Theodore Millon - Trastornos De La Personalidad En La Vida Moderna

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TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD EN LA VIDA MODERNA

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TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD EN LA VIDA MODERNA

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Theodore Millon Seth Grossman Carrie Millon Sarah Meagher Rowena Ramnath

2.• edición

m Una

MASSON r,neas

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Según la perspectiva interpersonal. la individualidad os una ilusión producto del énfasis occidental en la objetívídad y el racioaalismo. El razonamiento occidental requiere que se analicen las cosas. se dividan en partes, se destilen sus unidades fundamentalesy. por último. se aíslen del amplio ecosistema que las sostiene y alimenta y que acaso sea la razón de su existencia. El yo ideal occidental es fuerte. independiente y autosuficiente. Aunque no hay duda de que mantenemos relaciones. no las necesitamos. ya que relacionarse conlleve dependencia, y la dependencia conlleva debilidad. Nuestras teorías científicas bao heredado estosesgo. Incluso una noción que muchos psicólogos suscribirían, que la personalidad está compuesta por unidades menores o rasgos. puedo oonsidorarse una distorsión cultural.

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ÉNFASIS EN LA CULTURA Culturo y personalidad ¿CÓMO INTERACTÚAN lA CULTURA Y lA PERSONALIDAD?

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las sociedades se componen de personas y cada persona tiene una personalidad; por tanto. cultura y personalidad están inseparablemente relacionadas. Sus relaciooes han sido estudiadas por antropólogos. psicólogos y otros cientificos sociales desde el mismo nacimiento de estas ceeoas. los antropólogos norteamericanosde pnndpos del siglo XX consideraban que la cultura era una extensión de la personalidad. expandida física y temporalmente a gran escala. Algunos (Bentdict. 1934; Mead, 1928) sm;tenían que la cultura proporciona ideales de conducta que contextualizan (y por tanto mftu­ yen en) ta emergencia natural de las características temperamentales en el curso de la maduración. Otros {Kardiner, 1939) creían que la soc•tdad configuraba una estructura de p,ersonalidad básica guia­ da sobre todo por los cuidados reóbidos durante la infancia y la or9anizaNICO

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i/¿""C volvía más controlador, lo cual va había sucedido otras veces durante su matrimonio. Inevitablemente. cualquier conversacién sobre la posibilidad de que ella votviera a estudiar provocaba una fuene discusión. seguida de largos periodos de embarazoso silencio y una permanente irritabilidad por parte de ambos. Oc~pués de una estresante promoción laboral que incrementó las obligaciones dc-1 marido. c-lla se dio cuenta de que estaba mas controlador de lo habitual, lo cual ocasionó discusiones aún más frecuentes. La estrategia interpersonal que su marido utiUiaba con más frecuencia se había convertido en la única que era capaz de aptkar en su relc1ción. su propia actividad profesional. Sin

Análisis Estructurado de la Conducta Social Un desarrollo contemporáneo creativo de la teoría inlerpersonuJ es el Análisis Bstructurado de la Conducta Social (AECSJde Benjamín (1974. 1996). El AECS intenta integrar la conducta interpersonal. las relaciones obietales y la psicología del sí mismo en un solo modelo geométrico. Benjamin (1974) inteotó, como punto de partida, combinar el círculo interpersonal con otro modelo, el circumplejo de la conducta parental de Shaefer (1965). Como Benjamin señalabe. ambos modelos han sido inJluyentes y ambos cuentan con apoyo teórico y clínico. Por otra parte, ambos sitúan la afiliación en su eje horizontal. El círculo interpersonal clásico. el círculo de Leary. considera la sumisión como lo opuesto al control, mientras que Shaefer opta por el continuo autonomía-permisividad. To· dos los padres saben que existe una tensión fundamental entre controlara los niños y cederles ocasionalmente el control, lo cual los permite desarrollarse y convertirse en adultos responsables y dueños de su propio destino. A medida que los padres permiten la autono-

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Trastomos de 1, l)(rsNlrdad en la vida modtma

mía de forma gradual, los niños maduran para convertirse en individuos libres y capaces de

llevar a cabo sus propios potenciales intrínsecos. Do no sor así, so convierten en personas resentidas por las oportunidades perdidas y por la falta de confianza, o bíen aceptan el con-

trol y se convierten en extensiones del yo parental. En la perspectiva psicodínámíca. esta tensión se expresa en la idea de separación-individualización (Mahler et al.• 1975). Los ni-

ños se vinculan a unos progenitores de los que deben separarse para desarrollar una ídentidad individual. Benjamín (1974) combina los círculos de Leary (1957) y Shaefer (1965) mediante un mo-

delo de personalidad de tres circumplejos, como muestra de forma resumida la figura 2-2. Se· gün Benjamín, el principio de complementarledad no se limita a los coustructos de Lea.ry. sino que relaciona los puntos correspondientes entre la comwúcación centrada en los otros y la romu.nicación centrada en el sí mismo. Así. cuando se emancipan. los otros tienden a se· pararse y crecer en su propia di_reoción. Por al contrario, el círculo de Leary no incluye un

espacio diferenciado. Al igual que el círculo de Leary. la mitad del espacio del AECS es amis· loso y la otra mitad es hostil. Sin embargo, el ,fofasis tradicional en la dimensión control frente

a emancipación pennite que el AECS incluya las conductas amorosas que conllevan libertad.

