lo que lo tomamos en brazos y nos lo acercamos al pecho. ¡Qué sabias somos! Se trata de una reacción instintiva. Toda la vida ha tenido que aprender nuevas normas relacionadas con cada nuevo papel o habilidad aprendida. El colegio, el trabajo, incluso el funcionamiento de un microondas o el uso de un teléfono (todo conlleva unas instrucciones). Ahora se halla usted ante el trabajo más complicado de su vida, ¡y no hay libro de instrucciones! Pero no es que se lo hayan olvidado; lo tiene delante, a veces bizquea y es una ternura. Lo tiene dentro porque cree que es una ternura. Su instinto la lleva a pensarlo, y al hacerlo, cuidará de él. Como él sabe quejarse cuando necesita algo, y como usted reaccionará enseguida cuando se queje, los dos podrán ir definiendo los detalles día a día. En resumen: siga los dictados de su corazón.

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OCHO

DE LA SEMANA SEIS A LOS CUATRO MESES: DE BIEN A MEJOR

© Liga de la Leche Guatemala – Maria José Carranza

“Cuando mi primer hijo tenía unas seis semanas, mis amigos insistían en que mi marido y yo teníamos que salir. Su matrimonio lo agradecerá. Mi marido también me presionó para hacerlo, de modo que accedí. Dejamos al bebé con unos amigos y salimos a cenar. Me sentí fatal y no disfruté de la comida ni de la salida porque no dejé de pensar en el bebé, preocupada por si estaría llorando. Intenté divertirme pero no pude. Estaba IMPACIENTE por regresar. Entré en casa como un huracán. Recuerdo la sensación de alivio al volver a tenerlo en brazos. ENTONCES pude mirar a mi marido y pensar en charlar con él, satisfacer algunas de sus necesidades, con el bebé en brazos. Las cosas NO IBAN BIEN cuando no estaba con el bebé. Nunca dejé que nos volviera a suceder. Salir sin el bebé no le hizo ningún bien a mi matrimonio. »Con el segundo y el tercer bebé, nadie consiguió separarme de ellos durante meses. Salimos cuando tuvimos a cada uno de los bebés y llamábamos a la cuidadora. Pero para cuidar de los niños MAYORES. Íbamos a los mejores restaurantes con el bebé.

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»No tenemos que sacrificar totalmente las necesidades de un miembro de la familia para satisfacer las de otro. Todos nos adaptamos un poco y satisfacemos nuestras necesidades básicas. La persona más dependiente es la que satisface más necesidades porque tiene menos recursos para adaptarse. “No soy ni de lejos una madre perfecta, pero amamantar a mis hijos y tenerlos cerca los primeros años es algo que hice bien y verdaderamente funcionó”. Jane, recuerdos de 1975.

¿SE ACUERDA DE LO EXTRAÑA y difícil que le parecía la lactancia cuando nació su hijo? Tenía tanto que aprender. Ahora, es una experta capaz incluso de ayudar a otras madres. Seguramente habrá ganado confianza en relación con la producción de leche y habrá observado con orgullo cómo aumenta de peso el bebé y crece alimentado con su leche. Además, el bebé se ha despertado ante el mundo. Las sonrisas sociales cada vez son más frecuentes. Cuando está contento, todo su cuerpo sonríe; a los cuatro meses, puede incluso reír ¡y hablar! ¿Se le había ocurrido que el bebé pudiera hablar a esta edad? No dice palabras, pero sí habla, emite sonidos controlados que intenta producir con regularidad, con los labios en posición y el entrecejo fruncido. Mientras el bebé aprende los sonidos de mamá, la madre ya ha aprendido a reconocer las señales del bebé; para tomar el pecho, cambiar de lado, eructar y a menudo ni siquiera es usted consciente de lo que hace, simplemente reacciona; son dos personas cada vez más sincronizadas. Sigue cansada, por supuesto; y hay muchos días en que es incapaz de saber qué quiere el bebé o por qué llora. El llanto tiende a alcanzar su punto álgido alrededor de las seis u ocho semanas, de modo que el bebé puede parecer inexplicablemente intranquilo a ratos, sobre todo por la noche. Es posible que lo más fácil siga siendo acomodarse en el sofá con algunos pasabocas y un buen libro, o un programa de televisión o una película y dedicarse a amamantar a intervalos durante las próximas horas cuando se dan estos ratos. Un largo paseo al aire libre con el bebé también suele dar buen resultado. Es posible que haya experimentado algún estirón (períodos en que el bebé está más intranquilo), la necesita más, necesita tomar el pecho más de lo habitual para aumentar la producción materna durante unos días. Muchas madres los observan alrededor de los diez días, dos semanas, tres semanas, seis semanas y tres meses, pero, con tal frecuencia, comprenderá que el término pueda aplicarse a cualquier día difícil.

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HÁBITOS DE LACTANCIA: DE LA SEMANA SEIS A LOS CUATRO MESES

Los mejores días de lactancia para muchas madres empiezan en algún punto de este intervalo. El bebé, mientras toma el pecho, mira a la madre, sonríe y le cae leche al sonreír. Entonces se apresura para volver a tomar el pecho, pero estos momentos confirman a la madre hasta qué punto es adorada y cómo le encanta al bebé hacerlo. Es posible que empiece a acariciar o golpearle el pecho mientras mama, o incluso acariciarlo la cara.

“UNO

DE MIS RECUERDOS FAVORITOS DE LA LACTANCIA ES CUANDO MI HIJO

TENÍA DOS MESES.

ESTABA

REGALARME

SONRISA

UNA

MAMANDO Y SE SEPARÓ DEL PEZÓN PARA LLENA

DE

LECHE.

EL

LÍQUIDO

SIGUIÓ

DERRAMÁNDOSE DE MI PECHO Y ME RESBALÓ LECHE HASTA LA BARRIGA. EL BEBÉ SE GIRÓ Y EMPEZÓ A LAMERME LA PARTE INFERIOR DEL PECHO DONDE IBA CAYENDO LECHE”.

MACY. EXIGENTES DE CUATRO MESES El bebé cada vez está más activo, lo cual también tiene sus desventajas temporales. En una reunión de la LLL de hace un tiempo, una madre llegó con un bebé de cuatro meses diciendo que había empezado a “mamar raro”. Otra madre presente dijo: “Mi bebé también tiene cuatro meses y también ha empezado a tomar el pecho raro”. Otra madre comentó lo mismo acerca de un bebé de la misma edad. Los bautizamos como “quisquillosos de cuatro meses” pero no disponíamos de una solución para el caso que no fuera amamantarles en una habitación tranquila, con pocas distracciones y en la posición que prefirieran en ese momento. El grupo concluyó que alrededor de los cuatro meses, los bebés alcanzaban suficiente madurez intelectual para conectar con la habitación en que se hallaban, pero todavía no disponían de suficiente materia gris para

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observar el mundo y tomar el pecho a la vez. Dos de las madres volvieron al cabo de unos meses. “¿Los bebés siguen mamando raro?”, les preguntamos. Ni sabían a qué nos referíamos. Todo había pasado tan deprisa que lo habían olvidado. En el caso de algunos bebés sensibles, esta fase puede resultar algo más frustrante y difícil. Si el pequeño se distrae con facilidad, puede dejar de tomar el pecho cada vez que oye un ruido nuevo o nota algún movimiento de reojo. Una madre recordaba haber tenido que amamantar a su hijo durante semanas a solas y con un ventilador encendido para bloquear otros sonidos. Pero también estos bebés se adaptan y vuelven a tomar el pecho con normalidad.

CAMBIOS EN LOS PATRONES DE SUEÑO Algunos bebés pueden empezar a dormir toda la noche en algún momento antes de los cuatro meses de vida, especialmente si duermen solos. Pero en la etapa quisquillosa de los cuatro meses es posible que necesiten tomas nocturnas para ingerir gran parte del alimento necesario. Si el bebé duerme toda la noche, cabe la posibilidad de que la producción de leche se resienta y el aumento de peso se lentifique. Dormir menos rato seguido y despertar con mayor frecuencia significa que el bebé pasa menos tiempo en fases de sueño profundo, hecho que reduce el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Pero no tenga miedo a perder la tranquilidad nocturna para siempre si se adapta a las necesidades del bebé. La mayoría de los bebés duermen más, luego menos, luego más, y van poco a poco pasando a un sueño nocturno más largo. Aproveche las buenas noches cuando se presenten y si cesan, recuerde que volverán.

ABLANDARSE CON LA MATERNIDAD La mayoría de nosotras estamos acostumbradas a tener el control, si no es de un departamento o de un terminal de trabajo, al menos sí del modo en que atamos los cabos sueltos de nuestro día. Probablemente estemos habituadas a trabajar con personas más bien lógicas. Un bebé cambia todo esto. Su hijo es como es; no va usted a cambiar su personalidad. Además es, como dijo un padre, “un amasijo de impulsos primarios”. Necesita a mamá cuando la necesita, por motivos que no siempre se desvelan, en un grado para el que seguramente no se está preparada. Algunas pasamos las primeras

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semanas intentando mantener nuestro antiguo ritmo, intentando adaptar el día del bebé al nuestro. Algunos bebés no tienen ningún problema con ello, pero muchos no pueden seguir nuestro ritmo y comunican a la madre que el sistema no va a funcionar. Llega un momento en que hay que rendirse… y de repente todo resulta más fácil. Es como aprender a nadar, cuando uno se da cuenta de que esforzarse por mantener los pies debajo del cuerpo no ayuda a avanzar. Los ojos enrojecidos de Meredith se aclararon en cuanto pensó: “¿dónde dice que necesito ocho horas de sueño ininterrumpido?”. Fátima comprobó que el bebé se calmaba cuando pensó: “¿qué ley me prohíbe volver a darle el pecho?”. Para Lisa, las cosas cambiaron cuando, al oír consejos que no encajaban con su vida, comprendió que nadie conocía mejor su vida ni a su bebé que ella misma. A pesar de todos los libros y consejos disponibles, nuestra cultura no conoce muy bien al bebé. Tal vez sea este el motivo por el cual tenemos tantos libros y tantos consejos. El bebé está bien equipado para encontrar su camino en el mundo y la madre está bien equipada para guiarlo, cuando empieza a escucharlo y deja de nadar sólo en el lado poco profundo de la piscina.

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PREOCUPACIONES DE LA SEMANA SEIS A LOS CUATRO MESES Estas preocupaciones son las que suelen motivar consultas en las reuniones de la LLL entre las madres con bebés de entre seis semanas y cuatro meses de edad. Si aquí no encuentra sus preguntas, es posible que las halle en el Capítulo 18. Si tampoco están allí, navegue por los foros de http://www.llli.org o llame a su Líder de la LLL.

EL BEBÉ NO HA HECHO DEPOSICIONES EN UNA SEMANA.¿ESTÁ ESTREÑIDO? Durante las primeras semanas, cada pañal sucio es motivo de celebración y una señal de que el bebé ingiere suficiente leche. Alrededor de las seis semanas, no obstante, algunos bebés dejan de hacer deposiciones varias veces al día, tal como se esperaría de ellos hasta este momento. Algunos empiezan a ensuciar un pañal al día; otros cada varios días; otros no eliminan en una semana. El cambio puede ser repentino y tiende a alertar a la madre que ya no se preocupaba por el número de pañales que ensuciaba su hijo. ¿Qué pasa con los bebés que hacen deposiciones sólo una vez a la semana pero siguen aumentando de peso y se muestran activos y sanos? ¡No lo sabemos! Algunos expertos creen que cuando las deposiciones son espaciadas, existe algún problema digestivo o alergia a algún alimento de la dieta de la madre. Otros expertos creen que se trata de una variación normal, ya que cuando el bebé finalmente ensucia el pañal, las deposiciones son blandas, no son duras como ocurre cuando el bebé está estreñido. Lo que sí se sabe es que esto no es motivo para añadir leche de fórmula, jarabe de maíz, jugo de ciruela ni otros alimentos a la dieta del bebé. Por supuesto, si han pasado varios días desde la última deposición, los resultados pueden ser explosivos. Si ha pasado una semana, cabe esperar una buena cantidad de residuos. En ocasiones, estas deposiciones se reparten a lo largo de un día. Las madres de bebés predecibles pueden ni llevar consigo la bolsa de pañales durante gran parte de la semana, pero se quedan en casa el día que “toca”. Algunos de estos bebés empiezan a sentirse incómodos e irritables a medida que se preparan para evacuar. Darles el pecho puede aliviarles; tomar el pecho estimula el sistema digestivo del bebé y facilita el movimiento del contenido intestinal. Pero a veces

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si el bebé está intranquilo rechaza el pecho, tal vez porque le provoca aún más dolor de barriga. Se puede intentar colocar al bebé en posición vertical o de cuclillas para ayudarlo, o moverle las piernas como si pedaleara, o hacerle un masaje suave en la barriga. Puede intentar sentar al bebé en la bañera, con agua tibia. (Esté preparada, necesitará limpiar el baño si funciona).

¿AFECTA EL EJERCICIO FÍSICO A LA LECHE? El ejercicio es algo básico en los mamíferos (su vida depende de él). Los ratones, desesperados por sobrevivir, siempre han huido corriendo de los gatos… y luego han amamantado a sus crías. Las gatas, desesperadas por comer, siempre han perseguido ratones… y luego han amamantado a sus crías. El sistema sería verdaderamente frágil si los bebés sufrieran consecuencias cada vez que su madre corra para comer o corra para evitar ser comida, o corra en la cinta del gimnasio. Por lo tanto no sorprende que la mayoría de los estudios realizados no hallaran diferencias significativas en el volumen, sabor o composición de la leche tras el ejercicio físico; los bebés se mostraban igual de dispuestos a tomar el pecho que en otros momentos. Pero ¿importaría verdaderamente que al bebé no le gustara tanto el sabor de la leche después de una sesión de ejercicio? Es muy posible que tampoco le encante el sabor de la leche cuando, por ejemplo, sabe a canela. No pasa nada. Si el bebé toma el pecho menos de lo habitual durante una toma, tomará el pecho más de lo habitual en la siguiente. Como los bebés nunca ingieren toda la leche disponible en un pecho, siempre queda una reserva para el bebé que quiera más. Además, mantenerse en forma durante la lactancia es muy beneficioso. Hacer ejercicio físico puede mejorar el estado de ánimo, proporcionar más energía y ayudar a dormir mejor por la noche. Elabore un plan de ejercicio que se adapte a su horario con el bebé. Algunos consejos: Amamante al bebé antes de ir al gimnasio para que los pechos estén menos llenos. Use un sujetador que aguante bien para más comodidad. Algunas mujeres se ponen dos. Utilice protectores de lactancia si le gotean los pechos. Dúchese o lávese antes de amamantar si al bebé no le gusta tomar el pecho cuando usted está sudada.

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¿Y si ha entrenado hasta el punto, cuando no tenía hijos, de que se le retirara la regla? Esto significa que entrena hasta el punto en que su organismo no intentaría siquiera criar a un bebé y la producción de leche puede verse afectada. Uno de los motivos del aumento de peso durante el embarazo es para poder alimentar al bebé en caso de hambruna. Puede esperar hasta el año siguiente para entrenar de cara a los Juegos Olímpicos, pero sí puede entrenar para correr una maratón algo más lenta de lo habitual. El ejercicio moderado también es útil. Un largo, o incluso corto paseo con su hijo en el portabebé o el cochecito puede ser un buen modo de empezar. Con un compañero de paseos, es más probable que estos se conviertan en una costumbre. Los gimnasios suelen ofrecer programas para mujeres embarazadas y madres recientes, y a veces se puede llevar al bebé consigo. En algunos casos, se incluye al bebé en la rutina de ejercicios. De hecho, ya está usted haciendo levantamiento de pesas simplemente llevando y trayendo al bebé… ¡y cada día pesa más!

¿QUÉ PASA CON LAS DIETAS? Muchas mujeres pierden alrededor de 0,8 kg al mes durante los primeros seis meses de lactancia. El resto, al menos nos vamos defendiendo. Una ventaja es que durante la lactancia tendemos a perder peso de las caderas y muslos, algo menos fácil de conseguir habitualmente. Si está usted a dieta, no pretenda perder más de 0,5 kg a la semana. Perder peso con rapidez mientras se amamanta puede liberar los contaminantes almacenados en la grasa y pasarlos a la leche. Esto no constituye ningún problema si el peso se pierde lenta y regularmente, pero una pérdida de peso repentina puede conllevar una descarga de contaminantes repentina.

¿MI LECHE CONTIENE CONTAMINANTES? Nos complace que lo pregunte. De vez en cuando, saltan a los medios historias acerca de los elevados niveles de contaminantes que contiene la leche materna. Son verdaderas, pero no debe preocuparse. Existen miles de estudios que demuestran que los bebés alimentados con leche de fórmula acaban con CI más bajos, peor salud y un mayor porcentaje de cáncer, diabetes y enfermedades cardíacas que los lactantes. La leche de fórmula, además, contiene contaminantes procedentes de la leche de vaca y de otros ingredientes, de su procesamiento y del envasado. El hecho es que los contaminantes se

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encuentran en todas partes, en casi todos los alimentos que consumimos. Por mucho, el alimento más seguro y más sano para el bebé es la leche materna.

¿NECESITA VACUNAS UN BEBÉ QUE TOMA EL PECHO?¿MI LECHE NO BASTA PARA PROTEGER AL BEBÉ?

Los bebés lactantes disponen de un sistema inmunitario casi tan bueno como el de su madre y mucho mejor que el de un bebé que tome biberón o tome leche materna con suplementos de fórmula. Pero los anticuerpos que la madre ha adquirido contra determinadas enfermedades (porque ha pasado la enfermedad o bien ha sido vacunada) no se transmiten a través de la leche en cantidades suficientes para proteger al bebé. La difteria, la varicela, el sarampión, las paperas, etc., ya existían antes que la leche de fórmula y los bebés lactantes siempre han estado expuestos a ellas. Por otro lado, las investigaciones indican que los bebés que toman fórmula, cuyo sistema inmunitario no es capaz de construir una defensa tan potente, no están tan bien protegidos por la vacuna como lo estará el lactante natural. Una buena guía para informarse de temas relacionados con las vacunas es el libro En defensa de las vacunas, de Carlos González (Temas de Hoy, Madrid, 2011).

ALGUNOS BUENOS LIBROS PARA MADRES DE BEBÉS DE SEIS SEMANAS A CUATRO MESES

Dar el pecho es lo mejor, G. Zeiss. Editorial Tikal, Madrid 1999. El Concepto del Continuum: En busca del bienestar perdido, Liedloff Jean. Editorial Ob Stare, Santa Cruz de Tenerife, 2006. El nuevo gran libro de la lactancia, M. S. Eiger y S. W. Olds. Ediciones Medici, Barcelona 2002. Un regalo para toda la vida, Carlos González. Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2006. En inglés: Attached at the Heart, Barbara Nicholson y Lysa Parker. Attachment Parenting, Kate Allison Granju. Eat Well, Lose Weight While Breastfeeding, Eileen Behan. The Attachment Parenting Book, William Sears y Martha Sears.

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The Baby Book: Everything You Need to Know About Your Baby from Birth to Age Two, William Sears, Martha Sears, Robert Sears y James Sears. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs288/es/index.html.

¿DEBERÍA DARLE VITAMINA D AL BEBÉ? Estudios recientes han demostrado que la mayoría de nosotros, incluidos nuestros bebés lactantes, necesitamos vitamina D. Algunos profesionales de la salud afirman que el suplemento debería empezar a tomarse desde el nacimiento, mientras que otros afirman que es mucho mejor a los dos meses. ¿Qué hacer? He aquí la información: estamos diseñados para fabricar vitamina D en la piel mediante la exposición a la luz solar, no para obtenerla de los alimentos, y a lo largo de la historia de la humanidad esto ha funcionado bien. Pero recibir suficiente luz solar es algo que cada vez resulta más difícil. Los problemas con la capa de ozono hacen que la exposición al sol sea tan potente que tendemos a usar protección solar cuando salimos al exterior. El estilo de vida moderno implica pasar gran parte del tiempo en el interior. Algunas mujeres que se cubren por motivos religiosos esconden incluso el rostro de la luz solar. No es posible producir vitamina D adecuadamente más allá de ciertas latitudes en invierno. Las personas con piel oscura necesitan incluso más tiempo de exposición para conseguir suficiente vitamina D. La vitamina D nos ayuda a absorber y utilizar el calcio debidamente y mantener fuerte el sistema inmunitario, cosa que podría explicar por qué muchos habitantes de climas fríos son propensos a los resfriados y gripes en invierno, cuando el sol está bajo. Se sabe que la insuficiencia de vitamina D supone un mayor riesgo de problemas como la diabetes y el cáncer antes de observar problemas más obvios como el raquitismo. No se puede obtener un exceso de vitamina D a partir de la luz solar. Pero sí es posible obtener demasiada a través de los suplementos vitamínicos y los alimentos enriquecidos, aunque hemos sido demasiado cautelosos con los suplementos en el pasado. La mejor y principal fuente de vitamina D para el bebé es la luz solar, pero hay que tomar precauciones para evitar quemaduras. Algunos consejos: si lleva al bebé en una sillita de seguridad, no hay necesidad de cubrirle por completo con una manta a

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menos que sea un día frío de invierno. Salga a realizar encargos con el bebé, entrar y salir de las tiendas en brazos de mamá, contribuye a acumular suficiente vitamina D para toda la semana. Use poca protección solar hasta que el bebé cumpla los seis meses y úsela entonces únicamente si la exposición va a ser prolongada. Si el bebé es de piel oscura necesitará incluso menos protección. Pregunte al médico si hay necesidad de aumentar su nivel de vitamina D mediante un suplemento. Algunos estudios recientes indican que la cantidad diaria necesaria para la madre lactante son unas 4.000 UI. Comente con el médico si el bebé necesita un suplemento de vitamina D, y si es así, busque una marca que contenga únicamente vitamina D. Puede aplicarse las gotas de suplemento en el pezón para que el bebé las chupe.

¿EL BEBÉ NECESITA OTRAS VITAMINAS O MINERALES? Aparte de la exposición a la luz solar para obtener vitamina D, la vida del bebé lactante no ha cambiado tanto en miles de años, como tampoco su fuente de alimento. La leche materna contiene lo que el bebé necesita. Tal vez le digan que el bebé necesita un suplemento de hierro, pero esto se debe a que los bebés que toman leche de fórmula lo necesitan. En la leche materna no hay demasiado hierro, pero no tiene que haberlo. Se absorbe mucho mejor que el que contiene la leche artificial, los cereales infantiles o los suplementos de hierro. Si el bebé obtiene demasiado hierro, este mineral acabará alimentando bacterias nocivas del intestino. La leche materna contiene una proteína denominada lactoferrina que recoge el hierro que el bebé no utiliza para evitar que las bacterias intestinales nocivas se alimenten de él. Los suplementos de hierro pueden desbordar la lactoferrina y las bacterias se aprovecharán, cosa que suele provocar diarreas e incluso sangrado microscópico. La fórmula es otra cosa. El tipo de hierro que contiene no se absorbe fácilmente, de modo que hay que añadir más para compensar y los intestinos de los bebés que toman biberón suelen acumular demasiado hierro. El resultado puede ser el sangrado intestinal que acaba reduciendo el nivel de hierro. La leche de fórmula difícilmente contiene un nivel equilibrado de hierro, o cualquier otro tipo de vitaminas o minerales. Así, tras generaciones de alimentación con leche de fórmula, aún hay médicos noveles en lactancia materna que recomiendan suplementos innecesarios de vitaminas o

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minerales a sus pacientes lactantes. He aquí algunas excepciones: Si el cordón umbilical se cortó antes de que dejara de latir, el bebé puede haber dejado de obtener hasta un tercio de la sangre necesaria. Esto significa que no ha obtenido una gran cantidad de hierro que le tocaba. Estará bien durante su primer año de vida y seguramente también después, pero cuando empiece a tomar alimentos sólidos conviene darle aquellos con gran contenido en hierro, como carnes, hortalizas de hoja verde y remolacha (mucho mejor que el hierro que contienen los cereales infantiles). Si el bebé empieza a tomar alimentos sólidos de forma prematura (antes de empezar a tomarlos por sí mismo) sus reservas de hierro pueden disminuir. Hay determinadas frutas y hortalizas que pueden hacerse con el hierro de la leche materna antes de que el bebé tenga ocasión de absorberlo. Si el bebé nació prematuramente, puede no disponer de las reservas nutritivas de que dispone el bebé nacido a término y es posible que no puedan aplicarse los mismos criterios. Si le sugieren el uso de suplementos de hierro, no podrá aumentar el nivel de hierro de la leche tomando usted los suplementos ni ingiriendo más alimentos ricos en hierro, pero puede pedir un análisis de sangre del bebé para confirmar que existe la necesidad de un suplemento. El dedo o talón del bebé no deben apretarse, cosa que puede alterar los resultados. Recuerde, a pesar de todo, que los análisis muestran sólo parte del estado de salud y siempre deben contemplarse bajo esta perspectiva.

¿PUEDO VIAJAR CON EL BEBÉ? Al viajar seguramente se dará cuenta de las ventajas de la lactancia natural. Si el bebé está acostumbrado a dormir con usted, se sentirá como en casa allá donde vayan. Al llegar a su destino es aconsejable que el bebé no pase por las manos de mucha gente. Incluso un recién nacido puede asustarse ante un grupo de extraños ruidosos que intentan alejarlo de los brazos de su madre. Espere a que el pequeño se acostumbre un poco al lugar y entonces será posible que el bebé disfrute del alboroto (aunque probablemente siempre desde la seguridad de sus brazos). Establezca desde un principio las normas que le parezcan adecuadas. Tal vez esté en casa de su madre, pero se trata de

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su bebé, y usted manda.

VIAJAR EN CARRO Viajar en carro con un bebé lactante no precisa demasiada preparación (nada de tarros de fórmula ni biberones, y los pañales sucios no olerán tan mal si no se pueden tirar a la basura enseguida). Pero ¿qué pasa cuando el bebé quiera tomar el pecho? No existe un modo completamente seguro de alimentar a un bebé (pecho o biberón) en un carro en movimiento; si el pequeño tiene hambre, hay que detenerse. Pero no crea que es necesario sacar al bebé de la sillita. Algunas madres hacen la parada más corta y cómoda y el bebé está más tranquilo si se inclinan sobre el bebé para darle el pecho. Moverlo de la sillita puede despertarle cuando se haya quedado plácidamente dormido en sus brazos. Si le pone usted un poco de imaginación podrá ofrecerle ambos pechos sin moverlo de la sillita y sin pasar al otro lado del asiento, o tal vez ambos prefieran un rato en brazos. Viajar en el asiento trasero si no conduce le permitirá interactuar con el bebé, cantarle canciones inventadas y pasarle juguetes blandos. Algunas madres de bebés que odian viajar llevan un chupete de entretención en el carro.

VIAJAR EN AVIÓN Una ventaja de viajar con un lactante es la facilidad de darle el pecho para evitar la sensación de oídos tapados que provoca el llanto en tantos niños cuando el avión despega o aterriza. Muchas madres amamantan a sus hijos en estos momentos del vuelo y los demás pasajeros no se dan ni cuenta (simplemente se alegran de que el bebé no llore). Si viaja con la sillita de seguridad no podrá amamantar al bebé al despegar y aterrizar, entonces puede resultar de utilidad llevar un chupete. ¿Viajará acompañada de otro adulto? Lleve consigo el periódico para crear un espacio privado sentada junto a la ventanilla y con su acompañante en el asiento del pasillo. Todo lo que su acompañante debe hacer es abrir el periódico y así crear un espacio privado.

“ERA

MI PRIMERA SESIÓN DE UN CURSO DE ASESORAMIENTO PARA LA

TODO EL MUNDO SE PRESENTABA Y COMENTABA ALGO ACERCA DE EXPERIENCIA CON LA LACTANCIA. UNA MADRE DIJO QUE HABÍA TENIDO

LACTANCIA.

SU DUDAS ACERCA DE AMAMANTAR A SU HIJO EN PÚBLICO HASTA QUE ME HABÍA

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VISTO A MÍ EN LA SALA DE ESPERA DEL MÉDICO CUANDO ELLA ESTABA

YO AMAMANTABA A MI HIJO DE DOS AÑOS Y ELLA PENSÓ QUE SI YO PODÍA HACERLO, ENTONCES ELLA TAMBIÉN. RECUERDO QUE EN AQUEL MOMENTO DESEABA QUE NADIE NOTARA LO QUE HACÍA. PERO ELLA ME VIO, Y ESTO LE FACILITÓ LA VIDA. TAL VEZ NO DEBERÍAMOS SER TAN INVISIBLES”. LESLEY. EMBARAZADA.

¡SIGO TENIENDO DEMASIADA LECHE! Alrededor de las seis semanas probablemente ya sabrá si su producción de leche está en consonancia con las necesidades del bebé o si verdaderamente es excesiva. En el Capítulo 18 encontrará una sección dedicada al exceso de producción; si todavía no lo ha intentado, un primer paso consiste en ofrecer un solo pecho en cada toma. Usted y el bebé estarán más contentos cuando hayan solucionado el inconveniente. Si todo va bien, excepto por el goteo… bueno, no es tan grave. Es molesto, pero el goteo disminuye las probabilidades de conductos obstruidos a causa del exceso de leche. Es posible que necesite protectores absorbentes de lactancia y un protector para la cama durante algún tiempo más. Si sigue utilizando conchas para el pezón (véase el Capítulo 18), esta podría ser la causa del flujo adicional, intente prescindir de ellos.

¿ES UN PROBLEMA QUE EL BEBÉ SEA TAN ADAPTABLE? Tener un bebé contento y plácido puede facilitar las primeras semanas y meses de maternidad. El bebé está perfectamente sincronizado con la madre y se siente feliz de ser su bebé. ¡Pero no se olvide de él! A veces, los bebés tranquilos empiezan aumentando de peso de forma adecuada cuando se presta atención a sus señales. Pero después, al volver a centrarse en los encargos y tareas, la madre no siempre se percata de las sutiles señales de hambre y estos bebés son demasiado complacientes para quejarse cuando la comida se retrasa o se salta. Esto es especialmente cierto cuando el bebé va a la guardería donde los bebés más llorones e inquietos reciben gran parte de la atención. Por tanto, disfrute de su bebé tranquilo pero aunque no insista para estar constantemente en brazos, probablemente agradecerá estar junto a usted tanto como sea posible. Ofrézcale el pecho cuando le apetezca a él o a usted, el bebé siempre puede rechazar la oferta y la madre se sorprenderá de lo feliz que está de aceptarla.

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EL BEBÉ SIGUE LLORANDO MUCHO No quiere ni OÍR hablar de bebés tranquilos, porque el suyo no es uno de ellos. Crece bien, pero es quejoso y exigente. Tal vez convenga volver a plantearse la posibilidad de una producción excesiva, sensibilidades alimentarias u otras posibilidades como la integración sensorial o el reflujo (véase el Capítulo 18). Tal vez se trate simplemente de la personalidad del niño. Puede que sea un bebé sensible y lleno de energía que requiera muchos estímulos. El pequeño está “apagado” o funciona “al máximo”, sin término medio. Esta es la desventaja. La ventaja es que probablemente se convierta en una persona brillante y curiosa. Su trabajo será arduo como madre de un bebé así. Póngase en contacto con otras madres de bebés similares para compartir experiencias. No olvide su sentido del humor e intente no comparar su rutina con la de sus amigas con bebés apacibles. Tenga siempre junto a usted al bebé, su presencia y contacto son útiles para tranquilizarlo.

CUANDO YA NO PUEDA MÁS Todas las madres tienen días en que lo han probado todo y el bebé sigue llorando. Su resistencia está al límite y están agotadas. ¿Cuál es su plan B? ¿Puede recurrir a alguien que venga y se lleve al bebé de paseo o que pueda tranquilizarla por teléfono? ¿Puede llamar a la líder de la LLL para pedirle unas palabras de consuelo? ¿Puede hacer algo sola: tomar un baño (con el bebé), darse un capricho de comida o poner música y bailar con el bebé? Una madre guardaba una tableta de chocolate para cuando el bebé la llevaba al límite. ¡Casi esperaba con alegría los momentos de llanto inconsolable! Si está desesperada deje al bebé en un lugar seguro y salga un momento a la calle. Respire profundamente y tómese unos minutos para calmarse. Imagine lo maravilloso que será su hijo a los doce años cuando la ayude en la cocina y con la compra o cuando le regale una tarjeta hecha por él el día de la Madre. Cuando esté preparada para volver, entre, tómelo en brazos y huélale la cabeza (huela su increíble olor único). Recurra a su red de contactos de lactancia. Ahí fuera tiene usted buenas amigas dispuestas a ayudarla. Aunque todavía no las conozca.

SIGO LA RUTINA, PERO AÚN NO AMO AL BEBÉ Tal vez tenga la sensación de que le han prestado a este bebé, o que no es suyo. Para algunas de nosotras el amor tarda un poco en crecer. Recuerde a la mujer del Capítulo 3 que decía: “Es como si Edwin fuera adoptado y no mi hijo biológico”. Al cabo de unos años le parecía increíble haber escrito aquello y casi no recordaba la sensación. Pero otras mujeres experimentan la sensación de distancia emocional durante más tiempo, a veces es el precio que se paga por un parto medicalizado y la separación temprana del bebé. Una de las cosas que no solemos hacer es hablar del parto, de lo ocurrido, de lo

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que hemos sentido para procesarlo. Quizá le resulte útil este comentario de una asesora de lactancia: la madre que apoyaba lloraba porque no había querido ni ver al bebé durante las primeras veinticuatro horas a causa de un parto traumático. “Mira, le decía la asesora, después de un parto como el tuyo, una madre oso se hubiese comido a su cría”. Somos capaces de gestionar un mal comienzo mucho mejor que la típica madre mamífera. Si nota que el cariño crece, dese más tiempo. Pero si la sensación de desconexión sigue interfiriendo en su relación con el bebé, conviene que busque a alguien que la comprenda (una asesora, una amiga o un grupo de apoyo relacionado con el parto, la lactancia o los inicios de la maternidad). Siga buscando hasta que esté satisfecha con la persona que encuentre y los resultados que obtenga. Usted merece disfrutar y sentirse realizada con la maternidad.

¿DEBERÍA EL BEBÉ SEGUIR AHORA UN HORARIO? En el pasado las madres tenían trabajos que realizar y comidas que preparar y no disponían de ningún lugar seguro para dejar al bebé, excepto a su lado. Los bebés tenían que dormir en la espalda de mamá… y lo hacían. No tenían relojes, de modo que los horarios no existían. Las madres actuales también tienen vidas ajetreadas y los bebés, afortunadamente, nacen con la esperanza de que sus tomas y siestas encajarán entre otras cosas que también deben tener lugar. En algún momento de estos primeros meses es posible que se dé cuenta de que el día sigue un ritmo bastante fiable, pero no siempre es lo mismo. Todavía hay días en que el bebé mama todo el día y días en que duerme todo el día. Además, hay días de llantos, días de mucho trabajo, días de recados, días de pereza, y puede parecer que cada día es una excepción de la regla. Pero, cada vez más el bebé se adapta a sus cambios de planes, se entretiene con nuevos sonidos y vistas y se relaja en un portabebé o en otro lugar al dormir la siesta. La mayoría de los bebés son, ante todo, flexibles. Un horario complicaría las cosas, y espaciar las tomas para adaptarse al reloj pone en riesgo la producción de leche. Por tanto, cabe esperar que, si bien se puede ir fiando de poder predecir qué será lo siguiente, la imposibilidad de predecirlo seguirá ocupando un espacio. La buena noticia es que la imposibilidad de predecir las cosas está muy relacionada con la adaptabilidad; si el bebé no duerme a la hora esperada hoy, es probable que duerma mientras sale usted apresurada para un recado de última hora

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mañana. Como dijo una madre: “Seguimos una rutina, pero no un horario. Un horario significaría que el bebé duerme la siesta a las tres. Una rutina significa que habitualmente le bañamos después de la cena”.

¿SE LE PUEDE ACOSTUMBRAR A DORMIR TODA LA NOCHE? Cuando el bebé sea mayor se le puede enseñar a dormir más horas durante la noche. Pero ahora, la mayoría de los bebés siguen obteniendo una considerable porción de calorías por la noche. A menos que el bebé lo haya elegido por sí mismo, dormir toda la noche puede hacer más lento su ritmo de crecimiento y se corre el riesgo de un destete temprano. Pero ahora el sueño es muy importante, por lo que en el Capítulo 12 se ofrecen métodos para que tanto la madre como el bebé puedan dormir más.

PRONTO ME REINCORPORARÉ AL TRABAJO La situación es difícil: la madre debe levantarse al oír el despertador mientras que el bebé no sabe qué hora es. Es absolutamente injusto, y no es algo con lo que la mayoría de las madres del mundo deban enfrentarse durante el primer año. Para empezar, puede intentar acostarse con el bebé una hora antes de la hora a la que normalmente se acostaría. Esta hora adicional de descanso horizontal en una habitación a oscuras, aunque no duerma, puede ayudarla a levantarse más descansada a la mañana siguiente. Encontrará más ideas y comentarios acerca de la reincorporación al trabajo en los Capítulos 12 y 14.

¿QUÉ HAY DE LOS ALIMENTOS SÓLIDOS? En este momento de la vida de su hijo, no debe preocuparse por ellos. A su tía Franny puede que la ilusione que el bebé pruebe el helado, pero hay que detenerla. El interior del organismo del bebé no está preparado hasta que lo esté el exterior, y rara vez un bebé de cuatro meses es capaz de sentarse, agarrar la comida, ponérsela en la boca, masticarla, tragarla y tomar más. La Organización Mundial de la Salud señala que en circunstancias normales, el bebé no debería ingerir alimentos sólidos hasta cumplidos los seis meses de edad. Si los toma antes, pueden provocar problemas digestivos, disminuir las reservas de hierro y aumentar el riesgo de obesidad y alergias. Lo mejor es ahorrarse unos meses de trabajo y esperar hasta que empiece a tomar con sus manos comida de su plato. Véase el Capítulo 13 cuando se vaya a entrar en el mundo de los alimentos sólidos con el bebé.

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DENTICIÓN La mayoría de los bebés empiezan la dentición después de los cuatro meses, pero a algunos les salen los dientes antes, incluso los hay que nacen con dientes. Por lo general, los dientes no interfieren con la lactancia. Tal vez deberá cambiar de posición al bebé en ocasiones cuando ya le hayan salido los primeros dientes. Algunos bebés intentan morder al tomar el pecho, especialmente cuando les duelen las encías al salir los primeros dientes. En el Capítulo 9 se comenta el período de los cuatro a los nueve meses cuando es más probable que salgan los dientes. También hay una sección sobre las caries y la lactancia nocturna en el Capítulo 12. Por ahora, aunque el bebé no esté listo para tener dientes, puede estar preparándose para tenerlos. Con ello, tendrá usted una excusa más: la dentición. Todo el mundo comprende que la dentición incomoda a los bebés. Pronuncie las palabras mágicas: “Bueno, ya se sabe, le están saliendo los dientes” y hasta la tía Franny se reprimirá. Con la verdadera dentición el bebé suele llevarse el puño a la boca, babear abundantemente, mostrarse desasosegado y ocasionalmente sentir dolor al tomar el pecho. Antes de conseguir algo para anestesiar las encías del bebé, recuerde que con la insensibilidad la lactancia le resultará dificultosa al pequeño, incluso a usted. En lugar de recurrir a un fármaco, puede probar con un cubito de hielo envuelto en una toallita húmeda y atado con una goma elástica, con una toalla o un juguete de dentición congelados o con cualquier mordedor de dentición con muchos salientes o agujeros. Los mordedores permiten al bebé agarrarse a ellos y meterse algo en la boca que alivie su malestar.

¿QUÉ PASA CON EL SEXO? Algunas pensarán: “¿Qué pasa? Llevamos semanas practicándolo de nuevo”, y otras pensarán: “¿Sexo? ¿Cómo iba a pensar siquiera en el sexo?”. El calendario para restablecer cualquier forma de intimidad con la pareja varía enormemente en función de la simplicidad del parto, de cómo va la lactancia, de la personalidad y necesidades del bebé y de al menos tantos otros factores como parejas existen. Es posible que su nuevo cuerpo y papel les resulten afrodisíacos a ambos. Quizás el romance en cualquiera de sus vertientes estará fuera de lugar durante un tiempo. Si su caso pertenece al segundo grupo, puede tranquilizar a su pareja y a usted misma de que esta parte de su vida no ha terminado y que, como una buena botella de vino, va a

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mejorar tras haber pasado un tiempo en reserva. Mientras tanto, una caricia o un abrazo de cualquiera de los dos al otro es una manera de decir: “Sé que sigues ahí”. Es posible que ir más allá le resulte imposible al principio. Pero al final, una simple cena para dos y medio puede resultar de lo más lujuriosa, aunque se trate de una vela y una sopa de sobre. Tal vez con el tiempo un sujetador sexy, un camisón que sólo deje entrever las mejores curvas de su nueva figura y cualquier cosa que resulte placentera para aquel de los dos que más lo necesite. El sexo sin coito es un buen lugar por donde empezar. A partir de ahí, amplíen sus miras, al fin y al cabo, todo lo demás se ha ampliado también. Esta es una buena ocasión para redescubrir el sexo. Lo que gusta y hasta qué punto puede modificarse. Los pechos pueden notarse más sensibles, especialmente los primeros meses, pero también pueden ser y hacerla sentir más sexy. Por supuesto, ahora contienen leche. Si desea mantener la leche al margen de sus relaciones, amamante al bebé de los dos lados con antelación. Pero la leche también puede darles juego. Cuando se produce el orgasmo, es posible que salga leche. De hecho, la misma hormona (y la leche que puede liberar ahora) puede ser liberada con una buena comida, al ver a unos viejos amigos, al abrazar a su mascota o, incluso (una de nosotras se sonroja al confesarlo), al discutirle con éxito una factura al electricista. Con las alegrías, a veces, llega la leche. Usted y su pareja pueden rociarse con ella, hacerse masajes con ella, bromear sobre ella. Es suya, por lo que puede hacer ostentación de ella si quiere. Este es un momento dulce y especial en sus vidas. Algunas de nosotras necesitamos lubricación vaginal adicional a causa del descenso del nivel de estrógeno relacionado con la lactancia, que puede provocar sequedad vaginal. Pruebe un lubricante sin receta en lugar de uno que contenga estrógenos para evitar posibles efectos en la producción de leche. Líquido por arriba y sequedad por abajo (en absoluto es el cuerpo que tenía hace un año). Disfrute explorando las nuevas posibilidades que le ofrece su cuerpo, no se apresure y no deje que su sentido del humor se vea afectado. ¿Dónde estará su retoño mientras tanto? Algunos bebés duermen profundamente y pueden ser trasladados donde se desee cuando están en un columpio portátil o silla de seguridad. Incluso se puede empezar el romance con un paseo en coche para dormir al bebé. Si la cama es lo bastante grande, se le puede dejar durmiendo en un lado mientras ustedes disfrutan el uno del otro. Recuerde que el bebé permanece completamente ajeno

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a lo que suceda. Tal vez ustedes se sientan incómodos si tienen público, pero la única preocupación del bebé es que sus necesidades alimentarias y de consuelo se satisfagan y durante los primeros meses es posible que duerma mejor si está usted cerca. Pero los bebés parecen tener una especie de radar y puede que se despierte cuando menos lo esperen o deseen. Acariciarle la espalda es todo lo que hará falta para que se vuelva a dormir. ¿Qué hacer si no le interesa el sexo? Algunas de nosotras sentimos inapetencia. Después de pasar el día en contacto íntimo con el bebé, dándole nuestro cuerpo, tiempo y mente, no nos queda nada por ofrecer. El tiempo que le dedique al bebé es un tiempo bien empleado, una inversión de futuro y, sí, felicidad familiar. La comprensión, paciencia y ayuda de su pareja pueden marcar una gran diferencia al sentar las bases de su nuevo futuro. La vida amorosa es sólo un aspecto más entre todos los que han cambiado por ahora. Las palabras a recordar son por ahora. La vida con el bebé será menos y menos intensa, y la vida sexual que disfrutaba antes irá reiniciándose poco a poco. La creatividad, la flexibilidad y un buen sentido del humor les ayudarán a reavivar el lado físico de su relación con un bebé en casa.

“MI PRIMERA EPISIOTOMÍA FUE MUY DOLOROSA DURANTE MESES (PASÓ MÁS DE UN AÑO HASTA QUE ME SENTÍ CÓMODA CON EL COITO). INCLUSO VISITÉ A UN MÉDICO QUE NO VIO NADA ANORMAL. TARDÉ MUCHO TIEMPO EN DISFRUTAR DEL SEXO Y PRACTICARLO SIN APRETAR LOS DIENTES. NO, SINCERAMENTE, NO CREO QUE FUESE NADA PSICOLÓGICO”.

JANETTE “Hicimos el amor por primera vez a los tres días. Supongo que no es lo típico, pero yo me sentía realmente dispuesta”. Myra. “Recuerdo que el médico me dijo en la visita de las seis semanas con Emily que ya podía reanudar las relaciones. No le dije que ya las habíamos reanudado. La primera vez fue muy especial ya que empezó a fluir leche en plena acción (la única vez que ha ocurrido). Afortunadamente nos lo tomamos graciosamente. No recuerdo cuánto tardé con los otros tres bebés pero creo que fue cuestión de meses más que de semanas”. Sarah

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“Me sentí completamente a punto a las cuatro semanas. Mi marido por el contrario, no tuvo ningún interés durante los meses posparto”. Cassandra.

¿PUEDO QUEDAR EMBARAZADA? Si desea evitar otro embarazo, el método de lactancia y amenorrea es eficaz en un 98 a 99% (más o menos igual que la píldora) para evitar un embarazo cuando se dan las tres premisas siguientes: El bebé tiene menos de seis meses. Y Las reglas no se han reanudado (antes del día cincuenta y seis posparto, el sangrado, manchado o pérdidas vaginales sanguinolentas no se consideran reglas). Y El bebé toma el pecho exclusivamente, sin recibir de forma regular ningún otro líquido ni alimento, ni siquiera agua. El método de la amenorrea lactacional (MELA) encierra una lógica biológica clara. Un bebé que obtiene todo su alimento día y noche de su madre, no está preparado para compartirla. El organismo de la madre no está preparado para emprender otra tarea de marcada intensidad. Si engañamos a la naturaleza dando biberones al bebé, de modo que el organismo de la madre no nota que hay un bebé; o si le enseñamos a dormir toda la noche de un tirón de modo que habitualmente pase más de seis horas sin tomar el pecho, como si fuese un bebé mayor; o si le damos el chupete de entretención y reducimos el tiempo que pasa al pecho como si estuviera destetándose, nuestro organismo puede asumir que se puede dar paso a otro bebé y se posibilita el embarazo. Incluso trabajar los primeros seis meses separada del bebé durante cuatro o más horas al día reduce la eficacia del método, ya que la extracción de leche no es tan eficaz como el bebé para inhibir la ovulación.

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© Liga de la Leche Perú

Si desea emplear otro tipo de método anticonceptivo, es conveniente evitar los métodos hormonales (la píldora, implantes anticonceptivos, DIU impregnados de hormonas) durante al menos seis meses, debido a sus efectos potenciales en la producción de leche. Muchas mujeres que usan estos métodos siguen amamantando y no experimentan disminución alguna de la producción de leche, pero otras no logran recuperarse del descenso de producción que pueden causar. La posibilidad de un descenso en la producción es mucho menor pasados seis meses. La lactancia puede seguir proporcionando protección de posibles embarazos más allá de los seis meses, siempre que no se hayan reanudado las reglas y el bebé siga tomando el pecho con frecuencia día y noche, pero su eficacia no es tan fiable y disminuye con el paso del tiempo. He aquí tres buenos recursos: Taking Charge of Your Fertility, de Toni Weschler (en inglés). The Seven Standards of Ecological Breastfeeding by Sheila Kippley, de Sheila Kippley (en inglés). Protocolo 13 de la Academia de Medicina y Lactancia (Academy of Breastfeeding Medicine), en http://www.bfmed.org/Resources/Protocols.aspx (en inglés) y Lactancia y fertilidad, http://www.llli.org/Lang/Espanol/NCVol17_1b_05.html.

NO ME HE SEPARADO DEL BEBÉ DESDE QUE NACIÓ 216

Volvemos al inicio de este capítulo. Muchas madres se hallan divididas entre una sensación de culpabilidad porque deberían “desengancharse del bebé”, por su bien, por el de su matrimonio, porque la abuela viene de visita y puede cuidar del bebé y la sensación de no desear separarse del bebé. A lo largo de las semanas y meses trabajosos transcurridos sin dormir demasiado, el pequeño ha entrado en su vida de tal forma que le echa de menos cuando no está junto a él. Es normal. Es el hechizo del bebé para que no le abandone, hecho que desde la perspectiva del pequeño le dejaría desprotegido. Si no desea separarse de su hijo, no se sienta obligada a hacerlo. El instinto ha unido a madres y bebés durante milenios. Nadie dice que tenga usted que resistirse a su instinto. Dentro de nada su hijo querrá quedarse a dormir en casa de un amigo, pero de bebé no está preparado, ni lo está su estómago ni lo está su alma, para separarse de la fuente que le proporciona todo lo bueno, usted. Cada persona es diferente y puede que necesite separarse del bebé un rato. Si este es su caso, planifíquelo con tiempo y extráigase leche para que la persona que se quede a su cuidado pueda ofrecerle su alimento preferido. Si puede, esté preparada para volver a casa pronto si el bebé la necesita.

“FINALMENTE ME DI CUENTA DE QUE SI ME ENTREGABA AL BEBÉ Y ME LIBRABA DE LAS EXPECTATIVAS (CASI SIEMPRE AJENAS) ACERCA DE CÓMO DEBERÍA COMPORTARSE, TODO RESULTARÍA MÁS FÁCIL Y MÁS AGRADABLE Y NO TENDRÍA QUE PREOCUPARME DE LO QUE LOS DEMÁS PENSARAN. PERO ESTO ME CAMBIÓ LA VIDA”.

TARDÉ

UNOS MESES,

BARBARA.

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NUEVE

DE LOS CUATRO A LOS NUEVE MESES: EN LAS NUBES

© Liga de la Leche Colombia

“Mi primer bebé fue apacible y tranquilo. Al nacer el segundo, tuve claro que sería diferente. Necesitaba mamar constantemente y estar siempre en contacto conmigo. Le puse el apodo de ‘Lapita’. Mientras estaba en brazos, especialmente los míos, estaba contento y satisfecho. Vivía literalmente en el portabebé mientras yo iba detrás de su hermana de dos años. Si lo dejaba para ir al baño, gritaba. Odiaba el columpio infantil y el saltador. Aprendí a ducharme contrarreloj. Supuse que esto era lo que significaba tener un bebé de altas necesidades. »Pero un día, cuando tenía cuatro meses y medio, empezó a gatear. Podía moverse solo y se alejaba de mí. Estaba atónita. Él estaba contento y perfeccionó su gateo. Lo dejaba en el suelo y se desplazaba a toda velocidad hasta el otro extremo de la sala, normalmente hacia su hermana. Era asombroso. Lactó más tiempo de lo que había mamado su hermana. Menos mal, porque así podía tenerlo en brazos un rato”. Sherrie, recuerdos de 1997.

haya alguien que le pregunte: “¿Cuándo vas a destetar?”. Pero ahora, finalmente, es cuando se encuentra en las nubes de la lactancia. Ha superado los PUEDE QUE YA

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problemas iniciales, ha dejado de preocuparse por el aumento de peso, la producción de leche, el agarre, y… y el bebé la mira con aquellos ojos al tomar el pecho. ¿Cómo podría parar ahora? ¿Por qué hacerlo? La vida con el bebé sigue cambiando. Si ha estado utilizando un portabebé o un cochecito, es posible que ahora el bebé quiera ya mirar hacia fuera, de espaldas a usted y las piernas cruzadas. (Si al principio, no le fue bien el portabebé, ahora es un buen momento para volver a probarlo.) El bebé puede observar la casa mientras usted se mueve por ella, y su entorno cuando salen a comprar. Puede mordisquear la mochila, ladearse para dormitar y ser el centro de atención. Observe cómo se relaciona con los vendedores y las multitudes, cómo sigue las caras y las conversaciones. En cambio, en el cochecito el bebé sólo ve rodillas y la parte baja de los mostradores. (No a todos los bebés les gusta recibir atención ni tantos estímulos, y tal vez el suyo prefiera colocarse mirando hacia usted y protegerse del mundanal ruido.)

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HÁBITOS DE LACTANCIA: DE LOS CUATRO A LOS NUEVE MESES El experto lactante es ahora capaz de finalizar una toma completa en cinco minutos, de modo que las tomas son tan rápidas que puede quedarle la duda de si ha ingerido suficiente leche. Pero la lactancia es también, cada vez más, un momento social, como demuestra el comportamiento del bebé. Las sonrisas rebosantes de leche continúan y la satisfacción de ambos convierte cada toma en casi una conversación. Antes el bebé solía concentrarse en la succión, con las manos abiertas o cerradas sobre su pecho o cuerpo, pero ahora intenta tocarle la boca o la cara con una mano o jugar con su pelo mientras toma el pecho. Es posible que le dé masajes o le acaricie el pecho, ya que tanto los gatos como los bebés saben que esto puede favorecer la liberación de la leche. A medida que su puntería mejora, le cautivará su nariz o el lunar que tiene en el pecho. Examinará sus dientes y explorará su cara con sus dedos torpes. De acuerdo, la lactancia no siempre es apacible a estas alturas y algunas de las exploraciones del bebé pueden ser irritantes. Puede que le pellizque el otro pezón, se anude la mano con el tirante del sujetador o le pellizque la piel. Todas estas acciones pueden convertirse en parte de la rutina de lactancia del bebé, especialmente si está cansado o se duerme, por lo que conviene ponerles freno si resultan molestas sujetándole la mano al bebé o dirigiéndola a una actividad más agradable. De hecho, se trata de una forma de disciplina temprana, fomentar gentilmente una actividad alternativa, sustituir un objeto u actividad aceptable por uno inaceptable, distraer al niño para evitar un problema. Dentro de una década, dirá: “Sé que estás disgustado porque Sadie no ha podido venir hoy. ¿Por qué no hacemos unas galletas y mañana las compartimos juntos?”. La que practica ahora es la misma técnica. El hijo de Alison había tomado la costumbre de manosearle el otro pezón, cosa que probablemente favorece la bajada de la leche, pero que disgusta a la mayoría de madres porque es una sensación muy intensa. La solución consistió en un collar de grandes cuentas de madera, un “collar de lactancia”. Se lo ponía antes de amamantar al niño (en lugares públicos, llevaba un collar menos llamativo o un pañuelo) y él se entretenía con el collar.

Melanie tenía un lunar debajo del pecho izquierdo, a su hija le gustaba rascarlo

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distraídamente mientras mamaba. Melanie se acostumbró a ponerse una tirita adhesiva para cubrirlo. Problema solucionado. Al hijo de Tiffany le encantaba enrollar el brazo con el sujetador de su madre. Ella le tomaba la mano y la besaba cuando el bebé empezaba a hacerlo; cuando bajaba la leche, el bebé se olvidaba del sujetador. Los primeros días en que el bebé tenía que mamar inmediatamente ya han pasado. Ahora el bebé tiene un mínimo de paciencia, la posibilidad de distraerse brevemente, lo cual puede significar menos lágrimas o tensiones. Ha aprendido que, aunque sea con un pequeño retraso, se le ofrecerá el pecho. Las propias tensiones de la madre relacionadas con la lactancia probablemente también se habrán relajado. Es un momento para que ambos disfruten de la lactancia.

“RECUERDO QUE UN DÍA OMER, A LOS CUATRO MESES, DE REPENTE SONRIÓ Y DEJÓ DE TOMAR EL PECHO; EL PEZÓN SALIÓ DE SU BOCA CON UNA GOTA DE LECHE, Y ME ABRAZÓ COMO DICIENDO: ‘GRACIAS, MAMÁ’, Y VOLVIÓ A MAMAR”.

VERED. “LA LACTANCIA ES CASI UN JUEGO, QUE CONVIERTE LA MATERNIDAD (LA HORA DE ACOSTAR AL BEBÉ, LA HORA DE LA SIESTA) EN ALGO TAN FÁCIL… DAR DE MAMAR ES DIVERTIDO Y SE DISFRUTA ENORMEMENTE”.

ZAFIRA.

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DOS PASOS HACIA DELANTE, UN PASO ATRÁS Estos son meses emocionantes para el bebé. Piénselo: dientes para practicar, el fenomenal placer de poder ir de A a B con cierta rapidez y competencia, sentarse con suficiente estabilidad para pasarse un juguete de una mano a otra, unas piernas cada vez más capaces de aguantar el peso del cuerpo, gatear entre las mesas y el mobiliario. Al bebé debe darle la sensación de que tiene mucho que aprender y mucho que saborear… mucho que pensar, día y noche. No es de extrañar, pues, que pasen etapas en que nos necesiten más. Está muy bien esto de gatear, pero, mamá, por favor, necesito que me tranquilices. ¿Puedo tomar el pecho?

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AUMENTO DE PESO MÁS LENTO Alrededor de los cuatro meses de edad los bebés lactantes empiezan a aumentar de peso más lentamente y pasan de un promedio de unos 30 g al día a un promedio de unos 18 g al día. Entre los siete y nueve meses, el aumento se vuelve más lento y llega a un promedio de unos 12 g al día. Sólo las tablas de aumento de peso de la Organización Mundial de la Salud reflejan estos cambios normales del aumento de peso en bebés lactantes, por tanto, si el médico va a dar una señal de alarma, cerciórese de que esté usando el gráfico adecuado.

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PREOCUPACIONES DE LOS CUATRO A LOS NUEVE MESES Estas preocupaciones son las que suelen motivar consultas en las reuniones de la LLL entre las madres con bebés de entre cuatro y nueve meses de edad. Si aquí no encuentra sus preguntas, es posible que las halle en el Capítulo 18. Si tampoco están allí, navegue por los foros de LLLi.org o llame a una líder de la LLL.

¿CADA CUÁNDO CABE ESPERAR QUE EL BEBÉ TOME EL PECHO? Es normal que un bebé sano de entre cuatro y nueve meses de edad mame con frecuencia de día y probablemente al menos una vez de noche. Su cuerpo está creciendo muy deprisa, igual que su cerebro. La lactancia es una forma de conversación, entretenimiento y un lugar para aprender, explorar y jugar, y estos son motivos tan buenos para mamar como el hambre y la sed. El número de tomas dependerá de lo rápida y fácilmente que sepa llenarse el estómago, de su personalidad, de su necesidad de succión y de lo que ocurra en su vida. Algunos bebés empiezan a reducir el número de tomas entre los cuatro y los nueve meses; pero fomentar esta reducción puede conducir a un destete temprano.

“ELIZABETH ERA CAPAZ DE AGUANTAR EL HAMBRE SI YO NO ESTABA CON ELLA. NO DABA SEÑALES DE HAMBRE SI ESTABA CON SCOTT, PERO EN EL MOMENTO EN QUE ME VEÍA ENTRAR POR LA PUERTA, LLORABA Y PEDÍA EL PECHO DESESPERADAMENTE. PENSÁBAMOS QUE PODÍA AGUANTAR ENTRE TRES Y CUATRO HORAS ENTRE TOMAS, PERO NO DEBERÍA HABER AGUANTADO, Y EN CUANTO NOS DIMOS CUENTA, NO LA HICIMOS ESPERAR MÁS”.

LAURA. ¿ESTÁ DISMINUYENDO MI PRODUCCIÓN? ¿SE ESTÁ DESTETANDO EL BEBÉ? Si las tomas se restringieron o limitaron (por el motivo que fuera) las primeras semanas, la producción de leche puede empezar a disminuir a los cuatro meses más o menos.

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Ahora, es posible que vea a muchas de sus amigas con bebés de la misma edad que empiezan a complementar la alimentación del bebé con leche de fórmula. Afortunadamente, hay muchas maneras de aumentar la producción de leche, véase el Capítulo 18. En ocasiones, la producción es normal hasta los ocho o nueve meses, momento en que muchas madres llaman a la Liga de La Leche y dicen: “¡Socorro! Creo que se está destetando y yo pensaba amamantarle durante un año”. Los motivos subyacentes suelen ser las tomas negociadas, “tienes que convencerme de que verdaderamente necesitas mamar” y tomas por contrato, “el reloj todavía no marca la hora”, ambas recetas para una producción vacilante o un destete prematuro. Si quiere seguir un horario de lactancia (son las dos, toca amamantar), es como lactar por contrato. Si el bebe tiene que convencerla, tal vez llorando a pleno pulmón, de que verdaderamente quiere mamar, es que se le obliga a negociar las tomas. Es como si dijera: Si lloro, ¿me dejarás? Ninguno de los dos sistemas es agradable para ninguna de las dos partes implicadas… y ambos son dañinos para la lactancia. Imagine que tiene que comer en la cafetería de la empresa cada día, pero cuando se dirige a la barra, siempre le preguntan por qué quiere comer y por qué quiere, por ejemplo, una hamburguesa de ternera en lugar de una vegetal. Aguanta porque la comida es muy buena y porque no puede comer en otro sitio. Pero un día, amplían la cafetería y ponen una segunda barra. En la otra barra, pide comida y le dan todo lo que desea con una sonrisa y sin hacer preguntas. ¿A qué barra se dirigirá? Lo mismo le ocurre al bebé al que siempre se ha cuestionado. “No es posible que vuelvas a tener hambre; sólo ha pasado una hora y media”, o “Seguramente estás cansado. Deja que te meza para que te duermas”, o “Ahora no. Toma el chupete”. Un día empiezan a darle un biberón al que puede agarrarse, o una cucharada de alimentos sólidos que le animan a comer y que es elogiado cuando lo hace. Ahora le parece que él y mamá están del mismo lado. Las tomas y la producción de leche que favorecen, empiezan a espaciarse más hasta que resulta más fácil dar el biberón o unas galletas en lugar de esforzarse con la lactancia. Si cree que está perdiendo la relación de lactancia a causa de la negociación o los contratos, no es demasiado tarde. Haga de la lactancia algo divertido y espontáneo una vez más: lacten en la bañera, duerman la siesta juntos, ofrezca el pecho porque sí, juegue con los pies y manos del bebé. Se puede tardar un poco en convencer al bebé de que se

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han suprimido las normas, pero muchas madres han conseguido reconvertir una relación de lactancia inestable en una que han disfrutado durante meses o incluso años. Convierta sus pechos en la barra de almuerzos donde la reciben con una sonrisa.

¿TIENE QUE DORMIR LA SIESTA EL BEBÉ? Algunos bebés dormitan de día con frecuencia y facilidad; otros se resisten a dormirse; otros apenas duermen de día pero sólo se despiertan una vez por la noche. Básicamente, lo que haga su bebé es lo normal para él. Los bebés que se llevan en brazos gran parte del día suelen dormir sin problemas cuando lo necesitan, y dormitan mientras sus madres van haciendo sus cosas. “Acostarlo para que duerma la siesta” funciona con algunos, pero en absoluto con otros. De hecho, muchos bebés de esta edad duermen bien sólo cuando se les lleva en brazos o cuando duermen junto a un adulto. Lo cierto es que, de niños, estos bebés dormirán sin duda como troncos y costará despertarlos de adolescentes, independientemente de los patrones de sueño que se intenten establecer ahora. Por eso, lo mejor es hacer lo que resulte menos estresante para usted y para el bebé, y no esperar que el pequeño se adapte a un horario todavía. Lo menos estresante por ahora seguramente será compartir la siesta cuando se pueda.

“ALGUNAS PERSONAS LACTAN EN SECRETO A SUS HIJOS PREESCOLARES. EN MI CASO, ME CUESTA ‘SALIR DEL ARMARIO’ EN LO CONCERNIENTE A LAS SIESTAS. DIGO A LA GENTE QUE LAUREN DUERME LA SIESTA MUY BIEN. LO QUE NO LES DIGO ES QUE LA TENGO EN BRAZOS MIENTRAS DUERME. NO PUEDO EVITARLO. SE ME CAE LA BABA CUANDO SE DUERME EN MIS BRAZOS MAMANDO, CON LA RESPIRACIÓN TRANQUILA, LA CARA RELAJADA Y PRECIOSA. ¿CÓMO IBA A PERDERME UN MINUTO DE ELLO? ES ADICTIVO Y NO QUIERO DEJARLO. TODAVÍA NO.

»ME HE PERDIDO FIESTAS, PELÍCULAS, CENAS Y HORAS DE GIMNASIO PORQUE NO SOY CAPAZ DE DEJAR A LAUREN EN LA CUNA Y MARCHARME. HE INVENTADO MULTITUD DE EXCUSAS PARA NO CONFESAR LA VERDAD, PERO HA VALIDO LA PENA. CUANDO LAUREN SEA ADULTA, SIEMPRE TENDRÉ LOS RECUERDOS DE LAS HORAS PASADAS OLIÉNDOLE EL PELO Y NOTANDO SU RESPIRACIÓN MIENTRAS DORMÍA APACIBLEMENTE SOBRE MI PECHO. SIEMPRE RECORDARÉ CÓMO SE DESPERTABA ATURDIDA CON LAS MEJILLAS ROSADAS Y ME MIRABA, PEREZOSAMENTE, Y SE REPLEGABA EN MI CUELLO O MI PECHO PARA

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MAMAR DE NUEVO Y VIAJAR AL PAÍS DE LOS SUEÑOS.

»LAUREN

PRONTO NO CABRÁ EN MIS BRAZOS, ESPECIALMENTE CON OTRO

BEBÉ EN CAMINO. SIESTAS.

TENGO

TOMARLA

ESTO

ME HA HECHO VIVIR MÁS INTENSAMENTE NUESTRAS

AMIGAS BIENINTENCIONADAS QUE ME DICEN:

TANTO

EN

‘INTENTA

NO

SI SIGUES HACIÉNDOLO, LE COSTARÁ BEBÉ’. YO ASIENTO CON LA CABEZA. SI ELLAS

BRAZOS.

ACOSTUMBRARSE AL NUEVO SUPIERAN”.

HEIDI. ¿CUÁNDO EMPEZAMOS CON LOS ALIMENTOS SÓLIDOS? Empezar con los sólidos no es como empezar la universidad, pero aun así, es un gran paso. El bebé seguramente se habrá llevado a la boca diversidad de objetos desde que es capaz de cogerlos, aunque evidentemente no ha intentado masticarlos y tragarlos. A medida que el bebé aprende a sentarse (alrededor del medio año de edad), se le puede dar un lugar en la mesa familiar u otro tipo de acceso regular a los alimentos sólidos. Cuando llegue el momento, alargará la mano para alcanzarlos (probablemente los del plato de mamá), masticarlos, tragarlos e ir a por más. Entonces se empieza con los sólidos. (La Organización Mundial de la Salud y otras muchas grandes organizaciones, están de acuerdo, tras estudiar las investigaciones llevadas a cabo. ¡Podrían haber preguntado directamente a los bebés!) No es algo que se deba hacer para el bebé, no se requieren alimentos infantiles especiales en absoluto, y empezar antes de los seis meses (a menos que el bebé lo haga por sí solo) tiene más desventajas que ventajas. Tampoco es un problema si el bebé no quiere alimentos sólidos hasta más adelante. Algunos bebés, impacientes por imitar a otros miembros de la familia, cogerán el vaso o la botella de agua al mismo tiempo que empiezan con los alimentos. Otros empujan el vaso o lo usan como juguete, y prefieren tomar el pecho cuando tienen sed. Si el bebé empieza a sorber de un vaso, con ayuda, empezará a comprender cómo funciona el líquido cuando no sale del pecho. En el Capítulo 13, hallará más información acerca de los alimentos sólidos e ideas para empezar con ellos.

¿CUÁNTO TIEMPO DURA LA DENTICIÓN? Los primeros mordisqueos, molestias de encías, salivación y a veces malestar que se

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inicia ahora puede continuar intermitentemente durante meses, pero probablemente cada vez signifique que un nuevo diente empieza a salir. Las noches pueden resultar especialmente difíciles en ocasiones, porque el dolor parece más intenso entonces, cuando nada distrae al bebé y la dentición provoca muchas molestias a algunos bebés. Es el inconveniente. La ventaja es que representa una buena excusa. “Le están saliendo los dientes”, es una excusa que puede usarse durante meses para explicar momentos difíciles. Cuidado con los fármacos para la dentición que contengan agentes anestésicos, porque pueden adormecer también la lengua del bebé y dificultar la succión.

¿QUÉ HACER CUANDO LA DENTICIÓN PROVOCA IRRITACIÓN? Cuando algunos bebés empiezan la dentición activa, la salivación aumenta e incluso se vuelve más ácida. Esto puede provocar una irritación de la piel en la cara, las nalgas o la aréola de la madre. Enjuagar estas partes del cuerpo con agua varias veces al día puede aliviar la irritación.

¡LE HA SALIDO EL PRIMER DIENTE! El primer diente puede aparecer antes o después de los seis meses, algunos bebés nacen con dientes, a otros no les salen hasta pasado su primer cumpleaños. Este primer diente es siempre memorable. Se trata de un hito en el crecimiento, y los hitos suelen conllevar cambios. Los dientes son, por descontado, parte de la preparación para los alimentos sólidos, pero no son la señal que indique que se deban empezar a tomar dichos alimentos. La señal, como hemos explicado, la da el bebé al comenzar a coger comida y comérsela con éxito. El principal cambio que supone el primer diente se relaciona con lo que debe ofrecerse al bebé para morder. Un diente afilado es capaz de morder algo que el resto de la boca no puede, como un pedazo de zanahoria cruda. Por tanto, conviene seguir dándole de morder la toalla mojada congelada o un mordedor infantil a partir de ahora. Ahora, hablemos de lo que usted pensaba que íbamos a hablar.

¿ME MORDERÁ? Muchos bebés nunca muerden, mientras que algunos muerden sólo una o dos veces, y otros pocos pasan una fase de mordiscos. Cuando un bebé cierra la mandíbula, con

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dientes o sin ellos, siempre aparta primero la lengua o se mordería. No puede succionar y morder al mismo tiempo, por lo que mientras mame activamente, está usted a salvo. Pero cuando muerda, especialmente cuando le hayan salido los incisivos inferiores, conseguirá captar su atención. También están los incisivos superiores, y dejan marca en la piel, pero estas marcas rara vez provocan malestar porque la mandíbula superior no se mueve. En ocasiones, el bebé cada vez cierra más la mandíbula con el tiempo, incluso muerde, por un motivo sorprendente: si se le toma de manera que no siente sujeto todo el cuerpo, puede verse obligado a agarrarse así para no perder el pezón. En el Capítulo 4, explicábamos que el bebé no puede mamar bien si la barbilla le toca el pecho. Es posible que cierre la mandíbula con el fin de conseguir mamar en una posición incómoda. Cámbiele de posición para que la cabeza le quede un poco hacia atrás. Seguramente, con esto bastará. O no. Otros motivos para morder pueden ser la dentición, otitis, nariz tapada, alergia o cualquier otra cosa. Una madre finalmente descubrió que el bebé tenía un trozo de papel en el paladar y aquello le hacía morder. Recuerde que los bebés no tienen idea de que al cerrar la mandíbula o morder hacen daño, de modo que sea amable y no dude en aplicar las siguientes tácticas: Sepárelo de usted cuando muerda, y déjelo acostado sin tocarlo. Entonces, tómelo de nuevo y ofrézcale el pecho. Así le enseña que la toma acaba a causa del mordisco; ahora se inicia una nueva toma. Si el bebé tiende a morder al principio, intente estimularse el pezón o comprimir el pecho para provocar la bajada de la leche y conseguir que el bebé enseguida empiece a tragar. Recuerde que no puede morder con la lengua fuera. Si nota que retira la lengua, sepárelo del pecho o pronuncie su nombre. En ocasiones, la distracción momentánea lo hace olvidar la intención de morder. Acérqueselo más, así le resultará más difícil respirar y se soltará. Si tiende a morder al final, finalice la toma un poco antes, o cambie de lado. Puede introducirle un dedo por la comisura de la boca, a punto para interponerse entre las encías. Evite el uso de chupetes y biberones. De lo contrario, el bebé no comprenderá lo que pasa: unas veces puede mordisquear y otras no.

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Los mordiscos casi nunca representan una causa de destete y rara vez provocan daños en la piel. Pero si se produce una herida, límpiela con jabón suave y aplíquese una pomada antibiótica. Llame a una líder de la Liga de La Leche u otra asesora de lactancia si los mordiscos se convierten en un problema.

“MI HIJA MORDÍA DURANTE LA DENTICIÓN, ENTRE LOS CINCO Y LOS SIETE MESES DE EDAD, NORMALMENTE HACIA EL FINAL DE LA TOMA, CUANDO TENÍA EL ESTÓMAGO LLENO PERO LE DOLÍAN LAS ENCÍAS Y TENÍA EL PEZÓN A MANO.

APRENDÍ

A PREDECIR LA LLEGADA DEL FIN DE LA TOMA Y COLOCABA EL

MEÑIQUE EN SU BOCA PARA EVITAR EL MORDISCO. CUANDO ME ORGANIZABA BIEN, DISPONÍA DE UN MORDEDOR A PUNTO PARA OFRECÉRSELO.

»MI

HIJO MORDÍA CUANDO CASI TENÍA UN AÑO. YO REACCIONABA CON ALARMA Y ÉL SE REÍA COMO SI FUESE LO MÁS DIVERTIDO DEL MUNDO. A MÍ NO ME DIVERTÍA EN ABSOLUTO.

LE

DEJABA EN EL SUELO, DE ESPALDAS A MÍ.

QUERÍA SEGUIR MAMANDO Y RECIBIENDO ATENCIÓN, PERO NO SE LA DABA. HABLÉ CON ÉL Y LE EXPLIQUÉ QUE NO DEBÍA MORDERME. AL CABO DE UNA O DOS TOMAS DE ‘AISLAMIENTO’ BREVE, NO VOLVIÓ A MORDERME”. SHERRIE. ¿MAMAR POR LA NOCHE PROVOCA CARIES? No hay nada que temer. Este tema se comenta ampliamente en el Capítulo 12, pero, en esencia, las investigaciones demuestran que la leche materna rara vez contribuye a las caries dentales y de hecho posee propiedades que fortalecen los dientes.

EL BEBÉ DE REPENTE HA DEJADO DE TOMAR EL PECHO. ¿HACE HUELGA? El verdadero destete tiene lugar poco a poco. Cuando la lactancia se interrumpe abrupta e inesperadamente, casi seguro que se trata de una “huelga de lactancia”. Alguna cosa ha convertido la actividad favorita del bebé en algo molesto; lo cual no significa que desee abandonarla para siempre. Hallará más información acerca de las posibles causas y soluciones en el Capítulo 18. Casi todas las huelgas de lactancia acaban bien, pero no suelen acabar inmediatamente, y las cosas serán más sencillas si se pone en contacto con la líder de la Liga de La Leche u otra persona que pueda indicarle cómo proceder y

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ayudarla a superar sus sentimientos durante el proceso.

“A

LOS NUEVE MESES, SAM TUVO LA NARIZ TAPADA. CREO QUE EMPEZÓ A RELACIONAR LA LACTANCIA CON LA IMPOSIBILIDAD DE RESPIRAR, PORQUE DEJÓ DE TOMAR EL PECHO. INCLUSO CUANDO SE LE DESPEJÓ LA NARIZ, RECHAZABA EL PECHO CUANDO SE LO OFRECÍA.

ME EXTRAÍA LECHE Y SE LA DABA EN TAZA, Y

EMPEZÓ A TOMAR MÁS ALIMENTOS SÓLIDOS.

»MI FAMILIA DECÍA QUE ERA EL MOMENTO IDEAL PARA DESTETARLO, PERO A MÍ NO ME PARECÍA QUE FUESE LO QUE ÉL PEDÍA. LO INTENTÉ TODO. LOS LIBROS RECOMENDABAN AMAMANTAR AL BEBÉ DE NOCHE, PERO ÉL NO SOLÍA HACERLO,

AL QUINTO DÍA, LO TENÍA DORMIDO EN BRAZOS Y RECLINÓ LA CABEZA HACIA ATRÁS CON LA BOCA ABIERTA. LE ECHÉ UN CHORRITO DE LECHE Y NO FUNCIONÓ.

Y PENSÉ, POCO CARITATIVAMENTE, QUE O TRAGABA O SE ATRAGANTABA.

TRAGÓ. ABRIÓ LOS OJOS, SE INCLINÓ HACIA MÍ… Y TOMÓ EL PECHO COMO SI NADA.

»LA HUELGA NO ACABÓ AHÍ. TUVIMOS QUE LACTAR ASÍ, SAM SE DORMÍA, YO LE ECHABA LECHE EN LA BOCA, SE DESPERTABA Y MAMABA, DURANTE UNO O DOS DÍAS MÁS.

DESPUÉS SEGUIMOS LACTANDO COMO SI NADA HUBIERA PASADO.

LO AMAMANTÉ DOS AÑOS MÁS”. JENNY. ¿CÓMO AMAMANTO AHORA EN PÚBLICO? Ahora resulta más fácil y más complicado. Usted ya se ha convertido en una experta de la lactancia y probablemente habrá amamantado en todo tipo de situaciones, sentada con las piernas cruzadas en el suelo de la casa de su amiga y mientras comía en un restaurante sofisticado. Además, el bebé tiene ahora un poco más de paciencia y capacidad estomacal y pueden pasar más tiempo fuera de casa sin necesidad de abastecerse como hace unos meses. Pero por otro lado, el bebé puede ser más movido y seguramente le gustará levantarle la camiseta más de lo que usted desearía. Si utilizaba una prenda para cubrirse, ahora probablemente el bebé la echará al suelo. Es mejor dejar de contar con ella. Tomarle la mano mientras toma el pecho suele tranquilizarlo, y ahora las tomas son más rápidas. Al amamantar en público, usted está ayudando a las futuras madres lactantes. Cada madre que se vea lactando facilita el camino a la siguiente para que haga lo mismo. Un

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gesto de aprobación con la mano cuando se cruce con otras madres lactantes les indicará que cuentan también con su apoyo.

¿CONSEJOS PARA VIAJAR? Durante un tiempo, el bebé tendrá la mejor edad para llevárselo de viaje. Todavía no camina, lo cual significa que sigue tolerando bien los largos ratos sentado en el carro o el avión. Le interesa lo bastante su entorno para que se le pueda distraer al menos un poco cuando empieza a cansarse. No es necesario llevar alimentos sólidos, aparte de los que lleve para usted. Los pañales sucios todavía son soportables. Aún abulta poco y se le puede amamantar en un espacio limitado mientras está sentado sin distracciones. ¡Aproveche y salgan ahora de viaje, antes de que el bebé empiece a caminar!

“ESPERÉ PARA OFRECERLE ALIMENTOS SÓLIDOS PORQUE PLANEÁBAMOS SALIR DE VIAJE CUANDO BRIAN TUVIERA SIETE MESES. NO DESEABA PELEARME CON LA COMIDA Y NO SABÍA SI DISPONDRÍAMOS DE AGUA SIN PROBLEMAS. CREO QUE A BRIAN LE HUBIESE GUSTADO EMPEZAR ANTES A COMER SÓLIDOS: MIRABA FIJAMENTE NUESTROS TENEDORES. DE HECHO, AL FINAL LE OFRECÍ UN PANECILLO DURO QUE LE ENCANTÓ. PERO ESTOY CONTENTA DE HABER ESPERADO. VIAJAMOS SIN DIFICULTADES. EMPEZABA A GATEAR, PERO TODAVÍA ESTABA FELIZ EN MI REGAZO”.

LYNNE. ¿SIGO ESTANDO PROTEGIDA CONTRA EMBARAZOS? El método de la amenorrea lactacional (MELA) proporciona una protección del 98 al 99% durante los primeros seis meses, siempre y cuando se amamante al bebé sin límites día y noche, no se le den otros alimentos líquidos ni sólidos ni utilice el chupete de entretención con regularidad, y la regla no se haya reanudado. La protección sigue siendo fiable durante los seis meses siguientes si no se reinician las reglas y si no se suelen pasar más de cuatro horas sin amamantar durante el día y seis por la noche. Muchas mujeres optan por utilizar un método anticonceptivo adicional a partir del sexto mes. El regreso de la fertilidad no coincide exactamente con el regreso de las reglas. Algunas pocas veces, una mujer queda en estado antes de la primera regla,

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aparentemente al liberar un óvulo fértil por primera vez. Muchas mujeres que han vuelto a tener reglas pasan unos meses cuyos ciclos son tan pobres en hormonas que no se puede producir un embarazo. Pero en general, una vez se reinician las reglas, se puede considerar que se es fértil de nuevo. Si utiliza usted un método de anticoncepción natural, puede empezar a anotar sus síntomas y temperatura y comprobar cuándo se vuelve a producir la ovulación. Si sigue un método hormonal, es mucho menos probable que la producción de leche se vea afectada por su empleo a partir de los seis meses.

EL BEBÉ ES DEMASIADO APEGADO/DEMASIADO IRRITABLE/DEMASIADO PLÁCIDO Lo más probable es que no se trate de un problema sino de un rasgo de personalidad. Ahora, el bebé empieza a anunciar el tipo de persona que es. Nuestras personalidades se forman bajo la influencia del entorno, pero siempre hay excepciones. Cada niño es único. Se puede ayudar al bebé a adaptarse un poco, pero con frecuencia lo más fácil es aceptar al niño tal como es, confiar en él al comunicarnos sus necesidades y seguir nuestro instinto. Seguramente, la madre de Thomas Edison no conseguía hacerle dormir la siesta; de hecho, el inventor de la bombilla, del fonógrafo y de la cámara de cine era famoso por no necesitar dormir demasiado de adulto.

¿CÓMO PUEDO HACER PARA QUE SEA MÁS INDEPENDIENTE? ¿Si un bebé es tímido significa que se convertirá en un adulto inseguro si no se lo empieza a empujar hacia la independencia? ¡En absoluto! La independencia surge de la sensación de seguridad, y su papel ahora es continuar proporcionando una base segura al bebé, como lo ha sido hasta ahora. Algunos bebés necesitan esta base más tiempo. Los padres inteligentes saben que “Se satisface la necesidad y la necesidad desaparece. Se ignora la necesidad y la necesidad se queda”. No es posible malcriar a un niño de esta edad. Ahora es el momento de tomar en brazos al bebé. A medida que crezca, no lo necesitará tanto.

¿QUÉ HAGO CON ÉL? Los bebés están adaptados para seguirnos en nuestro quehacer diario, no para ser el centro de nuestras vidas. Realice las tareas que deba. Limpie la casa, salga a hacer encargos, prepárese el almuerzo, pasee y llévese al bebé. Una salida a la tienda de comestibles le proporciona más estímulos que el juguete más sofisticado. A veces se

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habla de “negligencia benigna” cuando una madre se centra en sus tareas y satisface las necesidades del bebé distraídamente, pero las satisface. Se le puede explicar lo fríos que están los guisantes congelados o llevarle en el cesto de la ropa. Al bebé seguramente le encantará.

EL BEBÉ ESTÁ DEMASIADO DELGADO/DEMASIADO GORDO Como ocurre con la personalidad, hasta cierto punto esto depende de cada persona. El ritmo de aumento de peso disminuye en la mayoría de lactantes alrededor de los cuatro meses, por lo que no espere verle crecer tan rápidamente como al principio. Las tablas de crecimiento no determinan lo grande que debería ser un bebé en concreto; simplemente indican el tamaño que tienen la mayoría. No siempre será el mayor y otro el más pequeño. Así es como debe ser. El factor más importante es saber si el bebé crece adecuadamente como lactante. La Organización Mundial de la Salud publicó recientemente las tablas de crecimiento basadas en bebés exclusivamente amamantados de todo el mundo (muchas otras tablas se basan en una mezcla de bebés alimentados con leche artificial y leche materna de una zona concreta). Se pueden descargar las tablas de la OMS en la página web www.who.int/childgrowth/standards/chart_catalogue/en/index.html. Estas tablas indican que los bebés lactantes crecen algo más deprisa, de promedio, los primeros tres o cuatro meses, y más despacio de los cuatro a los doce meses, en comparación con los que toman biberón. Puede mostrarle estas tablas a su pediatra, si no las utiliza ya (especialmente si el aumento de peso del bebé es normal según las tablas de la OMS pero no las antiguas tablas). Si el bebé es más bien rellenito, no se preocupe. No hay pruebas de que los bebés lactantes rollizos tiendan de mayores a ser obesos. Algunos suben a los valores más elevados de las tablas al principio, después pasan unos meses con poco o nulo aumento de peso, y finalmente empiezan a crecer de nuevo lentamente de preescolares. El bebé que tenía unas piernas tan gruesas que parecían poco aptas para aguantarle cambia de forma mágicamente y empieza a moverse de un sitio a otro, tan activo como sus amigos. De hecho, las investigaciones demuestran que la lactancia protege contra la obesidad de adultos. El acceso a la leche y a los alimentos sólidos cuando esté preparado para ellos es todo lo que el lactante necesita como seguimiento dietético. Él se ocupa de todo lo demás siguiendo un patrón visible (o no) en algunos de sus familiares adultos, y no

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necesita que se le controle la alimentación. Del mismo modo, algunos bebés están destinados a ser pequeños. Si el bebé es activo y más bien delgado, seguramente está bien. No es necesario apresurarse para introducir alimentos sólidos en su dieta ni suplementos para engordarle. Si el bebé parece tener un problema de salud que afecta su crecimiento, el pediatra le ayudará a solucionarlo. Si cree que no produce usted tanta leche como el bebé quisiera, una líder de la LLL o su asesora de lactancia la ayudará a encontrar la manera de aumentarla. Para empezar, observe la frecuencia de las tomas. Si el problema de crecimiento es reciente, tal vez no haya estado amamantando al bebé con la frecuencia que él desearía.

¿CÓMO ME ENFRENTO A LAS CRÍTICAS? Puede haber tres causas para las críticas que las madres lactantes suelen oír de familiares y conocidos. Una es la sensación cultural de inversión en los hijos. Quizá forme parte de nosotros porque somos una especie social, pero desde el momento en que los desconocidos nos ponen la mano en la barriga de embarazadas, otras personas a veces se comportarán como si su bebé fuese su hijo. En cierto modo, lo es. La sociedad está formada por la totalidad de sus miembros, y los niños son el futuro de la sociedad. A un nivel inconsciente, las madres parecen desear adaptarse a los ideales de paternidad sociales (el motivo por el que es posible ver a una madre vestida al estilo “gótico” acompañada de un bebé con un gorrito rosa con encajes) y la sociedad parece querer cerciorarse de que se adapta (motivo por el cual sus amigas le regalaron el gorrito). Otro motivo de crítica puede deberse a que, al no hacer las cosas como nuestras madres o suegras las hacían, estas se sienten ofendidas (se rechazan sus ideas más queridas). Un tercer motivo puede ser que algunas personas teman sinceramente que lo que hacemos sea dañino, a menudo porque carecen de información sobre la lactancia. El hecho de saber que las críticas se deben a una carencia de información no facilita la convivencia con ellas. ¿Qué hacer? A muchas madres les han funcionado estas ideas, según la situación: Pida que le expliquen su historia, con detalle y sin criticarla. A veces, la persona pierde interés en nuestra historia cuando ha tenido ocasión de explicar la suya. Ofrezca información. Invite a su madre o suegra a una reunión de la Liga de La Leche, o comparta con ella artículos o el capítulo de un libro.

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Busquen un punto de acuerdo. Cuando alguien pregunte por el destete, la respuesta “estamos en ello” es verdadera desde el momento en que se inician los sólidos hasta que se complete el destete, quizás años después. Dele la vuelta. Responda con: “¿Te preocupa? ¿Por qué lo preguntas? ¿Sabes algo de bebés lactantes? ¿No crees que se le ve sano y feliz?”. Elija sus batallas. En ocasiones, puede optar por usar otra habitación; otras, quizá convenga hablar del tema. Adelántese a las críticas: “Sé que el modo en que Josh y yo criamos a Emily es diferente al modo en que tú criaste a Josh. Significa mucho para mí que seas tan comprensiva”. Afirme la diferencia: “Sé que esto no concuerda con tus ideas sobre la educación de los hijos. Te aseguro que lo hacemos tan bien como sabemos, y a nosotros esto nos funciona”. Es decisión suya: “A nosotros, nos funciona de maravilla”. Cualquier actividad es más fácil y más relajada cuando las personas que nos rodean nos apoyan. Si no obtiene este tipo de apoyo por parte de su familia y amigos, la ayudará conseguirla en otro sitio. Le irá bien conocer gente cuya filosofía sea similar a la suya y pasar tiempo con estas personas. Tanto si es en una reunión de la Liga de La Leche, en un grupo de juego, o en un familiar comprensivo, disponer de alguien capaz de “rellenar sus reservas” hará que esta etapa feliz lo sea mucho más.

