Pautas y juegos para la estimulación prenatal

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PAUTAS, EJERCICIOS Y JUEGOS PARA LA ESTIMULACIÓN PRENATAL

La estimulación prenatal es fundamental para el desarrollo cognitivo, motor, sensorial y emocional del bebé. Se debe procurar durante el periodo de gestación mantener un estado de tranquilidad; evitar los disgustos y las emociones negativas por ejemplo. Esto no quiere decir que la madre deba estar las 24 hrs. del día en estado Zen (meditación, estado de paz, etc.) sino a, que los conflictos no afecten de sobremanera su estado emocional. Por esto, es muy importante la cooperación de toda la familia. Aún cuando el mayor vínculo es con la madre, el padre, los hermanos, abuelos, tíos o cualquier persona con quien conviva a diario son necesarias para la estimulación e idealmente deben participar. Además de ser beneficioso para el bebé, contribuye a reforzar los lazos familiares. Las indicaciones están personalizadas especialmente para ustedes: a) La comunicación con la bebé es algo que podemos practicar a diario. Al despertar por la mañana pueden saludarle, contarle cómo se sienten, qué piensan tomar de desayuno o lo que prefieran. La mamá puedes hablarle cuando conduces, cuando mira televisión, básicamente puedes comunicarte con tu hija durante todo el día, sin importar lo que estés haciendo. El padre y los hermanos también están invitados a participar de esto; pueden presentarse indicando su rol, de esta manera comenzará a reconocer las distintas voces, pueden contar las novedades del día o simplemente expresar cuánto le aman. b) Los Estímulos afectivos para la bebé se deben entregar a diario. Que ella sepa que su condición no es un problema, debe saber lo amada y esperada que es, la felicidad que sintió toda la familia cuando supieron de su existencia. Primordial es que esto se comunique con sinceridad, si en algún momento no está de ánimo para hacerlo, absténgase. Toda la familia puede participar. c) En cuanto a los estímulos auditivos son buenas técnicas de estimulación prenatal hablar a la niña de forma clara y suave, cantarle, leerle cuentos y, también, ponerle música suave, rítmica y con melodías sencillas, cuidando que el volumen de la música sea bajo para no dañar su aparato auditivo. No es recomendable usar audífonos en la panza. d) Estímulos táctiles activantes, esto pueden lograrlo a través de juegos. Dar golpecitos en distintos lugares de la panza. También pueden tocar y presionar suavemente en el mismo lugar donde está pateando. Con el tiempo, cuando ustedes realicen una presión sobre el vientre, seguramente su hija responderá con una patada. Pueden practicarlo en familia, hacer participar a los hermanos de estos juegos, así, también están se sienten parte de este proceso y ayuda a la adaptación cuando llegue la nueva integrante.

e) Los Estímulos táctiles sedantes se utilizan para la relajación. Puedes acariciar el vientre, masajearlo con presión suave, con los nudillos haciendo círculos, acariciar suavemente con una pluma o un limpiapipas, con agua, dando golpecitos

con los dedos, palmaditas suaves, y a través de las ondas del líquido amniótico tu hijo sentirá ese movimiento. Es además un modo de acariciar a tu hijo con amor, y es posible que responda con pataditas.

f) Estímulos vestibulares (el control del equilibrio. El saber cuál es nuestra posición cuando estamos con los ojos cerrados). Cuando caminas o nadas o haces algún tipo de ejercicio estás estimulando la sensibilidad vestibular de tu hijo, ya que al cambiar tú de posición también cambia la de tu hijo. Juega también con el suave balanceo de una mecedora, con un baile suave y lento a solas, con tu pareja o los niños o columpiándote con suavidad en una plaza.

g) Para los estímulos visuales, juega con una linterna moviendo la luz por el vientre de derecha a izquierda, de arriba abajo, en círculos, en diagonal, acercando y alejando, pero todo despacio, muy despacio, con calma y por periodos cortos (10 segundos). A esta luz le puedes poner filtros de colores de papel celofán jugando con el tono de la luminosidad que llegará al interior.

Cada tema tiene una duración de 30 minutos y se aplica con una frecuencia de dos veces por semana, exceptuando los estímulos afectivos y de comunicación.