Este tipo de conductas afirma a la otra persona y la convierte en complementaria: diferenciación adicional. El AECS también incluye conductas de autonomía-permisividad que tienen una connotación implícita de aloque. Este tipo de conductas ignora a los otros. y esto prevo-

Emancipar: lndtptndcncia Etnandpaf'Se a si Mismo

lgnotar: Amurallar Ignora~

Afirmación: Rewfar Afitma.rsc a si mismo Oiftttnciado. ,spado hostil

Difcttnciado. t'Spacio amistoso Amor activo:Amor ,,activo

At,quc: Rctrocedc, Ataca~ a si mismo

Amor activo hada

si mismo

Culpar: Mal h1.1mor Culparst

Prottgc,: Confiar Prot(9CfW

Control: Someter Autocontt0I

Conducta slmi~r a la de le» progtnitores: respucst.acomplcm,ntaria Actitudes introytttadas (tratamit'nto que se bece dtl si mismo)

Figura 2­2. Análisis Estructurado de la Conducta Social (AECS) de 8enjamin.

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Capitulo 2. Trastornos de la ptrsonalidad: perspectivas contcmporilntas

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ca que respondan a.muralJándose: le posición complementaria. Este tipo de combinaciones es imposible en el círculo de Leary. Por otra parte, el AECS intenta descrtbír los contentrlos Intrcyectados dol sí misrno, las relaciones objetales de le perspectiva psicodinámica. La idea básica es que tendemos a tratamos de la misma manera en que los demás nos tratan a nosotros. En las primeras etapas del desarrollo, esta tendencia conduce a patrones persistentes de concepción de uno mismo que se mantienen a lo largo do la vida. Por tanto, aquellos que son amados por sus progo· nncres tenderán e amarse a sí mismos, y aquellos que son ignorados tenderán a ignorar su propio bienestar. El modelo AECS constituye un punte de referencia constante a lo largo de esta texto.

I PERSPECTIVA COGNITIVA La relevancia de la cognición para la personalidad es obvia incluso para ol observador

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més tuformal. La conducta no sólo está mediada por factores cognitivos. sino también por el conocímtento profano de la cogolción humana. Por ejemplo. los rúños esperan a que sus padres estén «de buen humor» para pedirles permiso o para pedirles un nuevo juguete. Los cónyuges aprenden a evitar temas y acciones comprometidas quo podrían sor malinterpretados por el otro. Los aspirantes a un puesto de trabajo intentan croar una primera impresión adecuada y esperan que Ia apariencia de profesionalismo y competencia durante la primera entrevista se interprete como una característica do personalidad y los permita conseguir el empleo. Los conferenciantesintentan cautivar a la audiencia con el sentido del humor, esperan que «si les gusto. les gustará Jo que tengo que decirles». Los publicistas llenan sus anuncios do mensajes subliminales intentando motivar a la audíeocia en el ámbito iuconsciente. Los diplomáticos abogan por la paciencia, y esperan que las decisiones se tomen «en frío». Tal como ilustran estos ejemplos, el uso cotidiano que hacemos del conocimiento sobre la condición bu.mana, el denominado conocimiento metacognitivo, es rutinario, automático. implícito. espontáneo. inconsciente y. sobre todo. provisib.1.o. Por ejemplo. la persona quo va a una entrevista de trabajo vestida de fonna inadecuada está comunícando do forma in· directa: «este trabajo no es realmente importante para mb. Aunque raras vacos somos conscientes do nuestros propios procesos mentales, las ha· ses de la perspectiva cognitiva son profundas. En ültímo término. esta perspectiva vuelve a la epistamologfa, la rama de la ñlosoña que esrudia la naturaleza del conocimiento. su adquisición y sus límites. El origen latino del término cognitivo (cognoscere) significa «poseer couocbníentc». Las cuestiones ¿cómo aprendemos?, ¿qué podemos aprender? y ¿cómo se relacionan las sensaciones y la percepcléu? conectan el estudio do le cognición, el desarrollo humano y la vida cotidiana. Otras cuestiones, como cual es la mejor manera de verificar la certeza de nuestros juicios, ilustran la relevancia de la cognición en la metodología científica y en la ñlosofía de la ciencia. De hecho, nunca pensaremos o percibiremos nada quo no requiera una representación mental; esto implica quo el estudio do la cognición está conectado con cualquier campo que abarque la curiosidad humana y coa cada aspecto de nuestras vidas. por 1_nundano que sea, desdo una strnple seuseclén hasta la experiencia más mística. Aunque las ideas no son la realidad. constituyen todo lo que nuestra mente conoce. Mediante las ideas representamos el mundo, a nosotros mismos, n los demás y ni fu­ turo. Las ideas nos permiten almacenar las cosas en la cabeza, realizar operaciones con ollas, seloocíonar algunas do sus características para analizarlas. descartar otras e incluso al· terarel significado de algunas de ellas. Por tanto. no es sorprendente que las figuras más representativas de la psicología cognitiva consideren que la cognición constituye un modelo integrado de la personalidad.