“LOS

BEBÉS SABEN CUÁNDO SUS MADRES NECESITAN RELAJARSE.

CUANDO

ESTABA MUY ESTRESADA, EMMA TOMABA MÁS RATO EL PECHO, LO CUAL ME AYUDABA A TRANQUILIZARME PORQUE SABÍA QUE NO HABÍA NADA MÁS IMPORTANTE QUE DEDICAR TIEMPO A CRIARLA Y TENERLA EN BRAZOS”.

ANNE.

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DIEZ

DE LOS NUEVE A LOS DIECIOCHO MESES: EN MARCHA

© Liga de la Leche Perú “Hace unas semanas mi hijo me regaló una flor. No importa que necesitara la ayuda de papá para tomarla, ni que le faltaran unos cuantos pétalos, ni que no estuviera del todo seguro de querer soltarla. Fue y es, la flor más preciosa que jamás alguien haya dado o recibido. No la vendería por todo el oro del mundo. »La aplasté para guardarla en su álbum. Me vi, una mujer en la mesa de la cocina metiendo una flor seca entre unas páginas, y me sorprendí. ¿En qué momento de los últimos nueve meses de tomas nocturnas y dentición y besos babosos me convertí en madre? Durante mucho tiempo veía mis manos como las de una mujer trabajadora, manos trabajadoras. Ahora veo las manos que han cambiado cientos de pañales, que han lavado y doblado mil medias y camisetas, que han acercado esa boca al pecho a altas horas de la noche, que han sujetado al bebé mientras bailábamos en la cocina, y lo han acostado para dormir. »Al ver estas manos, he comprendido algo que guardaba en el inconsciente desde que tomé a mi hijo en

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brazos por primera vez y olí su aroma de recién nacido. Estas ya no son sólo mis manos; pertenecen a un linaje de madres que abarca todo el planeta y miles de años de historia. Era una mujer, una noche de abril, en una cocina, en su rincón de mundo, atrapando el tiempo entre las páginas de un álbum infantil, y al mismo tiempo, era mi madre, su madre, una madre en otro continente que con cuidado se metía una flor en el bolsillo de la falda, una flor que no vendería por todo el oro del mundo. No nos conocemos, pero en todo el mundo y a lo largo de todos los tiempos, guardamos flores marchitas y notas de cariño mal escritas, y cada una de nosotras conoce el dolor feroz y único del amor y el orgullo y la tristeza, todos en uno. »Pensaba que me convertiría en madre el día en que naciera mi hijo. No es así. Las madres se unen a las filas gradualmente, lentamente, con cada caricia, cada pañal, cada toma. Un día, nos miramos y vemos las manos de una madre, llevar a cabo con suavidad y enorme fuerza la tarea más importante del mundo”. Laura, recuerdos de 2008.

el bebé no podía moverse sin su ayuda. Ahora probablemente gateará y, hacia el final de esta etapa, la mayoría de los bebés caminan, incluso corren. Esta nueva habilidad le abre un mundo hacia la exploración. Al mismo tiempo, sus habilidades motoras finas están mejorando. Ya sabe sentarse y jugar con sus juguetes. Es capaz de recoger pedacitos de comida con el pulgar y el índice y metérselos en la boca. Su primera palabra puede ser “da” o “ba” o “ha”, probablemente significará algo que únicamente sabrá la familia, relacionada con alguna fascinación como los perros o los pájaros o el café caliente. No se decepcione si la primera palabra del bebé no es “mamá”. Usted forma parte de su hijo, de su mundo; ¡tómeselo como un cumplido! NO HACE MUCHO

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HÁBITOS DE LACTANCIA: DE LOS NUEVE A LOS DIECIOCHO MESES El lactante ahora tiene sus propias opiniones sobre la lactancia, no sólo referentes a cuándo sino también adónde y de qué lado quiere tomar el pecho, quizá lo demostrará incorporándose abruptamente y anunciando “¡Otro!” para indicar que ha acabado de tomar el pecho de un lado y desea cambiar. Es posible que juegue con usted al tomar el pecho. Las bromas al principio serán sencillas: se esconderá debajo de la camiseta o exclamará “¡caliente!” al acercarse al pezón, haciendo uso de la única palabra que compone su vocabulario y riéndose con sus tonterías. ¡No hace falta un extenso vocabulario para poder jugar! La “gimnasia” puede empezar a formar parte de las tomas, durante las cuales el bebé puede ponerse de pie, girarse y agacharse, todo ello sin soltar el pecho. Las siestas y la hora de acostarse se sofistican, tal vez ahora incluyan la lectura de un cuento antes, después o durante la toma. La lactancia sigue siendo, para la mayoría, la piedra angular de la hora de acostarse. A los nueve meses, la mayoría de los bebés ya toman alimentos sólidos, aunque algunos pueden no haber empezado a hacerlo y la cantidad irá en aumento al superar el año de edad. Dentro de poco el bebé compartirá con la familia todos los alimentos que los demás toman, si bien en cantidades diminutas. A medida que pasan los meses, otros alimentos se convertirán en una parte cada vez más importante de su nutrición. Esto no significa que el bebé no siga adquiriendo muchos o casi todos los nutrientes esenciales y factores inmunológicos de la leche materna. Si el bebé dejara de tomar el pecho ahora, le sorprendería cómo aumentaría su sed y hambre; es muy probable que le esté proporcionando mucho más alimento y bebida con la leche de lo que imagina. Al ir tomando más sólidos y disminuir la producción de leche, la concentración de anticuerpos presentes en la leche materna aumentan. La proporción de algunos nutrientes que contiene la leche también varían a medida que el bebé crece, con el fin de adaptarse a sus necesidades. El cambio paulatino de la leche materna y los alimentos sólidos ayudarán al niño a

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iniciar la dieta sana que usted desea para él. Tal vez el pequeño de momento no haga más que embadurnar la mesa con los alimentos que alcanza. Si es así, no pasa nada. Véase el Capítulo 13 para más información acerca del paso de la leche a los alimentos sólidos.

“DESDE QUE EMPEZÓ A GATEAR, MADELINE YA NO QUIERE ESTAR EN BRAZOS. INCLUSO LAS TOMAS SE HAN ACORTADO. SIGUE DURMIENDO EN MI REGAZO, PERO ECHO DE MENOS AQUELLAS LARGAS TOMAS. AHORA QUE TIENE UN AÑO, EMPIEZA A MIRAR LOS CUENTOS. TAL VEZ LOS MOMENTOS DE LECTURA SERÁN AHORA LOS MOMENTOS QUE LA TENDRÉ EN BRAZOS”.

DANIELLE.

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ALGO MÁS QUE AGUA Seguramente empezó a darle agua al bebé hace algunos meses, junto con los primeros alimentos sólidos, pero ¿puede tomar otros líquidos? No es necesario empezar a darle leche de otras especies como la de vaca o cabra mientras el bebé siga tomando el pecho bien; muchas familias no consumen leche de vaca ni de cabra. Esta leche no es un alimento necesario para los humanos. Si decide darle a su hijo leche de vaca o cabra, espere a que cumpla el año de edad para disminuir el riesgo de alergias. Lo mismo ocurre con la leche de soja, a la cual algunos bebés parecen ser sensibles. La leche de arroz debería ser más segura, pero algunos bebés se muestran alérgicos incluso a esta. Como ocurre con la introducción de alimentos sólidos, estas leches deberían introducirse paulatinamente en la dieta del bebé para controlar posibles reacciones alérgicas. Existen algunas pruebas que demuestran que en las familias con predisposición a la diabetes, lo mejor es esperar un año antes de ofrecer al bebé leche de vaca. Los jugos de frutas son una delicia a esta edad, pero la fruta entera suele ser mejor opción, porque proporciona más fibra y nutrientes. Si da jugos al bebé, limite su consumo a un cuarto o media taza al día, y es aconsejable diluirlos con agua. Sorber jugos de fruta a lo largo del día puede aumentar el riesgo de aparición de caries dentales. No es necesario adquirir jugos especiales para bebés o niños pequeños. El apetito de los niños pequeños suele ser escaso, de modo que llenarles el estómago de jugo o agua puede reducir su interés en tomar alimentos más nutritivos.

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BAJADA LENTA DE LA LECHE Uno de los comentarios que puede oír de su hijo es: “Mamá, leche ahora”. La mayoría de nosotras notamos que la bajada de la leche es más lenta a medida que pasamos las hojas del calendario, probablemente porque el volumen se ha reducido. Por tanto, algunas de las discusiones con su hijo pueden tener su causa en la lentitud con que se abre el grifo de la leche, el mismo que solía abrirse cuando no se lo esperaba a las tres semanas. Plantéeselo como una de las primeras lecciones de paciencia para su hijo.

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AUMENTO DE PESO LENTO Entre los nueve y los doce meses los lactantes empiezan a aumentar de peso todavía más lentamente, hasta unos 9 g al día. Como se decía en el capítulo anterior, sólo las tablas de crecimiento de la Organización Mundial de la Salud reflejan estos cambios normales, de modo que si su pediatra se preocupa por el lento aumento de peso de su hijo, cerciórese de que emplea las tablas de crecimiento adecuadas.

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PREOCUPACIONES DE LOS NUEVE A LOS DIECIOCHO MESES Estas preocupaciones son las que suelen motivar consultas en las reuniones de la LLL entre las madres con bebés de entre nueve y dieciocho meses de edad. Si aquí no encuentra sus preguntas, es posible que las halle en el Capítulo 18. Si tampoco están allí, navegue por los foros de http://www.llli.org o llame a su Líder de la LLL.

NO ME HA VUELTO EL PERÍODO En ocasiones, entre los nueve y los dieciocho meses es cuando suele volver la fertilidad y la ovulación puede tener lugar antes de tener la primera regla. Las reglas ahora pueden ser diferentes: más largas o más cortas, o (con suerte) hacerse visibles discretamente en lugar de aparecer de repente en lugares inoportunos. Algunas madres experimentan más incomodidades que antes, o sus pechos o pezones se vuelven más sensibles con la ovulación, pero otras comprueban que sus antiguos problemas menstruales son menores. Algunas mujeres constatan que la producción de leche disminuye un poco durante el período, o que el bebé se muestra contrariado por un cambio de sabor o expresa frustración porque la leche baja más lentamente. Afortunadamente estos cambios son de corta duración cada mes, y los alimentos sólidos están disponibles para compensar la diferencia. Para minimizar una posible reducción de la producción, puede tomar un suplemento diario de entre 500 y 1.000 mg de calcio y magnesio desde la mitad del ciclo hasta los primeros tres días de la regla.

“LE DIJE A UNA AMIGA QUE NO TIENE HIJOS QUE TODAVÍA NO ME HABÍA VUELTO LA REGLA PORQUE AÚN AMAMANTO, Y ME RESPONDIÓ QUE ESTO HACÍA AUMENTAR SU INTERÉS POR LA LACTANCIA”.

BETH. EL BEBÉ NO TOMA EL PECHO CON FRECUENCIA,¿SE ESTÁ DESTETANDO? Por el momento algunas tomas pueden durar unos minutos, y los alimentos sólidos

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pueden ser bienvenidos con cada comida. Resulta fácil olvidar la importancia de la continuación de la lactancia, nutricional y emocionalmente, y puede parecer que es el momento ideal para el destete. La Academia Norteamericana de Pediatría aconseja que la lactancia se prolongue durante al menos un año, no que se destete al bebé al año; la Sociedad Canadiense de Pediatría, el Departamento de Salud del Reino Unido y la Organización Mundial de la Salud aconsejan que se amamante durante dos o más años. Un niño de casi un año de edad todavía no dispone de un sistema digestivo o inmunitario maduro. Si bien puede arreglárselas sin leche materna, no está diseñado para que sea así. A medida que el bebé aprende a gatear y caminar, puede que empiece a despertarse más por la noche, especialmente cuando adquiera una nueva habilidad. Sus días son tan ajetreados y excitantes que puede necesitar llenar el estómago de noche. Ahora no es momento de quitarle las tomas nocturnas; su hijo se nutre en gran medida con estas tomas, como hacía cuando era más pequeño. Si no mama de noche y no mama de día, puede no obtener toda la leche que su organismo precisa. Entonces, ¿cómo mantener la lactancia en pleno funcionamiento con un bebé tan atareado? Tenga en cuenta que el consejo “no ofrecer, no negar” es en realidad un consejo para destetar al bebé. Es posible que el bebé no se acuerde de pedir sus tomas. Entonces, si está intranquilo o si le parece que ha pasado mucho rato sin tomar el pecho, ofrézcale el pecho. Probablemente así conseguirá darle algunas tomas más rápidas cada día, lo que puede marcar una gran diferencia en su relación y en su producción de leche. Incluya también en su horario algunas tomas caprichosas, en un lugar o un momento en que las distracciones sean mínimas. Por la mañana, a la hora de la siesta y a la hora de acostarse suelen ser buenos momentos, y un bebé soñoliento es más propenso a relajarse y tomar el pecho más tiempo.

SIGUE JUGANDO CON EL PEZÓN Al irse sofisticando los hábitos del bebé, también se sofistican las soluciones. Si el bebé se ha acostumbrado a retorcerle un mechón de pelo mientras toma el pecho, intente cambiar su pelo por una muñeca con cabello o una mantita con la cual el pequeño tenga las manos ocupadas mientras toma el pecho. Al tener un juguete blando que apretar, es probable que el bebé se distraiga y deje de jugar con el pezón de mamá. Seguramente tendrá que probar varias soluciones antes de dar con la definitiva. Al cabo de un tiempo, el bebé le traerá el juguete elegido cuando quiera tomar el pecho.

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EL BEBÉ SE ASUSTA CON LOS EXTRAÑOS ¡Es listo! El miedo a los extraños parece desarrollarse cuando el bebé empieza a poder desplazarse. Es lógico: en brazos está automáticamente a salvo porque su madre sabe mantenerlo a salvo. Pero al gatear, el bebé debe empezar a tomar decisiones. El bebé sabio sabe que todavía no es suficientemente sabio, por lo que peca de prudente. “No conozco a esta persona ni este lugar. ¿Dónde está mi madre?” Los desconocidos no son lo único que asusta a los bebés, que no siempre se sienten del todo cómodos con su movilidad. Tal vez esté sentada en el suelo mientras el bebé gatea por la sala, más bien cerca de usted. Entonces, ve al gato en el pasillo y lo persigue. Unos minutos después, vuelve y se le sube en el regazo para tomar el pecho. Después de chupar un poco, se desliza y vuelve a explorar, esta vez su maletín. Si se va usted de la sala mientras el bebé está de exploración, es posible que se moleste. Al bebé le parece bien alejarse de usted para investigar, pero no le parece bien que se vaya usted de la sala. Los expertos en desarrollo infantil describen a la madre como una base segura desde la cual el bebé se atreve a aventurarse y descubrir cosas nuevas y a la vez el puerto seguro de retorno tras las aventuras. La lactancia cumple ambos papeles automáticamente. Estas tomas breves son encantadoras, halagadoras, forman parte integral del mantenimiento de la producción de leche y para el bebé constituyen un entorno seguro.

“LLEVABA UNOS MESES DANDO CLASES DE YOGA CUANDO TYLER TENÍA DIEZ MESES. NOS SENTÁBAMOS TODOS EN EL SUELO Y ÉL JUGABA CERCA. MIENTRAS YO HABLABA, TYLER SE ME SUBÍA AL REGAZO. LE ALZABA, MIENTRAS SEGUÍA HABLANDO, Y LE OFRECÍA EL PECHO, PERO ÉL ARQUEABA LA ESPALDA.

ENTONCES

LE OFRECÍA UN JUGUETE, MIENTRAS SEGUÍA HABLANDO, LO

ACEPTABA Y SE IBA GATEANDO. ME DI CUENTA MÁS TARDE DE QUE ESTO SIGNIFICABA MANTENER UNA CONVERSACIÓN CON ÉL SIN NECESIDAD DE INTERRUMPIR MI CONVERSACIÓN CON LOS ADULTOS”.

MICHELLE. ¿QUÉ PASA CON LAS SIESTAS? 247

Después de haber dormido la siesta de bebés, algunos pequeños no vuelven a hacerla hasta sus años preescolares y aun entonces pueden considerarla un momento de pausa tranquila, nada más. Pero al pasar de bebés a niños pequeños, casi todos consolidan la hora de la siesta. El bebé que dormía diez minutos aquí y allá pasa a ser un niño pequeño activo que juega y corretea durante horas, y luego duerme una buena siesta reparadora… siempre y cuando pueda tomar el pecho antes de dormir. ¿Dormirse en el pecho es un mal hábito? En absoluto. Es algo normal a esta edad. Un bebé pequeño sólo quiere dormirse en el pecho. Un bebé mayor puede querer tomar el pecho y leer un cuento. Más adelante, el cuento bastará. Como todos los hitos del desarrollo, dormirse solo es algo que el niño acaba haciendo él mismo, sin necesidad de enseñarle a hacerlo. Mientras tanto, la mayoría de las madres comprueban que su hijo se duerme con otra persona si mamá está fuera, pero que necesita dormirse en el pecho si mamá está cerca. No hace falta obligar aún al bebé a prescindir de estas tomas antes de dormir; son los últimos lujos de la tierna infancia. Para más información acerca de las horas de dormir, véase el Capítulo 12.

VIDA AJETREADA ¿Se acuerda de los primeros días en que apenas tenía tiempo de comer un pasa bocas rápido porque el cuidado del bebé le ocupaba todo el tiempo? Sin duda, su eficiencia se ha disparado desde entonces, pero la vida con un bebé siempre es vertiginosa. Algunos días añora al recién nacido que ha ido creciendo, otros días desearía que su hijo tuviera ya seis años y no la necesitara tanto. He aquí las reflexiones de algunas madres: Las anécdotas empiezan a acumularse. Pero el propósito de anotarlas en el álbum del bebé, como los propósitos de Año Nuevo, tienen una duración limitada. Una alternativa sencilla: cuando ocurra algo gracioso, anótelo en un papel cualquiera y póngale fecha (esto es lo importante). Disponga de un sitio (una caja de cartón servirá) donde guardar estos papeles. Como están fechados, no hace falta que estén ordenados; más adelante puede hacer algo bonito con ellos. Si los guarda en formato digital, blog, Twitter, Facebook, móvil, portátil o celular, puede imprimir las anécdotas para que no se pierdan al avanzar la tecnología. Cada semana, elija una cosa de su lista de objetivos. Tal vez leer (¡o escribir!) un capítulo de una novela, limpiar una cómoda o asistir a una clase de artes marciales. Haga al menos una cosa para usted, también es importante, y a veces, criar un niño

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con la leche propia y unas migas de tostada parece no bastar. Limpie el baño mientras los niños estén en la bañera (cuando sean algo mayores no los tendrá que sujetar constantemente). Un baño lleno de vapor es más fácil de limpiar, conseguirá realizar una tarea y al mismo tiempo vigilar a los niños. La hora de la cena es complicada, niños cansados, padres cansados. Prepare la cena por la mañana y caliéntela por la noche. También puede dedicar uno o dos días a la semana a cocinar.

QUERER Y NECESITAR, ¿SIGUEN SIENDO LO MISMO? A medida que el niño empieza a separarse físicamente de la madre, los días en que querer y necesitar eran sencillamente una misma cosa se complican. El bebé desea dormirse en el pecho. ¿Es una necesidad? Sí, de hecho, dormirse en el pecho probablemente satisface diversas necesidades: de leche, de relajación, de relación con mamá. El bebé quiere agarrar el móvil. ¿Es una necesidad? ¡Probablemente no! En este caso, es fácil responder, pero en ocasiones no lo es tanto. Afortunadamente, la disciplina con amor que ha ido aprendiendo y utilizando al amamantar supone un buen comienzo. Sustituir un objeto seguro por uno inseguro, la distracción o sacar al bebé de escena bastarán al principio para resolver casi todas las situaciones.

EL BEBÉ MUERDE Tal vez se deba a la dentición, el estrés o la experimentación, o tal vez al bebé le guste el sabor. Incluso una alergia puede causar las ganas de morder. Sea por el motivo que sea, el bebé puede provocar situaciones comprometidas al morder a sus compañeros. Puede estar segura de que a esta edad no se trata de malicia, ni enfado contra la madre ni intenciones intimidatorias. (Un joven sensible recuerda haber golpeado a un compañero de juegos con un bate simplemente porque quería comprobar si el bate rebotaría). La mejor estrategia tal vez consista en retirar al bebé de situaciones que pueden desembocar en este comportamiento. Si le vigila de cerca, es posible que le dé tiempo a detenerlo antes de que muerda. Pida a las otras madres que la ayuden, agradecerán su permiso para alzar al bebé y llevárselo a usted cuando las circunstancias lo requieran. Se trata de una fase, que acabará… aunque resulta embarazoso mientras dura. Pero no

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indica nada acerca de la futura personalidad del niño ni acerca de la competencia de sus padres. Sus mejores herramientas son la acción rápida, la distracción y la paciencia.

ALGUNOS BUENOS LIBROS PARA CUANDO EL NIÑO ES PEQUEÑO Juegos para hacer pensar a los bebés, Jackie Silberg. Ediciones Oniro, Barcelona 2009. El niño desde el nacimiento hasta los tres años: preguntas y respuestas, Martha y William Sears. Ediciones Urano, Barcelona 1999. Los gestos del bebé: cómo hablar con tu hijo antes de que él sepa hablar, Linda Acredolo y Susan Goodwyn. Ediciones Oniro, Barcelona 2001. Los 25 principios de la nueva madre, Martha y William Sears. Ediciones Medici, Barcelona 1998. En inglés: Adventures in Gentle Discipline, Hilary Flower. Healthiest Kid in the Neighborhood, Martha Sears y William Sears. Mothering Your Nursing Toddler, Norma Jane Bumgarner.

AHORA NOS CRITICAN INCLUSO MÁS Si no se lo han dicho antes, es posible que se lo digan ahora: “Si el bebé tiene edad para pedirlo, es demasiado mayor para tomar el pecho”, “Un bebé con dientes es demasiado mayor para tomar el pecho”, “Las madres que amamantan más de un año lo hacen por egoísmo”, “El bebé dependerá demasiado de ti”, “La leche materna no tiene valor pasados (elija una opción) tres meses, seis meses, un año…”. Un simple “Gracias, pero a nosotros nos funciona bien” puede ser su mejor respuesta. Su relación de lactancia es suya y de su hijo, de nadie más. Las mejores organizaciones mundiales de salud están a su lado, aunque la tía Franny no lo esté. En los Capítulos 9 y 16 hallará más ideas para responder a las críticas.

¡TENGO LOS PEZONES AGRIETADOS! Lleva casi un año amamantando al bebé sin problemas y ahora le duelen los pezones.

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Puede estar segura de que esto no es normal. Una posibilidad es que el bebé tenga hongos, una infección que se comenta en el Capítulo 18. ¿Es posible que esté embarazada de nuevo? La lactancia es menos eficaz como método anticonceptivo en esta etapa. Aunque no le haya vuelto la regla, el embarazo es una posibilidad. (¿Significa esto que tendrá que destetar a su hijo? Casi nunca es así. Véase el Capítulo 16 para obtener más información acerca de la lactancia durante el embarazo).

© Liga de la Leche Colombia

¿Tal vez un diente roto sea el culpable del dolor? Los dientes de los bebés se dañan con facilidad, pero si el problema es un diente afilado, tiene rápida solución. Unos segundos bastan para alisar con una lima de esmeril los bordes del diente, si fuera

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necesario. El niño seguramente agradecerá tanto como la madre el resultado. Tal vez la “gimnasia de lactancia” que realiza el bebé no siempre merece una medalla de oro. ¿Tira del pecho sin interrumpir la succión, de tal modo que se escucha un sonido similar al que se oye al descorchar una botella al soltar el pezón? ¡Ay! Las mismas soluciones sugeridas para evitar mordiscos pueden ayudar a acabar con el juego “Descorchar el pezón”, empezando por dar la toma por finalizada inmediatamente. Si tiene usted alergias y el bebé decide tomar el pecho después de haber comido un alimento que a usted le provoca algún tipo de reacción mantequilla de maní, cítricos y productos lácteos (que son irritantes comunes), es posible que le cause una erupción. Si cree que este es el problema, pida al niño que tome un poco de agua antes de tomar el pecho, y utilice un trapo húmedo para limpiarle la cara antes de amamantarlo y el pecho después. ¿Tiene usted una mancha o granito blanco en el pezón? Podría tratarse de una perla de leche; véase el Capítulo 18 para más información. Si el motivo del dolor no parece ser ninguno de los descritos, la Líder local de la LLL podrá ayudarla a repasar otras posibilidades. Los pezones adoloridos en esta etapa tienden a curarse deprisa una vez se ha determinado la causa. Puede pedirle al bebé que se lo tome con calma por ahora. Hágale saber cuándo le hace daño y pídale que debe tener cuidado. Intente indicárselo, “Con suavidad, cariño”, “Abre bien la boca. Boca bien abierta”. Si el bebé fuera mucho más pequeño no sabría de qué le habla, pero a esta edad, la sorprenderá hasta qué punto la comprende su hijo.

¿Y AHORA, QUÉ? Llegado este punto, posiblemente sea la que ha amamantado más entre sus amigas. De hecho, le parecerá que ya se aproxima al límite de la lactancia. ¡Pues, no! El niño de un año sólo se encuentra a medio camino de la que se cree biológicamente que es la edad normal mínima de destete. La primera vez que escuche esto tal vez le suene terrible, sorprendente, de gran alivio, o todo a la vez. Seguramente reconocerá que no cambiaría por nada del mundo este último año o más, y que con la lactancia ha encontrado un estilo de maternidad que se adapta a su familia. Hemos dicho ya que confíe en su instinto. Siga leyendo.

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ONCE

AMAMANTAR A PARTIR DE LOS DIECIOCHO MESES Y MÁS: SEGUIR AVANZANDO

© Juana Bone “Teta Jack Sparrow, mamá, dijo mi hijo de dos años. Me puse el muñeco al pecho sin pensármelo dos veces. Sí, sigo dando el pecho, y no sólo a mi hijo sino también a sus juguetes. Pero al mirar al muñeco de pelo oscuro y barba trenzada y al tocar con sus labios mi pezón, de repente siento que la situación es ilícita. Inapropiada. Como si tuviera algo que confesar a mi marido. Al amamantar a un Johnny Depp de plástico, seguramente habré violado alguna norma social o un estándar de decoro. »A partir de este momento empiezo a poner límites: acceder a dar el pecho a la ranita, pero no a la rata de goma rosa, sí al cerdito hambriento, no al tubo de caramelos de Shrek. Al negarme a amamantar al gran monstruo rojo con dientes afilados, estoy enseñando a mi hijo qué son los límites: las fronteras personales, el

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espacio personal, el respeto a uno mismo. »Ahora de vez en cuando amamanto a un gran robot naranja, vehículos de construcción, Legos, marionetas, alguna galleta o uva, etc. Pero me niego a dar el pecho a Luke Skywalker (me pregunto si hubiese rechazado también a Han Solo) y algún muñeco con media cara metálica. Lo siento, cariño. No amamanto a tipos como esos”. Molly, recuerdos de 2009.

sea la Edad Dorada de la lactancia. El niño dispone de otras fuentes de nutrición, aunque no se nutra esencialmente de ellas, por lo que el vínculo que les une tan estrechamente empieza a romperse. Si al salir con los amigos regresa a casa más tarde de lo esperado, seguramente no importará; el estómago de su hijo y sus pechos ahora son mucho más flexibles. La lactancia se asienta sobre una sólida base como medio de comunicación, alimento y bebida, abrazos y besos, incluso primeros auxilios. Tal vez nunca soñó que amamantaría a un niño lo bastante mayor para venir caminando y pedirlo. Pero los días se convierten en semanas, las semanas en meses, los meses en años. Un día se da cuenta de que el bebé se ha convertido en un niño pequeño, activo y ajetreado y le da el pecho a alguien que ocupa parte del sofá cuando se sientan juntos. Quizá le traiga su conejito de peluche preferido para que le dé el pecho. Quizás haya empezado usted a amamantar a sus muñecas. Quizá todavía no, y se pregunta qué pasará. Si está embarazada o el bebé es pequeño, amamantar a un niño mayor puede parecer imposible de imaginar. La animamos a mantener las puertas abiertas: todo es distinto cuando se trata del propio hijo. PUEDE QUE ESTA

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¿ES NORMAL AMAMANTAR PASADOS LOS DIECIOCHO MESES? ¡Claro que sí! Kathy Dettwyler es una antropóloga que investigó la “ventana de destete” normal de la especie humana: a qué edad mínima cabe esperar que los niños dejen de tomar el pecho y cuál es la edad máxima. Dejó de lado los aspectos sociales y culturales y sólo consideró la biología de la relación de lactancia. Lo hizo estudiando el grupo de especies cuyo ADN es más similar al nuestro. Es evidente que no se pueden comparar los chimpancés y gorilas directamente con los humanos, pero sí se pueden correlacionar las edades de destete de estos primates con determinados marcadores biológicos: la madurez del sistema inmunológico, la erupción de molares, el tamaño de los adultos y la gestación. Cuando la doctora Dettwyler observó las edades en que estos hitos y otros acontecimientos biológicos tenían lugar en los humanos, concluyó que la edad esperada para el destete en los humanos se encontraba entre los dos años y medio y los siete años. Esto concuerda con lo que vemos en muchas culturas y en las familias que dejan a sus hijos destetarse solos.

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¿ES IMPORTANTE AMAMANTAR PASADOS LOS DIECIOCHO MESES? ¡Totalmente! El niño probablemente lo desea, y hay otros buenos motivos: La lactancia continuada favorece el desarrollo normal de la mandíbula y la expansión normal del paladar, importantes para que los dientes dispongan de suficiente espacio cuando salgan. El cerebro del niño pequeño atraviesa una etapa de crecimiento rápido diseñada para acompañarse de mucha estimulación táctil y emocional y una dieta que incluya una buena proporción de leche materna. Al amamantar al niño, madre e hijo interactúan y se acarician, y otras bebidas no estimulan el crecimiento del cerebro humano. Aunque la cantidad total de leche que el niño ingiere sea menor, el nivel de anticuerpos y factores inmunes aumenta, un aspecto importante cuando el niño empieza a meterse piedras en la boca, besar a los perros y contagiarse con gérmenes de otros niños en la guardería. Los niños pequeños carecen de sistemas digestivos maduros. La lactancia les mantiene bien alimentados mientras continúa la transición hacia los alimentos sólidos, y les mantiene bien alimentados en caso de enfermedad. Las tomas son momentos de reconexión con el niño activo. Esto puede ser especialmente útil si la madre trabaja. La lactancia facilita la hora de acostar al niño. Es la continuación de una relación que ningún oso de peluche ni mantita puede sustituir. Con tantos motivos para continuar, “es demasiado mayor” no parece una razón demasiado lógica para destetarle. “Es demasiado mayor porque…” es la frase que hay que considerar. Nunca suele haber algo lo bastante coherente que siga tras el porque. La Organización Mundial de la Salud, ante los estudios llevados a cabo, recomienda que los niños tomen el pecho durante al menos dos años.

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Los lactantes mayores suelen tener muy claro que la lactancia sigue siendo importante para ellos. ¿Cuál es su importancia para usted? Esta es una etapa emocionalmente volátil para el niño pequeño, y la lactancia proporciona una herramienta valiosa para aliviar, consolar y tranquilizar al niño cuando tiene problemas para enfrentarse a una situación frustrante. La lactancia proporciona un tipo de comunicación que el niño comprende cuando el lenguaje y la lógica todavía se le escapan. Las madres de lactantes de dos años no tienden a referirse a esta edad de exploración y vocabulario creciente como la “edad terrible” porque disponen de una manera de reconectarse con sus hijos de la cual carecen las madres de niños destetados. Como dijo una de ellas: “A veces es como si entre mi hijo y yo hubiese una pared. Cuando le doy el pecho, la pared se viene abajo. Para él, la sensación es la misma”. Muchas madres siguen amamantando porque es algo esencial en su forma de criar a sus hijos. Forma parte de su modelo de maternidad (como interactuar y conectar). Sin esta poderosa herramienta, la maternidad es más difícil, y los niños disponen de un recurso menos para enfrentarse a las dificultades de la primera infancia. La acción voluntaria de separación que requeriría el destete ahora es algo que muchas madres no ven necesario.

“MI

MADRE ESTÁ BASTANTE ORGULLOSA DE MÍ POR HABER AMAMANTADO TANTO TIEMPO A MI HIJA, PERO CUANDO SALE EN LA CONVERSACIÓN SIEMPRE DICE: ‘¡ES QUE

LISA AMAMANTÓ A JULIA DURANTE MÁS DE DOS AÑOS!’. »EN REALIDAD, AMAMANTÉ A JULIA DURANTE MÁS DE TRES AÑOS, AUNQUE PARA MI MADRE ES DEMASIADO TIEMPO PARA CONFESARLO. PERO ME PARECE BONITO QUE DOS AÑOS LE PAREZCA BIEN”.

LISA.

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HÁBITOS DE LACTANCIA: A PARTIR DE LOS DIECIOCHO MESES Ahora, probablemente ya tendrá una idea clara de la personalidad de su hijo. Puede que sea sociable y le guste conocer a gente nueva y vivir nuevas situaciones. Pero puede que sea un niño sensible y reservado ante los desconocidos. Probablemente también se habrá hecho una buena idea del papel que la lactancia desempeña en su vida. Para muchos niños la lactancia sigue constituyendo una fuente principal de alimentación, además de consuelo. Para otros, es una forma de reconectarse con mamá después del trabajo o cuando el niño descansa del juego. ¿Cada cuánto mama el niño? Si bien las horas de separación constituyen un factor, la personalidad del niño es otro casi igualmente importante. Muchas madres que se han quedado en casa cuidando de sus hijos recuerdan que uno seguía mamando frecuentemente a los tres años mientras que otro pedía un pasa boca rápido al pecho sólo una o dos veces al día a los dos años. Los niños con alergias, especialmente a los alimentos comunes como los lácteos, pueden seguir mamando por motivos nutricionales más tiempo que los que toleran una gama de alimentos más amplia. Esto tiene sentido la leche sigue siendo un alimento completo, y la lactancia puede mantener sano el sistema digestivo del niño alérgico. La producción de leche seguirá menguando, en función de la frecuencia de las tomas. Muchas madres de lactantes mayores tienen tan poca leche que casi no escuchan la deglución. Pero el niño sigue apreciando estos ratos al pecho. La leche materna es un alimento maravilloso y nutritivo mientras el niño la tome. Pero lo importante ahora para el niño es la relación. Pregunte a la madre de uno de ellos por la lactancia y no le responderá con una letanía de sustancias anti infecciosas y nutrientes; le dirá que ella y el niño disfrutan de la interacción. Aunque el niño mame con poca frecuencia gran parte del tiempo, tomará más pecho si se pone enfermo. A menudo, al enfermar, el niño deja de tomar otros alimentos y quiere mamar todo el tiempo. No lo sabe, pero está maximizando la cantidad de anticuerpos y factores inmunes y está acelerando su recuperación. Si bien la producción de leche puede

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ser algo baja al inicio del proceso, cuando el niño se haya recuperado, probablemente usted dispondrá de mucha leche y se sentirá llena durante uno o dos días, hasta que la producción disminuya de nuevo. También cabe esperar un aumento de la frecuencia de las tomas cuando el niño esté estresado. Tal vez el traslado a una nueva casa, el comienzo de la guardería o el cambio de guardería, o la llegada de un hermano. Estos son motivos evidentes, pero los niños pueden sufrir estrés a causa de pequeñas cosas que nos pueden pasar por alto. Un encuentro aterrador con un perro, un día que usted pasó cuidando de otro de sus hijos, una pesadilla o recibir una visita pueden ser razones para desear más tiempo de pecho. Incluso el perfeccionamiento de una nueva habilidad (como aprender a caminar o saltar) puede provocarle estrés, dificultar el sueño y aumentar la necesidad de tomar el pecho y ser acunado. En estos momentos, la lactancia es una buena manera de ofrecer al niño lo que necesita, y al mismo tiempo mejorar su sistema inmune cuando el estrés lo ha debilitado. En resumen: no espere que el camino de la lactancia del niño mayor y hacia el destete sea una línea recta. Cada niño es diferente, y cabe esperar algunos altibajos.

ES

POSIBLE QUE EL NIÑO EMPIECE A TRAERLE COSAS PARA QUE LES DÉ DE MAMAR, O QUE LE PIDA QUE AMAMANTE A SU OSO MIENTRAS LE AMAMANTA A ÉL. (DIANE UNA VEZ DIO EL PECHO A UN GUSANO MUERTO A PETICIÓN DE SU HIJO, METIÉNDOSELO DEBAJO DE LA CAMISETA UNOS SEGUNDOS Y SACÁNDOLO DE NUEVO, TODAVÍA MUERTO. TODO).

LA LACTANCIA, AL PARECER, NO PUEDE CURARLO

Los niños que maman suelen amamantar a sus muñecas, peluches y juguetes. Si no deciden ofrecerles el ombligo, que tienen más al alcance, es sorprendente la facilidad y precisión con que lo hacen. Lo han aprendido de su madre, y lo han aprendido pronto. Imagine lo fácil que será para ellos la lactancia, en comparación con lo que ha sido para usted y sus amistades. Su hija aprenderá enseguida a dar el pecho, y su hijo comprenderá cómo y por qué ayudar a su pareja. Al amamantar a su hijo durante un período de tiempo normal, está usted reparando la cadena de la lactancia que se rompió en el siglo XX.

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LOS MÁS Y LOS MENOS DEL LACTANTE PREESCOLAR Amamantar a un recién nacido es algo físico casi por completo. Se satisfacen una serie de necesidades, sí, pero todo se reduce a aquí y ahora. Es importante alimentar a un bebé de dos meses cuando indica que tiene hambre para que ingiera suficiente leche, pero con un niño mayor que no depende totalmente de la leche materna, la lactancia puede negociarse razonablemente con: “Espera un minuto”, “Espera a que lleguemos a casa”, “Siento que no podamos ir a casa de la abuela hoy, ¿quieres tomar el pecho mientras te leo un cuento?”. Las negociaciones y acuerdos son adecuados a esta edad y proporcionan flexibilidad. También son una herramienta para ayudar al niño a separar sus necesidades de sus deseos. Claro que no puede esperar si se ha hecho daño; claro que sí puede esperar si usted está acabando de lavar los platos. De este modo, sigue un patrón de maternidad perceptiva mientras el niño madura poco a poco. Hay más “toma y da”… pero también es necesario tener en cuenta sus sentimientos y personalidad. A medida que se convierte en preescolar, y después, la maternidad a través de la lactancia se trata cada vez más de comprender sus sentimientos y emociones tanto como de si tiene hambre o no. Con ello llegan otros cambios en la relación de lactancia. He aquí algunos de ellos.

SIGUE UTILIZÁNDOME DE CAMPAMENTO BASE Una vez los niños aprenden a correr, parecen olvidarse de caminar. Su gran energía y no parar significan que algunas tomas siguen siendo una mera visita al campamento base para cerciorarse de que sigue allí. El niño que busca que le tranquilicen más que buscar leche puede subírsele al regazo, tomar el pecho justo hasta que baja la leche, y luego salir disparado de nuevo, posiblemente dejando una mancha de leche en sus pantalones vaqueros al hacerlo. Pero probablemente habrá aún algunas tomas largas cada día que no sólo representan un momento especial para el niño sino que el pequeño casi las ritualizará a medida que aprecia los patrones y la previsibilidad: “No, siempre empezamos por este lado por la mañana, este es el primer lado por la noche”. Por la mañana es un buen momento para deleitarse antes de que comience del día. Igual que la hora de acostarse. Estas tomas

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suelen ser las últimas, y son los momentos que su hijo dedica a ser bebé otra vez.

HABLAR CON EL LACTANTE Amamantar a un niño pequeño es una ventana al mundo de la lactancia porque es capaz de hablar de ello. Su comprensión y capacidad verbal dan a la madre más flexibilidad en cuanto al momento, el lugar y la manera de amamantar, y sus reflexiones sobre el tema no tienen precio.

DICHO POR ELLOS Bebé de dieciocho meses, al ver los pechos de su madre aparecer por encima en la bañera: aplausos y grandes risas. Niño de dos años, en el carrito de la compra: “Mamá, tus “nanas” son las más bonitas”. Niño de tres años, planificando su futuro: “Cuando sea mayor, seré bombero. Viviré con los demás bomberos, pero vendré a casa a tomar el pecho”. Niño de cuatro años: “Mamá, cuando me das el pecho, el cariño sale de ti y va dentro de mí”.

ATADURAS FÍSICAS RELAJADAS Hay que decirlo: una de las mejores cosas de amamantar a un niño pequeño o preescolar es que no es necesario hacerlo. Ni hay que hacerlo inmediatamente ni hay que hacerlo cada vez. No hace falta amamantar cada dos horas, ni pasarse cuarenta minutos sentada en el sofá. Las madres que lactan no suelen extraerse leche a estas alturas. Las madres que están en casa disponen de una gran flexibilidad. La producción de leche disminuye de modo que se puede pasar cómodamente un día sin lactar. Los alimentos y medicinas que toma la madre y la manera en que se organiza el día no tienen tanta influencia ni relación con las necesidades del niño. Los niños son diferentes en cuanto a su necesidad de contacto y las personas con quienes necesitan este contacto, pero los dos hijos de Diane disfrutaban quedándose a dormir en casa de la abuela mucho antes de ser destetados. La abuela no les daba el pecho, pero tenía tanto que ofrecer (como dejarles dormir en su cama) que no les importaba esperar a que mamá llegase por la mañana. La lactancia se convierte en un viejo zapato: flexible y adaptado a la perfección a los dos.

SENTIMIENTOS CONTRADICTORIOS Amamantar a un niño mayor no siempre es un jardín de delicias. En algunas ocasiones, la madre se sentirá feliz de poder relacionarse con su hijo a este nivel. En otras ocasiones, se preguntará cuándo acabará. Es normal ir de uno a otro extremo. Todos los

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mamíferos parecen experimentar sentimientos contradictorios en las últimas etapas de la lactancia, y las madres se sienten bendecidas unas veces y molestas e impacientes otras veces. Lo suyo es muy natural.

“UNA COSA QUE ME AYUDÓ A AMAMANTAR TANTO TIEMPO A MIS HIJOS FUE MI “LIBRETA AZUL”, EN LA QUE ANOTABA LAS MONERÍAS QUE ME DECÍAN PARA NO OLVIDARLAS. UN DÍA ME DI CUENTA QUE MUCHOS SE REFERÍAN AL MOMENTO DE LA LACTANCIA. AL RELEER LAS PÁGINAS DE LA LIBRETA, ME ACORDÉ DE LO ESPECIAL QUE ES ESTA RELACIÓN”.

TERESA.

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“¡QUIERO TETA!” Un consejo: si sospecha que es posible que acabe amamantando al bebé varios años, empiece a utilizar una palabra para la lactancia desde el principio con la que se sienta cómoda al oírla en boca de su hijo en una reunión familiar o en la tienda de comestibles. En función de su nivel de comodidad, tal vez desee evitar palabras que indiquen tan claramente lo que está pidiendo su hijo. Muchos padres recuerdan con cariño, mucho después de la época infantil, los términos que empleaban sus hijos. En ocasiones, los padres o los niños eligen palabras que no tienen nada que ver con la lactancia en sí, como “cena”, “merienda” o incluso “ñam, ñam”. El niño que decía “noche” impresionó a sus familiares, que pensaban que quería decir que necesitaba una siesta. Algunos padres enseñan al niño a pedir el pecho haciendo un gesto que imita el que se realiza al ordeñar una vaca, así la gente que está con ellos no se percata de lo que se dice. El nieto de Teresa, Xavier, inventó su propio signo para la lactancia golpeándose el pecho.

“ESTABA EN LA TIENDA DE COMESTIBLES COMPRANDO PLÁTANOS CON MI HIJO DE DIECIOCHO MESES. MIENTRAS ESTABA EN LA COLA PARA PAGAR, QUISO TOMAR

EL

PECHO,

PERO

AMAMANTANDO EN PÚBLICO.

PARA

ENTONCES

INTENTÉ

YA

ME

SENTÍA

INCÓMODA

DISTRAERLE HASTA QUE LLEGÁRAMOS

ME SUBÍA LA CAMISETA Y DECÍA: ‘NANAS, NANAS’. LA MUJER QUE TENÍAMOS DELANTE SE GIRÓ Y DIJO: ‘¿POR QUÉ NO LE DAS YA EL PLÁTANO?’. LA MUJER QUE ESTABA DETRÁS DE MÍ DIJO: ‘CREO QUE LO QUE QUIERE NO ES UN PLÁTANO’. ELLA Y YO NOS REÍMOS Y LA MUJER DE DELANTE AL AUTOMÓVIL.

QUEDÓ AVERGONZADA”.

SHERRIE. GIMNASIA DURANTE LAS TOMAS 263

La mayoría de los niños que maman dominan la lactancia y no suponen ninguna incomodidad para su madre, incluso cuando se ponen a “hacer gimnasia” mientras maman (moverse, girarse y casi ponerse de cabeza o hacer la vertical). Puede ser doloroso que el niño vuelva la cabeza para mirar algo que está en el otro extremo de la habitación, sin soltar el pezón. En estas ocasiones, la madre se da cuenta de la elasticidad de la mama. Una ilustración japonesa que data de siglos atrás muestra a una madre sentada en el tocador, con un niño pequeño agarrado al pecho pero mirando a su alrededor. Se nota que el pecho está tirante. Por lo visto, los niños llevan mucho tiempo haciendo lo mismo. A esta edad, los recordatorios del tipo “Con suavidad”, “Abre bien la boca”, tienen un gran efecto, porque la comprensión y la empatía van en aumento.

LACTANCIA EN TÁNDEM El término se utiliza para designar la lactancia simultánea del “antiguo bebé” y el “nuevo bebé”. Para muchas madres la transición del primer hijo hacia esta nueva situación es fácil; ver a los dos hermanos tomándose de la mano o acariciándose mientras toman el pecho resulta conmovedor. Para otras madres, tres es una multitud. No hay una forma correcta ni incorrecta de plantearse esta situación; véase el Capítulo 16 para más detalles y luego siga los dictados de su corazón.

AMAMANTAR AL PREESCOLAR Y TRABAJAR En muchos aspectos, amamantar cuando se trabaja fuera de casa es más fácil a esta edad que cuando el bebé era más pequeño. Ahora su hijo probablemente ya come y bebe toda una serie de alimentos aparte de la leche y no depende tanto de ella. Seguramente ya no necesita extraerse leche, ni para el bebé ni por su propia comodidad. A esta edad, el niño probablemente tendrá sus momentos preferidos para tomar el pecho, y el patrón de las tomas se adaptará mejor a su horario laboral. En ocasiones, el niño se contenta con una toma matutina, antes de que la madre salga de casa, otra cuando lo recoge de la guardería y otra antes de acostarse. Otros niños siguen más o menos su rutina laboral durante la semana e incluso durante el fin de semana, mientras que otros parecen decididos a recuperar el tiempo perdido (y las tomas perdidas) pidiendo el pecho frecuentemente cuando la madre está cerca. Recuerde que los altibajos son normales, e intente ser flexible. Si el pequeño tiene un mal día, es posible que lo amamante más de lo habitual, porque es lo que necesita.

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OBJETOS DE TRANSICIÓN A esta edad, algunos niños tienen otros grandes amigos además de los pechos de mamá – una mantita, un pañuelo, un peluche–. Los objetos de transición se solían recomendar para ayudar a los niños a superar momentos de separación de la madre, y hoy se utilizan mucho. La mayoría de los niños que toman el pecho durante varios años no tienen necesidad de trasladar su lealtad a un objeto externo; cuando se destetan, su necesidad de seguridad ya ha pasado. Las madres lactantes a veces dicen, “Yo soy su mantita”. Un lactante mayor, incluso tras el destete, puede tranquilizarse acariciando el pecho de su madre o apoyando sobre él su cabeza. Los niños, tiempo después de ser destetados, pueden seguir respirando hondo para inhalar el aroma de su madre al llegar a casa del colegio. Es posible que también la madre aprecie más sus pechos y cuerpo que antes de tener hijos. Al fin y al cabo, han sido un hogar para ellos durante una buena temporada.

“CUANDO JEREMY TENÍA TRES AÑOS, LE LLEVÉ A UNA EXCURSIÓN ORGANIZADA POR EL COLEGIO DE SU HERMANO DAN AL PUEBLO IROQUÉS DE LONGHOUSE. LA GUÍA EMPEZÓ A EXPLICAR A LOS NIÑOS LOS RECURSOS QUE LA TRIBU IROQUESA HABÍA BUSCADO AL ASENTARSE EN SU NUEVO HOGAR.

»‘¿QUÉ

SE NECESITA PARA SOBREVIVIR?’, PREGUNTÓ A LOS NIÑOS. COSA ES IMPORTANTE TENER SIN LA CUAL NO SE PUEDE VIVIR?’

‘¿QUÉ

»JEREMY INMEDIATAMENTE LEVANTÓ LA MANO. LA GUÍA LE SEÑALÓ. ‘¿SÍ?’ »‘¡LECHITA!’, DIJO (ES LA PALABRA CON QUE SE REFIERE A LA LACTANCIA). »‘PERDONA, ¿PUEDES REPETIRLO?’ »‘SÍ, ¡LECHE!’, DIJO JEREMY. »‘SÍ, SE NECESITA ALGO PARA BEBER. AUNQUE NO NECESARIAMENTE TIENE QUE SER LECHE’, DIJO LA GUÍA. ‘¿HAY ALGUNA OTRA COSA SIN LA QUE NO SE PUEDE VIVIR?’

»‘NO,

NO ES ALGO PARA BEBER, ¡LECHITA!’, DIJO

VER QUE NO LE COMPRENDÍAN.

JEREMY,

FRUSTRADO AL

SU HERMANO DAN LE TIRÓ DE LA CAMISETA, NO

QUERÍA QUE JEREMY ENTRARA EN MÁS DETALLES ACERCA DE LA IMPORTANCIA DE LA

‘LECHITA’. PERO

TUVE QUE SONREÍR AL PENSAR QUE LA LACTANCIA

OCUPABA EL PRIMER LUGAR EN LA LISTA DE COSAS SIN LAS QUE PODRÍA VIVIR”.

JEREMY

NO

WANDA 265

266

PREOCUPACIONES A PARTIR DE LOS DIECIOCHO MESES Estas preocupaciones son las que suelen motivar consultas en las reuniones de la LLL entre las madres con bebés de más de dieciocho meses de edad. Si aquí no encuentra sus preguntas, es posible que las halle en el Capítulo 18. Si tampoco están allí, navegue por los foros de http://www.llli.org o llame a su Líder de la LLL.

DE REPENTE TENGO LOS PEZONES ADOLORIDOS ¿Es posible que esté embarazada? Ahora, la lactancia es menos eficaz como método anticonceptivo, aunque todavía no haya vuelto a tener la regla. Si está usted embarazada, no suele ser necesario destetar al niño (véase el Capítulo 16). No obstante, el embarazo puede afectar la lactancia. El dolor en los pezones suele remitir, aunque es posible que las molestias perduren a lo largo de todo el embarazo. Muchas madres embarazadas (no todas) también describen una especie de hormigueo que puede convertir la lactancia en algo desde medianamente desagradable a totalmente insoportable. Puede que sea el modo del organismo de decir: de uno en uno, por favor. Pero a veces los embarazos ocurren antes de que la madre o el niño estén preparados para el destete. Distraerse o reducir la lactancia al menos de forma temporal puede ser de ayuda si se siente inquieta. Normalmente la producción de leche disminuye porque los pechos se reorganizan para un nuevo proceso de lactancia. Algunos niños se destetan entonces, mientras que a otros no les importa. Véase la sección sobre pezones adoloridos del Capítulo 10 para más información. Si el motivo del dolor no parece ser ninguno de los expuestos, la Líder local de la LLL podrá ayudarla a repasar otras posibilidades.

¿QUÉ LE PASA A MI PRODUCCIÓN DE LECHE? Los pechos siguen participando en el proceso de lactancia llegado este punto, pero a medida que pasan los meses y los años, producen menos leche porque el niño mama con menor frecuencia. De todos modos, la leche ya no es tan importante. Pregunte a un lactante infrecuente si chupa leche, y seguramente le responderá “Sí, ¡muy buena!”. Pero

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lo más probable es que interprete su experiencia lactante como algo delicioso, y no es capaz de discernir qué parte es amor y qué parte es líquido. Algunos niños toman el pecho durante años mucho después de habérseles oído tragar leche, pero la experiencia les resulta consoladora. También lo es para las madres, y ninguna de las partes implicadas sabe ni le importa cuándo fue la última vez que la toma incluyó leche. Obtenga más información acerca del destete en el Capítulo 16.

“CUANDO

MI HIJA LISETTE FUE ALGO MAYOR, LE HACÍA SABER CUÁNDO LA PERSONA A LA QUE ÍBAMOS A VISITAR NO SE SENTÍA CÓMODA AL VER A UN NIÑO DE SU EDAD TOMANDO EL PECHO. ELLA ENSEGUIDA CAPTÓ EL CONCEPTO QUE LA LACTANCIA ERA ACEPTADA POR ALGUNAS PERSONAS Y NO LO ERA POR OTRAS.

UN DÍA VINO A VERME UNA AMIGA Y LE PREGUNTÓ: ‘¿TE INCOMODA VER TOMAR EL PECHO A NIÑOS MAYORES?’ ESO CIERTAMENTE HIZO QUE SE DESCUBRIERA EL SECRETO”.

DOMINIQUE.

A CAUSA DE LAS CRÍTICAS LACTAMOS CASI EN SECRETO Cuando sus hijos alcanzan cierta edad, a muchas madres no les gusta que todo el mundo sepa que les siguen amamantando. Les dan el pecho en casa, pero cuando salen explican a los niños que deberán esperar para volver a tomar el pecho hasta que vuelvan a tener un espacio privado. Esto es cada vez más fácil. La mayoría de la gente asume que un niño de dieciocho meses, dos o tres años hace tiempo que ya no lacta, de modo que si no la ven dándole el pecho, es improbable que pregunten algo. Pero sí es un problema cuando al niño le cuesta esperar hasta llegar a casa. Incluso los pequeños que suelen adaptarse a ello pueden mostrarse desesperados si no se encuentran bien, necesitan una siesta o han tenido un día difícil por el motivo que sea. Si decide darle el pecho en secreto, lo mejor es tener un plan de emergencia por si acaso. Si están de compras y el niño insiste en mamar, tiene la posibilidad de coger una prenda de ropa y dirigirse a los probadores donde gozarán de intimidad. Si está en casa de unos amigos que no ven con muy buenos ojos la lactancia con niños mayores, diga

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que quiere ir a tumbarse un rato con el niño, que necesita una siesta. No tiene por qué explicar que va a darle el pecho para que se duerma. A medida que pase el tiempo, es posible que opte por educar amablemente a la gente en lugar de fingir. Haga lo que en cada situación le resulte más cómodo. Para muchas madres, las reuniones o grupos de juego de la Liga de La Leche son de gran ayuda cuando tienen lactantes de esta edad; algunos grupos de la LLL incluso los forman madres de niños mayores o se organizan reuniones con padres y madres donde se trata más el tema de cómo amamantar al niño mayor que el tema de los conductos obstruidos. Como dijo una madre: “Espero con ilusión estos encuentros mensuales que son como un oasis de lactancia en un mundo desértico”.

“ERIC

A VECES SE ME ACERCABA CUANDO TENÍAMOS VISITAS EN CASA Y ME

‘MAMÁ, ¿ESTOS SON AMIGOS DE LA LIGA?’ SI DECÍA QUE SÍ, SE ME SUBÍA AL REGAZO PARA TOMAR EL PECHO. SI LE DECÍA QUE NO, SACUDÍA DECÍA AL OÍDO:

LA CABEZA FILOSÓFICAMENTE Y SE IBA”.

DIANE.

¿ES PRUDENTE LIMITAR ALGUNOS COMPORTAMIENTOS DEL LACTANTE? Los problemas de disciplina relacionados con la lactancia surgen más a menudo a medida que el niño crece. ¿Qué hacer si se vuelve exigente e insiste en tomar el pecho YA? ¿Debería marcarle límites acerca de cada cuándo y dónde puede tomar el pecho? Cada relación de lactancia es diferente, y la madre sabrá enseñarle a su hijo buenas formas a la hora de mamar según la personalidad del pequeño. Tal vez el niño está cansado y hambriento y ha perdido la paciencia, y el pecho es lo que ahora necesita para recuperarse. Tal vez necesita que le recuerden lo acordado –que se mama en casa, por ejemplo, pero no en el centro comercial–. Tal vez está aburrido y necesita una distracción. Tal vez significa que la madre debe revisar los límites establecidos. Es posible que pensara que su hija podría esperar a llegar a casa de la guardería para tomar el pecho, pero ella le hace saber que necesita tomar el pecho ahora mismo y no puede esperar a llegar a casa. Tal vez ha tenido un mal día y necesita este

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recurso extra para reconectarse con usted. La hora de tomar el pecho sigue siendo un momento para ambos para aprender a negociar, ser pacientes, aceptar, hacer excepciones y comprometerse, grandes conceptos para una persona tan pequeña, pero la lactancia es una relación familiar reconfortante a través de la cual aprenderlos.

MI HIJO ES DEFINITIVAMENTE UN TRAVIESO Si su hijo era una travieso los primeros meses (como se describía en el Capítulo 7), es posible que siga siéndolo ahora. Es un niño pequeño que grita cuando otros lloriquean, o que no suele dormir la siesta, o que sigue concediéndole menos descansos que el hijo de la vecina, o que aún pasa de cero a cien repentinamente. Ahora, amigos y familiares pueden comentar que usted se rinde con demasiada facilidad, que está mimando al niño, que necesita aprender a consolarse solo. Pero usted es la que le conoce mejor. Usted se apoya en la experiencia de innumerables madres: nuestro instinto rara vez nos dirige mal.

MI HIJO SIGUE SIENDO UNA ORQUÍDEA Como Conrad. No le gustaba sentarse en el cochecito porque estaba demasiado lejos de su madre. Por eso, ella seguía llevándolo en brazos o en una mochila. Cuando otros niños de su grupo de juego se distraían en el centro de la sala, él se sentaba junto a su madre, observaba y escuchaba. Ella respetaba sus decisiones y pensaba que todavía no estaba preparado para alejarse más. Una de las madres del grupo la vio subirse al autobús escolar cuando Conrad tenía ocho años, y le dijo a su madre: “Bueno, parece que al final ha salido normal”, “Oh, no, más que eso”, respondió su madre: “Es… (buscó la palabra adecuada) un niño brillante”. Los niños sensibles suelen ser los primeros en disfrutar de experiencias de independencia, y esto sorprende no sólo a los críticos de siempre pero también a sus madres. ¿Hemos dicho ya lo acertado que suele ser nuestro instinto?

ALGUNOS BUENOS LIBROS PARA LACTANTES MAYORES Juegos para desarrollar la inteligencia del niño de 1 a 2 años, Jackie Silbeg. Ediciones Oniro, Barcelona 2005. Mi niño no habla bien, Mariana Vas Antúnez. Editorial La Esfera de los Libros, S.

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L., Madrid 2009. En inglés: Adventures in Gentle Discipline: A Parent-to-Parent Guide, Hilary Flower. Adventures in Tandem Nursing: Breastfeeding During Pregnancy and Beyond, Hilary Flower. How Weaning Happens, Diane Bengson. Michele: The Nursing Toddler—A Story About Sharing Love, Jane Pinczuk. Mothering Your Nursing Toddler, Norma Jane Bumgarner.

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EDUCAR NIÑOS QUE NOS GUSTEN DE ADULTOS Los libros y consejos de disciplina que ofrecen sistemas únicos para solucionar cada situación no suelen tener en cuenta las diferentes personalidades y situaciones. Si se reacciona del mismo modo ante un niño sensible que ante uno más tranquilo y relajado, no se obtendrán los mismos resultados. Como padres de nuestros hijos, les conocemos mejor que nadie. Saber lo que el niño necesita y que subyace bajo su comportamiento significa que podemos proporcionarle una guía amorosa que le enseñe a comportarse adecuadamente dentro de los límites y capacidades que lo definen. Aparte de la garantía de que no sirven para todos los niños, los enfoques sistematizados no pueden ofrecernos ninguna otra. Se dará cuenta de que educar a los hijos consiste en tropezar constantemente por un paisaje donde las normas parecen no cesar de cambiar. “Sinceramente, no sé qué hacer (confesó una madre a sus hijos durante una discusión acalorada entre hermanos). Esto no está en el libro de instrucciones”. Los niños son personas, con sentimientos, capacidades y limitaciones que varían de un niño a otro, de un mes al siguiente, de un momento a otro. Si comprendemos esto y nos centramos en buscar la necesidad que origina el comportamiento, si nos mostramos cariñosos y coherentes, si les respetamos como personas que están intentando tan bien como saben adaptarse a este extraño planeta donde están con nosotros, si saben que les queremos, lo más probable es que todo llegue a buen fin independientemente de los tropiezos que nos aguarden en el camino.

“CUANDO MIS HIJOS ERAN PEQUEÑOS, MI HERMANA ME DIJO QUE INTERVENÍA DEMASIADO Y QUE TENÍA QUE DEJARLES APRENDER A SER INDEPENDIENTES. A MÍ ME PARECÍA CORRECTO DORMIR CON MIS DOS NIÑOS Y AMAMANTARLOS HASTA QUE ELLOS DECIDIERAN DEJAR DE HACERLO, INTENTAR SER SU GUÍA Y NO SU SARGENTO, ESCUCHAR MIS INSTINTOS Y NO A LOS ADULTOS QUE ME RODEABAN.

LOS QUISE DE BEBÉS, DISFRUTÉ DE ELLOS COMO ESCOLARES, ME DIVERTÍ CON ELLOS DE ADOLESCENTES Y LOS RESPETÉ DE ADULTOS. CUANDO TENÍAN DIEZ O 272

DOCE AÑOS, ME DI CUENTA DE QUE YA NO LES ESTÁBAMOS EDUCANDO.

TENÍAN

UNA BASE SÓLIDA, (ES LA MEJOR FORMA DE DESCRIBIRLO) Y FUE COMO SI SU PADRE Y YO NOS HUBIÉSEMOS LIMITADO A LIMAR ASPEREZAS A PARTIR DE

POR ENCIMA DE TODO, DISFRUTÁBAMOS DE ELLOS. MUCHO TIEMPO DESPUÉS, MI HERMANA ME ESCRIBIÓ UNA CARTA DICIENDO: ‘SIEMPRE PENSÉ QUE TENÍAS UNA EXTRAÑA MANERA DE EDUCAR A TUS HIJOS. PERO DEBO DECIR QUE ENTONCES.

SE HAN CONVERTIDO EN DOS JÓVENES MARAVILLOSOS’”

TAMARA.

ALGUNOS BUENOS LIBROS PARA EDUCAR NIÑOS QUE NOS GUSTEN DE ADULTOS Amar sin miedo a malcriar, Yolanda González. Editorial RBA Libros, Barcelona 2010. Bésame mucho. Cómo criar a tus hijos con amor, Carlos González. Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2003. Celos entre hermanos, Adele Farber y Elaine Mazlish. Ediciones Alfaguara, Madrid 2001. Comer, amar, mamar, Carlos González. Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2009. Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen, Adele Farber y Elaine Mazlish. Ediciones Medici, Barcelona 1997. Comunicación no violenta, Marshall Rosenberg. Ediciones Urano, Barcelona 2000. Con el cariño no basta, Nancy Samalin. Ediciones Medici, Barcelona 1997. Crecer sin pelear, Elizabeth Crary y col. Editorial RBA Libros, Barcelona 1998. Educar con inteligencia emocional, Maurice Elias y col. Círculo de Lectores, Barcelona 2002. Educar día a día de los diez a los trece años, Robin Goldstein. Ediciones Medici, Barcelona 1998. Educar niños hasta los diez años sin lágrimas, Elizabeth Pantley. Ediciones Medici, Barcelona 2009. El niño desde el nacimiento hasta los tres años: preguntas y respuestas, Martha y William Sears. Ediciones Urano, Barcelona 1999. El niño feliz, su clave psicológica, Dorothy Corkille Briggs. Editorial Gedisa, S.A., Barcelona 1986.

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El niño tozudo, Mary Sheedy Kurcinka. Ediciones Medici, Barcelona 2004. El poder de las caricias, Adolfo Gómez Papí. Espasa Calpe, S.A., Madrid 2010. Entre padres e hijos, Haim G. Ginott, Alice Ginott, H. Wallace Goddard. Ediciones Medici, Barcelona 2005. Entre tu pediatra y tú, Carlos González. Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2010. La autoestima de tu hijo, Michelle Borba. Editorial Paidós Ibérica, Barcelona 2001. La ciencia de ser padres. Consejos prácticos sobre el sueño, el llanto, el juego y la consecución de bienestar emocional para toda la vida, Margot Sunderland. Editorial Grijalbo, Barcelona 2007. La felicidad de nuestros hijos, Wayne Dyer. Random House Mondadori, Barcelona 2001. La inteligencia emocional de los niños, Will Glennon. Ediciones Oniro, Barcelona 2009. Los conflictos cotidianos con los niños, Nancy Samalin. Ediciones Medici, Barcelona 1998. Los secretos de los buenos padres, Alan Davidson. Ediciones Medici, Barcelona 1998. Nuestros hijos y nosotros, Meredith Small. Editorial Vergara Vitae, 1999. Padres liberados, hijos liberados, Adele Faber y Elaine Mazlish. Ediciones Medici, Barcelona 2003. Para ser una familia ganadora, Louise Hart. Editorial Plural de Ediciones, Barcelona 1993. Querer sin malcriar, Nancy Samalin. Ediciones Medici, Barcelona 2003. En inglés: Hold On to Your Kids, Gordon Neufeld y Gabor Mate. Kids Are Worth It! Giving Your Child the Gift of Inner Discipline, Barbara Coloroso. Living with the Active Alert Child, Linda S. Budd. Mommy Breastfeeds My Baby Brother, Mark Repkin. The Discipline Book: How to Have a Better-Behaved Child from Birth to Age Ten, Martha Sears y William Sears. The Successful Child: What Parents Can Do to Help Kids Turn Out Well, William Sears, Martha Sears y Elizabeth Pantley.

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Unconditional Parenting, Alfie Kohn.

© Liga de la Leche Panama

“He observado a mis vecinas, quienes realmente no tomaron a sus hijos en brazos al principio; se dieron cuenta que una vez al tener a sus hijos preadolescentes y adolescentes, las cosas estaban fuera de control. Ellas se volvieron más estrictas, pero esto sólo causó más desdichas. Era demasiado tarde. Yo he considerado que mi trabajo ha sido tomar a mis hijos en brazos y tenerles muy cerca de mí para luego irlos soltando a medida que van madurando hasta que estén listos para irse de casa y volar de su nido”. Lisa lo explicaba formando un cuenco con las manos e iba abriendo los brazos a medida que ampliaba el círculo. Acabó con los brazos completamente estirados, soltando amablemente lo que había contenido en el cuenco.

“MI MADRE ME DIJO QUE UNA VIEJA ENFERMERA SUECA LE HABÍA DICHO: ‘CUANDO TIENES UN BEBÉ, NECESITAS MUCHA AYUDA. CUANDO TIENES EL SEGUNDO, PUEDES CUIDAR DE ÉL SOLA. CUANDO TIENES EL TERCERO, PUEDES AYUDAR A OTRAS MADRES’”.

JAN.

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TERCERA PARTE

LAS GRANDES CUESTIONES

www.istockphoto.com / oksun70

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DOCE

DORMIR COMO UN BEBÉ

© Angelica Garcia

“¡Pobre ‘Napkin’! Supongo que sabes que ‘Napkin’ es el bebé de Luis Napoleón; pero quizá no sepas que su madre no lo amamanta. Me pregunto si su madre se da cuenta de lo que se pierde al no hacerlo. Me pregunto si sabrá lo dulce que es despertarse de noche con la suave mano del bebé en el cuello y su cabeza sobre el brazo. Me pregunto si sabrá lo precioso que es un bebé cuando se despierta por la mañana y levanta la cabeza… y mira a mamá con ojos luminosos y mejillas rosadas, como si fuera una tierna flor cubierta de rocío. Me pregunto si sabrá lo delicioso que resulta darle el desayuno a este pillín hambriento. No, no; ¡pobre Eugenia!, ¡pobre emperatriz! No sabe nada de todo esto. Ha pasado todo el dolor de una madre y no tendrá ninguno de los placeres. Ha contratado a una mujer para que amamante y duerma con el pequeño ‘Napkin’”. Sara Parton, 1857.

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un bebé (colecho), puede ser un placer. Pero si este año pensaba recuperar sueño, tener un bebé va a estropearle los planes. “Dormir como un bebé” en realidad significa despertarse con frecuencia a lo largo de la noche y sentir la necesidad que tiene un bebé de que le den de mamar, lo abracen, lo paseen o lo mezan. Habrá oído que los recién nacidos duermen gran parte del día, como los que salen en la televisión. Entonces ¡sorpresa! llega su bebé REAL y no es como los que ha visto en la tele. Una de las quejas más comunes entre los padres recientes es la falta de sueño y el agotamiento, independientemente del método de alimentación del bebé, y naturalmente, existe toda una industria que promete ayudar a los padres a “solucionar los problemas de sueño de su hijo”. Hay cientos de libros, vídeos y sitios web con consejos para conseguir que el bebé duerma solo, duerma más horas seguidas y vuelva a dormirse si se despierta. No dicen que su bebé no tiene ningún problema de sueño. El bebé no tiene insomnio ni trastornos del sueño. Simplemente se comporta como los bebés de todo el mundo se han comportado desde el principio de los tiempos. DORMIR CON

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¿QUÉ ES LO NORMAL? Como en otros aspectos de la vida, lo normal incluye un amplio abanico de situaciones. Como muestra un estudio realizado, el promedio de horas de sueño para un bebé de un mes de edad es de unas catorce horas cada veinticuatro; pero algunos bebés normales y sanos duermen más de diecinueve horas, y otros, igualmente normales y sanos, duermen sólo nueve horas de cada veinticuatro. ¿Con quién duermen más fácilmente? Con mamá. Hay motivos para que sea así. Los bebés humanos nacen en una fase de desarrollo más temprana que otros mamíferos. Nuestros bebés disponen de cerebros muy grandes y complejos, y sus madres tienen una pelvis lo suficientemente estrecha para poder andar sobre las dos piernas. La cabeza de un bebé en desarrollo debe pasar por esta pelvis antes de que crezca demasiado. Por ello, los bebés nacen cuando su cerebro ha crecido un 25% de su tamaño final. Un chimpancé o gorila, en comparación, nace cuando su cerebro ha crecido hasta la mitad. Los cerebros de nuestros bebés no están tan bien desarrollados hasta que cumplen los nueve meses de edad. Durante este tiempo, el bebé cuenta con la madre para que lo mantenga seguro y estable, día y noche, como lo hizo durante el embarazo. Sin ella, su ritmo cardíaco y respiratorio, y su temperatura son menos estables. Sin ella, es más propenso a entrar en fases de sueño profundas que no son normales ni sanas para un recién nacido. Puede sobrevivir sin ella, pero su nivel de estrés aumenta (cosa que parece afectar su capacidad para afrontar situaciones estresantes más adelante), y su crecimiento se vuelve lento. De noche, el bebé “espera” permanecer seguro cerca de su madre, y despertarse cuando lo necesite para tomar el pecho o reconectarse con ella. Tener al bebé cerca por la noche y dejarlo tomar el pecho hasta que se duerme satisface sus necesidades fisiológicas y emocionales. Disponer de un sistema fiable para facilitar el sueño a un bebé cansado (de día o de noche) supone también una utilísima herramienta para la madre. A pesar de todo ello, desde aproximadamente el año 1900, el consejo que se ha dado a los padres en la mayoría de las culturas occidentales ha sido que los bebés duerman por separado y sin despertarlos por la noche, empezando cuanto antes mejor,

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con la idea de que esto les ayudaría a llegar a ser independientes antes. No ha funcionado muy bien; la verdadera independencia llega cuando las necesidades del bebé se satisfacen por completo, siguiendo un horario que varía de un bebé a otro. Al dormir separados de la madre, la lactancia se pone en riesgo. Algunos estudios han demostrado la relación entre esta separación y el descenso de la lactancia, y el destete temprano, además de resultar estresante tanto para la madre como para el bebé.

“LAS

NOCHES DEL PRIMER MES Y MEDIO FUERON MUY DIFÍCILES.

MAX

Y YO

NECESITÁBAMOS ENCONTRAR NUESTRO RITMO. A MEDIDA QUE CRECÍA, APRENDÍ A CONSOLARLO Y LA LACTANCIA IBA FUNCIONANDO MEJOR. ENCANTO”.

AHORA

ES UN

KASEY.

281

LA CONEXIÓN ENTRE EL SUEÑO Y LA LACTANCIA ¿Qué relación tiene el sueño con la lactancia? Pues, resulta que sueño y lactancia están conectados de formas sorprendentes. Por ejemplo, un estudio británico descubrió que los bebés designados aleatoriamente para dormir separados de sus madres los primeros días de vida presentaban la mitad de probabilidades de ser bebés amamantados a los cuatro meses que los que habían sido designados para dormir estos primeros días con sus madres. Los bebés que durmieron en cunas adaptadas al lateral de la cama estos primeros días, presentaron más probabilidades de ser amamantados a los cuatro meses que los que durmieron separados de sus madres, pero menos que los que durmieron en la cama de la madre. ¿A qué se debe la diferencia? Podría deberse al tiempo acumulado de lactancia. Los receptores de oxitocina se establecen los primeros días de lactancia como respuesta a la frecuencia de la extracción de leche, y los bebés que dormían en las cunas, tomaban el pecho con menor frecuencia. Pero seguro que las madres de los bebés que dormían en las cunas descansaron mejor. Según el estudio, ¡no! Los bebés que duermen en una cuna tienen que desperezarse y llamar más la atención para que la madre los atienda, cosa que significa que luego tardan más en volver a sosegarse. Las madres tienen que sentarse en la cama, levantar al bebé de la cuna y volver a meterlo en la cuna (a veces se golpea al pequeño en el proceso). Por tanto, ellas también se desvelan más. Tener al bebé en una cuna separada las primeras noches (y, en consecuencia, amamantarlo menos) reduce el período de lactancia y la madre no descansa más. El doctor James McKenna, investigador del sueño y experto en sueño infantil, afirma que los bebés que duermen cerca de sus madres (colecho), toman el pecho con más frecuencia y durante más tiempo por la noche que los bebés que duermen solos. Pero las madres que tienen a los bebés en su cama duermen más que las que tienen al bebé en otra habitación, a pesar de pasar más tiempo dándoles el pecho.

¿USAR UNA CUNA ADAPTADA AL LATERAL DE LA CAMA ES LO MISMO QUE PRACTICAR EL COLECHO?

282

Sí y no. La cuna anexa es más cómoda para la lactancia que una cuna situada en el otro extremo de la habitación. El bebé oye a la madre moverse y respirar, cosa que es muy importante; los bebés de menos de seis meses de edad que duermen cerca de la madre y la oyen moverse y respirar presentan menos riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante porque los sonidos estimulan su respiración. Pero el bebé debe mantener la temperatura por sí solo, y no se siente tan seguro sin el cuerpo de la madre rodeando el suyo. Para mamar tienen que desvelarse ambos mucho más que si el bebé durmiera en la misma cama. El colecho funciona mejor cuando la madre y el bebé mantienen el contacto físico. Para algunas madres y bebés, las tomas nocturnas son importantes para la producción total de leche. Cada mujer tiene una “capacidad de almacenamiento” diferente, y si bien casi todas las madres pueden producir la leche necesaria para sus bebés, la cantidad que se puede almacenar y dársela al bebé en una sola toma, varía mucho. Esto significa que algunas de nosotras necesitamos amamantar con mayor frecuencia que otras y para algunas, saltarse una o dos tomas nocturnas significa que el bebé no obtendrá suficiente leche en conjunto. Algunos lactantes a los que se ha enseñado precozmente a dormir toda la noche acaban experimentando problemas de aumento de peso. Se suele decir a las madres o bien que no producen suficiente leche o bien que la calidad de su leche no es lo bastante buena, y que por eso se despierta de noche el bebé. A menos que el bebé dé otras señales de no estar ingiriendo suficiente leche, la cantidad de leche no es probable que sea la causa de sus despertares nocturnos. Como la leche se produce a partir de la sangre materna, hablar de “calidad de la leche” es tan sospechoso como hablar de “calidad de la sangre”.

“CUANDO

NACIÓ ÁNGELA, TOMABA BIEN DEL PECHO Y AUMENTÓ DE PESO RÁPIDAMENTE, PERO SE DESPERTABA MUCHO DE NOCHE PARA LACTAR. A LOS TRES MESES, SE LO COMENTÉ A UN GRUPO DE MADRES DE

MOTHERS MORNING

OUT . LA ORGANIZADORA ME ACONSEJÓ QUE ENSEÑARA A MI HIJA A DORMIR TODA LA NOCHE ACOSTÁNDOLA A UNA HORA FIJA Y DEJANDO QUE ‘APRENDIERA A CALMARSE SOLA’.

»LAS PRIMERAS NOCHES FUERON DIFÍCILES. ÁNGELA LLORABA MÁS DE LO QUE ESPERABA. PERO LA CUARTA NOCHE, ÁNGELA APRENDIÓ A CHUPARSE EL 283

DEDO HASTA QUEDARSE DORMIDA. NOCHE.

ME SENTÍ FELIZ AL PODER DORMIR TODA LA

ÁNGELA AHORA TAMBIÉN SE CHUPABA LOS DEDOS DE DÍA Y LLORABA

MENOS QUE ANTES.

»TODO PARECÍA FUNCIONAR BIEN HASTA LA REVISIÓN DE LOS CUATRO MESES. ME SORPRENDIÓ DESCUBRIR QUE HABÍA PERDIDO 30 GRAMOS EN CINCO SEMANAS. EL PEDIATRA SUGIRIÓ COMPLEMENTAR SU ALIMENTACIÓN CON BIBERÓN.

»DECIDÍ LLAMAR A LA LÍDER DE LA LLL. ME DI CUENTA DE QUE ÁNGELA NO SÓLO TOMABA EL PECHO MENOS DE NOCHE SINO QUE TAMBIÉN TOMABA MENOS DE DÍA. AHORA, CUANDO SE CHUPABA EL DEDO, LO INTERPRETABA COMO UNA SEÑAL DE HAMBRE; Y TRASLADÉ LA CUNA A MI HABITACIÓN PARA DARLE EL PECHO CADA NOCHE. ACABÉ DÁNDOLE EL PECHO CON MÁS FRECUENCIA DE LO QUE HABÍA PREVISTO; CUANDO ÁNGELA SE DIO CUENTA DE QUE ME TENÍA CERCA Y LA LECHE ESTABA DISPONIBLE, EMPEZÓ A DESPERTARSE Y LLORAR MÁS. SÍ, SEGUÍ DESPERTÁNDOME POR LA NOCHE Y ME SENTÍA CANSADA, PERO DESCANSABA MEJOR PORQUE NO TENÍA QUE SALIR DE LA HABITACIÓN.

YA HA

ESTOY SEGURA DE QUE LLEGARÁ UN DÍA EN QUE YA NO NECESITARÁ TOMAR EL PECHO DE NOCHE. PERO TODAVÍA RECUPERADO EL RITMO DE AUMENTO DE PESO. NO HA LLEGADO”.

VERA.

284

¿DÓNDE DEBERÍA DORMIR EL BEBÉ? En la mayoría de los países del mundo, esta pregunta ni siquiera se plantea, de noche, los bebés duermen junto a sus madres, y punto, como lo han hecho a lo largo de casi toda la historia. Hace relativamente poco, se inventaron las cunas para que el bebé durmiera separado de la madre. Se utilizaban casi universalmente en los países occidentales hace unas décadas cuando la tasa de lactancia materna era muy baja, pero al ir aumentando la popularidad de la lactancia materna, también lo hizo la de la vieja idea de “cama familiar”. No es de sorprender que, al tener al bebé cerca, la lactancia nocturna resulte más fácil. Esto no significa que el bebé necesite dormir en la cama de los padres para lactar con éxito. Pero el hecho de estar cerca de la madre, en una cuna en la misma habitación, en un moisés junto a la cama, en una cuna adaptada al lateral de la cama o en la cama de los padres, facilita mucho a la madre ser consciente de las señales de hambre que emite el bebé y responder a ellas amamantándolo por la noche. También significa que la madre dormirá más, no tendrá que desvelarse, caminar hasta la cuna, coger al bebé, sentarse y alimentarlo, devolverlo a la cuna y acostarse de nuevo. Cuando el bebé está en la cama con la madre, esta lo amamanta, él se duerme y la madre cierra los ojos y se duerme. Si el pequeño se despierta, lo consolará el sonido de la respiración de su madre (la respiración que escuchó durante meses desde el útero) y su aroma. Puede llegar a tocarla para tranquilizarse y acercarse si se siente alejado. Es lo que siempre han hecho los bebés. Si quiere que el bebé duerma en una cama propia, dele pecho sobre una toalla, cambiador o manta. Cuando se duerma, cójalo, con toalla y todo, y llévelo a su cuna. La superficie caliente va con él, de modo que se ahorra el frío de la cuna y el cambio de olores.

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PERO ¿ES SEGURO DORMIR CON EL BEBÉ? Le sorprenderá saber que la seguridad del bebé en la cama de los padres depende en parte de cómo se lo alimente. Algunos estudios indican que la madre que duerme con el bebé y le da el biberón tiende a acostarlo cerca de las almohadas, con el consiguiente riesgo de asfixia, y puede o no dormir de cara al pequeño. La madre lactante pasa gran parte de la noche de cara al bebé. Dobla una pierna y coloca el codo inferior hacia delante, de modo que crea un “fuerte” dentro del cual el bebé queda protegido, y el pequeño duerme a la altura del pecho de la madre, cosa que reduce el riesgo de asfixia. James McKenna, investigador del sueño infantil y autor del libro Dormir con tu bebé, denomina a la madre “arquitecta del sueño” de su hijo, porque lo ayuda a mantener un ritmo de sueño sano, no excesivamente profundo, desde el principio, y poco a poco lo conduce a patrones del sueño más maduros. Una madre lactante sobria no constituye ningún peligro para su hijo. No aplastará al bebé. Aunque su pareja puede no ser tan consciente de la presencia del bebé cuando duerme, por lo que, los primeros meses, es mejor que el pequeño duerma junto a la madre. Las precauciones que enumeramos a continuación bajo el título “Consejos para dormir sin peligros con el bebé” pueden parecer desalentadoras. Pero si es usted una madre lactante no fumadora que duerme en un colchón normal y no toma nada para ayudarla a dormir, la mayoría de los problemas potenciales quedan fuera de su caso. Si existen factores de riesgo que no pueda controlar, intente encontrar otras maneras de mantener al bebé cerca de noche.

CONSEJOS PARA DORMIR SIN PELIGROS CON EL BEBÉ Nótese que esta lista se refiere principalmente a los riesgos de asfixia, no de SMSL. Ambos peligros suelen confundirse, pero el SMSL no tiene nada que ver con la asfixia. Las medidas de sentido común que siguen la ayudarán a proteger al bebé de accidentes con los muebles o la ropa de cama. No debe meterse en la cama nadie que haya estado bebiendo o haya tomado fármacos que puedan afectar el estado de alerta.

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No debe meterse en la cama nadie que fume, aunque no fume en la cama. No debe meterse en la cama alguien que esté tan fatigado o enfermo que le resulte difícil despertarse con rapidez. No duerma con el bebé en un sofá, sillón, hamaca, colchón blando o cama de agua. No use un edredón ni colcha gruesos (es mejor emplear unas cuantas capas de mantas). No apoye la cabeza del bebé en una almohada. Cerciórese que las sábanas ajusten bien. No admita mascotas en la cama. Cerciórese que no queden huecos entre el colchón y el cabecero de la cama o entre la cama y la pared donde el bebé pudiera quedar atrapado. No duerma con un niño mayor en la misma cama; si lo hace, debe haber un adulto entre el bebé y el otro niño. No envuelva al bebé. No deje al bebé solo en la cama. Incluso un recién nacido puede caerse de la cama o adoptar una posición peligrosa. Abrigue al bebé de manera similar a la que se abrigue usted, su cuerpo le proporcionará suficiente calor.

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¿POR QUÉ NO DEJARLO DORMIR SOLO? Algunas madres acuestan al bebé en su cuna en “la habitación del bebé” y lo traen a su cama la primera vez que se despierta, donde dejan que se quede hasta la mañana. Pero el bebé que se duerme completamente solo tiene que despertarse sólo para poder dormir con sus padres. Despertarse es más difícil durante los primeros seis meses, sin la compañía de los ruidos y movimientos de la madre. Si se aplica este sistema, el bebé puede dormir la noche de un tirón, no despertarse para tomar el pecho y pasar toda la noche solo. Tal vez esto le parezca un regalo, pero es posible que el bebé no consiga despertarse solo, y esto no es sano. Plantéese acostar al bebé donde se halle usted, en la sala, la cocina, donde sea y llevarlo consigo a la cama cuando se acueste. Seguramente acabará amamantándolo con mayor frecuencia… pero probablemente sea lo mejor para su salud.

SÍNDROME DE MUERTE SÚBITA DEL LACTANTE (SMSL) Y SUEÑO INFANTIL La relación entre el SMSL y el colecho es difícil de estudiar, en gran parte porque el lugar donde duerme el bebé es imprevisible y varía de una noche a la siguiente e incluso durante la misma noche. Pregunte a los padres si duermen con sus hijos y la mayoría responderá que no. Pero si les pregunta a los mismos padres dónde se despierta el bebé cada mañana, responderán: “En la cama, conmigo”. James McKenna explica que en los países occidentales entre el 44 y el 75% de las madres lactantes duermen con sus bebés toda la noche o gran parte de ella. El colecho funciona demasiado bien para no practicarlo al menos a tiempo parcial. Si bien es difícil llevar a cabo estudios, se sabe que las mayores tasas de SMSL se dan en culturas en que el colecho no es la norma, y las menores en las que se practica por costumbre. En la actualidad se tiende a confundir también el riesgo de SMSL con el riesgo de asfixia. Cuando en un artículo sobre el SMSL se habla de ropa de cama voluminosa o pesada, se están confundiendo dos temas completamente diferentes. El SMSL no es lo mismo que la asfixia, y los riesgos de asfixia se pueden evitar. Acostar al bebé boca arriba constituye seguramente la mejor protección contra el

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SMSL.

Es la posición que los bebés adoptan normalmente al dormir con la madre. Toman

el pecho rodeados y protegidos por el cuerpo de la madre, y al terminar, se quedan boca arriba, dentro del círculo que forma el cuerpo materno.

© Carlos Lopez

La postura de la madre protege al bebé

Un estudio demostró que los bebés que habitualmente utilizaban chupete de noche presentaban un mayor riesgo de muerte a causa del SMSL las noches en que no disponían del chupete de entretención. Por desgracia, la Academia Norteamericana de Pediatría interpretó que los resultados del estudio aconsejaban que todos los bebés durmieran con chupete. Pero como los chupetes de entretención se inventaron para sustituir la lactancia, en realidad lo que se recomienda es la lactancia nocturna. Esto tiene más sentido que dar un chupete al bebé que se despierta para comer. También se sabe que la alimentación con leche de fórmula está relacionada con un aumento del riesgo de SMSL, quizá porque los bebés que toman biberón no se despiertan tan fácilmente de noche. Los investigadores hicieron cosquillas a los bebés pasándoles una pluma por debajo de la nariz mientras dormían (tecnología muy básica). A los de biberón les costaba mucho más despertarse a causa de esta sutil estimulación, y los investigadores especulan sobre si este puede ser el motivo de que los bebés que toman biberón corran un mayor riesgo de muerte causada por el SMSL: no se despiertan con tanta facilidad cuando algo va mal. Dormir en la misma habitación con el bebé (si ninguno de los padres fuma) también es

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útil para evitar el

SMSL.

La Academia Norteamericana de Pediatría recomienda en la

actualidad que los bebés duerman en la habitación de los padres al menos los primeros seis meses de vida (mayor incidencia del SMSL) porque simplemente están menos seguros en otro sitio. Los suspiros, sonidos e incluso ronquidos de la madre estimulan al bebé y le ayudan a no dormir demasiado rato seguido ni demasiado profundamente. Por desgracia, algunos padres, al temer dormir con su hijo por miedo a lo que han oído, acaban alimentando al bebé en un balancín o sillón y se duermen allí. Con ello, abandonan un lugar seguro para usar uno más peligroso. Realmente no existen investigaciones que relacionen el colecho con el SMSL, y las tasas de SMSL indican que madres y bebés se benefician de practicar el colecho. Véanse los “Consejos para dormir sin peligros con el bebé”, y planifiquen el sueño como mejor se adapte a su familia.