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Trastornos de la ptn.onalidad en la vida m('.)(krna

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¿Cómo se interpreta ese estímulo? Por ejemplo. las persoaalídedes evítadoras creen que su sí mismo es defectuoso y vergonzoso: por tanto, son extremadamente sensibles a los indicadores de desaprobación y humillación. Cualquier cosa interpretable como señal do los defectos del si mismo es abstratda del marco global de las comunicaciones y tomada como prueba de sus defectos, lo cual, en último término, provoca que eviten prácticamente cualquier tipo de contacto social. Las personalidades paranoides transforman los comentarios inocentes en críticas. Las personalidades narcisistas necesitan cree.r en su superioridad y, por tanto. están extraordinariamentealerta frente a cualquier desliz. o duda sobre su talento o inteligencia. La conclusión es que la grabadora falla porque la mente distorsiona todo lo que percibo. Cuando las distorsionescognitivas forman un patrón coherente, pueden considerarse como un estilo cognitivo. Las dlsñntas personalidades procesan la realidad da forma diferente. Por ejemplo. el estilo disperso del histrióníco cumple una función adaptativa. Simplemente. los histriónicos no son dados a reflexiones profundas y existenciales. Las personalidades depresivas pueden meditar una y otra vez sobre la condición humana, pero el hlstrténlco no. Por el contrario, sus pensamíentos saltan de un tema a otro. No procesan nada a fondo, lo cual les protege contra la ansiedad y. sobre todo, contra las preocupaciones producto de considerar desde todos los puntos de vista el objeto do preocupación. Los sujetos lústriónicos se limitan a olvidar los problemas varlendc su atención hacia al· guua cosa más atractiva, entretenida y estimulante. Los obsesivo-compulsivos. que Leary (195?) definió de modo acertado como Ja «personalidad bipernormab, viven con un miedo constante a cometer una equivocación que pudiera provocar una critica de una figura de autoridad, incluidas las intcrnalizadas en su propio superyó. Por consiguiente. ol obscsivo-compulstvo se convierte, en palabras de Piagct (1954), RO un asimilador en vez de en u.11 acomodador. Dado que los obsesivo-compulsivos no puedan arriesgarse a sufrir una desaprobación. deben hacer lo que es correcto y esperable; mejor ser un conformista que ser criticado por una idea ingeniosa que finalmente fracasa. Así pues, los obseslvo-cornpu lsivos mantienen una línea de acción conservadora. sopesan las posibilidades una y otra vez. y justifican cada acción desdo todos los ángulos antes de ponerlo en práctica. Pueden ser críticos excelentes. pero son malos innovadores. Al descubrímiento le va mejor la conñanza en sí mismo del narcisista. Cada trastorno de la personalidad tiene su propio estilo de procesamiento cognitivo, que se expone con detalle en los capítulos de este libro dedicados a cada personalidad.

Terapia cognitiva Aunque la psícologra cognitiva parecería ser el marco natural para la teoría y la leves-

ligación sobre el papel de los cooslructos cognitivos en los trastornos de la personalidad. no ha sido así. Por el contrario, la especuJeción teórica y la investigación provienen principalmente do la terapia cognitiva. Lo ideal serla quo cada ciencia aplicada so basara en algún tipo de ciencia pura. tal como la ingeniería procede de la física. Por el contrario, la terapia cognitiva, como el resto de las psicoterapias. se ha desarroUado con casi total índcpondencia de cualquier base científica pura. Beck es, sin ninguna duda, una de las principales ñ­ guras en la historia do la terapia. Prácticamente cualquier libro sobre terapia cognitiva escrito por Beck o por sus seguidores incluye un párrafo que señalo que la terapia cognitiva empezó a mediados de la década de 1950. cuando Beck estaba buscando apoyo experimental para la idea de quo los sujetos deprimidos presentaban una necesidad masoqujsta de sufrí· miento, el principal modelo de la depresión en ese momeo to. La propia investigación de Beck demostró que los sujetos daprirnidos en realidad deseaban tener éxito, lo cual prevocó que se dedicara a buscar en una dirocc.ión más cognitiva. En ningún momento se mencio-

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capitulo 2. Trastomos de la P'rsonalidad: pmptttivas cont,mporán,il$