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AMAMANTAR SIN CAMA FAMILIAR Es posible que su caso presente uno de los factores de riesgo que hacen que la cama familiar sea un lugar menos seguro para el bebé: usted o su pareja fuman o duermen en una cama de agua, por ejemplo. Si alguno de los dos fuma, sigue siendo más seguro, durante al menos el primer medio año, que el bebé duerma en la misma habitación, donde recibe el estímulo de los sonidos de su respiración y donde se lo puede oír y alcanzar fácilmente. Cuando traslade al bebé a otra habitación, plantéese utilizar dos monitores (uno para poder oír al bebé, y otro para que el bebé la oiga a usted). Piense cómo dormir siestas durante el día; levantarse para alimentar al bebé perjudica más el sueño que acurrucarse cerca del bebé o cogiéndole de una cuna adosada a la cama. Algunas madres colocan una cama en la habitación del bebé para tumbarse al darle el pecho, aunque devuelvan al pequeño a la cuna.

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DORMIRLE AL PECHO Habrá oído que dejar que el bebé se duerma tomando el pecho crea un “mal hábito” porque establece “asociaciones no deseadas” para dormir que requieren que la madre esté con el bebé a la hora de acostarlo y de hacerlo dormir la siesta. Esto no es así. El diseño natural es la lactancia, y los bebés a menudo se duermen tomando el pecho. No se les “enseña” a hacerlo, y no se trata de un mal hábito. Es algo normal. En lugar de ello, algunos libros recomiendan apartar al bebé del pecho cuando empiece a dormirse y dejarlo en la cuna. Cuando las madres intentan hacerlo, las tomas empiezan a ser estresantes. La madre se ve obligada a observar al bebé para poder apartarlo del pecho antes de que se duerma (pero no demasiado pronto, para que pueda tomar el pecho todo lo que necesita). Hay que interrumpir la succión y retirar al bebé que, seguramente, llorará y protestará. Cuando esto ha sucedido unas cuantas veces, el bebé suele aprender cuándo la toma está a punto de darse por terminada y agarrarse al pecho cerrando la mandíbula o incluso mordiendo el pecho. Puede que el pequeño aprenda a “calmarse solo”, pero ¿por qué? Los bebés tienden a dormirse cuando tienen el estómago lleno, están calentitos y se sienten seguros. La lactancia les proporciona un estómago lleno, calor y seguridad, y aumenta las hormonas de inducción al sueño. Dormirse al pecho parece formar parte del plan. Cuando se deja al bebé solo en una habitación, el pequeño no es capaz de pensar: “No pasa nada. Mamá está viendo la televisión en la sala”. Para él, es como si hubiera hecho las maletas y se hubiese trasladado a París. También sabe que no puede salir a buscarla si necesita ayuda, consuelo o un cambio de pañal. Lo único que puede hacer es llorar. A medida que el bebé crece, esto va cambiando. Un niño preescolar comprende que cuando sale de la habitación, usted sigue existiendo. Puede llamar a su madre y cuando esta responde, “No pasa nada, estoy en la cocina”, el niño se tranquiliza con la voz y la explicación maternas. Un niño mayor ni siquiera necesitará llamar a su madre porque sabe que se encuentra cerca y estar en la misma casa le proporciona seguridad.

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Su hijo no querrá dormirse mamando toda la vida. Al principio probablemente se dormirá casi siempre estando al pecho. Pero al crecer empezará a dormirse también en otras circunstancias. Si desea fomentar el proceso, puede añadir otras cosas que lo ayuden a dormir, como cantarle una canción de cuna mientras le da el pecho. Después podrá cantar la misma canción algunas veces sin darle el pecho, al mecerlo en brazos o al acariciarle la espalda. Es un proceso gradual. Pero el bebé está preparado para llenarse el estómago y dormir. Ahora crece más deprisa de lo que volverá a hacerlo nunca y el sueño favorece el crecimiento. Dormirse después de mamar es natural y sano. No crea malos hábitos. Su consecuencia es simplemente… una siesta.

TOMAR EL PECHO ANTES DE LA SIESTA Cuando el bebé se duerme, la madre puede sentir la tentación de dejarlo en la cuna enseguida y ponerse a lavar los platos, pero lo más probable es que el pequeño se despierte en cuanto la madre se levante. Cuando se acaba de dormir al pecho, el bebé suele hallarse en una fase ligera del sueño y se despertará con facilidad. Si es posible tener al bebé en brazos unos minutos más, se relajará y entrará en una fase de sueño más profundo. Entonces, es menos probable que se despierte al trasladarlo. Otra estrategia: amamántelo en el portabebé y cuando se duerma, arréglese la ropa y haga lo que tenga que hacer. Su movimiento mantendrá al bebé dormido y satisfecho. Un bebé mayor es menos propenso a dormirse en el pecho. En ocasiones toma y luego suelta el pecho para mirar a su alrededor, interactuar o jugar; otras veces, toma el pecho hasta quedarse dormido. Pruebe darle el pecho acostados en la cama o en el suelo, sobre una manta, y levántese suavemente cuando el bebé se duerma, así, no tendrá que moverlo. Muchas madres amamantan al bebé hasta que se duerme y se quedan junto a él un rato. Después, muy lentamente, se deslizan y se van aguantando la respiración para no despertarlo. Otras, disfrutan de la siesta a su lado. Algunos bebés de menos de dieciocho meses se quedan solos un rato sin problemas, y se duermen si les entra el sueño, pero la mayoría prefiere dormirse en el pecho. Las tomas antes de la siesta y antes de acostarse por la noche suelen ser las últimas de las que el bebé prescinde. Es lógico: ¿qué mejor manera para crear las condiciones que inducen el sueño? Amamantar al bebé para dormirlo no es algo que deba aprenderse a

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hacer, es casi inevitable. Los recién nacidos casi siempre se duermen en el pecho, y a los lactantes algo mayores les sigue gustando hacerlo. Es una forma fácil de pasar del cambio diurno a la calma y tranquilidad. ¿Por qué no aprovechar el recurso mientras se dispone de él?

AMAMANTAR ACOSTADA Tanto si se propone mejorar las siestas del bebé como si pretende dormir usted mejor de noche, es verdaderamente útil aprender a amamantar acostada. En el Capítulo 4 hallará explicaciones detalladas sobre cómo hacerlo. Al principio, algunas madres y bebés tienen dificultades para lactar acostados, pero cuando se acostumbran a ello, se preguntan cómo habían podido vivir sin hacerlo

ARRULLAR (ENVOLVER) AL BEBÉ El consejo está claro: no lo haga. Al menos, no lo haga si el bebé duerme cerca de usted. Se arrulla a un bebé para que crea que está en brazos de la madre. Si la madre está a su lado para acariciarlo, abrazarlo y amamantarlo, no es preciso envolverlo. Además, envolverlo no le permite libertad de movimiento para meterle el dedo en el ojo si se acerca demasiado o adoptar una posición cómoda después de tomar el pecho. Lo que de los bebés desean por la noche no es que les envuelvan en una manta, sino tener a mamá cerca. Para más información sobre el tema, véase el Capítulo 5.

HACER ERUCTAR AL BEBÉ POR LA NOCHE Gran parte de las madres lactantes no lo hacen. Si por la noche su bebé se queda más tranquilo al eructar, intente apoyar al bebé sobre su costado mientras sigue usted recostada, o sentarlo y frotarle la espalda un rato. Así, usted no tiene que levantarse y el bebé tiene ocasión de expulsar el aire molesto. Puede volver a darle el mismo pecho para ayudarle a dormirse.

¿DEMASIADA LECHE? En ocasiones, si la madre dispone de una producción generosa de leche y una bajada rápida de la misma, es posible que el bebé no se duerma fácilmente mamando. Cuando el bebé se relaja para dormir, succiona lentamente y entonces baja más leche de la que el pequeño desea. Es posible que el bebé se retire del pecho y llore en lugar de dormirse. Se

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puede solucionar esta situación siguiendo algunos de los consejos para reducir la producción de leche que encontrará en el Capítulo 18 o cambiando al bebé al pecho menos lleno llegado este momento de la toma.

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VESTIRSE PARA LA CAMA… Y VESTIR LA CAMA Si el bebé duerme en la cama de los padres, no necesita más que un pañal y una camiseta. Probablemente, usted agradecerá también el abrigo de una camiseta, ya que la ropa de cama escasea más al haber otra persona con quien compartirla. Muchas mujeres se ponen una camiseta, algunas la cortan para que les cubra los hombros y a la vez los pechos sean fácilmente accesibles. Una pijama o camisón con botones hasta la cintura también le irán bien. Si tiene los pechos voluminosos, puede ponerse un sujetador para dormir (que proporcione sujeción sin comprimir). Los primeros días la vida le será más fácil si tiene a mano unos cuantos pañales, algunas toallitas húmedas, una papelera, unos protectores absorbentes de lactancia o una toallita para ponérsela debajo de la camiseta por si gotean los pechos, y una muda para usted y otra para el bebé en la mesita de noche. Los pechos pueden gotear tanto si el bebé duerme con la madre como si no, y la muda puede ayudar a un insomne mojado (madre o hijo) a volver a dormir. Según la sensibilidad de la piel del bebé, es posible que pueda prescindir de cambiarle el pañal por la noche pasadas las primeras semanas, pero casi todas las madres prefieren tener pañales a mano por si acaso. En cuanto a la cama: si bien algunas mujeres no experimentan goteos por la noche, otras producen charcos. Si el goteo es un problema, puede cubrir el colchón con protectores impermeables a tal efecto o incluso con un trozo de cortina de baño. Algunas mujeres dejan cerca de la cama un par de toallas de baño para ir utilizándolas y cambiándolas a medida que las mojan. En la mayoría de los casos, el problema de la humedad se da más durante las primeras semanas, cuando la producción de leche es importante y las pequeñas piernas del bebé impiden que el pañal quede bien ajustado. Es posible que se produzca más goteo de nuevo cuando el bebé empiece a dormir más horas seguidas. Pero casi todas las mujeres dejan de experimentar este tipo de problemas tarde o temprano, aunque a veces es más tarde que temprano. Recuerde que el goteo evita que los pechos queden demasiado llenos. Si no goteara, posiblemente se despertaría antes. Otro accesorio nocturno útil puede ser una lamparita de noche, colocada en un lugar

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desde donde proporcione suficiente luz para amamantar o cambiar un pañal sucio, pero que no ilumine tanto como para no dejarla dormir.

“CUANDO

ESTABA EMBARAZADA DE MI PRIMERA HIJA REFLEXIONÉ SOBRE EL

DE PEQUEÑA YO HABÍA DORMIDO EN UNA CUNA Y LO MISMO HABÍAN HECHO MIS SOBRINOS. ADQUIRÍ UNA BONITA MEJOR LUGAR PARA ACOSTARLA DE NOCHE.

CUNA DE MADERA, LA EQUIPÉ CON LOS PROTECTORES ACOLCHADOS QUE HABÍAN SIDO MÍOS DE BEBÉ, COMPRÉ SÁBANAS NUEVAS, COLGUÉ UN MÓVIL SOBRE LA CUNA Y COLOQUÉ LA CUNA A LOS PIES DE NUESTRA CAMA.

»CUANDO

NACIÓ

ELIZABETH,

PASÓ LA PRIMERA NOCHE EN LA SALA DE

NEONATOS, SITUACIÓN QUE NO ESPERÁBAMOS. LA SEGUNDA NOCHE LA PASÓ EN UNA CUNA EN LA HABITACIÓN DEL HOSPITAL, PERO NO ESTABA CÓMODA, ASÍ QUE LA TRASLADAMOS A NUESTRA CAMA PARA PODER DORMIR MEJOR. NOS TURNAMOS PARA DORMIR PORQUE TEMÍAMOS HACERLE DAÑO Y PARA CONTROLAR SU RESPIRACIÓN FORZADA, AL PARECER, NORMAL EN LOS RECIÉN NACIDOS. LA TERCERA NOCHE, ESTÁBAMOS EN CASA E INTENTAMOS HACERLA DORMIR EN LA CUNA, PERO NO LE GUSTÓ, DE MODO QUE LA TRASLADAMOS A NUESTRA CAMA. A PARTIR DE LA CUARTA NOCHE COLOCAMOS LA BARRA DE SEGURIDAD EN NUESTRA CAMA Y HA DORMIDO CON NOSOTROS DESDE ENTONCES.

»EN CUESTIÓN DE POCAS SEMANAS, EXPLICÁBAMOS A LOS AMIGOS LO FÁCIL Y DIVERTIDO QUE ES EL COLECHO. DORMIR CON NUESTRA HIJA ES EL MOMENTO ESPECIAL DEL DÍA. SE DESPIERTA BALBUCEANDO POR LA MAÑANA Y HACE COSAS DIVERTIDÍSIMAS PARA EVITAR DORMIRSE, COSAS QUE NO HUBIESE VISTO SI HUBIERA DORMIDO EN LA CUNA.

ES

COMO UNA FIESTA CADA NOCHE: NOS

REÍMOS ANTES DE ACOSTARNOS Y ELLA COME EN LA CAMA. MI MARIDO Y YO TENEMOS EL RESTO DE NUESTRAS VIDAS PARA COMPARTIR A SOLAS LA CAMA, PERO SÓLO DISPONEMOS DE UN TIEMPO LIMITADO PARA PODER COMPARTIRLA CON

ELIZABETH”. LAURA.

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¿SE ACABÓ EL SEXO? ¿Qué pasa con la vida sexual cuando hay un bebé en la cama? Probablemente lo más fácil sea dejar al bebé donde está. También se lo puede dejar un rato en otro sitio (un moisés o una cuna junto a la cama, o sobre una manta, en el suelo). Si el bebé se ha dormido en la sillita del coche, se lo puede dejar en la habitación (aunque no conviene que duerma allí durante largos períodos). Lo principal es que al bebé le tiene sin cuidado lo que hagan sus padres, siempre y cuando él se sienta seguro y cómodo. Seguramente algunas veces los interrumpirá. Hay un sexto sentido que impulsa a los bebés a necesitar a sus madres cuando ellas están concentradas en otra cosa, tanto si se trata de sexo como de doblar la ropa. Si el niño es mayor, puede quedarse solo en la cama y los padres pueden ir a otra habitación para pasar un rato a solas. En todas las casas hay numerosas superficies horizontales y verticales. Sean creativos. Pueden incluso pagar a un estudiante de secundaria para que pasee al bebé un rato por la tarde y aprovechar este tiempo para estar juntos. Ya encontrarán la manera. La prueba es que muchos niños que practican el colecho con los padres tienen hermanos.

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EL JUEGO DE LAS CAMAS Muchas familias experimentan con diferentes sistemas para dormir mientras los niños son pequeños. Si su pareja tiene que levantarse más temprano, al principio, puede dormir en otro sitio (una tradición secular en algunas culturas). También puede acostarse con la madre y el bebé y después irse a otra habitación, o viceversa. Algunas madres acuestan al bebé en su cuna, en la habitación de los padres, y luego lo traen a la cama de matrimonio para despertarse juntos y darle la primera toma de la mañana. Si el niño es mayor puede acostarse en su habitación y trotar hasta la cama de los padres cuando se despierte, o es factible que se meta en la cama de su hermano en la misma habitación. Algunas parejas disponen un colchón de invitados en el suelo junto a su cama para las visitas nocturnas. A Jenna le encantaban las visitas nocturnas de Thomas, porque él se acostaba junto a su padre y entonces ella se metía en la cama calentita de Thomas, la más cómoda de la casa. Este baile de camas que varía con el paso del tiempo, tiene un objetivo: que todos duerman todo lo posible esta noche. Lo más fácil probablemente sea colocar el colchón de su cama de matrimonio en el suelo. Nadie se caerá de la cama, nadie se hundirá en ella, y se puede colocar otro colchón individual para crear una cama más grande si se desea. Nadie tiene por qué saber cómo se duerme en su casa.

“LOS

MENGJIE SIGUE NUESTRO HORARIO Y A VECES SE ACUESTA A MEDIANOCHE. DUERME ENTRE DIEZ Y DOCE HORAS POR LA NOCHE, Y DUERME UNA O DOS SIESTAS DE DÍA, PERO SIN SEGUIR UN HORARIO FIJO. SI YO DUERMO, MENGJIE CASI SIEMPRE SIGUE DORMIDA. SE DESPIERTA, ME VE, Y BEBÉS SE ADAPTAN.

VUELVE A DORMIRSE DESPUÉS DE MAMAR UN POCO”.

MEI LING.

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¡ESTOY VERDADERAMENTE AGOTADA! ¿Qué hacer cuando se está agotada y el bebé sigue despertándose? Sorprendentemente, los estudios realizados indican que las madres lactantes que duermen con sus bebés son las que más descansan, aunque sus hijos se despierten con mayor frecuencia. ¿Por qué? Probablemente existan diversos motivos, además de los comentados con anterioridad. El estado hormonal de las madres que amamantan con exclusividad facilita el sueño. No es necesario que se desvelen por completo para satisfacer las necesidades del bebé. Como duermen mejor al saber que el bebé está seguro, no sufren porque no lo ven. Lily recuerda lo bien que le pareció cuando alguien le preguntó: “¿Cuántas veces se despierta el bebé por la noche?” y ella contestó: “No tengo ni idea”. Teresa recuerda que su marido le preguntó si el bebé se despertaba por la noche y ella, tocándose el pecho y notando que estaba blando, respondió: “Al parecer, sí”. La realidad es que la maternidad suele implicar un déficit de sueño durante un tiempo, independientemente de cómo se alimente al bebé o dónde duerma. Pero hay madres que han encontrado algunos trucos que tal vez usted pueda aplicar. En la medida de lo posible, duerma cuando lo haga el bebé. Desconecte el teléfono y métase en la cama, aunque sean las 11 de la mañana o las 7.30 de la tarde. Aprender a dormir la siesta puede salvarle la vida a una madre fatigada. Amamante al bebé acostada o reclinada siempre que sea posible. Aunque no duerma, la posición horizontal favorece el descanso. Preste atención a su propia alimentación. A menudo cuando nos sentimos cansados recurrimos a la cafeína y los azúcares para recuperar energía. Pueden funcionar a corto plazo, pero acaban dejándonos más agotados. Una dieta sana y equilibrada maximiza la energía y la capacidad de superar la falta de sueño. Consiga toda la ayuda que pueda, no tanto en relación con el cuidado del bebé, sino con todo lo demás (lavado de ropa, compras, limpieza, cocina, etc.). Sus amigas o familiares pueden ayudarla o tal vez tenga presupuesto para contratar uno o más de estos servicios. Si no le es posible contar con ayuda, deberá dejar algunas tareas

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para cuando se sienta menos cansada. Limite el número de visitas (aparte de las que ayuden con la ropa sucia, las compras, la limpieza, la cocina, etc.). Si vienen a verlos, vaya en pijama o camisón para que las visitas comprendan que no hace usted vida normal. Así, además, le será más fácil acostarse cuando el bebé duerma. Asista a una reunión de la Liga de La Leche y quéjese. Es un lugar seguro donde no le contestarán con: “Entonces, ¿por qué no destetas al bebé?”. Casi siempre saldrá con ideas útiles. Obtendrá comprensión y sabrá que esta fase es temporal. Salir con el bebé durante al menos una hora o dos al día marca la diferencia en el sueño del bebé. El aire fresco y el cambio de escenario son buenos también para la madre. Muchos bebés parecen no distinguir entre el día y la noche al principio, duermen bien de día pero permanecen despiertos de noche. Algunos siguen así durante meses. Puede usted favorecer un cambio dándole el pecho una vez más al día, el bebé seguramente se agarrará aunque esté medio dormido y teniéndolo en las zonas de la casa más activas para que el ruido y la actividad estimulen al pequeño. Algunas personas fomentan el ruido que tranquiliza al bebé por la noche en forma de ruido blanco (un ventilador o el aire acondicionado, una emisora tranquila de radio). Algunos bebés se despiertan a causa de la inhabitual tranquilidad de la noche, tras meses de oír el latido cardíaco y los ruidos intestinales de la madre. Utilice una lamparita de noche que le permita ver lo que hace cuando el bebé se despierte, pero no encienda otras luces. El mensaje es que la noche es para dormir y comer, y volver a dormir, no para jugar. Hagan turnos con su pareja para recuperar horas de sueño mientras el otro cuida del bebé. Por ejemplo, usted se levanta con el bebé el sábado, mientras su pareja duerme un rato más; y el domingo él se levanta antes, coloca al bebé en el portabebé, le prepara el desayuno, le trae al bebé para una toma rápida una hora después y sale a dar un paseo con el pequeño mientras usted sigue descansando. ¡Es una idea! Procúrese un “ángel del sueño”. Es decir, una doula (acompañante) u otra persona experimentada en temas de lactancia a la cual pague por horas o la quiera lo bastante como para hacerlo sin cobrar, que duerma cerca de su habitación y a quien poder despertar por la noche para ayudarla con la lactancia o con lo que sea

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necesario. En ocasiones, el mero hecho de saberse responsable de una vida impide a la madre descansar bien, especialmente si la lactancia aún no está del todo establecida. Al saber que su ángel del sueño está en la habitación contigua, lista para acudir en su ayuda cuando la necesite, se relajará mejor y dormirá más. En algunas culturas, este papel lo asume automáticamente la familia. A veces, con sólo una o dos noches, la madre tiene suficiente para recuperarse. Un período de cuatro a cinco horas de sueño ininterrumpido puede marcar la diferencia sin provocar congestión mamaria ni descenso de la producción. Pida a su pareja que vigile al bebé mientras usted duerme unas cuantas horas seguidas. Pida a su pareja que la ayude a relajar la musculatura con un masaje en la espalda o los pies o acuda a un masajista profesional. Parte del cansancio puede estar relacionado con la manera de cargar al bebé o con la adopción de posiciones incómodas al sentarse. Recuerde que nuestra noción de ocho horas seguidas no se basa ni en la biología ni en la historia. Para nuestros antepasados, sin electricidad, la noche tenía más horas, y no las pasaban todas durmiendo. Con frecuencia, dormían unas horas, se desvelaban durante un período más bien duradero a media noche y luego volvían a dormir unas horas más. Alargue la “noche” acostándose antes y quedándose en la cama por la mañana, y sepa que comparte las horas de vigilia durante la madrugada no sólo con sus antepasados sino también con otras muchas madres de su ciudad. Ponga el reloj de cara a la pared para no saber la hora. Si no le presta atención a la cantidad exacta de horas dormidas (o perdidas), probablemente no la preocupará ni la molestará tanto el hecho de que no sean suficientes. Recuerde que la situación es temporal. Alrededor del cuarto día, puede parecerle que la vida tal como la conocía se ha convertido en un caos sin tregua para el descanso. Pero es temporal, y sobrevivirá. Consiga la ayuda necesaria y recuerde que acabar con la lactancia no resolverá el problema. En esto consiste vivir con un bebé. Si no consigue dormir en absoluto, hable con su médico. El insomnio tan extremo no es sano ni sostenible y puede precisar tratamiento.

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¿Y SI LE ENSEÑO A DORMIR TODA LA NOCHE? La costumbre de enseñar a los bebés a dormir toda la noche surgió hace unas décadas en una época en que se pensaba que la ciencia y los horarios eran el camino hacia una vida libre de problemas. Pero los bebés pequeños necesitan la presencia de sus madres no sólo para sentirse seguros y por su estabilidad fisiológica, sino también por su alimentación. En ocasiones, lo que quieren decir los padres que afirman con orgullo que su hijo duerme toda la noche es que ellos han aprendido a dormir aunque el bebé se despierte de noche, algo que no es ni lo más seguro ni lo más sano. Por supuesto, el SMSL es más común en los bebés que duermen solos y sin despertarse en toda la noche. Como mínimo un conocido defensor del sueño infantil seguido, el doctor Richard Ferber, ha rectificado en público su opinión sobre el tema a la vista de las investigaciones más recientes. Inculcar al bebé que duerma seguido a lo largo de toda la noche implica también un riesgo para la producción de leche materna, especialmente si se hace durante las primeras semanas, cuando se está calibrando. Incluso después, las madres cuyos pechos tienen poca capacidad de almacenamiento reciben la señal química para disminuir la producción cuando los pechos quedan llenos. Por este motivo, muchas madres que enseñan a sus bebés a dormir toda la noche del tirón acaban experimentando problemas de producción de leche con el tiempo.

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¿Y SI LE DOY CEREALES? Los padres a veces sienten la tentación de dar al bebé cereales antes de acostarle para que duerma más rato seguido. Cuando los expertos estudiaron esta opción, descubrieron que el hecho de introducir los alimentos sólidos no favorece el sueño más prolongado. De hecho, para algunos esto conlleva más despertares nocturnos a causa de problemas digestivos o alergias. Esta creencia puede ser debida a que muchos bebés empiezan a dormir más horas seguidas al empezar a tomar alimentos sólidos, pero la causa de ello no son los alimentos sólidos.

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LACTANCIA NOCTURNA Y CARIES DENTAL Si el niño presenta de repente varias caries, es muy probable que se recomiende dejar de amamantarlo de noche. Pero ¿es realmente necesario? No. No se ha demostrado que la lactancia nocturna provoque caries. Otros mamíferos con dientes maman día y noche, y no desarrollan caries. El doctor Brian Palmer estudió cráneos de niños de millones de años de antigüedad (mucho más antiguos que el dentífrico) y prácticamente no halló caries. ¿A qué sería debido? Un motivo es que la leche humana no se encharca en la boca durante el amamantamiento; se traga inmediatamente y baja por la garganta. Otra explicación es que la formación de caries se ve dificultada por la lactoferrina, los anticuerpos IgA e IgG, y los elevados niveles de pH de la leche humana. La leche, además, fortalece los dientes al depositar calcio y fósforo en los mismos. Los niños cuyos dientes examinó Palmer seguían una dieta pobre en hidratos de carbono y azúcares procesados. Muchos estudios indican que la leche humana no provoca caries a menos que coexista con otra fuente de hidratos de carbono. Pero en la actualidad, los lactantes a veces presentan caries, aunque se cepillen los dientes a menudo y bien y no hayan tomado hidratos de carbono después del cepillado. No se conocen con seguridad los motivos, pero hay indicios que señalan que la dieta prenatal de la madre y los antibióticos administrados durante el embarazo pueden afectar la calidad del esmalte dental del bebé y su resistencia a las caries. (En tales casos, los dientes definitivos casi siempre están sanos). La dieta actual también incluye muchos alimentos que favorecen la aparición de caries. La leche humana no tiene comparación con los frutos secos, los jugos de fruta, las galletas saladas y los cereales del desayuno que se convierten en azúcar. Resulta casi imposible eliminar todo este azúcar de los dientes del niño. Existe además un tipo de bacterias orales especialmente dañinas Streptococcus mutans, que castigan el esmalte dental con presencia de azúcar. Los bebés pueden contagiarse de S. mutans de un adulto con quien compartan alimentos, cubiertos o besos en la boca. Es mucho más probable que sean estos factores los que provoquen las caries, de modo que el cese de las tomas nocturnas no solucionará el problema.

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“ES LA COMIDA PROCESADA LA QUE NOS HA DADO DIENTES FALSOS”. ERNEST HOOTON, 1938.

El mejor modo de evitar las caries consiste en limpiar o cepillar los dientes del niño al menos dos veces al día. Puede resultar útil enjuagarse la boca con agua (o tomar un sorbo) después de comer. Conviene no ofrecerle hidratos de carbono después de limpiarse los dientes por la noche. Pero no es necesario que el niño deje de mamar por la noche, ya que la leche humana lo protege contra las caries. En casos extremos algunos dentistas recomiendan limpiar los dientes del niño tras cada toma, incluidas las nocturnas (algo que no gusta ni a la madre ni al bebé, como es de imaginar). No hay estudios que demuestren que sea necesario, pero algunas madres que lo han hecho creen que ha marcado una gran diferencia, por lo que cabe planteárselo si falla todo lo demás. Algunas madres afirman que el xilitol resulta útil; pregunte al dentista qué es y cómo utilizarlo.

ALGUNOS BUENOS LIBROS SOBRE BEBÉS Y NOCHES Dormir con tu bebé: una guía para padres sobre el colecho, James McKenna. Editorial Crianza Natural, S.L., Barcelona 2009. Dormir sin lágrimas, Rosa Jové. Editorial La Esfera de los Libros, S. L., Madrid 2010. El bebé más feliz del barrio, Harvey Karp. Editorial RBA Libros, Barcelona 2003. El sueño del bebé sin lágrimas, Elizabeth Pantley. Ediciones Medici, Barcelona 2009. El sueño del niño de dos a seis años sin lágrimas, Elizabeth Pantley. Ediciones Medici, Barcelona 2007. Felices sueños, Elizabeth Panley. Editorial McGraw-Hill/Interame-ricana de España 2002. Tu hijo dormirá… y tú también: cómo ayudar a tu bebé a dormir plácidamente

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toda la noche, William Sears. Editorial RBA Libros, Barcelona 2010. http://www.dormirsinllorar.com. En inglés: Good Nights: The Happy Parents’ Guide to the Family Bed (and a Peaceful Night’s Sleep!), Maria Goodavage y Jay Gordon. Helping Your Baby to Sleep: Why Gentle Techniques Work Best, Anni Gethin y Beth MacGregor. Nighttime Parenting, William Sears. Sleeping with Your Baby, James McKenna. The Baby Sleep Book, William Sears, Martha Sears, Robert Sears y James Sears. The Family Bed, Tine Thevinin.

“A LOS CATORCE MESES SARAH SE MOVÍA TANTO QUE DORMIR LA SIESTA SOLA EN NUESTRA CAMA NO ERA SEGURO. PERO SI DORMÍA EN LA CUNA, NO PODÍA RECOSTARME CON ELLA Y AMAMANTARLA HASTA QUE SE DURMIERA. OPTAMOS POR UNA CAMA INFANTIL BAJA DE LA QUE PUDIERA SUBIR Y BAJAR SOLA SIN PELIGRO.

NUESTRA

RUTINA DE LA SIESTA CONSISTE EN CAMBIAR EL PAÑAL,

ENCENDER LA RADIO Y MAMAR.

ME

QUEDO JUNTO A ELLA HASTA QUE SE

SI SE DESPIERTA, VUELVO A OFRECERLE EL PECHO, Y SUELE DORMIRSE UN RATO MÁS. TRAS UNAS DUERME; ENTONCES ME LEVANTO Y ME DEDICO A MIS TAREAS.

SEIS SEMANAS, HA APRENDIDO LA RUTINA: LE HE CAMBIADO EL PAÑAL Y ELLA SE HA ACERCADO A LA RADIO Y HA APRETADO BOTONES HASTA QUE HA ENCONTRADO NUESTRA EMISORA, DESPUÉS SE HA SUBIDO A LA CAMA. MÁS TARDE, AL PREGUNTARLE SI QUERÍA DORMIR EN LA CAMA GRANDE O EN LA SUYA, ME HA SEÑALADO SU HABITACIÓN Y HA CAMINADO HASTA SU CAMA.

ESTOY MUY CONTENTA DE QUE EMPIECE A GUSTARLE SU CAMA”. JEANNE.

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© Juana Bone

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¡NO QUIERO QUE DUERMA SIEMPRE EN NUESTRA CAMA! No, claro que su hijo de dieciséis años no va a dormir en su cama. Pero el proceso consiste en dar dos pasos hacia delante y uno hacia atrás, y cada caso es diferente. Le prometemos que un día su hijo dormirá cuatro o cinco horas seguidas por la noche. ¡Quedará asombrada! Después, es posible que se despierte mucho a causa de la dentición. Luego, las cinco horas se alargarán hasta seis o siete sin interrupción, tal vez seguidas de una toma corta y otras dos o tres horas de sueño. Se aguantará la respiración cuando arrope a su hijo la noche siguiente, preguntándose si volverá a ser igual. Puede que sí y puede que no, pero con el tiempo las horas de sueño nocturno ininterrumpido aumentarán, para su hijo y para usted. (Cuando sea un adolescente, dormirá como un tronco y entonces no podrá levantarle por la mañana). Si traslada al bebé o al niño pequeño de su habitación antes de que lo pida (todos lo hacen), hágalo gradualmente y con cariño. Primero, hágale dormir la siesta en la cuna o la cama de la nueva habitación. Tal vez le sirva empezar a utilizar una fuente de ruido blanco en su habitación antes de trasladar al niño y trasladar el ruido a la nueva habitación con el bebé. Quizá puede emplear un monitor infantil para que el niño oiga a los padres y con ello obtenga consuelo y una sensación de continuidad. Si es posible, traslade al niño a la habitación de un hermano mayor. Para algunas madres, si los niños duermen en habitaciones separadas, ellas tienen que levantarse más veces de noche; las peticiones de compañía nocturna aumentan temporalmente mientras el niño se adapta. (Si observa que el niño empieza a tener pesadillas, terrores nocturnos o se golpea la cabeza, pueden plantearse volver al colecho durante un tiempo más). Muchas madres pasan a la cama separada o reducen las tomas nocturnas experimentando. Se puede traer al niño a la cama al despertarse por primera vez, o llevarlo a su cama después de la toma. Puede pedir a la pareja que duerma al niño después de mamar. Pruebe a dejar dormir al niño con su pareja, sin usted, y vea cómo funciona como paso intermedio. Pero si el pequeño no se muestra contento, vuelvan a adoptar el sistema que funcionaba e intenten trasladarlo a su habitación dentro de unas

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semanas o meses. La edad para poder dormir separados o para dormir toda la noche del tirón varía mucho de un niño a otro. Una madre finalmente convenció a su hijo de cinco años para que intentara dormir en su habitación. Cuando su hermana de dos años se percató del cambio, ella también quiso su propia habitación. Como muchos padres, después la pareja echó de menos a los niños en su cama. Como algunos padres, descubrieron que algunas conversaciones importantes seguían teniendo lugar en su cama cuando los hijos fueron adolescentes e incluso adultos. “Mamá, ¿sabes qué me ha dicho hoy Kristin?”, “Mamá, papá, ¿qué hago con lo del fútbol?”, “He conocido a un chico…”. Las camas familiares pueden ser flexibles. Pueden durar toda la vida, cambiando de forma una y otra, y otra vez para adaptarse a la dinámica cambiante y específica de cada familia.

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TRECE

EL PASO A LOS ALIMENTOS

© Liga de la Leche Colombia “Matthew se daba la vuelta en la cama antes de las seis semanas y supo gatear antes de sentarse. A los cinco meses estaba sentado en mi regazo a la hora del almuerzo e intentó ponerse mi cuchara en la boca. Pensé que tal vez estaría preparado para los alimentos sólidos, de modo que le ofrecí un poco de batata (papa o camote) al horno que estaba comiendo, pero sólo le interesó morder la cuchara. Al cabo de unas tres semanas, Matthew gateó hasta el plato del perro y ¡comió de él! La pediatra se rio y dijo que podría ser la señal de que estaba preparado para los alimentos. Tenía razón. Aquella noche, le puse en su plato unos trocitos de zanahoria hervida, los comió contento y pidió más. »Su hermana menor, Lisa, fue completamente diferente. A los seis meses se llevó unos trocitos de plátano al pelo, no a la boca. ¿A los ocho? ¡No! A los diez, finalmente comió unos bocados de la comida que llevaba tiempo ofreciéndole. Mi leche siguió representando una buena parte de su dieta durante meses, pero ya había empezado a tomar alimentos sólidos”.

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Teresa, recuerdos de 1986.

de que hubiera fabricantes de alimentos infantiles e incluso de cucharas infantiles, los bebés comían de los platos de sus padres. No comían frutos secos ni carnes duras, claro, pero sí los alimentos que podían tomar. Probablemente a nadie se le ocurriría ofrecer estos alimentos al bebé si no los intentaba agarrar de un plato ajeno. Hace tiempo, los bebés tomaban el pecho. Durante la primera mitad del siglo XX se produjo un espectacular descenso de la lactancia natural. Se daba a las madres una receta para elaborar “leche de fórmula” para sus hijos, pero hay que decir que estas fórmulas eran bastante rudimentarias. En ocasiones los bebés mostraban signos de malnutrición a las pocas semanas y los médicos se daban cuenta de que precisaban suplementos. ¿La solución? Los alimentos sólidos: cereales procesados y alimentos triturados que incluso los bebés más pequeños digerían más o menos bien y que suplían las deficiencias alimentarias. Enseguida esto se convirtió en lo que se indicaba a todas las madres y a las seis semanas de edad los bebés empezaban a tomar alimentos sólidos, motivo por el cual su tía Franny posiblemente sugiera darle cereales al bebé mucho antes de que el pediatra o ¡incluso el bebé! lo consideren oportuno. Supongamos que el bebé tiene cuatro meses. Aunque hasta ahora no parecía mostrar interés, estos días prácticamente babea al ver el tenedor ir del plato a la boca de mamá. Probablemente algunas voces le dirán que esto significa que está preparadísimo para los sólidos. Pero ¿lo está? He aquí lo que afirman los organismos oficiales: La Organización Mundial de la Salud: “Los bebés deberían tomar el pecho exclusivamente durante los primeros seis meses de vida para alcanzar un crecimiento, desarrollo y salud óptimos. A partir de entonces, con el fin de adaptarse a sus necesidades nutricionales, los bebés deberían ingerir alimentos complementarios adecuados y seguros mientras la lactancia continúa hasta los dos años de edad o más”. La Academia Norteamericana de Pediatría: “La introducción de alimentos complementarios antes de los seis meses de edad en general no aumenta la ingesta total de calorías ni la tasa de crecimiento y sólo aporta alimentos que carecen de los componentes protectores de la leche materna”. HACE TIEMPO, ANTES

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La Sociedad Canadiense de Pediatría: “Se recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida para los bebés sanos nacidos a término. La leche materna es el alimento óptimo para los bebés, y la lactancia puede seguir hasta los dos años de edad o más”. El Ministerio de Salud Pública del Reino Unido: “La leche materna es la mejor fuente de nutrición para los bebés. Se recomienda la lactancia exclusiva durante los seis primeros meses (26 semanas) de la vida del bebé, ya que le proporciona todos los nutrientes que precisa. La lactancia… debería prolongarse después de los seis meses junto con las cantidades y tipos adecuados de alimentos sólidos”. La tía Franny: “Tú tomabas zumo de naranja y cereales cuando tenías un mes, y mírate, ¡preciosa! Además, quiero sacar una foto del bebé comiendo por primera vez. Démosle helado. ¿Qué mal le hará?”. Al parecer, la tía Franny está en minoría. Preguntemos a otro organismo oficial, su bebé de cuatro meses: “Mmmm, ¡cómo brilla! Me gustaría mordisquear el tenedor si me dejara. ¿qué hace mamá? Siempre huele muy bien cuando hace esto. Si ella lo hace, debe ser importante. Mmmm, ¡cómo brilla!”. No es exactamente el comentario de un comensal entusiasta, más bien es el comentario de alguien que quiere un tenedor. A los cuatro meses, es lógico. El bebé está bien alimentado y no tiene hambre. Probablemente sea la novedad de la comida lo que el bebé descubre y le fascina. Pero escuche sus pensamientos al cabo de unos meses: “Ooh, quiero, quiero, quiero. Puede que desde aquí lo alcance. ¡Bien! He llegado con la mano al plato. Mmm, ¡qué rico! ¡Más, más!”. Ahora el bebé sí elige los alimentos que quiere, los toma, se los pone en la boca, los mastica, los traga y quiere más. El bebé está listo para los alimentos sólidos y no ha necesitado que la Organización Mundial de la Salud ni la tía Franny se lo digan. Tal vez piense que otros alimentos ayudarían al bebé a dormir toda la noche. Pero no es así, según las investigaciones. De hecho, el bebé posiblemente dormirá menos bien a causa de las indigestiones que causan la introducción de alimentos antes de tiempo o la leche de fórmula. Los bebés duermen toda la noche cuando son capaces de ello, lo que a veces ocurre alrededor de los seis meses, pero no es debido a la ingestión de alimentos sólidos. (Por supuesto, es posible que vuelvan a despertarse más adelante. El desarrollo infantil suele avanzar dos pasos y retroceder uno).

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“CUANTOS

MÁS HIJOS TENÍA, MENOS HACÍA PARA INICIAR LA ALIMENTACIÓN

CON SÓLIDOS.

COMO LA CUESTIÓN DE IR AL BAÑO Y DORMIR LA NOCHE DE UN

APRENDÍ QUE ERA ALGO QUE LLEGABA POR SÍ SÓLO CUANDO EL NIÑO ESTABA PREPARADO. AUNQUE OFRECÍA RUTINARIAMENTE BANANA TIRÓN.

APELMAZADA A MI HIJA MAYOR A PARTIR DE LOS SEIS MESES, ENSEGUIDA ME DI CUENTA DE QUE NO ESTABA PREPARADA PARA TOMARLO, Y ESPERÉ A QUE ELLA TOMARA COMIDA DE MI PLATO, COSA QUE SORPRENDENTEMENTE OCURRIÓ UNAS SEIS SEMANAS DESPUÉS. OCURRIERA”.

CON MIS HIJOS MENORES SIMPLEMENTE ESPERÉ A QUE DENA.

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¿CUÁNDO ESTÁ LISTO EL BEBÉ PARA LOS ALIMENTOS? ¿Recuerda que hemos dicho que la tarea de la madre consiste en proporcionar acceso y la del bebé consiste en comer? Pues bien, lo mismo ocurre con las crías de mamíferos al empezar a ingerir alimentos sólidos. Las yeguas no cortan la hierba y la colocan a los pies de sus potros. Es el potro el que la come cuando es lo bastante mayor y dispone de dientes fuertes y la capacidad de seleccionar, masticar y tragar. La madre busca hierba rica para ella, lo cual significa que su cría también dispone de hierba rica cerca. La madre proporciona el acceso, el potro come solo. Pero la cría no empieza a comer hasta que se despierta su interés, dispone de dientes y de la capacidad de masticar y tragar. Esta tarea le corresponde a él, no a ella. Lo mismo ocurre con los bebés. Están diseñados para interesarse por los alimentos sólidos cuando físicamente están lo bastante desarrollados para comer solos. Si el bebé no sabe agarrar la comida, llevársela a la boca y masticarla sin atragantarse, entonces no está preparado y su estómago probablemente tampoco lo estará. El bebé adquiere estas habilidades físicas alrededor de los seis meses de edad. En este momento su aparato digestivo estará también listo. Claro que se le puede meter comida en la boca antes de esta edad. Pero el bebé seguramente intentará sacársela de la boca con la lengua. El movimiento de la lengua que “decora” su camiseta con restos de comida a medio masticar también protege su tracto digestivo de cualquier cosa extraña que le entre en la boca. ¿Qué pasa si le mete la comida más adentro? Ahora se ha saltado sus defensas (algo que el bebé no haría por sí solo) y, aunque es más probable que trague la comida, también es más probable que se atragante. Otro dispositivo de protección contra el atragantamiento es la incapacidad del bebé de tomar pequeños objetos hasta alrededor de los ocho meses, cuando desarrolla el agarre de pinza usando el pulgar y el índice. Hasta entonces, las posibilidades de meterse algo pequeño en la boca por sí solo (como una uva pasa o un guisante) son muy reducidas. La lección es que no es necesario hacerlo por él antes de que él pueda hacerlo solo.

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¿Por qué tiene que madurar el sistema digestivo del bebé antes de introducir los alimentos en su dieta? En dos palabras: alergias y enzimas. Primero las alergias: si el bebé ingiere cualquier cosa además de la leche materna antes de que el revestimiento de sus intestinos se hayan sellado contra los alérgenos (sustancias que provocan alergias) alrededor de los seis meses de edad, algunas de estas sustancias pueden pasar a través de las paredes intestinales y llegar a la sangre. El organismo del bebé los considerará sustancias invasoras y producirá anticuerpos contra ellas. Pueden surgir problemas como el eccema. Las reacciones alérgicas a los alimentos sólidos prematuros no se observan en todos los bebés, y las alergias no siempre duran toda la vida, pero se producen con suficiente frecuencia como para esperar a introducir alimentos sólidos hasta que las paredes intestinales estén bien protegidas, alrededor de los seis meses de edad. Las enzimas son lo que empleamos para descomponer los alimentos que digerimos, pero los bebés no nacen con el nivel de enzimas que necesitarán de adultos. ¿Por qué deberían tenerlo? Se nutren del alimento más digerible del mundo, la leche de su madre. Si se ofrece al bebé algún otro alimento antes de que haya comenzado a producir las enzimas a los seis meses de edad, es muy probable que se le provoquen dolores de barriga, diarreas y gases malolientes. El bebé tragará los alimentos, pero no los aprovechará bien. Puede incluso que aparezcan en el pañal con un aspecto similar al que tenían al ingerirlos. El organismo del bebé es menos propenso a las reacciones alérgicas a los alimentos a partir del primer medio año. Sus enzimas digestivas se desarrollan en este momento. Ahora es capaz de comer solo. Queda claro que a esta edad es cuando los bebés humanos están preparados para empezar a tomar alimentos sólidos. Al dejar al bebé esperar, no tendrá que preocuparse ni de los cereales infantiles, que en realidad no son más que almidones procesados con poco valor nutritivo. El principal motivo por el cual se recomiendan los cereales infantiles es que están enriquecidos con hierro. Pero la mayoría de los lactantes no precisan tanto hierro. Un exceso de este mineral puede empeorar no sólo el estreñimiento sino también las infecciones e incluso el sangrado microscópico (véase el apartado sobre vitaminas y minerales del Capítulo 8).

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SEÑALES QUE NO INDICAN QUE EL BEBÉ ESTÉ LISTO PARA LOS ALIMENTOS

Hay muchas señales que pueden hacer creer a la madre o a sus familiares y amigos que el bebé está preparado para tomar sólidos. Pero ¿es esto lo que verdaderamente significan? Normalmente, no. He aquí algunas de estas pistas falsas.

PICOS DE CRECIMIENTO ¿Su bebé de tres meses parece más hambriento de repente? Los lactantes no necesitan cantidades crecientes de leche durante al menos los seis primeros meses aproximadamente. En lugar de ello, sus intestinos se van volviendo más eficientes, su metabolismo se vuelve lento, y alrededor de los cuatro meses su ritmo de crecimiento se vuelve lento de forma natural. A diferencia de los bebés que toman biberón, los lactantes no necesitan aumentar la cantidad de leche ingerida. Pero es posible que observe usted un estirón de crecimiento. Estos tienden a ocurrir entre las tres y las seis semanas, y los tres y los seis meses. De repente el bebé puede querer tomar el pecho continuamente y es posible que se note los pechos siempre vacíos. Pero esto no se debe a que la madre no dispone de suficiente leche. Significa que el bebé está tomando más leche de la que tiene usted tiempo de producir. La producción de leche se adaptará. Los estirones de crecimiento suelen durar unos tres días, entonces el bebé vuelve a ingerir la misma cantidad que antes, y en ocasiones esto deja los pechos llenos; aunque en unos pocos días se readaptarán. (Si cree que su producción de leche está disminuyendo, en el Capítulo 18 encontrará buenos consejos).

EXPERTOS Y EFICIENTES ¿El bebé acaba de tomar el pecho en cinco minutos cuando antes tardaba cuarenta? Esto también es normal. Muchos bebés se vuelven más eficientes al extraer leche y no maman durante tanto tiempo cuando son mayores.

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DISTRACCIONES Alrededor de los cuatro o cinco meses el bebé empieza a observar el mundo que lo rodea más allá de los brazos de su madre y de repente es incapaz de concentrarse en la lactancia. Esto no significa que al pequeño le interese menos tomar el pecho ni que se esté haciendo mayor para la lactancia. Finalmente se ha desarrollado lo bastante para ser consciente de su mundo, pero no se ha desarrollado lo suficiente para absorber el mundo y la leche al mismo tiempo. Se trata de la “fase intranquila” de los cuatro meses, y no dura mucho. Pronto el bebé será lo bastante mayor para estar pendiente de su alrededor y del pecho a la vez. (Hasta entonces, es posible que mame más de noche, cuando todo está más tranquilo). Para ayudar al bebé a calmarse cuando toma el pecho durante esta etapa, intente amamantarlo en una habitación tranquila, a oscuras, tal vez acostados, ya sea en silencio o con música relajante.

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EMPEZAR CON LOS ALIMENTOS DE MANERA FÁCIL El bebé puede sentarse a la mesa aunque no esté listo para comer alimentos sólidos. Desde el momento en que se aguante sentado, tanto si está preparado para los alimentos como si no, se puede acercar la silla alta a la mesa, o sentar al bebé en el regazo de un adulto. Dele una cuchara y tal vez una taza infantil y déjelo jugar a las comiditas. ¿Mira su plato con interés? Póngale delante algún alimento adecuado y observe su reacción. Si no está preparado para comer, jugará con la comida, quizás incluso la pruebe, pero no se tomará en serio lo de comer. Llegará un día en que agarrará la comida que se le deja delante y comerá. No es necesario controlar la cantidad que ingiere. El bebé se encargará de ello, igual que lo hace al tomar el pecho. Una de las ventajas de dejar que el bebé coma cuando él decida es que suele ensuciar menos, en parte porque es más habilidoso y en parte porque verdaderamente quiere comer. A menos que haya en la familia un historial de alergias, no es necesario esperar unos días entre un alimento nuevo y el siguiente para observar posibles reacciones (véase el apartado “Alimentos que conviene evitar el primer año”). El bebé ya es mayor, las paredes intestinales están bien protegidas y lo más probable es que no haya ningún problema. Si se producen señales de reacción (sarpullidos en la cara o las nalgas, por ejemplo), es posible que el bebé presente sensibilidad a un alimento concreto. Si es así, espere unos días para ofrecerle cada alimento nuevo con el fin de hallar al culpable. (De hecho, las madres con sensibilidades alimentarias pueden desarrollar irritaciones en la piel al contacto con la saliva del bebé cuando este empieza a ingerir sólidos. Si esto ocurre, límpiese el pecho con un trapo húmedo después de las tomas). Para evitar problemas para ambos, no le ofrezca alimentos que provoquen alergias conocidas a otros miembros de la familia. Es posible que le recomienden no dar fruta al bebé para evitar que se acostumbre a los sabores dulces. No se preocupe, ¡no hay alimento más dulce que la leche materna! Cuando el bebé esté dispuesto a comer, puede intentar alimentarlo con cuchara si lo

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desea. Utilice una cuchara infantil o una cuchara normal para ofrecerle pequeñas porciones de alimentos adecuados para el bebé. Intente sujetar la cuchara de lado y tocar con ella la boca del bebé del mismo modo que lo hace con el pecho. Si el bebé está interesado, “lamerá” el contenido de la cuchara o girará la cabeza si no lo está. Ofrézcale el alimento con el dedo y observe la expresión del bebé al probarlo. Pero recuerde que el bebé no necesita que le den de comer con cuchara ni con el dedo. La ingestión de los primeros alimentos sólidos es cosa del bebé; puede hacerlo solo, le gusta hacerlo solo y la controla mejor solo. ¿La cara de asco? Será habitual con cada nuevo alimento en algunos bebés. No significa necesariamente que no le guste lo que come; pero nunca ha notado su sabor con tanta intensidad. Pero sí lo ha probado antes. La leche de fórmula siempre sabe a lo mismo, pero la leche materna siempre tiene un sabor parecido a lo que la madre ha comido, por lo que estas primeras degustaciones de los alimentos que componen la dieta familiar probablemente le resultarán conocidas al bebé. De hecho, las investigaciones demuestran que los bebés que toman biberón no aceptan los nuevos sabores con tanta facilidad. El bebé le indicará que ha terminado de comer cuando empiece a usar la comida como pintura. Cuando la cantidad de comida embadurnada en la mesa es mayor que la ingerida puede dar por terminada la sesión y limpiar la mesa.

ALGUNOS ALIMENTOS PARA EMPEZAR Fruta: blanda o en pedazos que quepan en la mano del bebé Aguacate Manzana: pelada, rallada o ligeramente cocida Melón Moras: las azules, congeladas o crudas Pera Banano Carnes: cocinadas y preparadas (deshilachadas o en rodajas) para roer Pollo: deshuesado, o un muslo con un poco de carne rodeando el hueso Carne de ternera, cerdo o cordero picada; un hueso de ternera, cerdo o cordero con

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muy poca carne y grasa Pescado: trocitos de pescado bien cocido que se desmigaje con facilidad; cuidado con las espinas Verduras: cocidas hasta quedar blandas o cocidas y trituradas Alubias: muy blandas o chafadas Papa (batata o camote): un pedazo grande o apelmazado con agua o leche materna Guisantes: congelados o cocidos; sin piel son más fáciles de digerir Humus: mmm… ofrézcalo con el dedo Judías verdes (habichuelas) Zanahorias: muy blandas o chafadas Cereales (evite el trigo si hay alérgicos en la familia) Pan integral (duro, para roer) Palitos integrales Tortitas de arroz Arroz pastoso Proteínas y grasas para el bebé vegetariano Mantequillas de semillas (como el tahini) para mojar o untar Legumbres, muy blandas o chafadas Seitán Aguacate Mantequillas de frutos secos (si no hay alergias en la familia) Nota: si la dieta del bebé va a ser vegetariana, no olvide la necesidad de suplementos de vitamina B12; consulte con el pediatra si tiene dudas. Si en su familia hay un alimento tradicional para los bebés y el bebé es lo bastante mayor, ¡adelante, sírvaselo!

ALIMENTOS A EVITAR EL PRIMER AÑO Riesgos de alergias, sarpullidos y sensibilidad alimentaria

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Bayas que contengan semillas pequeñas y duras, como las fresas, las frambuesas y las zarzamoras Maní y mantequilla de maní Cítricos, como naranjas, limones y toronjas Claras de huevo (las yemas no suelen provocar alergias) Derivados del maíz Kiwi Leche de vaca y productos lácteos (tal vez los alérgenos más comunes) Mariscos Trigo y derivados del trigo Riesgos de atragantamiento: alimentos no adecuados para bebés ni niños pequeños Frutos secos Palomitas de maíz Salchichas tipo Frankfurt, aunque sean pedacitos pequeños Zanahorias crudas y otros alimentos duros Otros alimentos problemáticos a evitar Fruta seca (como uvas pasas, dátiles e higos: son demasiado pegajosos) Miel o jarabes (pueden contener esporas de botulismo, perjudiciales para el bebé menor de un año) Alimentos ricos en grasas saturadas, como las frituras Alimentos con contenido elevado de sal (poco saludables) Alimentos que contengan azúcares o edulcorantes artificiales

EQUILIBRAR LA INGESTIÓN DE ALIMENTOS SÓLIDOS CON LA LACTANCIA Puede estar tranquila si deja que el bebé marque la pauta. No suele influir en la producción de leche al principio, porque muchos bebés empiezan comiendo muy poco. Las “raciones” son diminutas, uno o dos bocados. Con el tiempo, cada vez ingieren más alimentos sólidos y la producción de leche se mantiene porque el bebé aumenta la ingestión total de calorías. Pero poco a poco, normalmente al cabo de un año, el niño empieza a preferir los alimentos sólidos a la leche. Primero, los nuevos alimentos complementan la leche; después, es la leche la que complementa los nuevos alimentos.

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El niño va eligiendo por sí mismo. Fácil, ¿verdad? Para cerciorarse de que el niño ingiere la leche necesaria cuando empieza a tomar otros alimentos, suele ser útil amamantarlo antes de la comida (si es posible). Así, se sacia su hambre y el pequeño se sienta a la mesa con mejor humor. Al terminar de comer, vuelva a ofrecerle el pecho. Es posible que se duerma mamando y haga la siesta, o que no lo haga, no importa. Cuando sea mayor podrá hacer lo que mejor le parezca, amamantarlo antes, después, cuando sea o ni antes ni después. Algunas comidas sustituirán las tomas, y algunas tomas sustituirán a las comidas. ¡No necesita calculadora!

¡QUIERE COMER DE MI PLATO! El bebé es listo. Sabe que no debe fiarse aún de su propio criterio. Tal vez los bebés estén programados, por su seguridad, para querer sólo lo que ven en el plato de los mayores. Puede poner la comida del bebé en su plato y ofrecérsela cuando muestre interés.

¿QUÉ HACER RESPECTO DE LA SAL Y LAS ESPECIAS? Nos hemos acostumbrado a ingerir más sal de la que requerimos. Deje la sal de lado cuando prepare la comida del bebé. Al pequeño pueden gustarle sabores sorprendentemente sabrosos y especiados, no obstante, conviene empezar con mucha variedad pero poco aliño.

LOS ALIMENTOS INTEGRALES SON IDEALES La Liga de La Leche siempre ha recomendado seguir una dieta equilibrada y variada de alimentos presentados de la manera más natural posible. Los alimentos frescos suelen ser preferibles a los congelados, y los congelados son preferibles a los enlatados. Si se alimentan de productos sin procesar, su familia obtendrá todos los nutrientes conocidos en proporciones naturales. Pueden incluso obtener micronutrientes que la ciencia todavía no ha descubierto.

“AL

GRAHAM IBA A COMER COMO NOSOTROS, SUPE QUE TENDRÍA QUE CAMBIAR. NO FUE FÁCIL APRENDER A COCINAR Y PENSAR EN DARME CUENTA DE QUE

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LA ALIMENTACIÓN DESDE OTRA PERSPECTIVA AL MISMO TIEMPO QUE CUIDABA DEL BEBÉ.

¿CÓMO ÍBAMOS A PERMITIRNOS COMPRAR ALIMENTOS BIOLÓGICOS?

AHORA GRAHAM TIENE DOS AÑOS Y NO PUEDO EVITAR UNA SONRISA AL MIRAR ATRÁS. AHORA SEGUIMOS UNA DIETA COMPUESTA DE ALIMENTOS ORGÁNICOS INTEGRALES, DE PRODUCCIÓN LOCAL CUANDO ES POSIBLE, Y HABITUALMENTE COCINO COSAS DE LAS QUE NI SIQUIERA HABÍA OÍDO HABLAR HACE DIECIOCHO

ESTE AÑO HE PLANTADO ALGUNAS VERDURAS, ¡CON SU AYUDA! ESTOY IMPACIENTE POR RECOLECTAR LAS VERDURAS Y COCINAR CON ÉL. ¿QUIÉN IBA A MESES.

PENSAR QUE ESTOS CUATRO KILOS AÑADIDOS A LA FAMILIA IBAN A TRANSFORMARNOS TANTO?”

AMY. ALIMENTOS ORGÁNICOS Las frutas y verduras con certificado biológico se cultivan sin utilizar pesticidas (o sólo unos cuantos aprobados). La carne de origen orgánico no contiene hormonas ni antibióticos. La producción ecológica suele ser más respetuosa con el medio ambiente. Pero este tipo de alimentos también pueden resultar más caros. Si los productos orgánicos son demasiado costosos para su bolsillo, plantéese al menos comprar las frutas y verduras orgánicas de piel fina como melocotones, nectarinas, manzanas, peras, fresas, cerezas, pimientos, espinacas y lechuga, que suelen acumular más residuos de pesticidas. Las frutas con pieles gruesas, como los plátanos (banana), naranjas, aguacates, piña y mango, se protegen mejor de los residuos tóxicos. En el sitio http://www.ewg.org hallará más información sobre el nivel de pesticidas en frutas y verduras. Ofrecen incluso una aplicación para iPhone.

BASTONCITOS DE PLÁTANO ¿Sabía que con medio banano se pueden fabricar tres bananitos tamaño bebé? Presione los lados del banano cortado hasta que la fruta empiece a romperse en tres partes, y sepárelas con cuidado: son trozos ideales para que quepan en un puño diminuto.

ALGUNOS BUENOS RECURSOS PARA LA INTRODUCCIÓN DE ALIMENTOS Mi niño no me come. Consejos para prevenir y resolver el problema, Carlos González. Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2004.

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Folletos de su grupo local de LLL. En inglés: Child of Mine: Feeding with Love and Good Sense, Ellyn Satter. Feeding the Kids: The Flexible, No-Battles, Healthy Eating System for the Whole Family, Pamela Gould y Eleanor P. Taylor con la doctora Katherine Cason. My Child Won’t Eat! How to Prevent and Solve the Problem, Carlos González. http://www.rapleyweaning.com (habla del destete como la adición de otros alimentos a la dieta del bebé, no como la supresión de la lactancia). Whole Foods for Babies and Toddlers, Margaret Kenda. Whole Foods for the Whole Family, Roberta Johnson.

¿MASTICAR PARA EL BEBÉ? Lois se trasladó a Alaska antes del nacimiento de su primera hija. Un día, en una fiesta, cuando el bebé tenía seis meses, Lois masticó inconscientemente un poco de salmón y se lo dio a su hija. Una mujer Yupik nativa se le acercó tímidamente y le preguntó: “¿Masticas para el bebé?”. Era algo que todas las mujeres Yupik hacían, pero que no creían que otras mujeres hicieran. Masticar alimentos para dárselos al bebé es probablemente algo tan antiguo como la propia humanidad, y muchas de nosotras lo hemos hecho para hacer algunos alimentos aptos para el bebé. Incluso aporta enzimas digestivas. ¿Puede ser perjudicial? Si la mujer es seropositiva, todavía se están realizando estudios para determinarlo. Un perjuicio posible podría tener lugar a causa de las bacterias presentes en la boca de la madre. Pero a estas alturas, para bien o para mal, el bebé ya ha sido colonizado por los mismos microorganismos familiares. No obstante, si la madre presenta caries dentales extensas, tal vez sea mejor evitar esta técnica para no pasar al bebé las bacterias que favorecen la formación de caries dental.

¿HAY UN MOMENTO OPORTUNO PARA INTRODUCIR LOS ALIMENTOS SÓLIDOS? Los bebés no vienen con libro de instrucciones, de modo que es improbable que un niño no empiece a comer alimentos sólidos porque su madre no leyó la página del manual. Sí es cierto que algunos niños tienen verdaderas dificultades para masticar y tragar y

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precisan la ayuda de un especialista. Tal vez el concepto de “momento oportuno” surge de estos casos en que los niños no empiezan a comer alimentos sólidos “cuando toca” y que tienen dificultades posteriormente. Pero es evidente que estos niños tardan en empezar a comer alimentos sólidos porque no pueden empezar antes. El término “momento oportuno” también se ha estudiado en algunas investigaciones. Es posible que el gluten (presente en el trigo, el centeno y la cebada) deba introducirse entre los cuatro y los siete meses de edad para evitar problemas con esta sustancia más adelante. Los bebés estudiados, no obstante, no eran lactantes naturales necesariamente. Sus aparatos digestivos ya habían sido alterados con la introducción prematura de otros alimentos o líquidos. ¿Afecta esto a los resultados de los estudios? ¡Quién sabe! Podemos considerar estas investigaciones como algo que debe ser tenido en cuenta, especialmente cuando existen antecedentes de alergias o colitis en la familia, pero no algo que se deba tomar demasiado en serio hasta que se realicen estudios más fiables.

“SI

SE PODÍAN MANCHAR CON LA CENA

(POR

EJEMPLO, PORQUE CONTENÍA

SALSA DE TOMATE), DEJÁBAMOS A LOS NIÑOS COMER SIN CAMISETA. NECESARIO, EL BAÑO ERA LO SIGUIENTE”.

SI

ERA

CATHY.

COME SOLO Y ENSUCIA MUCHO Los bebés no saben que hay que limpiar lo que se ensucia. ¡Sólo saben que ensuciar es divertido! Al fin y al cabo, no ha invitado a la reina Victoria a tomar el té. He aquí algunas maneras de reducir los embadurnamientos sin disminuir la diversión: Utilice la silla alta con la bandeja para estar todos juntos a la mesa. La familia de Abbie atornilló dos ganchos debajo de la mesa y ataron con cuerda los brazos de la silla. Así, el bebé no conseguía empujarse con los pies y hacer caer la silla. (Esto puede no ser necesario si la silla tiene una buena base). Si hace buen tiempo, lo ideal es comer fuera. Al terminar, se limpia la silla con la manguera. Coloque un plástico debajo de la silla y encima de la mesa. Así, al mirar la

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alfombra dentro de unos años no pensará: “Sí, aquí se sentaba Michael”. Sitúe la taza del bebé frente a usted. El pequeño aprenderá a estirar el brazo para alcanzarla y habrá menos derrames. Ofrézcale agua. Es posible que la dieta del bebé siga basándose en líquidos, pero a todos nos gusta un sorbo con la comida (¡y las tazas proporcionan mucha diversión!). Si el bebé usa una taza con boquilla, puede retirar la tapa. Es posible que se derrame más líquido, pero al bebé le resultará más fácil de manejar y es mejor para aprender cómo se comportan los líquidos, cosa que significa menos derrames en el futuro. Tenga un trapo a mano para limpiar los derrames, las manos y la cara. Pero no exagere. Imagine que la interrumpen a usted seis veces mientras cena pasándole un paño húmedo y frío por la boca. Si no comen en la mesa, el bebé puede sentarse con usted en el sofá o en el suelo y utilizar la mesita de centro para cenar cuando sea mayor. Más adelante, puede que decida usar la mesa ya que es un espacio en que todos se miran de cara. La mesa es un lugar que reúne a la familia. Las investigaciones indican que la cena en familia influye positivamente en los resultados académicos de los niños, reduce el riesgo de obesidad e incluso el de consumo de drogas. Recuerde que los perros son unos buenos limpiadores de suelos cuando hay niños en la mesa.

¿NO SERÁ MEJOR QUE LE SUJETE LAS MANOS Y LE DÉ YO DE COMER? Algunos libros recomiendan que los padres lleven el control de las comidas, en parte para ayudar al niño a comprender quién manda y en parte para que no se forme tanto desorden. Pero estos libros pasan por alto la biología básica del ser humano. Nos alimentamos solos desde pequeños. Cuando el bebé aprende a comer sólidos, aprende con todos los sentidos, no sólo el gusto. Tocar el alimento, girarlo, examinarlo y aplastarlo entre los dedos son acciones que forman parte del proceso de aprendizaje. Imagine cómo sería comer con los ojos vendados mientras otra persona nos introdujera alimentos de sabores y texturas desconocidos en la boca. Sí, el bebé ve la comida, pero la visión no le dice nada. Usted estaría ansioso por quitarse la venda de los ojos para investigar el nuevo alimento de cerca. Él también. ¿Dejarle comer solo fomentará en el niño una actitud más sana hacia la comida, en esta era de obesidad y trastornos alimentarios? Quizás. Existen numerosos informes

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sobre niños cuyos padres les controlaron la comida y que se revelaron de la única manera que pudieron: rechazando la comida, en ocasiones hasta enfermar. Nancy Williams, terapeuta matrimonial y familiar en California, nos explicaba: “Cuando se popularizó la alimentación del bebé controlada por los padres, ya predije lo que veríamos en el futuro. Me entristece haber acertado. Hay muchas adolescentes bulímicas cuyos padres ejercieron control al alimentarlas. Creo que el problema es que las chicas crecen sin tener el control de su alimentación de pequeñas y con esta visión distorsionada de falta de poder, especialmente en lo concerniente a la comida. La propia experiencia de comer no resulta satisfactoria porque no se rige por los parámetros normales de hambre y saciedad”. Un interesante estudio descubrió que la mayoría de los niños de tres años que reciben un exceso de comida, la rechazan; la mayoría de los niños de cinco años ingieren esta comida extra. Han aprendido, con el tiempo, a ignorar los dictados de su organismo. La alimentación dirigida y controlada, del tipo “el plato tiene que quedar limpio” o que impide la exploración y la auto-alimentación puede no ser lo conveniente para el niño a largo plazo. La alimentación del niño ha comenzado muy positivamente con la sana costumbre de seguir sus señales de hambre durante la lactancia. Dejar la cocina patas arriba al aprender las texturas, sabores y delicias de los alimentos sólidos también forma parte de este comienzo positivo.

¿Y SI TRABAJO? Si trabaja media jornada o a tiempo completo, tal vez prefiera esperar a poder estar con el bebé para ofrecerle alimentos sólidos, para disfrutar de la experiencia y cerciorarse de que verdaderamente está preparado. Al principio, ofrecerle estos alimentos sólo cuando ambos estén en casa será suficiente. Cuando el bebé esté listo para comerlos con regularidad, hable con sus cuidadores sobre qué ofrecerle y en qué cantidad, y explíqueles que quiere que se deje al bebé comer solo (a la persona que lo cuide le gustará la idea: menos trabajo para ella). En lugar de comprar alimentos infantiles envasados, puede prepararle la comida con restos de su cena que sean adecuados para el bebé.

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“CUANDO

MI HIJO IBA A LA GUARDERÍA, ADOPTÉ LA COSTUMBRE DE CHAFAR ZANAHORIAS Y OTRAS VERDURAS COCIDAS Y CONGELARLAS EN BANDEJAS DE HIELO PARA DEJARLAS EN LA GUARDERÍA PARA ALMORZAR”.

SERENA. ¿Y SI NO DEMUESTRA INTERÉS? ¡No pasa nada! La leche materna es todo lo que necesitará durante meses, situación que le proporciona mucho tiempo para que surja el interés. La leche es una mezcla completa de proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales, electrolitos y líquido, por no hablar de agentes que combaten la infección y las inflamaciones, y factores del sistema inmunitario. Si su hijo se tarda en interesarse por los alimentos, no significa que se esté saltando ningún hito evolutivo. De hecho, es probable que note que su organismo es más sensible, y la falta de interés puede proteger al bebé de alimentos que podrían crear sensibilidades alimentarias. Puede que todavía necesite desarrollar sus habilidades para masticar y tragar. Sólo precisará unas semanas o unos meses más. ¿Si un alimento en concreto no le gusta? Seguramente accederá a probarlo de nuevo más adelante.

COME TODO LO QUE LE OFREZCO: ¿ESTÁ A PUNTO DE DESTETARSE? Algunos bebés opinan que los alimentos sólidos son más buenos… que el pan. Cerciórese de que le ofrece el pecho con frecuencia para comer o para consolarle, y probablemente no la cambiará por un puñado de zanahorias cocidas. ¿Debería limitar la ingestión de sólidos? No, si lo que come es nutritivo. Pero cuidado con los dulces y la comida poco saludable. Su glotoncillo no sabrá que existen si nunca están en el menú.

EJEMPLO DE DIETA DIARIA DE UN NIÑO PEQUEÑO BIEN ALIMENTADO ( ¡NO SE LA TOME EN SERIO!)

Por la mañana, temprano: despertar, tomar el pecho. Desayuno: dos bocados de huevos revueltos; el resto, al suelo. Un mordisco de tostada. A media mañana: tomar el pecho tres veces más entre el desayuno y el almuerzo. Unas pelusas de la alfombra. Almuerzo: medio tubo de barra de labios. Un puñado de bolitas de alimento para el perro (cualquier sabor). Un cubito de hielo.

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Después de comer: tomar el pecho, dormir la siesta. Merienda: una piedra o una alubia cruda, por el orificio nasal izquierdo. Cena: echar zumo sobre el puré de batata (papa o camote). Dos pedacitos de pollo, una judía verde. Tomar el pecho. Refrigerio de última hora: tirar una tostada al suelo de la cocina. Pasabocas nocturno: tomar el pecho hasta dormirse.

¡CASI NO COME NADA! La mayoría de los niños preescolares atraviesan una fase en que parecen vivir del aire. Es algo completamente normal. Gran parte de la energía que necesita su hijo la consiguen mediante la leche materna y será así durante muchos meses más. La introducción de alimentos sólidos suele ser un proceso lento. Además, el crecimiento ahora se lentifica. Si los niños siguieran aumentando de peso al mismo ritmo que los bebés, el más menudo se convertiría en un luchador de sumo en poco tiempo. Los niños de esta edad suelen crecer lentamente durante un tiempo, y esto significa que no necesitan comer mucho. Eche un vistazo al recuadro anterior, y seguramente después se sentirá mejor con la dieta de su propio hijo. Si el bebé manda, la madre se relaja. Espere a que cumpla los seis meses y siga sus instrucciones. Así, habrá menos desorden en la mesa, menos preocupaciones, menos dinero gastado, menos vigilancia y mucha más diversión para todos.

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© Liliana Duque

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CATORCE

CUANDO NO SE PUEDE ESTAR JUNTO AL BEBÉ

© Juana Bone “Cuando nació Anna, estaba en el ejército como clarinetista en un conjunto selecto. Pero al tomar a Anna en brazos supe que no querría dejarla nunca. ¡Ni una hora! Era tan pequeña, tan dulce; y en mis brazos y agarrada a mi pecho era cuando estaba más feliz. Me sentía incompleta sin ella; sin duda, la madre naturaleza nos quería juntas. » Me extraía leche con un sacaleches una vez durante las cuatro horas que estábamos separadas y hasta que tuvo seis meses volvía a su lado inmediatamente después de acabar el ensayo matutino. A los seis meses podía tomar fruta o cereales mezclados con mi leche, lo que me proporcionaba más libertad. Llevaba a la bebé y a la niñera conmigo a los conciertos y cuando dormía fuera de casa. Exigía el tiempo y el espacio para extraerme leche cuando mis obligaciones me separaban de Anna más tiempo del que transcurría entre tomas. Hice todo lo que pude para alimentar bien a mi hija mientras mantenía un nivel aceptable como músico. »Tuve la fortuna de que mi comandante estuviera casado con una Líder de la Liga de La Leche y apoyara todos mis esfuerzos. Sabía que sería más productiva en la unidad si mi bebé estaba bien cuidada. La jerarquía militar está muy bien definida y, a ojos de algunos, me extralimitaba para satisfacer las necesidades de mi bebé. Pero para mí, la lactancia era una necesidad y un derecho de Anna, y yo haría lo que estuviera en mi mano para

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satisfacer sus necesidades. Convertí sus necesidades en el marco dentro del cual encajaba mi trabajo, en lugar de buscar la manera de hacer encajar a mi hija en mi horario laboral. »Descubrí que era posible satisfacer las necesidades de mi bebé y dedicar al trabajo la atención que precisaba, pero tuve que pagar un precio físico por ello. ¿Cuándo dormir? Resentía el hecho de sentirme tan presionada en todos los frentes. Pero las necesidades de un bebé, si bien son inmediatas, no son permanentes. La intensidad de sus necesidades evolucionó y se podían satisfacer de otras maneras. »Sigo asombrada ante el hecho de que mi carrera no se hundiera cuando no pude dedicarle toda mi atención. Trabajé mucho para recuperar el terreno perdido cuando mis hijos fueron tan dependientes y aprendí a aceptar que sus necesidades sufrieran altibajos. Doy por bien empleados los años en que tuve que hacer malabares, porque, al estar unidos físicamente gracias a la lactancia, desarrollamos un vínculo emocional que ha seguido fuerte después de terminada la lactancia. Nunca imaginé que ser madre cambiaría la manera de verme a mí misma, que mis logros en el campo de la música palidecerían en comparación con mis logros como madre”. Cassandra, recuerdos de 1999.

proporciona claves sobre la frecuencia necesaria de los encuentros de las madres con las crías. Algunos, como los conejos o los murciélagos, producen leche muy rica en grasa y proteínas. Alimentan a sus crías, las esconden y pasan todo el día (o toda la noche) fuera en busca de alimento, mientras las crías digieren lentamente la leche. Al cabo de muchas horas las madres regresan a su escondrijo y vuelven a amamantar a sus crías. La leche humana no está diseñada para este sistema de maternidad. Como nuestra leche es relativamente pobre en grasas y proteínas, los bebés necesitan mamar con frecuencia. Nuestros pechos están diseñados para ser vaciados a menudo mientras el bebé es pequeño. De lo contrario empiezan a llenarse y resultar incómodo, además de que la producción disminuye. Al adaptar su patrón de tomas, el bebé humano también puede adaptar la leche a sus necesidades cambiantes (un proceso que funciona bien sólo si mama siempre que lo desea). Así funciona nuestra biología. Pero algunas madres, por necesidad o preferencia, se separan de sus bebés (ya sea durante una hora aquí y allá, ya sea unas horas al día, ya sea unos días o más). ¿Puede continuar la lactancia? En gran parte de los casos, sí, con un poco más de esfuerzo. Podemos flexibilizar los patrones biológicos, pero solamente hasta cierto punto. Sobre este tema trata el presente capítulo: adaptar la biología cuando se puede y adaptarse a la biología cuando no se puede. LA LECHE DE CADA MAMÍFERO

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REINCORPORACIÓN AL TRABAJO Todos los motivos por los que eligió la lactancia siguen siendo importantes, y algunos ahora lo son incluso más. Por ejemplo, los bebés que van al jardín de infancia están expuestos a gérmenes de diversas familias y presentan un mayor riesgo de infecciones y enfermedades que los bebés que están siempre con sus madres. Los anticuerpos de la leche materna ayudan al bebé a luchar contra los gérmenes y recuperarse con rapidez si enferma. Lo que las madres experimentan importa aún más que los temas de salud: la conexión continuada que favorece la lactancia. La lactancia mantiene las hormonas de la maternidad circulando por el organismo materno. Saber que el bebé toma su leche, la ayuda a cuidar de él incluso cuando no están juntos. Al final de un largo día de trabajo, la lactancia proporciona al bebé la manera más natural y segura de crecer en un mundo cada vez más amplio que en ocasiones le asusta. Este nuevo mundo puede asustarla también a usted: tener que dejar al bebé, hacerse nuevas preguntas sobre la lactancia, preguntarse cómo funcionará todo. La planificación la ayudará a controlar la situación para que la situación no la controle a usted.

PLANIFICAR LA LICENCIA DE MATERNIDAD Cuanto más tiempo pueda pasar junto al bebé, más fácil será establecer una buena lactancia y seguir proporcionándole leche cuando estén separados. Los gobiernos de muchos países que ven en los niños uno de sus principales activos de futuro, ofrecen licencias de maternidad que permiten a las madres y a los bebés disfrutar de muchos meses para asegurarse un inicio sólido y sano. Las madres canadienses suelen combinar la licencia de maternidad con la de paternidad para estar con el bebé todo un año si lo desean. En Nueva Zelanda las madres disponen de seis meses de licencia. En Suecia (prepárese), la madre y el padre tienen cada uno 240 días de licencia por nacimiento de un hijo remunerada al 80 o 90% del salario y el padre puede ceder a la madre hasta 180 de los días que le tocan a él. Si nacen gemelos o más, los padres disfrutan de 180 días más de licencia para cada hijo adicional. Este tipo de políticas permite a las madres establecer una buena lactancia; el bebé probablemente ya tomará muchos alimentos

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sólidos cuando mamá se reincorpora al trabajo. El trabajo de reincorporarse al mundo laboral es mucho más duro en los países donde las licencias de maternidad todavía se cuentan por semanas (en Estados Unidos, la licencia de maternidad suele limitarse a seis semanas). Pero, aun en tales circunstancias, es factible. La gran pregunta es cuándo empezar la licencia. Las investigaciones indican que si la licencia se disfruta principalmente después del nacimiento, el éxito de la lactancia es más probable. Pero los estudios también señalan que las mujeres que empiezan la licencia unas semanas antes del nacimiento del bebé presentan menos probabilidades de tener que someterse a una cesárea o experimentar otro tipo de complicaciones. En Noruega, la salud materno-infantil mejoró cuando se empezó a proporcionar tres semanas de licencia antes del parto, lo cual refuerza la idea de que una licencia larga de maternidad protege la salud tanto de las madres como de los bebés. Aunque la ley o su empresa no le ofrezcan más que unas semanas de licencia, es posible que pueda alargarla. Normalmente esta extensión no es remunerada, pero si se planifica usted con antelación, tal vez pueda disfrutar de más tiempo con el bebé. Algunas madres solicitan un “anticipo de la herencia” a sus padres con el fin de poder permitirse dedicar unas semanas o unos meses más al recién nacido. ¿Qué mejor regalo se le ocurre de parte de los abuelos?

PLANIFICAR EL CUIDADO DEL BEBÉ Elegir la opción adecuada entre las posibilidades de cuidado para el bebé dependerá del horario laboral de la madre, del presupuesto disponible, de las opciones que se ofrezcan en su zona y de las prioridades a la hora de elegir el tipo de cuidador. Puede que tenga la suerte de contar con familiares dispuestos a ayudar o que su lugar de trabajo ofrezca servicio de jardín de infancia. Tal vez usted y su pareja puedan reducir su jornada laboral o trabajar desde casa o cambiar de turno, para minimizar el tiempo que el bebé pase en manos de cuidadores externos. Los niveles de estrés de los bebés son menores cuando los cuida una persona que los quiere (uno de los padres, un abuelo u otra persona cercana a la familia). Este cuidado de calidad sencillamente no se recibe en un jardín de infancia. Si no tiene ayuda de sus familiares ni un lugar de trabajo con guardería, plantéese elegir un centro infantil que le quede más cerca del trabajo que de casa. Esto acortará el tiempo de separación del bebé. (Cuando tenga los pechos llenos de leche, media hora de

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camino le parecerá LARGUÍSIMO). Informe a los responsables de la guardería de que dejará su propia leche para que se la den al bebé y pregúnteles qué procedimiento siguen para manipularla y almacenarla. Todavía se oyen casos de madres a las que se les pretende cobrar más si deciden llevar su propia leche o a las que se dice que no es posible almacenar su leche en el mismo refrigerador que la de fórmula. Si le dan estas excusas, puede buscar recomendaciones para manipular y almacenar adecuadamente la leche humana en la siguiente página web: www.llli.org En este archivo, se aclara que la leche es segura e informa de que su manipulación no requiere precauciones especiales. Pregunte también cuáles son los horarios de las tomas en la guardería. La lactancia funciona mejor cuando se alimenta al bebé en respuesta a sus señales de hambre. Pero, en la mayoría de centros infantiles se sigue un horario, y unos son más rígidos que otros. Pedir flexibilidad puede resultarle incómodo, pero recuerde que es usted el abogado de su bebé. El seguimiento de un horario puede plantear el problema de que el bebé engulla un biberón entero de la leche que se ha extraído usted con penas y trabajos justo antes de que llegue usted a recogerlo. Resulta frustrante hallarse con los pechos llenos y doloridos y un bebé saciado que no muestra el menor interés por mamar. Lo mejor es poder pactar el horario para que el bebé esté a punto para comer cuando llegue a buscarlo. (Si no acostumbra a amamantarlo antes de ir a casa con el bebé, acuérdese de llamar a la guardería los días que vaya a necesitar hacerlo para que no le den un biberón justo antes de pasar a buscarlo. Si habitualmente le da el pecho antes de ir a casa con él, acuérdese de llamar si va a llegar tarde). Amamantar al bebé al recogerlo no sólo es una buena manera de reconectarse con él tras horas de separación sino que además le da a usted la oportunidad de entrar en contacto con algunos de los gérmenes y bacterias presentes en el centro infantil, lo que fomentará su producción de anticuerpos que ayudarán al bebé a protegerse contra ellos. No es en absoluto necesario esperar para amamantar al bebé. Puede sentirse intimidada por los cuidadores de la guardería; es posible que sean mayores que usted, pueden parecerle más sabios y más experimentados. Pero usted está pagando un servicio y las necesidades del bebé son lo primero. Tiene derecho a solicitar lo que necesite. Pida información al responsable del centro infantil sobre cómo se administran los biberones. Hay formas de dar el biberón que favorecen el seguimiento de la lactancia y

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reducen el riesgo de sobrealimentación e infecciones de oído (véase el Capítulo 18). También hallará una página recortable en el Capítulo 20 en la que se describe un método de alimentación con biberón que favorece la lactancia materna.

¿SERVICIO DE GUARDERÍA DE CALIDAD? Los niveles de la hormona del estrés en el bebé (cortisol) se elevan cuando el pequeño se halla con cuidadores con quienes no siente un vínculo de seguridad y positivismo, y que no invierten emocionalmente en él. Para minimizar el estrés del bebé, busque un centro que cumpla estas condiciones: Poca rotación de personal, para que el bebé no esté constantemente expuesto a personas nuevas. Una relación de pocos niños por cuidador. (En algunos centros, cada cuidador tiene a su cargo un máximo de cinco niños; y aun así, es como si el bebé fuera quintillizo). Una mínima estructura. Aunque el “cuidado infantil como enriquecimiento y educación” es un concepto muy popular, los bebés y niños pequeños necesitan cariño y atención adulta personalizada, no educación. Infraestructura suficiente para almacenar, utilizar y respetar la leche materna. Cuidadores cálidos y afectuosos, y no apresurados y rígidos. Un patio para que los niños mayores puedan salir al exterior.

PLANIFICAR LA PRODUCCIÓN DE LECHE Las primeras semanas de vuelta al trabajo deben servir para reconfigurar su rutina. Si ya cuenta con leche almacenada, es un buen comienzo. Extraerse más leche de la que el bebé necesita también aumentará la producción de los pechos, por lo que tendrá un comodín, una póliza de seguro en caso de dificultades. La manera más fácil de llenar la reserva consiste en extraerse leche una o dos veces al día justo después de que el bebé tome el pecho, empezando unas semanas antes de reincorporarse al trabajo y cuando la lactancia funcione bien; y congelar la leche extraída. Aunque se extraiga leche únicamente después de la primera toma de la mañana cuando la producción es mayor, enseguida acumulará una considerable reserva en el congelador. Para más información sobre la extracción de leche, no deje de leer el Capítulo 15. No se preocupe si no obtiene demasiada leche al principio. Se está usted extrayendo

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leche además de amamantar, por lo que es probable que sobre poca. Al principio simplemente le está diciendo a su organismo que produzca más. Seguramente obtendrá mejores resultados al cabo de un par de días, y cuando se extraiga la leche en el trabajo en lugar de amamantar al bebé, obtendrá aún más. Pero ¿cuál es la cantidad de una “toma completa” y cuánta leche deberá dejar en la guardería cada día? Los lactantes suelen ingerir unos 60-120 ml de leche en una toma importante. (Esta cantidad no aumenta demasiado a partir de las seis semanas, porque el metabolismo y el crecimiento del bebé se hace más lento con el tiempo y su capacidad de aprovechar la leche mejora. Los bebés que toman biberón carecen de esta eficiencia y requieren más leche de fórmula a medida que crecen). Si está separada del bebé nueve horas (jornada laboral más traslado), calcule que el bebé necesitará unos seis recipientes de 60 ml cada día. Puede dejar más al principio para que los cuidadores puedan tener una reserva en el congelador, y luego ir adaptándose a lo que vayan necesitando. El uso de biberones pequeños hasta que determine la cantidad que su hijo necesita significa que los puericultores no tendrán que desechar “oro líquido” no consumido. Si un día no puede extraerse suficiente leche, o si el bebé toma más leche de la que se va extrayendo durante la semana laboral, el fin de semana puede ser un buen momento para recuperar la diferencia. Si guarda leche en el congelador, sus días serán menos estresantes. Si surgen problemas durante la licencia de maternidad (pezones agrietados o conductos obstruidos), no dude en buscar ayuda enseguida mientras todavía esté en casa. Este es el momento de formar su red de apoyo (véase el Capítulo 2) y ponerse en contacto con su grupo de la Liga de La Leche, si tiene uno cerca. Puede serle verdaderamente útil hablar con otras madres trabajadoras de su zona que conozcan una guardería donde se fomente la lactancia y que puedan recomendarle trucos que les hayan funcionado.

PLANIFICAR EL HORARIO DE EXTRACCIÓN Cuando empiece a extraerse leche es posible que tenga la sensación de estarle quitando al bebé el alimento de la siguiente toma. Pero recuerde que el bebé tendrá la leche que necesita, sólo que no de inmediato. Hay dos maneras habituales de comenzar a acumular leche, y entre una y otra, muchas opciones intermedias. Una manera consiste en tener el sacaleches cerca del lugar donde

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suele amamantar al bebé y dedicar unos minutos a la extracción después de varias tomas cada día. Otra manera consiste en colocar el sacaleches en un lugar por el que pase con frecuencia y dedicar unos minutos a la extracción cuando pase por delante. Puede dejar el sacaleches y la leche sin más, con una toalla por encima, y almacenar la leche y limpiar los accesorios dos veces al día. Hallará instrucciones para almacenar la leche en el Capítulo 15. Al final del día, llene contenedores individuales y congélelos. ¿Cómo hacerlo en el trabajo? Si está nueve horas separada del bebé, debería de extraerse leche dos o tres veces. ¿Dos o tres? Dependerá del bebé y de la capacidad de almacenamiento de sus pechos, algo que no sabrá inmediatamente. Programe tres sesiones de extracción para empezar. Si concluye que sólo necesita dos sesiones, tenga en cuenta que serán tres de vez en cuando, durante los estirones de crecimiento y otras circunstancias ocasionales). Este horario funciona para muchas mujeres: amamantar a primera hora de la mañana y ofrecer otra toma corta antes de salir de casa o en la guardería. Si se dispone de tiempo, extraerse leche durante unos minutos en cuanto llegue al trabajo. Las siguientes sesiones de extracción suelen ser posibles a media mañana, a la hora del almuerzo y a media tarde. Amamante al bebé en la guardería al pasar a buscarlo, de nuevo cuando el pequeño lo pida el resto de la tarde y antes de acostarse. Amamántelo al menos una vez por la noche, si se despierta. (Seguramente se despertará, al menos al principio, porque la echa de menos y quiere reconectarse con mamá). Las tomas nocturnas pueden ayudar a mantener la producción de leche y proporcionan tiempo adicional con el bebé. En casa, por supuesto, madre e hijo pueden interactuar a través de la lactancia, por cariño, diversión, para dormir, despertar, alimentarse, beber, para curar golpes y moretones y cuando el pequeño está asustado. Estas tomas “conversacionales” mantienen la producción de leche (y la relación de la lactancia) en buena forma. En el trabajo, el sacaleches extraerá leche y el bebé tomará biberón sólo para alimentarse. No será lo mismo para ninguno de los dos, pero mantendrá la cohesión hasta que ambos se reúnan al final del día y el bebé reciba el pecho de nuevo con normalidad. Esto es la vida real, claro, de modo que el horario de extracción de leche no está grabado en piedra y la cantidad de leche obtenida no será siempre la misma. Como dijo una madre experimentada: “Una dedica el mismo rato a la extracción sin preocuparse de la cantidad obtenida. Esta cantidad es variable. Si se observa un cambio con el tiempo, entonces sí se pueden tomar acciones, pero no porque una sesión haya resultado poco

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productiva. Las sesiones poco productivas se dan”. Es importante amamantar al bebé tanto como sea posible mientras están juntos. La relación de lactancia se basa en la colaboración del lactante, no en los biberones. Y ambos necesitan pasar tiempo juntos. Existe el riesgo real, especialmente con bebés pequeños, de que el bebé acabe rechazando el pecho si se le ofrecen más biberones que pecho. Por lo tanto, aunque disponga de biberones preparados con su leche en la nevera, si otra persona se los da al bebé mientras usted prepara la cena o se dedica a otra tarea, pueden surgir problemas. Usted necesita al bebé y el bebé la necesita a usted. Muchas tomas cortas valen más para la producción de leche que unas cuantas sesiones de cuarenta minutos en el sofá. De hecho, es más fácil y más eficaz ofrecer muchos pasa bocas sin horario en lugar de una toma única a una hora determinada.

“LA

EXTRACCIÓN DE LECHE RESULTÓ ÚTIL CUANDO ME REINCORPORÉ AL

TRABAJO EN DIVERSOS SENTIDOS. ME DABA UN DESCANSO NECESARIO, Y CON FRECUENCIA LEÍA ARTÍCULOS E INFORMACIÓN QUE NO HUBIESE LEÍDO EN EL TRABAJO. AL REGRESAR A CASA, CUANDO LA NIÑERA ME DECÍA QUE THEO SE HABÍA TOMADO TODA LA LECHE QUE ME HABÍA EXTRAÍDO EL DÍA ANTERIOR, ME SENTÍA MUY ORGULLOSA Y FELIZ DE PODER SEGUIR DÁNDOSELA AL MISMO TIEMPO QUE TRABAJABA”.

CHANA. COMBINAR LAS HORAS DE TRABAJO O ESTUDIO A lo largo de la historia las mujeres se han mostrado creativas al combinar la maternidad con el trabajo. He aquí algunas variaciones que han sido útiles a otras madres. Una o más pueden servirle a usted. Reducir el horario laboral o compartir el puesto de trabajo. En algunos casos, al calcular el costo de los cuidados del bebé, la reducción de horas en el trabajo significa más ingresos. Si está usted estudiando, haga menos asignaturas o realice cursos no presenciales. Trabajar las mismas horas pero con un horario flexible. Si el trayecto hasta su lugar de trabajo es largo, por ejemplo, tal vez pueda trabajar más horas cuatro días a la semana en lugar de cinco, para poder estar menos tiempo separada del bebé y

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disponer de un día adicional para estar juntos y mantener la producción de leche. Quedarse en casa el miércoles es buena idea porque se separará del bebé sólo dos días seguidos. Trabajar en casa a tiempo parcial o total. Internet y el resto de conexiones electrónicas han posibilitado el tele-trabajo a muchas mujeres. Si se tiene a un cuidador en casa significa tener ayuda cuando sea necesaria. Algunas madres que trabajan desde casa encuentran útiles los dispositivos de manos libres (especialmente si cuentan con una tecla de silencio o mute), porque les permiten hacerse cargo de los negocios y del bebé al mismo tiempo. Llevar al bebé al trabajo. Jennifer era directora de un campo de golf y disponía de oficina privada. Preparó un rincón para la siesta y una esquina protegida para el juego; tenía consigo a una niñera que cuidaba del bebé mientras ella trabajaba fuera del despacho. Así, podía amamantar a su hijo o tomarle en brazos a menudo mientras repasaba papeles o trabajaba en línea en la oficina. Amber movió su horario laboral una hora y su marido, que era el principal cuidador de su hija, llevaba al bebé a la oficina las dos últimas horas del día cuando estaba casi vacía y la niña podía dormir y tomar el pecho en el regazo de su madre. Sophia no quiso pedir a su jefe un trato especial; para su sorpresa, fue él quien le propuso traer a su hija al trabajo. Meredith trabaja de profesora adjunta en la universidad y su bebé, Ella, es la ayudante de adjunta y vigila a los estudiantes (y toma el pecho si es necesario) desde el portabebé. Plantéese un cambio de carrera profesional. Kim dejó su trabajo en una oficina al nacer Jaimie y abrió una tienda de pañales de tela y otros productos infantiles ecológicos. Como era su propia tienda y a sus clientes les encantaban los bebés, tener a Jaimie con ella nunca fue un problema. Ahora tiene a dos trabajadoras que van al trabajo felices con sus bebés. Tania había trabajado en recursos humanos; tras el nacimiento de su hijo Jason creó su propio negocio: comprobaba referencias para empresas. Lo hacía desde casa. ¿No puede cambiar de trabajo ni de horario? Tal vez pueda adaptar las horas de lactancia. Acudir donde esté el bebé a la hora del almuerzo, o hacer que le lleven al bebé al trabajo. Si la guardería está cerca del trabajo, será más fácil. Marianne (véase más

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adelante) se extraía suficiente leche en casa para cubrir las necesidades del bebé durante su media jornada laboral. Algunas madres no se extraen leche y recurren a la fórmula cuando están en el trabajo y amamantan cuando están en casa. Esto es mejor que destetar al bebé, pero es la opción menos deseable porque el bebé se expone a los riesgos de la leche artificial y la madre probablemente experimentará problemas con su producción. Si maximiza las tomas cuando está con el bebé, este sistema funcionará mejor. Reincorporarse al trabajo un jueves o un viernes para minimizar la separación inicial. Será como una prueba con dos días de vacaciones antes de que llegue el lunes. Si es posible, tómese los dos miércoles siguientes libres. No trabajará más de dos días seguidos durante dos semanas y media, cosa que les permitirá a usted y al bebé una transición más llevadera al mundo laboral.

“TRABAJÉ

VEINTE HORAS SEMANALES Y LAS REPARTÍA EN CUATRO DÍAS

LABORALES.

ASÍ,

LA JORNADA ERA MÁS LARGA PARA MÍ, PERO PODÍA IR A

TRABAJAR SIN NECESIDAD DE EXTRAERME LECHE EN EL TRABAJO. EN LUGAR DE ELLO, ME EXTRAÍA LECHE EN CASA POR LA NOCHE Y A VECES POR LA MAÑANA.

¿POR QUÉ REPARTIR LAS HORAS EN CUATRO DÍAS EN LUGAR DE CINCO? BUENO, CUANDO ME REINCORPORÉ AL TRABAJO, MI HIJO TENÍA CINCO MESES Y YO ESTABA ENGANCHADA A LAS REUNIONES DE LA LLL. NO TRABAJABA LOS MIÉRCOLES PORQUE ERA EL DÍA DE LAS REUNIONES”.

MARIANNE.

HABLAR CON LA EMPRESA SOBRE LA EXTRACCIÓN DE LECHE EN EL TRABAJO La mayoría de mujeres se sienten un poco incómodas al hablar de la extracción de leche con su superior en la empresa. Puede considerarlo algo muy personal y la palabra “pecho” puede llegar a salir en la conversación. Pero no tiene por qué ser una conversación muy explícita. Sólo hay que dejar claro que se necesita disponer de un espacio limpio y privado unas cuantas veces al día. También hay que obtener el visto bueno para hacer dos pausas de veinte minutos cada día (es un espacio de tiempo similar al que disfrutan algunos fumadores) además de la pausa para el almuerzo (que puede

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aprovechar también para extraerse leche). Si estas pausas son un problema, ofrézcase para quedarse a recuperar este tiempo. Si tiene una oficina privada, puede incluso seguir trabajando mientras se extrae leche y evitar el asunto; este es uno de los motivos por los que se inventó la extracción sin manos (véase el Capítulo 15). Para el director, es positivo que usted amamante. Es más probable que pida más días de permiso por enfermedad si su hijo toma biberón. Los riesgos para su propia salud aumentan también con la leche artificial. Los estudios realizados demuestran que las madres lactantes (y otros empleados) se sienten más a gusto con empresas que les apoyan para seguir amamantando. Por tanto, vale la pena proporcionar a las madres este espacio privado y las pausas para la extracción. Algunas madres temen sacar este tema antes del nacimiento del bebé. Pero es mucho más fácil que tener que organizarlo todo al reincorporarse al trabajo. Seguramente le irá bien hablar con otras mujeres de la empresa que hayan amamantado a sus hijos. Podrán darle ideas y trucos y ayudarla con lo que necesite. El departamento de recursos humanos también puede aportar ideas surgidas de anteriores casos. Si no hay espacios privados disponibles, se puede utilizar la oficina de otra persona o una sala de reuniones vacía. Siempre se puede poner de espaldas a la puerta o correr una cortina si alguien abre la puerta. No es lo ideal, pero para algunas madres esta ha sido la solución. Un letrero que diga “Lactancia infantil en curso” avisará a los colegas para que no entren. Últimos recursos: el servicio o su coche (si se extrae leche en el baño, es posible que necesite una extensión si no hay algún enchufe cerca). Si le resulta difícil hablar en persona con el director, tal vez le sea más fácil enviar una nota o un mensaje electrónico. Tómese su tiempo para redactarlos, indique los motivos por los que la lactancia es importante y pida a alguien más que los lea para cerciorarse de que la elección de palabras sea la adecuada, y diga lo que quiere decir. Explique por qué se extraerá leche y exponga lo que necesita para hacerlo, en lugar de pedir permiso para ello. En casi todos los países del mundo se considera que está en su pleno derecho.

“CUANDO MI HIJA TENÍA OCHO MESES, MI TRABAJO DE MÚSICO EN EL EJÉRCITO ESTADOUNIDENSE REQUERÍA QUE PASASE MÁS DE SEIS HORAS EN UN ESTADIO

YO ERA SARGENTO, LO QUE SIGNIFICA QUE NO OFICIALES. EL JEFE DE CUIDADOS PRIMARIOS DE

DEPORTIVO, SEPARADA DE ELLA. TENÍA INFLUENCIA EN LOS

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NUESTRAS INSTALACIONES DE SALUD EN EL ESTADIO ERA UN CORONEL, LO CUAL SIGNIFICA QUE ERA UN INDIVIDUO DE RANGO MUY ELEVADO, EDUCADO, EXPERIMENTADO Y CON MUCHO PODER EN EL EJÉRCITO.

»ME

PUSE EN CONTACTO CON ÉL PARA SOLICITAR UN ESPACIO LIMPIO Y

PRIVADO PARA USAR EL SACALECHES. ME RESPONDIÓ QUE TENÍA SUERTE DE HABER PODIDO DAR DE MAMAR HASTA ENTONCES Y QUE LA RESPONSABILIDAD DE SEGUIR HACIÉNDOLO ERA MÍA, NO DE LA INSTITUCIÓN. ¡UNA RESPUESTA ASÍ, PROCEDENTE DE UN PROFESIONAL DE LA MEDICINA!

»LE DIJE (RECUÉRDESE LA DIFERENCIA DE RANGO) QUE SENTÍA QUE PENSARA ASÍ Y QUE NO ESTUVIESE EN SUS MANOS HABILITAR UN ESPACIO QUE ME POSIBILITARA SEGUIR CON LA LACTANCIA, ESPECIALMENTE AL SER ÉL UN PROFESIONAL DE LA SALUD, QUE DEBERÍA SER CONSCIENTE DE LAS ACTUALES RECOMENDACIONES QUE ACONSEJAN NO DESTETAR A LOS NIÑOS ANTES DE SU PRIMER CUMPLEAÑOS.

»EL

CONOCIMIENTO ES PODER. SE HABILITÓ UN ESPACIO PRIVADO RECIÉN PINTADO CON UN ENCHUFE Y UNA PUERTA CON CERROJO EN LAS INSTALACIONES DEL ESTADIO AQUEL MISMO FIN DE SEMANA”.

CASSANDRA. ALMACENAR LA LECHE EXTRAÍDA EN EL TRABAJO En el trabajo puede conservar la leche en un frigorífico, un termo o un pequeño refrigerador portátil con bolsas refrigerantes. Si hace una jornada laboral estándar, puede dar a la persona que cuida al bebé la leche que se extrae un día para que el bebé la tome al día siguiente. La leche extraída el viernes puede almacenarse en la nevera para su uso el lunes.

HORARIOS CAMBIANTES Elena es piloto y tiene un horario diferente cada semana, con diferentes destinos, y a menudo tiene que pasar una noche fuera de casa. No obstante, entre un viaje y el siguiente, suele pasar entre cinco y siete días en casa. Así, no siempre podía extraerse leche, almacenarla y llevarla consigo a casa, pero si descendía la producción de leche, podía volver a incrementarla cuando pasaba varios días seguidos en casa. Es posible que su trabajo también presente esta fluctuación de horarios o que la obligue a ausentarse de casa algunas noches. En algunos casos, tal vez puedan acompañar a la madre, el bebé y una persona que lo cuide. Esta persona puede quedarse con el bebé en el hotel durante el día mientras la mujer trabaja, y por la noche, la madre puede amamantar al bebé.

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Conservar unas cuantas tomas en el congelador puede ser útil incluso cuando la producción baja.

MADRES MILITARES Ser madre y militar puede constituir un entorno laboral más complicado, especialmente si la mujer tiene que acudir a una misión. La licencia de maternidad suele ser corta, los horarios no siempre son compatibles con la extracción de leche y enviar la leche extraída a casa puede no ser posible. La primera prueba física a la que deba someterse tras el nacimiento del bebé puede resultarle estresante y a menudo requerirá seguir un programa de ejercicio intenso y una dieta diligente. Los períodos de suspensión de destinos tras el parto varían de un país a otro y de una rama del ejército a otra, pero generalmente son cortos en comparación con las necesidades del bebé. A pesar de todos los obstáculos, muchas madres han hallado la manera de hacer funcionar la lactancia. Algunas políticas militares requieren que las madres dispongan de un lugar para extraerse leche, aunque sea un sitio poco privado y poco insonorizado. Es posible que sea necesario el destete parcial o temporal; en otras situaciones, se puede mantener la producción de leche mediante la extracción aunque no sea posible hacer llegar la leche al bebé. El ejercicio intenso y la dieta requerida para pasar el primer test de forma física postparto probablemente no afectarán a la leche (véase el apartado sobre ejercicio y dieta del Capítulo 8), y la lactancia puede incluso favorecer la pérdida de peso. Pero si le parece demasiado, muchos servicios permiten excedencias tanto durante el embarazo como después del parto. Para más información, léase Breastfeeding in Combat Boots: A Survival Guide to Breastfeeding Successfully While Serving in the Military, de Robyn Roche-Paull (en inglés), una Líder retirada de la Liga de La Leche que proporcionó leche a su bebé mientras servía en la armada estadounidense. También hallará información en su sitio web, http://www.breastfeedingincombatboots.com.

INTRODUCCIÓN DEL BIBERÓN Si se reincorpora al trabajo cuando el bebé es mayor, puede que todo lo que el pequeño necesite sea una taza y alimentos sólidos. Pero si va a separarse de un bebé pequeño, probablemente necesitará biberones. Son un sistema muy común, práctico y fácil para alimentar al bebé aparte del pecho, y suele ser lo que se utiliza en las guarderías y

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jardines de infancia. En primer lugar, no existe el momento ideal para empezar. Espere a que la lactancia esté bien establecida y funcione bien para usted y para el bebé. Suele ser mejor empezar ofreciendo un biberón alrededor de dos semanas antes de reincorporarse al trabajo o a las clases. No se sorprenda si el bebé no acepta el biberón cuando se lo da usted. Usted lleva sus adorados pechos; ¿por qué iba a aceptar otra cosa si está usted? Intente salir un rato mientras su pareja, la abuela o una amiga le dan el biberón. Si no funciona, véanse las recomendaciones de la página siguiente. El bebé no se morirá de hambre cuando usted esté trabajando. Si lo desea, el pequeño puede mamar por la tarde y de noche en lugar de comer de día; se trata de un patrón denominado “ciclo invertido”. En una reunión de la LLL las madres explicaban que sus bebés a veces dormían ocho o nueve horas por la noche y luego expresaban preocupación por si sus hijos comían suficiente cuando ellas estaban en el trabajo. Bueno, si el bebé aguanta tanto sin comer de noche, también puede aguantar de día. Pero lo que no puede hacer de ningún modo es aguantar sin comer de día y de noche. Las tomas nocturnas son una gran ayuda para mantener la producción de leche de la madre trabajadora, especialmente si el bebé no come demasiado cuando ella trabaja. Para que las noches sean más llevaderas, véanse los consejos del Capítulo 12 para compartir el sueño.

SI EL BEBÉ NO ACEPTA EL BIBERÓN En primer lugar, sea creativa y paciente. Casi siempre se encuentra algo que funciona. Consejos básicos Pida a otra persona que le ofrezca el biberón al bebé. Ofrezca el biberón como un objeto interesante más, cuando el bebé no esté muy hambriento. Deje que lo examine y averigüe solo, ¡qué bien!, que contiene algo conocido. Presionar para que salga una gota que el bebé pueda probar. Baile y cante cuando le ofrezca el biberón; conviértalo en parte de una cena espectáculo. Ofrezca el biberón cuando el bebé tenga sueño, al despertarse o al dormirse,

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cuando el instinto sea más fuerte que el entendimiento. Pruebe diferentes modelos de tetinas para hallar la que el bebé acepta. Sirva la leche en una taza o una taza con un vaso de aprendizaje. Nadie dice que la leche tenga que salir del biberón. Haga que el biberón se asemeje al pecho Caliente la leche (no en el microondas, que puede crear zonas más calientes). Acérquese lo máximo que pueda al bebé, imitando la posición de lactancia. Recurra a las caricias y los balbuceos. Échese encima una prenda de la madre. Un padre se ponía la bata de su mujer y ¡funcionaba! (Esto es sólo al principio; la persona que lo cuida no tendrá que ponerse su ropa). Decida si su bebé aprenderá a tomar el biberón con la madre mejor que con otra persona. Ofrezca el biberón colocándolo en la axila del brazo adulto para que el bebé lo tome en posición de lactancia, con la tetina cerca del lugar donde se hallaría el pezón materno. Haga que el biberón sea diferente al pecho Sujete al bebé en una posición diferente, de espaldas a usted o en una sillita de seguridad. Ofrezca el biberón en un lugar diferente (en casa de quien lo cuida, paseando o en el coche después de un paseo). Refrigere el biberón y la leche. Si el bebé es mayor, diviértanse en la bañera con un biberón lleno de agua. Échense el agua por encima, rían, chúpenlo y hagan broma. Conviértanlo en un juego. Ofrezca un “helado de leche”: leche parcialmente congelada en cuchara. ¡Nadie dijo que tuviera que ser líquida! Si el bebé ha empezado a tomar sólidos, ponga agua o zumo diluido en el biberón, después agua o zumo con un poco de leche y, poco a poco, aumente la proporción de leche. Recuerde que las primeras semanas de vuelta al trabajo serán difíciles, por muy bien que se preparen madre e hijo. Forma parte de desviarse de nuestra biología.

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¡SOCORRO! ¡LA NIÑERA (NO NECESARIAMENTE EL BEBÉ) QUIERE MÁS LECHE! He aquí algunos factores a repasar antes de ponerse a extraer más. ¿Podría ser debido al entorno? Puede que el bebé empiece a recibir más leche de la que necesita en el jardín de infantes. Vea la lista de consejos para evitar dar al bebé demasiada leche: Observar al bebé, no el biberón, para saber cuándo finaliza la toma. La leche que sobre en el biberón puede utilizarse para la siguiente toma. Muestre a la persona que cuida al bebé la hoja “Dar el biberón a un lactante: ideas para los cuidadores”, del Capítulo 20. Recuerde que los bebés que maman no necesitan aumentar la cantidad de leche ingerida, aunque los bebés que toman leche de fórmula sí lo necesitan. Utilizar tetinas para recién nacidos o de liberación lenta para que no salga tanta leche. Ofrecer el chupete al bebé si ya ha comido pero necesita succionar. Nunca corte la punta de la tetina para acelerar la salida de la leche en la toma. Ofrecer atención y mimos además de alimento. El bebé puede haber aprendido que le toman en brazos cuando le dan leche (es inteligente al comprender que es lo que hay que hacer). Los cuidadores pueden estar dispuestos a llevar al bebé en un portabebé un rato, para dar al pequeño el contacto corporal que para él significa tanto como la comida. ¿Podría tratarse de un estirón? Tal vez el bebé necesite más leche durante unos días. A veces esto ocurre durante los estirones. Si estuvieran juntos en casa, simplemente usted le amamantaría más a menudo. En el trabajo, intente extraerse leche una o dos veces más a lo largo del día mientras dure el estirón. Algunas madres añaden una sesión de extracción en casa, incluso por la noche, a sabiendas de que es algo temporal. Recurra a la leche que conserva congelada y vaya reponiéndola a medida que pueda. Si la causa es que el bebé toma el pecho menos de noche, entonces las extracciones adicionales pueden ser más permanentes. ¿Más extracción que amamantamiento? La lactancia de la madre trabajadora va mejor cuando se basa en muchas tomas en lugar

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de mucha extracción. Es posible que haya perdido la costumbre de ofrecer tomas “de oportunidad” que no pretenden alimentar, sino mantener la producción de leche en buena forma. Muchas madres consiguen doblar el número de tomas cuando dejan de pensar en ellas como tiempos de comida y recuerdan que sirven para conectar con el bebé. Esta conexión favorece la producción de leche. ¿Ninguna de las anteriores? Podría ser causa del sacaleches; véase el Capítulo 15 para solucionar problemas. ¿Le ha vuelto la regla hace poco? ¿Existe la posibilidad de un embarazo? ¿Toma medicación nueva, píldoras anticonceptivas o descongestionantes? Llame a su Líder de la Liga de La Leche, que también puede recomendarle a una asesora de lactancia certificada si es necesario. En ocasiones, hace falta alguien de fuera para comprender qué ocurre. También puede consultar el libro The Breastfeeding Mother’s Guide to Making More Milk, de Diana West y Lisa Marasco (en inglés), que repasa las causas y soluciones de una producción reducida en mayor detalle del que podemos permitirnos aquí. Su sitio web, http://www.lowmilksupply.org, puede darle alguna pista para empezar.

MAMÁ ECHA DE MENOS AL BEBÉ, EL BEBÉ ECHA DE MENOS A MAMÁ Reincorporarse al trabajo puede resultar estresante, especialmente si en su caso la licencia de maternidad ha sido de unas escasas semanas en lugar de meses o años. Independientemente de lo bien que se haya tejido su red de apoyo, independientemente de si ha echado de menos el trabajo o los ingresos o a sus colegas, separarse de esta nueva persona que ha transformado su vida y se ha adueñado de su corazón puede ser una de las cosas más difíciles que haya tenido que hacer jamás. La realidad, basada en los estudios, es que ni madre ni hijo están hechos, fisiológica ni emocionalmente, para separarse del otro habitualmente durante largos períodos. Cada vez más, estudios de diversos países indican que el bebé que se separa de la madre cuando esta trabaja fuera de casa y realiza una jornada laboral completa presenta niveles de cortisol elevados (una clara señal de estrés). No siempre resulta fácil saber cómo se encuentra el bebé; el que parece tranquilo y satisfecho en el jardín de infancia puede presentar niveles superiores de las hormonas del estrés que el bebé que llora y protesta. En general, los niveles de cortisol en niños que van a la guardería son elevadísimos los tres primeros años de vida, significativamente elevados los tres años siguientes,

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normales alrededor de los seis años de edad. Los estudios que se han centrado en los primeros siete años de vida han descubierto una tendencia hacia un aumento de la agresividad y la ansiedad, y dificultad de vinculación en los niños que pasaron sus primeros años en un jardín de infancia. ¿Abrumada? Estudiemos el asunto desde otro punto de vista. Los gobiernos de diversos países pretenden ofrecer un “cuidado infantil de calidad” y asequible. Pero los bebés definen la calidad de manera diferente que los políticos. Para los bebés, la calidad significa el cariño de las personas a las que se sienten vinculados. Las investigaciones nos indican que cualquier cuidado infantil externo temprano resulta estresante y no es lo mejor para el bebé y no se ha preguntado a las madres qué es lo que ellas quieren. Si el dinero no fuera un problema, un estudio llevado a cabo en Inglaterra señala que la mayoría de las madres no se reincorporarían al trabajo tan pronto como lo hacen. Si bien algunas desean reincorporarse pronto, y tienen todo el derecho a ello, la mayor parte desearía poder esperar más. Es difícil escribir sobre este tema y sabemos que es difícil leer este tipo de información. Los libros que tratan el tema de la reincorporación al trabajo no suelen mencionar nada de los niveles de cortisol. Pero esto es el mundo real. Las necesidades de seguros médicos, los problemas económicos y las exigencias del puesto de trabajo no sólo existen sino que se les da más importancia que a los resultados de los estudios. Entonces, ¿qué hacer cuando se tiene una licencia de maternidad corta? He aquí algunas ideas que han sido útiles a otras madres trabajadoras: Intente que el bebé se familiarice con la persona que lo va a cuidar, antes de empezar a dejarlo con ella. Si va a ir a la guardería, intente quedarse en el centro con el bebé (una o dos semanas) antes de dejarlo solo, para que esté habituado al lugar cuando se quede solo allí sin usted. Deje algunos objetos impregnados con su olor para consolar al bebé (tal vez una camiseta con la que haya dormido). Intente llegar pronto al jardín de infantes para quedarse un rato allí y facilitar la transición. Es buena idea amamantar al bebé allí, o tomarlo en brazos mientras la puericultora le habla o juega al escondite con el pequeño. Es doloroso para ambos llegar con prisa y dejar al bebé llorando o protestando. Los bebés a veces protestan tanto al recogerlos como al dejarlos en el centro. Tenga paciencia y dedique tiempo a ayudar al bebé con la transición. No entre con

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prisa y se lo lleve; siéntese con él y dele tiempo para prepararse y marcharse con usted. Pida a quien lo cuida un resumen del comportamiento del bebé durante el día. Así, estará más sensible a sus necesidades. Por ejemplo, si sabe que no ha dormido la siesta o que ha comido más de lo habitual, puede adaptar los planes del resto del día para satisfacer mejor sus necesidades. No se sorprenda si el bebé empieza a despertarse más por la noche aunque llevara tiempo durmiendo varias horas seguidas antes de su reincorporación al trabajo. Muchos bebés se dan cuenta que mamá está en casa de noche y naturalmente quieren estar con ella. Si el bebé no come bien de día, estas tomas nocturnas pueden ser cruciales para obtener las calorías que necesita y mantener la producción de leche. Tener al bebé cerca por la noche (en su cama, o en una cuna adosada a su cama o una cuna junto a la cama) facilitará su descanso. Los bebés que no toman el pecho de noche suelen recurrir a “tomas maratonianas” al anochecer, cuando parece que no cesan de mamar intermitentemente durante horas. Es otra manera de reconectarse, mantener la producción de leche, conseguir nutrición e inmunidad. Plantéese el uso de un portabebé cuando esté con el bebé. Podrá llevar a cabo algunas tareas y cocinar al mismo tiempo que reconforta al bebé con su presencia. Este contacto físico es positivo incluso para la producción de leche, ya que aumenta el nivel de prolactina, la hormona de producción de la leche. Muchos portabebés están diseñados para poder amamantar mientras se utilizan. A partir de ahora, cuando disponga de tiempo, dinero y energía, haga todo lo que esté a su alcance para apoyar la legislación que ayuda a las madres y sus hijos, para que sus hijas no se enfrenten a los mismos dilemas. Por ahora, sus esfuerzos para seguir con la relación de lactancia mientras esté con el bebé pueden aliviar el estrés que provoca el cuidado externo. Reunirse con otras madres que trabajen y amamanten a sus hijos, hablar, llorar y compartir ideas y apoyo con ellas la ayudará. La colaboración de las amigas es importante.

LIBROS Y SITIOS WEB ÚTILES PARA MADRES TRABAJADORAS 351

Las hijas de Hirkani: mujeres que escalaron montañas para combinar trabajar y amamantar, la Liga de La Leche. En internet: http://www.laligadelaleche.org/ En inglés: Nursing Mother, Working Mother, Gale Pryor y Kathleen Huggins. Sequencing, Arlene Rossen Cardozo. The Milk Memos: How Real Moms Learned to Mix Business with Babies — and How You Can, Too, Cate Colburn-Smith y Andrea Serrette. Working Without Weaning: A Working Mother’s Guide to Breastfeeding, Kirsten Berggren. http://www.llli.org/NB/NBworking.html. http://www.workandpump.com. http://www.breastfeeding.com/workingmom.shtml. http://womenshealth.gov/breastfeeding/going-back-to-work/index.html

CAMBIAR DE OPINIÓN Stacy era una reportera entusiasta que no podía imaginar no estar en la calle investigando y escribiendo historias, hasta que nació su hijo. Había decidido que el pequeño iría al jardín de infantes y lo tenía todo previsto… hasta que llegó el primer día a la guardería con el bebé y la leche que se había extraído. Dejó al bebé, se fue al trabajo, redactó una carta de dimisión, la entregó y volvió a recoger al bebé para llevarlo consigo a casa. “No sabía muy bien cómo nos las íbamos a arreglar, pero sabía que no podía dejar a mi bebé”, dijo. Diana, embarazada de cinco meses de su primer hijo Alex, al licenciarse había planificado matricularse en un postgrado cuando naciera el bebé. Ya la habían aceptado y tenía el horario de clases. Pero al acercarse la fecha, notaba un malestar creciente en la boca del estómago y finalmente se dio cuenta de que estar junto a su bebé era ahora más importante que obtener el soñado posgrado. Temía exponérselo a su marido, pero cuando lo hizo, él le dijo que sentía lo mismo,

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prefería que se quedara en casa con Alex, pero que no había sido capaz de decírselo. Cindy encontró un jardín de infantes encantador cuando estaba embarazada. “Era un lugar luminoso y limpio, decorado con colores primarios. El personal estaba formado por gente joven e inteligente. Me entusiasmó. Volví cuando Julie ya había nacido y me pareció un campo de refugiados. Yo sabía que iba a tener un bebé, ¡pero no sabía que iba a ser Julie!”. Cindy encontró maneras de retrasar su reincorporación al trabajo hasta que Julie inició su etapa preescolar. No pasa nada en absoluto si usted cambia de parecer y decide quedarse en casa para criar y cuidar a su bebé en lugar de llevarlo a un centro de puericultura. Es posible que llegue un momento, cuando el bebé sea algo mayor, en que se vuelva a cambiar de opinión y se regrese al trabajo o se inicie una nueva carrera. Serán muchos los temas sobre los que cambiará de parecer en el futuro con el fin de adaptarse a su situación según el momento y a las necesidades cambiantes de su familia.

GRIPE ZEN “Cuando estaba embarazada estaba totalmente convencida que después del parto me reincorporaría a mi trabajo de editora en la revista. Pero la maternidad me tomó desprevenida. Pasé la licencia de maternidad meciendo y contemplando los diminutos rasgos de mi hijo y me resbalaban lágrimas por las mejillas al pensar en dejarlo ocho horas al día. »De modo que no lo hice. Regresé a la oficina un lunes larguísimo, dejé el trabajo un martes y estoy en casa con mi hijo desde entonces. Es lo que más quería en este mundo, y es lo más difícil que he hecho jamás. »Es enriquecedor, profunda y gloriosamente enriquecedor, estar en casa con mi hijo; pero para mi mente programada para correr a un ritmo frenético, lentificarlo ha sido el mayor reto de mi vida. Cuando pasó el revuelo del nacimiento llegó un día en que cesaron las visitas y las llamadas. Para mi sorpresa, me sentí sola y perdida. Tenía lo que más quería, pero no tenía ni idea de qué iba a hacer. »Estaba acostumbrada a correr, de modo que corrí. Nos apuntamos a un grupo de juegos, fuimos de excursión, fuimos a la biblioteca. Hacía planes con las amigas que tenían bebés. Sin darme cuenta, cada mañana buscaba algo, cualquier cosa, que hacer. »A los siete meses llegó la gripe. Nos quedamos en casa y no podían venir visitas. El miércoles llegó la claustrofobia. ¿No podíamos ir a ningún sitio? Los termómetros (el de fuera y el que medía la fiebre de Graham) decían que no. La casa se me caía encima. El viernes me di cuenta de que debía aprender la lección. Me paré a pensar, respiré hondo y me enfrenté al miedo que me empujaba a correr: quizá yo sola no era suficiente estímulo para la mente de Graham. »Me senté y esperé. Afortunadamente Graham pareció saber qué hacer. Me cogió la pernera del pantalón con su mano y me ofreció un juguete. Para él, sólo existe por ahora el pantalón de mamá y una pieza de madera. Tal vez sí era suficiente. »Aquella tarde no hice nada. El teléfono sonó y no respondí. El portátil me reclamaba y lo apagué. Observé a mi bebé. Esto es lo que vi: vi cómo mi hijo, valiente y enfermo toma aire después de un enorme estornudo, con los ojos y la nariz húmedos, y sonríe. Me sonríe. Los estornudos son graciosos y lo sabemos sólo nosotros dos.

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El resto del mundo puede estar pendiente de la mejor presentación en PowerPoint de la historia, pero yo estoy reunida para tratar el tema del humor en relación con los estornudos con un pequeño cuyos ojos vidriosos bailan con los míos. El mundo se paró y supe que había estado corriendo para escapar de lo que más quería en este mundo. »Ahora, cuando se me cae la casa encima y siento la tentación de salir corriendo, me quedo quieta. Siempre recibo mi recompensa. »Quieta, me aferro a dos cosas bien ciertas: que nadie puede hacer este trabajo como yo, y que estos días no volverán jamás. Habrá desayunos de trabajo, nuevas oficinas y retos profesionales interesantes en el futuro. Pero Graham nunca volverá a tener siete meses ni volverá a pasar su primera gripe, y nunca volveremos a sentarnos sobre la alfombra compartiendo la risa que provocan los estornudos. Hay más de una manera de perderse la primera infancia de un hijo y nosotros damos gracias a la gripe por habernos reunido en casa”. Laura.

SECUENCIACIÓN La decisión de reincorporarse al trabajo o no hacerlo no tiene por qué ser definitiva. Se puede aparcar la carrera profesional temporalmente y volver al mercado laboral pasados unos años cuando los hijos son mayores. Incluso en un mundo en que las cosas van deprisa como el nuestro, donde la tecnología avanza tan rápidamente, suelen haber formas de seguir en contacto con un sector al mismo tiempo que se dedica tiempo a los hijos. El libro titulado Sequencing, de Arlene Rossen Cardozo, introdujo un nuevo concepto en la década de 1990 que sigue siendo útil. La autora explica que las mujeres pueden emplear sus habilidades de otras formas y como Donna (véase su historia más adelante), disponer de ingresos durante la etapa de educación de los hijos. Este concepto inspiró la creación de una organización denominada Mothers & More (Madres y Más, http://www.mothersandmore.org), que cree que las mujeres merecen reconocimiento y apoyo de su derecho a elegir si desean o no compaginar la maternidad con el trabajo y cómo hacerlo. Tanto el libro de la doctora Cardozo como la organización Mothers & More son recursos interesantes si decide cambiar de idea y quedarse de momento con sus hijos.

“CUANDO

ESTABA EMBARAZADA DE MI PRIMER HIJO NOAH, SUFRÍ UNA DOLENCIA QUE ME INCAPACITÓ Y TUVE QUE DEJAR MI PUESTO DE TRABAJADORA SOCIAL, EL CUAL ME EXPLICARON, NO PODÍA CONSERVAR HASTA MI RECUPERACIÓN DESPUÉS DEL PARTO.

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»ME

QUEDÉ EN CASA CON MI HIJO LOS PRIMEROS DOCE MESES. PERO CUANDO SE EMPEZARON A ACUMULAR LAS FACTURAS Y MI MARIDO SE QUEDÓ SIN EMPLEO, TUVE QUE BUSCAR UN TRABAJO.

CON

EL FIN DE SEGUIR

AMAMANTANDO A NOAH MIENTRAS CONSEGUÍA INGRESOS, CAMBIÉ DE PROFESIÓN Y ME HICE ASESORA INDEPENDIENTE DE PRODUCTOS DE BELLEZA; DESDE CASA EMPECÉ A OFRECER LIMPIEZAS DE CUTIS Y CAMBIOS DE IMAGEN, Y A VENDER PRODUCTOS COSMÉTICOS.

SÓLO

TRABAJABA ENTRE DIEZ Y QUINCE

HORAS A LA SEMANA Y GANABA MÁS QUE ANTES. PRIORIZAR LA LACTANCIA ME HIZO PLANTEAR ESTA CREATIVA OPCIÓN LABORAL.

»CUANDO UNA SE COMPROMETE A HACER LO MEJOR PARA SU HIJO, EXPLORA CAMPOS QUE NUNCA SE HUBIESE PLANTEADO. MI CARRERA PROFESIONAL COMO TRABAJADORA SOCIAL, AUNQUE ME GUSTABA Y SERVÍA PARA DEDICARME A ELLA, YA NO SE ADAPTABA A LAS NECESIDADES DE MI FAMILIA NI AL ESTILO DE VIDA QUE QUERÍA. DESEABA UN CAMBIO, DE MODO QUE ME CENTRÉ EN LA MANERA DE CONVERTIR LA LACTANCIA EN EL OBJETIVO DE LOS CAMBIOS EN LUGAR DE ABANDONARLA O HACER DE ELLA UN PROBLEMA. HABERLO HECHO ASÍ!”.

¡ESTOY FELIZ DE DONNA.

NO SE PIERDA ESTA MARAVILLOSA ETAPA Madres y bebés necesitan pasar tiempo juntos los primeros días y semanas. Esta es una etapa especial en la vida de ambos que dura poco tiempo. Se están descubriendo el uno al otro y están iniciando una de las relaciones más significativas de su vida. Las tareas domésticas, las comidas y otras responsabilidades, que siempre estarán allí, no importan tanto como conocer al recién nacido y establecer una relación de lactancia firme, lo cual sólo puede hacerse ahora y requiere su tiempo. No hay demasiadas mujeres que se sientan realmente a punto a las seis semanas de dar a luz. Tiene mucho que aprender y gran parte consiste en aprender a ser la madre del nuevo bebé. Intente no pasar demasiado tiempo preocupándose por cómo se las arreglará en el futuro. Preocuparse no servirá de nada y le quitará tiempo para lo que ahora importa. Usted y el bebé han de compenetrarse. Igual que las primeras semanas posparto, la reincorporación al trabajo o al colegio es una transición que puede resultar abrumadora. Pero la lactancia la ayudará a pasarla y seguir entera. Algunas madres, conscientemente o no, se preparan para enfrentarse a la realidad de una reincorporación temprana al trabajo e intentan no “apegarse al bebé” durante la

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licencia de maternidad. Si bien es comprensible intentar protegerse emocionalmente, la mayoría de madres están mucho más satisfechas a largo plazo si entregan su corazón al bebé aunque esto haga la transición más difícil. Intente no permitir que las exigencias del trabajo determinen la profundidad de su relación. Ambos hallarán la manera de sobrevivir un retorno temprano al trabajo, y una relación fuerte con su hijo perdurará más allá de cualquier empleo que tenga. Reúnase con otras madres trabajadoras. Pídales que le cuenten su experiencia. La tranquilizarán y le ofrecerán una dosis de realidad que la ayudará a tomar decisiones. Cuando descubra lo que funciona en su caso, compártalo. Las madres de los foros de http://www.llli.org están ansiosas por oír sus ideas. Comprenda que los primeros días o el primer par de semanas de vuelta al trabajo serán duros, sea cual sea la edad de su hijo. Es algo que no podrá evitar. Pero pasará, como pasaron los traumas de las primeras semanas de maternidad. Ya encontrarán su propio ritmo. Su propio estilo. Lo encontrarán juntos.

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OTRAS SEPARACIONES Tal vez se vea obligada a separarse del bebé debido a unas vacaciones, una boda fuera de la ciudad o una hospitalización. No son separaciones a largo plazo, ni periódicas. Aun así, el hecho de estar fuera más de un día las hacen estresantes y una separación demasiado prolongada puede poner en peligro la lactancia.

VACACIONES, SALIDAS, BODAS En primer lugar, ¿es necesario que vaya? Muchas mujeres se dan cuenta de que las vacaciones relajantes que habían planeado al final resultan estresantes porque echan de menos al bebé y se preocupan por la producción de leche. ¿Puede llevarse al bebé consigo? Tal vez un familiar o una amiga o niñera puede cuidar del bebé mientras está usted en la fiesta, o la cena, por ejemplo, y el resto del tiempo pueden pasarlo relajados en familia. La ropa que vista afectará la facilidad (y el lugar) de la lactancia si se lleva al bebé. Algunas empresas fabrican preciosos trajes de noche para madres lactantes y muchos conjuntos de dos piezas servirán a este propósito. Adquiera un portabebé que haga conjunto con su vestido y usted y el bebé serán las estrellas del acontecimiento. Si realmente necesita o quiere dejar al bebé en casa, en el Capítulo 15 hallará consejos para extraer y almacenar leche. Con antelación podrá dejar preparados los biberones para las tomas necesarias. Vale la pena intentarlo, porque siquiera un poco de leche de fórmula aumenta los riesgos para la salud del bebé que toma leche materna exclusivamente, presentes y futuros. La leche artificial debe ser el último recurso, una posibilidad, pero que conviene intentar evitar. Mientras esté usted fuera le será útil extraerse leche regularmente para mantener la producción, aunque no tenga posibilidad de conservarla y traerla de vuelta a casa.

HOSPITALIZACIONES ¿Tienen que ingresarla? ¿Puede aplazar la intervención unos meses? Si no es posible tal vez pueda tener al bebé con usted si le acompaña otra persona. Dependiendo de su

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estado y de las políticas del hospital, tal vez pueda evitar que el bebé pierda más de un par de tomas. Puede pedir un sacaleches o traerse el suyo. Si no es posible tener al bebé consigo todo el tiempo que pase en el hospital, puede extraerse leche con antelación durante unas dos semanas, para aumentar la producción de leche y conservar unos cuantos biberones en el congelador. Después, siga extrayéndose leche mientras esté separada del bebé y dé indicaciones para que el bebé sea alimentado con la leche que tiene congelada. A menos que el bebé sea prematuro o esté enfermo, no hay necesidad de interrumpir la lactancia (o puede extraerse leche y desecharla) por el mero hecho de haber sido anestesiada. En cuanto se despierte de la anestesia, significa que su organismo está libre de ella, por tanto, la leche también está libre de anestesia. Del mismo modo, rarísima vez es necesario dejar de amamantar por tener que tomar medicación. Casi todas las medicinas, con la excepción de unas pocas, como determinados fármacos radiactivos y la quimioterapia, son inocuas para el lactante. Una fuente de información fiable si desea consultar la seguridad de un fármaco en concreto es el libro Medicamentos y leche materna, del doctor Thomas Hale, que se actualiza regularmente, y la página web del Servicio de Pediatría Apilam: Medicamentos y lactancia: http://www.e-lactancia.org. Independientemente de la unidad hospitalaria en la que se encuentre, puede pedir que la visite una o una Líder de la LLL o una asesora de lactancia de la unidad de maternidad. Esta profesional puede ser una gran aliada y una Líder de la LLL puede estar familiarizada con las políticas hospitalarias de un centro en concreto, puede conocer a algunas enfermeras dispuestas a colaborar y darle otro tipo de consejos útiles en su caso.

VOLVER JUNTO AL BEBÉ A veces, tras una separación de más de un día el bebé rechaza el pecho e incluso parece rechazar a la madre. No sabía dónde se había ido, su confianza se ha visto afectada y le está diciendo que no le ha gustado la experiencia. La mayoría de estos rechazos son temporales. Al restablecer el contacto, tal vez con un baño o una siesta juntos, se curan los sentimientos heridos. Si el bebé sigue rechazando el pecho, véase la información sobre las huelgas de lactancia del Capítulo 18 o hable con una Líder de la LLL.

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© Liga de la Leche Guatemala – Maria José Carranza

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QUINCE

LECHE PARA LLEVAR

© Liga de la Leche Argentina “Sebastián se adelantó ocho semanas, y al nacer se lo llevaron a la unidad de neonatos enseguida. Mi doula acompañante me ayudó a extraerme un poco de leche manualmente y guardarla en un recipiente estéril, y me recordó que si Sebastián hubiera nacido a término, me lo habrían puesto al pecho enseguida. No obtuve demasiada leche pero me tranquilizaba el hecho de tener algo que ofrecerle. Seguí extrayéndome leche manualmente durante los días siguientes y cuando me bajó la leche pasé a utilizar el sacaleches eléctrico del hospital. Las enfermeras le daban mi leche mediante un tubo. Me extraía leche cada tres horas hasta que él fue capaz de tomar el pecho. Durante todo este tiempo de hospitalización, nunca tomó nada que no fuera mi leche”. Esmeralda, recuerdos de 2001.

reincorporarse al trabajo cuando su bebé tenía dos meses. El bebé de Bethany se adelantó tres meses. A Carrie se le agrietaron los pezones y le disminuyó la producción de leche porque el bebé no sabía mamar bien al principio. Dara no amamantó a su bebé pero deseaba que el pequeño tomara su leche. ¿Qué tienen en común estas ANNA TUVO QUE

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madres? Que todas tuvieron que extraerse leche con un sacaleches o manualmente. Independientemente de las razones que conducen a la extracción de leche, por regla general el proceso seguirá tres pasos: extracción (de las mamas), almacenaje (hasta que el bebé toma la leche) e ingestión (por parte del bebé).

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PRIMER PASO: EXTRACCIÓN Cuando no es posible estar junto al bebé, la extracción de leche no sólo le proporciona alimento sino que además asegura la producción. La mayoría de mujeres empiezan estudiando las opciones. En internet o en las tiendas especializadas hallará diversidad de sacaleches: manuales o eléctricos, sencillos o dobles, manos libres, de alquiler (los que tienen en los hospitales), etc. ¿Cómo elegir el más adecuado? ¿Verdaderamente necesita uno?

EXTRACCIÓN MANUAL Antes de la existencia de los sacaleches, las mujeres se extraían leche de sus pechos cuando no podían estar junto al bebé; y en muchos lugares del mundo siguen haciéndolo. Estamos tan habituadas al uso de la tecnología, que a menudo olvidamos la sencillez de la extracción manual. Pero tiene sus ventajas. Es gratis, se puede llevar a cabo en cualquier sitio y no hay que manipular ningún aparato eléctrico.

Por otro lado, la extracción manual requiere cierta práctica y no hay dos mujeres que la realicen exactamente igual. Hay que conocer los propios pechos y saber cuál es el mejor punto para ejercer presión y conseguir que la leche fluya. Al menos al principio, probablemente tardará más si lo hace manualmente que si usa un sacaleches. No todas las mujeres se sienten cómodas practicando la extracción manual, aunque una vez que se da con el truco, enseguida se domina la técnica. Es posible sujetar una tacita debajo de

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los pechos con los dedos de una mano, extraerse leche con los pulgares y acabar en cinco minutos. Como mínimo, vale la pena aprender la técnica porque hay momentos en que casi toda madre quiere extraerse un poco de leche, como por ejemplo en las noches en que el bebé duerme más de lo habitual. Un minuto en el baño y podrá volver a acostarse cómodamente.

CÓMO EXTRAER LECHE MANUALMENTE La idea básica de la extracción en general consiste en estimular la liberación de la leche y conseguir que fluya hasta el pezón, desde donde saldrá. Para practicar, póngase un recipiente grande en el regazo y tenga una toalla a mano. Así, no necesitará apuntar bien y podrá limpiar las gotas que se desvíen. Empiece “despertando el pecho” combinando un masaje con unas suaves sacudidas y estimulando los pezones con unos toques. Jane Morton, pediatra, investigadora y profesora, enseña una técnica que es fácil de recordar: presionar, comprimir y soltar: 1. Para empezar, sujete el pecho con los dedos y el pulgar rodeando el pecho en forma de C, cerca de la aréola pero sin tocarla. A continuación: 2. PRESIONE con los dedos y el pulgar hacia el pecho. 3. COMPRIMA el pecho entre los dedos y el pulgar, moviéndolos ligeramente hacia el pezón sin elevarlos del pecho. 4. SUELTE sin retirar la mano del pecho. 5. REPITA el movimiento colocando la mano en otro punto del pecho después de unas cuantas compresiones o cuando la leche deje de fluir, de modo que comprima todos los conductos galactóforos. Pero, aunque lo haga usted fabulosamente, la leche no saldrá enseguida, del mismo modo que no sale enseguida cuando el experto lactante succiona. (Es algo positivo: este retraso evita el flujo de la leche cada vez que alguien nos roce). Se tarda un cierto tiempo en hallar los puntos adecuados y dominar la técnica que mejor funcione. Cuando salga un chorrito de leche de al menos un poro del pezón (en lugar de gotas), habrá dado con un punto bueno. Lo más eficaz para una mujer puede no serlo para otra; es un proceso de prueba y error. Vierta la leche en el recipiente de su elección. Un recipiente flexible le permitirá

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pasarla bien a otro recipiente; o puede emplear la copa de succión del sacaleches o un embudo normal para verter la leche en el envase o la bolsa de almacenaje. También puede optar por entrenar la puntería.

SACALECHES Los extractores de leche (o sacaleches) tienen ventajas en comparación con la extracción manual en algunas circunstancias. Su uso es sencillo, se pueden hacer otras cosas mientras se extrae leche y no es necesario concentrarse en lo que se está haciendo. Para elegir el mejor sacaleches en su caso, conviene comprender antes cómo funcionan y en qué se diferencian. Un extractor eficaz imita (tan bien como puede) la acción de succión del bebé. La succión del bebé no es continuada, se detiene y sigue un ritmo o ciclo de succión-liberación-succión-liberación. Además, el bebé succiona con suficiente fuerza para extraer la leche pero sin causar daños en los tejidos. Los sacaleches tienen que equilibrar los ciclos y la intensidad de la succión con precisión. Si la succión es demasiado fuerte o los ciclos demasiado largos, se pueden dañar los pezones. Si la succión es demasiado débil o los ciclos demasiado cortos, puede que la leche no salga bien. Extractores eléctricos de alquiler (hospitalarios) Son aparatos diseñados para durar muchos años y servir a muchas usuarias. Son costosos, por lo que habitualmente se alquilan en lugar de ser comprados. Este tipo de sacaleches dispone de una o más opciones de ciclos que corresponden a los ciclos medios de succión de los bebés. Algunos incluso pueden programarse para ir más deprisa al principio para estimular la bajada de la leche, imitando la succión rápida del bebé al agarrarse. Muchos presentan diferentes niveles de succión para poder adaptar tanto la velocidad como la intensidad de la succión para un uso más eficaz. Se trata de sistemas cerrados, lo cual significa que las partes operativas no entran en contacto con la leche extraída. Cada usuaria debe adquirir un conjunto personal de accesorios (tubos, embudos, válvulas, etc.) que se conectan al motor. Se puede extraer leche de ambos pechos al mismo tiempo sin pérdida de succión ni velocidad, lo cual ahorra tiempo y suele estimular mejor la producción de leche. Los sacaleches de alquiler casi siempre extraen leche más eficaz y cuidadosamente que otros tipos de extractores.

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Extractores eléctricos domésticos Si recopila información en una tienda especializada o por internet, probablemente observará que se dice de estos extractores, que son tan buenos como los de alquiler. ¡No lo crea! Aunque los sacaleches domésticos de calidad suelen ser lo suficientemente buenos cuando se ha establecido la producción de leche y la mujer no se extrae leche exclusivamente con el extractor. (Algunas mujeres consiguen mantener una buena producción con estos sacaleches incluso sin amamantar. Si es su caso, haga el seguimiento de la producción de leche y esté preparada para cambiar a un sacaleches de alquiler si observa un descenso de la producción). En esta categoría se encuentran diversidad de sacaleches, desde los más caros y buenos, capaces de mantener patrones adecuados de succión y ciclos durante los meses que la mujer necesite extraerse leche en el trabajo (y para el segundo o tercer hijo) a los menos caros pero de menor calidad, capaces de extraer leche para una toma de vez en cuando pero no pueden mantener la producción de leche. Las versiones más sofisticadas permiten la extracción doble sin afectar la succión ni la velocidad y pueden disponer de la opción de succión rápida para el inicio. Los sacaleches domésticos están diseñados para ser utilizados por una sola persona. Muchas marcas ofrecen la opción de operación con pilas. Puede resultar útil, especialmente si no hay un enchufe cerca, pero los extractores consumen rápidamente las pilas y resultan caros y problemáticos si se paran en medio de una sesión de extracción. Los sacaleches domésticos son cada vez mejores, pero algunas de las nuevas funciones que ofrecen no han sido muy experimentadas y puede resultar difícil distinguir los buenos de los malos. Antes de gastar dinero en un sacaleches innovador, hable con sus amigas y pregúnteles qué les funcionó a ellas, y plantéese pedir recomendaciones a una líder de la LLL o a una consultora de lactancia certificada. Si busca un sacaleches para usarlo en el trabajo, olvídese de los extractores económicos o los que funcionan con pilas: no son lo bastante potentes para asegurar succión y ciclos adecuados para extraer la leche correctamente varias veces al día, semana tras semana. ¿Y UN SACALECHES DE SEGUNDA MANO? Hallará sacaleches de segunda mano en internet. Tal vez una colega o una amiga le ofrezca su sacaleches porque ya no lo utiliza. El problema de los extractores domésticos es que no están pensados para durar mucho más de un año, el período de tiempo que una madre suele extraerse leche para un bebé. Cuando empiezan a

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estropearse puede que no dejen de funcionar de repente. Los mecanismos de succión y control de los ciclos se deterioran muy lentamente, hasta que la mujer se da cuenta de que no obtiene tanta leche y la succión no parece tan intensa (o lo es demasiado). Los sacaleches domésticos no son sistemas cerrados como los de alquiler, de modo que la leche o la humedad puede entrar en las partes mecánicas, donde las bacterias, el moho y los virus pueden desarrollarse. ¿Es verdaderamente un riesgo? por supuesto, las empresas fabricantes afirman que sí, pero no existen estudios que demuestren que sea o no sea así. Algunas bacterias y virus potenciales, el del VIH, por ejemplo, mueren en cuestión de horas o días. Algunos de ellos no provocan enfermedades en los humanos. Otros, como la bacteria de la tuberculosis, pueden sobrevivir mucho tiempo. Nuestro consejo es que se tenga en cuenta la procedencia, que se use el sentido común y que al menos se adquieran accesorios nuevos. Si el sacaleches de segunda mano es de los que suelen ser de alquiler, es posible que sea robado. Un vendedor legítimo podrá darle un número de serie para que pueda ponerse en contacto con el fabricante, que dispone de una lista de números de serie de los sacaleches robados.

SACALECHES MANUALES Si sólo va a extraerse leche ocasionalmente, tal vez para conservar algunas tomas en el congelador por si acaso o para separaciones cortas, este tipo de sacaleches seguramente sea su mejor opción. Algunas madres se compran incluso dos, para poder extraerse leche de los dos pechos sin electricidad.

EXTRACCIÓN MANOS LIBRES CASERA Se puede adquirir un sujetador con accesorios para extraerse leche con las manos libres. Pero también hay maneras para hacerse uno. 1. Compre un sujetador deportivo económico que se abroche por delante y se ajuste bien sobre su sujetador de lactancia. Póngase el sujetador deportivo con las solapas del sujetador de lactancia bajadas. Con unas tijeras pequeñas, haga agujeritos cada vez mayores en la tela del sujetador deportivo hasta que sean lo bastante grandes como para introducir las copas de succión, pero suficientemente pequeños para que se aguanten las copas con firmeza contra el pecho. ¡Voilà! 2. Prescinda del sujetador de lactancia y utilice sólo el deportivo. Corte agujeros en la tela a la altura de los pezones para introducir las copas de succión. 3. Visite el sitio en internet: http://kellymom.com/bf/pumpingmoms/pumping/handsfree-pumping, donde se describe el “método de la goma elástica”.

ELECCIÓN DE LAS COPAS DE SUCCIÓN A veces la extracción resulta dolorosa aunque se emplee un sacaleches de calidad. Si no se presenta una lesión que sea la causa del dolor, lo más probable es que el problema sea

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una mala correspondencia entre tamaño de las copas de succión y los pechos. Las copas son las piezas que están en contacto con la piel. Si son demasiado pequeñas la fricción puede provocar dolor e hinchazón del pezón y la aréola, e incluso abrasar la piel con el uso continuado. Si la copa es demasiado grande succionará demasiado tejido, cosa que también puede provocar hinchazón. El tamaño estándar (24-26 mm) de la mayoría de los accesorios puede ser demasiado pequeño para usted. Algunos fabricantes incluyen en el conjunto de accesorios el tamaño inmediatamente superior, o se puede adquirir por separado, e incluso ofrecen tallas mayores. En algunos casos, una copa de 21 mm resulta más cómoda. Para saber si está utilizando el tamaño adecuado de copa, observe lo que ocurre con los pezones y la aréola mientras usa el sacaleches. El pezón debería entrar fácilmente en el tubo y una parte de la aréola debería seguirlo. Observe el pezón inmediatamente después de la extracción. Muy probablemente se habrá agrandado, pero no debería oscurecerse ni estar hinchado, y no debería provocar molestias ni durante la extracción ni después. Siempre es posible utilizar un poco de aceite comestible (como el de oliva, pero no otros posibles alérgenos como el aceite de maní o el de maíz) con el fin de reducir la fricción, pero si la copa es del tamaño adecuado, no será necesario ningún tipo de lubricación. Algunas asesoras de lactancia creen que la condensación del interior del sacaleches puede indicar que las copas son demasiado pequeñas. Si la copa es de su talla puede incluso extraer más leche, porque el sacaleches llega a las partes indicadas del pecho. La comodidad y la leche obtenida deben guiarla. Es posible que tenga que acudir varias veces a la tienda para conseguir la copa de su talla, pero puede dar por bien invertido el gasto adicional. Puede incluso que acabe utilizando una talla que había descartado, porque las mamas y los pezones pueden cambiar con el tiempo. Las copas no utilizadas pueden reciclarse como embudos de cocina (una de nosotras sigue usando uno pasadas décadas) o como juguetes para el baño. Algunos fabricantes ofrecen copas especiales. Uno, por ejemplo, dispone de una parte blanda para mejorar la comodidad y la estimulación. Otro presenta un codo ajustable para que la mujer pueda tumbarse durante la extracción sin verter líquido. Puede ser una buena solución si está cansada de inclinarse hacia delante para que la leche entre en los recipientes.

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¿CADA CUÁNTO EXTRAER? Si se extrae leche en lugar de amamantar y el bebé sólo tiene unos días de edad, lo mejor es llevar a cabo entre ocho y doce sesiones de extracción al día (de las cuales, al menos una de noche) durante las primeras semanas para establecer una buena producción de leche. Por supuesto, la verdad es que resulta difícil llegar a las doce sesiones con un nuevo bebé o con niños. Algunas ideas de madres que lo han hecho: Propóngase diez, intente llegar a ocho, nunca haga menos de seis. No piense “cada tres horas” o no llegará a las ocho sesiones. Las tres horas se convertirán en tres y media, y al final del día habrá hecho cinco sesiones y no podrá recuperarlas. Por tanto, propóngase y haga ocho. Haga las sesiones seguidas. No hace falta espaciar las extracciones equitativamente: ¡los bebés no lo hacen! Coloque ocho o diez caramelos junto al sacaleches y coma uno en cada sesión. Al final del día no debe quedar ninguno. Si desea elaborar una tabla, no pretenda ser demasiado exacta. En una hoja con las horas del día anotadas, rodee con un círculo las horas en que se extraiga leche. (Encontrará un modelo en las “Hojas de utilidad” del final del libro). Si un día las cosas no van bien, intente averiguar qué ha fallado e inténtelo con más ganas al día siguiente. Busque ocho programas de tele de media hora de duración que le interesen a lo largo del día y extráigase leche mientras los ve. Cuando la producción de leche está bien afianzada, la frecuencia de las extracciones dependerá de cada mujer. Algunas tienen bastante con seis, o incluso cuatro sesiones al día transcurridos unos meses. Recuerde que producimos leche más deprisa cuando las mamas están más vacías, y que la presión de la leche no extraída puede volver más lento el ritmo y hacer disminuir la cantidad de la producción. Por eso, los pechos con una buena capacidad de almacenamiento (cosa que no se puede determinar a simple vista) pueden aguantar más entre extracciones, y los pechos con una producción abundante, pero capacidad de almacenamiento reducida, precisan la extracción de la leche más a menudo.

CÓMO PROCEDER A LA EXTRACCIÓN 368

Estos pasos son los que siguen la mayoría de mujeres: Busque uno o dos lugares cómodos en la casa o en el trabajo que le permitan acceso a otras cosas que le interesen (el bebé, otros niños, archivos, computador, auriculares, televisor). Embadurne el interior de las copas de succión con aceite si lo desea. Desabróchese la ropa y el sujetador. “Despierte los pechos” con un masaje, unas suaves sacudidas, elevándolas y acariciándolas para favorecer el flujo de la leche. Estimule los pezones para favorecer la eyección de la leche. Centre las copas sobre los pezones, vertical y horizontalmente (el ángulo puede variar entre un pecho y el otro). La extracción debe ser tan cómoda como la succión del bebé. Las copas no tienen que presionar incómodamente el pecho ni tiene usted que inclinarse hacia delante para la succión. Utilice almohadas, un taburete o cualquier otro accesorio para estar más cómoda. Encienda el sacaleches en modo “empezar la sesión”, que puede ser más rápido y suave que el modo “seguir extrayendo”. La primera eyección de leche tardará unos minutos. Siga succionando y al cabo de unos minutos probablemente se producirá otra bajada de leche, y posiblemente una tercera. Siga succionando hasta que se le ablanden los pechos (a menos que los tenga congestionados). En ocasiones vale la pena seguir succionando un rato más para conseguir otra bajada de leche; ya irá aprendiendo qué funciona en su caso. Durante la extracción realice algunas compresiones del pecho para aumentar el flujo de leche (véase el Capítulo 6). Descanse y hágase un masaje en los pechos para favorecer la liberación de leche. Intente extraerse leche de un lado mientras el bebé toma del otro. Puede conseguir más bajadas de leche. La extracción de un pecho a la vez permite la compresión de la mama y el masaje mientras se succiona, pero puede no ofrecer tanta leche (aunque algunas mujeres con producción pobre consiguen más leche de este modo) y suele requerir más tiempo. Si es el sistema que usted emplea, succione cinco minutos de cada pecho y repita. Una sesión de extracción que sustituya una toma probablemente no durará más de

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quince minutos si se extrae leche de los dos pechos a la vez, o unos veinte minutos si se extrae de un pecho a la vez. No mire el reloj para saber cuándo termina la sesión, (pálpese los pechos para comprobar si están más blandos y ligeros). Si no tiene la certeza, empiece a extraerse leche entre quince y veinte minutos, prestando atención a la textura de los pechos. Cuando conozca mejor sus pechos, sabrá cuándo terminar. Cuando acabe la sesión, extráigase leche manualmente durante un minuto. Así, vaciará la leche que quede y que no ha podido succionar el sacaleches, lo cual aumentará la cantidad obtenida (y la producción). A menos que la leche sea para un bebé enfermo o prematuro, simplemente enjuague las copas de succión y guárdelas hasta la siguiente sesión; lávelas sólo al final del día, con un poco de agua jabonosa si el bebé ha nacido a término y está sano. Si el bebé está hospitalizado, siga las directrices del hospital para la extracción y conservación de la leche. Muchas mujeres consiguen acabar la sesión de extracción simultánea de ambos pechos en diez minutos, incluyendo el tiempo de preparación y limpieza. Pero se requiere práctica y conocimiento del propio cuerpo. Si empieza con una producción escasa, en el Capítulo 18 hallará más consejos. También encontrará un vídeo útil para maximizar la extracción de leche desarrollado por la doctora Jane Morton en el siguiente sitio web: newborns.stanford.edu/Breastfeeding/MaxProduction.html. Técnicas creativas Use la imaginación para hallar maneras de adaptar las sesiones de extracción más fácilmente a su vida. Algunas mujeres se colocan el sacaleches en un portabebé y se hacen sujetadores de manos libres (véase el apartado “Extracción manos libres casera”), para poder moverse y cuidar del bebé mientras se sacan leche. Una madre se extraía leche de las dos mamas a la vez presionando el antebrazo contra una copa de succión y sujetando la otra con dos dedos y usando las dos manos para accionar el pistón y el cilindro, sin necesidad de electricidad. Puede emplear muebles, partes del cuerpo, prendas de ropa, cualquier cosa que le facilite el trabajo de extracción. Luego comparta las ideas que le hayan funcionado.

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CUÁNDO EXTRAERSE LECHE SI SE ESTÁ CON EL BEBÉ Si se extrae leche cuando está con el bebé porque está intentando aumentar su producción de leche, obtener leche para complementar su alimentación o acumular reservas en el congelador, tendrá que pensar en el mejor momento para la sesión de extracción mientras sigue amamantando. La mayoría de mujeres se extraen leche después de una toma, para sacar la leche que el bebé ha dejado. Si el bebé no extrae la leche eficazmente o no mama suficiente rato, sacarse leche después de lactar puede ser muy importante para vaciar los pechos y mantener la producción. Si se extrae leche para usarla como complemento, probablemente lo mejor será utilizar lo que se saque para la toma siguiente (véase el Capítulo 18 para más información sobre la complementación). Si el bebé mama bien, es posible que no obtenga mucha leche después de la toma, y no pasa nada: estará indicando a sus pechos que produzcan más. Si la producción es escasa, el bebé puede quedar intranquilo después de la toma y dificultar la extracción. Intente completar la toma con un suplemento, o colocándolo al pecho para que tome el postre, y luego extráigase leche. Otra opción consiste en extraerse leche entre tomas o mientras el bebé duerme la siesta. Probablemente obtendrá más leche porque las mamas ya estarán produciendo para la siguiente toma. Si el bebé se despierta y quiere tomar poco después de una sesión de extracción, puede que no obtenga mucha leche de los pechos, pero la obtendrá como suplemento en breve y la extracción habrá servido para fomentar la producción. Extraerse leche por la noche o no hacerlo dependerá de la situación y de la necesidad de descanso. ¿El bebé toma el pecho eficazmente? puede optar por amamantarlo sólo de noche. Por otro lado, la producción de leche es algo más elevada de noche en respuesta a los niveles de prolactina, una razón más para la extracción. Adicionalmente, la falta de sueño puede reducir la producción de leche. Si el horario de extracción resulta demasiado sacrificado, extráigase leche además de amamantar si resulta que se despierta por la noche, pero no se preocupe si no se despierta. Algunas mujeres toman un gran vaso de agua antes de acostarse para despertarse en plena noche. Para extraerse leche estando separada del bebé, véase el Capítulo 14.

SOLUCIÓN DE PROBLEMAS CON LA PRODUCCIÓN DE LECHE Y LA EXTRACCIÓN Cuando un grupo de madres que se extraen leche se reúnen, la conversación enseguida

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se centra en el tema lácteo. El problema no suele ser la extracción de poca leche, a largo plazo (alrededor de los dos o tres meses) ni al principio. Echemos una ojeada a los principales problemas y soluciones por orden de probabilidad de aparición. Problema: menos leche con cada extracción ¿Podría ser el sacaleches?

¿Están todas las partes (eléctricas, tubos, válvulas, etc.) conectadas y enchufadas? ¿Algún accesorio está desgastado, obturado o empapado? Los discos y membranas pueden romperse, los tubos tener pérdidas y romperse, la leche seca puede impedir que la válvula cierre bien, las membranas pueden humedecerse. Empiece revisando la copa y vaya repasando todas las partes del sacaleches hasta el motor. ¿Funciona bien la velocidad de succión y de los ciclos? Llévelo al servicio técnico y pida que revisen los niveles. Hallará el servicio técnico más cercano buscando en el sitio web del fabricante. ¿Podría ser el método de extracción?

¿Se extrae leche con la misma frecuencia o el mismo tiempo que antes? ¿Espera a sentirse los pechos llenos antes de la extracción? Un pecho lleno enlentece la producción de leche, lo que significa que la producción disminuye paulatinamente. ¿Está tan ocupada que se ha saltado alguna sesión de extracción o las acorta con demasiada frecuencia? Pruebe un sistema de manos libres (véase el apartado “Extracción manos libres casera”) para poder hacer otras cosas mientras se saca leche. Anote las horas de las sesiones de extracción en la agenda. Pero si ya no puede hacer más de lo que hace, recuerde que la extracción es beneficiosa siempre, por limitada que sea. Mañana será otro día. ¿Tiene problemas con la bajada de la leche cuando usa el sacaleches? Si su vínculo es con el bebé y no el sacaleches, así es como debe ser. El bebé combina maravillosamente su magia con la succión para obtener leche. Intente oler algo que haya llevado el bebé mientras se extrae leche. Algunas mujeres miran fotos o vídeos de su hijo con un aparato electrónico. Si le resulta difícil pensar tanto en el bebé, concéntrese en las técnicas de masaje, compresión y extracción manual mencionadas anteriormente para favorecer la eyección de la leche. Una ducha

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caliente o la aplicación de compresas calientes en los pechos antes de la extracción también pueden facilitar el flujo de la leche. ¿Se extrae menos leche porque el bebé es más mayor? Si el bebé mama menos, la producción de leche naturalmente será menor y el bebé no necesitará tanta.

”CUANDO

MI SEGUNDO HIJO TOMABA EL PECHO, LE CANTABA CANCIONES

INFANTILES A MI HIJA DE TRES AÑOS, EMILY, PARA QUE LAS BAILARA: ERA UNA MANERA DE ENTRETENERLA AL MISMO TIEMPO QUE CUIDABA DEL BEBÉ.

CUANDO

TUVE QUE EXTRAERME LECHE, CANTAR LAS MISMAS CANCIONES,

ESPECIALMENTE COMETIENDO LOS MISMOS ERRORES QUE COMETER, FACILITABA MUCHO LA BAJADA DE LA LECHE”.

EMILY

SOLÍA

SARAH.

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PROBLEMA: LA EXTRACCIÓN RESULTA DOLOROSA La extracción debería ser cómoda, pero no todos los sacaleches funcionan bien para todas las mujeres. Posibles soluciones: Inicie la sesión con succión rápida y ligera. Los bebés suelen empezar con succiones suaves. Intente reproducir el patrón con el sacaleches para que los pezones se adapten al proceso. Siga con la succión suave durante toda la sesión. El sacaleches obtiene más leche cuando más cómodo resulta. De modo que no debe resultar incómodo. Imagine una pajita que se chupa con tanta fuerza que se aplana y el líquido no puede pasar. Si la succión es demasiado intensa, los conductos galactóforos pueden reaccionar igual. Cambie de tamaño de copas. Si el pezón o la piel que lo rodea rozan el interior del tubo, o si el pezón se hincha o se oscurece tras la extracción, es posible que necesite otro tamaño de copa, como se explicó anteriormente. Use un lubricante. Recubrir el interior de la copa o el pecho con un poco de aceite de oliva puede proporcionar la lubricación necesaria para que la extracción resulte cómoda. Consiga un sacaleches de mejor calidad. Los de alquiler son los que mejor funcionan en casi todos los casos. Ajuste la velocidad de succión. Los pezones necesitan pausas durante la succión. Cerciórese de que la opción seleccionada corresponde con el uso que da al sacaleches. Por ejemplo, si está en modo de doble extracción y lo usa para extracción simple, puede provocar irritación. Descarte una infección. Las infecciones por hongos pueden causar dolor durante la extracción. Descarte una reacción alérgica. Podría presentar una reacción dermatológica rara al tipo de plástico utilizado para fabricar la copa. Si ninguna de estas ideas le resulta útil, llame a una líder de la

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LLL,

a otra mujer que

use un sacaleches, a la tienda donde lo adquirió o a la empresa fabricante. Para más consejos y experiencias, visite los foros de http://www.llli.org.

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SEGUNDO PASO: ALMACENAJE La leche materna fresca no es como la leche de vaca, de cabra o de fórmula. Contiene células vivas que combaten activamente los patógenos. Incluso congelada, la leche humana conserva todas las propiedades nutricionales que necesitan los bebés y, según el período de tiempo de congelación, sigue conservando sus propiedades anti-infecciosas, incomparables con las de otros productos lácteos. Por tanto, merece la pena almacenar la leche extraída para maximizar todas estas cualidades.

RECIPIENTES PARA LA CONSERVACIÓN DE LA LECHE Si la leche es para alimentar a un bebé sano nacido a término, se puede guardar en cualquier tipo de recipiente limpio, pero la mayoría de mujeres utilizan botellitas o bolsas desechables fabricadas a tal efecto. Para evitar toxinas, es mejor usar recipientes que no estén fabricados con bisfenol A, un disruptor endocrino, identificado con un código de reciclado con el número 3 o 7. Una alternativa más segura es el polipropileno, suave, translúcido y con código de reciclado con el número 5 o las letras PP en la base del recipiente. Se puede evitar los riesgos potenciales del plástico utilizando envases de vidrio. No use bolsas de plástico desechables que no sean específicas para la conservación de leche humana. Otros tipos de bolsas de plástico son menos duraderas y pierden líquido y algunos plásticos pueden incluso destruir los nutrientes que contiene la leche. Para no volverse loca, feche las bolsas o envases de leche. Si el bebé va al jardín de infantes, escriba también su nombre en la bolsa. Un consejo aprendido con la experiencia: si usa bolsas, es más fácil escribir cuando están vacías, no llenas. ¡Use tinta resistente al agua!

CÓMO ALMACENAR LA LECHE Cuando la leche está en los recipientes elegidos, se puede hacer tres cosas: dársela enseguida al bebé, guardarla en el refrigerador o congelarla. La leche extraída se mantiene fresca mucho tiempo (véase más adelante), pero cuanto

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más reciente sea cuando el bebé la toma, de más propiedades nutricionales e inmunológicas se beneficiará. La leche refrigerada contiene más propiedades antiinfecciosas que la congelada. La leche que lleva dos semanas congelada conserva más propiedades anti-infecciosas que la que lleva dos meses en el congelador. Lo mejor es enfriar la leche inmediatamente después de extraerla y refrigerarla si no es posible dársela al bebé en las horas siguientes. Recuerde que incluso la leche congelada durante meses es superior a la de fórmula. Léase el apartado “Manipulación práctica de la leche” para decidir cómo procesarla. Para dársela enseguida al bebé La leche se conserva fresca durante al menos cuatro a ocho horas atemperatura ambiente, aproximadamente a 22 °C. Cuanto más calor, menos tiempo se conservará, pero no es necesario correr a guardarla en la nevera si el bebé que la tomará está sano y nació a término. Si se extrae la leche a primera hora de la mañana, puede dejar la leche a quien cuide al bebé para la primera toma de la mañana. No hace falta refrigerarla y conservará el máximo nivel de nutrientes y protección contra gérmenes. Si el bebé no termina el biberón, se puede conservar en la nevera y dárselo a la siguiente toma. Suele contener nuevas bacterias que han llegado a través de la saliva del bebé, lo que disminuye el número de horas que un recipiente previamente usado puede conservarse fuera de la nevera. ¿Cuántas horas? No se han llevado a cabo estudios sobre el tema, por lo que no podemos darle una cifra. Pero si se conserva en la nevera hasta la siguiente toma, la leche servirá. Si la leche es fresca, las células vivas que contiene se encargarán de eliminar los gérmenes. Incluso en la leche que ha sido congelada, descongelada y parcialmente usada, los gérmenes se desarrollarán con mayor lentitud que en la leche de fórmula. Leche para refrigerar Se puede conservar la leche de diferentes sesiones de extracción en un mismo recipiente si se refrigera la leche acabada de extraer antes de mezclarla con la del recipiente, así se añade leche fría a la leche fría. La leche acabada de extraer se conserva en la nevera por lo menos de tres a ocho días. Si la mujer trabaja, esto significa que es fácil evitar llevar leche congelada al jardín de infantes. La leche que no se vaya a utilizar puede congelarse

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para su uso posterior. Calentar leche refrigerada El mejor modo de calentar la leche refrigerada antes de dársela al bebé consiste en poner el recipiente bajo el grifo de agua caliente unos minutos, o sumergirlo en un recipiente con agua calentada (no en exceso). No caliente la leche directamente en el fuego porque puede recibir demasiada temperatura. No utilice el horno microondas porque puede dejar zonas muy calientes de las que no se percatará y que pueden provocar quemaduras graves al bebé. No se preocupe si la leche se ha separado en dos capas al refrigerarla. Es normal. Esto ocurre incluso con la leche de vaca fresca (la que se vende en las tiendas suele haber sido homogeneizada para evitar esta separación). La capa superior es la nata y la inferior es el suero. Mézclela suavemente para redistribuir la grasa antes de dársela al bebé. Uno de los componentes valiosos de la leche humana son los ácidos grasos de cadena larga. Si agita la leche enérgicamente para mezclarla, puede romper algunas de estas cadenas. No se trata de algo nocivo, pero se pierden valores. Mézclela con suavidad y no se preocupe si no parece bien disuelta. Tampoco se apure por el color de la leche. Puede variar según los alimentos que ingiera, pero no afecta de forma negativa su calidad en absoluto. Recuerde que si el bebé mamara directamente, no vería usted el color de la leche. Leche para congelar La leche se expande al congelarla, por tanto, no llene los recipientes hasta el tope de su capacidad si piensa congelarlos. De hecho, lo más acertado será llenar cada recipiente con 60 ml de leche. El bebé probablemente ingerirá entre 60 y 120 ml en cada toma, por lo que así se desperdiciará menos leche si se conserva en estas cantidades. Puede mezclar leche refrigerada con leche previamente congelada: recuerde que no pasa nada si se añade leche fría a la leche fría. Coloque la leche en medio del congelador, lejos de la puerta y los lados, ya que las temperaturas pueden fluctuar en estas zonas. Si decide congelar la leche en bolsas al efecto, tal vez sea buena idea hacerlo usando dos bolsas (la exterior no tiene que ser específica para este uso) y colocándolas en posición horizontal para ahorrar espacio, o vertical dentro de un recipiente con cierre para minimizar las quemaduras provocadas por las bajas temperaturas y el mal sabor.

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Use la leche más antigua antes para evitar que pase mucho tiempo congelada.

CORTES DE ELECTRICIDAD Si tiene la mala suerte de que se produzca un corte del suministro eléctrico o se estropee el congelador, la leche seguramente estará buena durante hasta dos días si el congelador está lleno de alimentos o un día si está medio lleno (si los alimentos están juntos, se mantienen congelados más tiempo). Si el congelador es un compartimiento dentro del refrigerador, es posible que se descongele más deprisa. Si pone hielo en el congelador, la leche estará congelada más tiempo. Si la temperatura exterior es inferior a cero grados, puede conservar la leche en la nieve o a la sombra, pero no la deje al sol porque podría descongelarse aunque la temperatura del aire sea fría. Mientras el centro siga congelado, se puede volver a congelar.

Descongelar la leche Lo más adecuado es descongelar la leche en la nevera dejándola en su interior toda la noche o ponerla bajo el grifo de agua fría, aumentando poco a poco la temperatura del agua para que alcance una temperatura apropiada para su ingestión, que suele ser cuando se nota tibia, pero no caliente, al verter una gota en la parte interior de la muñeca. Otra opción es calentar la leche descongelada como se indica en el apartado “Calentar leche refrigerada”. Incluso es posible que no sea necesario calentarla: como a los niños, a algunos bebés les gusta la leche fría.

¿HUELE A JABÓN? Algunas mujeres notan que su leche huele o sabe a jabón al descongelarla o cuando han transcurrido unas horas desde su extracción. Se cree que estas mujeres tienen un nivel elevado de la enzima lipasa, encargada de descomponer las grasas de la leche. La leche está en perfectas condiciones y la mayoría de bebés la toman sin protestar. Se puede desactivar la lipasa antes de congelar la leche calentando la leche recién extraída hasta escaldarla (hasta que se formen burbujas en los márgenes, pero sin que llegue a hervir), y luego enfriándola rápidamente y congelándola. Este proceso elimina parte de los elementos anti-infecciosos, pero la leche de fórmula presenta todavía más riesgos y tiene un valor muy inferior.

Almacenar leche descongelada La leche descongelada puede conservarse en el refrigerador hasta veinticuatro horas. La que no se use en ese término de tiempo, debe desecharse.

¿ES NECESARIO ESTERILIZAR LOS ACCESORIOS Y ENVASES? La leche humana fresca mata casi todas las bacterias, virus y hongos con los que entra en contacto, de modo que no es necesario esterilizar el sacaleches ni los envases. Suele bastar lavarlos bien con agua caliente y jabón. Si dispone de un lavavajillas, lave en él

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las copas y envases de vez en cuando. No esterilice las partes del sacaleches que no entran en contacto con la leche; tubos, diafragmas o pistones pueden fundirse con las altas temperaturas. Si tiene que lavarlos (cosa improbable), hágalo a mano. Para secar los tubos rápidamente, colóquese en un lugar sin muebles, mascotas ni otras personas y sacúdalos dibujando círculos: la fuerza centrífuga hará salir el agua por los extremos. Si queda humedad en su interior, conecte el tubo al sacaleches, póngalo en marcha y deje que se seque.

DURACIÓN DE LA LECHE ALMACENADA DESTINADA A UN BEBÉ SANO NACIDO A TÉRMINO Lugar

Habitación

Bolsa térmica

Temperatura

19-26 °C

–15-4 °C

Tiempo

Observaciones

4–8 horas

Los recipientes deben estar tapados y conservarse lo más frescos posible; si se tapa el recipiente con una toalla húmeda, la leche se mantendrá más fresca.

24 horas

Los acumuladores de frío deben estar en contacto con los recipientes de leche; abrir la bolsa sólo si es indispensable. Extraer la leche con cuidado para que no se contamine. Conservarla en la parte central trasera de la nevera.

Refrigerador

4 °C

3-8 días

Compartimiento congelador del refrigerador

–15 °C

2 semanas

Compartimiento congelador del refrigerador con puerta separada

–18 °C

3-6 meses

Arcón congelador

–20 °C

6-12 meses

MANIPULACIÓN PRÁCTICA DE LA LECHE 380

Conservar la leche alejada de los lados y hacia la parte trasera del congelador, donde la temperatura es más constante. La leche almacenada más tiempo del indicado suele estar buena, pero algunas grasas se descomponen con el tiempo.

Existen pocos estudios que hayan investigado los problemas cotidianos de la manipulación de la leche, de modo que las recomendaciones suelen pecar de cautelosas e ignorar muchas de las preguntas de las madres. He aquí algunas respuestas basadas en el sentido común, dado que no disponemos de estudios científicos, y basadas en el hecho de que el bebé lactante cuenta, esencialmente, con el sistema inmune de la madre. Se puede recalentar leche sobrante que se había refrigerado tras una toma anterior. En general, lo que sirve para la manipulación y conservación de alimentos en casa sirve para la leche del lactante exclusivo. Se puede extraer leche y poner el sacaleches (con accesorios incluidos) en la nevera hasta la siguiente sesión de extracción. Las copas frías, además, son agradables al tacto. Limpiar todo el conjunto al final del día. Algunas madres de bebés sanos nacidos a término comprueban el estado de la leche oliéndola. (La leche agria no presenta ningún peligro para la salud, pero puede provocar dolor de estómago). Al oler la leche no se detecta la presencia de gérmenes, pero sí se sabe si se ha agriado la leche, cosa que se produce, obviamente, como resultado de la acción de los gérmenes (a diferencia del olor a jabón, que es el resultado del contenido en lipasa). Más de una mujer ha probado la leche para verificar su buen estado. Se pueden llevar al extremo las posibilidades para aprovechar la leche, pero no conviene pasarse. Si la leche ha estado a temperatura ambiente seis horas, se ha consumido parcialmente, después se ha refrigerado un día y luego se ha congelado, ha habido un corte de electricidad y se ha vuelto a congelar… bueno, nosotras la desecharíamos.

“EL

TRUCO PARA USAR ENVASES DE VIDRIO PARA CONGELAR LECHE PARECE CONSISTIR EN NO CERRAR COMPLETAMENTE LA TAPA PARA PERMITIR LA EXPANSIÓN DEL LÍQUIDO. CONSERVAS”.

TAMBIÉN HE OÍDO QUE HAY QUIEN USA TARROS PARA JEANNETTE.

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© Liga de la Leche Argentina

¿Qué hacer cuando se sale de viaje? Con las medidas de seguridad actuales, es posible que se vea obligada a demostrar que el sacaleches no es un dispositivo de detonación. Le resultará útil llevarlo junto con las instrucciones de uso. Pero no se sorprenda si le piden que beba un sorbo de leche para demostrar que no es veneno. Guardar la leche con unos acumuladores de frío en una neverita portátil debería bastarle. La leche también se puede enviar a casa si se empaqueta con hielo seco. Envuelva los recipientes congelados con papel de periódico, reparta trocitos de hielo seco alrededor de los recipientes y selle bien el paquete. Aguantará varios días. Si la leche está aún un poco congelada al llegar, puede volver a congelarse. Si va a separarse del bebé y no puede conservar ni enviar la leche, tendrá que desecharla, a sabiendas de que no va a ser en balde porque toda la leche que se extraiga posibilitará al bebé tomar la misma cantidad cuando vuelvan a estar juntos. Hasta aquí, se habrá extraído leche y la habrá almacenado. Ahora, falta el último paso: dársela al bebé.

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TERCER PASO: INGESTIÓN Esta parte del proceso se describe detalladamente en el apartado “Suplementos” del Capítulo 18. El método que se use dependerá de la edad del bebé, del motivo para complementar su alimentación y de la cantidad de suplemento necesaria.

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EL RESULTADO DEL PROCESO Extraerse leche puede no ser divertido y no vacía los pechos tan bien como un bebé que mame bien. Pero puede resultar extremadamente importante para superar dificultades de lactancia, para compaginar mejor el trabajo con la lactancia, o para dar al bebé su alimento habitual cuando no es posible amamantarlo. La extracción de leche sirve para apoyar, no sustituir, esta relación secular que la madre comparte con su bebé.

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DIECISÉIS

TODOS SE DESTETAN

© Liga de la Leche Colombia

“Cuando quedé embarazada por primera vez, decidí amamantar a mi hijo durante seis meses. Pero cuando David cumplió seis meses, todo iba tan bien que me parecía una lástima dejarlo y no deseaba comprar leche de fórmula. Quizá seguiría tres meses más. A los nueve meses, ya comía sólidos pero seguía tomando el pecho con frecuencia y destetarlo me pareció, de nuevo, más problemático que útil. »Cuando supe que volvía a estar embarazada, pensé: ‘Bueno, ahora tendré que destetarlo’. El médico me aseguró que no era necesario, y me sentía tan cansada los primeros meses de embarazo que seguir amamantando era lo más fácil. Al nacer mi segundo hijo, estaba demasiado ocupada para plantearme destetar al mayor y estaba contenta de disponer todavía de una manera sencilla de calmar y consolar a David. »Pero cuando tenía alrededor de dos años y medio, empezó a perder interés. Su toma preferida siempre había sido la primera de la mañana. Un día de verano se despertó y empezó a mamar, después se soltó y me preguntó, señalándome el pecho: ‘¿Puedes hacer zumo de fruta?’. ‘No’, contesté. Visiblemente desilusionado, bajó de la cama y me llevó a la cocina para que le sirviese un vaso de zumo. Fue el principio del fin de nuestra relación de lactancia”. Ann, recuerdos de 1977.