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na la revolución cognitiva que se estaba produdendo de forma simultánea o que ésta influyera en el pensamiento do Beck. Este tipo do situacloues suelo ser habit'ual on la historia de las ciencias sociales aplicadas. Los terapeutas cognitivos sostienen que la conducta puedo explicarse a partir del examen del contenido de las estructuras mentales internas denominadas esquemas. Históricamente, los esquemas provienen de los trabajos de Barlott (11U2) y Píagat (1926). Aunque el t.órmino so ha definido do diforontes maneras, su significado está rolacíonado, sin duda, con las palabras «esquema» y .:esquemático». que sugieren un plan de acción genérico elaborado para adaptarse a las parlicularidados de une situación determinada. Se parte de la base de que los esquemas median el procesamiento cognitivo a todos los niveles. desde la sensación a los paradigmas, pasando por los planes de acción que el organismo puede utiliz...,r para cambiar el mundo. Por 01 ra parte. los esquemas son susceptibles de cualquier operación mental. Pueden cambiarse o elaborarse mediante nuevos aprendizajes, pero su verdadera razón de existir es otorgar significado a los estímulos entrantes. Funcionan como un filtro cognitivo, están siempre disponibles para sor aplicados a fin do crear un mundo Interpretable. Cual· quier cosa quo pase por el fihro se procesa di) forma automática. Por tanto, uno de sus principales ventajas es que permiten procesar la experiencia con una gran eficiencla. Por ejemplo, una voz quo so dispone de varios esquemas para codificar la conducta in· tarpersonal, el individuo ya no tiene que inventar nuevas hipótesis para interactuar con cada nueva persona a la que conoce. Sin embargo, la economía en el procesamiento de la información que supone la utllizaclén de esquemas también comporta un coste. Dado que )os esquemas so sitúan ne· cesariamente entre las sensaciones y el mundo do la experiencia subjetiva, introducen sesgos de interpretación que impregnan a otros constructos y probablemente distorsionan la realidad objetiva. Al igual que los paradigmas cienUficos, los esquemas establecen una especie de prioridad conceptual que dirige In construcción del mundo; disminuyen la carga cognitiva, pero también inhiben el desarrollo do otras visiones e impiden la a pre· ciación do otras perspectivas, Do hecho, la información quo es incongruente con las expectativas de los esquemas puede no ser percibida en absoluto. Por ojemplo, las persa· nalidades paranoide, antisocial y sádica anticipan la hostilidad y a menudo pasan por alto gestos de ayuda y apoyo. Todos ellos sufren una especie do negligencia social. Estas personas carecen de los estructuras esquemáticas necesarias para procesar el abanico completo de interacciones. o bien estas estructuras no están desarrolladas por completo, lo cual ocasiona que tengan una naturaleza irascible, cruel e insensible. Parece como si la percepción fuera una presunción y. de hecho, los trastornos de la personalidad son muy presuntuosos. Aaron Beck y sus seguidores han conseguido desarroUar terapias cognitivas efectivas para un gran número de trastornos del Eje l. sobre todo para lo depresión (Beck, 1976: Beck el aJ .. 1979). Dado que la mayoría de trastornos mentales presentan síntomas cognitivos. la terapia cognitiva constituye una importante vía de tratamiento. Beck el al. (1990) aplicaron la perspectiva cognitiva a los trastornos de la personalidad y describieron los esquemas o crooncias nucleares que caracterizaban la experiencia y el comportamiento de este tipo de personas. AJ igual que en el resto do creencias. estos esquemas siempre están presentes y en funcionarniento para ordenar las sensaciones. Por tanto, operan en un nivel subliminal y dan lugar a los pensamientos automáticos, que a su voz influyen eo las emociones y la conducta. Por ejemplo, en le personalidad paranoide se observen creencias nucleares del estilo «los demás son malintencionados e intentan engañarme• (pág. 47), que provocan pensamientos automáticos en las sttuactoues interpersonales del estilo «eslá in· tentando engañarme» y «no puedo arriesgarme a creerle». lo cual provoca le aparición de

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Trastornos de la personalidad en la vida moderna

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ira y una actitud interpersonal de hostilidad y alerta. Los paranoides etiquetan la situación como un nuevo ataque hacia su persona. lo cual incrementa el grado de ira y sesga aún más su percepción en apoyo de los pensamientos automáticos originales. El resultado es un círculo vicioso cognitivo-interpersonal. Por otra parle. Beck et al. (Pretzcr y Beck. 1996) también hicieron hincapié en la importancia de las distorsiones cognitivas. Las distorsiones cognitivas se definen como errores crónicos y sistemátlcos do razonamiento que promueven la malintarpretación de la realidad objeuva. Por ejemplo. una de las principales distorsiones es el pensamiento di· cotómico. En este caso. una distribución completa de posibilidades se limita de forma ar· tificial a dos categorías mutuamente excluyentes. La personalidad obsestvo-compulsíva,

por ejemplo. requiere que e.l sí mismo sea perfecto; cualquier mínimo error devalúa todo esfuerzo y provoca que so llegue a la conclusión do que «ha fallado». Dado que sólo la perfección es aceptable, el pensamiento dicotómico del obsesivo-compulsivo provoca otra distorsión, el catastrofísmo. En este caso, las circunstancias se perciben como ver· tOOuctivos Si mismo-otros

Plattr Doto, (im,an i~t,gar y corregir las posibles fuentes de sesgos que están contribuyendo a que se observen las diftrencias que constatamos al utilizar nuestro sistema actual. Una consideración que añade aün más complejidad a la cuestión incluye una serie de datos ernpincos obtenidos en estudios que indican que los dlnicos que emiten diagnósticos no siguen las di­ recmees de los criterios clintcos que establece el DSM cuando hacen sus diagnósticos (para una reví· sión b1bhográftca mas completa sobre esta cuestión, v. Widigcr et al., 1994). Por ejemplo. en un estu­ dio de ford y W1di9er (1989) se encontró que los dinicos dtagoosticaban a las mujeres con trastorno

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histriónico de la personalidad cuando no cumplían los crit'110S del DSM para el trast0-rno histriónico de la personalidad pero si los criterios diagnósticos pata el trastorno antrsocial de la personalidad. h mas. cuando se preguntaba a los dinicos que evaluaran de forma individual cada uno de Jos crittríos del O$M para los trastornos de ta personalidad antisocial e histriónico, el sexo del paciente no tenia ninguna influencia sobre su evaluación. Ford y Widiger afirman que esto prueba que los problemas no radican en los criterios. smo en que los clinicos no consiguen atenerse a las directnces del OSM. Otros datos apoyan la tesis de que este problema radica en las etiquetas diagnósticas y no nece.. sariamente en lo criterios diagnósticos. Sproct (2000) utilizó un métooo derivado del enfoque AFA (Act­Frrquency Approoch) para que los estudiantes de primeros cursos generaran ejemplos conductvares de la personalidad histriónica del OSM, con independencia del sao o de los roles sexuales, A contmusoón, hizo que una muestra de psicólogos y psiquiatras evaluara la representatividad de los síntomas para los criterios histriónicos o para el trastorno histriónico de la personalidad. Descubrió que estos valoraban los comportamientos .femenino~ como más representativos det trastorno histrió.. nico de la personabdad y algo mas representativos de los criterios histriónicos que los comportamientos •mascuhnosa, lo que apoyaba la misma idea que hablan ddendido Ford y Widiger: el papel det sexo femenino e-stá más relacionado con la etiqueta que con los criteílos. Estos mismos argumentos ~ puedl"n aplicar al trastorno de la personahdad por depeooeocia, que induye muchas cual•dades tradieionalmente femeninas, tales como anteponer las necesidades de los demás a las propias, o confiar en que se-a el mando quien proporcione casa e ingresos.. Estas diferrncias en la tasa de prevalencia para las mujere-s apenas constitvycn un sesgo hacia uno de los sexos por paf'le del DSM. Del mismo modo, se puedt argumentar que en los criterios para los trastornos ee la personahdad tambitn hay compof'tamientos mascuhnos estereotipados. Por ejem­ plo, l':1 trastorno nartisista de la personalidad contiene ceitencs que trad1óonalmente se adscriben al funcionamiento mascuñno saludable. tales como tener un exagerado sentimiento de la propia importancia. una preocupación con las fantasías de éxito y poder ilimitados. el sentirmento de tener derechos sobre los dem~s. la falta de empalia y una actitud arrogante. Iarnblen se pueden observar caractensncas lipic.:is, según la tradi(ión. de ta socializa(ión masculi~ en los criterios de la personalidad anti.social, como la deshonestidad, impulsividad. agresividad ícomo queda patente en la partkipoc1ón de peleas fisiC'as} e irresponsabilidad {Ametican Ps'(('hiatric: A.ssociation, l994t. Mientras que ninguna de las partes que participan en este debate defendería que estos cnterios son el reílejo de comportamientos definidos por el sexo, si que sostendrían que este heeflo uene importancia. Muchas feministas afirmarían que etiquetar a las mujeres como personas que tienen un trastorno de la personaltdad representa un acto de rasltgo hacia las mujeres por atenerse a los entenos a los que precisamente les pedimos que- se atenqan (L.andrine, 1989: Walker. 1994). Otfienden que, en la actualidad, las mujeres se ven atadas por doble partida: si no actúan de forma respetuosa, dependiente y sexualmente provocativa. correo e• nesgo de convtrtirst en marginadas de la sociedad; pero si lo hacen, se- las etiqueta como •IOC'3Sa o ,peoonas con trastornos», Landr,ne (1989) afüma: {contmw)

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Trastornos de la persceatidad en la vida moderna

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ÉNf'ASIS EN EL GÉNERO (continuación)