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no significa lo mismo en diferentes culturas. En algunas culturas, la primera vez que el bebé traga algo que no sea leche materna se considera destetado, por tanto, el uso de leche de fórmula o la introducción de alimentos sólidos se interpreta como destete. En otras culturas, destetar al bebé significa acabar por completo con la lactancia. Nosotras creemos que son ambas cosas. Desde el primer momento en que el bebé ingiere algo que no sea leche materna, tal vez incluso chupe algo que no sea el pecho materno, se inicia el proceso del destete. El proceso termina la última vez que el bebé toma el pecho. Por tanto, el destete puede ser un proceso de días, semanas, meses o incluso años de duración. Si le encanta amamantar, le costará acabar con la lactancia; si no la está disfrutando tanto, es posible que desee que termine. Una cosa es segura: la lactancia finaliza tarde o temprano, para todos. ¿Cuándo debería terminar? Finalizar la relación de lactancia es una decisión personal y sólo la madre y el bebé saben qué es lo mejor en su caso, por lo que no diremos que se debería amamantar durante un período de tiempo determinado. Lo que sí podemos decir es que el bebé tiene la necesidad biológica y emocional de tomar el pecho durante al menos los dos primeros años de vida y, con frecuencia, más allá. Su experiencia seguramente será distinta de lo que pueda haber planificado. La lactancia es más que un método de alimentación: es una relación, y cada persona vive a su manera sus relaciones. DESTETAR AL BEBÉ

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¿CUÁNTO TIEMPO MI HIJO TOMARÁ EL PECHO? Si se les da la oportunidad, la mayoría de bebés maman hasta que dejan de tener la necesidad de hacerlo, cosa que suele ocurrir entre los dos años y medio y los siete. Esta aproximación se basa en marcadores biológicos o hitos del desarrollo en primates superiores, como la duración de la gestación, la edad de la erupción del primer molar definitivo y la relación entre el tamaño de un individuo joven y uno adulto, en comparación con los mismos marcadores en los humanos. ¿Le sorprenden estas edades? Es comprensible. En muchas culturas, incluida la nuestra, se espera que los bebés dejen de tomar el pecho alrededor de su primer cumpleaños o antes. Pero las expectativas de nuestra sociedad no concuerdan con nuestra biología. Los niños pequeños se desarrollan mejor cuando disponen de la posibilidad de succión, consuelo, nutrición y mejora del sistema inmune que les proporciona la lactancia durante sus primeros años de vida. Existen tantos estudios que lo demuestran, que la UNICEF, la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Canadiense de Pediatría recomiendan que se amamante al niño durante al menos sus dos primeros años de vida, y más tiempo, hasta que se desee. Pero pasada cierta edad (que varía de una familia a otra), las madres tienden a mantenerlo más en secreto y fuera de la mirada pública. Probablemente conozca a más niños que toman el pecho de los que cree. Una de las críticas de la llamada “lactancia prolongada” (de duración normal) que oyen las madres, es que hace al bebé más dependiente de la madre. Pero, diferencias de personalidad aparte, los estudios llevados a cabo demuestran que lo cierto es lo contrario: los niños que no toman el pecho más allá de la primera infancia tienden a ser menos seguros de sí mismos y más dependientes que los que han tomado el pecho más tiempo.

¿CUÁLES SON LAS VENTAJAS PARA MÍ? Tanto si su hijo lactante se da un golpe en la rodilla como si su hermano mayor hiere sus sentimientos, las lágrimas y rabietas suelen desvanecerse con el pecho materno. Las enfermedades se vuelven más leves y más fáciles de llevar. Mamá dispone de un

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analgésico poderoso sin efectos secundarios negativos. Las hormonas y enzimas que se liberan con la lactancia ayudan al niño a dormir. Viajar es más complicado si hay que sustituir la simplicidad del pecho con biberones, leche artificial y un peluche o mantita especial. Si toma el pecho, el niño se siente inmediatamente seguro esté donde esté porque su “campo base”, los pechos de mamá siguen junto a él. Cuando el lactante está enfermo, mamar le proporciona alivio, y a veces lo único que le entra en el estómago es la leche materna. No existe ninguna “bebida de reposición de electrolitos” que sea además nutritiva y proteja contra las infecciones y contenga la hormona del crecimiento para ayudar al niño a recuperarse más deprisa. (Cuando el hijo de Mei Ling ya se había destetado, ella dijo: “Enfermó la semana pasada, ¡y no sabía qué hacer! Cuando mis hijos se encuentran mal, les doy el pecho. ¡Me siento indefensa!”). La lactancia es una herramienta de múltiples usos para la madre que facilita enormemente su trabajo: desde las rabietas hasta la gripe. Por supuesto, los niños que toman el pecho tienden a estar muy sanos, sobre todo durante la etapa en que se lo meten todo en la boca pero no parecen comer demasiado. En el libro Para la Vida, la UNICEF, la UNESCO y la Organización Mundial de la Salud afirman: “Los bebés enferman con frecuencia cuando empiezan a gatear, caminar, jugar, beber y tomar alimentos sólidos. Un niño enfermo necesita mucha leche materna. La leche materna es un alimento nutritivo y de fácil digestión cuando el niño pierde el apetito. La lactancia consuela a un niño intranquilo”. ¿La idea de amamantar a un niño preescolar aún le parece rara? Muchas madres (incluidas muchas líderes de la LLL) no se imaginaban dando el pecho a un niño de más de dos años al empezar a lactar; llegaron a este punto toma a toma. Por eso, si está usted en los primeros meses de lactancia, no necesita preocuparse por ello. Sólo necesita saber que no hay motivo para dejar de amamantar antes de que usted y su hijo estén preparados para hacerlo, y que cuanto más tiempo dure la relación de lactancia, mejor para ambos.

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DESTETAR A UN RITMO NATURAL El destete es un proceso en que se avanzan dos pasos y se retrocede uno. Cuando el destete sigue su curso natural, la madre no suele saber con exactitud cuál fue la última vez que amamantó. El bebé empieza a comer alimentos sólidos. Quizás el descubrimiento sea revelador, quizá sólo juegue con la comida durante seis meses más. En algún momento el niño empieza a comer más que tomar el pecho. Los pañales ya no resultan tan agradables de cambiar porque sus deposiciones son, pues bueno, más adultas. Entonces se resfría y recurre a la lactancia. Esta ingestión de leche ablanda sus heces e incluso las amarillea. Pero no dura, y al cabo de poco, prefiere un cuento en lugar del pecho. Seguramente se tarda más en acostar al niño, sobre todo si ahora pide el cuento y el pecho. Pero un día, está demasiado ocupado jugando con sus amigos y se olvida de mamar todo un día. También puede ser que empiece a dormir toda la noche, justo cuando parecía que nunca lo haría. Decirle al niño “Espera un momento, que acabo de recoger la cocina” forma parte del destete. Reaccionamos con rapidez y sin cuestionar al recién nacido; somos más lentas y tendemos a negociar más cuando el niño es mayor, y todo forma parte de la desaceleración gradual. Perdemos la paciencia: “Me ponía nerviosa cuando el niño jugaba con el otro pezón al mamar, aunque me parecía tierno que lo hiciera de bebé”. Las tomas más espaciadas y un menor tiempo por toma forman también parte del proceso normal. Al final, la relación de lactancia se reduce a una o dos tomas fugaces al día (además de ofrecer el pecho para curar rodillas raspadas y sentimientos heridos). Puede seguir desvaneciéndose poco a poco, o puede que un día su hijo anuncie que, gracias, pero prefiere unas uvas. Los niños por naturaleza desean permanentemente alcanzar el siguiente hito de su desarrollo: cuando saben caminar, dejan de gatear. Al abrirse el mundo ante ellos, paulatinamente van cerrando la puerta de la primera infancia. Por eso, aunque la madre nunca mueva un dedo, aunque nunca le haga esperar, el niño se destetará, y esto es tan cierto como que le van a salir los dientes. No hacer nada es una

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opción válida.

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¿Y SI SOY YO LA QUE QUIERE DESTETARLO? La mayoría de madres piensan en el destete en algún momento. He aquí algunos posibles motivos y posibles maneras de comprenderlos. (No pretendemos quitárselo de la cabeza; sólo ayudarla a reflexionar sobre la situación en caso de que el destete no sea la solución más adecuada para satisfacer sus necesidades).

QUIERO RECUPERAR MI CUERPO Es un sentimiento común. Pero como las expectativas que tenemos dictan el fin de la lactancia alrededor del año, o menos de la mitad de su duración normal, empezamos a sentirnos impacientes demasiado pronto. Recuerde que el destete precoz la dejará sin el recurso más eficaz como madre: una forma fácil de consolar y tranquilizar a su hijo. El destete precoz devuelve la forma a sus pechos, pero la vida puede no ser tan fácil como espera. El bebé seguirá queriendo estar en brazos, que lo acunen, tal vez incluso más que antes de destetarlo. Las rabietas y enfermedades pueden ir en aumento a causa del destete. Las horas de sueño (propias y del niño) pueden ser más problemáticas. Destetar al niño no conlleva una disminución de sus necesidades; sólo significa que se dispone de un recurso menos para satisfacerlas.

“CUANDO SCOTT TENÍA CASI TRES AÑOS, PASAMOS UNA SEMANA CON SUS PRIMOS. ¡LE ENCANTÓ! COMÍA CON ELLOS, JUGABA CON ELLOS, INCLUSO NOS DEJABA A NOSOTROS PARA DORMIR CON ELLOS. ESTABA DEMASIADO EMOCIONADO Y OCUPADO PARA TOMAR EL PECHO (DE TODAS FORMAS, YO ESTABA EMBARAZADA Y TENÍA ENTONCES POCA LECHE). EN CUANTO REGRESAMOS A CASA, ME LLEVÓ A NUESTRA SILLA DE LACTANCIA, SUBIÓ, ACERCÓ LOS LABIOS A MIS PEZONES, SE ENCOGIÓ DE HOMBROS Y DIJO: ‘NO MÁS LECHE PARA MÍ’.

ASÍ ACABÓ. CREO QUE OLVIDÓ CÓMO MAMAR.

»CUANDO ERIC,

MI SEGUNDO HIJO, TENÍA DOS AÑOS Y MEDIO, FUI

HOSPITALIZADA EN UN CENTRO A UNA HORA DE CAMINO DE CASA. LO VI UNA VEZ A LA SEMANA DURANTE SEIS SEMANAS, Y LACTAMOS UNA VEZ A LA SEMANA

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DURANTE SEIS SEMANAS.

EN CIERTO MODO, LA SITUACIÓN ERA LA MISMA QUE

LA DE SU HERMANO ANTES: ENTRE DOS AÑOS Y MEDIO Y TRES, UNA SEMANA ENTRE TOMAS, Y POCA LECHE. CUANTOS AÑOS MÁS.

PERO

ÉL SIGUIÓ TOMANDO EL PECHO UNOS

»¿POR QUÉ TAL DIFERENCIA? EN PARTE, CREO QUE POR MÍ. ME SENTÍA MÁS RELAJADA DURANTE LA ÉPOCA DE ERIC Y LA LACTANCIA TAMBIÉN ERA MÁS TRANQUILA. PERO TAMBIÉN, EN PARTE, POR SUS DIFERENTES PERSONALIDADES. SON CHICOS DIFERENTES. CREO QUE CADA UNO TUVO LO QUE NECESITABA Y LO DEJÓ CUANDO SE SINTIÓ PREPARADO”.

DIANE. ¿LA VIDA NO SERÍA MÁS SENCILLA SIN LA LACTANCIA? Hay momentos en que muchas madres lactantes piensan que el destete les facilitaría la vida. Pero la realidad puede ser otra. El bebé sigue necesitando que lo alimenten y lo cuiden. Si tiene menos de un año, se verá usted ante el gasto y la molestia de mezclar, calentar y limpiar los biberones de cada día. Cuando salgan, tendrá que llevarse suficientes biberones, leche de fórmula y agua para alimentar al pequeño durante el viaje, y luego regresar cargada con los biberones usados, con frecuencia malolientes. Si la salida se alarga más de lo esperado, es posible que se quede sin provisiones. Tal vez la manera de alimentar al bebé no sea el problema. Tal vez el problema sea que se ha cansado. Lleva usted tiempo dando y dando y necesita rellenar sus “reservas de maternidad”. No se puede seguir indefinidamente sin cuidar de una misma. He aquí algunos consejos para aprovechar más las horas del día para recuperar el ánimo: Apúntese a un grupo de juegos o acuda a una reunión de la LLL para conocer a otras madres lactantes. Estas reuniones suelen convertirse en el pegamento que mantiene a la madre entera. ¿Tiene alguna amiga con un bebé o un niño pequeño? Intente quedar con ella en casa de una o de otra para hacer tareas domésticas y cuidar de los niños juntas. Compartir el día con otra persona le facilitará mucho las cosas. Lea libros a ratos de cinco minutos; escuche música mientras amamanta al bebé o lava los platos. Grabe su programa de televisión preferido y véalo a ratos de cinco minutos. Pida a su pareja que salga un rato con el bebé, o que se quede en casa con él

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mientras usted sale. Dedique una tarde a la semana a cuidarse mientras su pareja cuida del bebé. Salga de casa con el niño. Los hijos no son los únicos que agradecen salir al exterior cuando llevan un tiempo entre cuatro paredes. Tome un buen baño prolongado con muchos aceites y velas. Para algunas madres la hora del baño es un ritual reconfortante, pero la hora del baño del bebé no tiene por qué contar como su hora del baño. Intente colocar un computador portátil en la encimera de la cocina para navegar por internet mientras su hijo juega a sus pies con unas tazas de plástico. Tome un libro y acuéstese junto a su hijo a la hora de la siesta. Si consigue mantenerse despierta, es posible que consiga una hora entera de lectura. Si no, agradecerá el descanso. Inicie una rutina diaria o durante el fin de semana en que su pareja y el bebé desayunen solos. Todos la recordarán con cariño en el futuro. Como mínimo, una buena siesta conseguirá que todo parezca más llevadero.

LA LACTANCIA NO FUNCIONA ¿La lactancia ha sido una pesadilla? ¿Ha tenido problemas con la producción, las mamas o los pezones? ¿Un bebé difícil? Las cosas no deberían ser así. Se merece la experiencia de lactancia que deseaba y se merece disfrutar de su bebé. En el Capítulo 18 hallará información y recursos útiles para solucionar los problemas de la lactancia; la LLL dispone de muchos otros recursos y libros que pueden serle de ayuda. Pero ¿ha contado con ayuda personal para superar estos problemas? Hay muchas personas expertas en lactancia dispuestas a echarle una mano y arreglar lo que no funciona. Las líderes de la LLL la ayudarán por teléfono; muchas convocan reuniones mensuales para prestar su ayuda; algunas incluso estarán dispuestas a ir a su casa sin costo. Si el problema está más allá de sus conocimientos, pueden ponerla en contacto con una consultora certificada en lactancia materna que tenga experiencia solucionando situaciones más difíciles. (Puede que deba pagar una tarifa en este caso, pero lo que cobre la consultora será mucho menos de lo que cuesta la leche de fórmula y las enfermedades derivadas de su consumo). Puede incluso ser derivada a un especialista. Los especialistas pueden ayudarla aunque crea usted que ya lo ha intentado todo. A veces caemos en esta trampa: pensar que ya lo hemos probado todo. Pero las

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asesoras de lactancia experimentadas disponen de herramientas, consejos y formación que han desarrollado durante años para resolver problemas como el suyo: este tipo de ayuda no se encuentra en libros ni páginas web. Es como leer una guía de viajes antes de visitar un lugar o visitarlo en compañía de alguien que viva allí. El habitante del lugar acumula una riqueza de información que la guía no es capaz de ofrecer. Recuerde que hay diferentes tipos de asesoras de lactancia. Algunas están más actualizadas que otras, o tienen más facilidad para el diagnóstico, o se llevará mejor con usted. Si la persona con quien se pone en contacto no le satisface, pruebe con otra asesora. Habrá más líderes de la LLL en su zona (busque en el apartado “Grupos de apoyo”, del sitio web de la Liga de La Leche en su localidad). Pregunte a sus amigas o en los foros de http://www.llli.org. Si ya ha llegado al fin de su paciencia y no puede más, usted sabe lo que le conviene. Así funciona la maternidad. Algunas veces no se consigue la suficiente información y apoyo para solucionar un problema. Felicítese por sus esfuerzos (¡y reciba también nuestra felicitación!). Hallará información sobre cómo destetar al bebé más adelante, en este mismo capítulo. Recuerde que, poca o mucha, la leche que haya alimentado a su hijo hasta que deje la lactancia representa un regalo para toda la vida para ambos. El hecho de que la lactancia haya resultado una experiencia difícil no significa que en el futuro tenga que serlo también. La LLL tituló su revista New Beginnings (Nuevos comienzos) precisamente por esta razón: porque cada bebé es un nuevo comienzo, si tuvo usted problemas de producción, es probable que tenga más leche la próxima vez porque el embarazo y la lactancia favorecen la producción futura. Si el bebé tuvo dificultades, el siguiente probablemente no tendrá las mismas. Si el parto o la estancia en el hospital no fueron bien, habrá aprendido mucho para la próxima vez. De hecho, la próxima experiencia de lactancia puede servirle para cicatrizar el posible dolor emocional de la primera. La LLL estará a su lado para ayudarla cuando lo desee.

ESTOY EMBARAZADA El embarazo rara vez requiere el destete. Alrededor de tres de cada cuatro madres lactantes experimenta dolor en los pezones al principio del embarazo, y más de la mitad empiezan a inquietarse e impacientarse cuando amamantan durante el embarazo. La mayoría experimenta, además, un descenso significativo de la producción de leche. Todo parece indicar que la madre naturaleza antepone las necesidades del nuevo bebé, aunque

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la lactancia durante el embarazo no afecta negativamente al feto. Algunas mujeres optan por solucionar su inquietud o el dolor; otras optan por destetar al hijo mayor; algunas destetan al niño y reanudan más adelante la lactancia: los sentimientos y reacciones son muy diversos. Siga su instinto, cada situación es diferente. Si quiere probar la lactancia en tándem: amamantar a ambos niños a la vez, lea el libro de Hilary Flower, Adventures in Tandem Nursing: Breast-feeding During Pregnancy and Beyond (en inglés). Puede haber casos en que sea necesario destetar al lactante por el bien del embarazo, pero son extremadamente raros. La preocupación en tales casos suele ser que la oxitocina liberada al amamantar estimule las contracciones uterinas e inicie el parto prematuramente. Pero poco se advierte contra el orgasmo, y con él se libera aún más oxitocina. A las mujeres con historial de partos prematuros se les puede desaconsejar la práctica del sexo, el orgasmo y la lactancia durante el embarazo, pero la prohibición de mantener relaciones sexuales suele ir dirigida a evitar alteraciones mecánicas del cérvix. Al fin y al cabo, incluso una gran alegría provoca la liberación de oxitocina. Estamos diseñadas para que nuestro útero no detecte bien la oxitocina (porque no desarrolla muchos receptores de oxitocina) hasta horas antes del alumbramiento.

DESEO QUEDAR EMBARAZADA, PERO NO LO CONSIGO Este caso puede tener difícil solución. Muchas de las madres mayores de la actualidad son conscientes del tictac de su reloj biológico. Pero la lactancia frecuente tiene un poderoso efecto de supresión de la fertilidad, como parte de un sistema bien diseñado: cuando el bebé crece y empieza a tomar menos el pecho, es una señal de que ya está preparado para compartir a la madre con un hermano menor. A lo largo de la historia esto coincidía con la recuperación de la madre después del parto. Las investigaciones recopiladas por la Organización Mundial de la Salud indican que el organismo materno tarda unos dos años en recuperarse por completo del embarazo y el parto, y se tarda el mismo tiempo hasta que tanto la madre como el hijo estén listos para un nuevo embarazo; las posibilidades de supervivencia para ambos son mayores cuando la diferencia entre los partos es de más de dos años. Un niño frágil que tome el pecho más frecuentemente de lo habitual, mantiene la infertilidad materna más tiempo para garantizar que sus propias necesidades se satisfagan. En la mayoría de los casos se vuelve a ser fértil cuando las reglas vuelven a ser

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regulares (aunque la mujer puede ovular antes de la primera regla). Si sus reglas no han vuelto y desea quedar embarazada pronto, podría plantearse no amamantar al niño por la noche, no extraerse leche durante el día o reducir la lactancia en general, por si esto hace que le vuelvan las reglas. Con frecuencia, una pausa de seis horas durante una o varias noches suele ser suficiente para devolver la fertilidad a la madre. Una fase lútea corta puede afectar la fertilidad aunque las reglas sean regulares (es el tiempo que pasa desde el día después de la ovulación hasta el inicio de la regla), aunque el ciclo sea lo bastante largo. Anotar los ciclos puede indicar cuándo se ovula y la duración de la fase lútea. Las fases lúteas cortas se relacionan con los niveles elevados de prolactina, que pueden ser causados por diferentes situaciones, como la lactancia. Por eso, algunos médicos recomiendan el destete. En lugar de ello, pregunte a su médico si puede tomar suplementos de progesterona para corregir la duración de la fase lútea.

VOY A REINCORPORARME AL TRABAJO O A LOS ESTUDIOS ¿Le parece que será demasiado trabajo mantener la lactancia cuando se reincorpore al trabajo o a sus estudios? ¿No tendrá ocasión de extraerse leche? ¿Su lugar de trabajo o el centro de estudios no está preparado para las madres lactantes? En los Capítulos 14 y 15, encontrará ideas y estrategias que pueden serle útiles. Afortunadamente la lactancia es flexible. No tiene que ser blanco o negro. Si no puede extraerse leche durante el día, puede seguir amamantando cuando esté con el bebé, cosa que compensará las carencias nutricionales e inmunológicas de la leche de fórmula y la ayudará a reconectarse con su hijo al final del día. Su producción disminuirá al cabo de unos días; mientras tanto, extráigase leche en el trabajo para estar cómoda. (Si cambia de parecer y desea aumentar la producción de nuevo, amamante más al bebé).

DEBO DEJAR DE AMAMANTAR POR RAZONES MÉDICAS Es muy raro que un procedimiento u operación médica requiera el destete, siquiera temporalmente. Si le indican que deberá destetar a su hijo, aunque sea brevemente, conviene que recabe más información antes de dar un paso que puede tener efectos a largo plazo. Como se explica en el Capítulo 14, no es necesario dejar de amamantar (ni extraerse leche para desecharla) si la madre se somete a una anestesia general. En cuanto se despierte, la anestesia se hallará fuera del torrente sanguíneo, de modo que se hallará

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fuera de la leche. Si el tipo de anestesia administrada no deja a la mujer inconsciente, el bebé, si está sano y nació a término, puede tomar el pecho tranquilamente (si la anestesia bebida funcionara, así se la administrarían a usted). Los anestésicos locales afectan únicamente a la zona elegida y no pasan a la leche en grandes cantidades. Estas directrices son para bebés nacidos a término o mayores. Los prematuros o enfermos pueden tener que esperar antes de volver a mamar; consúltelo con una líder de la LLL u otra asesora de lactancia. Hay muy pocos medicamentos incompatibles con la lactancia. Las principales excepciones son determinados fármacos radiactivos, quimioterapia y algunos de efectos duraderos. Un buen recurso para consultar información específica sobre un medicamento concreto es el libro Medicamentos y leche materna de Thomas Hale, actualizado cada dos años, o la página web del Servicio de pediatría APILAM (Medicamentos y lactancia: http://www.e-lactancia.org/). Su líder de la LLL posiblemente dispondrá de un ejemplar, o al menos tendrá acceso a uno. De hecho, es un recurso tan valioso y la lista de fármacos problemáticos es tan corta, que le recomendamos que se haga con la información antes de aceptar la palabra de cualquier persona que afirme que la lactancia es incompatible con el tratamiento que vaya a seguir usted. Para más información y consejos, véase el Capítulo 18. Si, efectivamente, se ve obligada a destetar al bebé repentinamente a causa de los fármacos administrados, véase “Destetar al bebé abruptamente”, en este mismo capítulo. Si le recomiendan destetar a su hijo debido a una enfermedad crónica, debería saber que un número sorprendente de enfermedades mejoran o no se ven afectadas por la lactancia. Por ejemplo, las madres diabéticas suelen presentar necesidades de insulina inferiores mientras amamantan. Las que padecen movilidad o visión reducida encuentran más fácil la lactancia natural (especialmente en posiciones reclinadas: véase el Capítulo 4) que la manipulación de biberones y leche de fórmula.

¡NO SOPORTO LAS CRÍTICAS! Quizá sus amistades o familiares aprobaban la lactancia del bebé, pero ahora que su hijo ya no es tan pequeño no ven la necesidad de seguir con ella. Es posible que nunca hayan conocido a un lactante mayor. Es posible que nunca se hayan encontrado cómodos con la lactancia en general. Es posible que culpen a la lactancia del comportamiento del bebé o del niño. Pero se trata de su bebé, de su relación de lactancia. Destetar a su hijo les

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cambiará la vida a ambos, pero no a terceros. Si no está dispuesta a dejar de amamantar, no se sienta obligada a ello. Conteste que agradece su preocupación y que sabe que desean lo mejor para usted, porque esto tiende a diluir la tensión; a los demás les gusta pensar que se les considera positivamente. El humor también puede desarmarles y, por supuesto, siempre puede decirles amablemente que ha estudiado el tema y se ha informado bien antes de tomar su decisión. Si nada de esto funciona, entonces acepte que están en desacuerdo. Si se muestra confiada, seguramente desanimará a los que pretenden ser “útiles” con sus recomendaciones. En los grupos como la LLL se aprende cómo otras madres se enfrentan a las críticas. Sus amigas tal vez estén de acuerdo en la importancia de la lactancia más allá de los primeros meses de vida y le proporcionen una buena válvula de escape. Saber que no está sola y que otras personas confían en la solidez de su instinto la ayudará a sentirse más fuerte ante las críticas.

QUÉ DECIR CUANDO LE PREGUNTAN CUÁNDO DESTETARÁ A SU HIJO Bueno, ahora no, sólo son las tres. ¡Es que ahora empezamos a hacerlo bien! Bueno, cuando empecé, no tenía ni idea de lo importante que sería esto para los dos. Simplemente, no hay ningún motivo para dejarlo ahora. Además, los estudios científicos apoyan nuestra decisión. Le están saliendo los dientes y tomar el pecho le proporciona alivio. Tal vez más adelante. Su padre tomó el pecho hasta los cinco años, o sea que ¡quién sabe! Este es un tema que deberías discutir con el bebé. Me encanta y a él también. Además, es lo mejor para él, ¿por qué quitárselo? De momento, no.

“INCLUSO FAMILIARES

ANTES DE QUE Y

AMAMANTÁNDOLO?

HASTA

LA

JEFFREY MI

CUMPLIERA UN AÑO, LOS AMIGOS,

MARIDO

ME

PREGUNTABAN:

¿SIGUES

PRESIÓN PUDO CONMIGO Y EMPECÉ A SENTIRME

CULPABLE POR ALGO QUE DEBERÍA HABER SIDO ESPECIAL Y NATURAL.

EMPECÉ

A DARLE EL PECHO SÓLO EN PRIVADO. INTENTABA NO AMAMANTARLO DELANTE DE MI MARIDO Y LE MENTÍA CUANDO ME PREGUNTABA CUÁNTAS VECES HABÍA MAMADO JEFFREY UN DÍA CONCRETO. LACTABA.

LES

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DECÍA A MIS AMIGOS QUE YA NO

»JEFFREY EMPEZÓ A NOTAR CUÁNDO ALGUIEN HABLABA NEGATIVAMENTE DE LA LACTANCIA Y PENSÓ QUE QUIZÁS ESTABA MAL. SU PADRE LE DECÍA QUE YA ERA UN CHICO MAYOR Y NO DEBERÍA TOMAR EL PECHO.

»EMPECÉ A OFRECER MENOS EL PECHO A JEFFREY DOS MESES ANTES DE SU SEGUNDO CUMPLEAÑOS. TODAVÍA RECUERDO LO CONFUNDIDOS QUE ESTÁBAMOS. PERO TODOS ME DECÍAN: “TIENES QUE DEJARLO. AUNQUE LLORE, YA ES HORA”. JEFFREY DEJÓ DE MAMAR SIN DEMASIADOS PROBLEMAS, COMO DICIENDO: “VALE, MAMÁ, SI ES LO QUE QUIERES”. TAL VEZ SE ALEGRÓ DE VER CÓMO ACABABA EL CONFLICTO.

»CUANDO YA HABÍA DEJADO DE MAMAR Y LA CONGESTIÓN DESAPARECIÓ, PENSÉ: “VAYA, AL FIN HE DEJADO DE AMAMANTAR. NADIE CREÍA QUE PODRÍA, PERO SÍ. AHORA MI CUERPO VUELVE A SER MÍO. PERO ¿DÓNDE QUEDAN LAS FELICITACIONES, LAS PALMADITAS EN EL HOMBRO Y LAS MUESTRAS DE SATISFACCIÓN?”. SÓLO SE TRATABA DE JEFFREY Y DE MÍ: NOS HABÍAMOS RENDIDO, HABÍAMOS CEDIDO Y NOS QUEDAMOS COMO HUECOS POR DENTRO.

DEJÉ

QUE LA PRESIÓN ACABARA PREMATURAMENTE CON UNA DE LAS

EXPERIENCIAS MÁS SIGNIFICATIVAS QUE HE COMPARTIDO CON MI HIJO. SENTÍ UTILIZADA, Y ENTONCES ME ENFADÉ. NO HABER CONFIADO EN MÍ.

ME

ME

ME ENFADÉ CONMIGO MISMA POR

ENFADÉ POR HABER PASADO UN TIEMPO

SINTIÉNDOME CULPABLE Y AVERGONZADA. SENTÍ DESAZÓN PORQUE MI MARIDO NO ME HABÍA APOYADO CUANDO LO NECESITABA DESESPERADAMENTE, CUANDO ME CRITICABAN POR CEDER ANTE JEFFREY E INSISTÍAN EN QUE DE TODOS MODOS YA NO DEBÍA QUEDARME LECHE.

»DESDE

ENTONCES VOY A LAS REUNIONES DE LA LLL Y HE CONOCIDO A

OTRAS MADRES QUE CREEN EN LA LACTANCIA PASADOS SEIS MESES O UN AÑO. SI TENGO OTRO HIJO, VOY A RELAJARME Y AMAMANTAR, AMAMANTAR Y AMAMANTAR SIN CULPA, DIGAN LOS QUE DIGAN LOS DEMÁS. TODO LO QUE TENDRÉ QUE HACER ES MIRARLO A LA CARA Y YA NO OIRÉ LOS COMENTARIOS DE LA GENTE”.

LYNETTE

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YO NO QUIERO DESTETARLO PERO EL BEBÉ SÍ QUIERE Algunas mujeres descubren para su sorpresa y desilusión, que el bebé parece listo para el destete antes que ellas. En la actualidad es común plantearse la lactancia hasta el año; una edad a la que los bebés se “destetan solos” suele ser los nueve o diez meses. Pero si la edad normal del destete es más del doble que esta, ¿qué ocurre? Una posibilidad es lo que el doctor Michael Latham de la Universidad de Cornell denomina “Síndrome de pezón-tetina-chupete de entretención” (Triple Nipple Syndrome, en inglés). Si el bebé ha aprendido que el pecho sólo le proporciona alimento y el chupete o el biberón consuelo, puede decidir que no merece la pena esforzarse para tomar el pecho. Incluso los bebés que no conocen alternativas de succión pueden optar por el destete si notan que se les ofrece el pecho a regañadientes o siguiendo un horario. Es posible que se queden con las tomas más relajadas, como la de la hora de la siesta o antes de acostarse y paulatinamente superen incluso la necesidad de estas tomas cuando la producción descienda. Si desea evitar el síndrome de pezón-tetina-chupete pero se ve obligada a usar biberones porque el bebé necesita suplementos o va al jardín de infancia, las siguientes ideas pueden ser útiles: Si la producción es escasa y el bebé toma suplementos en casa habitualmente, dele los biberones sin más y convierta las tomas en momentos de abrazos y zalamerías. Intente ofrecerle el biberón antes de amamantarlo como se describe en el Capítulo 18. Evite los chupetes de entretención, se diseñaron para sustituir al pecho y suelen conseguirlo. Un bebé lactante suele satisfacer su necesidad de succión al tomar el pecho para alimentarse. Si quiere usar el chupete de entretención para consolar al bebé en el carro, déjelo en el vehículo. Recuerde que la lactancia proporciona tanto comunicación como alimento y recurra a ella como hicieran sus antepasadas: por cualquier motivo. ¿Qué pasa si el bebé se desteta aunque no intervengan ni biberones ni chupetes de

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entretención? Vale la pena repasar cómo funciona todo. Decida si alguna de las siguientes recomendaciones puede servirle de ayuda: Dedique tiempo a relajarse con el bebé: en el baño, a la hora de la siesta, fuera o en lugares donde la lactancia puede surgir como parte de un momento feliz compartido. Deje que la lactancia sea fuente de risas y bromas además de alimento. Utilice la lactancia como herramienta multiusos: para mantener al bebé callado mientras habla por teléfono, para distraerlo si muestra demasiado interés por el estéreo, cuando se haya asustado con la aspiradora, para calmarlo cuando la tía Franny se haya pasado de simpática. Acuda a una reunión de la LLL y observe cómo otras madres interactúan con sus bebés. ¿Cuándo y por qué los amamantan? Formar parte de un grupo de madres lactantes puede ser útil porque responde, a menudo sin palabras, a preguntas que no sabía que quería formular. Al ver a otros bebés mamar, es posible que al suyo le entren ganas. No hay normas sagradas que definan el momento de amamantar al bebé. Las tomas “caprichosas” son las que mantienen fuerte la relación. Muchas madres de más de un hijo afirman que cada relación de lactancia tiende a durar más que la anterior, lo cual que sugiere que nuestra cultura verdaderamente nos inhibe y que tendemos a relajarnos con el tiempo.

EL BEBÉ DE REPENTE RECHAZA EL PECHO Si el bebé deja de tomar el pecho repentinamente, sobre todo si es antes del fin del primer año, puede que se trate de una “huelga de lactancia”. Esto no significa que quiera destetarse, algo hace que no quiera mamar en este momento y normalmente se puede superar con tiempo y paciencia (y algunos consejos y trucos). Entre las causas más habituales están el dolor de oído y la nariz tapada. Véase el Capítulo 18 para más información sobre cómo superar una huelga de lactancia.

EL BEBÉ NUNCA HA ACEPTADO BIEN MI PECHO Existen diversos motivos para que suceda esto. Normalmente una consultora de lactancia experimentada puede ser de ayuda, pero no siempre. Esto no significa que el bebé tenga

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que renunciar a los beneficios de la leche de su madre. ¿Sería una opción seguir extrayéndose leche, al menos durante un tiempo más? A muchas madres les compensa el hecho de poder dar su leche a sus hijos, y la salud tanto de ellas como de ellos se beneficia. Encontrará más información acerca de la extracción exclusiva en el Capítulo 17.

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¿Y SI LA DURACIÓN NORMAL DE LA LACTANCIA NO ES ADECUADA EN NUESTRO CASO?

Los beneficios de la lactancia dependen de las dosis administradas, es decir, que toda la leche que el bebé recibe al tomar el pecho y todo el tiempo que pasa abrazado al pecho son beneficiosos para ambos. El hecho de amamantar al bebé aunque sólo sea durante un día es el mejor regalo que le puede hacer. Aquí tiene información detallada sobre los beneficios de la lactancia para la madre y el bebé en cada etapa. Exponemos sólo los efectos en la salud, pero recuerde que el valor emocional también depende de las dosis administradas.

SI AMAMANTA AL BEBÉ DURANTE TAN SÓLO UNOS DÍAS… Habrá recibido el calostro, o primera leche. La primera y más fácil “vacuna” que, además, ayuda a su sistema digestivo a funcionar sin problemas. El amamantamiento es el comienzo que el bebé espera y favorece la recuperación del organismo materno después del parto. Dado lo poco que cuesta ofrecerlo y lo mucho que representa para el bebé, lo más acertado es amamantar al menos uno o dos días, aunque después se tenga previsto dar el biberón.

SI AMAMANTA AL BEBÉ DURANTE CUATRO A SEIS SEMANAS… Lo habrá ayudado a superar la fase más crítica de la primera infancia. Los recién nacidos que no toman el pecho son mucho más susceptibles de enfermar o ser hospitalizados y tienen muchos más problemas digestivos que los bebés amamantados. Además, al cabo de cuatro a seis semanas, probablemente ya se habrá superado cualquier pequeña preocupación que se pueda haber tenido relacionada con la lactancia. Realice un intento serio de amamantar durante un mes, llame a la LLL si alberga cualquier duda, y podrá entonces decidir si quiere seguir amamantando.

SI AMAMANTA AL BEBÉ DURANTE TRES O CUATRO MESES… Su sistema digestivo habrá madurado considerablemente y tolerará mejor las sustancias

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extrañas que hay en la leche de fórmula. El hecho de no darle nada más que leche materna durante los primeros cuatro meses confiere al bebé una buena protección frente a las infecciones de oído durante al menos seis meses. Sin embargo, si existe un historial de alergias en la familia, le ayudará a reducir el riesgo de padecerlas si espera unos meses más antes de añadir nada a su dieta de leche materna.

SI AMAMANTA AL BEBÉ DURANTE SEIS MESES… Sin añadir otros alimentos ni bebidas, será mucho menos proclive a sufrir reacciones alérgicas a la leche de fórmula y a cualquier otro alimento. La Academia Norteamericana de Pediatría, la Sociedad Canadiense de Pediatría, el Ministerio de Salud del Reino Unido y la Organización Mundial de la Salud recomiendan esperar unos seis meses antes de ofrecer alimentos sólidos al bebé. Darle el pecho durante menos de seis meses se relaciona con un estado de salud más precario a lo largo de su primer año de vida, aumenta el riesgo del bebé de contraer infecciones de oído y cánceres infantiles, y aumenta el riesgo de la madre de sufrir cáncer de mama. Una ventaja adicional si no desea enseguida otro embarazo: la lactancia exclusiva y frecuente durante los primeros seis meses de vida del bebé, siempre que no se presente la regla, tiene un efecto anticonceptivo eficaz en un 98 por ciento.

SI AMAMANTA AL BEBÉ DURANTE NUEVE MESES… Lo habrá alimentado con lo más adecuado, su leche, durante la fase de desarrollo cerebral y físico más rápida e importante de su vida. Los bebés que toman menos tiempo el pecho tienden a un rendimiento escolar menos brillante. El destete puede ser algo muy sencillo a esta edad… ¡pero también lo es seguir con la lactancia! Si llegados a este punto no desea destetar al bebé, procure darle el pecho para consolarlo, no sólo para alimentarlo.

SI EMPIEZA A DESTETAR AL BEBÉ AL AÑO… Puede evitarse el gasto y las incomodidades de la leche de fórmula. Su organismo ya tolerará la mayoría de alimentos que se sirven en su mesa. Muchos de los beneficios que el bebé ha obtenido de este año de lactancia materna son para toda la vida. Si no hubiese tomado el pecho un año, su sistema inmunitario no sería tan fuerte, por ejemplo, y las probabilidades de requerir ortodoncia o sesiones de logopedia serían mayores. La

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Academia Americana de Pediatría recomienda amamantar durante al menos un año, para así asegurar la correcta nutrición y la salud del bebé.

SI EMPIEZA A DESTETAR AL BEBÉ A LOS DIECIOCHO MESES… Habrá continuado proporcionándole nutrientes, consuelo y protección frente a las enfermedades en una etapa en que estas son habituales en el bebé que toma biberón. El bebé ha tenido tiempo de construir una base sólida para su creciente independencia. Ya es lo suficientemente mayor para manejar juntos el proceso de destete a un ritmo adecuado para él. Una antigua cirujana estadounidense, Antonia Novello, decía: “Un bebé afortunado, para mí, es aquel que toma el pecho hasta los dos años”.

SI SE DESTETA AL BEBÉ CUANDO ESTÁ PREPARADO… La madre puede estar segura de haber cubierto sus necesidades físicas y emocionales de un modo saludable y natural. En aquellas culturas donde no existe la presión de destetar, los niños tienden a tomar el pecho durante al menos dos años. La Organización Mundial de la Salud, UNICEF y la Sociedad Canadiense de Pediatría aconsejan encarecidamente la lactancia materna durante la infancia. Biológicamente, parece que estamos programados para una edad de destete que va de los dos años y medio a los siete años; esto permite que el cerebro y los huesos del niño se formen gracias a la leche diseñada específicamente para ello. La leche materna sigue aportando anticuerpos y otras sustancias protectoras mientras se sigue lactando, y algunos de sus beneficios se prolongan durante toda la vida; es posible que los hijos de sus vecinos no lactantes deban acudir al médico e incluso ser hospitalizados más veces que los suyos. Los estudios llevados a cabo indican que cuanto más tiempo el niño tome el pecho, mayor es su inteligencia. Cuanto más tiempo se amamanta, menor es el riesgo de cáncer de mama para la madre. Los niños que maman más tiempo suelen mostrarse más seguros de sí mismos y más independientes, a la vez que muy cercanos con sus padres. La finalización de la lactancia es un gran paso para madre e hijo. Si desteta al niño antes de que esté preparado, hágalo gradualmente y con mucho amor.

EL POZO DE PETRÓLEO DE KATHY DETTWYLER La doctora en antropología, Kathy Dettwyler, compara la lactancia con un pozo de petróleo situado en el jardín de casa. Los ingresos son espectaculares el primer año. Tal vez el segundo año no sea tan bueno, pero ¿por qué cubrir el pozo y renunciar a ellos? ¿Qué pasará si los ingresos siguen menguando? ¿Cerrará el pozo? Quizás en

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algún momento lo que se obtenga no compense el ruido y el tránsito de camiones. Pero el pozo no se seca y usted recibirá cheques mientras no lo clausure. La importancia de la lactancia es primordial para el recién nacido. Pero esto no significa que no siga siendo increíblemente valiosa a los dos años. No deja de ser valiosa ni un sólo día y nadie más que usted puede decidir cuándo el ruido y el tránsito de camiones ya no compensan el tamaño del cheque. Si usted y su hijo disfrutan de la lactancia, no hay razón para abandonarla en un determinado momento, y sí existen numerosos motivos para continuar con ella. Los “cheques” seguirán extendiéndose a nombre de los dos todo el tiempo que deseen seguir lactando.

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CÓMO DESTETAR MÁS DEPRISA DE LO PREVISTO POR LA NATURALEZA

Sea cual sea la situación, el destete funciona mejor para ambas partes si se lleva a cabo tan gradualmente como sea posible, para minimizar los efectos emocionales en el bebé y para permitir que la producción de leche disminuya y no se corra el riesgo de obstrucción de los conductos ni de mastitis. Destetar de golpe puede resultar difícil para el bebé y para los pechos. (Véase “Destetar al bebé abruptamente”, más adelante, si es su caso). Dedique tiempo a prestar atención y mimar a su hijo. Así aprenderá otras formas de conexión además de la lactancia. Intente ser tan flexible como pueda. Es posible que algunos días lo necesite más y tenga que dar un paso atrás. No pasa nada. Es posible que le estén saliendo los dientes o que se esté resfriando, o que necesite asegurarse de que sigue siendo el bebé de mamá. Tómelo con calma y vaya avanzando en su plan cuando el pequeño esté preparado. La manera de plantear el destete dependerá en gran parte de la edad del niño. He aquí algunas estrategias concretas para cada edad.

DESTETAR AL BEBÉ DE MENOS DE SEIS MESES A menos que tenga acceso a un Banco de Leche, destetar a un bebé de menos de seis meses de edad suele significar pasar a la leche de fórmula, por lo que deberá consultarle al pediatra qué es lo más adecuado. La primera leche que pruebe puede no ser la que le vaya bien a su hijo, de modo que es posible que deba probar unas cuantas. Conviene extraerse leche cuando se hayan descartado algunas tomas durante la primera semana más o menos, hasta asegurarse de que el bebé tolera la leche de fórmula. Algunas madres deciden que seguir con la lactancia es más fácil que lidiar con el eccema, la irritabilidad o los problemas intestinales que surgen de repente. Algunos bebés que no toleran la leche de fórmula al principio la aceptan más adelante, o la toleran mejor si se vuelve a intentar dársela pasadas unas semanas. Mientras tanto, mantener la producción permitirá un retorno a la lactancia si es necesario.

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Puede empezar ofreciendo un biberón los primeros dos o tres días para que el bebé (y sus pechos) se acostumbren poco a poco al cambio. Si sus pechos le causan incomodidad al saltarse esta toma y no se extrae leche por si la leche de fórmula no funciona, extráigase suficiente leche para recuperar la comodidad, pero no demasiada para no vaciar las mamas. Así, se reducirá la producción. Después, añada otro biberón durante uno o dos días y aumente paulatinamente el número de tomas con biberón al tiempo que reduce las tomas al pecho. Las últimas tomas en sustituirse suelen ser la primera del día, la de la hora de la siesta y la de la hora de acostarse. Como la producción va disminuyendo, en algún momento el bebé probablemente pedirá el biberón en lugar del pecho, incluso para sus tomas favoritas. El proceso puede durar un par de semanas o más. Como la lactancia es algo más que alimentación, es posible que el bebé no tome el biberón tantas veces como tomaba el pecho. Es importante compensar por la pérdida de las tomas de consuelo con más tiempo en brazos, recostándose juntos y prestando atención al bebé. Cuando el bebé sólo mama para sus tomas preferidas, puede que decida usted no ir más lejos. Una, dos o tres tomas al día pueden ser manejables. No le ocuparán más tiempo del que de todas formas dedicaría a su hijo, a él le proporcionará leche durante un tiempo más, y la producción seguramente será lo bastante escasa como para que no vuelvan a molestarle los pechos.

DESTETAR A UN BEBÉ DE SEIS MESES A UN AÑO Puede ser útil repasar la información para destetar a un bebé de menos de seis meses, ya que probablemente esté utilizando usted biberones y leche de fórmula. Si el bebé ya toma alimentos sólidos, puede que no requiera tanta leche artificial. En Estados Unidos y el Reino Unido se recomienda dar al bebé leche materna o de fórmula en lugar de leche de vaca durante el primer año de vida. En Canadá se da luz verde a la leche de vaca a los nueve meses si el bebé ha tomado exclusivamente leche materna hasta entonces. ¿El motivo? La leche de fórmula provoca pequeñas hemorragias intestinales en muchos bebés, lo que afecta sus reservas de hierro. Pero los niños necesitan una buena fuente de hierro durante todo el primer año de vida. Si han perdido hierro durante muchos meses de alimentación con leche artificial, precisan una mejor fuente de este mineral que la leche de vaca durante estos últimos tres meses.

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DESTETAR A UN BEBÉ DE UN AÑO O MÁS A esta edad probablemente se puede prescindir de la leche de fórmula, aunque sigue siendo necesario procurar una alternativa para consolar, tranquilizar y conectarse con el bebé. Un viejo método para favorecer el destete consiste en seguir la premisa “ni ofrecer ni negar”. Se deja de ofrecer el pecho voluntariamente, pero no se le niega al bebé si lo pide. Es útil evitar sentarse en los lugares donde habitualmente se amamanta, lugares que indican que es la hora de mamar. La técnica de la distracción también suele funcionar. Cuando el niño pide el pecho, se le puede ofrecer en su lugar una ensalada de frutas, por ejemplo. Algunas madres guardan en un sitio concreto del refrigerador los pasabocas del niño para que él mismo se sirva. Un vaso de agua o zumo diluido puede ser especialmente útil si hace calor cuando el niño suele pedir el pecho para saciar su sed. La toma de la hora de la siesta y la de la hora de acostarse son más difíciles. Algunas mujeres reducen la duración de estas tomas indicando al niño que sólo puede tomar el pecho mientras dura una canción que ambos escuchan. También se puede contar hasta un número determinado (puede ir tan rápida o lenta como necesite). Tamara supo que estaba pasándose de la raya cuando su hija le rogaba: “¡No cuentes!”. Intente sustituir las tomas de antes de dormir con otros rituales que induzcan al sueño. Acurrucarse juntos, mecerse, un masaje de espalda, canción de cuna, un libro, poema o cuento favorito: todos pueden calmar y preparar para el sueño. Este puede ser un momento de mimos, al niño puede gustarle acostarse con la mejilla en su pecho. Introduzca estas estrategias primero acompañadas de una toma. Por ejemplo, cante una canción de cuna mientras amamanta al niño. Unos días más tarde, cante un rato y acabe amamantando al niño. Al cabo de unos días más, la canción de cuna puede bastar para que el niño se vuelva a dormir. Diana memorizó el cuento Buenas noches, Luna, de Margaret Wise, y sigue recitándoselo a sus tres hijos escolares, que juran ser incapaces de dormirse sin él. También puede ser una buena idea que sea su pareja quien se encargue de acostar al niño. Hable con el niño sobre esta etapa y explíquele por qué tiene que destetarlo. Es probable que lo entienda mejor de lo que espera. Hay cuentos sobre el destete que pueden leer juntos, como Maggie’s Weaning, de Mary Joan Deutschbein (en inglés), disponible a través de http://www.llli.org. Algunas madres proponen la celebración de una fiesta para celebrar el destete y dejan que el niño elija a los invitados, la comida y las

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actividades para la fiesta. Otra opción es pedirle que elija un juguete que le regalará cuando se haya destetado. Muchos niños recuerdan con cariño estas fiestas al cabo del tiempo. Pero intente que la fiesta no coincida con el cumpleaños del niño para no exagerar. Prepárese para que el niño le diga al acostarlo: “Yo no quiero dejar de tomar el pecho”. No es necesario mantenerse firme si el niño se siente así; dejen el destete para otro día. Con la educación de los hijos, muchos pasos se dan en falso, otros se dan a medias, se avanza y se retrocede.

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DESTETAR AL BEBÉ ABRUPTAMENTE Destetar de golpe no suele ser necesario; vale la pena pedir una segunda opinión de alguien que comprenda tanto su situación como la lactancia. Si verdaderamente tiene que destetar al niño de repente, lo mejor es reducir la producción de leche tan lentamente como sea posible para evitar una infección mamaria. Cuando los pechos empiecen a molestar al llenarse, extráigase la leche necesaria para aliviar la incomodidad. Así estará cómoda y a la vez se reducirá la producción. Es posible que pase entre una semana y diez días hasta que no necesite extraerse leche, y puede que siga obteniendo gotas de leche durante un año o más, pero finalmente los pechos dejarán de producir leche por completo. Para acelerar el proceso de disminución de la producción, algunas mujeres recurren a la salvia (en infusión), el perejil o el aceite de hierbabuena (suelen contenerlo los caramelos de menta). Una o dos dosis recetadas de seudoefedrina (el farmacéutico le indicará las marcas disponibles) también pueden ser de ayuda, pero hay que tener en cuenta que el descenso de la producción de leche que se obtiene con la seudoefedrina puede ser definitivo, de modo que debe estar segura de la necesidad de destetar a su hijo antes de probarla. La presión en los pechos no se ha demostrado que acelere el proceso, pero seguramente le resultará cómodo llevar un buen sujetador. Dedique muchos mimos al niño durante este triste y confuso proceso. Un bebé mayor puede pensar que los pechos estén “rotos” (por ejemplo si les ha puesto venditas), y quizá sea más conveniente que mamá lleve un vestido ajustado o una camiseta metida en el pantalón difícil de retirar. Si el bebé es más pequeño, seguramente necesitará muchos momentos en brazos y canciones tranquilizadoras; si es aún menor, es posible que se adapte con rapidez al biberón, pero agradecerá el calor y el contacto con la piel de mamá al dárselo y tal vez el dedo de mamá para chuparlo después de comer. Si duermen juntos en la misma habitación (colecho), puede resultar útil acostar al bebé solo con su pareja durante unos días mientras se establece el nuevo patrón sin lactancia. Se trata de una situación de emergencia y las emergencias suelen requerir soluciones

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poco ideales. Sea cual sea la edad del niño, tanto el pequeño como la madre están perdiendo algo importante y ambos tienen derecho a llorar esta pérdida. Si es posible, eviten otros cambios en este momento. Si bien separarse del bebé el fin de semana para destetarlo puede ayudarla a usted, puede ser más difícil para el bebé no tener el centro de su universo junto a él cuando atraviesa un cambio de esta magnitud.

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ELIMINAR LAS TOMAS NOCTURNAS ¿Desea usted dejar de amamantar de noche? Tal vez quiere dormir del tirón pero quiere seguir dándole el pecho a su hijo durante el día. Es importante pensarlo bien porque si se abandonan las tomas nocturnas precozmente, existe el riesgo de un destete prematuro. Los bebés se despiertan de noche por diferentes motivos. El hijo de una madre trabajadora, por ejemplo, puede recurrir a las horas nocturnas para volver a conectarse con ella, tras horas de separación. Las tomas nocturnas pueden contribuir significativamente a la nutrición de algunos bebés hasta que son preescolares. Los despertares nocturnos pueden deberse a la dentición, enfermedades o alergias. Si el bebé es pequeño, puede que tenga que extraerse leche al menos una vez por la noche para mantener una buena producción, lo que en parte se contradice con el deseo de eliminar las tomas nocturnas. Pero si el bebé es mayor, aprenderá a volver a dormirse tras un breve despertar. Sustituir las tomas nocturnas con abrazos y canciones de cuna, como se describe en el apartado “Destetar a un bebé de un año o más”, puede funcionar, pero sólo se logra sustituir una manera de dormir al bebé por otra. Esto puede ser adecuado si el objetivo de eliminar las tomas nocturnas es quedar embarazada, por ejemplo, o si quiere que sea otra persona la que consuele al bebé mientras usted descansa. Pero, en muchos casos, el niño seguirá despertándose de noche y la madre se verá obligada a dedicar más energía para volverlo a dormir que antes. Desgraciadamente, este es el motivo por el que algunos padres recurren a dejar llorar al bebé. Su objetivo es que el pequeño aprenda a dormirse de nuevo sin ayuda. Pero los estudios realizados indican que esto resulta estresante para el bebé y si el pequeño necesita mamar para alimentarse de noche, su peso puede verse afectado. Todos los niños acaban durmiendo más horas seguidas de noche, aunque es normal que sigan despertándose durante los años preescolares. Conviene cerciorarse de que el niño bebe y come suficientemente durante el día y que hace ejercicio físico, para que duerma de manera acorde a su edad. Si el niño es lo bastante mayor para comprender conceptos básicos, se le puede

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explicar que ya no lactarán de noche porque los pechos de mamá necesitan dormir. Algunas madres dicen a sus hijos que deben esperar a que se despierte el sol. Otras asignan un pecho para las tomas diurnas y el otro para las nocturnas con la intención de reducir la lactancia. Con cualquiera de estas estrategias sabrá enseguida si el momento es el adecuado. Más de una madre que ha intentado eliminar las tomas nocturnas se ha enfrentado a rabietas, y, al probarlo semanas después, sólo ha tenido que superar una o dos noches de leves protestas y luego ha dormido como un ángel. Si está atenta a las necesidades cambiantes de su hijo, puede fomentar más horas de sueño seguidas sin pedirle más de lo que su etapa de desarrollo le permite. Cuando Diana intentó la estrategia de “esperar hasta que se haga de día” con su hijo Ben, el pequeño empezó a despertarse varias veces cada noche para preguntar: “¿Ya es de día?”. De modo que esperaron algo más para volver a intentarlo.

ELIMINAR LAS TOMAS NOCTURNAS PARA EVITAR CARIES Desde siempre, los niños que tomaban el pecho de noche no tenían apenas caries dentales hasta la llegada de los alimentos que las favorecen. Como los niños de hoy toman muchos de estos alimentos, los dentistas a menudo sugieren a las madres que no amamanten a los niños de noche. Pero la leche humana por sí sola rara vez contribuye a la formación de caries y, de hecho, tiene la propiedad de reforzar los dientes, por lo que eliminar las tomas nocturnas no es probable que sea la solución. En el Capítulo 12, hallará más información sobre el tema.

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CÓMO SE SIENTE LA MADRE AL DESTETAR AL BEBÉ Las madres cuyos hijos se destetan tras años de lactancia suelen sentir una mezcla de nostalgia, melancolía y alivio, pero los sentimientos tienden a desvanecerse porque el proceso es lento y el niño está preparado para un tipo de interacción más madura. Muchas madres antes que nosotras han notado estas leves punzadas producidas por las miradas al pasado. Si este es su último hijo, la tristeza puede ser mayor porque sabe que no volverá a amamantar. Plantéese algún tipo de celebración para mirarlo desde otro punto de vista. Se trata, al fin y al cabo, de un hito importante. Si desteta al bebé antes de los dos años, la fuerza de sus sentimientos puede sorprenderla. Es posible que se alegre de haberse librado de las tomas, pero también puede que se sienta llorosa o muy sensible durante un tiempo. Tal vez se sienta rechazada si el bebé dejó de mamar fácilmente. Tómeselo con calma mientras ambos se adaptan a la nueva situación.

ALGUNOS BUENOS LIBROS SOBRE EL DESTETE En inglés: Adventures in Tandem Nursing: Breastfeeding During Pregnancy and Beyond, Hilary Flower. How Weaning Happens, Diane Bengson. Maggie’s Weaning, Mary Joan Deutschbein. Mothering Your Nursing Toddler, Norma Jane Bumgarner. The Nursing Mother’s Guide to Weaning, de Kathleen Huggins.

UNA GRATA DESPEDIDA Muchas mujeres son capaces de explicar sus experiencias de lactancia vívidamente, aun

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cuando son mayores. El destete es una transición importante, verdaderamente es el fin de un proceso que empieza con la concepción, y el fin de una relación muy íntima. Las mujeres que han dado el pecho y el biberón suelen reconocer la diferencia en la relación con sus hijos. Sí, nosotras, que tenemos hijos mayores que ya no toman el pecho, podemos afirmar que hemos constatado que el efecto de las relaciones estrechas iniciadas con la lactancia continúa hasta hoy. Tal vez el destete nunca se complete. Como dijo un niño lactante, al decidir que no volvería a tomar el pecho: “Mamá, tu leche me durará siempre”.

© Liga de la Leche Argentina

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DIECISIETE

OTROS CAMINOS

© Liga de la Leche Perú

“Con frecuencia me piden que describa la experiencia de criar a un hijo con una discapacidad. Pues es así: »Cuando vas a tener un bebé, es como preparar unas fabulosas vacaciones a Italia. Te compras un montón de guías de viaje y haces planes maravillosos. El Coliseo. El David de Miguel Ángel. Las góndolas de Venecia. Seguramente incluso aprendes unas frases útiles en italiano. Todo es emocionante. »Tras meses de ilusión, finalmente llega el gran día. Haces la maleta, subes al avión y despegas. Unas horas después, el avión aterriza. La azafata dice: ‘Bienvenidos a Holanda’. »‘¿Holanda? dices. ¿Cómo que Holanda? Yo iba a Italia. Debería estar en Italia. Toda la vida he soñado con ir a Italia.’ »Pero el plan de vuelo ha cambiado. Has aterrizado en Holanda y tienes que quedarte allí. Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible, sucio y desagradable, lleno de pestilencia, hambre y enfermedad. Sólo es un lugar distinto al esperado. »Hay que salir a comprar una nueva guía de viaje, hay que aprender un nuevo idioma, vas a conocer a muchas personas a las que nunca hubieses conocido. Simplemente, es otro lugar. El ritmo de vida es más lento

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que en Italia, todo es menos suntuoso. Pero al cabo de un tiempo de estancia, parece que una se recupera y empieza a darse cuenta de que Holanda tiene molinos… y tulipanes. Holanda incluso tiene a Rembrandt. »Aun así, todos los conocidos van y vienen de Italia, y hablan de lo maravillosas que han sido sus vacaciones allí. Sin embargo, el resto de su vida, una dirá: ‘Sí, es donde quería ir yo. Es lo que había planeado’. Y este dolor nunca, nunca jamás desaparecerá. Pero si se pasa la vida lamentando no haber ido a Italia, nunca tendrá ocasión de disfrutar las cosas especiales y el encanto de Holanda”. Emily, recuerdos de 1987.

suele ser una actividad fácil y nada complicada, algunas situaciones pueden suponer todo un reto. Este capítulo se centra en las más comunes de estas situaciones para ofrecer consejos especializados. Como estas experiencias pueden variar tanto de un caso a otro, le será útil ponerse también en contacto con la líder de la Liga de La Leche de su zona o con una consultora certificada en lactancia materna (IBCLC) para pedir orientaciones y apoyo personalizados. SI BIEN LA LACTANCIA

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EXTRACCIÓN EXCLUSIVA La mayoría de las madres que se extraen leche lo hacen de forma temporal hasta que su hijo es capaz de mamar, o a tiempo parcial, mientras están separadas del bebé. Pero algunas mujeres se extraen leche exclusivamente. Tal vez deseaba usted que el bebé pudiera mamar, pero la lactancia no resultó cómoda. Quizá la lactancia nunca funcionó y usted o el bebé decidieron que era más fácil recurrir al biberón. Esto le ocurrió a Diana West con su primer hijo, Alex. Ella no tenía suficiente leche porque se había sometido a una reducción de mamas, de modo que tuvo que suplementar. Empezó a usar un suplementador adaptado al pecho, pero con el tiempo cada vez usaba más el biberón. Alex acabó por rechazar el pecho, prefería el flujo rápido del biberón. Diana se extrajo leche para dársela a Alex (además del suplemento) durante catorce meses. Aunque le dolía la pérdida de su relación de lactancia, se sentía satisfecha al saber que su hijo tomaba el alimento adecuado y obtenía agentes anti-infecciosos de su leche. Como Diana aprendió con su experiencia, la extracción exclusiva es muy diferente a la lactancia aunque en ambos casos el bebé tome leche materna. La lactancia tiene lugar cuando el bebé la pide, cuando tiene hambre o sed, o cuando necesita tomar el pecho para obtener consuelo. Rara vez sigue un horario fijo ni las tomas duran el mismo tiempo, sino que varía de un día a otro en función de las necesidades crecientes del niño. Como la extracción depende de la madre, es más probable que siga un horario regular adaptado a su rutina diaria. La constancia es algo bueno, pero cuesta hacer lugar para las tomas ocasionales que realmente favorecen la producción de leche. Por eso, muchas mujeres que sólo se extraen leche deben esforzarse por mantener la producción, cosa que requiere una enorme dedicación.

¿CADA CUÁNDO HAY QUE EXTRAERSE LECHE SI EL BEBÉ NO TOMA EL PECHO? Parece que esto varía mucho de un caso a otro. No existe un estándar mínimo por debajo del cual la producción cese. La mayoría de las mujeres siguen produciendo leche mientras siguen extrayéndola.

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Si usted empieza con la extracción exclusiva desde el principio o durante las primeras semanas, puede ser útil extraer con mayor frecuencia al principio. El recién nacido suele tomar el pecho al menos entre ocho y doce veces cada veinticuatro horas. Puede proponerse diez sesiones de extracción al día, sin bajar de ocho. Cuantas más sesiones al principio, mejor. Lo ideal sería llegar a extraerse entre 750 y 1.000 ml al día cuando el bebé cumpla dos semanas. Así se estimula la producción y es posible que permita congelar algunas raciones para poder compensar descensos de la producción en el futuro. Extráigase leche siempre que se acuerde, aunque sea una sesión corta, para no hacerlo siguiendo un horario fijo. Cuando la producción sea estable, alrededor de las seis semanas, puede experimentar un poco para comprobar cuántas veces necesita extraerse leche al día para obtener la cantidad que el bebé precisa. Algunas mujeres tienen suficiente con menos sesiones que otras. Recuerde que la leche se produce más rápidamente cuando los pechos están menos llenos; cuanto más llenos, más lenta es la producción. Si los pechos están demasiado llenos demasiado tiempo, la producción disminuirá enormemente. Al cabo de un tiempo notará cuándo es momento de extraerse leche, siga las indicaciones de su cuerpo en lugar de guiarse por el reloj y conseguirá una buena producción. Pasadas las seis primeras semanas puede que sigan las extracciones nocturnas o que no, ello dependerá de la incomodidad que le provoquen los pechos al llenarse y de si durante el día consigue extraerse suficiente leche para satisfacer las necesidades del bebé. Conviene extraerse leche al menos una vez cada noche durante las primeras seis semanas para favorecer una buena producción.

¿QUÉ TIPO DE SACALECHES SE NECESITA? Algunas mujeres consiguen extraerse más leche con un sacaleches de alquiler. Cuestan mucho menos que la leche de fórmula y el gasto médico que se ahorra al amamantar.

PROBLEMAS DE PRODUCCIÓN Producir suficiente leche es un problema habitual entre las madres que practican sólo la extracción. Las dificultades suelen surgir alrededor del cuarto al sexto mes. A veces el problema es que el bebé toma demasiado biberón (los consejos del Capítulo 18 para dar el biberón sin perjudicar la lactancia pueden ayudarle a dar al bebé lo que necesita sin pasarse). Para saber si el problema es la sobrealimentación hay que controlar el aumento

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de peso. Mientras el bebé gane peso adecuadamente, todo va bien. Pero si se ha descartado la sobrealimentación, habrá que tomar medidas para aumentar la producción. Véase “Producción escasa de leche materna” en el Capítulo 18.

¿CADA CUÁNDO OFRECER LAS TOMAS AL BEBÉ? La leche materna está diseñada para digerirse más deprisa que la de fórmula, de modo que el bebé que sólo toma leche materna suele necesitar tomas más frecuentes que el que toma leche artificial. El hecho de tomar la leche en biberón no significa que el bebé no pueda alimentarse a demanda. Si el bebé busca (se lleva los puños a la boca, vuelve la cabeza con fuerza hacia un lado, saca la lengua o realiza movimientos de succión con la boca) puede significar que quiere tomar el pecho. Como no succiona el pecho y la succión es importante para dar al bebé la sensación de sosiego, puede agradecer el chupete después de tomar el biberón.

SEGUIR CON LA EXTRACCIÓN Puede resultar verdaderamente difícil seguir extrayéndose leche sin la satisfacción emocional que proporciona la lactancia. Otras mujeres que se hallen en su misma situación pueden ayudarla a seguir adelante, y usted puede ayudarlas a ellas. Hay información sobre el tema de la extracción exclusiva en el sitio web de la Liga de La Leche: http://www.llli.org.

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BEBÉS PREMATUROS Cuando se da a luz a un bebé prematuro, la lactancia puede ser lo último que le preocupe. Lo primordial es saber si el diminuto y frágil recién nacido conseguirá sobrevivir y estar sano. La visión del bebé entubado y monitorizado puede ser escalofriante. Probablemente la madre se sentirá incapaz de hacer nada por el bebé mientras el personal sanitario se apresura de un lado a otro, ajustando válvulas y cambiando aparatos. Pero la madre tiene una enorme importancia. El bebé conoce su voz y reconoce su olor y reacciona de manera diferente al contacto con ella que al contacto con otra persona. Hasta el más frágil se beneficia de oír la voz de su madre y notar sus caricias. Los estudios demuestran que los bebés prematuros no se estabilizan tan deprisa cuando se emplea la tecnología médica estándar como cuando tienen contacto piel con piel con la madre. Las políticas hospitalarias relacionadas con el contacto piel con piel de madre e hijo varían, y la edad y la etapa de desarrollo del bebé son factores a tener en cuenta. Lo más aconsejable es pasar tanto tiempo como pueda con el bebé sobre el pecho en contacto con su piel. La transición de la incubadora a la madre y viceversa puede ser difícil para los prematuros; conviene que sus visitas se prolonguen al menos un par de horas. El libro de Susan Ludington-Hoe, Kangaroo Care: The Best You Can Do to Help Your Preterm Infant, proporciona mucha información, con trucos para que la experiencia en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) sea más llevadera. Otras ayudas las puede encontrar en el libro Bebés canguro de Nathalie Charpak, Editorial Gedisa, Barcelona 2010, así como en la Fundación Canguro (Colombia): http://www.fundacioncanguro.co

EL MÉTODO CANGURO Cuando se toma al bebé en brazos piel con piel durante largos períodos de tiempo, las investigaciones han demostrado que: Los niveles de oxigenación y el ritmo respiratorio del bebé son más regulares y estables, en armonía con el ritmo cardíaco.

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El ritmo cardíaco es ligeramente más elevado, lo cual demuestra una respuesta positiva a la cercanía de la madre. La madre tiene la capacidad de dar calor y estabilizar la temperatura del bebé mejor que una incubadora y automáticamente ajusta su propia temperatura con el fin de elevar o disminuir la del bebé para conseguir un nivel óptimo. Es más probable que el bebé mame más fácilmente y aumenta la producción de leche de la madre. Mejora el sistema inmune del bebé, con lo que tendrá menos vulnerabilidad a las alergias e infecciones durante el primer año de vida. La madre se siente más unida al bebé, esto favorece la curación del trauma de un parto prematuro. No hay desventajas. Todo esto suena muy bien hasta que se da la vuelta a todas estas afirmaciones, cuando no se aplica el método canguro: El bebé no está tan bien oxigenado y su ritmo cardíaco y respiratorio son menos estables. Tiene más dificultades para mantener una temperatura estable. Tiene más dificultades para tomar el pecho, la producción de leche materna también se resiente. Se deprime el sistema inmune y por lo tanto presentará más vulnerabilidad a las alergias e infecciones durante el primer año. Aparecen más problemas para establecer un vínculo afectivo.

Está claro que el método canguro debería ser el estándar. El cuerpo de la madre de un bebé prematuro es primordial para la buena salud del bebé, tanto si acaba de desarrollarse en su interior como en el exterior. Por esto se pensó en el “método madre canguro”, llevando el método canguro un poco más lejos.

MÉTODO MADRE CANGURO: MEJOR QUE EL MÉTODO CANGURO La mayoría de los hospitales reconocen el valor del método canguro en la actualidad, pero es una forma de cuidado en que el hospital es el principal cuidador y la madre ayuda cuando puede. El método madre canguro cambia esta premisa. La madre actúa como principal cuidadora, llevando al bebé en una especie de portabebé casi veinticuatro horas al día, y el hospital proporciona el apoyo y conocimientos necesarios. Este método se depuró en hospitales africanos que carecían de los equipos disponibles en muchos centros del mundo occidental. Cuando los bebés africanos se compararon con los bebés que recibían cuidados occidentales, estos últimos no salieron muy bien parados. Muy pocos hospitales son siquiera conscientes de la existencia del método madre canguro, pero la idea se va extendiendo. Si desea más información, consulte el sitio http://www.kangaroomothercare.com o el libro Hold Your Prem, de Jill Bergman y Nils Bergman, así como: El método canguro no es sólo para prematuros:

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http://www.quenoosseparen.info/articulos/canguro/ (en la web de El Parto es Nuestro). En la siguiente web hay muchos artículos en español sobre el método madre canguro: http://www.quenoosseparen.info/articulos/documentacion/doccastellano.php; Método madre canguro, guía práctica, OMS: http://whqlibdoc.who.int/publications/2004/9243590359.pdf

LA LECHE MATERNA ES INCREÍBLEMENTE IMPORTANTE PARA EL BEBÉ PREMATURO Su leche es diferente de la de una madre cuyo bebé ha nacido a término y contiene más nutrientes de los que necesita un bebé prematuro. La leche de fórmula, incluso la diseñada específicamente para prematuros, aumenta el riesgo de dañar el aparato digestivo del bebé, sensible e inmaduro, y hacerle más propenso a las infecciones y enfermedades, especialmente la enterocolitis necrotizante (ECN), una enfermedad grave que los bebés prematuros alimentados con fórmula corren un elevado riesgo de desarrollar. En algunos hospitales, los bebés más prematuros (con menos de 1.500 g de peso al nacer) toman la leche materna que la madre se extrae y a la que se añaden fortificantes. Estos fortificantes pretenden aumentar los niveles de proteínas y otros nutrientes para ayudar al bebé a aumentar de peso más rápidamente durante las primeras semanas. Se están realizando esfuerzos para ofrecer fortificantes derivados de la leche humana en lugar de la leche de vaca, que reducirían el riesgo de alergias y enfermedades. Puede preguntar si están disponibles en el caso de que su bebé los necesite.

ESTIMULAR LA PRODUCCIÓN DE LECHE Uno de los principales objetivos de esta etapa consiste en conseguir un aumento de la producción de leche materna. Los primeros días, cuando se produce calostro, la extracción manual seguramente será la que mejor funcione. No se producen grandes cantidades, pero no importa (el bebé es diminuto). Cuando note que aumenta la producción, puede empezar a usar un sacaleches. Si se alimenta al bebé mediante una sonda nasogástrica (un tubo que va desde la nariz hasta el estómago) o con biberón, lo ideal es extraerse leche antes de cada toma para que el recién nacido pueda tomar leche fresca acabada de extraer. La que sobre se puede refrigerar o congelar en caso de que se prevea que la madre va a estar ausente en las próximas tomas. La extracción frecuente es importante para estimular la producción. La producción futura depende de la cantidad de leche que se extraiga estos primeros días. Si ahora se extrae menos leche, dentro de seis semanas producirá menos. Para más información sobre la extracción, véase el Capítulo 15.

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Al ver que se saca leche que el bebé no puede empezar a tomar todavía, es posible que crea que no sea necesario extraerse tanta leche. Pero el recién nacido que ahora es tan diminuto crecerá con rapidez, probablemente doblará su tamaño en pocos meses y, sin darse cuenta, necesitará de golpe toda la leche que usted produzca. Es mejor producir demasiada al principio para tener suficiente más adelante, cuando el bebé recupere el ritmo. Acuérdese de extraerse un poco de leche manualmente después de la sesión con el sacaleches las primeras semanas; podría marcar una gran diferencia en cuanto a su producción. Así mismo, las compresiones de los pechos durante la extracción pueden favorecer el aumento de las cantidades extraídas. Es frecuente que las madres de bebés prematuros experimenten una reducción temporal de la producción de leche. Ser madre de un bebé nacido antes de término es una de las experiencias más estresantes para una madre. Es posible que le den malas noticias sobre la evolución del bebé, o es posible que le resulte difícil compaginar el trabajo de casa con las horas junto al bebé en el hospital. La compresión de los pechos al extraerse leche es una técnica realmente útil en estos casos. Si tiene problemas para sacarse leche suficiente para el bebé a pesar de llevar a cabo al menos ocho sesiones de extracción al día, puede que con la ayuda de alguna planta medicinal o fármaco (un galactogogo) recetados, consiga aumentar su producción (véase el Capítulo 18). Contraste su metodología con un médico que tenga conocimientos sobre lactancia. Para más información acerca de los problemas de producción de leche, véase: http://www.llli.org/Lang/Espanol/lactancia.html.

“TUVE QUE BUSCAR AYUDA PORQUE NO TENÍA SUFICIENTE LECHE PARA MI BEBÉ PREMATURO. ESTABA MUY ANGUSTIADA. LA PRIMERA VEZ QUE LLAMÉ A UNA LÍDER DE LA LIGA DE LA LECHE NO ME CONTESTÓ, Y TARDÉ DOS SEMANAS PARA REUNIR EL VALOR PARA LLAMAR DE NUEVO. HE REFLEXIONADO SOBRE POR QUÉ ME COSTÓ TANTO PEDIR AYUDA. FINALMENTE, ME HE DADO CUENTA DE QUE TEMÍA QUE ME DIJERAN QUE NO PODÍA HACER NADA PARA PRODUCIR MÁS LECHE (QUE ES LO QUE ME DECÍAN EN EL HOSPITAL). ME LO HABÍA LLEGADO A CREER E HICE LA SEGUNDA LLAMADA PARA PEDIR UN SUPLEMENTADOR DE LACTANCIA DE LOS QUE SE ADAPTAN AL PECHO PORQUE ALIMENTAR A MI HIJO AL PECHO ERA MUY IMPORTANTE PARA MÍ.

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CUANDO ANNE, LA LÍDER DE LA LLL,

JILL, VAS A PODER AMAMANTAR A TU BEBÉ CON TU LECHE’, ME SENTÍ FELIZ. LA CREÍ PORQUE LA ME DIJO: ‘NO TE HACE FALTA UN SUPLEMENTADOR,

NOTÉ SEGURA DE QUE YO IBA A CONSEGUIR LO QUE DESEABA”.

JILL. ¿PRIMERO EL PECHO O EL BIBERÓN? Al principio, se alimentará al bebé mediante sonda nasogástrica. Cuando se la quiten (o si no se emplea), la política de algunos hospitales consiste en hacer tomar biberones al bebé antes de probar la lactancia natural o antes de darle el alta. Los estudios llevados a cabo no apoyan esta práctica. Tomar el biberón resulta más estresante para el bebé prematuro que tomar el pecho; un bebé diminuto tiene más problemas para coordinar la succión y la respiración al ser alimentado con biberón. Si el bebé no parece estar preparado para el flujo de leche materna, puede “practicar” mamando después de una sesión de extracción de leche (con esta práctica obtendrá algo de leche). Si sigue el método madre canguro, es posible que en algún momento el bebé empiece a buscar su pecho. Puede que incluso se agarre sin demasiada ayuda. Es una señal de que está preparado para tomar el pecho. Algunos recién nacidos necesitan más ayuda que otros y en ocasiones el uso de una pezonera de silicona facilita el agarre del bebé al pecho (véase el Capítulo 18). Como los bebés prematuros carecen de la grasa en las mejillas que ayuda a llenar el espacio en la boca de un bebé nacido a término, tienen que esforzarse más para conseguir una buena succión. Tienen que detenerse a menudo y con cada pausa pueden soltar el pezón. Si se usa una pezonera, el bebé no tendrá que esforzarse tanto. Vale la pena intentarlo antes sin pezonera, pero conviene usarla si el bebé parece necesitar la ayuda adicional. Los bebés prematuros suelen seguir horarios rígidos en el hospital, donde se les alimenta cada tres o cuatro horas con la intención de no fatigarles demasiado. Pero el bebé que está en contacto con la piel de su madre probablemente dispondrá de la energía y mostrará interés para tomar el pecho con mayor frecuencia. Si no se siente capaz de discutir este tema con el personal del hospital puede optar por seguir sus instrucciones con el fin de regresar a casa lo antes posible. Si esto es lo que ocurre, no se desanime. Confíe en que si mantiene la producción de leche, podrá amamantar a su hijo.

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“MARK SE ADELANTÓ NUEVE SEMANAS. PRECISÓ UN RESPIRADOR AL PRINCIPIO Y BAJÓ DE PESO. ESTO ME ASUSTÓ AL SER YA TAN PEQUEÑO. PERO SABÍA QUE LO MÁS IMPORTANTE ERA EMPEZAR A EXTRAERME LECHE ENSEGUIDA PARA PODER TENERLA CUANDO ESTUVIERA PREPARADO PARA TOMAR EL PECHO. LECHE CADA TRES HORAS DÍA Y NOCHE Y A VECES MÁS.

ME EXTRAÍA

FUE DIFÍCIL, PERO ME

AYUDÓ A PENSAR QUE ESTABA HACIENDO ALGO POR ÉL.

»CUANDO YA RESPIRÓ SOLO, INICIAMOS EL MÉTODO MADRE CANGURO, PERO A LAS ENFERMERAS NO LES GUSTABA LA IDEA. PODÍA QUEDARME A DORMIR EN UNA HABITACIÓN DISPUESTA PARA ELLO EN EL HOSPITAL, PERO LAS ENFERMERAS ME DECÍAN QUE ESTO RESULTABA DEMASIADO ESTRESANTE PARA EL BEBÉ.

»DESPUÉS

ME DIJERON QUE DEBÍA TOMAR UN BIBERÓN ANTES DE PODER

YO SABÍA QUE NO ERA CIERTO, PERO ESTABA DESESPERADA LLEVÁRMELO A CASA, DE MODO QUE ACCEDÍ A QUE SE LO DIERAN. EN

TOMAR EL PECHO.

POR CUANTO SUPIERA ALIMENTARSE CON EL BIBERÓN, QUE, AL MENOS, CONTENÍA MI LECHE, LAS ENFERMERAS ME DIJERON QUE PODRÍA EMPEZAR A AMAMANTARLO UNA VEZ AL DÍA, LUEGO, TRES VECES AL DÍA. SI NO COMÍA LO BASTANTE, TENDRÍA QUE COMPLEMENTAR SU ALIMENTACIÓN CON BIBERONES.

»FINALMENTE, NOS DEJARON REGRESAR A CASA, AÚN TOMANDO EN PARTE EL BIBERÓN Y EN PARTE EL PECHO. LA ENFERMERA ME ADVIRTIÓ QUE NO DEBÍA DARLE DEMASIADO EL PECHO PARA NO AGOTARLE, AUNQUE YO PENSABA QUE MI HIJO MAMABA BASTANTE BIEN.

PERO

CUANDO LLEGAMOS A CASA, ME SENTÍ

DESANIMADA Y ANGUSTIADA. ¿CÓMO ME LAS ARREGLARÍA PARA EXTRAERME LECHE, DARLE EL BIBERÓN Y AMAMANTARLO?

»HABLÉ CON MI LÍDER DE LA LLL, Y ELLA ME AYUDÓ A VER LAS COSAS CON PERSPECTIVA. ESTABA CLARO QUE TENÍA SUFICIENTE LECHE, ME EXTRAÍA MÁS LECHE DE LA QUE EL BEBÉ TOMABA AL CABO DEL DÍA. ÉL MAMABA BIEN. ASÍ QUE ME DESHICE DE LOS BIBERONES Y LE AMAMANTÉ EXCLUSIVAMENTE, SIN MIRAR ATRÁS. RELLENITO.

CUANDO

CUMPLIÓ LOS TRES MESES, ERA UN BEBÉ GRANDE Y

NADIE SE CREÍA QUE HUBIESE NACIDO PREMATURAMENTE”. JULIA.

CUANDO EL BEBÉ PREMATURO TOMA EL PECHO Es normal sentirse un poco angustiada y nerviosa la primera vez que el bebé toma el pecho. Seguramente le parecerá demasiado pequeño para lograrlo. Pruebe a amamantarlo

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en posición reclinada primero. Si ha practicado el método canguro, es probable que haya adoptado esta posición muchas veces: acomódese en posición semi-recostada, con almohadas para mantener la comodidad, y relájese con el bebé boca abajo sobre el pecho. El pequeño puede moverse hacia el pecho solo, o con un poco de ayuda y apoyo de la madre. Al principio, es posible que no tome el pecho mucho rato. Algunos bebés prematuros se agarran al pecho, succionan un par de veces y se duermen enseguida. No se preocupe. El bebé está feliz y satisfecho. Puede darle leche con un suplementador mientras descansa en sus brazos y puede volver a ofrecerle el pecho cuando se despierte. (Cuando no mama lo bastante del pecho, la madre debe extraerse leche después de la toma para mantener la producción).

© Sandra Daza

Puede ser útil ayudarle un poco cuando tome el pecho. En ocasiones, la sujeción de

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rugby, con la espalda del bebé en el costado de la madre, con la mano sujetándole el cuello y la cabeza mientras mama, funciona bien con los bebés prematuros. También se puede probar a realizar compresiones de la mama, comprimir el pecho mientras el bebé toma para facilitar el flujo de la leche si la succión no es muy fuerte. (Cuidado con esta técnica si la producción de leche es abundante, ya que puede entrar demasiada leche en la boca del pequeño. Si cree que podría atragantarlo, extráigase leche antes de amamantar). En casa posiblemente habrá un período de transición. El bebé pasará de tomas infrecuentes a frecuentes. Lo más seguro es que al principio tendrá usted que iniciar las tomas. Puede que en un comienzo el pequeño necesite o no tomas complementarias. El médico realizará el seguimiento de su peso; los pañales sucios o mojados no son una manera fiable de evaluar si la ingesta del bebé prematuro es adecuada. Cuando tome el pecho, probablemente hará más pausas y los períodos de succión serán más cortos que en el caso de un bebé nacido a término. Llevarlo en brazos o en un portabebé lo ayudará a crecer más deprisa, porque le ahorrará calorías al mantenerlo en su “hábitat natural”. Como los prematuros son tan pequeños de tamaño, asesórese antes de elegir un portabebé. Mantener el contacto con la líder de la LLL u otra asesora de lactancia puede facilitar la transición para ambos. ¿Cuándo puede empezar a tomar alimentos sólidos un bebé con dos fechas de nacimiento (la real y la de salida de cuentas)? ¡Depende de él! Véase el Capítulo 13 para obtener más información sobre el tema. Comenzar con los sólidos en el caso de los prematuros, funciona igual.

BEBÉS NACIDOS CASI A TÉRMINO Si el bebé ha nacido entre las semanas treinta y seis y treinta y nueve, puede no ser prematuro técnicamente. Pero a menudo, estos bebés parecen presentar inmadurez y necesitan ayuda adicional durante las primeras semanas para adaptarse a la lactancia. También pueden pasar del sueño profundo a la máxima actividad (“de cero a cien”) en un abrir y cerrar de ojos; tener problemas para aislarse del ruido y las distracciones; tener dificultades para coordinar la succión, la deglución y la respiración mientras toman el pecho; tener problemas para regular la temperatura corporal; realizar movimientos reflejos de búsqueda y succión poco coordinados; tener poco tono muscular y poca grasa en las mejillas para una alimentación estable y fácil y cansarse enseguida durante las

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tomas. He aquí algunas ideas para ayudar al bebé nacido casi a término a tomar el pecho más fácilmente: Minimice la estimulación: poca luz, la televisión apagada, las voces bajas, menos movimiento. Mantenga al bebé en contacto con su piel para que esté caliente y se sienta seguro. Hasta que alcance la fecha de salida de cuentas, despiértelo para las tomas si duerme más de tres horas seguidas. Adopte la posición reclinada para proporcionar al bebé estabilidad y apoyo durante las tomas. Si lo amamanta sentada, intente sujetarle el mentón con la mano para dar apoyo al mentón y las mejillas. Realice compresiones y masaje de los pechos durante las tomas.

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MÚLTIPLES La falta de manos y la falta de leche son las preocupaciones más frecuentes a la hora de amamantar gemelos, trillizos o más. Esperamos que disponga usted de algunos brazos extra que la ayuden con los bebés, pero usted será su principal fuente de alimento. Afortunadamente, producirá suficiente leche porque cuanto más tejido placentario se desarrolla (más con gemelos que con un bebé único, y aún más con trillizos), más tejido glandular se crea. La lactancia es especialmente importante para los múltiples que además son prematuros (la mayoría, en la actualidad). Si se ingresan en la UCIN y no pueden tomar el pecho al principio, la extracción de leche con un sacaleches de alquiler será esencial (véase el apartado “Bebés prematuros”). Cuando regresen a casa, deberá prestar atención a los pañales y al peso de los bebés para cerciorarse de que obtienen suficiente leche. A veces resulta difícil hacer el seguimiento de cada bebé, por lo que es útil disponer de una libreta con hojas de diferentes colores donde anotar los datos referentes a cada uno. No se sorprenda si uno toma el pecho mejor que los otros al principio. Como todos los bebés, algunos aprenden más deprisa y otros presentan reflejos neurológicos menos desarrollados o incluso problemas linguales que pueden impedir la succión adecuada. Alterne los pechos que ofrece a cada bebé para mantener la estimulación de la producción equilibrada. Cerciórese de dejar que cada bebé mame todo el tiempo que necesite.

¿TENGO QUE AMAMANTARLOS A LOS DOS AL MISMO TIEMPO? Amamantar a dos bebés al mismo tiempo puede ahorrar tiempo y ambos estimulan la bajada de leche para el otro, pero hace falta un tiempo de aprendizaje para conseguirlo y al principio puede resultar frustrante. Por tanto, no se sienta obligada a hacerlo desde el primer día. Lo que puede funcionar mejor es primero aprender a dar el pecho a cada bebé adaptándose a su personalidad y necesidades. Más adelante, cuando los bebés sean más maduros y la madre se sienta más segura, se puede intentar añadir al segundo cuando el primero se ha agarrado. Se puede amamantar ambos en la posición de rugby (de modo

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que sus cabezas queden juntas y sus traseros queden debajo de los brazos de la madre), o se puede colocar a uno cruzado con el otro. Los cojines son esenciales para la comodidad, algunas empresas comercializan cojines de lactancia diseñados para amamantar a gemelos. Pruebe la posición reclinada: siéntese algo erguida con los bebés encima, con los pechos y barrigas contra los suyos, como si llevara dos sacos de harina alargados intentando no verter su contenido. Coloque cada bebé apoyando su mejilla contra un pecho y reclínese cómodamente. Ahora mueva los brazos y el cuerpo para que un bebé note el pezón en la mejilla y después el otro, para estimularlos a agarrarse. La solución temporal de una madre desesperada, fue colocar a los bebés sobre el sofá y arrodillarse en el suelo delante de ellos. La creatividad y la flexibilidad son ahora sus mejores aliadas (no hay una manera correcta ni incorrecta de hacerlo mientras los bebés consigan la leche que precisan).

© Ana Julia Parra

Amamantar a dos

Tal vez se sienta pegada al sofá cuando amamante a gemelos o más. Una madre recuerda un momento de iluminación cuando otra madre de gemelos ya mayores le dijo: “¡Ah, todavía me acuerdo de todos los biberones que tuve que preparar, dar y lavar!”. Pecho o biberón, la alimentación de gemelos o trillizos es una empresa exigente. Pero la lactancia es cada vez más divertida. Limpiar biberones, no.