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•El pt'Opósito ee enmascarar ICK ro~ sexuates adjudiclndolts la etiqueta de locura putdc hattrse con los siguientes propósitos. para: a}situar de forma falsa dentro del.as personas todas las limitacionts cognitivas y condugla. y las estamos conceptualizando erróneamente como si se tratara de dos entidades separadas porque sus expresion.es superficiales (los síntomas que manifiestan) son diftrentcs. Otra árta de la literatura científica que se debe tener en cuenta cuando consideramos los stSgOS

sexualesen el diagnóstico dt trastornos de la personalidad es el ámbito del comportamiento crimi­

nal. la indiscutible regla del pasado, segun la cual los hombres muestran con más frecuencia un comportamiento criminal y antisocial está cambiando con rapidez, Históricamente. las tasas de cnmi­ nahdad en las mujeres han sido increiblemente bajas y se han considerado como una aberración. A finales del siglo xoc.. Lombroso propuso lo que denominó «la hipótesis masculina, para exphs trastornos de la pe:rsonatidad

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Perspectiva ideográfica La perspectiva ideográfica resalta la complejidad do la individualidad.

Cada persona es el resultado de una historia única de interacciones entro factores biológicos y contoxtualcs. una historia que nunca antes había existido y que no se repetirá. En este caso, las leyes universales y los sistemas de clasificación tienen un valor muy limitado. Por el con· trario, el entendimiento de la persona requiere conocer las particularidades de su existen· cía: dónde nació, cómo le influyó su profesor de primer curso. por quó ha decidido estudiar la carrera de psicología y no dedicarse a criar hámsteres. o cómo la muerte de su padre en aquella horrible tormenta hizo añicos su fe cuando estudiaba quinto curso. Sogún Honry Murray (1938: pág. 604). da historia de la personalidad es la personalídads. En su forma extrema, la perspectiva ideográfica sostiene quo hay algo ineíablo en la individualidad, y que su complejidad no puedo quedar totalmente incluida en un ünlco sis· tema de clasificación. Corno tales, las taxonomtas son sólo aistemas oxpli.cativos provísjomiles que deben modificarse cada vez que se disponga de nuevas evidencias. Los sistemas teóricos son meros puntos de partida que. si se utilizan. deben considerarse artefactos que facililan la investigación y no objetivos finales. Las descripciones transversales, tales como los diagnósticos y los perfiles de personalidad, son sólo el principio. Dado que el ob­ jetivo más importante es hacer una rica descripción de la. persona, los coostructos deriva· dos a partir do cualquier perspectiva o stsrama de clasificación son aceptables si ayudan a entender y comunicar la individuaJidad de la persona. No se desaprueba e) eclecticismo do los divorsos modelos, y se considera qua ofrocen un campo fértil para obtener retratos realmente esclarecedores de la íudívíduahdad.

Diagnóstico frente a evaluación

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Si los fenómenos psicológicos so pudieran definir tan bien como los do la química o la física, todas las personas podrían ser diagnosticadas en una ünica categoría que cubríria por completo su manera particular do ser. Todo aquello qua os la persona podría ubicarsc bajo una única etiqueta. y a partir de ésta se podría saber de forma automática a qué tipo de problemas es vulnerable una persona y cuáles son las terapias más eficaces para tratarlos. De hecho, se podría prodecir todo de antemano. Las técnicas de medida permitirían que los clínicos aislaran con exactitud «qué hace funcionar a u.na persona». y la aplicación de las leyes psicológicas permith-ía modificar comportamientos. sentí· mientos y actitudes. Cada faceta de la persona podría explicarse en el contexto de esta ciencia determinista. Desde esta perspectiva, la individualidad es un enemigo. un obstáculo que Limita lo detección de los patrones subyacentes. Conociendo la etiqueta diagnósuce so puede conocer a la persona. Si se produce alguna desviación del dtagnosnco, esta Información se considera irrelevante y puedo descartarse. Como es natural. las cosas no son tan sencillas, pero se siguen elaborando estudios para encontrar un sistema do da· sificacióu de esto tipo. Los trastornos de la personalidad do) DSM tratan do conservar lo mejor de una perspectiva basada en constructos_. además do permitir la medición de la individualidad. En primer lugar, el OSM permite asignar diversos diagnósticos de trastornos de la personalidad. Son frecuentes las combinaciones do dos, tres o incluso cuatro trastornos de la personendad. En segundo lugar, y como so ha señalado en el capüulo 1, cada trastorno do la personalidad so operativiza como un prototipo formado por muchas características: sus criterios diagnósticos, Dado que pa.ra realizar un diagnóstico sólo os necesario presentar un subconjunto de criterios, hay decenas de formas de ser histriónico. esquizoide. masoquista. etc. Existen múltiples maocras de cumplir los criterios diagnósticos para cada trastorno de la

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Trastornos de la pt"rsonalidad en la vida moderna

personalidad. Estas amplias posibilidades están pensadas para acomodar la individualidad al sistema diagnóstico. mientras que las etiquetas diagnósticas reconocen, a pesar de todo, que las personas que reciben el mismo diagnóstico son similares. Los histriónicos se pare· cen entro sí. aunque unos pueden llamar más la atención o sor más expansivos. po.r ejem· plo. y otros ser más seductores.

limitaciones del sistema de clasificación Sea cual sea el sistema de clasificación categorial. la cuestión es qué etiquetas recibe un individuo. Por otra parte. la perspectiva ideográfica nos recuerda que los constructos diagnósticos de las taxonomías son meros puntos de referencia que facilitan la comprensión y con los que se compara a la persona. En el caso de atribuir una personalidad narcisista a un individuo, lu siguiente pregunta que debe hacerse es: ¿en qué se diferencia esta persona de la personalidad narcisista pura? Al hacer esta pregunta se desvía la atención de las eti-

quetas diagnósticas simples para dírigirla a la comprensión de la persona. Dado que el objetivo es entender a la persona desde una perspectiva ideográfica, la evaluación. en realidad. trata de demostrar las limitaciones del sistema diagnóstico con respecto a la persona inmediata. Existen diversos instrumentos en los que el propio paciente proporciona la in­ formación y técnicas proyectivas que permiten llevar a cabo este proceso. E) estudio de la personalidad comienza siendo una dencia. pero acaba siendo un arte. Una vez se ha conceptualizado a la persona en términos de prototipos de la persona· lidad, es necesario añadir información biográfica para responder al siguiente tipo de preguntas: ¿cómo so dosarrolló esta característica de personalldad y de dónde surge? Algunas preguntas pueden responderse sin problemas. Por ejemplo. dos personas a.firman lo siguiente: «Mi padre siempre fue muy testarudo. y yo soy como él». o «Cuando yo era pequeño mi madre siempre estaba enferma, por lo que creer siendo muy independiente».

Este tipo de respuestas obligan automáticamente o hacer otras preguntas. Cabe la posibilídad da que en el primor caso. la persona se identiñque claramente con su padre o que consídere que la testarudez sea un rasgo negativo que debería eliminar de su personalidad.

como debería haber hecho su padre. En el segundo caso. la persone puede pensar que su madre le desatendio o puede sentirse orgulloso por haber podido superar solo una infancia difícil.

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ÉNFASIS EN LAS HABILIDADES CÚNICAS

Desarrollo de la perspectiva clinico ¿QUÉ OCURRE CUANDO LOS RASGOS DE DIFERENTES DIAGNÓSTICOS se MEZCLAN?

Jenna acabó abrumada po, la cantidad de información obtenida al "'aluar a su primer cliente. Aunque éste cumplía criterios OSM­fV para ti diagnósnco de un trastorno compulsivo de la persona· lidad, presentaba otros rasgos que no se: podian tener en cuenta s1 utilizaba este diagnóstico.AJ consultar con su supervisor y revisar la entrevista climca y los resultados de las pruebas. detectaron inttnsas tendencias dependientes, aunque estas no lfegab.an al umbral del trastomo de la personalidad por dependencia. Jenna se Sintió aliviada cuando et supervisorte d1JO que la clínica era un arte y una ciencia. A• reahzar su pnmcr informt: clinico. en lugar de limitarse a los resunacos de los it'\Strumentos. Jenna utilizó toda la información que tenla, incluyendo su propia experiencta con el sujeto duran­ te la sesión de evaluación.

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Capítulo 4. Evaluación y terapia de los trasto,nos de la persooalldad

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De todas maneras, no siempre se puede acceder de forma consciente a los antocodontos del desarroUo de la personalidad. Los individuos presentan diferentes grados de íntrospeccíén y algunos pueden referir más detalles concernientes a su biografía que otros. Algunas personas simplemente son malas infonnadoms de sus biograffas, mientras que es posible que otras hayan reprimido amplias parcelas de su infancia. El estilo cognitivo de algunas personalidades, so­

bre todo el de la personalidad histriónica. permite recordar impresiones generalizadas aunque con pocos detalles c:oncrotos. No so puedo llegar a sabor todo do antemano ni tampoco llegar a desvelarlo en la evaluación. Es frecuento acceder a conexiones profundas e introspecciones meses más tarde. cuando el terapeuta y el individuo llegan a entender el origen de los patrones desadaptativos que se han ido repitiendo una y otra ve-za lo largo de los años. Una vee añadido

este elemento biográfico adicional. las categorías diagnósticas comienzan a parecer muy pobres. Debido a que los diversos patrones evolutivos ocasionan diferentes trastornos de la personalidad. los antecedentes evolutivos suelen rastrearse mediante el diagnóstico del trastorno de la personalidad del sujeto. Por ejemplo. los conocimientos clínicos sugieren que la personalidad narcisista suele estar asociada al hecho de ser el primer hijo varón o ser hijo único. Aunque un sujeto con personalidad narcisista tenga muchos hermanos. es muy probable que haya tenido un estatus especial en la familia. Los futuros narcisistas exporímentan un cariño tan indulgente. intenso y no contingento qua son incapaces do aprender que los demás existen independfontemente de ellos. En consecuencia. desarrollan egccentrismo. arrogancle. insensibilidad y un sentido de autoimporta.ncia: esperan que los demás se anticipen a sus necesidades y se encolerizan cuando sienten que se les ignora. Todos los trastornos de la personalidad tienen sus propias experiencias tempranas características.