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“EL PRIMER INTENTO FUE GRACIOSO. CUANDO UNA TIENE A UN BEBÉ EN CADA BRAZO, ¿QUÉ HACE CUANDO UNO PIERDE EL PEZÓN? ¡PUES DESEAS TENER OTRO BRAZO! ENSEGUIDA DESCUBRÍ LOS COJINES, Y AHORA TENEMOS LA LACTANCIA SISTEMATIZADA. DURANTE UN PAR DE SEMANAS FRENÉTICAS LOS BEBÉS SE NEGABAN A MAMAR AL MISMO TIEMPO. PERO CON PRÁCTICA Y CON LA AYUDA DE LOS COJINES, AL FINAL DIMOS CON UNA POSICIÓN RECLINADA CÓMODA PARA LOS TRES. LO MEJOR ES QUE PUEDO ECHAR UNA CABEZADA MIENTRAS LES DOY EL PECHO, MIENTRAS QUE ANTES ME SENTABA ERGUIDA HASTA QUE LOS DOS ACABABAN. ¡LAS NOCHES ERAN CORTÍSIMAS! AL RECORDARLO AHORA ME DOY CUENTA DE QUE HICE POCO MÁS QUE AMAMANTAR A LOS BEBÉS AQUELLAS DOS

PERO AHORA, PASADOS FUNCIONAN MUY BIEN, ¡CASI SIEMPRE!”. PRIMERAS SEMANAS.

CINCO MESES, LAS COSAS

PAULA. PROBLEMAS CON LA PRODUCCIÓN ¿Qué pasa si no se produce suficiente leche? Algunas madres de múltiples tienen este problema, con frecuencia porque los bebés se concibieron mediante tratamientos de fertilidad debido a un problema hormonal que impedía la concepción y que ahora afecta la producción de leche. Se trata de un tema complejo con diversidad de soluciones parciales o totales. Para más información, consúltese la página web http://www.llli.org/Lang/Espanol/lactancia.html o hable con una líder de la LLL o una asesora de lactancia.

NO SE OLVIDE DE CUIDAR DE SÍ MISMA Uno de los principales factores al cuidar de múltiples consiste en cuidar de una misma. Es un momento en que la ayuda de los amigos y familiares no sólo es bienvenida sino que resulta absolutamente necesaria. Claro que necesitará más brazos para coger a los bebés, pero también le hace falta mucho cariño y cuidados, como comidas equilibradas y abundantes y mucho líquido. (¡Un masaje o dos de pies tampoco harán ningún daño!). Hay muchas anécdotas graciosas de madres de múltiples en el sitio web de http://www.llli.org. Karen Kerkhoff Gromada, madre de gemelos, asesora certificada de lactancia y antigua líder de la LLL, ha escrito un libro maravilloso y completísimo sobre

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la lactancia de múltiples titulado:¡Dos o más..!: gemelos, mellizos, trillizos o más. Claves para que crezcan bien, Ediciones Granica, S. A., Barcelona 2006. Otro libro que puede ayudarlos en este tema es El gran libro de los gemelos, Coks Feenstra, Ediciones Medici, Barcelona 2007.

“CUANDO NO TENÍA TIEMPO, AMAMANTABA A LOS GEMELOS JUNTOS, SENTADA EN UNA MECEDORA CON JILL EN EL REGAZO DE JUDY. CUANDO TENÍA TIEMPO, ME RESULTABA MÁS FÁCIL AMAMANTAR A CADA BEBÉ POR SEPARADO.

DESPERTABA A UNA MÁS O MENOS MEDIA HORA ANTES DE QUE SE DESPERTARA LA OTRA PARA EVITAR DARLES DE MAMAR JUNTAS. IBA ALTERNANDO PARA QUE NO FUERA SIEMPRE LA MISMA LA QUE COMIERA PRIMERO.

»SI UNA SEGUÍA CON HAMBRE DESPUÉS DE TOMAR EL PECHO DE UN LADO, LE OFRECÍA EL OTRO PECHO. ENTONCES, LA SIGUIENTE EMPEZABA POR EL ÚLTIMO PECHO SUCCIONADO POR LA PRIMERA. NORMALMENTE, LA ÚLTIMA EN TOMAR EL PECHO ERA LA PRIMERA EN DESPERTARSE HAMBRIENTA PARA LA SIGUIENTE

EN OCASIONES, PEDÍAN EL PECHO SÓLO AL CABO DE UNA HORA Y MEDIA DOS, LO CUAL FAVORECÍA LA PRODUCCIÓN DE LECHE. HABITUALMENTE,

TOMA.

O PASADOS UN PAR DE DÍAS DE TOMAS FRECUENTES, VOLVÍAN A QUEDAR SATISFECHAS CON TOMAS MÁS ESPACIADAS.

»SIEMPRE

LES DABA EL PECHO AL MENOS CADA TRES HORAS Y LAS

DESPERTABA SI ERA NECESARIO. POR LA NOCHE SÓLO TENÍA QUE METER A LA QUE TENÍA MÁS HAMBRE EN LA CAMA, Y AMAMANTARLA MEDIO DORMIDA HASTA QUE LA OTRA SE DESPERTABA; Y HACER EL CAMBIO. FANTÁSTICO PORQUE ME PERMITÍA DORMIR”.

ERA

UN SISTEMA

CAROLYN.

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RELACTACIÓN La relactación consiste en reiniciar la producción de leche cuando ha sido interrumpida durante un tiempo. Tal vez la madre pensara que no deseaba o no podía amamantar y luego cambió de parecer. Tal vez el bebé necesite verdaderamente la leche materna porque está teniendo problemas con la de fórmula. Sea cual sea el motivo, recuperar la producción de leche para el bebé merece el esfuerzo requerido.

¿SERÁ MUY DIFÍCIL? Si empezó con una buena producción de leche, probablemente tardará en recuperarla el mismo tiempo que lleva sin amamantar o sin extraerse leche. Si la producción nunca fue abundante o si hace meses que destetó al bebé, es realista no esperar obtener una producción suficiente, aunque casi siempre se puede volver a producir algo de leche.

BIEN AL BEBÉ Mientras intenta recuperar la producción, cerciórese de que el bebé se alimenta de forma adecuada. Puede sustituir paulatinamente la fórmula con su leche (al pecho, si se puede) a medida que aumente la producción, pero la ingesta del bebé nunca debe verse reducida durante la transición. Lo que puede hacer mientras tanto es empezar a acostumbrarlo a las técnicas de alimentación más similares a la lactancia natural, como las que se describen en el Capítulo 18.

REINICIAR LA PRODUCCIÓN DE LECHE ¿El bebé está dispuesto a tomar el pecho aunque todavía no obtenga leche? Si es así, esto será suficiente para recuperar la producción, aunque el bebé necesitará un suplemento durante el proceso. Si el bebé se muestra reacio a tomar el pecho o no mama demasiado rato, puede utilizar el sacaleches para estimular la producción. Como precisa la mejor estimulación posible, lo mejor suele ser la extracción manual o un sacaleches de alquiler, cuyas copas de succión se adapten bien. La extracción manual puede ser muy eficaz cuando se

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produce poca leche. (Lea el Capítulo 15 para saber más acerca de la extracción de leche). La extracción puede no ser demasiado cómoda al principio (un poco de lanolina en el pezón puede aliviar las molestias); por consiguiente, lo mejor es proponerse llegar a la extracción plena tan poco a poco como sea necesario. La primera señal de que la producción de leche se está recuperando será una sensación de sensibilidad en los pechos y tal vez la sensación de que están llenos. Entonces, seguramente verá que se forman pequeñas gotas en el pezón al usar el sacaleches. Al principio pueden ser transparentes, pero enseguida serán blancas. De forma gradual, el volumen aumentará. Probablemente observará buenos resultados al cabo de dos a seis semanas. Una opción para acelerar el proceso consiste en recurrir a un galactogogo, una planta medicinal o medicamento recetados que aumentan la producción de leche. Es importante tomarlo SÓLO cuando ya se amamante o se extraiga leche con regularidad para extraer la leche que se produzca con su ayuda. Cuando se trata de recuperar la producción, los galactogogos son la cereza del pastel de la extracción de leche, nunca sustituyen la extracción de leche. Muchas madres han tenido éxito y han conseguido aumentar la producción amamantando y extrayendo leche, de modo que vale la pena intentarlo antes de recurrir a los galactogogos. Para más información sobre ellos, véase el Capítulo 18.

RECUPERAR EL INTERÉS DEL BEBÉ POR EL PECHO Si el bebé se muestra reacio a tomar el pecho, recuerde que la lactancia es verdaderamente su método de alimentación por defecto. Sus instintos pueden guiarlo. Lo más importante es conservar la paciencia y la calma. Se trata de atraer al bebé hacia el pecho, no se le puede obligar a tomar el pecho. Además de dar biberones con técnicas que favorezcan la lactancia, como las descritas en el Capítulo 18, el contacto piel con piel con el bebé durante largos períodos a lo largo del día puede ser una gran ayuda para que vuelva a aclimatarse a su cuerpo y olor. Báñense juntos, duerman la siesta en la cama, practiquen el colecho. Los pechos deben ser un lugar cómodo para que el bebé los relacione con cosas positivas. Las posiciones reclinadas para tomar el pecho también pueden favorecer enormemente la lactancia. Si el bebé se muestra reacio a agarrarse al pecho, coloque unas gotas de leche en el pezón con un cuentagotas cuando el pequeño se agarre, o utilice un suplementador de lactancia para que enseguida obtenga leche. Si aún no se agarra, intente despertar su interés cuando esté soñoliento al despertarse por la mañana, con un poco de leche untada

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en la aréola, o pruebe cualquier otro truco que se le ocurra. En ocasiones, hace falta mucho ingenio y creatividad. Si el bebé está acostumbrado al tacto de las tetinas del biberón, es posible que se agarre con facilidad si se emplea una pezonera (véase el Capítulo 18, donde también se hallará información útil para recuperar el interés del bebé por el pecho tras una huelga de lactancia). Consulte con la líder de la Liga de La Leche, con una consultora de lactancia certificada o con otro experto en lactancia. Ellos seguramente le ofrecerán más ideas. Probablemente será conveniente mantener los chupetes de entretención alejados durante un tiempo para que el bebé esté motivado para satisfacer sus necesidades de succión al pecho. Cuando el bebé tome el pecho y aumente bien de peso y usted produzca más leche, puede ir reduciendo los suplementos gradualmente. Reduzca los suplementos poco a poco, quizás entre 5 y 15 ml por toma, cada pocos días, para que el bebé siga obteniendo mucha leche. En aquellos momentos del día en que crea que tiene más leche (a primera hora de la mañana, por ejemplo), puede reducir el suplemento entre 20 y 30 ml. Controle los pañales sucios y mojados del bebé para cerciorarse de que obtiene suficiente leche. Prepárese para tomarse las cosas con más calma si el bebé se muestra intranquilo o parece hambriento. Durante la transición del biberón al pecho, es importante pesar al bebé periódicamente en una báscula fiable (tal vez la de la consulta del pediatra) para cerciorarse de que come lo bastante. Si no toma lo suficiente, se le puede ofrecer más leche extraída (o de fórmula, si hace falta), pero no reduzca las tomas al pecho ni tampoco la extracción. Mientras tanto, también debe atender usted sus propias necesidades. Si se desgasta, puede que no aguante hasta el momento de la recompensa. No intente hacerlo todo sola. Ahora es el momento de recurrir a sus amigos, familiares y contactos en línea. Reúna un equipo de animadores para celebrar sus éxitos y para consolarla cuando se sienta frustrada, porque puede haber días de desánimo. Esta experiencia puede comportar muchos altibajos y muchos días en que se darán dos pasos adelante y uno atrás. Los días difíciles, repítase frases como: “Los bebés nacen para tomar el pecho y yo soy una madre lactante”.

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“ME

HACÍA MUCHA ILUSIÓN AMAMANTAR A

WILLIAM,

PERO EN CUANTO

SUCCIONÓ LA PRIMERA VEZ, NOTÉ DOLOR. INSISTÍ, PERO AL CABO DE DIEZ DÍAS EMPEZAMOS CON LOS BIBERONES Y DEJÉ DE DARLE EL PECHO.

»SIGUIERON SIETE SEMANAS DE LÁGRIMAS Y DEPRESIÓN. FINALMENTE LLAMÉ A SALLY, EXPERTA EN LACTANCIA. ME DIJO QUE SI ME SENTÍA TAN MAL CON MI EXPERIENCIA Y ESTABA DECIDIDA, PODRÍA INTENTAR LA RELACTACIÓN.

ME

ENVIÓ A

KERRY, UNA LÍDER DE LA LLL, PARA QUE KERRY ME EXPLICÓ QUE REQUERIRÍA MUCHO

ME DIERA MÁS

INFORMACIÓN. TRABAJO Y QUE PRECISARÍA APOYO DE MIS FAMILIARES PORQUE DEBERÍA INVERTIR TIEMPO Y ESFUERZO.

DECIDÍ QUE TENÍA QUE PROBARLO.

»EMPECÉ

A TOMAR MEDICINAS Y A EXTRAERME LECHE DE CADA PECHO DURANTE QUINCE MINUTOS CON UN SACALECHES, PARA LLEGAR A ENTRE OCHO Y DOCE SESIONES DE EXTRACCIÓN AL DÍA. CUIDAR, NO ERA NADA FÁCIL.

CON EL BEBÉ Y OTROS DOS NIÑOS QUE

»OBTUVE GRANDES SATISFACCIONES AL ALIMENTAR A WILLIAM AL MENOS CON ALGO DE MI LECHE EN EL BIBERÓN. PASAMOS MUCHO TIEMPO EN CONTACTO PIEL CON PIEL, PARA ACOSTUMBRARLO A MI OLOR. TAMBIÉN EMPLEÉ UN SUPLEMENTADOR DE LACTANCIA, UNA BOLSA DE LECHE QUE ME COLGABA DEL CUELLO CON DOS TUBITOS QUE BAJABAN HASTA LOS PEZONES. A GUSTABA.

WILL NO LE

PROBÉ CON PEZONERAS ESPECIALES, PERO NO SE AGARRABA A ELLAS.

ME RESIGNÉ A DARLE EL BIBERÓN CON LA LECHE QUE ME EXTRAÍA. »UN DÍA, CUANDO TENÍA CINCO MESES Y MEDIO, ME CHUPÓ LA CAMISETA. LE OFRECÍ EL PECHO Y SE AGARRÓ Y TOMÓ EL PECHO CON TODA NATURALIDAD A PARTIR DE AQUEL DÍA. ¡PUDE AMAMANTARLO EXCLUSIVAMENTE! SE LO VEÍA MÁS SATISFECHO Y YO ME SENTÍA MUCHO MÁS UNIDA A ÉL, AUNQUE ME HABÍA COSTADO IMAGINARLO.

»FUE

UNA BATALLA DIFÍCIL Y EMOCIONALMENTE AGOTADORA, PERO EL

ESFUERZO MERECIÓ LA PENA. CONSEGUIMOS”.

AHORA LO MIRO Y ESTOY ORGULLOSA DE LO QUE KATHY.

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LACTANCIA INDUCIDA Iniciar la producción de leche sin haber estado embarazada es algo cada vez más común a medida que más madres se dan cuenta de que es posible. El bebé puede ser adoptado o puede haber nacido con la ayuda de una madre que alquiló su vientre o de la pareja. Para muchas mujeres que consiguen producir leche sin un embarazo previo, el objetivo no es tanto conseguir leche, como establecer una conexión profunda con el bebé. Pero con los nuevos avances en la ciencia de la lactancia, las posibilidades de conseguir una buena producción o incluso completa son mejores que hace unos años. Si tiene usted problemas de infertilidad que han impedido el embarazo, un tema a considerar es la posibilidad de problemas hormonales que podrían afectar la lactancia. Esto es probable en casos de síndrome del ovario poliquístico (SOP), cuando el tejido mamario puede estar poco desarrollado. Otros problemas hormonales como los de tiroides, pueden no afectar la fertilidad pero sí la lactancia. Por consiguiente, es importante tratar cualquier afección conocida (en la medida en que sea posible) cuando se empieza el proceso para inducir la producción de leche.

AMAMANTAR SIN TENER LECHE Si el recién nacido se muestra dispuesto a agarrarse al pecho, puede empezar amamantándolo enseguida con un suplementador de lactancia lleno con leche de un Banco de Leche o de fórmula (véase el Capítulo 18). Dependiendo de la colaboración del bebé, también se lo puede acostumbrar a tomar el pecho entre tomas sin el tubo de alimentación.

CÓMO INDUCIR LA PRODUCCIÓN El enfoque depende en gran medida de si el bebé ha nacido o no, de su edad y de lo que la madre esté dispuesta a hacer. Existen múltiples opciones.

ESTIMULACIÓN DE LOS PECHOS La manera más básica de iniciar la producción de leche consiste simplemente en la

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estimulación de los pechos. Esto se consigue ofreciendo el pecho, aplicando las técnicas de extracción manual o utilizando el sacaleches con frecuencia (de ocho a doce veces al día). Cuanta más estimulación, mejor; empezar cada sesión con un masaje de los pechos suele ser útil. Para más ideas, véase el Capítulo 15. Probablemente no conseguirá leche enseguida, pero da igual. Está intentando enviar el mensaje a los pechos para que empiecen a producir leche. Si alimenta al bebé con un suplementador, los pechos acabarán produciendo leche y el bebé la obtendrá al mismo tiempo que la del tubo. La primera leche que se obtenga no será calostro, sino más bien leche madura. Cuando le parezca que produce leche suficiente, intente amamantar al bebé de vez en cuando sin el suplementador, o presione el tubo del suplementador para que no salga leche al principio de la toma para que el bebé vacíe mejor las mamas. A medida que la producción aumente, puede resultar difícil saber la cantidad de leche que se obtiene del suplementador y la que se obtiene del pecho. Una manera de tener una idea consiste en pesar al bebé y el suplementador en una báscula precisa (electrónica) antes y después de la toma. Si se detecta un aumento, sabremos que procede directamente de leche materna. Pesar al bebé de este modo una vez a la semana le dará una idea del aumento de su producción de leche. Si ya amamanta con el suplementador de lactancia, puede extraerse leche del otro pecho al mismo tiempo para conseguir una mejor estimulación. Si aún no tiene al bebé, la técnica de extracción manual o el uso del sacaleches empezarán a estimular la producción. La técnica manual puede funcionar muy bien porque proporciona mucha estimulación táctil, pero muchas mujeres utilizan un sacaleches de alquiler para obtener los mejores resultados. Asegúrese de que las copas de succión son de su talla (véase el Capítulo 15 para más consejos). Tampoco es necesario ser tan científica a menos que se quiera. Como muchas mujeres, puede que usted prefiera simplemente confiar en la magia de la lactancia. El éxito no se mide en unidades, como tampoco se mide el amor.

“LA

LACTANCIA SE TRATA TANTO DE LA RELACIÓN Y DE LA MANERA DE RESPONDER A LAS NECESIDADES DE LOS HIJOS COMO DEL ALIMENTO QUE SE LES DA. AMAMANTAR A MIS DOS HIJOS ADOPTADOS, QUE NOS LLEGARON CON DIECISIETE MESES DE DIFERENCIA, ME PERMITIÓ EXPERIMENTAR LA MISMA

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UNIÓN QUE DISFRUTÉ CON MI HIJA BIOLÓGICA. ME ENCANTÓ PODER AMAMANTARLOS DE NOCHE Y A VECES DE DÍA SIN LA NECESIDAD DE UN SUPLEMENTADOR. CUANDO CADA UNO DE ELLOS TUVO ALGO MÁS DE UN AÑO DE EDAD, YA TOMABAN SUFICIENTES ALIMENTOS SÓLIDOS Y LÍQUIDOS PARA DEJAR DE USAR EL SUPLEMENTADOR, PERO SEGUÍ AMAMANTÁNDOLOS DURANTE LOS AÑOS PREESCOLARES, HASTA QUE UNO TUVO MÁS DE CUATRO AÑOS Y EL OTRO TRES Y MEDIO”.

BONNIE. SIMULACIÓN DE LAS HORMONAS DEL EMBARAZO Muchas madres que se han inducido la producción de leche descubren que pueden conseguir una mayor producción más rápidamente con el uso de hormonas y galactogogos para estimular el proceso que fomenta la infraestructura de la lactancia durante el embarazo. La idea consiste en simular las hormonas del embarazo y luego del parto y de la lactancia. El efecto en la producción depende del tiempo de antelación antes de la llegada del bebé con que se inicia el proceso. Aunque si hay que hacerlo con prisa, probablemente se conseguirá igualmente más leche de la que se obtendría únicamente con la extracción o la succión del bebé. En el proceso se pueden llegar a experimentar o no todos los efectos secundarios del embarazo (náuseas, antojos, aumento de peso), pero si todo va bien, la infraestructura se desarrollará y los pechos empezarán a notarse sensibles, como durante el embarazo. Al principio, los tratamientos hormonales para conseguir la producción de leche inhiben la lactancia, por lo que no suelen ser adecuados cuando la mujer ya está amamantando a otro bebé. Consulte con su médico, porque algunas hormonas no son inocuas para algunas mujeres. Lenore Goldfarb, consultora de lactancia canadiense, creó un protocolo hormonal estandarizado para la inducción de la lactancia disponible en su sitio web: http://asklenore.info/breastfeeding/abindex.shtml#adoptive_breastfeeding

CALOSTRO DE LA MADRE BIOLÓGICA Como la producción inducida de leche no proporciona calostro, muchas madres piden a la madre biológica o de alquiler que se extraiga leche durante un tiempo determinado para dársela al bebé. Algunas madres biológicas acceden con gusto para ofrecer al bebé un buen comienzo. Una de estas mujeres admitió que, al ofrecer la leche al bebé, el

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proceso de adopción le resultó más llevadero.

CUANDO LA ADOPCIÓN NO SE LLEVA A CABO Como bien lo saben los padres adoptivos, siempre existe la posibilidad de que la madre biológica cambie de parecer y se quede con el bebé (y se produzca una situación descorazonadora). Cuando la madre adoptiva ha preparado su organismo con hormonas durante meses, la pérdida puede ser incluso mayor. Comprensiblemente, muchas madres deciden interrumpir la preparación para la lactancia, a sabiendas de que siempre podrán reiniciarla cuando exista una nueva posibilidad de adopción.

“EN ESTA VIDA NO TODO ESTÁ GARANTIZADO. LAS ADOPCIONES PUEDEN SALIR MAL. MI MARIDO Y YO LO EXPERIMENTAMOS LA PRIMERA VEZ QUE INTENTAMOS ADOPTAR. EMPECÉ A AMAMANTAR A ANNA AL CABO DE MEDIA HORA DE SU NACIMIENTO, USANDO UN SUPLEMENTADOR POR PRIMERA VEZ. ESTABA CONTENTA DE QUE ANNA FUERA UNA BUENA LACTANTE, Y SU MADRE BIOLÓGICA ESTABA CONTENTA DE QUE YO LE DIERA EL PECHO. A LOS SEIS DÍAS, LA AGENCIA DE ADOPCIÓN NOS LLAMÓ PARA DECIR QUE EL PADRE BIOLÓGICO DEL BEBÉ HABÍA REVOCADO SU CONSENTIMIENTO PARA LA ADOPCIÓN. NOS QUEDAMOS ESTUPEFACTOS Y PREOCUPADOS, PERO LA AGENCIA NOS DIJO QUE SEGURAMENTE EL PADRE VOLVERÍA A CAMBIAR DE PARECER.

»SEGUIMOS CUIDANDO DE ANNA. YO ESTABA ENCANTADA PORQUE YA HABÍA CONSEGUIDO UNA PRODUCCIÓN COMPLETA A LAS CINCO SEMANAS. DESGRACIADAMENTE,

EL PADRE NO CAMBIÓ DE OPINIÓN Y NOS VIMOS

OBLIGADOS A ENTREGAR A ANNA CUANDO TENÍA OCHO SEMANAS. DESPUÉS DE PERDERLA, ALQUILÉ UN SACALECHES, PERO ME DI CUENTA DE QUE DEBÍA CENTRARME EN CURARME EMOCIONALMENTE Y CUIDAR DE MI HIJA DE SIETE AÑOS. PENSÉ QUE SI HABÍA CONSEGUIDO INDUCIR LA PRODUCCIÓN DE LECHE UNA VEZ, PODRÍA VOLVER A HACERLO.

»UNA

AMIGA ME AYUDÓ MUCHO DICIÉNDOME:

‘HAY

OTRO BEBÉ QUE TE

NECESITA MÁS’. ME AFERRÉ A ESTE PENSAMIENTO, Y AL CABO DE DOS MESES LA AGENCIA DE ADOPCIÓN NOS LLAMÓ DICIENDO QUE UNA MADRE QUERÍA CONOCERNOS.

ESTA VEZ, TODO SALIÓ DE MARAVILLA.

»CON LA ADOPCIÓN, COMO MUCHAS OTRAS COSAS EN LA VIDA, NOS DAMOS CUENTA QUE SOMOS MÁS FUERTES DE LO QUE IMAGINÁBAMOS. NO ME

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ARREPIENTO DE HABER DADO EL PECHO A

ANNA MIENTRAS ESTUVO EN CASA.

SIGNIFICÓ

MUCHO PARA MÍ QUERERLA Y HACER DE MADRE DE LA MEJOR MANERA QUE CONOZCO”.

BONNIE.

RECURSOS PARA LA INDUCCIÓN DE LA LACTANCIA Relactación y lactancia adoptiva http://www.aeped.es/sites/default/files/3relactacion.pdf En inglés: Adoption.com: http://adoption.com/breastfeeding-your-adopted-baby Adoptive Breastfeeding Resource Website: http://www.fourfriends.com/abrw Ask Lenore: http://www.asklenore.info/breastfeeding/abindex.shtml#adoptive_breastfeeding Breastfeeding an Adopted Baby and Relactation, Elizabeth Hormann,IBCLC. La Leche League International: http://www.llli.org/NB/NBadoptive.html

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RETOS MATERNOS Incluso cuando la situación constituye un desafío, la lactancia suele facilitar la vida. Una madre cuya vida es ya complicada debido a la ceguera, a la sordera, a una silla de ruedas, a una enfermedad crónica o a la necesidad de recuperarse de una enfermedad o accidente grave, puede amamantar a su bebé sin la problemática añadida de preparar y limpiar biberones con leche de fórmula. Como los bebés que toman leche artificial suelen padecer más afecciones que los lactantes naturales, la lactancia también puede ahorrar muchos viajes al médico. Emocionalmente, la lactancia es maravillosa para la autoestima, la confianza y la sensación de normalidad de la maternidad. Los cambios hormonales que se producen a raíz de la lactancia también pueden reducir los síntomas de algunas enfermedades crónicas como la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple y la diabetes. Algunas incluso remiten temporalmente. Una madre con diabetes que amamante, puede disminuir las probabilidades de que su hijo desarrolle diabetes tanto de tipo 1 como 2 en la madurez. El embarazo y la lactancia modifican las necesidades de insulina, y a menos que se gestionen, la producción de leche puede verse afectada. El seguimiento del nivel de azúcar en sangre y el ajuste de la medicación o las dosis de insulina en función del mismo es importante. (Se puede seguir administrando insulina a la madre mientras amamanta sin ningún peligro). También es posible que los niveles de glucosa del recién nacido deban monitorizarse más cuidadosamente al principio, puede que incluso deba pasar un tiempo en la UCIN (Unidad de cuidados intensivos neonatales). Mantener los propios niveles bien controlados durante el embarazo y establecer un contacto piel con piel con el bebé tras el parto favorece la estabilización de los niveles de azúcar en sangre del recién nacido y minimiza la necesidad de intervenciones. La extracción manual y conservación del calostro durante el embarazo también será útil en caso de que la leche materna tarde un tiempo el alcanzar un nivel de producción completo, algo frecuente con la diabetes de tipo 1. La mayoría de las medicinas necesarias para el tratamiento de las afecciones físicas

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son compatibles con la lactancia. Véase el apartado sobre medicamentos del Capítulo 18. VIH

Las recomendaciones para la alimentación del bebé cuando la madre es seropositiva siguen variando. Algunas investigaciones sugieren que el virus VIH puede contagiarse al bebé a través de la lactancia, pero no existen estudios publicados que confirmen que el virus presente en la leche humana sea verdaderamente infeccioso. Si es infeccioso, no sabemos si la cantidad presente en la leche humana es suficiente para contagiar al bebé. Los estudios indican que el riesgo del bebé de contraer el VIH de su madre es mucho mayor si el bebé toma el pecho y se complementa su alimentación con leche de fórmula, que si se amamanta o toma leche de fórmula exclusivamente. Aun así, a las madres con VIH que viven en países industrializados, en Norteamérica y Europa, por ejemplo, se les recomienda casi siempre que no amamanten al bebé. La Organización Mundial de la Salud afirma que el tipo de alimentación más adecuado para el bebé de una madre infectada con el VIH depende de sus circunstancias individuales, como su estado de salud y lugar donde vive, y que debería tener en cuenta los servicios sanitarios disponibles y el asesoramiento y apoyo que va a recibir. La lactancia exclusiva se recomienda para madres infectadas con el VIH durante los primeros seis meses de vida a menos que otro tipo de alimentación sea aceptable, factible, sostenible, se la pueda permitir y sea segura para ella y para el bebé. Cuando se reúnen estas condiciones, se recomienda que las mujeres infectadas con VIH eviten la lactancia. Dada la falta de estudios que demuestren que los bebés amamantados por madres seropositivas sean más propensos a enfermar y morir que los que toman leche de fórmula, algunos médicos de países industrializados ocasional y discretamente apoyan la lactancia cuando la madre es seropositiva. En 2001, surgió AnotherLook, una organización sin ánimo de lucro dedicada a reunir información, analizar temas candentes y estimular la investigación necesaria sobre la lactancia en relación con el sida y el VIH. En 2008, un estudio de Another Look concluía que: “Para la gran mayoría de bebés expuestos al VIH, el peso de las investigaciones llevadas a cabo favorecen la lactancia exclusiva durante seis meses para evitar la transmisión de la enfermedad de la madre al hijo y para prolongar la vida de los bebés ya infectados. La supervivencia de los bebés libres del virus VIH probablemente sea mayor si se promueve la lactancia continuada con la incorporación de alimentos

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complementarios hasta los dos años o más, en línea con las directrices vigentes más allá del contexto del VIH”. Para más información sobre la lactancia con VIH, visite los sitios web de AnotherLook (http://www.anotherlook.org), de la OMS (http://www.who.int) y de UNICEF (http://www.who.int). Si es usted seropositiva y opta por amamantar a su bebé, cerciórese de conocer todas la alternativas detalladamente. Se trata de un tema complejo, con pocos hechos contrastados.

PRUEBAS DIAGNÓSTICAS Y TRATAMIENTOS DE LOS PECHOS DURANTE LA LACTANCIA Si se nota un bulto persistente en el pecho mientras amamanta, el médico seguramente querrá examinarlo y realizar pruebas enseguida, sin esperar a que destete a su hijo. Estas pruebas pueden consistir en técnicas de diagnóstico por imagen, análisis de tejidos o incluso extirpación de la zona sospechosa. Si el problema es pulmonar o cardíaco, puede que sea necesario practicar incisiones a través del tejido mamario para alcanzar los órganos afectados. Las pruebas afectarán la lactancia y la capacidad de la mujer para producir leche en función del tipo de intervención que requieran y la fase de la lactancia.

TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO POR IMAGEN Existen multitud de tecnologías para examinar los tejidos del interior del cuerpo humano sin tener que cortar. Estas pruebas, las que con mayor probabilidad se llevarán a cabo para examinar las mamas, el corazón o los pulmones, son los ultrasonidos, las mamografías, la resonancia magnética (IRM), la tomografía por emisión de positrones (PET), el 2-metoxi isobutil isonitrilo (MIBI), la tomografía de impedancia eléctrica (TIE), la tomografía computarizada o TC (también conocida como tomografía axial computarizada o TAC), la termografía, la diafanografía o el ductograma. Ninguna de estas pruebas afecta la capacidad de producir leche. Las posibilidades de que el procedimiento médico dañe la leche dependerán del tipo de prueba. Los rayos X, las mamografías, la IRM y la TAC son completamente inocuos. La radiación no se almacena en la leche. Es posible que le indiquen que deje de dar el pecho antes de someterse a la prueba porque los resultados pueden ser más difíciles de interpretar para el radiólogo durante la lactancia, cuando la mama es más densa. Pero no es imposible, únicamente un poco más difícil. Por consiguiente, no es necesario dejar de dar el pecho ni extraerse leche y desecharla porque se someta a estos procedimientos,

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aunque las pruebas resultarán más cómodas con las mamas vacías. En ocasiones, cuando se realizan pruebas a la mujer para detectar si tiene cáncer, se le pide que deje de amamantar para obtener una imagen más clara. Irónicamente, el destete aumenta el riesgo de cáncer de mama en el futuro tanto para la madre como para su hija. Es mejor buscar un radiólogo más experimentado si es posible. Los agentes radiopacos y de radiocontraste utilizados en algunos de estos procedimientos no se absorben, de modo que no afectan negativamente a la lactancia. Los estudios realizados no han detectado problemas en los bebés que han tomado el pecho después de que sus madres se sometieran al uso de agentes radiopacos y de radiocontraste. No obstante, los isótopos radiactivos y la radiación particulada sí contienen radiación que puede ser absorbida por el organismo y aparecer en la leche, por lo que la madre no podrá lactar hasta que la leche esté libre de radiación (la pueden analizar en la mayoría de los hospitales). Mientras tanto, tendrá que extraerse leche y desecharla para mantener la producción activa y eliminar la radiación, y puede que deba evitar el contacto con el bebé. El tiempo necesario puede variar de unas horas a un mes, por lo que es importante comprobar qué agente se emplea, el tiempo necesario para eliminarlo y la posibilidad de recurrir a alternativas con tiempo. Para más información véase el libro de Thomas W. Hale, Medicamentos y leche materna, o búsquese en internet, o consúltese: http://toxnet.nlm.nih.gov/; así como: J. M. Paricio y J. J. Lasarte, Comité de lactancia materna de la Asociación Española de Pediatría. Lactancia y medicamentos: una compatibilidad casi siempre posible. Guía rápida para profesionales [monografía en internet]. Asociación Española de Pediatría, 2008 [fecha de acceso: 28 de noviembre de 2009]. Disponible en: http://www.aeped.es/sites/default/files/1medicamentos_lactancia_aap.pdf; y la página web: www.e-lactancia.org. Antes de cualquier prueba que requiera la interrupción a corto plazo de la lactancia, le será útil extraerse leche y conservarla en el congelador para dársela al bebé mientras no sea posible amamantarlo. Si es necesario emplear un agente que requiera la interrupción a largo plazo de la lactancia, aún es posible mantener la producción de leche hasta que el nivel de radiactividad se considere seguro y luego reanudar la lactancia. ¡Sí, se ha logrado hacerlo con éxito!

PROCEDIMIENTOS DE ANÁLISIS DE TEJIDOS 447

Los procedimientos para extraer tejido de un bulto sospechoso en la mama para su examen pueden ir desde la introducción de una aguja para realizar una aspiración hasta la práctica de una biopsia. La aspiración mediante aguja probablemente no tendrá efecto alguno en la producción ni en la leche en sí, pero es posible que aparezcan moratones en el pecho y sangre (inofensiva) en la leche justo después de la prueba. Como la biopsia extrae más tejido, y potencialmente puede dañar glándulas, conductos y nervios, es mucho más probable que esta afecte la producción de leche. Las incisiones cerca de la aréola, especialmente en la zona inferior externa pueden dañar más fácilmente los nervios que afectan la liberación de la leche. Las incisiones que atraviesan el pecho (como un anillo que rodeara la mama) pueden afectar más tejido mamario que las que se realizan en paralelo a los conductos (como los radios de una rueda de bicicleta). Si la incisión requiere atravesar el tejido para alcanzar un bulto muy interior es más probable que dañe glándulas y conductos, además de nervios, que una incisión que se practique para alcanzar un bulto superficial. Para asegurarse, puede pedir al médico que señale la zona de incisión. No obstante, si bien es buena idea pedirle que practique la incisión verticalmente, lejos de la aréola, y practique el menor recorrido posible para mantener intacta la capacidad de producir leche, no siempre será posible. Como ocurre con los procedimientos de diagnóstico por imagen, si bien es más difícil llevar a cabo una biopsia en un pecho lactante, no existen estudios que demuestren que ello sea un problema insalvable. La leche no afectará la curación y de hecho es posible que mantenga la incisión más limpia debido a sus propiedades inmunológicas. Aunque es posible que haya usted dejado de lactar durante los días, semanas o incluso meses previos a la intervención, la mama no dejará de producir leche de la noche a la mañana, por lo que casi siempre quedará leche en el pecho. Pero, como con las pruebas de imagen, la mujer y el médico pueden considerar que el procedimiento resulta más sencillo si el pecho se ha vaciado tanto como sea posible. Cabe esperar que el pecho gotee mientras se cura; recuerde que los agentes antiinfecciosos van limpiando la herida. Puede aplicarse una compresa firmemente sobre la incisión mientras amamanta para minimizar el goteo. Si le han insertado un dispositivo de drenaje al vacío, la leche seguirá goteando hasta que lo retiren.

AMAMANTAR CON CÁNCER Si tiene usted cáncer o le acaban de practicar una operación para extirparlo pero sigue

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amamantando y desea seguir haciéndolo, puede que escuche informaciones contradictorias. Es posible que le digan que le resultaría demasiado agotador y que debe destetar al bebé para conservar sus fuerzas. La decisión es suya. Pueden incluso decirle que el bebé puede contraer el cáncer si toma del pecho afectado. No existen estudios que indiquen que esto pueda suceder. Los expertos creen que, simplemente, no es posible. Lo que sí es posible es que el pecho que ha sido sometido a tratamientos de radiación no produzca leche adecuadamente, que sea rechazada por el bebé a causa de los cambios en el pecho o en la leche, o que duela durante el amamantamiento. Pero nada indica que la lactancia pueda conducir a una recaída. La mujer es la que debe decidir si amamantar con el pecho afectado o no. También puede que le digan que los bebés rechazan por naturaleza un pecho con cáncer, o que la primera pista de que algo va mal sea que el bebé rechace el pecho. Pero se han llevado a cabo estudios en que los bebés no rechazaban los pechos enfermos de cáncer. Además, puede que el bebé rechace mamar de un pecho debido a cambios del sabor o el volumen de leche, o porque tiene dolor de oído. Las razones son variadas, y el cáncer es una razón rara. Por consiguiente, si el bebé empieza a rechazar un pecho, no se preocupe pensando que significa que tiene cáncer. Si el bebé rechaza un pecho y usted observa un cambio inexplicable en el pezón o el aspecto de la mama, consulte con su médico. Desgraciadamente, la lactancia durante la quimioterapia no es segura porque los fármacos empleados son increíblemente tóxicos y pasan a la leche materna. Extraerse leche dentro de sus posibilidades es una opción, y mantendrá un mínimo de producción hasta que el tratamiento finalice por completo, momento en que puede decidir relactar si lo desea. Si decide destetar al bebé a causa de una operación o un tratamiento, lea el Capítulo 16 para conocer las posibilidades de finalizar la lactancia minimizando el impacto en el niño y en los pechos.

OPERACIONES ANTERIORES DE LA MAMA O EL PEZÓN Todas las intervenciones anteriores practicadas en la mama o el pezón, incluidas las reducciones de pecho, los aumentos y la inversión del pezón pueden afectar la producción futura de leche, especialmente si se han dañado los nervios y conductos. La extensión del daño depende del lugar de las incisiones, de la cantidad de tejido afectado, del lugar en que se han colocado los implantes, del proceso de curación de la operación,

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y del tiempo que ha transcurrido desde que se practicara. Las incisiones localizadas en la parte inferior externa de la aréola tienden a afectar los nervios relacionados con la bajada de la leche, (se puede saber si están afectados o si se han curado por la sensibilidad en los pezones). Los implantes sobre el músculo son más proclives a reducir la producción de leche que los que se hallan debajo del músculo. En la mayoría de los casos, las mujeres tienen más leche cuando la operación se ha llevado a cabo con más de cinco años de anterioridad porque los conductos y los nervios se han podido regenerar. Si le han practicado incisiones o cirugía en las mamas o pezones, deberá llevar a cabo el seguimiento del aumento de peso del bebé durante las dos primeras semanas. Si es necesario suplementar la alimentación del bebé, hay maneras de hacerlo sin afectar la lactancia, y existen muchos métodos para aumentar la producción de leche (véase el Capítulo 18). Para más información sobre la lactancia tras la cirugía mamaria, véase el libro Defining Your Own Success: Breastfeeding After Breast Surgery, de Diana West (en inglés), y visite su sitio web, http://www.bfar.org.

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BEBÉS CON NECESIDADES ESPECIALES El bebé que nace con una discapacidad o un problema médico necesita la estimulación, atención y unión que surge por naturaleza con la lactancia aún más que un bebé sano. Por ejemplo, las hormonas del crecimiento presentes en la leche materna favorecen enormemente la curación intestinal. La madre se beneficia, también, de la lactancia, porque la ayuda a centrarse en el bebé como bebé antes que nada. Si el bebé presenta un problema de salud que complica la lactancia, recuerde que amamantarlo casi siempre es posible y que es importante para los dos. Si sabe con antelación que el bebé puede tener dificultades añadidas, puede extraerse calostro durante el embarazo y conservarlo hasta la llegada del bebé. Póngase en contacto con la líder de la LLL para obtener más información y apoyo.

“NO CONOCÍA A NADIE QUE HUBIESE DADO EL PECHO, PERO ESTABA SEGURA DE QUE SERÍA ALGO NATURAL Y FÁCIL. CUANDO STUART NACIÓ, PARECÍA PERFECTAMENTE SANO Y FUERTE. SIN EMBARGO, NO LE INTERESABA TOMAR EL PECHO. LAS ENFERMERAS NO ME APOYARON DEMASIADO Y ME RECOMENDABAN CONSTANTEMENTE QUE LE DIERA BIBERONES DE AGUA Y DE LECHE DE FÓRMULA, PERO TAMPOCO LOS ACEPTABA. MECONIO.

»AFORTUNADAMENTE,

TODAVÍA

NO HABÍA EXPULSADO NADA DE

EL PEDIATRA ESTUVO ATENTO Y SOSPECHÓ QUE EL

HIRSCHSPRUNG O MEGACOLON. (LA PARTE INFERIOR DEL INTESTINO GRUESO DEL NIÑO NO FUNCIONA BIEN. EN CONSECUENCIA, NO PUEDE EXPULSAR LAS HECES. AL COMER, EMPEORA LA SITUACIÓN). CUANDO STUART TENÍA TRES DÍAS DE VIDA, FUE SOMETIDO A UNA OPERACIÓN QUIRÚRGICA LARGA Y RELATIVAMENTE NUEVA. LE PRACTICARON BEBÉ PODRÍA TENER LA ENFERMEDAD DE

UNA SERIE DE BIOPSIAS EN EL COLON Y UNA COLOSTOMÍA.

»LOS

MÉDICOS ME INDICARON QUE TOMARA PASTILLAS PARA DEJAR DE

PRODUCIR LECHE Y QUE ME OLVIDARA DE LA LACTANCIA. HALLÉ EL CORAJE PARA RECHAZAR LAS PASTILLAS.

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DE

ALGÚN MODO,

UNA LÍDER DE LA LLL ME

GUIÓ CUANDO SE ME HINCHARON LOS PECHOS Y TUVE QUE EXTRAERME LECHE, Y ME OFRECIÓ MUCHO MÁS: LA CONFIANZA EN QUE PODRÍA AMAMANTAR A MI HIJO.

»STUART

ERA EL BEBÉ MÁS GRANDE DE LA UNIDAD NEONATAL. LAS ENFERMERAS, A DIFERENCIA DE LAS QUE ME HABÍAN ATENDIDO ANTES, APOYABAN LA LACTANCIA ABIERTAMENTE.

EL CIRUJANO DE STUART PECHO. ERA UN MÉDICO

ESTABA

ENCANTADO DE QUE PUDIERA TOMAR EL ISRAELÍ PIONERO DE LA NUEVA CIRUGÍA DE COLON QUE SE HABÍA PRACTICADO A

STUART. EL

MÉDICO CREÍA PROBABILIDADES DE ÉXITO.

QUE

LA

LACTANCIA

AUMENTARÍA

LAS

»DURANTE EL PRIMER AÑO STUART Y YO PASAMOS MUCHOS DÍAS Y NOCHES EN EL ALA DE CIRUGÍA PEDIÁTRICA DEL HOSPITAL. CADA VISITA INTERRUMPÍA NUESTRA LACTANCIA A CAUSA DE LOS PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS Y LOS GEOS INTRAVENOSOS. DURANTE LA ÚLTIMA OPERACIÓN, ALREDEDOR DE SU PRIMER CUMPLEAÑOS, EL CIRUJANO LE EXTIRPÓ LOS DOS TERCIOS INFERIORES DEL COLON, CONECTÓ LA PARTE QUE QUEDABA CON EL ANO Y CERRÓ LA COLOSTOMÍA. STUART SE CURÓ BIEN. SUPERAR UN AÑO MUY DIFÍCIL”.

LA LACTANCIA NOS AYUDÓ A LOS DOS A GLORIA.

SÍNDROME DE DOWN Las propiedades inmunológicas de la leche materna son muy importantes para un bebé con síndrome de Down, porque es más susceptible a las infecciones respiratorias y de oído y a los problemas cardíacos. Pero puede resultar más complicado amamantarlo porque es posible que esté muy soñoliento las primeras semanas y tenga la musculatura facial débil, el paladar alto y la lengua muy grande, lo que dificulta la succión. Tal vez sea necesario extraerse leche después de las tomas y suplementar su alimentación con esta leche para que la producción se mantenga elevada y el bebé obtenga suficiente nutrición. Hay ejercicios de estimulación oral que pueden ayudar al bebé a mantener la succión. Una asesora certificada de lactancia puede enseñárselas, y la líder de la LLL le proporcionará apoyo mientras amamanta a su hijo. El bebé seguirá su propio ritmo y puede tardar más en llegar a agarrarse y mamar eficientemente que otros bebés. La paciencia y la extracción han conducido a muchos niños con síndrome de Down a la lactancia completa en cuatro o cinco meses. Al principio puede parecer descorazonador, pero es factible y la persistencia proporcionará recompensas al bebé para toda una vida

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de salud y desarrollo.

PALADAR O LABIO HENDIDO Cuando el bebé presenta una abertura en el paladar, le resulta difícil crear la succión, lo que dificulta la extracción de leche independientemente del método de alimentación. Con el paladar hendido, ya sea el blando o el duro, la leche puede pasar a la cavidad nasal y atragantar al bebé. Las hendiduras suelen repararse cuando el bebé tiene más de medio año, cuando la boca es más grande. No obstante, la reparación inmediata después del nacimiento tiene enormes ventajas. El aumento de peso y la salud suelen ser mejores porque el bebé puede comer con normalidad desde el principio, y la “normalidad” incluye la lactancia materna. Además, la cicatrización fetal (la rápida cicatrización en el feto o el recién nacido) puede mejorar la calidad del resultado. Si el cirujano no está dispuesto a una intervención temprana, pida una segunda opinión y busque un cirujano con experiencia en este tipo de operaciones. Una posibilidad cuando el paladar duro no se ha reparado aún consiste en el uso de un obturador palatal, un dispositivo similar a un paladar ortodóncico que recubre el paladar y la hendidura y se va renovando a medida que el bebé crece. Puede ser de un material liso que resulte cómodo para la lactancia. Sea creativa al elegir la posición para amamantar; sujetar al bebé erguido puede reducir los frecuentes atragantamientos e incomodidad nasal por entrada de líquido. Búsquese un buen ayudante y recuerde que estar al pecho de la madre es beneficioso para el bebé, tanto si obtiene leche como si no. Si el bebé tiene el labio hendido pero el paladar intacto, puede que la lactancia sea posible sin modificar nada. El pecho adopta la forma de la hendidura, o puede usar el dedo para sellarla de modo que el bebé pueda mamar. Pruebe diferentes posiciones si la primera no funciona bien. Si se va a someter al bebé a cirugía correctiva, tal vez le resulte de ayuda saber que los bebés pueden recibir leche materna hasta cuatro horas (incluso dos) antes de la anestesia general. Las investigaciones han demostrado que es seguro y tranquilizador para el bebé tomar el pecho justo después de despertarse de la operación. Los cirujanos suelen estar más familiarizados con los biberones y es posible que le digan que el bebé no podrá tomar el pecho hasta pasados unos días desde la operación. Puede indicarles que el labio superior del lactante permanece relajado, no apretado, por lo que la lactancia no ejerce presión alguna en los puntos de sutura.

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Si el bebé no sabe extraer leche eficazmente hasta la realización de la cirugía, puede mantener la producción de leche mediante la extracción regular y exhaustiva con un sacaleches de calidad. La leche, importantísima para el bebé cuando se enfrenta al reto inmunológico de la cirugía, puede ofrecérsela con un dispositivo especial de alimentación que no dependa de la succión. Una consultora de lactancia certificada la ayudará con las técnicas y apoyo necesarios.

“MI

MARIDO Y YO LE MOSTRAMOS AL DOCTOR

SOBRE LACTANCIA.

ESTUVO

JOHNSON

LA INFORMACIÓN

DE ACUERDO EN QUE YO LE DIERA EL PECHO AL

BEBÉ DESPUÉS DE LA OPERACIÓN. ME ASEGURÓ QUE SI ALGUNO DE LOS PUNTOS DE SUTURA SE DESPRENDÍA DESPUÉS DE MAMAR, NO SUPONÍA NINGÚN

ESTUVO DE ACUERDO EN QUE PETER DEBÍA SER LA OPERACIÓN, CUANDO EL DOCTOR JOHNSON

PROBLEMA VOLVER A COSERLO. CONSOLADO.

DESPUÉS DE VIO A PETER TOMAR

APARECIÓ Y EL PECHO CONTENTO, COMENTÓ QUE ERA FANTÁSTICO VERLO TRANQUILO Y SIN LLORAR TAN PRONTO”.

TAMMY. FIBROSIS QUÍSTICA Y OTRAS AFECCIONES METABÓLICAS Amamantar al bebé con fibrosis quística, enfermedad celíaca u otros problemas de mala absorción puede protegerlo de las infecciones respiratorias y ayudarlo a ganar peso con más normalidad. De hecho, tanto es así que los síntomas iniciales pueden no presentarse hasta más adelante de lo que lo habrían hecho. Un bebé con fenilcetonuria (FCU), que normalmente se detecta al nacer, no es capaz de digerir el aminoácido fenilalanina pero necesita pequeñas cantidades del mismo para crecer con normalidad. Afortunadamente la leche humana presenta menos fenilalanina que la de vaca, por lo que suele ser posible que el bebé con FCU tome el pecho, al menos parcialmente, mientras recibe complementos de fórmula especial. El problema suele residir en que el bebé necesita una proporción equilibrada de leche materna y de fórmula y resulta difícil determinar cuánta leche toma del pecho a menos que se le pese antes y después de las tomas. Afortunadamente, hay otra manera de hacerlo: se fija la cantidad de leche materna adecuada en caso de fenilcetonuria y luego se resta de la cantidad total de leche estimada que el bebé debería ingerir para crecer adecuadamente dada su edad y su peso. La cantidad restante es la cantidad de fórmula necesaria. Como se trata de una

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aproximación, habrá que comprobar los niveles de fenilalanina en la sangre del bebé periódicamente. Los bebés con galactosemia son incapaces de digerir la galactosa, el azúcar en que se convierte la lactosa, el principal carbohidrato de la leche humana, durante la digestión. Por desgracia, hay que destetar al bebé y alimentarlo con leche de fórmula libre de lactosa. Existe otro tipo de galactosemia, la galactosemia Duarte, que no suele requerir el destete. El médico le dirá cuál es la que presenta el bebé y si es necesario o no destetarlo.

© Alejandra Limon

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CUANDO EL LACTANTE FALLECE Tristemente, muchas familias experimentan el dolor de la muerte de un bebé a causa de un aborto espontáneo, el nacimiento de un bebé muerto o el fallecimiento poco después del parto o más adelante por enfermedad o accidente. Las madres que se enfrentan a esta terrible pérdida también se hallan en la difícil posición de tener que gestionar la leche que su organismo sigue produciendo. En el caso de pérdida por aborto durante el segundo o tercer trimestre de embarazo, o si el bebé fallece al nacer o poco después, la madre recibirá el alta hospitalaria enseguida. Cuando le baje la leche, es probable que se congestionen los pechos, pero unas compresas de hielo, unos antiinflamatorios u otros remedios recomendados en el Capítulo 18, ayudarán a aliviar las molestias. La bajada de la leche puede suceder espontáneamente al pensar en el bebé, al oír a otro bebé llorar o al abrazar a alguien. Los discos de lactancia le serán útiles hasta que la producción disminuya. En ocasiones las mujeres temen que al extraerse leche para aliviar las molestias puedan fomentar la producción de más leche, pero en realidad es lo mejor para la comodidad y para evitar las infecciones mamarias. La idea es extraer suficiente leche para recuperar la comodidad, pero no tanta como para vaciar las mamas. Una ducha caliente o unas compresas calientes aplicadas sobre los pechos antes de la extracción pueden favorecer el flujo de la leche. Al principio es posible que deba extraerse leche varias veces al día, pero en cuestión de una o dos semanas, la leche irá disminuyendo hasta que ya no note molestias y no precise extraer más leche. Algunas plantas medicinales (salvia, menta, perejil) pueden reducir la producción. Los analgésicos también pueden ser de ayuda. Si bien estos procedimientos pueden minimizar el dolor físico, el dolor emocional puede ser más intenso. Para algunas mujeres, seguir lactando y donar la leche a un Banco de Leche resulta un consuelo y las tranquiliza al pensar que están haciendo algo para ayudar a otros bebés. Contemplan la leche como las lágrimas del bebé, o como el

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regalo de su bebé a otros. Hay muchos Bancos de Leche materna que agradecerán su donativo. Para hallar uno, consulte en: La red Iberoamericana de Bancos de Leche: http://www.iberblh.icict.fiocruz.br/

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CUIDAR DE SÍ MISMA Las necesidades del bebé pueden ser abrumadoras en muchas ocasiones, y la madre puede pensar que no le queda tiempo ni energía para ella. Como usted es esencial para el bienestar del bebé, es imprescindible que obtenga el cariño, la buena nutrición, el apoyo y los cuidados que necesita. No dude en pedir ayuda o llamar a los integrantes de su red de apoyo. ¡Estamos aquí para esto!

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DIECIOCHO

APOYO TÉCNICO

© Carlos Lopez

LA VIDA NO ES PERFECTA.

Si utiliza usted computador, probablemente se habrá encontrado con algún problema. ¿Qué hacer? Bueno, no se tira por la ventana. Puede que se intente solucionar el problema manipulando el aparato. Quizá se busque la solución en el manual de instrucciones o por internet. Pero al final normalmente hay que llamar a un técnico: la persona que escucha nuestro problema y nos puede indicar la solución. En ocasiones, la lactancia también requiere apoyo técnico. Considere este capítulo el primer paso. No es una persona real; sólo es un libro. De modo que, si la respuesta que busca no se halla aquí, busque una líder de la LLL, una consultora de lactancia certificada u otra persona que conozca bien los aspectos más técnicos de la lactancia. ¡Hágalo pronto! La lactancia funciona, aunque a veces presenta algunos retos. Con toda seguridad, lo que necesita es alguien con quien comentar las posibles soluciones, su

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técnico de lactancia. ¿Qué hacer si lee el apartado de este capítulo dedicado a su problema, sigue los consejos, soluciona el problema pero las cosas siguen sin funcionar? Bueno, que surja una dificultad no significa que no puedan surgir otras. El frenillo sublingual corto puede provocar daños en el pezón que pueden conducir a la mastitis, y tratar la mastitis no hace desaparecer el problema del frenillo sublingual. El exceso de producción puede provocar una huelga de lactancia. La congestión y la ictericia suelen presentarse juntas. El dolor de los pezones puede empujar a la madre a retrasar las tomas, lo que puede afectar la producción de leche, etcétera. Es posible que deba salvar varios obstáculos para dar con la madre feliz con su bebé que hay en su interior. ¿La manera más rápida de conseguirlo? Encontrar la persona que nos preste el apoyo técnico y nos ayude a ir salvando esos obstáculos.

POR QUÉ ES ÚTIL LA AYUDA No existe ningún libro que contenga todas las respuestas. No hay fuerza de carácter que supere sin ayuda todos los problemas. Hay cosas que sólo se pueden aprender con el contacto personal con una consultora experimentada. Hemos estado antes que usted en el lugar donde ahora se encuentra. Comprendemos la desilusión y, sí, la vergüenza que puede acompañar la falta de visión ante un problema cuando una pensaba que se había preparado a conciencia. Comprendemos que desea salir de ello por sí sola. Pero si las cosas no van bien, hay alguien que puede ayudarla a pasar de una lactancia demasiado corta y sacrificada a una prolongada y agradable. Puede que sólo sea necesaria una pequeña ayuda, algunas llamadas o unas pocas visitas, o puede que deba ponerse en contacto con más de una persona. La diferencia puede ser drástica. Pero primero, debe salir en busca de apoyo.

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ABSCESO MAMARIO Una protuberancia amarillenta en el pecho, probablemente rodeada de una zona enrojecida podría ser un absceso mamario. Se trata de un conducto obstruido que seguramente producirá mucho dolor. Básicamente, un absceso es una acumulación de pus. Es posible que curse acompañado de fiebre.

QUÉ PASA Los abscesos no son frecuentes. Pueden ser la consecuencia de una mastitis mal curada: si se deja de amamantar durante la mastitis, por ejemplo, en lugar de seguir lactando, o si no se toman antibióticos cuando la mastitis claramente empeora. Quizá pueden ser la consecuencia de una lactancia mal enfocada: seguir un horario en lugar de dejarse guiar por los pechos y el bebé. Muy raras veces pueden aparecer sin motivo aparente.

QUÉ HACER Un absceso requiere atención médica inmediata. Al ser vaciado por el médico mediante una aguja o una pequeña incisión, el alivio será instantáneo. Como ocurre con cualquier intervención mamaria, una incisión radial, como el radio de la rueda de una bicicleta, seguramente provocará menos daños internos que otro tipo de incisión. Probablemente, le administrarán antibióticos para eliminar los restos de bacterias. Si se practica una incisión, es posible que introduzcan una sonda de drenaje (una especie de tubito que reposa en la incisión) para evitar que cicatrice la superficie antes que la zona interna. Se puede amamantar mientras dure esta aventura. Coloque una gasa sobre la incisión al lactar para reducir el flujo de leche por la incisión y mantener el drenaje alejado del bebé. No es necesario destetar al bebé y cabe esperar que la cicatrización sea lenta. Véase el Capítulo 17 para obtener más información sobre la lactancia y la cirugía mamaria.

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ALCOHOL DURANTE LA LACTANCIA Las madres disfrutan del alcohol mientras amamantan desde siempre. Suele ser inofensivo si se consume con moderación.

QUÉ PASA El alcohol se halla presente en la leche en la misma medida que se halla en la sangre y el nivel sube y baja del mismo modo. Si conoce el nivel de alcohol que tiene en sangre, sabrá el nivel que tiene en la leche. No obstante, los bebés no metabolizan el alcohol tan bien como los adultos y cuando hay alcohol en la leche parecen tomar menos cantidad de la habitual. Si a esto se le añade la bajada lenta de la leche como resultado del consumo de alcohol, es evidente que se pone en peligro la producción de leche y el crecimiento del bebé, si se bebe copiosamente y con asiduidad. Una cerveza o una copa de vino un par de veces a la semana no tienen importancia y los efectos disminuyen a medida que el bebé crece.

QUÉ HACER Si desea minimizar el alcohol ingerido por su hijo, intente amamantarlo antes de tomar una bebida alcohólica: su leche se habrá deshecho del alcohol en dos o tres horas.

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ALERGIAS Y SENSIBILIDADES ALIMENTARIAS Pasado el primer mes, durante el cual muchas culturas optan por una dieta materna suave, la mayoría de los bebés no se inmutan por lo que su madre ingiera. Alimentos picantes, salsas con ajo, col y alubias le sientan bien a la mayoría de los lactantes. Pero es posible que haya notado que el bebé se muestra especialmente intranquilo algunas veces. Puede que regurgite más leche de la habitual, sus heces sean verdosas de vez en cuando, tenga muchos gases que pueden oler diferente de lo normal, o presentar una erupción en las mejillas o las nalgas. Incluso puede que desarrolle un eccema. Tal vez empiece a darse cuenta de que existe cierta relación implícita entre los alimentos que toma y estos cambios en el bebé.

QUÉ PASA Lo que observa puede ser sensibilidad a un determinado alimento o una verdadera alergia. Cuando el bebé es pequeño sus intestinos dejan pasar partículas al organismo con mayor facilidad y algunos bebés presentan las reacciones descritas cuando la leche contiene determinados alimentos. Si se trata de una sensibilidad alimentaria, el bebé suele superarla con el tiempo a medida que madura su aparato digestivo. Otros bebés son alérgicos a ciertos alimentos y reaccionan a las trazas de dichos alimentos en la leche.

QUÉ HACER En los bebés pequeños las pruebas de alergias no funcionan; la única manera de averiguar si un alimento afecta al bebé consiste en eliminarlo de la dieta materna y comprobar si los síntomas mejoran. Muchas mujeres empiezan eliminando los alimentos que con mayor probabilidad pueden provocar reacciones. Estos suelen ser: La leche de vaca (y los productos elaborados con leche de vaca, como el queso, la mantequilla, los helados, etc.). Esto puede ser especialmente difícil porque la leche de vaca se encuentra en muchos alimentos preparados y los bebés muy sensibles notan su efecto incluso al ingerirla en cantidades pequeñas. Algunos también reaccionan al buey o la ternera.

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Productos derivados de la soja, como el tofu, las habas de soja, la leche de soja, el helado de soja, etc. Algunos bebés sensibles a la leche de vaca también pueden reaccionar a los productos a base de soja. Huevos. Algunos bebés reaccionan también a la ingestión materna de pollo. Cítricos y zumos de cítricos. Trigo y harina de trigo. Maíz, otro alimento complicado, porque aparece en múltiples formatos y se halla en numerosos productos preparados. Cafeína presente en alimentos como el café, el té o los refrescos de cola. El chocolate afecta a algunos bebés. (Si es su caso, envíe los bombones que le regalen a las autoras del presente libro). Intente eliminar estos productos uno a uno y esperar al menos una o dos semanas para ver los resultados. Si no hay cambios, vuelva a incorporar este alimento a su dieta y elimine el siguiente. Inicie una dieta rotativa. Si toma un alimento concreto el lunes (por ejemplo, el queso), no ingiera ningún otro derivado lácteo el martes, miércoles ni jueves. Puede volver a tomar productos lácteos el viernes. Tal vez el martes tome tofu, de forma que no debería volver a tomar productos derivados de la soja hasta el sábado. Cada alimento se elimina en un ciclo de cuatro días. Al seguir esta dieta observe los síntomas del bebé y vaya probando nuevas combinaciones y anotando cuándo parece más afectado. Hay quien opina que la dieta rotativa no da tiempo suficiente para la eliminación de ciertos alimentos de la leche o del organismo del bebé. Pero puede ayudar a identificar al alimento culpable con relativa rapidez, sin perturbar demasiado la dieta materna y después se puede intentar eliminar el alimento culpable durante un tiempo más prolongado. Algunas madres empiezan al revés, es decir, con una dieta restringida que contenga, por ejemplo, cordero, peras, arroz y tubérculos (todos ellos, alimentos poco alergénicos) y van añadiendo alimentos, uno a uno. En algún momento es posible que el médico recomiende una prueba de reto alimentario (la reincorporación de un alimento sospechoso para comprobar si el bebé reacciona). Es una manera de confirmar que, efectivamente, dicho alimento es el causante de la sensibilidad del bebé. Si los síntomas del bebé eran leves y usted desea

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volver a consumir queso, puede decidir probarlo. Si el bebé no reacciona, puede reintroducir los lácteos a la dieta, pero con precaución. Algunos bebés toleran una pequeña cantidad del alimento que les provoca reacciones, pero reaccionan a partir de un determinado nivel. Si los síntomas del bebé eran intensos, puede optar por no llevar a cabo el reto alimentario. Al fin y al cabo, el bebé ahora está bien y usted se ha acostumbrado a no comer lácteos. Muchas madres deciden esperar al primer cumpleaños del bebé, cuando la mayoría de las sensibilidades alimentarias y algunas alergias desaparecen, antes de llevar a cabo un reto alimentario.

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BULTOS EN LOS PECHOS Como madre lactante, cabe esperar que le salgan bultos en los pechos y llegará a conocer sus pechos mejor que antes.

Estos pechos pueden producir o no producir suficiente leche.

QUÉ PASA Los bultos variarán de localización y de volumen a medida que los pechos se llenan o se vacían. Si las protuberancias vienen y van no deben preocuparle. Si uno de los bultos persiste en el mismo lugar, puede que requiera más investigación. Un tipo poco frecuente de bulto mamario es el galactocele, una parte de un conducto donde se ha formado una bolsa de leche estancada. Suele notarse como un saquito suave, redondeado y movible en el interior del pecho. La leche que contiene va adoptando la consistencia de la mantequilla o el aceite, y permanece allí.

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QUÉ HACER El galactocele puede vaciarse con una aguja mientras se sigue lactando, pero probablemente volverá a formarse porque la bolsa vacía sigue en el mismo lugar, a punto para rellenarse. Si lo desea, puede hacérselo extirpar quirúrgicamente cuando finalice la lactancia. Con una mamografía o un ultrasonido se puede investigar la naturaleza de un bulto persistente. El destete no es necesario. Amamante o extráigase leche tanto como le sea posible con antelación, tanto para su comodidad, como para proporcionar una imagen libre de leche en la medida de lo posible. Las mamografías y otras exposiciones de la madre a rayos X no suponen ningún riesgo para el bebé lactante. Lo mismo ocurre con la práctica de una biopsia: no es necesario destetar al bebé. Cuando se practica una cirugía mamaria, las incisiones que irradian desde el pezón, como los radios de una rueda, son las que menos daños provocan. No es necesario destetar al lactante para someterse a la cirugía. Véase el Capítulo 17 para más información sobre las intervenciones mamarias durante la lactancia.

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CIRUGÍA BARIÁTRICA (BYPASS GÁSTRICO) Se puede amamantar después de haberse sometido a un bypass gástrico, pero habrá que prestar atención a la propia nutrición.

QUÉ PASA Los médicos suelen recomendar que la mujer no quede embarazada hasta al menos dos años después de la operación debido a la restricción de la ingestión de calorías que limitan la absorción nutricional, en particular de la vitamina B12, el calcio, los folatos, el hierro y las proteínas.

QUÉ HACER Tal vez necesite tomar suplementos de vitaminas y minerales para asegurarse de que la leche sea completamente nutritiva. Puede que sea necesario someterse a análisis de sangre periódicos para confirmar que retiene los nutrientes suficientes del suplemento. Intente consumir al menos 90 gramos de proteína al día. También es importante investigar y tratar las causas de la obesidad, como el síndrome del ovario poliquístico (SOP), la resistencia a la insulina o problemas de tiroides, cualquiera de los cuales puede afectar la producción de leche.

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CÓLICOS Los cólicos definen la situación en que el bebé llora intensamente durante al menos tres horas al día, normalmente hacia el final del día por razones desconocidas. Tiende a empezar las primeras semanas de vida y suele desaparecer alrededor de los cuatro meses.

QUÉ PASA A veces los cólicos son probablemente ocasionados por un exceso de leche, situación a la que se dedica un apartado en el presente capítulo. Otras veces la causa probable es el reflujo, que también se trata en un apartado específico. Tanto el exceso de leche como el reflujo se suelen convertir en un problema cuando las tomas son abundantes y espaciadas en el tiempo, y el reflujo es peor cuando el bebé está acostado. Los bebés que van en brazos de la madre gran parte del día, no sólo se benefician de la tranquilidad que les proporciona la compañía de la madre, sino que también se acostumbran a comer en menor cantidad y con mayor frecuencia, y a pasar más tiempo en posición vertical, todo lo cual combate el reflujo y el exceso de alimentación, y puede evitar los cólicos. Pero a veces se desconocen los factores que desencadenan los cólicos, que pueden estar relacionados con la personalidad o el temperamento.

QUÉ HACER Si el bebé tiene cólicos, primero asegúrese de que no esté pidiendo el pecho de nuevo y lo está haciendo usted esperar porque tiene los pezones agrietados o porque, según el reloj, “todavía no toca”. Después pruebe a tomarlo en brazos. Muchos bebés intranquilos se calman cuando se les permite acceso libre al pecho y el cuerpo de mamá. Pero muchos otros siguen intranquilos. Algunas ideas: Recuerde la frase “contacto, en brazos, andar y hablar”. Los estudios indican que estos pasos, llevados a cabo en secuencia, según sea necesario, pueden reducir el llanto significativamente en muchos casos. Muchas de las siguientes recomendaciones son variaciones del mismo tema; al parecer, las madres están de acuerdo con los estudios.

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Responda enseguida. Los estudios demuestran que cuando se responde al llanto antes de que el bebé se desespere resulta más fácil calmar al pequeño. Utilice el portabebé tanto como pueda, para que el bebé esté cerca de su cuerpo, erguido y fácilmente alimentado. Coloque al bebé en la posición de “sujeción mágica” descrita en el Capítulo 6. Métanse juntos en la bañera. Practique el masaje “I Love You” del libro de William Sears y Martha Sears The Fussy Baby Book. Deje los recados para la hora del llanto del bebé, para entretenerlo. Baile con él. Coloque al bebé de manera segura en una “hamaca” hecha con una manta y mézalo de lado o de arriba abajo, como más le guste. Lea los apartados de este capítulo dedicados al exceso de leche, el reflujo y las sensibilidades alimentarias. El bebé no llora para volverla loca y su llanto no significa que usted haga mal las cosas. Es un momento todavía más difícil para él de lo que lo es para usted. La necesita más que nunca. Tener a un bebé con cólicos es una prueba dura, pero tiene fin. Mientras tanto, busque un círculo de amistades con quienes pueda desahogarse (en las reuniones de la LLL, por ejemplo). Es posible que le ofrezcan consejos útiles y seguro que la comprenderán. Dos buenos libros sobre bebés intranquilos son The Fussy Baby Book, de William Sears y Martha Sears y Colic Solved, de Bryan Vartabedian (ambos en inglés).

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CONDUCTOS OBSTRUIDOS Si pasa la mano sobre el pecho y de repente nota un bulto firme y doloroso, es posible que haya localizado un conducto obstruido. Puede tener el tamaño de una canica o de una mano, según si se halla muy “arriba” (y causa un pequeño bloqueo) o “abajo” (y retiene leche de una zona más amplia).

QUÉ PASA Las obstrucciones pueden ser causadas por la leche que no se ha extraído (quizá porque el bebé de repente duerme toda la noche del tirón o porque se ha saltado una toma). También pueden ser el resultado de un sujetador demasiado ajustado o incluso un portabebé que se lleva presionando el pecho durante demasiado tiempo. En ocasiones, no se llega a conocer la causa. Probablemente, las obstrucciones se producen por leche que ha acumulado grasa. Los conductos son muy pequeños y pueden quedar bloqueados si se acumula un poco de leche grasa al no moverse. Un conducto obstruido puede provocar mastitis, aparecer junto a la mastitis o no ser más que un conducto obstruido. Algunas mujeres tienden más a sufrirlos debido la mezcla individual de grasas de su leche.

QUÉ HACER Como ocurre con la mastitis y las perlas de leche, el objetivo consiste en recuperar el flujo de la leche. Puede procurar mantener el pecho tan blando como sea posible amamantando o extrayéndose leche con más frecuencia. También puede probar lo siguiente: Tumbe al bebé boca arriba en el suelo o en la cama, tal vez sobre una manta doblada para que la cabeza le cuelgue y el mentón no le quede pegado al pecho. Colóquese sobre él, apoyada en los codos para no aplastarlo, de manera que le queden los pechos colgando y amamántelo en esta posición para aprovechar la fuerza de la gravedad. Amamante al bebé con el mentón apuntando en la dirección de la obstrucción. No use sujetador, especialmente con aros.

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Use otro tipo de sujetador. Aplique la técnica de la “bolsa de canicas” descrita en el apartado “Mastitis” del presente capítulo. Con un cepillo dental eléctrico o un masajeador, trabaje la zona de la obstrucción o visite a un fisioterapeuta para que aplique un tratamiento indoloro de ultrasonidos para deshacer la obstrucción. Tome 2 cucharadas soperas de lecitina (disponible en tiendas de dietética y farmacias) a diario, o una cápsula de 1.200 mg tres o cuatro veces al día. La lecitina ayuda a metabolizar las partículas de grasa y evitar que se reúnan. (La yema de huevo contiene lecitina, que ayuda a suavizar la textura de la mayonesa). Después de unas semanas de tomar lecitina, algunas mujeres que padecían obstrucciones crónicas de los conductos galactóforos dejaron de sufrirlas. (Puede que sea necesario seguir tomando lecitina para que las obstrucciones no se repitan). Aplique calor (con una compresa caliente o una almohada térmica) justo antes de dar el pecho o extraerse leche. Como siempre: cuídese, aliméntese bien, descanse. (Aunque ya lo sepa, lo difícil es hacerlo).

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CONGESTIÓN MAMARIA La congestión de las mamas consiste en la acumulación de demasiado líquido en el pecho. La primera semana después del parto, es una combinación de leche y una circulación incrementada. Los pechos congestionados se notan pesados, llenos, dolorosos y calientes al tacto. Cuando están demasiado llenos, el agarre del bebé puede resultar complicado. Sin un buen lactante u otro recurso para extraer la leche con frecuencia y eficacia, la pesadez y el calor pueden aumentar y entonces los pechos, duros y brillantes, estarán demasiado congestionados para que la leche fluya, del mismo modo que un resfriado puede taponar la nariz hasta el punto de no poder sonarse.

QUÉ PASA Entre los primeros tres a cinco días posparto se desencadena la producción de leche. La circulación de sangre hacia las mamas aumenta para poner en funcionamiento la “fábrica de leche”. El flujo linfático aumenta para eliminar productos de desecho. Como dijo una madre: “Después del parto, el líquido que estaba en los tobillos asciende hasta los pechos para ver qué pasa”. Si le han administrado un goteo intravenoso durante el parto, parte del líquido que ha entrado en su organismo también se dirigirá a los pechos. El papel del bebé consiste en estimular la circulación de los líquidos y mamar con frecuencia. Mientras la leche se extraiga con frecuencia y eficacia, es improbable que note nada más que cierta pesadez y calor, aunque, ocasionalmente, la congestión llega a pesar de los esfuerzos de un lactante eficaz. ¿Nota bultos en las axilas? Se trata de tejido glandular que ni sabía que tenía. Unas veces está conectado con el resto del pecho y se vacía con él; y otras veces, no halla salida. Aunque no se vacíe, poco a poco remitirán los abultamientos y no volverá a notarlos. La congestión también puede aparecer cuando el bebé de repente duerme toda la noche o pasa varios días estimulando la producción de leche para satisfacer sus necesidades durante un tirón del crecimiento y luego pasa un día dormitando tranquilamente mientras usted se queda con el botín a bordo (o cuando pasa un tiempo

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inesperadamente largo entre tomas). Pero en tales casos sólo se trata de leche y es fácil aliviar la congestión con una toma. Es importante aliviar la congestión enseguida para evitar complicaciones al acumularse más leche. Como una nariz congestionada, cuanto más lleno esté el pecho, más difícil resultará vaciarlo. Una congestión extrema puede dañar la producción de leche.

QUÉ HACER Durante el parto evite el goteo intravenoso, que puede aumentar significativamente la congestión. Después del parto (y en cualquier momento durante la lactancia), extraerse leche de los pechos es esencial para que también disminuya la presencia del resto de líquidos. No empeorará la congestión ni fomentará la producción de un exceso de leche. Cuando las mamas quedan completamente blandas, la congestión no suele reproducirse. Si cree que la congestión se está convirtiendo en un problema después del parto, algunas de estas ideas pueden serle útiles: Tenga al bebé consigo y amamántelo todo el tiempo y con tanta frecuencia como lo pida, empezando después del parto tan pronto como sea posible. Si los pechos están demasiado tensos para un buen agarre, puede recurrir a la técnica para ablandarlos con una “presión inversa suavizante” para empujar los líquidos lejos del punto donde debe agarrarse el bebé y conseguir una “zona de anclaje” para que pueda agarrarse al pezón y extraer la leche eficazmente. Presione con los dedos índices estirados ambos lados de la base del pezón, donde se situarán las encías superior e inferior del bebé. Puede hacerlo con más de un dedo si lo prefiere, sobre todo en la parte donde el bebé colocará la mandíbula inferior. Presione el tiempo que dura una canción de cuna, y después ofrezca el pecho al bebé inmediatamente. Presione con las puntas de los dedos de una mano, con las uñas cortas, rodeando la base del pezón, para dejar cinco pequeñas hendiduras. Hágalo cada hora más o menos. Si el bebé no puede tomar el pecho ni cuando ha aplicado esta técnica, la extracción manual o con sacaleches lenta y suave puede resultar de ayuda (a demasiada velocidad, atraerá más líquido hacia la aréola, complicando el problema).

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Ablandar la mama con presión inversa: con la punta de los dedos o los dedos estirados, empuje el líquido hacia adentro.

El movimiento suave de los pechos puede favorecer el drenaje linfático. Haga un masaje suave, elévelos, muévalos siempre sin provocar dolor. Túmbese boca arriba cuando descanse. La gravedad favorecerá el drenaje de líquidos. En parte, la congestión es una inflamación. Pida al médico un anti-inflamatorio compatible con la lactancia (casi todos los que se expiden sin receta lo son). La col verde o repollo (la roja tiñe) puede ayudar a reducir la inflamación. Retire las hojas externas por si conservan restos de pesticidas. Arranque algunas hojas, retire el nervio central, extiéndalas sobre la mano y aplíquelas sobre el pecho (evitando el pezón, para que no quede un sabor que moleste al bebé). ¿Cierto que proporciona un gran alivio? Puede colocar las hojas de col en el interior del sujetador o debajo de una camiseta ajustada para que no se muevan. Sustituya las hojas por otras nuevas cuando lo desee. La inflamación puede tratarse aplicando frío. Envuelva una bolsa de guisantes (o zanahorias) congelados con una toalla pequeña y úselo como una compresa fría, alternando unos veinte minutos de aplicación con veinte minutos de descanso, todo el tiempo que desee. Vuelva a congelar la bolsa cuando sea necesario. Si le apetece una ducha caliente, deje correr el agua por la espalda, no sobre el pecho. Lo mismo si desea usar una almohada térmica caliente. Si la congestión se repite, intente extraerse toda la leche posible de ambos pechos para conseguir “vaciarlos”.

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DEPRESIÓN POSPARTO La depresión que se desarrolla después del nacimiento del bebé, conocida como depresión posparto, dura más que lo que se denomina “tristeza puerperal”. He aquí los síntomas más comunes: Sensación persistente de tristeza, angustia o “vacío”. Dormir demasiado o demasiado poco. Pérdida del apetito y pérdida de peso, o aumento del apetito y aumento de peso. Pérdida del interés o el gusto por las actividades que le agradaban (incluido el sexo). Desasosiego, irritabilidad o llanto excesivo. Síntomas físicos persistentes como cefaleas, problemas digestivos o dolor crónico. Dificultad para la concentración, fallos de memoria o indecisión. Sentimientos de culpabilidad, desespero, inutilidad, indefensión o pesimismo. Fatiga o pérdida de energía. Si piensa en la muerte, el suicidio o en hacer daño al bebé, no espere. Consiga ayuda médica inmediatamente. Estos pensamientos no son típicos de la depresión posparto.

QUÉ PASA La depresión posparto puede afectar en cualquier momento del primer año. Aunque tiende a iniciarse alrededor de las diez semanas posparto. Suele durar al menos un par de semanas y puede afectar hasta un 25% de las madres en las culturas occidentales. Es más común en madres que ya han tenido depresiones con anterioridad y puede ser más probable cuando el parto ha sido traumático, se ha separado a la madre del bebé o ha habido problemas de lactancia, y en sociedades donde las madres cuentan con poco apoyo familiar y cultural.

QUÉ HACER Seguir con la lactancia no es sólo una de las mejores soluciones para reducir o evitar la

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depresión, es además lo mejor que puede hacer por el bebé si la depresión la afecta. Los bebés de las madres deprimidas que dan el biberón, son más propensos a tener problemas de desarrollo en el futuro debido a la depresión materna que los bebés de las madres deprimidas que amamantan. En casos leves, el apoyo, la amistad y la ayuda con la lactancia pueden solucionar el problema. Si sigue sintiéndose triste, hable con el médico, es posible que le recete medicación. La mayoría de los antidepresivos son compatibles con la lactancia. Pida a su médico que consulte el libro Medicamentos y leche materna, de Thomas Hale, así como la página web del Servicio de pediatria APILAM: http://www.e-lactancia.org/ para obtener más información. Otro gran recurso que puede compartir con el facultativo es el libro Non-Pharmacologic Treatments for Depression in New Mothers, de Kathleen KendallTackett (en inglés). Como otras formas de depresión, la del posparto se trata mejor si se tiene a alguien con quien hablar y si se medica, que con una sola de las dos cosas. Si cree que su sensación de infelicidad es algo diferente a la depresión, lea el apartado “Reflejo de eyección disfórico”.

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DIVERSIDAD DE PEZONES Todas somos diferentes y la mayoría no nos parecemos a las mujeres que salen en los vídeos de lactancia. Al bebé le encantará nuestra forma, sea cual sea. Pero los bebés que son separados de la madre para recuperarse de un parto medicado, o que se acostumbran a tetinas artificiales, pueden tener más dificultades. A continuación hallará información útil sobre las variaciones más comunes.

QUÉ PASA La mayoría de los bebés son capaces de dejarnos la marca de un chupetón si nos succionan la piel del cuello; no necesitan una tetina ideal para agarrarse, basta con que las partes puedan encajar. El tamaño de los pechos no dice nada sobre su capacidad de producir leche, pero también es necesario que las partes encajen en este aspecto.

QUÉ HACER Los pezones planos son, en realidad, pezones cortos. El bebé los encontrará por su textura, sabor y olor y buscándolos en el lugar del contorno del pecho donde suelen hallarse. Puede frotarlos para que se hagan más prominentes, o usar el dedo índice para empujar desde abajo y hacer salir más el pezón.

© Juana Bone

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Empujar el pezón invertido hacia fuera.

Mientras madre e hijo aprenden, es importante evitar el uso de biberones, porque las tetinas artificiales son más largas y no son como los pezones maternos. Cabe la posibilidad de que el bebé acabe prefiriéndolas porque son más fáciles de chupar. Si nada parece funcionar, puede recurrir al uso de una pezonera, pero hágalo bajo la asesoría de un experto con el fin de utilizarla adecuadamente (véase “Pezoneras”, más adelante). Algunos pezones no son cortos; simplemente lo parecen si los pechos están ingurgitados. Si este es su caso, intente aplicar la técnica para ablandar la mama con una presión suave que se describe en el apartado “Congestión mamaria”. Los pezones invertidos se hunden en lugar de sobresalir. Puede intentar amamantar después de manipular el pezón con la mano. Algunos se corrigen por sí mismos durante el embarazo; también existen dispositivos para ayudar a sacar hacia fuera el pezón, antes o después del nacimiento del bebé. Usted puede fabricar su propio dispositivo: Pida al médico una jeringuilla sin aguja cuyo diámetro sea algo mayor que su pezón. Quite el émbolo. Con un cuchillo de sierra, corte el extremo donde se colocaría la aguja y coloque de nuevo el émbolo por el extremo “equivocado”. Ahora dispone de un dispositivo de succión con un extremo suave que puede colocar sobre el pezón. Tire del émbolo hasta hacer salir el pezón sin provocar incomodidad y mantenga la succión durante un minuto (cante dos veces su canción de cuna preferida). Si sale leche mientras espera, tire más del émbolo para mantener la succión. Para retirar la jeringuilla, empuje

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el émbolo hacia la posición original para romper la succión. Después, ofrezca enseguida el pecho al bebé.

© Juana Bone

Empujar el pezón hacia fuera para facilitar el agarre.

Usar el sacaleches brevemente antes de amamantar también puede ser útil. Véase el apartado que describe la técnica para hacer salir el pezón y el apartado sobre pezoneras. Si el pezón no sale, la lactancia será más complicada. Pero recuerde que sólo se necesita un pezón para amamantar. Son habituales otras formas de pezón. Si tiene el pezón ovalado en lugar de redondo, intente que al agarrarse el bebé la dimensión más larga quede de extremo a extremo de su boca. Si tiene la boca demasiado pequeña para el pezón al principio, ya crecerá. Hasta entonces, puede que no sea capaz de extraer demasiada leche porque no puede alcanzar los conductos galactóforos del pecho, por tanto, no crecerá sólo con la leche que reciba el bebé. Pero el tiempo está de su parte. Extráigase leche a mano o con sacaleches para mantener la producción y alimentarlo bien, y la boca y los pezones enseguida encajarán. El bebé puede empezar a tomar el pecho bien, meses después de nacer. Como dijo una líder de la LLL: “Ahora, necesitamos mantener la producción de leche y alimentar al bebé. Más adelante, ya nos ocuparemos de los utensilios”. Véase el Capítulo 15 para

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obtener más ideas para mantener una buena producción de leche. Véanse también los apartados “Producción escasa de leche materna” y “Suplementos” del presente capítulo. ¡Lo conseguirán!

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EL TABACO DURANTE LA LACTANCIA El tabaco no es bueno para nadie, pero para la madre fumadora, la lactancia sigue siendo más segura que la leche de fórmula.

QUÉ PASA El lactante está expuesto a la nicotina y la cotinina presentes en el organismo materno. La nicotina puede reducir el nivel de prolactina en la madre, lo cual puede hacerle perder no sólo el interés por la lactancia sino también la producción de leche y el contenido graso de la misma.

QUÉ HACER Si fuma, limite la exposición del bebé al tabaco fumando lo menos posible, siempre saliendo fuera para hacerlo, poniéndose una “chaqueta de fumar” que se quitará antes de tomar al bebé en brazos, nunca fumando en el carro con el bebé, y amamantándolo antes de fumarse un cigarrillo en lugar de después. Si usa un parche de nicotina, quíteselo de noche. Si decide dejar de fumar, acuda a su médico de atención primaria que le proporcionará ayuda práctica y apoyo para llevarlo a cabo.

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EXCESO DE PRODUCCIÓN DE LECHE Suele empezar como una señal de alivio. ¡Sí! El bebé traga. Puede que incluso oiga cómo la leche le llega al estómago, o que la leche le salpique cuando se retira del pecho y enseguida se convierte en un lactante incómodo. Puede que sólo acepte el pecho cuando tenga mucha hambre. Puede que mueva la cabeza repetidamente mientras está al pecho o que gire el cuerpo, y rara vez se duerma tomando el pecho. Puede que tome el pecho con ganas hasta que baja la leche y entonces arquee el cuerpo y se aparte como si se hubiera enfadado. Es posible que regurgite leche con frecuencia o necesite eructar mucho. Tal vez proteste cuando cambie usted de lado. Probablemente aumenta de peso de manera excelente pero desarrolla erupciones cutáneas. Los pañales son amarillentos al principio, después verdosos, quizás espumosos o mucosos. La lactancia puede ser como una batalla. Es también posible que se pregunte si tiene leche, y que el aumento de peso se vuelva más lento. El bebé puede aceptar los biberones de leche materna con entusiasmo, o quejarse cuando se le ofrecen como se queja ante el pecho. Tal vez llegue un día en que observe un hilillo de sangre en sus heces. ¿Qué pasa? ¡Relájese! Ha sido usted bendecida y no bendecida, como muchas de nosotras, con una producción de leche excesivamente abundante o una eyección intensa. Ambas pueden corregirse.

QUÉ PASA Parte del problema del exceso de producción es físico. El bebé intenta beber de una manguera y hacerlo en cada toma requiere concentración y compromiso. También está el problema de la digestión de las grasas y la lactosa (el azúcar de la leche). La cantidad de grasa de la leche materna varía. Así, a medida que la leche se fabrica en las mamas, gran parte de la grasa permanece cerca de las células que elaboran la leche, mientras que el resto de la leche fluye hacia el pezón con la succión del bebé. Si el bebé no ha tomado el pecho durante las últimas dos horas y la leche ha tenido tiempo de acumularse en los conductos, el pequeño tomará la leche con menos grasa al principio; luego el nivel de grasa irá en aumento a medida que el bebé sigue succionando y va

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bajando más leche. Cuando deja de tomar el pecho, la grasa regresa por los conductos para salir de nuevo la próxima vez que el bebé tome el pecho (junto con la nueva leche producida). Si la producción materna es extremadamente generosa, el bebé tiene que beber mucha leche antes de conseguir que la grasa empiece a bajar. La cantidad de lactosa es la misma, pero la lactosa se digiere con una enzima denominada lactasa, que se produce en el intestino del bebé. La lactasa descompone la lactosa de la leche, el bebé la digiere y se encuentra fenomenal… a menos que haya tomado tanta leche que hay demasiada lactosa para la cantidad de lactasa, o si algo daña temporalmente la lactasa. Entonces el azúcar de la leche empieza a fermentar y provoca gases, y tal vez heces espumosas que pueden causar irritaciones en las nalgas. A veces el daño provocado es suficiente para causar pequeños sangrados que se observan en el pañal. (¡No se preocupe! Los intestinos son sensibles, pero resistentes, como la piel. Las pequeñas heridas en el intestino no son más graves que un arañazo en cualquier otra parte del cuerpo). Si se puede reducir la producción de leche el bebé no se llenará antes de llegar a ingerir la grasa que desea. Esto hará más lenta la digestión y dará tiempo a la lactasa para trabajar. Si se puede eliminar lo que provoca irritación, los intestinos cicatrizarán antes y la lactasa se reproducirá mejor. La leche de algunas mujeres con poca capacidad de almacenaje puede salir con mucha fuerza, aunque pueda salir poca. Los bebés se ven afectados más por la fuerza de la eyección que por la irritación intestinal. Las tomas seguidas para no acumular leche pueden ayudar.

QUÉ HACER Si el bebé no presenta irritaciones ni sangrado intestinal, probablemente lo único que debe procurar sea reducir un poco la producción. Algunas posibilidades: Amamante sólo de un pecho cada vez. Ofrezca brevemente el otro pecho sólo si le provoca incomodidad y sólo el tiempo indispensable para aliviarla. Si el bebé quiere tomar el pecho por tomar el pecho antes de la próxima toma completa, no cambie de pecho. Así, el bebé ingerirá la leche con mayor contenido graso que queda tras una toma y se reducirá la producción de leche en la mama que no succione. Amamante de un lado tantas veces seguidas como necesite para ablandar la mama antes de ofrecer la otra. Esta lactancia “en bloque” implica que se puede lactar del

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mismo pecho dos veces seguidas, o toda la mañana, o durante seis horas o incluso más. Si el otro pecho requiere vaciado, puede ofrecerlo sólo para aliviar su incomodidad. Se trata más de guiarse por los pechos y el bebé que por el reloj. La idea consiste en mantener cierta presión en el pecho que no se utiliza, pero no mantenerlo tan lleno que se corra el riesgo de una mastitis o produzca dolor. Cambie de posición. Pruebe a amamantar reclinada, como se explica en el Capítulo 4. Reclinarse boca arriba puede convertir la manguera en una fuente, lo cual puede bastar. Pruebe a sentarse pero abrazando la espalda y hombros del bebé más cerca, lo cual inclina su cabeza más atrás y la leche baja directamente por su garganta. El mismo chorro que atragantaba al bebé puede no afectarle así. Pruebe a amamantar acostada, algunos bebés lo prefieren cuando la producción es tan abundante. Si el bebé presenta una irritación o sangre en las heces, puede indicar que tiene el intestino irritado. Además de intentar reducir la producción, intente prescindir de otras sustancias irritantes por el momento. Intente eliminar de su dieta, uno a uno, los siguientes alimentos, y no salte al paso siguiente hasta que no esté segura de que el anterior no basta: 1. Productos lácteos y derivados de la soja. 2. Colorantes y conservantes artificiales. 3. Cualquier alimento del que haya abusado durante el embarazo. Algunas mujeres han conseguido mejorar las cosas añadiendo salvia a su dieta. Algunas medicinas también pueden ser de ayuda. Hable con su asesora de lactancia sobre otras posibilidades. También puede ignorar todo lo dicho y volver a amamantar al bebé como quiera. A veces nos empeñamos demasiado en intentar limitar la producción de leche. Compartir un baño, dormir juntos y lactar por placer pueden favorecer el retorno de los tiempos felices. Si el crecimiento y el desarrollo del bebé son adecuados pero sus pañales siguen verdosos o espumosos, o halla en ellos sangre de vez en cuando, la mayoría de los médicos coinciden en que es mejor ignorar el sangrado leve, que puede tardar un tiempo en desaparecer. Los bebés alimentados con fórmula, a menudo presentan heces con sangre, tanto si es visible como si no, por lo que pasar a la leche artificial no es una buena solución. Tendemos a producir más leche con cada hijo, por eso el exceso de producción es más

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probable con cada bebé. Pero amamantar por cualquier motivo y tanta frecuencia como se desee sin preocuparse de ofrecer el otro lado a menos que uno de los dos lo quiera, puede ayudar a evitar o solucionar muchos problemas de exceso de producción. Si el exceso de leche es un tema serio, puede empezar a lactar en bloque extrayéndose leche de ambos pechos para poder empezar con los pechos tan blandos como sea posible. Puede que deba repetir esta operación varias veces antes de que la producción se estabilice.

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FRENILLO CORTO Si el bebé no se agarra bien al pecho a pesar de sus esfuerzos, o si el pezón sale de su boca aplanado, es posible que el bebé tenga el frenillo corto, lo cual impide el movimiento libre de la lengua.

QUÉ PASA El bebé puede agarrarse bien al pecho sólo si puede mover la lengua sin restricción. Existe una membrana debajo de la lengua llamada frenillo que puede ser demasiado corta para permitir el movimiento completo de la lengua. La lengua no puede subirse o extenderse suficientemente para succionar la leche y puede causar abrasión de los pezones o comprimirlos, y provocar grietas o heriditas o el aplanamiento de un lado del pezón dándole la forma de un pintalabios nuevo. Muchos médicos y enfermeras reconocen que el frenillo es corto cuando está pegado a la punta de la lengua, especialmente si tira de la punta de la lengua hacia abajo. Pero no todos comprenden que el frenillo también puede tirar justo por detrás de la punta de la lengua, por el medio o por la base. Desgraciadamente, cuando el frenillo tira por la base de la lengua es más difícil detectarlo y a veces provoca los problemas más graves. Otras señales de frenillo corto incluyen un paladar alto y estrecho (porque la lengua no puede elevarse para extenderlo), una lengua que se dobla hacia abajo o presenta un borde frontal plano al extenderla, una lengua que no se eleva cuando el bebé llora o una lengua con un pliegue central. Se puede ver una hendidura en el centro de la lengua cuando el bebé la levanta o cuando llora (el frenillo tira del centro de la lengua hacia abajo). Puede que oiga chasquidos cuando el bebé mama: se trata de interrupciones de la succión. Si el frenillo es demasiado corto, la lengua puede cansarse pronto y temblar. Las tomas pueden durar mucho rato o el bebé puede cansarse y rendirse enseguida. Algunos cirujanos y dentistas recomiendan esperar por si el frenillo cede por sí sólo, pero esto rara vez ocurre durante el primer año, ¡una larga espera! Los bebés con frenillo corto a veces tienen dificultades también para alimentarse con biberón. Si el problema no se trata, más adelante pueden surgir problemas de logopedia, para limpiarse los dientes

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con la lengua, para tragar pastillas, chupar helados y besar.

© Nathalie Clermont / © Stacie Ruiz Bingham

Frenillo corto: diversos tipos de movimiento restringido .

QUÉ HACER Si cree que el bebé tiene el frenillo sublingual corto, deberá visitar al médico para diagnosticar el problema y tratarlo. Normalmente no hace falta nada más que uno o dos cortes rápidos (frenotomía) llevados a cabo por el dentista o el pediatra con unas tijeras o mediante láser en la consulta. Sólo se precisa anestesia local, o se realiza sin anestesia. El bebé llorará al notar que le inmovilizan, le saldrá una o dos gotas de sangre y se agarrará al pecho de inmediato y tomar el pecho más fácil y eficazmente. Su líder de la LLL o consultora de lactancia certificada probablemente podrán aconsejarle un pediatra. En ocasiones el frenillo no se corta lo bastante y se hace necesaria una segunda visita. Pero si el bebé no se agarra al pecho sin dolor durante la semana siguiente a la intervención, no se preocupe. Si la primera toma después de la frenotomía fue mejor, entonces volverá a serlo cuando la lengua se le cure por completo. Mientras tanto, el bebé retrae la lengua para que se cure. También es posible que el bebé tarde un tiempo en aprender a mover la lengua mejor al tomar el pecho, especialmente si es mayor al cortar el frenillo. (Su asesora de lactancia puede recomendar algunos ejercicios útiles). Por este motivo, entre otros, conviene tratar el problema cuanto antes mejor. Otro es que un bebé más pequeño dispone de menos

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sangre y nervios en el frenillo, por lo que es menos probable que sangre y le duela. Si el frenillo de su hijo es tan corto que le impide extraer leche pero decide usted no someterlo a una frenotomía, seguramente deberá extraerse leche para alimentarlo.

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HIPOGLUCEMIA El bebé con hipoglucemia (hipo = menos, glucemia = azúcar) tiene un nivel bajo de azúcar en sangre.

QUÉ PASA El bebé alejado de su madre consume más calorías y puede estar más agitado e intranquilo si el nivel de azúcar en su sangre desciende demasiado. El bebé cuya madre es diabética puede nacer con un aumento de azúcar que desciende rápidamente después del parto. Por fortuna, el mero hecho de estar en contacto piel con piel con la madre puede elevar el nivel de azúcar del bebé, tanto si come como si no. Por desgracia, en algunos hospitales se mide el nivel de azúcar de todos los bebés, especialmente los denominados “grandes”, tanto si presentan síntomas como si no y les dan suplementos a partir de ciertos niveles, presenten o no síntomas.

QUÉ HACER La Academia de Medicina de la Lactancia dispone de un protocolo exhaustivo, basado en las investigaciones realizadas, en: Manual de Lactancia Materna. De la teoría a la práctica (Capítulo 20 B). Comité de Lactancia AEP, Editorial Médica Panamericana, Madrid 2009 y Lactancia Materna: guía para la profesión médica, Ruth A. Lawrence y Robert M. Lawrence (Apéndice P, pág. 639), Elsevier España, S.A., Madrid, 6ª edición, que puede compartir usted con su médico si es necesario. Algunos de los principales puntos: Lactar durante la primera hora después del parto es importante. Los bebés sin factores de riesgo ni síntomas no deben ser sometidos a las pruebas. Los bebés de riesgo deberían ser sometidos a las pruebas hasta que se normalicen los niveles de azúcar en su sangre. No hay pruebas que demuestren que los bebés hipoglucémicos que no presentan síntomas deban ser tratados.

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Si es necesario darle un suplemento, el orden de preferencia es la leche materna primero, la leche de una donante de un Banco de Leche, leche de fórmula elemental y fórmula parcialmente hidrolizada. La leche de fórmula estándar es la opción menos deseable.

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HIPOTERMIA Un bebé con hipotermia es un bebé que se ha enfriado (hipo = menos, termia = calor).

QUÉ PASA La hipotermia no se consideraba un problema cuando las madres tenían a sus bebés en brazos desde el momento de nacer. No hay nada capaz de calentar mejor al bebé que su madre. Nada. Los bebés en cunas térmicas, calefactores o incubadoras tardan más en entrar en calor y no se calientan tanto ni mantienen la temperatura corporal tan bien como los bebés que simplemente están con su madre.

QUÉ HACER Mantener al bebé junto a usted, piel con piel, con una manta sobre ambos, es la mejor prevención para la hipotermia. Estar metido en cama y caliente junto a la madre también es una manera de prevenir…

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HUELGA DE LACTANCIA En ocasiones, el bebé que lleva meses tomando el pecho felizmente, de repente deja de hacerlo y rechaza el pecho cuando se le ofrece. No se trata del destete voluntario del bebé porque ocurre demasiado repentinamente. Con frecuencia el bebé se muestra intranquilo pero sigue negándose a lactar. Esto es lo que llamamos una huelga de lactancia.

QUÉ PASA La causa puede ser física, nariz tapada o dolor de oído, por ejemplo, o emocional. Tal vez se hayan mudado o haya empezado usted a trabajar; tal vez asustara al bebé cuando él la mordió; tal vez lo asustara un ruido fuerte mientras tomaba el pecho. Un cambio de loción, colonia, desodorante o detergente; una producción menor o un cambio de sabor en la leche; tomas negociadas o demasiados biberones o chupetes pueden contribuir a la huelga. Los bebés que se enfrentan a problemas derivados de una producción excesiva suelen ser propensos a las huelgas de lactancia. Como resultado, el pequeño pierde su principal fuente de consuelo y alimento, y la manera más fácil de dormirse. Aun así, gira la cabeza cuando se le ofrece el pecho. Muchos lactantes en huelga siguen tomando el pecho a regañadientes o con normalidad, por la noche. Esto les mantiene alimentados y conserva la esperanza de la madre. Otros se niegan a tomar el pecho por completo. Es un momento difícil para ambos y a veces no se llega a averiguar la causa. Pero aunque se resuelva la causa, el bebé puede seguir negándose a lactar. Es como si no se diera cuenta de que era la mucosidad nasal lo que le dificultaba la lactancia, piensa que la lactancia era el problema y se muestra reacio a reiniciarla.

QUÉ HACER No se apresure a dar al bebé otros alimentos y bebidas para compensar la leche que no toma. Probablemente esté fuerte y sólo necesite un poco de tiempo. Pero extráigase leche mientras tanto para mantener la producción y evitar la obstrucción de conductos o una mastitis. Si la huelga continúa durante más de un día, puede ofrecer la leche extraída en

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vaso, pero evite el uso de biberones si puede para que la necesidad de succión favorezca el retorno al pecho. Algunas técnicas: Amamante al bebé mientras está dormido. Probablemente es la recomendación más útil. Cante o meza al bebé con la camiseta abierta por si se relaja lo bastante como para agarrarse al pecho. Amamante al bebé en un sitio diferente, mientras camina, sentada en el carro, en casa de una amiga, en el jardín o en la bañera. Cambie de posición de lactancia, siéntelo de cara a usted, por ejemplo, o colóquelo de pie contra el hombro y hágalo bajar hasta el pecho. Dé saltitos, primero, pequeños, y luego más exagerados mientras le tiene en brazos en posición de lactancia. (Pare si no le gusta). No le ofrezca el pecho durante uno o dos días, para que las tensiones (sean las que sean) se relajen. Después, durante un día, mantenga la camiseta abierta y el pecho disponible, pero sin presionar al bebé. Esta es una solución algo extraña que una madre probó y le funcionó: siéntese en una silla de oficina con el bebé en el regazo, cerca del pecho, y pida a otra persona que haga girar la silla (no demasiado fuerte) hasta que estén algo mareados, y luego ofrézcale el pecho al bebé. A veces, al estar un poco desorientados, los instintos salen a la superficie. Es posible que deba probar una solución varias veces o que con una baste. Casi todas las huelgas de lactancia acaban bien, aunque no siempre acaban rápidamente; su líder le será de gran ayuda.

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ICTERICIA O HIPERBILIRRUBINEMIA (EXCESO DE BILIRRUBINA) Los bebés pueden desarrollar una coloración amarillenta de la piel y los ojos los días posteriores al nacimiento. La ictericia leve es normal y beneficiosa. La bilirrubina que la provoca es un antioxidante común en todos los mamíferos. No obstante, demasiada bilirrubina, una afección denominada hiperbilirrubinemia, o ictericia, adormece al bebé y el pequeño muestra menos interés por la lactancia, situación poco saludable.

QUÉ PASA Antes del nacimiento el bebé necesita más glóbulos rojos porque se halla en un entorno pobre en oxígeno. Después del nacimiento se deshace del exceso de glóbulos rojos. La bilirrubina que contenían se excreta con las heces, no la orina, de modo que la leche (no el agua) es la manera más importante para evitar la ictericia excesiva. La necesidad de tratamiento depende en parte de cuándo aparece la ictericia y a quién afecta. El bebé no acumula bilirrubina al romperse los glóbulos rojos hasta el segundo o tercer día de vida, de modo que el bebé con un nivel elevado de bilirrubina el día del nacimiento es probable que presente alguna otra afección. Los bebés prematuros o enfermos presentan un mayor riesgo de acumular demasiada bilirrubina que los bebés sanos nacidos a término. La ictericia que puede aparecer debido a la ausencia de deposiciones tiende a desaparecer a los cinco días de vida, cuando la leche es más abundante, por lo que si la ictericia persiste más tiempo es posible que se trate de un caso de ictericia inducida por la lactancia. No se preocupe por la ictericia inducida por la leche materna. Un bebé sano (quizás especialmente sano) puede presentar un “bronceado” inofensivo durante semanas o incluso un par de meses. Pero ¿qué ocurre cuando la ictericia se debe a la ausencia de deposiciones, por falta de leche materna?

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Reducir el nivel de bilirrubina hasta valores normales requiere alimento y también luz. 1. Alimento. La leche de fórmula reduce la bilirrubina más rápidamente que la leche materna, pero con un precio de por vida, porque la fórmula aumenta el riesgo de muchos problemas a corto y largo plazo. Con la leche humana la bilirrubina desciende más lentamente, sin riesgos y con enormes beneficios para el bebé. Por consiguiente, haga un esfuerzo por alimentar al bebé con su leche o con la leche de una donante, y pida ayuda si el bebé no toma bien el pecho. 2. Luz. Las lámparas del hospital para tratar la ictericia producen longitudes de ondas que son absorbidas por la bilirrubina que se halla en la piel y la sangre del recién nacido, y la transforman para poder excretarla antes. Puede pedir que la dejen estar bajo la lámpara con el bebé para que no se estrese y para que tenga acceso al pecho. El bebé debe tener los ojos tapados cuando está bajo la lámpara. Este tipo de luz también está disponible en forma de manta que se puede utilizar en casa. Las heces pueden tener un color verdoso cuando el bebé elimina la bilirrubina. 3. Alimento, otra vez. Tenga al bebé consigo para seguir fomentando la lactancia. La leche materna es el primer y mejor aliado contra la ictericia.

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INFECCIONES POR HONGOS Cuando se contrae una infección por hongos (Candida) en la mama, la lactancia suele hacer daño. Los pezones adquieren un aspecto rosado y brillante, a veces acompañado de piel escamosa. La mujer notará un dolor tipo quemazón, picor o punzada durante o entre tomas.

QUÉ PASA Una infección por hongos en la mama es causada por los mismos que provocan las infecciones vaginales. Estos hongos siempre están en el organismo, pero provocan dolor sólo cuando existen en exceso. El riesgo de una población excesiva puede aumentar cuando se han tomado antibióticos (que tal vez le administren durante el parto) o si los niveles de hierro son bajos. Cuando el bebé tiene una infección por hongos en la boca (aftas), suele manifestarse en forma de manchas blancas en el interior de las mejillas y encías que dejan la piel al descubierto cuando se intenta limpiarlas. La madre y el bebé pueden pasarse mutuamente la infección, y cualquiera de los dos puede tenerla sin que sea visible.

QUÉ HACER Si cree que tiene este tipo de infección en los pezones o si el bebé tiene aftas bucales, consulte con el médico o su consultora de lactancia. La violeta de genciana se puede adquirir sin receta médica para tratar la infección. Se usa una vez al día durante tres o cuatro días y resulta muy útil (si bien mancha bastante), pero en ocasiones será necesaria una receta para un medicamento antifúngico. Si le han dicho que tiene una infección por hongos pero el problema persiste tras el tratamiento, es posible que se trate de una infección bacteriana (normalmente estafilococos) que requiera antibióticos, dado que los síntomas pueden ser idénticos. Su asesora de lactancia la ayudará a encontrar la información más actualizada para compartirla con el médico.

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INSUFICIENCIA DE TEJIDO GLANDULAR La insuficiencia de tejido glandular, o hipoplasia mamaria, puede ser la excepción a la regla de que todos los pechos son válidos para la lactancia, porque estos pechos presentan menos tejido productor de leche.

QUÉ PASA Pechos con hipoplasia no significa pechos pequeños. Este tipo de pechos tienen forma tubular en lugar de forma de melón, o presentan muy poco tejido en la parte inferior, o la separación entre ellos es del ancho de una mano o más. Pueden ser de tamaños muy diferentes y una o las dos aréolas pueden ser abultadas. ¡Pero las apariencias engañan! Algunas mujeres con pechos que responden a estas descripciones han amamantado a sus hijos (incluso gemelos) sin problema. Como la lactancia suele aumentar el tejido glandular, el sólo hecho de dar el pecho tiende a aumentar la cantidad de leche que la mujer es capaz de producir, para este y para futuros bebés.

QUÉ HACER Si cree que algo no funciona, o si sus pechos responden a la descripción anterior y no consiguió producir suficiente leche para un bebé anterior, hable con una asesora de lactancia y lea los diferentes apartados del presente libro donde se habla de la escasa producción de leche y la administración de suplementos. Sabemos mucho más de lo que sabíamos hace unos pocos años. Algunos galactogogos pueden ser útiles. El libro Manual de Lactancia Materna. De la teoría a la práctica (Capítulo 37), Comité de Lactancia AEP, Editorial Médica Panamericana, Madrid 2009, es una buena fuente de información adicional.

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INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA U HOSPITALIZACIÓN DE LA MADRE Puede que deba ingresar en el hospital mientras amamanta. ¿Significa que va a tener que destetar a su hijo?

QUÉ PASA En muchos hospitales existe ahora la política de dejar al lactante estar junto a la madre, normalmente con la condición de que una persona la ayude a cuidar del pequeño. Si en su hospital no lo permiten, quizá pueda fomentar la adopción de dicha política. Prepárese para hablar con las instancias más altas de la cadena de mando si hace falta.

QUÉ HACER Las políticas hospitalarias rara vez tienen en cuenta a las madres y bebés lactantes. Esto va en su contra… y a su favor. Si explica usted su caso porque cree que van a cooperar, suelen hacerlo porque no hay un protocolo que les impida hacerlo. La Academia Norteamericana de Pediatría dice que: “Si la hospitalización de la madre o el lactante es necesaria, debe realizarse el esfuerzo de mantener la lactancia, preferiblemente directa, o mediante la extracción de leche materna para dársela al bebé”. En algunos hospitales con unidades de maternidad hay un especialista en lactancia que puede convertirse en su aliado. En lugar de preguntar si puede hacerlo, explique que necesita tener al bebé junto a usted todo el tiempo posible para evitar la complicación de su estado de salud con una mastitis. Es posible que le pidan que se reúna con el bebé en la sala de visitas o en la sala de espera de la unidad. Cuando pueda moverse, puede ser una buena solución. A medida que el personal del hospital la vaya conociendo, la sorprenderá el modo en que se relaja la aplicación de las normas. Si es posible, hable con el anestesista acerca de los fármacos que le administrarán. En casi todos los casos, la lactancia es posible siempre que la madre esté lo bastante despierta para sujetar al bebé. Algunas veces, la madre puede experimentar un descenso de la producción de leche después de una operación, como si su organismo estuviera

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administrando sus recursos para cuidar primero de sí mismo. Las tomas frecuentes suelen bastar para recuperar la producción. Si esto la preocupa, intente almacenar unas cuantas raciones de leche en el congelador de casa con tiempo. Es posible que pueda utilizar uno de los sacaleches del hospital, pero puede que deba adquirir los accesorios para conectarse al dispositivo. Lo mejor es reservar el sacaleches con tiempo. Si amamanta intensamente o se extrae leche antes de la operación, esto le proporcionará más horas de comodidad; más de una mujer ha necesitado que otra persona le vacíe los pechos porque ella todavía estaba demasiado confusa para hacerlo sola. Cuando la madre tiene el brazo enyesado, la pierna sujeta a un sistema de tracción o la cabeza rodeada por una abrazadera de halo, deberá usar la imaginación para posicionar al bebé y poder amamantarlo. Pida consejo a una asesora de lactancia. En general, lo ideal para conseguir lo mejor de los demás consiste en esperar lo mejor de ellos.

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INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA U HOSPITALIZACIÓN DEL BEBÉ Cuando el bebé requiere una cirugía u hospitalización, la presencia de mamá puede ser inmensamente consoladora.

QUÉ PASA Los hospitales solían mantener a los padres alejados y se dieron cuenta del daño que causaba a sus pequeños pacientes. Ahora acostumbran a dejar que la madre acompañe a su hijo en todo momento, excepto en el quirófano. El mayor reto puede consistir en obtener permiso para amamantar antes y después de la operación.

QUÉ HACER En muchos hospitales la madre puede quedarse a dormir con el bebé. Si no puede estar con el pequeño, deje con él una prenda de ropa impregnada con su olor. Haga turnos con su pareja u otro familiar y tengan al bebé en brazos mientras duerme. Las madres han hecho de todo para amamantar a sus hijos incluso en posturas extrañas. Recuerde el efecto analgésico de la lactancia y amamante a su bebé durante cualquier procedimiento. Lleve consigo una libreta y anote los procedimientos médicos que se lleven a cabo, las constantes vitales, los médicos que atienden al niño, lo que quiera. Una madre que solía hacerlo vio como enseguida el personal médico empezó a consultarle a ella, porque era evidente que realizaba un seguimiento exhaustivo de la evolución de su hijo. Es muy probable que el bebé deba pasar unas horas sin comer nada antes de la operación (pero recuerde que la leche humana se digiere más rápidamente que la de fórmula, de modo que el período de ayuno puede acortarse). La lactancia debería poder llevarse a cabo hasta cuatro horas, incluso dos horas, antes de la intervención. Dejar que el bebé tome el pecho para obtener consuelo de una mama previamente vaciada con el sacaleches puede ser satisfactorio para todos. Debería usted poder amamantar de nuevo a su hijo en cuanto se despierte de la anestesia. No hace falta que el pequeño ingiera otros alimentos o líquidos para “comprobar” si puede tomar el pecho. En el hospital suelen asombrarse de la rápida y tranquila recuperación de los lactantes; su relación de lactancia

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y el resultado de la misma pueden facilitar a la siguiente madre lactante seguir su mismo camino.

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MASTITIS Si observa una zona caliente, enrojecida y sensible al tacto en un pecho (casi nunca en ambos a menos que no se haya extraído leche de ellos durante un tiempo), tal vez acompañado de fiebre o dolores similares a los de la gripe y quizás incluso escalofríos, puede que se trate de una mastitis. Alrededor de un tercio de las madres lactantes experimentan una mastitis en algún momento, normalmente en los primeros meses. Puede llegar y desaparecer con la misma rapidez, y en ocasiones dura tan sólo unas horas. Otras veces, puede durar casi una semana.

QUÉ PASA La mastitis no es necesariamente una infección. El sufijo -itis significa “inflamación”, el proceso por el cual ciertas sustancias protectoras del organismo se dirigen allá donde exista amenaza de infección, con el objetivo de erradicarla antes de que empiece o acabar con ella antes de que empeore. Este proceso fisiológico puede provocar dolor, enrojecimiento, fiebre y escalofríos. Si no hay infección, no sirve de nada tomar antibióticos. En ocasiones, sin embargo, sí hay infección. La mastitis provocada por una infección que no desaparece con un buen cuidado de los pechos (descrito más adelante) tiende a desaparecer en cuestión de un día al empezar a administrar el antibiótico adecuado, que suele administrarse uno o dos días después de la aparición de los síntomas. La mastitis que no es causada por una infección normalmente desaparece por sí sola en dos a cuatro días. Si realiza el cálculo, comprobará que la mastitis se “cura” al tomar antibióticos que no han hecho nada. Pero no es fácil determinar de qué tipo de mastitis se trata. Entre las causas más comunes de la mastitis se hallan las grietas en el pezón que permiten el paso de bacterias, la leche que no se extrae con regularidad y un organismo habitualmente agotado. Esto suele tener su raíz en el traumatismo del pezón porque el bebé no se agarra bien, en el vaciado infrecuente o ineficaz de los pechos, en un objeto que presiona constantemente determinados conductos galactóforos (como un sujetador que no se adapta bien, o los aros del mismo, o una mochila), o en la pretensión de hacer

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demasiadas cosas, durmiendo y comiendo demasiado poco (la “mastitis vacacional” es frecuente).

QUÉ HACER Si no se encuentra bien, puede pedir una cita para acudir a la consulta del médico o pedirle una receta de antibióticos. Como es posible que no exista infección, y tomar antibióticos cuando no hay infección no sirve de nada, puede esperar a tomarlos y hacerlo sólo si realmente ve que es necesario. Los fundamentos para el tratamiento de la mastitis son sencillos: vaciar el pecho y descansar mucho. Vaciar el pecho significa amamantar o extraerse leche con frecuencia. Intente cuidar del pecho afectado sin descuidar el otro. Como se trata de una inflamación, la aplicación de frío puede ser útil. Si le proporciona alivio, puede aplicar los mismos tratamientos con frío descritos en el apartado “Congestión”. La aplicación de calor suave también puede ayudarla; haga lo que más alivio le proporcione. La administración de algún fármaco antiinflamatorio que no requiera receta médica puede proporcionarle comodidad; consulte con el médico (los antiinflamatorios más comunes se consideran seguros durante el embarazo y la lactancia). Descansar mucho significa no estar de pie si puede estar sentada, no estar sentada si puede tumbarse y no intentar mantenerse despierta si puede dormir. Coloque los pies en alto tanto como pueda. Lea libros o revistas, escuche música y vea la televisión o una película. Una jarra con zumo de frutas o agua cerca. Un montón de pañales, un plato lleno de pasa bocas prácticos (que le haya preparado otra persona, si es posible), una almohada cómoda. Está enferma. ¡Mejorará antes si se comporta así! Diane DiSandro, una líder de la Liga de La Leche eIBCLC, consultora de lactancia certificada, recomienda un masaje al que llama “bolsa de canicas”. Sujete el pecho con las manos, con los dedos entrelazados. Imagine que es una bolsa llena de canicas y con un suave movimiento mueva las canicas dentro de la bolsa. Hágalo varias veces al día. Su razonamiento: los pechos disponen de abundantes vasos linfáticos que eliminan los residuos del organismo. Estos funcionan mejor cuando nos movemos, pero tendemos a meter los pechos en el sujetador durante gran parte del día. Al moverlos, el sistema linfático tiene ocasión de mejorar su funcionamiento. Si no empeora, puede seguir con el tratamiento estándar de vaciar las mamas y descansar mucho durante veinticuatro horas. Observe la evolución a lo largo de estas

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veinticuatro horas y, si no hay mejora, plantéese el uso del antibiótico. Si inicia el tratamiento con antibióticos acuérdese de finalizarlo, aunque se encuentre mejor inmediatamente. Si no se completa el tratamiento antibiótico, es posible que la mastitis vuelva con más fuerza porque nunca se solucionó del todo. Si la mastitis se repite, hable con una líder de la LLL u otra persona de apoyo para intentar determinar qué es lo que pasa. Para más información y consejos, véase el protocolo en caso de mastitis de la Academia de Medicina de Lactancia, en: Lactancia Materna: una guía para la profesión médica. Ruth A. Lawrence y Robert M. Lawrence (Apéndice P, págs. 1142-1145), Elsevier España, S.A., Madrid, 6ª edición.

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MEDICINAS Y LACTANCIA Sabemos que debemos tener cuidado con las medicinas durante el embarazo, pero ¿qué pasa cuando nace el bebé?

QUÉ PASA Cuando la mujer toma medicinas o fármacos antes del nacimiento del bebé las envía directamente al feto. Entonces el hígado y riñones maternos metabolizan y excretan la sustancia por los dos, y el nivel de dicha sustancia en sangre disminuye en ambos. La diferencia esencial entre la madre y el bebé, evidentemente, es que la madre está desarrollada mientras que las extremidades, órganos, cabeza y cerebro del bebé se están formando. Después del nacimiento del bebé, las medicinas pasan del tracto digestivo materno a su torrente sanguíneo, y de allí a la leche y al tracto digestivo del bebé y su sangre. Es un camino largo, y al bebé le llega el fármaco muy diluido, en un momento en que está más desarrollado. Pero también tiene que confiar en sus órganos para metabolizar y excretar las sustancias que contiene, y su hígado es aún bastante inmaduro, sobre todo durante el primer mes. Algunos fármacos tienden a concentrarse en la leche, mientras que otros aparecen en menores cantidades que en la sangre materna, y aun otros ni siquiera llegan a la leche. En general, la cantidad es muy pequeña. Otros aspectos a tener en cuenta: Algunos fármacos no se absorben bien al tragarlos, o deben ser inyectados porque no son aptos para la administración oral. Estos no suelen presentar problemas porque el bebé tampoco los ingerirá oralmente (con la leche). Algunos fármacos no abandonan el sistema digestivo por lo que nunca llegan a la leche. Algunos fármacos suelen administrarse directamente a los bebés en dosis mucho mayores de lo que llega al bebé a través de la leche. Cuanto mayor sea el bebé, su cuerpo gestiona mejor la medicación. Si el bebé ya toma alimentos sólidos automáticamente, recibe una dosis menor de

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la medicación materna porque ya no depende por completo de la leche materna. Otros fármacos llevan años siendo administrados a las madres lactantes, pero las compañías farmacéuticas a menudo ofrecen incentivos para que se receten nuevos medicamentos. Si se sabe poco del fármaco recomendado, pida si existe un equivalente más antiguo del que se sepan más cosas. Los pechos no son recipientes estancos; el nivel de medicación en la leche aumenta y disminuye con el nivel en sangre de la misma. Extraerse leche y descartarla sirve para mantener la producción mientras se espera que la leche no esté contaminada. Afortunadamente, como la mayoría de las medicinas no requieren la pérdida de siquiera una toma, extraer y desechar no suele ser necesario.

QUÉ HACER Infórmese con su consultora de lactancia o con el farmacéutico si tienen una edición actualizada del libro Medicamentos y leche materna, de Thomas Hale. También puede consultar la página web: http://www.e-lactancia.org/ Servicio de pediatria APILAM. Es la fuente de información más completa, y proporciona datos sobre los estudios llevados a cabo con cada fármaco durante la lactancia, explica cómo afectan las propiedades del fármaco su transferencia a la leche y al bebé y comenta cómo interactúa con otros fármacos, si hay otros fármacos que supondrían una mejor elección, y si el fármaco puede afectar la producción de leche materna. En cambio, otras fuentes de información elaboradas por los fabricantes de los fármacos suelen recomendar simplemente que se destete. Si todavía alberga dudas, siempre hay cierto margen de maniobra: Puede amamantar primero y después tomar el fármaco. Puede pedir que se analice la sangre del bebé. Después de cinco “vidas medias” (el tiempo que tarda la mitad de una sustancia administrada en desaparecer del organismo) el fármaco se considera absorbido. El libro Medicamentos y leche materna, de Thomas Hale, describe la vida media de muchos de los fármacos que se mencionan. Puede amamantar a tiempo parcial. Para más información, usted y su consultora pueden consultar las siguientes fuentes: LactMed, la Base de Datos de Lactancia y Fármacos de los Institutos de Salud de

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Norteamérica (http://www.toxnet.nlm.nih.gov/cgi-bin/sis/htmlgen?LACT). La página web del doctor Hale (http://www.neonatal.ttuhsc.edu/lact). El Programa de Riesgo Materno del Hospital for Sick Children, de Toronto, Canadá (http://www.motherisk.org/women/breastfeeding.jsp). La política de la Academia Norteamericana de Pediatría: Transfer of Drugs and Other Chemicals into Human Milk http://pediatrics.aappublications.org/content/108/3/776.full La publicación de la Organización Mundial de la Salud: Drugs in Pregnancy and Lactation (http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/42590/1/9241562218.pdf). Si sus elecciones exponen al bebé a la medicación que contiene la leche o exponen al bebé a la leche de fórmula, suelen ser elecciones entre un riesgo pequeño o teórico y un riesgo conocido de amplias consecuencias. La leche de fórmula siempre tiene efectos secundarios; lo único que no se sabe es hasta qué punto serán importantes para usted y su bebé. La gran mayoría de las veces, evitar riesgos significa seguir lactando, no pasar a la leche de fórmula, aunque se tomen medicinas.

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PERLAS DE LECHE Una expresión nueva para su vocabulario. Una perla de leche es un punto blanco en la punta del pezón que parece una gota de leche atrapada en un poro. Tal vez esté cubierta por una capa de piel, o tal vez no. Es posible que haya un conducto obstruido en el interior de la mama, pero tal vez no. Pero puede doler cuando el bebé toma el pecho, como si se apretara un granito. Cuando se revienta una perla de leche, el contenido puede salir en forma granulada, o como una sustancia de textura similar a la pasta de dientes. Quizá puede desaparecer durante una toma (siendo ingerido sin peligro por el bebé). Cuando se revienta la perla, la leche que haya podido quedar atascada se libera rápidamente.

QUÉ PASA Es posible que haya crecido piel sobre el poro del pezón y esta haya atrapado una gota de leche. Puede que una obstrucción se haya despejado en el interior del pecho y no haya podido salir por el pezón. Puede que la obstrucción se formara en el lugar donde aparece la perla. Sea como fuere, la perla de leche parece tratarse de un conducto obturado con la obstrucción situada justo en la abertura del pezón. Si la leche lleva atrapada en ella un tiempo, se acumula y se hace visible, se aprecia al tacto y crea una presión que no debería producirse, como si se tuviera un grano de arena en el pezón.

QUÉ HACER Como no se sabe exactamente cómo se forman, existen numerosas posibilidades para el tratamiento de las perlas de leche. Si no produce dolor ni molestias, se puede ignorar su presencia. Puede que la perla permanezca en el pezón durante semanas o meses y que luego se descubra que ha desaparecido. También puede probar alguno de los procedimientos siguientes. En cada caso, también es útil limpiar bien la zona afectada con agua y jabón una vez al día y aplicar una pequeña cantidad de antibiótico unos días después de la desaparición de la perla de leche, para garantizar que no vuelva a formarse. Reducir el tamaño de la obstrucción. Mojar un disco de algodón con vinagre y

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llevarlo sobre el pezón dentro del sujetador. La leche contiene mucho calcio y el vinagre disuelve los depósitos de calcio. Ablandar el poro. Remojar la zona en la bañera o la ducha y luego aplicar un disco de algodón impregnado con agua y aceite de oliva sobre el pezón dentro del sujetador. También le proporcionará alivio aplicar calor en la zona, por ejemplo, mediante una media llena de arroz y calentado en el microondas, o remojar el pezón en un recipiente de agua tibia donde haya añadido dos cucharaditas de sales Epsom. La idea es conseguir liberar la leche atrapada cuando el bebé tome el pecho, manipulando suavemente el pezón o ejerciendo presión desde detrás. Abrir la piel del poro. Puede pedir al médico que abra el poro mediante una aguja estéril o hacerlo usted misma (esterilice la aguja con la llama de una vela, por ejemplo). Pinche suavemente el lateral; la capa superior es insensible, pero la de debajo puede ser sensible. Puede usar unas pinzas esterilizadas para retirar la piel que cubría el poro. Manipule el pezón o póngase al bebé al pecho para retirar la perla. Aplicar un tratamiento más arriba. Para ello, lea el apartado “Conductos obstruidos”.

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PEZONERAS Las pezoneras son como sombreritos de silicona. No se mueven ni retroceden cuando el bebé intenta agarrarse, como puede hacer el pezón, y en ocasiones sirven para ayudar al lactante a agarrarse, especialmente cuando se ha acostumbrado a las tetinas artificiales. A veces también sirve para ayudar al bebé a agarrarse a un pezón invertido. La pezonera también ayuda a los bebés prematuros que no tienen mucha energía ni grasa y músculo en las mejillas; permanece en su sitio cuando se detienen, de modo que requiere menos energía para tenerlo todo en su lugar. Las pezoneras suelen recomendarse como solución para el dolor de los pezones, pero no suelen mejorar la situación.

Colocación de una pezonera.

QUÉ PASA Experimente para dar con el tamaño que mejor se le adapte (los bebés prematuros pueden requerir la talla más pequeña que se adapte bien a la madre). Puede ser útil girar la pezonera casi por completo, como un calcetín, para que la parte del pezón, más dura, quede plegada sobre sí misma. Ahora, al colocarla, el pezón queda más cerca de la punta de la pezonera. Entonces se puede acabar de posicionar (tal vez humedecida por debajo para favorecer la fijación) y mover la parte del pezón para que salga hacia fuera. Con ella, empujará parte del pezón, lo cual permite una mejor adaptación.

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Si comprime el pecho unas cuantas veces, puede que consiga acumular unas gotas en el espacio interior de la punta (una recompensa instantánea para el bebé cuando empiece a succionar). Si el bebé se agarra con firmeza, sus encías quedarán en la parte más blanda de la pezonera, no en la parte más dura de la punta. A veces los bebés extraen mal la leche con una pezonera debido al mismo motivo por el cual no pueden utilizar bien la mama (a causa de un frenillo corto, por ejemplo) o porque es algo artificial; de modo que es posible que después necesite usar un sacaleches para vaciar bien la mama y darle un suplemento al bebé. Si oye cómo el bebé traga (como se describe en el Capítulo 5) y el pecho se ablanda bien tras la toma, puede que no sea necesario extraerse leche después de la toma con la pezonera. Pero vigile el aumento de peso del bebé. Uno de los principales riesgos del uso de la pezonera es que el bebé puede acostumbrarse a ella y luego se niegue a tomar el pecho sin ella.

QUÉ HACER PARA ACABAR CON EL USO DE LA PEZONERA El bebé está diseñado para el pecho materno, pero todavía no sabe qué puede hacerlo funcionar. Ya aprenderá. He aquí algunas estrategias para ayudarle. Pruebe a quitarse la pezonera después de la toma, cuando el bebé está lleno, somnoliento y sigue chupando. Muchos bebés abren la boca en busca del pezón sin abrir los ojos, lo cual puede facilitar la aceptación del pecho. Es posible que entonces el bebé se agarre al pezón sin pezonera la próxima vez, ya despierto, o puede que haya que repetir el cambio varias veces en medio de una toma. Pruebe a quitarse la pezonera en medio de la toma. Elija un momento de tranquilidad para hacerlo. Si el bebé se muestra contrariado, dele lo que quiere y pruébelo de nuevo más tarde. Si el bebé es mayor puede que deba esperar uno o dos días entre intentos. Pruebe a enjuagarse el pezón y la aréola. Si el bebé está acostumbrado al sabor neutro de la pezonera de silicona, puede que al principio le moleste el sabor de la piel materna. Cubra el pezón y la aréola con leche para hacerlos más atractivos. Espere un tiempo hasta que el bebé “ya se vea diferente”. A veces se producen cambios. No corte la punta de la pezonera poco a poco. Queda un borde afilado cuando es de

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silicona.

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PEZONES AGRIETADOS Probablemente habrá oído algunas historias sobre los pezones adoloridos. Algunas mujeres le dirán que la lactancia siempre es dolorosa al principio y que hay que esperar hasta que los pezones se “endurezcan”. ¡No es verdad!

QUÉ PASA La causa más común de las grietas en el pezón que aparecen los primeros días es el mal agarre del bebé al pecho. Es posible que el mal agarre se deba a la tensión de no dejarle que lo haga solo, porque se le coloque en una posición poco adecuada para abrir bien la boca, o porque la medicación del parto haya provocado problemas temporales. La congestión puede provocar dolor en los pezones cuando el pecho se llena tanto que el bebé no puede agarrarlo bien y, si puede agarrarse, lo hace inadecuadamente (véase el apartado “Congestión mamaria”). Si el problema es el mal agarre, probablemente observará que la forma del pezón cambia cuando sale de la boca del pequeño (puede que tenga un aspecto arrugado, presente una línea blanca o esté aplanado por un lado). Otras causas de dolor en los pezones pueden ser las perlas de leche, la mastitis, el frenillo corto y los hongos, y todas se tratan en apartados del presente capítulo. Los pezones adoloridos también pueden ser una señal temprana de embarazo. (Si este es su caso, puede consultar el apartado del Capítulo 16 que trata de la lactancia durante el embarazo). Otras causas menos comunes son afecciones de la piel, como el eccema. A diferencia de los problemas provocados por el mal agarre del bebé, estas afecciones dermatológicas pueden provocar dolor aunque el pezón no aparezca distorsionado ni aplanado cuando el bebé lo suelta.

QUÉ HACER Si observa cambios de forma del pezón cuando el bebé lo suelta, intente dejar que sea el bebé quien solucione el problema adoptando una posición reclinada para amamantarle (véase el Capítulo 4). Alguna de las posiciones más controladas por la madre descritas en el Capítulo 4 también puede ser útil. Tal vez pueda pasar un día o medio día en cama

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dejando que el bebé mejore la técnica de agarre en un entorno relajado. Si sigue agarrando mal el pezón, lea el apartado sobre el frenillo sublingual corto. Si el dolor tiene algo que ver con problemas de la piel, alguna de las herramientas descritas a continuación puede ser de ayuda. El dolor del pezón o del pecho es un mensaje que indica que hay que modificar algo; no tiene por qué durar para siempre. Los siguientes consejos pueden serle útiles, pero sólo si antes se corrige la causa del daño. La leche puede ser útil. Pruebe a extraerse manualmente un poco de leche después de la toma y déjela secar en los pezones. Las propiedades antiinflamatorias y antibacterianas de la leche pueden curar, no sólo las grietas en el pezón, sino también otras heridas de la piel e incluso infecciones oculares, ¡razón de más para aprender a extraerse leche manualmente! La lanolina purificada funciona en los pezones como el bálsamo labial en los labios. Ayuda a mantener intacta la hidratación de las células. Un pezón sano no necesita ayuda, pero si está agrietado o dañado, una fina capa de lanolina purificada (para reducir el riesgo de alergias) evita que las nuevas células se sequen y les permite llegar a la zona dañada para repararla más rápidamente. Esta solución puede ser muy eficaz, pero sólo si se soluciona la causa del daño en primer lugar. Agua y jabón. Se habían desaconsejado durante años y ahora, ¡vuelven! Una herida en el pezón es como cualquier otra herida. Es una entrada potencial de bacterias y hay que mantenerla limpia. No es necesario limpiar los pezones sanos, pero limpiarlos si están lastimados con agua y jabón neutro varias veces al día parece sensato. Hidrogeles para el pezón (se venden con otros accesorios de lactancia). Aportan frescor y comodidad a la piel, no se pegan a las heridas y protegen la hidratación del pezón, al mismo tiempo que lo protegen de eventuales golpes del bebé. Suelen ser costosos y sólo pueden usarse unos cuantos días antes de que queden empapados de leche y deban sustituirse. Son muy útiles para algunas madres; para otras, no. Pomadas antibióticas sin receta. Permanecen en la piel más tiempo que las cremas y es menos probable que provoquen irritación, a la vez que protegen contra infecciones. Si se emplea una cantidad ínfima dos o tres veces al día después de amamantar, se habrá absorbido cuando el bebé vuelva a tomar el pecho y no es necesario limpiar la piel. Una manera de prolongar la duración de la pomada y favorecer la recuperación de la piel consiste en colocar un film plástico transparente sobre el pezón después de aplicar la

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pomada. (¡Pero acuérdese de quitar el plástico antes de amamantar de nuevo!) Pezoneras. Son copas de plástico diseñadas para corregir los pezones planos o invertidos, aunque los nuevos dispositivos de succión probablemente funcionen mejor. Si tiene los pezones muy adoloridos las pezoneras pueden protegerlos, pero también tienden a mantener la humedad exterior (no la de las células), lo que puede hacer más lenta la curación. Si las pezoneras le parecen buena idea, no se las ponga de noche porque pueden moverse y provocar más daños. Lávelas y séquelas con frecuencia para que no acumulen bacterias. Puede usar una cuando amamante para que el bebé no empeore el daño, pero quíteselas después para acelerar la cicatrización.

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PIERCINGS Los adornos en el cuerpo llevan utilizándose desde el inicio de los tiempos y ahora son muchas más las madres con anillamientos. Los únicos que podrían ser problemáticos para la lactancia son los que atraviesan el pezón o la aréola, pero ni siquiera estos suelen causar dificultades.

QUÉ PASA Gran parte de los pezones se perforan horizontalmente, cosa que parece no interferir con la lactancia. Los piercings en el pezón no suelen afectar la producción de leche, aunque pueden añadir agujeros de salida que pueden aumentar el goteo. La perforación de la aréola puede dañar los nervios que afectan la eyección de la leche. Tanto los piercings en el pezón como en la aréola pueden causar problemas de eyección si la cicatrización impide el flujo de la leche. Los anillos o joyería representan un peligro de atragantamiento. También pueden impedir el agarre o dañar los tiernos tejidos bucales del bebé. Estas son las malas noticias. Las buenas son que en la mayoría de los casos, si se retiran los anillos, la lactancia funciona bien. Evite hacerse un piercing durante el embarazo o mientras amamante, porque las joyas no pueden quitarse hasta que se haya completado la cicatrización, que puede tardar hasta un año.

QUÉ HACER Quítese los anillos o aros durante las tomas. Algunas mujeres se colocan barbells de politetrafluoroetileno (PFTE o Teflón) entre tomas para mantener abiertas las perforaciones. Si la cicatrización ha reducido la respuesta nerviosa, se pueden aplicar masajes y compresiones en el pecho (Capítulo 6) además de otras técnicas para favorecer la eyección de la leche (Capítulo 15). Si los piercings se cierran y se desea volver a perforarlos, lo mejor es esperar tres meses después del destete para que los antiguos agujeros cicatricen por completo.

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PREOCUPACIÓN POR EL AUMENTO DE PESO El aumento de peso es la herramienta del pediatra para controlar la alimentación y la salud general del bebé.

QUÉ PASA Un bebé sano puede aumentar de peso a ritmos diversos. Las básculas son diferentes. Las tablas de crecimiento se contradicen. A veces alguien olvida mirar al bebé además de mirar las cifras. A veces, sí hay un problema y la báscula puede alertar de él e indicar cuándo las cosas van mejor.

QUÉ HACER Si el pediatra dice que el aumento de peso del bebé es demasiado lento, el primer paso consiste en confirmar las cifras. Como todas las básculas están calibradas de manera diferente, es importante que el bebé siempre se pese con la misma, vestido con la misma ropa o similar. Evite pesar al bebé acabado de alimentar un día y hambriento el siguiente. Si las cifras son precisas, el problema puede ser que el lactante se evalúe según una tabla basada en datos que incluyan a los bebés que toman fórmula. A diferencia de los bebés que toman leche artificial, los lactantes tienden a crecer rápidamente los primeros meses y luego su crecimiento es más pausado alrededor de los cuatro meses. Por consiguiente, el “crecimiento lento” del bebé a los cinco meses puede ser normal. Las tablas que suelen utilizarse no se basan sólo en datos de bebés que tomen el pecho exclusivamente. Las mejores tablas basadas en lactantes naturales son las de la Organización Mundial de la Salud (http://www.who.int/childgrowth/es/). Cuando disponga de la información adecuada, observe bien a su hijo. ¿Está rellenito y tiene aspecto redondeado? Por supuesto, si fue prematuro o nació “pequeño para su edad”, puede que tarde unas semanas en conseguir un aspecto más robusto, pero los bebés que aumentan de peso lentamente pero están bien suelen tener las mejillas llenas, los muslos regordetes y pliegues en las muñecas y tobillos. Este aspecto es una buena

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señal; la piel suelta en las piernas y brazos debería desaparecer en cuestión de una semana si el bebé come bien. ¿Cómo se comporta y se desarrolla? ¿Se relaja después de las tomas (manos abiertas, brazos caídos) y se muestra satisfecho durante al menos unos minutos? ¿Cumple los hitos del desarrollo como sonreír, alcanzar objetos, etc.? ¿Es enérgico? Todas estas son buenas señales. ¿Produce suficientes deposiciones (las primeras seis semanas, al menos tres al día, más grandes que el círculo que se forma al hacer una “O” con los dedos índice y pulgar)? Otra buena señal. Si el bebé come siempre que lo pide, tiene aspecto redondeado y sano, se muestra activo y alegre, y cumple los hitos del desarrollo puntualmente, pero sigue aumentando de peso poco a poco, ¿qué se debe hacer? Tal vez nada. Si todo lo demás parece correcto, es posible que este sea el patrón de crecimiento normal de su hijo. Los estudios realizados indican que los bebés que se sitúan en los percentiles inferiores durante el primer año, se desarrollan tan bien intelectual y físicamente como los que se sitúan en los percentiles superiores. Tal vez su preocupación se deba a una situación que se halla en el otro extremo. Si su bebé, que toma el pecho exclusivamente ha triplicado su peso de nacimiento a los tres o cuatro meses y ya le provoca dolores de espalda, es posible que le aconsejen que le dé suplementos o alimentos sólidos porque es muy grande, o puede que le adviertan que el pequeño corre el riesgo de ser obeso toda la vida. No se preocupe. A diferencia de los bebés que toman leche de fórmula, los que sólo lactan cuando aumentan de peso rápidamente no corren un mayor riesgo de obesidad. La mayoría hacen más lento el ritmo de aumento de peso alrededor de los seis meses, y cuando ya se mueven solos tienden a perder peso con rapidez. No necesitan alimentos sólidos antes que los bebés más magros. (Si no ha elegido un portabebé todavía, la animamos a hacerlo: usar uno cómodo marca la diferencia cuando se carga con un bebé pesado).

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PRODUCCIÓN ESCASA DE LECHE MATERNA En ocasiones, el bebé crece demasiado lentamente. La buena noticia es que hay maneras de ayudarle tanto a él como a la producción de leche.

QUÉ PASA Si el bebé verdaderamente no obtiene suficiente leche, es importante averiguar si no toma bastante leche porque la madre no produce bastante, o si la madre no produce bastante porque el bebé no toma bastante, o si el bebé toma bastante leche pero no la aprovecha bien. Se trata sin duda de tres problemas completamente diferentes que una asesora de lactancia puede solucionar con usted. Entre las razones por las cuales un bebé puede tener problemas para tomar suficiente leche se halla la manera de sujetarle cuando está al pecho, la frecuencia y duración de las tomas, el hecho de ser prematuro, la posibilidad de un frenillo sublingual corto u otros problemas bucales y dificultades musculares y neurológicas. Probablemente con menor frecuencia, el bebé con una enfermedad no detectada como una infección de orina o una anomalía cardíaca puede no comer bien porque no se encuentra bien, o puede comer mucho pero quemar las calorías demasiado rápido. La mayoría de las veces la producción materna ha sido buena al principio y ha disminuido gradualmente. Entre los motivos hormonales que pueden provocar problemas para la producción materna se hallan los relacionados con la tiroides (que pueden provocar dificultades a la hora de la bajada de la leche), el síndrome del ovario poliquístico y otros temas relacionados con la fertilidad. Casi siempre, estos problemas derivan en una producción escasa desde el principio. Hay causas estructurales, como la hipoplasia mamaria y operaciones quirúrgicas previas que afectan el pezón o la mama. En estos casos también es probable que la escasez de leche haya sido un problema desde el principio. Por supuesto, puede que exista más de un problema.

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En primer lugar, el bebé necesita alimentarse bien. Si la detección del problema es lo suficientemente precoz, es posible que la madre pueda aumentar la producción de leche con bastante rapidez para satisfacer las necesidades del bebé. Si hace falta, la leche de un banco de leche o la leche de fórmula pueden ayudar. En la inmensa mayoría de casos la causa más frecuente de un aumento de peso insuficiente es que el bebé no toma el pecho con la frecuencia adecuada o que no lo hace bien. El aumento de peso puede ir en descenso como resultado, pero se puede impedir que esto suceda con algunas correcciones. Su primer paso debe ser, pues, ofrecer el pecho más a menudo y releer el Capítulo 4. Pero no siempre es tan fácil averiguar cuál es el problema. Contar con la ayuda de una consultora experimentada suele marcar la diferencia. Cuando se tenga una idea de cuál puede ser el problema se puede elaborar un plan para solucionarlo. Aumentar la extracción de leche con el empleo de un sacaleches, combinándolo con la extracción manual y las compresiones del pecho es una solución que suele funcionar. En el Capítulo 15 hallará información detallada sobre la extracción manual y con sacaleches. La administración de un galactogogo (una sustancia que aumenta la producción de leche, como algunas plantas, alimentos y medicinas) también puede reforzar el empujón de la extracción de leche. Algunos de los galactogogos derivados de plantas más comunes que se emplean con éxito en Occidente son la galega (empleada a menudo en caso de tejido glandular insuficiente y situaciones de cirugía mamaria), el shatavari (que suele usarse como refuerzo hormonal), el hinojo (para los problemas de bajada de la leche), la alfalfa y el fenogreco. Respecto al hinojo y la alfalfa, en la página web del Servicio de pediatria APILAM (http://www.e-lactancia.org) se consideran de riesgo 2, por tanto son poco seguras y conviene valorar cuidadosamente antes de usarlas. Los alimentos como la cebada, el arroz integral y los copos de avena también pueden ser útiles. Los galactogogos con receta médica incluyen la domperidona, utilizada con frecuencia para aumentar la prolactina; la metoclopramida, utilizada también para aumentar la prolactina, y la metformina, que suele emplearse para estabilizar el nivel de azúcar en sangre. Una consultora de lactancia cualificada podrá ayudarla a encontrar el galactogogo y la dosis adecuada en su situación. Si elige recurrir a un galactogogo, es importante informar de ello al médico, aunque se muestre en desacuerdo con su uso, porque siempre existe la posibilidad de que interfiera con otros medicamentos o

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provoque reacciones. Evite las plantas medicinales que pueden disminuir la producción de leche, como el perejil, la salvia y la menta (en grandes cantidades) y medicinas como la seudoefedrina, los fármacos hormonales para el control de la natalidad (especialmente cuando se administren antes de los cuatro meses posparto), la bromocriptina, la ergotamina y la metergina. Hay mucha más información sobre el tema. El libro Manual de Lactancia Materna. De la teoría a la práctica (Capítulo 20 B). Comité de Lactancia AEP, Editorial Médica Panamericana, Madrid 2009, la guiará paso a paso durante todo el proceso para descubrir cuál puede ser el problema y hallar un tratamiento que pueda ayudarla a conseguir mejores resultados. Casi cualquier plan para combatir un aumento de peso insuficiente precisa ajustes a medida que pasa el tiempo, por lo que hay que controlar la evolución de la situación y seguir en contacto con su consultora. Si su consultora no dispone de más recursos y las cosas todavía no funcionan, pídale que le recomiende a otra especialista. Casi siempre hay algo más que se puede probar y nunca es demasiado tarde para estimular la producción.

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REFLEJO DE EYECCIÓN DISFÓRICO Se trata de un problema sobre el cual nunca hablan la mayoría de las mujeres que lo padecen porque temen que las traten por una depresión que sospechan que no padecen (ver página 414). Alia Macrina Heise finalmente tuvo el parto de sus sueños con su tercer hijo: en casa, sin medicación, apacible y feliz. ¡Un comienzo maravilloso! Sin embargo, a las dos semanas, se dio cuenta de que cada vez que amamantaba al bebé se sentía desvalorizada, desesperada, inútil y peor. No podía concentrarse. La comida le daba asco y tenía una sensación desagradable en la boca del estómago. Pero sólo se sentía así cuando le bajaba la leche. Después, en cuestión de uno o dos minutos, el sentimiento desaparecía como por encanto. El resto del tiempo, se sentía feliz, confiada, enamorada del bebé. Abrió un sitio web, http://www.d-mer.org, y varios centenares de mujeres respondieron con frases como estas: “Pensaba que era la única”, “Ahora que sé que no estoy sola, creo que lo superaré”, “A mí me ocurrió lo mismo hace más de veinte años”. Todavía no sabemos mucho del tema. Alia encontró varios tratamientos que funcionaron y que describe en su sitio web, y siguió amamantando a su hijo unos años. Si cree que puede tener reflejo de eyección disfórico, no se sienta sola. Esperamos que pronto tengamos más respuestas.

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REFLUJO El reflujo gastroesofágico ocurre cuando la válvula entre el estómago y el esófago se abre o no se cierra por completo y el contenido y los ácidos del estómago suben hasta el esófago. Todos los humanos experimentan el reflujo varias veces al día y los bebés con mayor frecuencia. No siempre se nota el reflujo ni siempre provoca incomodidad. Pero cuando es severo, los ácidos que suben del estómago al esófago puede causar dolor.

QUÉ PASA Algunos de los síntomas del reflujo en el bebé son tragar frecuentemente entre tomas; arquear el cuerpo al tomar el pecho; agarrarse y soltar el pecho como si quisiera tomar el pecho pero le provocara molestias; quejarse cuando está en la sillita de seguridad, cuando está sentado o tumbado, y salivar o respirar como si estuviese casi constantemente congestionado. La abertura del estómago al esófago suele hallarse en el costado derecho, de modo que cualquier posición que deje el costado derecho más elevado que el izquierdo puede favorecer que el contenido del estómago quede en su interior.

QUÉ HACER Primero, lea el apartado “Exceso de producción de leche”. Solucionar el exceso de ingestión de leche a menudo basta para curar el reflujo. Amamante al bebé con frecuencia para que coma menos en cada toma y la leche salga con menos fuerza. Uno de los motivos por los que la “sujeción mágica” (Capítulo 6) funciona es que el lado derecho del bebé queda más elevado si se emplea el brazo izquierdo para sujetarle, cosa que le calma. Minimice el tiempo que el bebé pase en el asiento infantil para el coche (la posición presiona el estómago del pequeño). Acueste al bebé de modo que se duerma sobre el lado izquierdo. Coloque un apoyo debajo del colchón para que la cabeza le quede más elevada que los pies. Si los síntomas del bebé persisten o parece especialmente intranquilo, pida al médico que examine al pequeño y se plantee remitirlo a un gastroenterólogo. Las investigaciones

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llevadas a cabo no demuestran que las tomas espesadas ni las gotas de simeticona funcionen, pero hay medicinas que pueden ayudar. Un buen recurso donde hallar más información es el libro Colic Solved, del doctor Bryan Vartabedian (en inglés).

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RESFRIADOS Y OTRAS ENFERMEDADES Unas veces, la madre se pone enferma. Otras veces, el bebé. ¿Importa?

QUÉ PASA Madre y bebé han sido uno desde el momento de la concepción. Cada vez más se habla de “la pareja lactante” o del “binomio madre-hijo” casi como si se tratara de una sola persona. ¡No es extraño! El bebé no sólo vive de la leche materna, sino que también comparte el sistema inmune de la madre. Cuando ella descubre que está enferma, no sólo ya ha comenzado a contagiar la enfermedad a su hijo sino que también le ha pasado los factores inmunes. Dejar de darle el pecho ahora sería privar al bebé de lo mejor del sistema inmune de la madre cuando más lo necesita. Lo que sucede a la inversa es verdaderamente asombroso. Si el bebé se contagia de una enfermedad que la madre no ha pasado, el pequeño pasa los gérmenes a la madre al tomar el pecho, y esta empieza a fabricar anticuerpos en el propio pecho y los pasa al bebé.

QUÉ HACER Hay muy pocas enfermedades que requieran separar a la madre del bebé o al bebé de la leche. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dispone de información sobre la lactancia durante determinadas enfermedades o vacunaciones de la madre. Pero, en resumen, con pocas excepciones, se recomienda seguir amamantando. En el caso de los bebés, las enfermedades pueden aparecer de repente, afectar intensamente y desaparecer igual de rápido. La lactancia proporciona líquido y nutrientes cuando otros alimentos y bebidas son rechazados, y funciona como analgésico excelente. Si la madre sufre vómitos o diarrea, es posible que la producción de leche disminuya levemente. Ingiera suficientes líquidos para mantenerse hidratada y recuerde que la producción de leche volverá a aumentar cuando se recupere. La mayoría de las medicinas que puedan administrársele son compatibles con la lactancia. Puede comprobarlo consultando el libro Medicamentos y leche materna, de Thomas Hale, o la página web http://www.lactancia.org del Servicio de pediatria APILAM.

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Cuide de su salud para evitar o reducir la gravedad de la enfermedad en su caso o el del bebé. Un descanso adecuado (si es posible) y una dieta rica en vitamina D, antioxidantes, zinc y ácidos grasos omega 3 la ayudarán a mantener en buen estado su sistema inmune, como consecuencia, también favorecerá el buen estado de salud del bebé.

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SANGRE EN LA LECHE El bebé regurgita un poco de leche y usted observa que está teñida de rojo. Se extrae un poco de leche del último pecho que mamó el pequeño y sale sangre con la leche.

QUÉ PASA La presencia de sangre en la leche puede llegar a ella de diferentes sitios y rara vez representa un problema. La sangre puede no salir con la leche. A veces, se abre una grieta en el pezón lastimado y sangra cuando el bebé toma el pecho; si se cura el pezón, se detendrá el sangrado. Imagine que de un grifo viejo y oxidado sale agua anaranjada cuando se abre por primera vez. Esta imagen dio el nombre al “síndrome de las tuberías oxidadas” que se observa a menudo en madres primerizas cuyas mamas y conductos galactóforos se han desarrollado rápidamente durante el embarazo. A medida que los conductos se llenan de leche, la expansión puede llegar a provocar un pequeño sangrado inofensivo que cesa en cuestión de pocos días. Un moretón, un bebé que muerde o cierra la mandíbula, un sacaleches demasiado potente u otros daños leves en el pecho pueden provocar el sangrado temporal. Teresa estaba bajando una caja pesada de un estante cuando le resbaló de las manos y la esquina le golpeó el pecho. Aquel mismo día, su hijo de tres años le dijo que la leche sabía raro, y efectivamente, cuando se extrajo leche de forma manual observó un poco de sangre. Este leve sangrado de los conductos puede durar varios días. A veces se forman unas pequeñas tumoraciones en los conductos mamarios, los papilomas, que pueden sangrar en la leche. Puede que la mujer tenga un papiloma más grande y lo note en forma de bulto, o puede que tenga unos cuantos pequeños que no se noten. Son más comunes en mujeres a partir de los treinta y cinco años.

QUÉ HACER En la mayoría de los casos no hace falta hacer nada. La leche es buena. Al bebé

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seguramente no le molestará la sangre en la leche (aunque en grandes cantidades podría provocarle un inofensivo dolor de barriga), y desaparecerá por sí sola. Muy rara vez el sangrado de los pezones puede indicar la presencia de un problema más grave. Si bien es improbable, si no es capaz de identificar la causa y el sangrado persiste durante una semana o más, o va reapareciendo, visite al médico. No es necesario que destete al bebé mientras le realizan pruebas para determinar la causa del sangrado.

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SUPLEMENTOS Los suplementos pueden confundir y afectar emocionalmente. ¿Son realmente necesarios? Si es así, ¿qué debe dar al bebé y en qué cantidad? ¿Hay alguna manera de suplementar sin afectar la lactancia? Como con las causas de la escasa producción de leche, ahora se sabe mucho más de este tema que antes.

QUÉ PASA Antes de dar suplementos al bebé, cerciórese de que los necesita real y verdaderamente. Dar suplementos innecesarios (leche adicional a la de la lactancia) afecta de forma negativa la producción de leche materna porque el bebé se llenará con el suplemento y tomará menos el pecho. Pero si el bebé verdaderamente no obtiene suficiente leche necesitará el complemento para crecer de manera adecuada. Si bien es importante evitar los suplementos innecesarios, recuerde que el bebé hambriento no puede hacer más. Los bebés toman mejor el pecho cuando están tranquilos y no frenéticos de hambre. Por consiguiente, mientras intenta solucionar el problema de lactancia, es importante asegurarse de que el bebé obtiene la leche que necesita, aunque esto signifique recurrir a un suplemento temporalmente.

QUÉ HACER Antes de empezar a dar suplementos la ayudará informarse con una consultora de lactancia certificada o líder de la LLL. Esta persona experta la ayudará a evitar el uso de suplementos o a proporcionárselos al bebé de manera que se favorezca la lactancia en lugar de perjudicarla. La mejor opción como suplemento, por descontado, es la leche materna que la madre se extraiga. Si no dispone de leche almacenada, la leche humana de una donante de un banco de leche, es la siguiente mejor opción y en algunos países existe la posibilidad de recurrir al banco de leche materna más cercano. Las donantes de leche pasan exámenes médicos que descartan la presencia de enfermedades que podrían transmitirse a través de la leche, que se pasteuriza y se congela. Puede conseguir acceso a la leche de un banco

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de leche materna a través de su hospital o accediendo directamente al banco con una receta. No se pueden satisfacer todas las peticiones porque la leche disponible es limitada, de modo que gran parte de la leche de los bancos se destina a los bebés prematuros y a los que no toleran la leche de fórmula. Existen bancos de leche, la cual se utiliza para bebés con necesidades especiales. Si no dispone de suficiente leche y no tiene acceso a la leche de una donante, el pediatra le aconsejará sobre el suplemento más adecuado. ¿Qué cantidad de suplemento es necesaria? Sólo el bebé sabe la respuesta. Pongamos tres ejemplos. Un primer bebé ha empezado a quejarse de la cantidad de comida desde que se están preparando para un traslado o las vacaciones. ¿Qué suplemento necesita? Probablemente bastará con alguna toma adicional porque las cosas van bien, sólo se ha reducido su producción. Un segundo bebé ha empezado a crecer más lentamente. El suplemento que necesita puede ser la leche que la madre se extraiga mientras se arregla un problema leve con la lactancia. Enseguida empezará a rechazar parte de la leche extraída y se podrá ir eliminando el suplemento. A menudo no se sabe cuál es el problema, pero el extraerse leche lo soluciona para siempre. El aumento de peso del tercer bebé se vuelve lento y la producción de la madre no le ayuda a recuperarse al principio. Necesitará más suplemento. Probablemente, la madre deberá extraerse leche para fomentar una mayor producción, pero también le dará al pequeño otros suplementos además de la leche extraída. Si el bebé ha pasado con “raciones justas” durante un tiempo y se le empiezan a ofrecer suplementos, puede que al principio no se los acabe, pero más tarde los devore. Su estómago se había acostumbrado a raciones más pequeñas y tarda unos días en poder ingerir más. Si se le ofrecen biberones con pausas (véase más adelante en este capítulo), el bebé puede dejar de comer cuando está lleno. Al cabo de una semana más o menos la madre sabrá aproximadamente la cantidad que el bebé necesita a diferentes horas del día, y puede ofrecerle el suplemento antes de darle el pecho. Así, el pequeño puede acabar la comida al pecho, y probablemente esto favorecerá una mejor lactancia. El bebé puede necesitar aumentar de peso rápidamente para recuperar un ritmo de crecimiento adecuado, ya que el bebé debe ganar peso desde el momento del nacimiento. Si se queda atrás y después empieza a crecer adecuadamente, se quedará tan atrasado como estaba. Necesita crecer más rápido de lo normal durante un tiempo para recuperarse y para ello precisa más alimento del habitual. Cuando haya recuperado el

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ritmo, la ingesta volverá a la normalidad, pero, hasta entonces, cabe esperar una línea ascendente más pronunciada de lo habitual en la gráfica de crecimiento. No hay otra manera de conseguir esta recuperación. ¿Cómo darle la leche suplementaria? Utilizando el dispositivo que resulte más cómodo a la madre. Suplementadores Una posibilidad consiste en colocar un tubito o sonda pegado al pecho. El concepto es sencillo, pero su aplicación puede ser algo complicada. La idea es que la sonda vaya desde el recipiente que contiene la leche hasta el pezón, como un cilindro largo y flexible. Cuando el bebé mama, el tubo y el pezón le quedan en la boca y obtiene la leche adicional al succionar.

© Mitzy Carmona

Suplementador casero en uso.

Existen diversas marcas comerciales de suplementadores, pero se puede fabricar una

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versión casera: utilice un biberón normal con una tetina normal y pida en la farmacia una sonda pequeña (o utilice la sonda de un suplementador comercial). Haga un agujero algo más ancho en la tetina del biberón, pase por él la sonda y hágala llegar al fondo del biberón, cerrando el mismo con la tetina hacia arriba o hacia abajo.

DISPOSITIVOS PARA SUPLEMENTAR LA LACTANCIA Método de complementación Cuchara

Ventajas

Inconvenientes

Fácil y rápido para cantidades pequeñas

Comentarios

Tedioso y sucio para cantidades grandes

Muy útil para el calostro.

Cuentagotas, jeringuilla o jeringa periodontal (más difícil de conseguir, pero al tener la punta curva y estrecha puede emplearse para suplementar al pecho)

Fácil y rápido para cantidades pequeñas

Tedioso para cantidades grandes

Intente que el bebé succione un dedo al mismo tiempo, tumbado sobre sus muslos (con los pies apoyados en la mesilla de centro, por ejemplo). Vigile para no hacer daño al bebé con la punta.

Tacita

Método sencillo para suplementar pequeñas cantidades unos cuantos días

Se puede verter leche, cosa que echa a perder “oro blanco” y dificulta la medición de la ingesta

Para aprender, practique con un adulto y que un adulto practique con usted. El que haga de bebé, que cierre los ojos.

Dedo y sonda

Fácil de aprender

Puede no evitar la confusión tetina-pezón

Utilice un dispositivo comercial o uno casero.

Suplementador al pecho

¡El bebé mama!

Al principio es difícil de usar

Pida ayuda a alguien que lo haya utilizado.

Fácil de usar

Puede perjudicar la lactancia natural

Dar el biberón con pausas y acabar con el bebé al pecho resulta útil.

Biberón

Las dos posiciones funcionan, sólo sirve para que la leche no se vierta y la sonda no se mueva, no para sellar el biberón. Un extremo de la sonda debe quedar tocando el fondo del biberón y el otro se fijará al pezón con una tirita o un pedazo de esparadrapo. Coloque la tira adhesiva a lo largo de la sonda, no a través, para que no se mueva una vez fijado al pecho. Muchas mujeres colocan el tubo para que quede donde estará la lengua del bebé, pero cualquier posición que consiga que la sonda quede dentro del “túnel de succión” que forma el labio superior con la lengua funcionará. Vaya probando

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hasta que halle la posición que dirija la leche rápidamente del biberón al bebé cuando empiece a succionar. Si experimenta problemas, hable con alguien que tenga experiencia con los suplementadores. Habrá oído hablar bien y mal de los biberones. Son la manera más fácil de complementar cuando las cantidades son importantes y no es difícil aprender a manejarlos. Pero si el bebé se alimenta bien con el biberón y no toma el pecho, enseguida preferirá el biberón. Puede resultar desalentador ver cómo el bebé se relaja y se llena con el biberón cuando no lo hacía al pecho. ¿Se trata de la confusión tetinapezón? ¿De la preferencia por la tetina? ¿De la preferencia por el flujo de leche del biberón? ¿Del bebé adoptando el método más fácil para conseguir la leche que necesita? Sea lo que sea, es real y es un problema común. Afortunadamente se sabe más de cómo se alimenta el bebé del pecho y de cómo funcionan los biberones, por lo que sabemos cómo usar mejor el biberón para que no afecte tanto a la lactancia. Más adelante encontrará diferentes métodos de uso del biberón que no interfieren con la lactancia. Una manera de hacer la lactancia más atractiva para el bebé consiste en ofrecerle el suplemento de leche antes de amamantarlo. Esto funciona con cualquier método de suplementación que se utilice sin recurrir al pecho, especialmente el biberón. Podrá comprobar que el bebé se relaja y se duerme en su pecho, satisfecho: una sensación maravillosa. Seguramente tomará el pecho más rato y mejor, y con más paciencia todavía cuando el flujo de leche sea lento. Su mayor interés puede favorecer el aumento de la producción materna. Existe el riesgo de que el bebé se llene con el suplemento y no tome bien el pecho, por tanto, no conviene darle tanta cantidad como sería habitual, para que se satisfaga con el segundo plato al pecho. Si no parece vaciar el pecho después de tomar el suplemento, dele un poco menos de suplemento la próxima vez. Si sigue con hambre después de tomar de un pecho, ofrézcale el otro. Si aún tiene hambre, dele más suplemento, pero vuelva a ponérselo al pecho para acabar la toma. Aunque no funcione con todos los bebés ni en todas las situaciones, este método a menudo anima al bebé a tomar mejor. También encontrará una hoja recortable al final del libro con más ideas para dar el biberón de manera que favorezca la lactancia. Cuando aumente la producción de leche materna y el peso del bebé se haya recuperado, es posible que no tome tanto suplemento. Es la señal de que el suplemento no será necesario durante mucho más tiempo. Si aún toma biberones aunque usted tenga

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más leche, intente ir reduciendo la cantidad de suplemento poco a poco a lo largo de unos cuantos días y compruebe si sigue aumentando de peso. Si no, dele más tiempo. Por diversas razones, en ocasiones, las mujeres no consiguen producir suficiente leche, por consiguiente, a veces los suplementos son necesarios hasta que el bebé tenga una dieta más variada.

DAR EL BIBERÓN CON PAUSAS Puede ayudar al bebé a tener el control de la toma y evitar la sobrealimentación efectuando pausas periódicas a lo largo de la toma. Si el bebé frunce la frente y los ojos, si separa y tensa los dedos, abre los ojos, o al tragar más bien engulle, inclínelo ligeramente hacia delante hasta que la leche de la tetina caiga dentro del biberón. No es necesario quitárselo de la boca, déjelo sobre sus labios para que el pequeño sepa que no lo ha perdido. Entonces, vuelva a ofrecérselo, y si no le interesa, dé la toma por finalizada.

TÉCNICAS PARA DAR EL BIBERÓN SIN PERJUDICAR LA LACTANCIA Se pueden hacer muchas cosas para dar el control al bebé, como lo tiene cuando toma el pecho. He aquí algunas sugerencias: Elija una tetina parecida a sus pezones. Si los tiene cortos, por ejemplo, busque una tetina corta. Así ayudará a minimizar la competencia entre el biberón y su pecho. (Es un ejercicio interesante, ¿verdad? ¡Seguramente no encontrará nada que se parezca remotamente a usted!) Evite las tetinas “ortodónticas”. Las investigaciones indican que la forma que tienen no se parece a la forma del pezón cuando están dentro de la boca del bebé, no favorecen el crecimiento recto de los dientes como se supone, y al usarla el bebé tiende a tirar la lengua hacia atrás, cosa

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contraproducente para la lactancia. Opte por una tetina para recién nacidos o de flujo lento y siga empleándola mientras el bebé necesite biberones. El flujo de leche del pecho no aumenta con el tiempo, de modo que el del biberón también debería mantenerse igual. Pero recuerde que el flujo no es el mismo en diferentes marcas de tetinas, ni siquiera en diferentes lotes. Es posible que deba desechar algunas tetinas porque proporcionarán un flujo más rápido o más lento del que prefiere el bebé, aunque sean de la misma marca o del mismo lote. Alimente al bebé cuando muestre señales de hambre en lugar de seguir un horario. Dele el biberón de manera parecida a como le da el pecho. Acaríciele el centro de los labios con la tetina para que abra la boca. Cuando la abra, colóquele la base de la tetina sobre el labio inferior para que se agarre cogiendo tanto la base como la parte más estrecha de la tetina con la mandíbula relajada. Reduzca el flujo de leche posicionando al bebé casi sentado para que el biberón quede casi horizontal. (No se preocupe porque la tetina esté llena de leche para que el bebé no trague aire. El aire lo saca por la nariz. La deglución rápida, no la alimentación pausada, es lo que provoca la ingestión de aire… y el aire que se traga sólo se convierte en eructos, no malestar). La posición más erguida del bebé favorece a limitar la aparición de caries dental relacionada con la alimentación con biberón y las infecciones de oído porque la leche no se encharca en la boca ni la garganta y permite al bebé detenerse y empezar a succionar cuando quiere. Cambie de lado al menos una vez en cada toma para evitar la preferencia por un lado al tomar el pecho. Así también estimulará el desarrollo muscular ocular y facial por igual. Deje que sea el bebé quien decida cuándo acaba la toma. No siempre será cuando se termine la leche. Véase la página sobre la alimentación con biberón en las “Hojas de utilidad”.

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TATUAJES El adorno del cuerpo en forma de tatuajes se ha practicado desde siempre, y en la actualidad muchas mujeres deciden hacerse uno para conmemorar un acontecimiento especial o una transición.

QUÉ PASA Las moléculas de tinta de los tatuajes son demasiado grandes para pasar a la leche, por lo que un tatuaje ya existente no supone ningún riesgo para el bebé. Uno de los riesgos de tatuarse mientras se amamanta es la infección, que es menos probable si la herida se mantiene limpia y se cuida correctamente. Los bancos de leche humana no aceptan donaciones de leche de mujeres que se hayan hecho un tatuaje en los últimos doce meses debido al riesgo de hepatitis C, tétanos y VIH que conlleva el uso de agujas contaminadas. Los tatuajes suelen borrarse mediante la técnica de láser; el único riesgo que esto conlleva es el de infección si la herida no se trata adecuadamente.

QUÉ HACER Lo sensato es esperar para hacerse un tatuaje al menos hasta el primer cumpleaños del bebé, para dar al organismo ocasión de recuperarse del parto. Si piensa tatuarse a partir de entonces, elija con cuidado al profesional que vaya a realizar el tatuaje, opte por uno que siga “precauciones universales”, como la esterilización de la máquina de tatuar mediante autoclave; el uso de tintas, recipientes, guantes y agujas de un sólo uso; el empaquetamiento del material para evitar contagios y la limpieza a conciencia de las manos con jabón desinfectante. No se sorprenda si le piden que espere a destetar al bebé; la mayoría de los profesionales no tatuarán a sabiendas a una mujer embarazada o una madre lactante.

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TRASTORNOS ALIMENTARIOS Aunque tenga usted un historial de anorexia, bulimia u otros trastornos alimentarios, puede amamantar. Si bien, tal vez necesite ayuda (del médico, de una asesora o de un nutricionista) para tratar sus síntomas.

QUÉ PASA Si en el pasado padeció un trastorno alimentario pero su peso se ha estabilizado y come con normalidad, no debería tener problema alguno para producir suficiente leche y la calidad será tan buena como la de cualquier otra madre. Pero si todavía está luchando con el trastorno, la calidad y cantidad de leche pueden verse afectadas. Aunque exista un déficit nutricional en su leche, la leche de fórmula sigue siendo de calidad inferior.

QUÉ HACER Es importante llevar a cabo un buen seguimiento del aumento de peso del bebé y puede ser útil hablar con un nutricionista sobre cómo optimizar su propia nutrición. Tal vez debería recurrir a un complemento si la producción de leche es escasa (véase el apartado específico, más adelante).

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© Juana Bone

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TRATAMIENTOS DE FERTILIDAD DURANTE LA LACTANCIA Si inicia un tratamiento de fertilidad mientras amamanta, es posible que el especialista le recomiende que destete al bebé.

QUÉ PASA Los especialistas en fertilidad suelen recomendar el destete porque las hormonas de la lactancia pueden inhibir la fertilidad. No suele ser necesario dejar de lactar sólo para poder tomar las medicinas para el tratamiento ya que la mayoría son seguras durante la lactancia.

QUÉ HACER Dejar de lactar es su decisión y debe tener en cuenta las necesidades del bebé y su deseo de tener otro bebé. Algunas mujeres ignoran el consejo y aceptan que el tratamiento de fertilidad puede resultar menos eficaz.

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VASOESPASMOS El vasoespasmo del pezón ocurre cuando los músculos del interior de la punta del pezón sufren una contracción tan intensa que toda la sangre se aleja del pezón, cuya punta queda blanca, como un nudillo doblado con fuerza, y después se torna rojo cuando el espasmo se relaja y la sangre vuelve a circular. La mujer puede notar un hormigueo o quemazón después de la toma; algunas notan un dolor que llega al interior del pecho. Puede producirse en un pezón y en el otro no. Puede durar varios minutos e incluso producirse entre tomas. Suele ser de diagnóstico esquivo y se confunde con una infección por hongos.

QUÉ PASA Los vasoespasmos suelen ocurrir como resultado del traumatismo del pezón: es la manera que tiene de decir “¡Ay!”. Es común en mujeres que se han sometido a intervenciones quirúrgicas de la mama o el pezón, y es posible que se deba a nervios o tejidos dañados. Algunas sustancias, como la nicotina o la cafeína, contribuyen a los vasoespasmos.

QUÉ HACER Probablemente los vasoespasmos cesarán cuando se resuelva la causa de dolor en el pezón. Mientras tanto, para detener un espasmo, se puede intentar devolver el flujo de sangre al pezón comprimiendo la base del pezón (probablemente el dolor cesará de inmediato). Para evitar los vasoespasmos, mantener el calor puede ser útil. Póngase una chaqueta o un chal, tome al bebé en brazos después de darle el pecho, o suba el termostato. Algunas mujeres se aplican una compresa caliente en cuanto el bebé suelta el pezón. Otras usan un secador de pelo. Cubrir el pezón con la mano caliente puede ser suficiente. Otra opción es un cojín térmico relleno de semillas de trigo, o un calcetín lleno de arroz y cosido o atado; introdúzcalo en el microondas durante un minuto y aplíquelo sobre el pecho para que le dé calor. Mantener el calor casi constantemente sobre un disco de

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lactancia durante siete a diez días puede acabar con los vasoespasmos para siempre. Hable con su consultora certificada de lactancia de la conveniencia de un suplemento de vitamina B6, calcio y magnesio, u otra medicación.

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CUARTA PARTE

RECURSOS DE LA LIGA DE LA LECHE

© Carlos Lopez

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DIECINUEVE

ACERCA DE LA LIGA DE LA LECHE

© Carlos Lopez

“Acudí a mi primera reunión de la Liga de La Leche para aprender a amamantar a mi hijo Matthew sentada, porque en el hospital solo me habían enseñado a hacerlo acostada. Mi bebé, al que consideraba el más maravilloso jamás nacido, era completamente calvo excepto por una suave pelusa de cabello rubio casi transparente. Cuando llegué a la reunión, la líder me dijo: “Oh, ¡tu hijo tiene una cabeza preciosa! ¡Es un encanto!”. Supe que tenía que volver porque la líder a era inteligente y sensible. Además aprendí a dar el pecho sentada y conocí a un montón de mujeres que me comprendían. Me enganché y llevo acudiendo a estas reuniones cada mes desde hace treinta y un años.” Teresa Pitman.

“CONOCÍ LA LIGA DE LA LECHE CUANDO MI PRIMER HIJO, ALEX, TENÍA UNOS SEIS MESES. LE DABA SUPLEMENTOS PORQUE YO ME HABÍA SOMETIDO A UNA REDUCCIÓN MAMARIA Y ME PREOCUPABA TENER QUE DARLE EL BIBERÓN EN LA REUNIÓN. PERO LAS LÍDERES Y LAS DEMÁS MADRES ME DIERON LA BIENVENIDA Y ME DIJERON QUE ME CONSIDERABAN UNA HEROÍNA POR ESFORZARME TANTO PARA DAR MI LECHE AL BEBÉ.

SALÍ DE LA REUNIÓN EN UNA NUBE, SINTIÉNDOME 545

PARTE DEL “MARAVILLOSO MUNDO DE LAS MADRES LACTANTES”. CON EL TIEMPO, ME INVOLUCRÉ MÁS CON LA LLL Y ME ENAMORÉ DE SU FRATERNIDAD Y FILOSOFÍA DE LA MATERNIDAD INTUITIVA Y AMABLE.”

DIANA WEST. “CASI ABANDONÉ A MEDIAS MI PRIMERA REUNIÓN. ¡TANTAS MADRES Y TANTOS BEBÉS! PARA MÍ, SE TRATA DE ALGO MÁS, PENSÉ. PERO VOLVÍ UNA O DOS VECES (EJEM) Y MÁS ADELANTE FUI CON MI HIJO DE POCOS AÑOS PARA AGRADECERLES SU AYUDA DURANTE UNA HUELGA DE LACTANCIA… Y LO COMPRENDÍ.

NO

SE

TRATABA ÚNICAMENTE DE LA MECÁNICA DE LA LACTANCIA. SE TRATABA DE LA CONEXIÓN CON MI HIJO A UN NIVEL FUNDAMENTAL, Y DE ESTAR CON OTRAS MADRES QUE BUSCABAN EL MISMO TIPO DE CONEXIÓN.

SIN

LA

LIGA

DE

LA

LECHE HUBIERA SIDO UN TIPO DE MADRE DIFERENTE. AHORA NUESTROS HIJOS SON ADULTOS Y TIENEN SUS PROPIOS HIJOS. LOS VEO Y VEO A SUS FANTÁSTICAS ESPOSAS EDUCAR A NUESTROS NIETOS, Y PIENSO EN LO AFORTUNADA QUE FUI;

¿Y SI NO HUBIERA VUELTO?”. DIANE WIESSINGER que iniciaron la Liga de La Leche no lo tuvieron fácil. La mayoría tuvo problemas antes de encontrar información y apoyo, y querían ofrecer esta información y apoyo a otras madres. Hoy, millones de mujeres, las autoras de esta edición entre ellas, deben su éxito con la lactancia, directa o indirectamente, a la organización que aquellas siete mujeres fundaron. LAS SIETE MADRES

THE LLLOVE STORY Y THE REVOLUTIONARIES WORE PEARLS, DE KAYE LOWMAN Y SEVEN VOICES, ONE DREAM, DE MARY ANN CAHILL, SON RECURSOS EXCELENTES PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN ACERCA DE LA HISTORIA DE LA

LIGA DE LA LECHE Y LAS VIDAS Y PERSPECTIVAS DE SUS FUNDADORAS.

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CÓMO EMPEZÓ TODO En un picnic parroquial cerca de Chicago en el verano de 1956, dos amigas, Mary White y Marian Tompson, pasaron la tarde amamantando y cuidando de sus bebés mientras una mujer tras otra se les acercaban y les decían lo asombradas que estaban por la facilidad con que atendían a sus hijos, sin biberones que calentar ni limpiar. Todas estas mujeres decían casi lo mismo: “Yo quería amamantar a mi hijo, pero…”, “El médico me dijo que no tenía suficiente leche”, “Mi suegra dijo que el bebé no tenía bastante leche y por eso quería mamar con tanta frecuencia”, “El bebé perdió interés cuando empecé a complementar su dieta con leche de fórmula”. Una y otra vez, Mary y Marian oían: “Quería darle el pecho, pero no pude”. Tanto Mary como Marian habían experimentado los mismos problemas con sus anteriores hijos. Al final, ambas aprendieron qué aseguraba el éxito y qué garantizaba el fracaso. Decidieron intentar ayudar a sus amigas y vecinas a disfrutar de la misma experiencia que significaba tanto para ellas. Primero realizaron unas cuantas llamadas telefónicas para conseguir la ayuda de otras madres lactantes. Mary habló con su cuñada Mary Ann Kerwin y con Mary Ann Cahill, que comentó la idea a Betty Wagner. Marian se puso en contacto con Edwina Froehlich, que llamó a su amiga Viola Lennon. Todas habían amamantado a uno o más bebés. Luego estas siete mujeres invitaron a sus amigas embarazadas a una reunión en casa de Mary White. Lo que ofrecían a las madres entonces, y lo que las más de cuarenta y tres mil líderes de la LLL han ofrecido después de ellas era simple: información, ánimo y apoyo, de una madre lactante a otra. Muy pronto las reuniones no pudieron celebrarse en la sala de Mary y las siete mujeres se hallaron poniendo en marcha una organización. Fue una época emocionante. Sus teléfonos, fijos, en aquel entonces, no cesaban de sonar con llamadas locales y de larga distancia. Los principales temas eran un parto sin medicación, los fundamentos de la lactancia y los de la maternidad. Las madres que habían amamantado con éxito a sus bebés y deseaban ayudar a otras madres se hacían líderes de la Liga de La Leche y

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empezaban a crear grupos en sus barrios. La noticia se extendió por todo el país y después por todo el mundo: la LLL disponía de información sobre la lactancia que funcionaba, y había madres lactantes que prestaban su ayuda. En 1964, esta rápida expansión las llevó a constituirse como institución y se convirtieron oficialmente en la Liga de La Leche Internacional (LLLI). Las fundadoras acordaron desde el principio que sus familias eran su prioridad. Este acuerdo les permitía dejar a un lado el trabajo en la LLL cuando sus familias las necesitaban. Las siete fundadoras redactaron la primera edición de El arte femenino de amamantar en 1958 mientras se dedicaban a otras tareas, mientras sus hijos dormían la siesta o jugaban junto a ellas. Con frecuencia su escritorio era la mesa de la cocina, con páginas manuscritas que se amontonaban a la hora de las comidas. A medida que sus hijos crecían y las circunstancias cambiaban, algunas de ellas empezaron a trabajar como asalariadas en las oficinas de la LLL. Desde entonces, además de educar a sus hijos, cada una de las fundadoras aportó su talento particular para hacer crecer la organización. Las muertes recientes de Edwina Froehlich, Betty Wagner Spandikow y Viola Lennon dejan atrás a cuatro mujeres activas y apasionadas que siguen participando en los proyectos de la LLL.

NUESTRA MISIÓN Nuestra misión consiste en ayudar a las madres de todo el mundo a amamantar mediante la ayuda, el apoyo, la información y la formación madre a madre, y en promover un mejor entendimiento de la lactancia como elemento importante en el sano desarrollo del niño y la madre.

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LA INFLUENCIA DE LA LIGA DE LA LECHE Muchos de los cambios que han afectado las prácticas relacionadas con el cuidado de los bebés a lo largo de los últimos cincuenta años pueden atribuirse a la influencia de la LLL. En 1956, la mujer media norteamericana ya no participaba en el nacimiento de su propio hijo. Muchas mujeres temían el parto o no se creían capaces de soportar un parto no medicado. La LLL animaba a las mujeres a confiar en sus cuerpos; sus fundadoras se hallaron entre las primeras mujeres que fomentaron la presencia de los maridos en la sala de partos y el retorno al parto en casa para la mujer que lo desea. Cuando empezó la Liga de La Leche, los bebés se separaban sistemáticamente de las madres después del parto durante hasta veinticuatro horas. La LLL hizo oír su voz: los bebés necesitan a sus madres y las madres se benefician, también, de un inicio temprano de la lactancia y de la vinculación ininterrumpida con su hijo. Hoy se anima a las mujeres a tomar en brazos y amamantar a sus recién nacidos inmediatamente al nacer. Lo insólito hace cincuenta años es hoy sistemático y apoyado por estudios científicos. En 1956, se empezaba a dar sistemáticamente alimentos sólidos a los bebés entre el mes y los tres meses de vida. Pero según las investigaciones médicas y el éxito de las madres para mantener la producción de leche y observar al bebé, como indicaban las fundadoras de la LLL, para saber cuándo está listo para la introducción de alimentos sólidos, esta se lleva a cabo ahora a los seis meses de edad. Hoy, la Organización Mundial de la Salud y muchas instituciones sanitarias recomiendan lo mismo. En la década de 1950 se hacía creer a las mujeres que debían criar a sus hijos siguiendo el consejo de los “expertos”. Lynn Weiner, historiadora y profesora del Departamento de Historia de la Universidad Roosevelt, cree que el poder que la Liga de La Leche ha dado a las mujeres como madres fue el inicio de los grupos de ayuda modernos y del renovado control de la mujer sobre los temas de cuidado sanitario de la familia. Las mujeres de la década de 1950 se dirigían a la LLL con preguntas muy básicas: “¿Cómo sabré si tengo suficiente leche? ¿Cómo sabré cuándo tiene hambre el bebé?

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¿Cuándo dormirá el bebé toda la noche?”. Las mujeres siguen acudiendo a la LLL en busca de las respuestas, ánimo y el apoyo de otras madres que han hecho conocida a la organización. Ahora los estudios científicos demuestran que este apoyo no sólo aumenta el éxito de la lactancia sino que, además, el método que siguen las madres de compartir con otras es un enfoque fundamentalmente femenino de resolución de problemas. Han contactado con la LLL madres, padres, médicos, enfermeras, asesoras de lactancia y otros profesionales de todo el mundo en busca de sus conocimientos sobre la lactancia. La LLL es una Organización No Gubernamental miembro del Consejo Asesor de UNICEF, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y de la Organización Mundial de la Salud (OMS); funciona como Organización Voluntaria Privada para la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos; es miembro de la Coalición de Lactancia Estadounidense; es miembro del Grupo de Recursos y Colaboración para la Supervivencia de los Niños (CORE); y es miembro fundador y socio principal de la Alianza Mundial a favor de la Lactancia Materna (WABA), una red mundial de organizaciones e individuos dedicados a la protección, promoción y apoyo de la lactancia. Desde sus inicios, la LLL ha madurado y se ha convertido en un grupo variado de mujeres experimentadas y vitales que ha ayudado a cambiar el mundo.

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CÓMO PUEDE AYUDARLA LA LIGA DE LA LECHE En la actualidad, la Liga de La Leche es una organización sin ánimo de lucro, no sectaria, con más de tres mil grupos en sesenta y ocho países de todo el mundo. Las líderes acreditadas están a disposición de las madres en persona, por correo electrónico y por teléfono. La LLL ha ayudado a millones de madres a amamantar a sus bebés, a través de madres que ayudan a otras madres y que a su vez ayudan a otras.

REUNIONES DE LA LIGA DE LA LECHE Las reuniones de la Liga de La Leche son el corazón de la organización. Son grupos de discusión informales y gratuitos que se llevan a cabo en casa de las líderes o en lugares públicos de fácil acceso, que tratan los aspectos prácticos, físicos y psicológicos de la lactancia. En la actualidad también se llevan a cabo otro tipo de reuniones menos estructuradas en cafeterías y restaurantes, donde se acercan las madres que lo desean y comentan sus ideas, con líderes dispuestas a echarles una mano. Las reuniones de la LLL son un lugar fantástico para reunir información y obtener ánimos, y una fuente de nuevas amistades entre madres que automáticamente tienen mucho en común. Se escuchan preguntas sobre cualquier tema, ¡no hay que esperar! Suele haber varias madres que ofrecen sugerencias a raíz de sus propias experiencias, o que al menos tienen las mismas preguntas, cosa que también resulta tranquilizadora. Como la lactancia es una relación, es lógico que haya altibajos. La Liga de La Leche proporciona un lugar para quejarse, además de preguntar y celebrar. Es un lugar donde se halla comprensión. Se puede llegar tarde, irse pronto, ponerse de pie con un bebé intranquilo, cambiar un pañal y comparar apuntes con otras madres que enseguida se consideran viejas amigas. Si puede ir al menos a una reunión de la LLL mientras está aún embarazada, estará más preparada para la lactancia porque al ver a otras madres amamantar en persona le resultará menos difícil hacerlo usted. El mero hecho de ver la cara de la mujer que estará al otro lado del teléfono si llama, ya es útil. Es divertido y es tranquilizador ver a otros bebés crecer mes a mes: es un avance del comportamiento de su propio hijo dentro de unas semanas o meses. Comprobará lo singular que es cada bebé

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y la diversidad de maneras en que diferentes madres lactantes se relacionan con sus hijos. Naturalmente, los bebés y niños pequeños siempre son bienvenidos a la Liga de La Leche.

PUBLICACIONES La LLL es una de las mayores fuentes de información sobre lactancia en todo el mundo. Publicamos libros, folletos y hojas informativas sobre temas como la lactancia, la paternidad y la nutrición; muchos están disponibles en diversos idiomas. El arte femenino de amamantar, publicado por primera vez desde una mesa de cocina en 1958, se encuentra en su octava edición y se han vendido más de tres millones de ejemplares. El sitio web, www.llli.org. ofrece la oportunidad de aprender más cosas, además de informar sobre libros y productos de lactancia. Puede comprar, leer artículos y publicaciones de LLL, navegar por la sección de preguntas frecuentes, enviar una pregunta a través de un formulario en línea o hablar con otras madres en los foros en línea. También encontrará información en varios idiomas, y contactos con la LLL en todo el mundo.

CONFERENCIAS Las conferencias de la LLL se celebran en todo el mundo para padres y profesionales. Los ponentes son médicos, enfermeras, profesionales de la lactancia, educadores, investigadores, autores y padres expertos en lactancia, paternidad, parto, nutrición, cuidados infantiles y temas relacionados. Como las conferencias siempre están abiertas a toda la familia, no solo amplían nuestros horizontes, sino que además son divertidas.

APOYO PROFESIONAL La LLL dispone de una Junta de Asesores Profesionales y un Consejo de Asesoramiento Médico, compuesto por médicos y profesionales de la salud de todo el mundo, que se consultan cuando hay situaciones médicas, para la evaluación de nuevos estudios y para la revisión de gran parte de las publicaciones de la LLL que incluyen información médica. Para complementar el Consejo de Asesoramiento Médico, hay una serie de médicos en todo el mundo que son Asociados Médicos de la LLL. Un Consejo de Asesoramiento Legal y un Consejo de Asesoramiento de Gestión completan la Junta de Asesores Profesionales de la LLL.

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CÓMO ENCONTRAR A LA LIGA DE LA LECHE Con más de tres mil grupos de apoyo de la LLL reuniéndose en todo el mundo, probablemente habrá uno de ellos cerca de usted. La manera más fácil de hallar un grupo en su zona es consultar el sitio web www.llli.org. En él encontrará su país y podrá localizar un grupo de su área.

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CÓMO PUEDE USTED COLABORAR CON LA LIGA DE LA LECHE Como madre que ha recibido la ayuda de la LLL, compartirá este regalo cada vez que pase información sobre el parto, la lactancia y la maternidad a otra mujer. A su vez, esta mujer ayudará a otra. Esta espiral interminable seguirá en su comunidad y se ampliará más allá de los temas de lactancia. La LLL proporciona una infraestructura para alcanzar y mejorar las vidas de mujeres, bebés y familias de cada rincón del planeta. He aquí algunas maneras de ampliar su ayuda a otras madres colaborando con la LLL en su importante labor.

HÁGASE MIEMBRO Sus aportes ayudan a la LLL a proporcionar información y apoyo a las madres lactantes de todas partes mediante: Publicación y traducción de nuestros textos, vídeos y recursos en línea, proporcionando información científica y práctica a la comunidad global. Educación de líderes y consejeras, especialmente en zonas poco privilegiadas. Iinformación y recursos para los profesionales de la salud. Presencia global en apoyo a la lactancia en colaboración con organizaciones de voluntarios y agencias regionales e internacionales. Elaboración de estadísticas, recolección de datos y entrevistas con los medios de comunicación de todo el mundo.

HAGA SU DONATIVO Los donativos a la organización permiten que nuestra labor llegue más lejos. Pueden ser de diferente naturaleza: Donativos a la LLL con o sin condiciones. Donativos duplicados a través de la empresa (programa matching gift, por el cual el empresario se compromete a realizar el mismo donativo que su empleado). Donativos periódicos: maximice su donativo a la LLL con donativos regulares mensuales o trimestrales.

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Donativos en forma de legado. Donativos en memoria o en honor a un grupo de personas o un individuo. Donativo de acciones y bonos. Donativos a través de la Campaña Federal Combinada, por la cual funcionarios estadounidenses y personal militar de todo el mundo hacen un donativo a la organización que eligen mediante deducciones de su nómina. Participación en programas de fidelidad. Para más información, véase la sección “Creative Ways to Give” en www.llli.org.donate.html.

HÁGASE LÍDER Ayudando a otras madres con la mecánica de la lactancia y respondiendo sus múltiples preguntas sobre los lactantes, las líderes de la Liga de La Leche ayudan a los bebés a mantenerse sanos y a las madres a desarrollar una relación con sus hijos que dura toda la vida. Como madre lactante, es posible que perciba que otras madres ya valoren su experiencia y le hagan preguntas. Si es algo que le agrada, plantéese convertirse en líder de la LLL. Si ya está implicada en un grupo de la LLL, pregunte a las líderes del grupo cómo puede convertirse en una. Si en su zona no existe un grupo de apoyo, visite nuestro sitio web, envíenos un mensaje electrónico a través de nuestra página web, o escríbanos por correo postal. La LLL necesita madres como usted que hayan disfrutado de la experiencia de la lactancia y deseen seguir difundiendo el apoyo a la lactancia.

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UNAS PALABRAS DE LAS FUNDADORAS Para terminar, quisiéramos expresar nuestro reconocimiento y agradecimiento a las personas que han realizado contribuciones importantes para el desarrollo de la Liga de La Leche. En primer lugar, queremos expresar nuestra gratitud a dos médicos, el doctor Herbert Ratner y el doctor Gregory White. Como padres de hijos lactantes que apoyan el parto natural, estos dos profesionales de la medicina fueron una rareza en 1956. Sin su apoyo y orientación constantes, es casi seguro que las personas que fundamos la LLL habríamos experimentado muchas más dificultades para enfrentarnos a las críticas y, en ocasiones, hostilidad de la comunidad médica hacia dos funciones femeninas básicas: el parto natural y la lactancia. Nuestro entusiasmo y valoración de estas dos funciones sobrevivieron gracias al respaldo firme de estos dos médicos. Nos sentimos eternamente agradecidas por ello, y les damos nuestro agradecimiento también en nombre de las mujeres lactantes a las que hemos pasado nuestros conocimientos. Con el tiempo, muchos otros médicos valientes, como los doctores E. Robbins Kimball, Robert Mendelsohn, Lawrence Gartner y muchos otros, también han dado su apoyo incondicional a nuestros esfuerzos y han compartido generosamente sus conocimientos con nosotras. Les agradecemos su ayuda. También deseamos reconocer y agradecer la labor de las líderes voluntarias de la LLL. Los esfuerzos diarios de estos miles de mujeres generosas sostienen la LLL. Sin su esfuerzo continuado a lo largo de los años no seríamos la organización que somos en la actualidad.

© Liga de la Leche Guatemala – Maria José Carranza

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VEINTE

HOJAS DE UTILIDAD

© Andrea Castro

se necesita un libro entero y a veces, se desearía poder imprimir una página de un libro. Ahora puede hacerlo. Cada página de la presente sección está preparada para imprimirla y utilizarla. Puede pegarlas en la puerta de la nevera o dejarlas junto al ordenador, o dárselas a sus familiares o a la niñera: lo que más le convenga. Hay copias en inglés en www.llli.org. y pronto estarán disponibles en otros idiomas. Lactancia temprana A VECES NO

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Lactancia en posición reclinada y otras ideas Registro de pañales para los primeros días Despertar a un recién nacido somnoliento Señales de hambre Amamantar al bebé que no se agarra bien: posibles soluciones Extracción manual de leche Aviso para la puerta (en el hospital o en casa) Lista de ayudas para la nevera Ideas para calmar a un bebé intranquilo ¿Y la pareja? ¿Su nieto toma el pecho? Dar el pecho: es de sentido común Lo que las madres necesitan saber antes de ser madres Los bebés crecen Resolución de problemas Medicinas y lactancia Sitios web útiles para madres lactantes Tratamiento de conductos obturados y perlas de leche Mastitis: qué hacer cuando se tiene ¿Aumento de peso, comilonas, muecas? Trabajar, extraerse leche, biberones Registro de extracciones de leche Conservación de la leche para un bebé sano nacido a término Dar el biberón a un lactante: ideas para los cuidadores Manipulación y conservación de la leche materna

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LACTANCIA EN POSICIÓN RECLINADA

AMAMANTAR EN POSICIÓN RECLINADA,

o la crianza biológica, significa ponerse cómoda con el bebé y favorecer que afloren los instintos básicos de la lactancia en la madre y el hijo. Vístase y vista al bebé como quiera. Busque una cama o sofá donde poder reclinarse con la espalda bien sujeta, no se acueste completamente, hágalo con comodidad para que al colocarse el bebé sobre el pecho, la gravedad lo mantenga en posición. Apoye bien la cabeza y los hombros. El bebé debe tener la parte frontal del cuerpo en contacto con la de la madre. Al estar reclinada, no tendrá un regazo, por lo que el bebé puede adoptar la posición que quiera. Únicamente debe cerciorarse de que toda su parte frontal se apoye en usted. Deje que la mejilla del bebé descanse cerca de su pecho desnudo. Ayúdelo en la medida que lo desee; ayúdelo a conseguir lo que intenta. Son un equipo. Sujétese el pecho, o no, según prefiera. Relájese y disfruten el uno del otro.

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REGISTRO DE PAÑALES PARA LOS PRIMEROS DÍAS (Lo que entra, sale) cuyo contenido sea del tamaño del círculo que se forma al unir los dedos índice y pulgar para formar una “O”. No es necesario contar los pañales mojados. Los sucios indican mejor el estado del bebé. CUENTE SOLO PAÑALES CON DEPOSICIONES

Dibuje un círculo alrededor de la X cuando el bebé haga una deposición del tamaño descrito. Si el bebé tiene…

Cabe esperar al menos este número de pañales

0-1 día (primeras 24 horas) Pañal con deposición negruzca y pegajosa

X

1-2 días (siguientes 24 horas) Pañal con deposición pardusca y pegajosa

X

X

2-3 días (siguientes 24 horas) Deposición verdosa

X

X

X

3

3-4 días (siguientes 24 horas) Deposición verdosa o amarillenta

X

X

X

3

4-5 días (siguientes 24 horas) Deposición amarillenta

X

X

X

3

MIS AYUDANTES DE LACTANCIA: El pediatra _____________________________ Mi médico _______________________________ La líder de la Liga de La Leche ___________ Asesora de lactancia certificada __________

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1 2

DESPERTAR A UN RECIÉN NACIDO SOMNOLIENTO Si el bebé duerme más de tres horas seguidas, pero: No le han administrado medicación durante el parto; El bebé permanece en contacto físico con usted; mama bien cuando recibe el pecho; Las deposiciones son las adecuadas (véase el “Registro de pañales para los primeros días”), es su manera de ser. Controle los pañales sucios y el peso del recién nacido. Si no aumenta de peso adecuadamente y duerme más de tres horas seguidas, procure que tome el pecho al menos diez veces al día hasta que se despierte por sí solo y al menos haga cuatro deposiciones al día. Será más fácil despertarse para tomar el pecho si se observan las señales de hambre que se describen en la página siguiente. Si el bebé duerme y al levantarle el brazo y soltarlo cae como una piedra, será difícil despertarlo. Vuelva a intentarlo dentro de veinte minutos. Para intentarlo: Baje la intensidad de la luz, corra las cortinas. Es más fácil si el bebé no tiene que cerrar los ojos. Desvístalo parcial o completamente. Colóqueselo al pecho. Acarícielo y diga su nombre. Frótele los pies. Acuéstelo y hágalo rodar suavemente de un lado a otro. Sujételo sobre sus antebrazos, con la cabeza en las manos y los pies en los codos, y elévelo desde la posición horizontal a casi vertical. Límpiele la cara con un paño húmedo. Póngale un poco de calostro o leche en la boca, solo un poco, y espere a que lo trague antes de ponerle más. Puede que se agarre al pecho y tome el pecho medio dormido, o puede que tome

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sorbos de una cuchara. Aliméntelo con el método que funcione mejor.

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SEÑALES DE HAMBRE El bebé empieza mostrando señales de hambre sutiles: movimiento de los ojos bajo los párpados, movimiento de los párpados antes de abrirlos, manos a la cara, movimientos con la boca. Después añade señales más evidentes: búsqueda del pecho, lloriqueo o ruidos. Si en este momento le ofrece el pecho, probablemente lo agarrará fácil y suavemente. A medida que el hambre se intensifica, el cuerpo y la boca del bebé se tensan. Respira aceleradamente o empieza a llorar. Cuando el bebé llora, le costará más agarrarse al pecho. El llanto es una señal tardía de hambre. Calme al bebé antes de intentar amamantarlo. Darle el pecho es más fácil si se responde a la petición del bebé en lugar de esperar a la exigencia. No espere a sentirse los pechos llenos. Un pecho lleno ya ha empezado a enlentecer su producción. Ofrezca el pecho aunque el bebé no lo pida, cuando le apetezca.

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AMAMANTAR AL BEBÉ QUE NO SE AGARRA BIEN: POSIBLES SOLUCIONES

Desde el momento del parto a las 6 horas: contacto piel a piel Tenga al bebé en contacto con su piel y anímelo a recibir el pecho. Si el parto fue medicado, extráigase calostro pasadas las dos primeras horas. A las 6 horas: empiece a extraerse leche manualmente Siga manteniendo el contacto piel a piel con el bebé. Extráigase gotas de leche y cuando salgan por el pezón, intente que el bebé se agarre a él. Extráigase calostro manualmente y póngalo en una cuchara para dárselo al bebé cada 2-3 horas y cuando uno de los dos se despierte por la noche. Extraerse leche del pecho es tan importante como alimentar al bebé. A medida que el volumen de leche aumenta: extráigase leche manualmente o con sacaleches, use una pezonera, alimente al bebé con el dedo o con biberón. Siga con el contacto piel a piel, reclinada y con el bebé en brazos tanto como sea posible. Extráigase leche al menos 8-10 veces cada 24 horas (al menos una vez de noche) y acabe la sesión con una extracción manual. Hágase un masaje antes y/o durante la extracción, y después pase a la extracción manual. Piense en la posibilidad de utilizar una pezonera para ayudar al bebé a agarrarse. Con un mayor volumen de leche, puede intentar alimentar al bebé con el dedo o con biberón. Hacia el final de la primera semana: ayuda, paciencia, confianza Siga el contacto piel a piel y continúe tomando al bebé en brazos todo lo que pueda.

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Extráigase leche al menos 8-10 veces cada 24 horas, y vaya reduciendo las sesiones a medida que el bebé empiece a tomar el pecho. Puede extraerse más leche para conservarla en el refrigerador para ir una toma por delante. Con un par de sesiones de extracción adicionales durante uno o dos días, lo conseguirá. Mantenga el contacto con la líder de la LLL u otras personas de apoyo. A veces, los bebés tardan semanas en mamar bien. Mantenga la producción en marcha. Si somos capaces de enseñar a un tigre a saltar a través de un aro encendido, podemos enseñar a un bebé a hacer lo que está diseñado para hacer.

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EXTRACCIÓN MANUAL DE LECHE Despierte las mamas: con una pequeña sacudida, un masaje o moviéndolas. Coloque los dedos a ambos lados de la aréola. Presione hacia el interior del pecho. Comprima los dedos dirigiéndolos ligeramente hacia el pezón pero sin mover la piel. Libere la presión, relaje la mano. Repita el procedimiento varias veces, no espere conseguir leche enseguida. Hágase más masaje cuando lo desee. Cambie la posición de la mano para obtener leche de otros conductos. Calostro: vierta las gotas en una cuchara de plástico y llévela a la boca del bebé o júntelas con un cuentagotas. Leche: extráigala con el embudo de succión o viértala en un cuenco grande. Vea el vídeo que hallará en: newborns.stanford.edu/Breastfeeding/Hand Expression.html.

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¡EL BEBÉ YA ESTÁ AQUÍ! _______________________________________________________

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NACIÓ EL DÍA

_______________________________________________________

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Y PESÓ

_______________________________________________________

Por favor, llamar suavemente. Si no respondemos, les rogamos que lo comprendan.

Estamos conociendo al bebé y seguramente en este momento estamos muy ocupados.

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¡TU AYUDA NOS IRÁ DE MARAVILLA! Ahora estamos muy atareados y nos encantaría que eligieras una de las tareas de la lista para ayudarnos con:

La compra:

Las comidas:

Las tareas:

La limpieza:

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IDEAS PARA CALMAR A UN BEBÉ INTRANQUILO Tomarlo en brazos, caminar con él y hablarle son los recursos de toda la vida. He aquí algunas variantes propuestas por madres experimentadas: Sujeción mágica. Luces tenues y movimientos suaves, si el bebé no está totalmente enfadado. Compartir un baño con luz tenue (mejor si otra persona puede consolar al bebé mientras usted prepara el baño). Para un bebé que no está totalmente desesperado. Caminar dando saltitos con el bebé en brazos. Bailar, sobre todo si ya sabe cuál es la música preferida del bebé. Emplear ruido blanco: agua corriente, interferencias de la radio, la aspiradora o la lavadora. Cambio de escenario: vayan a otra habitación, colóquense en otro rincón o salgan fuera. ¡Vayan de compras! El viaje en carro y la visión de otras personas pueden romper el maleficio. Rebotar sobre un balón de ejercicio con el bebé en brazos. Un paseo por el exterior, si el tiempo lo permite, con el bebé en un portabebés. El pequeño puede incluso tomar el pecho discretamente en el portabebé mientras pasean. Amamantar al bebé otra vez. El hambre no suele ser el problema inicial, pero el pecho casi siempre puede ser la solución; tranquiliza al bebé. ¿Cuál es la mejor solución para usted?

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¿Y LA PAREJA? La madre lo amamanta y el bebé no necesita que lo alimente usted. ¿Qué puede hacer, entonces? ¡Todo lo demás! Usted es la “persona que le da seguridad además de mamá”. La lactancia y mamá son el centro del mundo del bebé ahora mismo, pero su mundo crece constantemente y usted es la primera persona que entra en él. Usted es “diferente”. Su forma, su voz, sus manos y su olor son diferentes. Toma al bebé en brazos de manera diferente, le enseña que lo diferente puede ser bueno. Cuando el bebé está intranquilo, usted puede ser la diferencia que necesita. Cosas que puede hacer: Ponga al bebé en un portabebés y salgan de paseo. Llévelo consigo; los bebés son gente sociable. Léale cuentos, le encantará oír su voz. Cámbiele el pañal: aunque ahora no le gusten los cambios de pañal, pronto los disfrutará. Duerma la siesta con el bebé sobre el pecho. Háblele de las cosas que hay en casa. Tomen juntos un baño. Llévelo junto a su madre cuando la necesite. Duerma con él sin peligro (véase el Capítulo 12). Tómelo con la sujeción mágica: la espalda del bebé delante de usted, su brazo izquierdo sobre el hombro izquierdo del bebé (de modo que quede un brazo del bebé a cada lado del suyo), y sujétele el muslo derecho. Ríase y mézale. A los bebés suele gustarles el movimiento lateral. Su principal trabajo consiste en apoyar la lactancia, no competir con ella. Dar un biberón al bebé puede parecer buena idea, pero es probable que provoque problemas de

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lactancia y suponga un mayor riesgo para la salud del bebé. En lugar de ello: Proteja a su pareja de las críticas. Aliméntela. Colabore para conseguir ayuda si la necesita (llli.org e ilca.org son buenos sitios para empezar). Cuídela para que pueda cuidar del bebé. Sus dos papeles diferentes colaboran para formar una red de seguridad para el Mejor Bebé del Mundo.

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¿SU NIETO TOMA EL PECHO? Estas son las novedades relacionadas con la lactancia: Los estudios más recientes demuestran que la lactancia es importante para la salud y el desarrollo del bebé y para la salud de la madre, tanto ahora como en el futuro. La lactancia es buena incluso para el medio ambiente. Los estudios han descubierto que la lactancia funciona mejor cuando el bebé mama cuando tiene hambre, no siguiendo un horario. Suele ser con bastante frecuencia, sobre todo al principio. Afortunadamente, no es posible pasarse con la lactancia. Los pezones adoloridos no son lo normal; son una señal que indica que algo no funciona del todo bien. Con ayuda experta, la madre enseguida volverá a lactar cómodamente. La mayoría de expertos en medicina, incluida la Academia Norteamericana de Pediatría y la Organización Mundial de la Salud, recomiendan que los bebés tomen el pecho exclusivamente, sin añadir leche de fórmula ni alimentos sólidos, durante seis meses, y sigan mamando al mismo tiempo que toman alimentos sólidos los años siguientes, que pueden ser dos o más. Algunas cosas pueden ser diferentes de las que le enseñaron a usted cuando tuvo a sus hijos.

Pero otras cosas no han cambiado: Las madres siguen necesitando ayuda, apoyo y familiares cariñosos que les preparen comidas o pongan lavadoras. Necesitan que los demás sean pacientes con ellas mientras aprenden a dar el pecho y a ser madres. Los bebés siguen necesitando que los abuelos les quieran. Su ayuda práctica y su apoyo son la mejor inversión para el futuro de su nieto, y para su vida en común.

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DAR EL PECHO: ES DE SENTIDO COMÚN Ya sabía que la lactancia era lo mejor. Por eso la inició. He aquí por qué vale la pena solucionar las dificultades: La lactancia: Es una relación. Es inmediata, sencilla, casi gratuita. Proporciona un comienzo normal. Favorece un desarrollo normal de la mandíbula. Es el siguiente paso natural para la madre después del parto. Proporciona hormonas de la maternidad. Deja que el bebé controle su propio apetito. Ahorra dinero a la familia. La leche humana: Contiene cientos de ingredientes conocidos y desconocidos, como el interferón y los glóbulos blancos, agentes antibacterianos y antivíricos, calmantes intestinales, hormonas del crecimiento y todo lo demás que el bebé necesita. Va cambiando para adaptarse a las necesidades cambiantes del bebé. No es alergénica: Es el único alimento normal para el bebé. Favorece el desarrollo normal del cerebro. Siempre es limpia. Favorece la salud normal durante la infancia y más allá. Huele bien al entrar y al salir. Es el inicio normal para el Mejor Bebé del Mundo. La lactancia artificial: Es un método de alimentación.

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Precisa accesorios, preparación, dinero y más atención médica. Es artificial y conlleva riesgos. Aumenta la necesidad de ortodoncias. Se relaciona con determinados cánceres de la mujer. No proporciona hormonas de maternidad. Puede conducir a la sobrealimentación y la obesidad. Enriquece a la industria. La leche de fórmula: Contiene muchísimos menos ingredientes, si bien contiene aceites tropicales, no incluye sustancias antiinfecciosas, contiene irritantes intestinales, nutrientes de mala absorción, microdeficiencias conocidas y desconocidas. Cambia solo debido a la fabricación y a errores de preparación, que son comunes. Contiene uno de dos alérgenos comunes: leche de vaca o soja. No es para lo que los bebés están preparados. Se relaciona con menores índices de coeficiente intelectual. Con frecuencia y facilidad se contamina. Se relaciona con una mayor incidencia de enfermedades como el SMSL, neumonía, cáncer de mama, problemas de visión, obesidad, diabetes. Huele mal. Es de calidad inmensamente inferior a la de la leche humana. Si no disfruta con la lactancia, ¡busque ayuda! Es algo demasiado importante para los dos como para arriesgarse a perderlo.

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LO QUE LAS MADRES NECESITAN SABER ANTES DE SER MADRES Palabras sabias de madres reales procedentes de reuniones de la Liga de La Leche: Los recién nacidos no son como los bebés de las revistas. No hay respuestas correctas. La gente dice cosas, pero no siempre pretenden juzgarnos con sus comentarios. Una casa sucia genera más inmunidad. A veces, la maternidad es un asco. Debería es una palabra envenenada que se contradice con la realidad. Es importante ver a otros bebés para saber qué es normal. En ocasiones, lo que dicen los libros no es correcto. Escúchese a sí misma. Escuche al bebé. Respétele y respete su instinto. Él le indicará qué necesita. Busque a alguien que la escuche. Nunca alcanzará la maternidad ideal. Espere el tiempo suficiente y observará un cambio, y las preguntas y respuestas serán diferentes. Elija sus batallas. Los perros son fantásticos para limpiar suelos. Conteste las preguntas con “¿Por qué lo preguntas?”. Las mantas o los pañales de tela tienen infinidad de usos: para cambiar al bebé encima en lugares públicos, para abrigar al bebé en el coche, para limpiar lo que el bebé ha regurgitado. No compre nada hasta estar segura de que va a usarlo: como la cuna o el cambiador. No se deje atrapar por el consumismo actual. Lo ideal es que durante la primera semana haya tres adultos por cada bebé. Pero si solo hay una madre y un bebé, se las arreglarán. Cuando le ofrezcan ayuda, acéptela.

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Apúntese a un grupo de juego. No es para su hijo, es para usted. Al cabo de una semana, más o menos, salga de casa. El llanto del bebé no molesta a los demás como usted cree, e incluso ir a la tienda de comestibles será una gran aventura. Salga cuando pueda, extienda los hombros, respire hondo y mire hacia arriba durante al menos unos segundos. No se sorprenda por lo rara que se sentirá la primera semana. Es normal sentirse extraña. Solo se llega a lo que se llega. Olvide sus expectativas y deje que las cosas sean como son. Que sea divertido no significa que no sea importante.

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LOS BEBÉS CRECEN

Lavar y fregar puede esperar porque, a mi pesar, mi bebé crecerá. Callen, telarañas; polvo, a dormir, que mama un bebé para crecer feliz.

Adaptación de la canción “Song for a Fifth Child”, de Ruth Hulbert Hamilton

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MEDICINAS Y LACTANCIA ¿Necesita destetar al bebé para medicarse? ¡Casi seguro que no! Los fármacos rara vez representan un riesgo similar al que conlleva la leche de fórmula. Un solo biberón de leche artificial aumenta el riesgo de enfermedades infantiles y de la edad adulta, y le afecta los intestinos durante hasta un mes. “Más vale prevenir que curar”, y esto casi siempre significa seguir amamantando, no destetar al bebé. He aquí algunas de las razones para ello: Aunque un fármaco determinado se encuentre en la sangre de la madre en niveles elevados, se hallará muy diluido cuando el bebé lo ingiera a través de la leche, lo digiera y llegue a su sangre. La edad es importante. Algunos fármacos que pueden ser preocupantes en bebés prematuros, no lo son para bebés nacidos a término. Cuanto mayor sea el bebé, menos hay que temer. A algunas mujeres se les aconseja erróneamente que desteten a sus hijos a causa de un fármaco que se puede administrar a los bebés y niños pequeños. En caso de duda, pida que analicen la sangre del bebé o esté atenta por si surgen cambios, como diarrea o desasosiego. El destete provisional, y la extracción de leche y la alimentación con biberón de un bebé descontento, representa un enorme estrés físico y emocional en un momento ya estresante de por sí. La lactancia no es un grifo que pueda abrirse y cerrarse. Interrumpirla repentinamente puede significar su fin. Más reducción de riesgos: amamantar antes de tomar la dosis, esperar cinco “vidas medias”, hallar un fármaco o tratamiento más seguro, o amamantar a tiempo parcial son opciones mucho mejores que el destete provisional. Las empresas farmacéuticas tienden a recomendar el destete para evitar litigios. Los estudios llevados a cabo rara vez apoyan el destete. Para más información, consúltese el libro Medicamentos y leche materna, de

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Thomas Hale o Medicamentos y lactancia: http://www.e-lactancia.org/.

O también (en inglés): LactMed, base de datos de fármacos y lactancia de los Institutos de Salud Estadounidenses: https://toxnet.nlm.nih.gov/newtoxnet/lactmed.htm El sitio web del doctor Hale: http://www.breastfeedingonline.com/meds.shtml InfantRisk, sitio web de la Universidad Tecnológica de Texas, EE.UU. : http://www.infantrisk.com La guía Quick Reference Guide for Drugs in Breast Milk del Servicio de Salud Nacional del Reino Unido: http://www.ukmi.nhs.uk/activities/specialistServices/default.asp?pageRef=2

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SITIOS WEB ÚTILES PARA MADRES LACTANTES

La Liga de La Leche

www.llli.org

Recursos para la lactancia en caso de adopción

www.fourfriends.com/abrw

Política de lactancia de la Academia Norteamericana de Pediatría

http://www2.aap.org/breastfeeding/policyonbreastfeedinganduseofhumanmilk.html

La lactancia después de la cirugía mamaria

www.bfar.org

Información general sobre lactancia

www.kellymom.com

El sentido común de la lactancia (Diane Wiessinger)

www.normalfed.com

Depresión en la nueva madre

www.granitescientfic.com

ILCA (Asociación Internacional de Asesores de Lactancia)

www.ilca.org/home

Doctor Jack Newman, coautor de The Ultimate Breastfeeding Book of Answers

www.breastfeedinginc.ca/content.php?pagename=drjack

Problemas de producción escasa de leche materna

lowmilksupply.org/index.shtml

Problemas bucales (frenillo corto, caries dentales, etc.)

brianpalmerdds.com

Protocolos hospitalarios basados en investigaciones científicas, Academia de Medicina de la Lactancia

www.bfmed.org

Dormir sin peligros, y juntos (laboratorio del sueño materno-infantil de Notre Dame)

cosleeping.nd.edu

Thomas Hale (Medicamentos y leche materna)

www.breastfeedingonline.com/meds.shtml

Comité Estadounidense de Lactancia Materna

www.usbreastfeeding.org

La Liga de La Leche España

http://www.laligadelaleche.es/

Comité de lactancia materna de la Asociación Española de Pediatría

www.aeped.es/comite-lactancia-materna

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Alba Lactancia Materna Lactancia materna en general

albalactanciamaterna.org

Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia

www.ihan.es/

Organización Mundial de la Salud (OMS)

www.who.int/es/

Para la Vida: la lactancia materna

www.unicef.org/spanish/ffl/04/key_messages.htm

Lactancia y medicamentos

www.e-lactancia.org/

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TRATAMIENTO DE CONDUCTOS OBTURADOS Y PERLAS DE LECHE Ideas para aplicar al dar el pecho: Amamante tan frecuentemente como sea posible, manteniendo el pecho afectado tan blando como sea posible. Acueste al bebé boca arriba sobre una mantita doblada, con la cabeza fuera de la mantita, de cara al techo. Inclínese sobre él apoyándose en codos y rodillas, y amamántele con el pecho colgando. Ideas para aplicar manualmente: Realice una extracción manual y manipule suavemente el pezón para eliminar la perla de leche. Después de la ducha, frote suavemente el pezón para reventar la perla de leche. Con una aguja esterilizada, eleve suavemente y abra la piel que cubre la perla de leche; use unas pinzas esterilizadas si es necesario. Aplique una pomada antibiótica de uso tópico varias veces al día, durante unos cuantos días. Aplique presión desde detrás del pezón, con un masaje suave. Ideas para aliviar con productos: Aplique un poco de algodón untado con aceite de oliva sobre el pezón, por dentro del sujetador. Empape protector de lactancia con vinagre. Aplique sales Epsom o sulfato de magnesio (2 cucharaditas disueltas en un vaso de agua tibia) cuatro veces al día. Ideas para tratar las mamas: Deje de llevar sujetador, o lleve uno sin aros o alambres. Visite al fisioterapeuta para un tratar la mama con ultrasonidos. Use un accesorio de masaje, una máquina de afeitar eléctrica, un cepillo de dientes

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eléctrico o inclínese sobre la lavadora cuando centrifugue. Coloque hojas de col o repollo frías sobre la zona congestionada. Ideas para la dieta: Ingiera más líquidos. Tome dos cucharadas de lecitina al día (la encontrará en herboristerías, tiendas de dietética o farmacias). Evite los productos lácteos, el azúcar, los cacahuetes o maní, el chocolate, las grasas (especialmente las saturadas), la cafeína, los antitranspirantes y los productos descafeinados. Aumente el consumo de vitaminas D y C para potenciar el sistema inmune. Otras ideas: Pregunte a su médico si puede tomar algún fármaco antiinflamatorio. ¿Estrés? ¿Anemia? ¿Herpes? Llame a su líder de la LLL o a su asesora de lactancia. ¿Por qué pasar sola por todo esto?

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MASTITIS: QUÉ HACER CUANDO SE TIENE La mastitis es la inflamación de la mama. A veces se debe a una infección, pero otras veces no. Señales que indican una mastitis: Una zona caliente, sensible (a veces dolorida) en un pecho (en raras ocasiones, en las dos) posiblemente enrojecida. A veces llega acompañada de escalofríos, fiebre o dolor generalizado, como si se tratara de la gripe. ¿Cómo se contrae? Con frecuencia, no se sabe. Tal vez hayan entrado gérmenes a través de una grieta en los pezones, o se deba a un conducto obstruido, al amamantamiento (o extracción) ineficaz o infrecuente, a la presión de un sujetador o portabebés, al cansancio y el agotamiento (“mastitis vacacional”). ¿Qué hacer? Puede pedir una receta de antibióticos al médico. Es posible que no haya infección, por lo que puede intentar antes otros tratamientos. Vaciar el pecho y descansar mucho. Esto significa, por un lado, tomas o sesiones de extracción frecuentes, o extraerse leche manualmente para que siga fluyendo; y por otro lado, pasar en cama o acostada todo el tiempo posible, descansando o durmiendo. Aplicar compresas frías (como un paquete de guisantes congelados envuelto en un trapo) sobre la zona inflamada, aplicar veinte minutos, descansar veinte minutos, o aplicar una compresa caliente, lo que mejor funcione. Tomar un antiinflamatorio sin receta médica recomendado por su médico. ¿No empeora en 24 horas? Puede seguir con el tratamiento 24 horas más. ¿No mejora? Plantéese el uso de antibióticos. Para más recomendaciones, véase la página

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http://www.bfmed.org/Media/Files/Protocols/2014_Updated_Mastitis6.30.14.pdf inglés).

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(en

¿AUMENTO DE PESO, COMILONAS, MUECAS? ¿El bebé crece… pero la lactancia es una lucha? ¿Le suenan las siguientes afirmaciones? 1. El bebé se atraganta y engulle y resopla cuando mama. 2. Siempre siento los pechos llenos, o sale la leche a chorros cuando me baja la leche. 3. El bebé “lucha” con el pecho, se aparta, llora, tira de él, se arquea. 4. El bebé moja y ensucia muchos pañales. 5. El bebé tiene cólicos o gases, o regurgita leche con frecuencia. 6. En ocasiones –o siempre–, el bebé hace deposiciones espumosas o verdosas. Algunas veces con algo de sangre. 7. El bebé aumenta rápidamente de peso, o crecía rápidamente al principio y el aumento de peso desciende mientras aumenta su intranquilidad. 8. El bebé rara vez se duerme al pecho; la lactancia es una lucha. 9. El bebé solo mama para comer, no para tranquilizarse. 10. El bebé hace muecas cuando mama. 11. El bebé a menudo parece tener dolor de barriga. 12. Intento darle los dos pechos en cada toma. 13. Si han pasado menos de dos horas, busco otra causa para el desasosiego del bebé que no sea el hambre. Todo esto puede significar que el bebé toma “demasiada sopa y poca cuajada”. La leche que se acumula en los pechos entre tomas tiende a ser baja en grasa, y pasa gradualmente de “sopa” a “cuajada” a lo largo de la toma. Si la madre tiene demasiada leche, el bebé puede no ser capaz de acabarse toda la sopa en una toma. Si se le ofrece el otro pecho a media toma, “para que tome de ambos pechos”, o si intentamos espaciar las tomas cada dos horas o más, esto puede obligar al bebé a engullir mucha sopa y no llegar nunca a la cuajada. Crece bien. Pero sin la grasa adicional, la leche viaja más veloz por los intestinos, no se digiere completamente y puede fermentarse en el intestino grueso, lo

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que provoca gases, molestias y heces verdosas y espumosas. Además, está el efecto manguera. Toda la leche entra a chorro en la boca del bebé y le hace engullir o atragantarse. No es nada divertido. Tal vez el bebé estará más tranquilo y contento si le deja “vaciar el barril” y llegar a la cuajada, haciendo dos cosas: Ofrézcale el pecho cuando muestre interés, aunque hayan pasado solo unos minutos. Si los intervalos son más cortos, significa que la leche más grasa sigue allí. Si está contento mamando de un lado, déjele allí. Si el pecho no queda blando después, vuelva a ofrecerlo al iniciar la toma siguiente. Usar el mismo pecho durante un par de horas puede ser todo lo que necesita. Algunos bebés necesitan mamar cuatro o seis horas del mismo pecho antes de pasar al otro. Siga su instinto en lugar de guiarse por el reloj. Al quedar tan lleno el otro pecho, se reducirá la producción, que es lo que se pretende. Si está demasiado lleno, amamante o extráigase la leche mínima para estar cómoda, y vuelva al pecho que intenta ablandar. Estas indicaciones pueden sonar a normas, pero son solo recordatorios para ayudarla a superar dos conceptos que han iniciado el problema: pretender dar los dos pechos cada toma y retrasar las tomas. A medida que la producción se estabiliza, puede que se preocupe porque crea que ha “perdido la leche”. Los pechos ya no pesan, ni gotean, y el bebé no se atraganta. Si el bebé sigue ensuciando pañales y parece relajado y cómodo durante la toma y después de esta, son señales de que la producción de leche es buena. Si desea aumentarla, lo que hará será mamar con más frecuencia, o empezar a mamar de los dos pechos algunas veces. Confíe en el instinto del bebé y en su cuerpo. El bebé seguramente estará más tranquilo y las tomas serán más fáciles en cuestión de pocos días. Si no, hable con una líder de la LLL o visite www.llli.org para leer más recomendaciones.

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REGISTRO DE EXTRACCIONES DE LECHE Rodee con un círculo las horas en que se extraiga leche Utilice el sacaleches doble durante unos 15 minutos para empezar; vaya adaptando el sistema a medida que se familiarice con sus pechos. Extráigase leche al menos una vez por la noche. Si el bebé no mama, 10 sesiones de extracción al día son un número excelente. Muchas mujeres se fijan 8 como objetivo. Intente no bajar de 8 las primeras semanas. Pasadas las dos primeras semanas, 6 es el mínimo. Para obtener más cantidad de leche, después de cada extracción con sacaleches, acabe con una extracción manual. Fecha

Objetivo

____ Medianoche

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Mediodía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 ____

____ Medianoche

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Mediodía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 ____

____ Medianoche

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Mediodía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 ____

____ Medianoche

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Mediodía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 ____

____ Medianoche

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Mediodía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 ____

____ Medianoche

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Mediodía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 ____

____ Medianoche

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Mediodía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 ____

____ Medianoche

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Mediodía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 ____

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CONSERVACIÓN DE LA LECHE PARA UN BEBÉ SANO NACIDO A TÉRMINO

Lugar

Temperatura

Tiempo

Observaciones

Temperatura ambiente

19-26 °C

4–8 horas

Los recipientes deben estar tapados y conservarse lo más frescos posible; si se tapa el recipiente con una toalla húmeda, la leche se mantendrá más fresca.

Bolsa térmica

–15-4 °C

24 horas

Los acumuladores de frío deben estar en contacto con los recipientes de leche; abrir la bolsa solo si es indispensable.

Refrigerador

4 °C

3–8 días

Extraer la leche con cuidado para que no se contamine. Conservarla en la parte central trasera de la nevera.

Compartimiento congelador del refrigerador

–15 °C

2 semanas

Compartimiento congelador del refrigerador con puerta separada

–18 °C

3–6 meses

Congelador industrial

–20 °C

6–12 meses

Conservar la leche alejada de los lados y hacia la parte trasera del congelador, donde la temperatura es más constante. La leche almacenada más tiempo del indicado suele estar buena, pero algunas grasas se descomponen con el tiempo.

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DAR EL BIBERÓN A UN LACTANTE: IDEAS PARA LOS CUIDADORES La leche humana es inocua y resistente. No es necesario tomar precauciones adicionales para su manipulación. Alimente al bebé cuando muestre señales de hambre, no según un horario. Sujete al bebé cerca. Manténgale en una posición más bien vertical para que note que tiene el control. Sujete el biberón casi verticalmente contra los labios del bebé al inicio de la toma, como si fuera un dedo que hace la señal de “silencio”. Cuando busque con los labios, incline el biberón horizontalmente para hacerlo entrar en la boca del bebé. Deje que sea él quien lo empuje hacia su interior, para que los labios se cierren abarcando la parte más ancha de la tetina, no solo la estrecha. Mantenga al bebé en posición más bien vertical, para que el biberón quede casi horizontal cuando esté en el interior de su boca. La leche no saldrá automáticamente, y el bebé tendrá más control. Puede que le oiga succionar aire, pero el mismo le saldrá por la nariz. Si el bebé se tensa o se atraganta, incline el bebé y el biberón hacia delante para que la leche caiga de la tetina. El bebé pronto aprenderá a hacer pausas por sí solo. Deje que el pequeño haga pequeñas pausas y que descanse cuando así lo desee. Cuando crea que está casi lleno, gire y retire el biberón. Ofrézcale inmediatamente el biberón de nuevo para comprobar si el bebé quiere más. Si lo agarra, espere unas diez succiones, retírelo y vuélvaselo a ofrecer. El pequeño acabará cerrando los labios y así logrará reducir el riesgo de sobrealimentarle. Si habitualmente no se acaba el biberón, llénelo menos. Si queda leche, no la tire. Se conservará en la nevera hasta la toma siguiente. Si su madre viene a buscarlo dentro de poco, intente distraerlo o dele solo un poco de leche. Ella estará lista para darle el pecho y querrá que el bebé esté también listo para recibirlo.

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MANIPULACIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA LECHE MATERNA Extracción: Lávese las manos antes de extraerse leche o manipularla. Cualquier recipiente limpio es válido. Para evitar toxinas, úselos de cristal o busque los de plástico con el número 5 en el símbolo de reciclaje y/o las letras PP en el fondo del recipiente. Feche y anote su nombre en la bolsa o biberón antes de llenarlo. Conservación: Refrigere o enfríe la leche justo después de extraerla si no va a utilizarla en las próximas horas. Si sus componentes se separan, mézclela (sin sacudirla) para redistribuir la nata antes de la toma. Añada leche de diferentes extracciones añadiendo leche fría a la leche que está fría. La leche se expande al congelarse, por lo que conviene dejar un espacio vacío en el recipiente si va a congelarla. Llene cada recipiente con solo 60 ml (2 onzas) para minimizar la leche que pueda desecharse. La leche que no sea necesaria puede congelarse y usarla más adelante. Consérvela en el fondo del refrigerador, en la parte central, donde la temperatura es más estable. Si conserva la leche en bolsas, enfunde cada bolsa o guárdela en un recipiente sellado para evitar las quemaduras provocadas por el frío. Si guarda las bolsas en posición horizontal, ahorrará espacio. Use la leche más antigua primero para que esta no esté demasiado tiempo en el congelador. Descongelación: Descongele la leche en la nevera o en un recipiente con agua caliente o bajo el

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grifo de agua caliente. Nunca caliente la leche directamente en el fuego; tampoco es recomendable usar el microondas. A algunos bebés les gusta la leche fría. La leche descongelada puede mantenerse refrigerada durante 24 horas. Use la que le haga falta y la que sobre tírela.

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AGRADECIMIENTOS

Las tres autoras deseamos agradecer a la Liga de La Leche Internacional la invitación para redactar esta nueva edición del libro que nos inspiró durante nuestros primeros años de maternidad. Las fundadoras de la Liga de La Leche, que son las autoras originales del libro, nos proporcionaron información valiosísima y les agradecemos su atenta lectura. Barbara Emanuel y LaJuana Oswalt, del equipo de dirección ejecutiva de la LLLI, nos han acompañado en cada paso del camino, han coordinado nuestro trabajo y el de revisión, investigación, fotografía, ilustración, y el de agentes y editores. Damos las gracias a Marnie Cochran, nuestra fantástica editora de Ballantine Books que nos ha apoyado constantemente, cuya visión del libro y pasión por la lactancia nos inspiró. Agradecemos el ánimo, ayuda y esfuerzos incansables de nuestra agente, Maura Kye-Casella de Don Congdon Associates. También queremos expresar nuestro agradecimiento a la agente de la Liga de La Leche Internacional, Stephanie Kip Rostan, de la agencia Levine Greenberg Literary Agency, que guió el proyecto tan acertadamente. Agradecemos al equipo de investigación de la LLLI, coordinado por Marcia Lutostanski: Karen Butler, Helen Butler, Pat Martens, Maria Grant, Cindy Harmon-Jones, Cathy Liles y Jeanne Mitchell, y a las copresidentas Rosemary Gordon y Shirley Phillips su apoyo y orientación a lo largo de este importante proyecto, a Loretta McCallister y a Ron Larracas por apoyar el proyecto. También agradecemos a los expertos de lactancia que han contribuido con sus conocimientos: Jan Barger, Barbara Behrmann, Diana Cassar-Uhl, Cheryl Chapman, Suzanne Colson, Jean Cotterman, Diane DiSandro, Larry Gartner, Catherine Watson Genna, Rebecca Glover, Kay Hoover, Dee Kassing, Kathy Kendall-Tackett, Katy Lebbing, Lisa Marasco, Jim McKenna, Anne Marie Miller, Nancy Mohrbacher, Jane Morton, Chris Mulford, Jim Murphy, Jack Newman, Nicola O’Byrne, Amy Peterson, Gill Rapley, Bob Sears, Martha Sears, Tina Smillie, Linda Smith, Betty Sterken, Marsha Walker y Margaret Wills.

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Agradecemos la colaboración de Lavinia Belli, Clara Fernández, Adelina García, Verónica Garea y Elvira Germana por la revisión de la versión traducida y por el aporte de referencias bibliográficas y de páginas web en castellano. Por encima de todo, damos las gracias a nuestro equipo incansable de generación de ideas y a otras madres que se convirtieron en el corazón del presente libro con su sabiduría, experiencias y anécdotas, como Jan Barger, Jane Bradshaw, Elisa Brook, Emma Brook, Isabella Brook, Jan Ellen Brown, Kathleen Bruce, Vered Bukai, Cathy Carothers, Diana Cassar-Uhl, Terry Cater-Cyker, Jean Cotterman, Jill Dye, Melissa Ferguson, Chana Fitton, Cathy Genna, Roberta Graham de Escobedo, Cynthia Gration, Lynette Hafken, Donna Henderson, Kaileigh Hennessey, Sarah Hung, Gloria Jackson, Emily Perl Kingsley, Lynett Koetz, Lisa Rotondi Krempasky, Laura LaRocca, Samantha Leeson, Sherrie Littlefield, Lisa Mandell, Kira Martin, Jeanette McCulloch, Denise Murphy, James Murphy, Nicola O’Byrne, Susan L. Ogden, Nan Perigo, Esmaralda Pitman, Heidi Poliafico, Scott Pryor, Kelly Quinn, Amy Rand, Molly Remer, Bonnie Roberts, Lesley Robinson, Kathleen Salisbury, Jazz Salwen-Grabowski, Enya Santiago, Susan Schade, Lisa Settje, Terriann Shell, Mellanie Sheppard, Newt Sherwin, Linda Smith, Barbara Sturmfels, Lynn Thye, Laura Ulrich, Marianne Vakiener, Kasey Wiessinger, Laura Wiessinger, Margaret Wills y otras que desean permanecer en el anonimato. Este proyecto empezó un largo fin de semana en Niagara-on-the-Lake, Ontario, donde nos dimos cuenta por primera vez de lo que nos divertía trabajar juntas. Pero debemos un agradecimiento especial a la cofundadora de la Liga de La Leche Internacional, Marian Tompson, que se unió a nosotras en la cabaña de Diane en las montañas Adirondack y fijó el tono del libro, compartiendo con nosotras sabiduría al amanecer en el porche y recuerdos al anochecer junto a la chimenea. Para conmemorar la ocasión, firmó con su nombre en un lugar escondido de la cabaña. ¡Nunca diremos dónde! De Diane Wiessinger: Las ondas van en dos direcciones: si mis nueras Laura y Kasey han recibido algo de mí, me lo han devuelto con creces, con su grácil e intuitiva educación de mis nietos, Elizabeth y Max. No tendría a Laura y a Kasey sin mis hijos Scott y Eric, que están aprendiendo lo que me enseñaron a mí: que la familia es la mayor riqueza de nuestra vida. Pero este libro habría sido un proyecto imposible sin la paciencia interminable de mi maravilloso marido John. Los quiero a todos, y por supuesto, agradezco la colaboración de mis coautoras: ¡hemos conseguido un libro y una

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amistad bien grandes! No tenía ni idea de cómo me cambiaría la vida pisar por primera vez una reunión de la Liga de La Leche, con un lactante de cuatro meses en brazos. De Diana West: Debo mi más profundo agradecimiento a mi querida familia: a mis hijos, Alex, Ben y Quinn, y a mi marido, Brad, dulcemente pacientes mientras estoy ocupada con mis libros, que siempre me apoyan en mi trabajo de ayuda a las madres lactantes y a quienes amo muchísimo. También agradezco de todo corazón a la Liga de La Leche. Me ha enseñado a ser madre de manera que he creado con mis hijos un delicioso vínculo, a escuchar de verdad a mis amigas, y a descubrir mis propios talentos y sacarles provecho. No sería la madre, amiga ni profesional que soy si no me hubiera dado la bienvenida tan cálida la Hermandad de Madres cuando nació mi primer hijo. Para terminar, agradezco a mis coautoras: dos mujeres y amigas maravillosas con quienes ha sido una alegría y un honor compartir el viaje de este libro tan especial. De Teresa Pitman: Como siempre, estoy agradecida a mis hijos, Matthew, Lisa, Dan y Jeremy, que han sido (y son) los mejores maestros que puede tener una madre. Estoy igualmente agradecida a los nuevos miembros de la familia: mi maravillosa nuera, Esmaralda, y mis nietos Sebastian, Callista, Xavier y Keagan (que llegó mientras trabajaba en el presente libro. Me las arreglé para apagar el ordenador el tiempo suficiente para presenciar su fabuloso nacimiento en casa, como sus hermanos mayores). Además, deseo expresar mi profundo aprecio por mi “familia” de la LLL, incluidas mis compañeras líderes presentes y pasadas y todas las líderes del mundo que me han ayudado y animado en mi trabajo y mi vida. Ahora Diana y Diane forman también parte de mi familia: ambas son brillantes, con un gran talento e increíblemente trabajadoras, y ha sido todo un placer trabajar con ellas.

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REFERENCIAS SELECCIONADAS

uno

Preparar el nido

No hay ninguna otra cosa que pueda hacer por su hijo que le afecte tanto emocional y físicamente como amamantarlo Gartner, L.M. et al. 2005. Breastfeeding and the use of human milk; American Academy of Pediatrics Section on Breastfeeding. Pediatrics 115(2):496–506. Ip, S. et al. 2007. Breastfeeding and maternal and infant health outcomes in developed countries. Evidence Rep Tec Assess (Full Rep.) 153:1–186. Kramer, M.S. et al. 2001. Promotion of breastfeeding Intervention Trial (probit): a randomized trial in the Republic of Belarus. jama 285(4):413–420. Lönnerdal, B. 2003. Nutritional and physiologic significance of human milk proteins. Am J Clin Nutr 77(6):1537S–1543S. Stuebe, A.M. and E.B. Schwarz. 2010. The risks and benefits of infant feeding practices for women and their children. J Perinatology 30(3)155–162. Turck, D. 2005. Comité de nutrition de la Société française de pédiatrie [Breast feeding: health benefits for child and mother] [Article in French] Arch Pediatr 12 Suppl 3:S145– 65. (Epub 2005 Nov 21.) La leche materna posee todas las vitaminas, minerales y demás nutrientes que el bebé necesita James, D.C. and R. Lessen. 2009. Position of the American Dietetic Association: promoting and supporting breastfeeding. J Am Diet Assoc 109(11):1926–42. [La leche] cambia sutilmente con cada toma, cada día y cada año, para adaptarse a los cambios de las necesidades del bebé Hale, T.W. and P.E. Hartmann, eds. Textbook of Human Lactation. Amarillo, TX: Hale Publishing. Lawrence, R.A. and R.M. Lawrence. 2005. Breastfeeding: A Guide for the Medical

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Provoca otra oleada de oxitocina Marshall, W.M. et al. 1992. Hot flushes during breastfeeding? Fertil Steril 57(6): 1349– 1350. Le proporciona protección contra infecciones en el tracto digestivo Hanson, L.A. 2004. Immunobiology of Human Milk. Amarillo, TX: Pharmasoft Publishing. Los partos domiciliarios son tan seguros como los partos hospitalarios en el caso de embarazos de bajo riesgo Fullerton, J.T. et al. 2007. Outcomes of planned home birth: an integrative review. J Midwifery Womens Health 52(4):323–333. Johnson, K. and B.A. Daviss. 2005. Outcomes of planned home births with certified professional midwives: large prospective study in North America. BMJ 330(7505):1416. Symon, A. et al. 2009. Outcomes for births booked under an independent midwife and births in NHS maternity units: matched comparison study. BMJ 338:b2060. Evite la monitorización fetal externa rutinaria Wood, S.H. 2003. Should women be given a choice about fetal assessment in labor? J Matern Child Nurs 28(5):292–298. Intervenciones más comunes Chalmers, B. et al. 2009. Maternity Experiences Study Group of the Canadian -Perinatal Surveillance System; Public Health Agency of Canada. Use of routine interventions in vaginal labor and birth: findings from the Maternity Experiences Survey. Birth 36(1):13– 25. Childbirth Connection. 2002. Listening to Mothers I Report. . Medoff--Cooper, B. et al. 2005. The AWHONN -near--term infant initiative: a conceptual framework for optimizing health for -near--term infants. J Obstet Gynecol Neonatal Nurs 34(6):666–671. Thacker, S.B. et al. 2006. Continuous electronic heart rate monitoring for fetal assessment during labor. Cochrane Database Syst Rev 3:CD000063. La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar las inducciones médicas a los casos en que sean realmente necesarias, es decir, menos del 10% de todos los

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Debe recuperar el peso de nacimiento a las dos semanas. Después, el promedio del aumento de peso ronda los 30 g diarios, pero su hijo puede aumentar más o menos Crossland, D.S. et al. 2008. Weight change in the term baby in the first 2 weeks of life. Acta Paediatr 97(4):425–429. Martens, P.J. and L. Romphf. 2007. Factors associated with newborn -in--hospital weight loss: comparisons by feeding method, demographics, and birthing procedures. J Hum Lact 23(3):233–241. Cuanta más leche se extraiga ahora, más leche se producirá en el futuro Daly, S.E. and P.E. Hartmann. 1995. Infant demand and milk supply. Part 1: infant demand and milk production in lactating women. J Hum Lact 11(1):21–26. Daly, S.E. and P.E. Hartmann. 1995. Infant demand and milk supply. Part 2: the -short-term control of milk synthesis in lactating women. J Hum Lact 11(1):27–37. West, D. and L. Marasco. 2009. The Breastfeeding Mother’s Guide to Making More Milk. New York: -McGraw--Hill. Compresión de la mama Newman, J. and T. Pitman. 2006. The Ultimate Breastfeeding Book of Answers. New York: Three Rivers Press. Algunas ideas Bronner, Y.L. 2010. Maternal nutrition during lactation. In Breastfeeding and Human Lactation, 4th edition. Riordan, J. and K. Wambach, ed., 498. Sudbury, MA: Jones and Bartlett. Practicar el colecho con seguridad McKenna, J.J. 2007. Sleeping with Your Baby: A Parent’s Guide to Cosleeping. Washington DC: Platypus Media. McKenna, J.J. et al. 2007. -Mother--infant cosleeping, breastfeeding and sudden infant death syndrome: what biological anthropology has discovered about normal infant sleep and pediatric sleep medicine. Yearbook Phys Anthropol 50:133–161. Tristeza puerperal Kendall--Tackett, K. 2005. Depression in New Mothers: Causes, Consequences, and Treatment Alternatives, 4. Binghamton, NY: Haworth Maltreatment and Trauma Press. Un bebé intranquilo

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CATORCE Cuando no se puede estar junto al bebé Si la baja se disfruta principalmente después del nacimiento, el éxito de la lactancia es más probable [...] las mujeres que empiezan la baja unas semanas antes del nacimiento del bebé presentan menos probabilidades de tener que someterse a una cesárea Guendelman, S. et al. 2009. Maternity leave in the ninth month of pregnancy and birth outcomes among working women. Womens Health Issues 19(1):30–37. Le da a usted la oportunidad de entrar en contacto con algunos de los gérmenes y bacterias presentes en el centro infantil, lo que fomentará su producción de anticuerpos Lee, M.B. and J.D. Greig. 2008. A review of enteric outbreaks in child care centers: effective infection control recommendations. J Environ Health 71(3):24–32, 46. Riordan, J. 2010. The biological specificity of breastmilk. In Breastfeeding and Human Lactation, 4th edition. Riordan, J. and K. Wambach ed., 140–144. Sudbury, MA: Jones and Bartlett. Las madres lactantes –y otros empleados– se sienten más a gusto con empresas que les apoyan para seguir amamantando Glass, J. and L. Riley. 1998. Family responsive policies and employee retention following childbirth. Social Forces 76:1401–1436. Guendelman, S. et al. 2009. Juggling work and breastfeeding: effects of maternity leave and occupational characteristics. Pediatrics 123(1):e38–e46. Hakim, C. et al. 2008. Little Britons: Financing Childcare Choice. London: Policy Exchange. Johnston, M.L. and N. Esposito. 2007. Barriers and facilitators for breastfeeding among working women in the United States. J Obstet Gynecol Neonatal Nurs 36(1):9–20. Neifert, M. 2000. Supporting breastfeeding mothers as they return to work. Amer Acad Pediatrics. . El bebé que se separa de la madre cuando esta trabaja fuera de casa y realiza una jornada laboral completa presente niveles de cortisol elevados Ainsworth, M.D.S. 1985. Attachments across the life span. Bull NY Acad Med 61(9): 792–812. Bowlby, R. 2007. Babies and toddlers in -non--parental daycare can avoid stress and anxiety if they develop a lasting secondary attachment bond with one carer who is

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CRÉDITOS DE LAS IMÁGENES

ILUSTRACIONES:

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FOTOGRAFÍAS:

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¿DESEA SABER MÁS?

La Liga de la Leche Internacional es una fuente de información, apoyo y ayuda. Los grupos de la Liga de la Leche se reúnen en todo el mundo para compartir experiencias de lactancia y maternidad. Para ser miembro de LLLI o de un grupo de su zona, o para encontrar una líder en su zona, visite el sitio web de LLLI, llli.org. La Liga de la Leche internacional ofrece múltiples recursos además de esta nueva edición de El arte femenino de amamantar:

Recursos locales: Líderes certificadas de la Liga de la Leche en sesenta y ocho países. Reuniones de madres, bebés y líderes de la Liga de la Leche para compartir información y apoyo. Ayuda telefónica y en línea de las líderes certificadas de la Liga de la Leche Internacional.

Apoyo e información en línea: Foros de madres/grupos en Facebook. Formularios de petición de ayuda (las madres introducen sus preguntas y reciben respuestas personalizadas de las líderes de la Liga de la Leche por correo electrónico). Respuestas sobre temas de lactancia relacionadas con diversidad de aspectos de interés: la lactancia en general, la lactancia maternal, la lactancia de bebés y niños, la familia, etcétera. Se puede accede a las páginas y a los grupos de apoyo virtuales de América Latina a través de los siguientes enlaces y/o escribiendo a los siguientes correos electrónicos:

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Liga de la Leche Argentina

www.ligadelaleche.org.ar [email protected] Facebook: Liga de La Leche Argentina

Liga de la Leche Bolivia

[email protected] Facebook: Liga de la Leche Materna en Bolivia

Liga de la Leche Brasil

[email protected] Facebook: La Leche League Brasil

Liga de la Leche Chile

www.lllchile.blogspot.cl [email protected] Facebook: Liga de La Leche Chile

Liga de la Leche Colombia

www.lllcolombia.org [email protected] Facebook: Liga de la Leche Colombia

Liga de la Leche Costa Rica

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Liga de la Leche Ecuador

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Liga de la Leche España

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Liga de la Leche Guatemala

www.ligadelalecheguatemala.org [email protected] Facebook: Liga de la Leche Guatemala

Liga de la Leche México

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Liga de la Leche Panamá

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Liga de la Leche Paraguay

Facebook: Liga de la Leche Materna Paraguay

Liga de la Leche Perú

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Liga de la Leche Puerto Rico

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PUBLICACIONES Libros sobre lactancia diversos como lactancia, educación de los hijos, nutrición, cuentos infantiles y textos profesionales. Hojas informativas (consejos de lactancia, ¿está recibiendo suficiente leche mi bebé?, afianzar la producción de leche): hallará una lsta completa en store.llli.org (en inglés). Revistas en línea (http://breastfeedingtoday-llli.org/category/translations/espanoltranslations/) Nuestras publicaciones impresas están disponibles en línea y a través de nuestra tienda (store.llli.org). Se ofrecen más publicaciones para las socias a través de diversas entidades de LLL de todo el mundo. Estas publicaciones pueden encontrarse visitando los sitios web locales listados más arriba.

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La información más actualizada para que la lactancia funcione No es ningún secreto que la lactancia es el método más normal y más sano para alimentar y nutrir al bebé. La Liga de La Leche, organización de prestigio internacional dedicada al apoyo de las futuras madres y las madres lactantes, ha establecido los estándares para educar y dotar de recursos a las mujeres para desarrollar este arte natural. Ahora, esta obra clásica se ha adaptado a las madres y estilos de vida actuales y se edita por primera vez en Colombia. ¡El arte de la lactancia ofrece al bebé el mejor comienzo posible!

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LIGA DE LA LECHE COLOMBIA En Colombia la Liga de La Leche funciona desde 1976 y actualmente está presente en Bogotá, Medellín y Cali, a través de sus grupos de apoyo, la ayuda madre a madre, la capacitación a los profesionales e instituciones de salud y su participación en el desarrollo de proyectos de promoción de esta práctica natural.

Para más información: Correo electrónico: [email protected] Página web: http://lllcolombia.org/

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Título: El arte femenino de amamantar Primera edición: febrero de 2017 © La Liga de La Leche Internacional Representantes de la LLL en Colombia: Valeria Baena y Claudia García. ([email protected]). Adaptación de la presente edición: Valeria Calderón. © 2017, de la presente edición en castellano para todo el mundo: Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. S. Cra 5A No 34A – 09, Bogotá – Colombia. PBX: (57-1) 743-0700 www.megustaleer.com.co Diseño de cubierta: Penguin Random House Grupo Editorial / Paula A. Gutiérrez Imagen de cubierta: www.istockphoto.com / Kharichkina Penguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright. El copyright estimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyright al no reproducir, escanear ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. ISBN 978-958-9007-50-1 Conversión a formato digital: Libresque

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Índice

El arte femenino de amamantar Dedicatoria Bienvenida Introducción ¿Qué diferencia este libro de otros libros sobre la lactancia? ¿Qué es diferente en esta edición? Las autoras de esta edición ¡Este libro es SUYO! Primera parte. Nuevos comienzos Uno. Preparar el nido ¿Está hecha para mí la lactancia? ¿Hasta qué punto es verdaderamente importante amamantar? ¿Servirán mis pechos? ¿Tendré suficiente leche? ¿Cuánto tiempo amamantaré? ¿Qué “material” necesito para amamantar? ¿Qué debo hacer para preparar mi cuerpo? ¿Qué debo hacer para prepararme mentalmente? ¿Quién me ayudará? Dos. Formar su red de apoyo Estamos diseñados para formar redes La Liga de La Leche La pareja de la madre Apoyo en línea Ayuda pagada y profesional Una red diversa Disponer de un médico positivo Al principio, su red puede ser pequeña El bebé como miembro de su red de apoyo 656

Tres. ¡El nacimiento! Acerca del parto Manoli y Beti La conexión parto-lactancia Decisiones durante el embarazo: quién y dónde Enfrentarse a las intervenciones durante el parto ¿Qué pasa si entro en la categoría de alto riesgo? Los pasos siguientes después de un parto difícil Ser dueña del propio parto Cuatro. Agarre y vínculo Amamantar reclinada ¿Por qué es tan bueno amamantar reclinada? Amamantar sentada, el bebé al mando Amamantar sentada, la madre ayuda Qué necesita el bebé para tomar el pecho ¿Qué hay del “agarre” y “posiciones”de las que he oído hablar? Adaptarse después de una cesárea o una episiotomía Iniciar la toma Se agarra, pero DUELE ¡Nada de esto funciona! ¡El bebé no se agarra! Las “Tres Claves” La práctica hace al maestro Segunda parte. Edades y etapas Cinco. Primeros días: hola, bebé… Conocer al bebé ¡Nadie me lo había dicho! Noches y siestas Micciones y deposiciones Cuestiones de peso Problemas iniciales Sobrevivir sola con el primer bebé Preocupaciones de los primeros días Confiar en una misma Seis. Las dos primeras semanas: ¡leche! Hábitos de lactancia: primeras dos semanas Las deposiciones del bebé Producción de leche 657

La alimentación de la madre El descanso Altibajos emocionales La hora de la abuela Preocupaciones de las primeras dos semanas Siete. De la semana dos a la seis: sonrisas fugaces Hábitos de lactancia: de la semana dos a la seis Todavía no sé cuándo darle el pecho Otras preocupaciones Siga los dictados de su corazón Ocho. De la semana seis a los cuatro meses: de bien a mejor Hábitos de lactancia: de la semana seis a los cuatro meses Preocupaciones de la semana seis a los cuatro meses Nueve. De los cuatro a los nueve meses: en las nubes Hábitos de lactancia: de los cuatro a los nueve meses Dos pasos hacia delante, un paso atrás Aumento de peso más lento Preocupaciones de los cuatro a los nueve meses Diez. De los nueve a los dieciocho meses: en marcha Hábitos de lactancia: de los nueve a los dieciocho meses Algo más que agua Bajada lenta de la leche Aumento de peso lento Preocupaciones de los nueve a los dieciocho meses Once. Amamantar a partir de los dieciocho meses y más: seguir avanzando ¿Es normal amamantar pasados los dieciocho meses? ¿Es importante amamantar pasados los dieciocho meses? Hábitos de lactancia: a partir de los dieciocho meses Los más y los menos del lactante preescolar “¡Quiero teta!” Preocupaciones a partir de los dieciocho meses Educar niños que nos gusten de adultos Tercera parte. Las grandes cuestiones Doce. Dormir como un bebé ¿Qué es lo normal? La conexión entre el sueño y la lactancia ¿Dónde debería dormir el bebé? 658

Pero ¿es seguro dormir con el bebé? ¿Por qué no dejarlo dormir solo? Amamantar sin cama familiar Dormirle al pecho Vestirse para la cama… y vestir la cama ¿Se acabó el sexo? El juego de las camas ¡Estoy verdaderamente agotada! ¿Y si le enseño a dormir toda la noche? ¿Y si le doy cereales? Lactancia nocturna y caries dental ¡No quiero que duerma siempre en nuestra cama! Trece. El paso a los alimentos ¿Cuándo está listo el bebé para los alimentos? Señales que no indican que el bebé esté listo para los alimentos Empezar con los alimentos de manera fácil Catorce. Cuando no se puede estar junto al bebé Reincorporación al trabajo Otras separaciones Quince. Leche para llevar Primer paso: extracción Problema: la extracción resulta dolorosa Segundo paso: almacenaje Tercer paso: ingestión El resultado del proceso Dieciséis. Todos se destetan ¿Cuánto tiempo mi hijo tomará el pecho? Destetar a un ritmo natural ¿Y si soy yo la que quiere destetarlo? Yo no quiero destetarlo pero el bebé sí quiere ¿Y si la duración normal de la lactancia no es adecuada en nuestro caso? Cómo destetar más deprisa de lo previsto por la naturaleza Destetar al bebé abruptamente Eliminar las tomas nocturnas Cómo se siente la madre al destetar al bebé Diecisiete. Otros caminos 659

Extracción exclusiva Bebés prematuros Múltiples Relactación Lactancia inducida Retos maternos Bebés con necesidades especiales Cuando el lactante fallece Cuidar de sí misma Dieciocho. Apoyo técnico Absceso mamario Alcohol durante la lactancia Alergias y sensibilidades alimentarias Bultos en los pechos Qué hacer Cirugía bariátrica (bypass gástrico) Cólicos Conductos obstruidos Congestión mamaria Depresión posparto Diversidad de pezones El tabaco durante la lactancia Exceso de producción de leche Frenillo corto Hipoglucemia Hipotermia Huelga de lactancia Ictericia o hiperbilirrubinemia (exceso de bilirrubina) Infecciones por hongos Insuficiencia de tejido glandular Intervención quirúrgica u hospitalización de la madre Intervención quirúrgica u hospitalización del bebé Mastitis Medicinas y lactancia Perlas de leche Pezoneras Pezones agrietados 660

Piercings Preocupación por el aumento de peso Producción escasa de leche materna Reflejo de eyección disfórico Reflujo Resfriados y otras enfermedades Sangre en la leche Suplementos Tatuajes Trastornos alimentarios Tratamientos de fertilidad durante la lactancia Vasoespasmos Cuarta parte. Recursos de la Liga de La Leche Diecinueve. Acerca de la Liga de La Leche Cómo empezó todo La influencia de la Liga de La Leche Cómo puede ayudarla la Liga de La Leche Cómo puede usted colaborar con la Liga de La Leche Unas palabras de las fundadoras Veinte. Hojas de utilidad Lactancia en posición reclinada Registro de pañales para los primeros días Despertar a un recién nacido somnoliento Señales de hambre Amamantar al bebé que no se agarra bien: posibles soluciones Extracción manual de leche ¡El bebé ya está aquí! nació el día y pesó ¡Tu ayuda nos irá de maravilla! Ideas para calmar a un bebé intranquilo ¿Y la pareja? ¿Su nieto toma el pecho? Dar el pecho: es de sentido común Lo que las madres necesitan saber antes de ser madres Los bebés crecen Medicinas y lactancia 661

Sitios web útiles para madres lactantes Tratamiento de conductos obturados y perlas de leche Mastitis: qué hacer cuando se tiene ¿Aumento de peso, comilonas, muecas? Registro de extracciones de leche Conservación de la leche para un bebé sano nacido a término Dar el biberón a un lactante: ideas para los cuidadores Manipulación y conservación de la leche materna Agradecimientos Referencias seleccionadas Créditos de las imágenes ¿Desea saber más? Sobre este libro Sobre las autoras Créditos

662

Índice El arte femenino de amamantar Dedicatoria Bienvenida Introducción

2 4 5 9

¿Qué diferencia este libro de otros libros sobre la lactancia? ¿Qué es diferente en esta edición? Las autoras de esta edición ¡Este libro es SUYO!

Primera parte. Nuevos comienzos Uno. Preparar el nido

12 14 16 17

18 20

¿Está hecha para mí la lactancia? ¿Hasta qué punto es verdaderamente importante amamantar? ¿Servirán mis pechos? ¿Tendré suficiente leche? ¿Cuánto tiempo amamantaré? ¿Qué “material” necesito para amamantar? ¿Qué debo hacer para preparar mi cuerpo? ¿Qué debo hacer para prepararme mentalmente? ¿Quién me ayudará?

Dos. Formar su red de apoyo

22 23 32 35 37 38 42 46 48

50

Estamos diseñados para formar redes La Liga de La Leche La pareja de la madre Apoyo en línea Ayuda pagada y profesional Una red diversa Disponer de un médico positivo Al principio, su red puede ser pequeña El bebé como miembro de su red de apoyo

Tres. ¡El nacimiento!

52 54 55 59 60 62 63 64 65

66

Acerca del parto Manoli y Beti

70 71 663

La conexión parto-lactancia Decisiones durante el embarazo: quién y dónde Enfrentarse a las intervenciones durante el parto ¿Qué pasa si entro en la categoría de alto riesgo? Los pasos siguientes después de un parto difícil Ser dueña del propio parto

Cuatro. Agarre y vínculo

79 80 85 90 91 94

95

Amamantar reclinada ¿Por qué es tan bueno amamantar reclinada? Amamantar sentada, el bebé al mando Amamantar sentada, la madre ayuda Qué necesita el bebé para tomar el pecho ¿Qué hay del “agarre” y “posiciones”de las que he oído hablar? Adaptarse después de una cesárea o una episiotomía Iniciar la toma Se agarra, pero DUELE ¡Nada de esto funciona! ¡El bebé no se agarra! Las “Tres Claves” La práctica hace al maestro

Segunda parte. Edades y etapas Cinco. Primeros días: hola, bebé… Conocer al bebé ¡Nadie me lo había dicho! Noches y siestas Micciones y deposiciones Cuestiones de peso Problemas iniciales Sobrevivir sola con el primer bebé Preocupaciones de los primeros días Confiar en una misma

97 99 101 102 103 106 109 110 111 113 114 118

119 121 123 125 130 133 135 136 137 139 144

Seis. Las dos primeras semanas: ¡leche!

145

Hábitos de lactancia: primeras dos semanas Las deposiciones del bebé Producción de leche La alimentación de la madre

147 150 153 155

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El descanso Altibajos emocionales La hora de la abuela Preocupaciones de las primeras dos semanas

Siete. De la semana dos a la seis: sonrisas fugaces Hábitos de lactancia: de la semana dos a la seis Todavía no sé cuándo darle el pecho Otras preocupaciones Siga los dictados de su corazón

Ocho. De la semana seis a los cuatro meses: de bien a mejor Hábitos de lactancia: de la semana seis a los cuatro meses Preocupaciones de la semana seis a los cuatro meses

Nueve. De los cuatro a los nueve meses: en las nubes Hábitos de lactancia: de los cuatro a los nueve meses Dos pasos hacia delante, un paso atrás Aumento de peso más lento Preocupaciones de los cuatro a los nueve meses

Diez. De los nueve a los dieciocho meses: en marcha Hábitos de lactancia: de los nueve a los dieciocho meses Algo más que agua Bajada lenta de la leche Aumento de peso lento Preocupaciones de los nueve a los dieciocho meses

Once. Amamantar a partir de los dieciocho meses y más: seguir avanzando ¿Es normal amamantar pasados los dieciocho meses? ¿Es importante amamantar pasados los dieciocho meses? Hábitos de lactancia: a partir de los dieciocho meses Los más y los menos del lactante preescolar “¡Quiero teta!” Preocupaciones a partir de los dieciocho meses Educar niños que nos gusten de adultos

Tercera parte. Las grandes cuestiones Doce. Dormir como un bebé 665

156 158 159 162

175 177 178 181 194

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¿Qué es lo normal? La conexión entre el sueño y la lactancia ¿Dónde debería dormir el bebé? Pero ¿es seguro dormir con el bebé? ¿Por qué no dejarlo dormir solo? Amamantar sin cama familiar Dormirle al pecho Vestirse para la cama… y vestir la cama ¿Se acabó el sexo? El juego de las camas ¡Estoy verdaderamente agotada! ¿Y si le enseño a dormir toda la noche? ¿Y si le doy cereales? Lactancia nocturna y caries dental ¡No quiero que duerma siempre en nuestra cama!

Trece. El paso a los alimentos

280 282 285 286 288 291 292 296 298 299 300 303 304 305 309

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¿Cuándo está listo el bebé para los alimentos? Señales que no indican que el bebéesté listo para los alimentos Empezar con los alimentos de manera fácil

Catorce. Cuando no se puede estar junto al bebé

315 317 319

332

Reincorporación al trabajo Otras separaciones

334 357

Quince. Leche para llevar

360

Primer paso: extracción Problema: la extracción resulta dolorosa Segundo paso: almacenaje Tercer paso: ingestión El resultado del proceso

Dieciséis. Todos se destetan

362 374 376 383 384

385

¿Cuánto tiempo mi hijo tomará el pecho? Destetar a un ritmo natural ¿Y si soy yo la que quiere destetarlo? Yo no quiero destetarlo pero el bebé sí quiere ¿Y si la duración normal de la lactancia no es adecuada en nuestro caso? Cómo destetar más deprisa de lo previsto por la naturaleza 666

387 389 391 400 403 407

Destetar al bebé abruptamente Eliminar las tomas nocturnas Cómo se siente la madre al destetar al bebé

Diecisiete. Otros caminos

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417

Extracción exclusiva Bebés prematuros Múltiples Relactación Lactancia inducida Retos maternos Bebés con necesidades especiales Cuando el lactante fallece Cuidar de sí misma

419 422 431 435 439 444 451 456 458

Dieciocho. Apoyo técnico

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Absceso mamario Alcohol durante la lactancia Alergias y sensibilidades alimentarias Bultos en los pechos Qué hacer Cirugía bariátrica (bypass gástrico) Cólicos Conductos obstruidos Congestión mamaria Depresión posparto Diversidad de pezones El tabaco durante la lactancia Exceso de producción de leche Frenillo corto Hipoglucemia Hipotermia Huelga de lactancia Ictericia o hiperbilirrubinemia (exceso de bilirrubina) Infecciones por hongos Insuficiencia de tejido glandular Intervención quirúrgica u hospitalización de la madre 667

461 462 463 466 467 468 469 471 473 476 478 482 483 487 490 492 493 495 497 498 499

Intervención quirúrgica u hospitalización del bebé Mastitis Medicinas y lactancia Perlas de leche Pezoneras Pezones agrietados Piercings Preocupación por el aumento de peso Producción escasa de leche materna Reflejo de eyección disfórico Reflujo Resfriados y otras enfermedades Sangre en la leche Suplementos Tatuajes Trastornos alimentarios Tratamientos de fertilidad durante la lactancia Vasoespasmos

501 503 506 509 511 514 517 518 520 523 524 526 528 530 537 538 540 541

Cuarta parte. Recursos de la Liga de La Leche Diecinueve. Acerca de la Liga de La Leche

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Cómo empezó todo La influencia de la Liga de La Leche Cómo puede ayudarla la Liga de La Leche Cómo puede usted colaborar con la Liga de La Leche Unas palabras de las fundadoras

547 549 551 554 556

Veinte. Hojas de utilidad

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Lactancia en posición reclinada Registro de pañales para los primeros días Despertar a un recién nacido somnoliento Señales de hambre Amamantar al bebé que no se agarra bien: posibles soluciones Extracción manual de leche ¡El bebé ya está aquí! nació el día y pesó 668

559 560 561 563 564 566 567 568 569

¡Tu ayuda nos irá de maravilla! Ideas para calmar a un bebé intranquilo ¿Y la pareja? ¿Su nieto toma el pecho? Dar el pecho: es de sentido común Lo que las madres necesitan saber antes de ser madres Los bebés crecen Medicinas y lactancia Sitios web útiles para madres lactantes Tratamiento de conductos obturados y perlas de leche Mastitis: qué hacer cuando se tiene ¿Aumento de peso, comilonas, muecas? Registro de extracciones de leche Conservación de la leche para un bebé sano nacido a término Dar el biberón a un lactante: ideas para los cuidadores Manipulación y conservación de la leche materna

Agradecimientos Referencias seleccionadas Créditos de las imágenes ¿Desea saber más? Sobre este libro Sobre las autoras Créditos

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El arte femenino de amamantar

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