El conocimiento en profundidad de estas etapas evolutivas ayuda a centrar algo más la entrevista cHnica, y así validar el diagnóstico clínico o sugerir alternativas.

Carácter de la medición En las denominadas «ciencias exactas». las perspectivas nomotética e ideográfica suelen perfeccionarse a medida que se adquieren más conocimientos. Por ejemplo, aunque los astróaomos estudien las propiedades de determinadas clases de estrellas. pueden estar in· teresados también en entender el compcrtemlento de una estrella muy Importante, el sol. Mediante el análisis de su composición y la aplicación de modelos complejos do la dinámica de fluidos, es posible predecir muchas caracterrstícas del comportamtantc solar 001l una precisión sorprendente. como la intensidad del próximo ciclo de la mácula solar. En esto caso, es posible conocer una entidad determinada apllcando leyes universales. Por otra par· te. una anomalía peculiar también puede hacer avanzar la ciencia. Por ejemplo, si tras la colisión de antiprot.onos muy acelerados so descubre una nuova partícula. so revisarán las too· rías fundamentales de la naturaleza, do manera quo su existencia sea un resultado esperado del experimento. Después de generalizar la teoría, esta anomalta dejará de serlo.

ÉNFASIS EN EL CONTEXTO

Buscando el paralelismo histórico ¿CÓMO AFECTAN LAS INFlUENC1AS FAMILIARES EN El OESARROllO OE LA PERSONAllOAO? Tras varias sesiones de: terapia, Justin seguía quejándose de su ,estúpido» profesor de escritura creativa porque éste no recooooa que la mttligencia de su alumno fuera supenor y oe se daba euen(coflt1flúoJ

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Trastornos de la ~rson.atidad en la vida modttna

ÉNFASIS EN EL CONTEXTO {contínuucíón¡ ta de su genialidad. Finalmente. Jcnna habló con los padfCS de Justin. Como cabía esperar, su madre estaba dedicada por completo a su hijo y se anticipaba a cualquitr cosa que necesítara. Aunqut él se había marchadode casa durante un semestre, su madre le seguía llamando por teltfono todos los dias.

y una vez a la semana le enviaba paquetes con su comida preferida. En realidad, él era el centro del

universo. at menos para su madre. Jenna consiguió que Justin entendiera el problema introduciendo en la tNapia el tntorno más inmediato de su paciente. Por desgracia. éste no estaba preparado para

relacionar la arrogancia y la desilusión que le suscitaba su pcofesor con las expectativas que se habla formado a partir de la adoración que su madre stntia por CI.

En las ciencias exactas se combinan dos característícas que posibilitan la intoracción entre lo particular y lo general. En primer lugar. la Instrumentación en las ciencias físicas está muy desarrollada, con lo que so obtienen observaciones muy precisas. La naturaleza del instrumento de medida no contamina la propia medida. La temperatura es un ejemplo. Todos entendemos qué significan 32 ºC do temperatura; el hecho de que se emplee un ter· mómetro de mercurio o de alcohol es lrreleveute. Además. en las ciencias físicas. los instmmeotos son Intercambiables. ya quo no varía la precisión do la medida o. si lo hace, ~sta se puede cuantificar. Un termómetro de alcohol y otro de mercurio proporcionan el mismo resultado. En segundo lugar, tras obtener medidas precisas, so puodon introducir en modaLos matemáticos muy desarrollados. Los usuarios pueden olvidar el origen da sus mecUcíones para concentrarse en comprender el fenómeno en cuestión. Asf funciona la mayoría de modelos físicos. Bn cambio. la medícíén en ciencias sociales padece de imprecisión intrínseca. Los fe· nómenos de las ciencias sociales no tienen límites claros. y sus propiedades no se pueden entender fácilmente en términos de organización jerárquica. La quúnica se basa en las pro· piedades físicas de la materia, la biología arranca de la química, y la psicología de la biología. Pero la humedad no se puede entender partiendo de las propiedades aisladas del hidrégeno y el oxígeno. y la conciencia no se puede entender desde la biología. Es más, los fenómenos de las ciencias sociales normalmente no se pueden explicar al margen del contexto en el que tienen lugar. En el ámbito psicológico, las variables científicas son constructos hipotéticos. tales como la ansiedad o el masoquismo. Pueden presentar correlaciones biológicas. quizá con determinadas estructuras cerebrales o con sistemas de neurotransmisores, pero presentan también un componente psicológico que no se puede reducir a la btología. A diferencia de las ciencias físicas. los instrumentos de medida de la personalidad y de la psícopatologta sou inherentemente Imprecísos. Cuando el termómetro Indíca 50 "C, todos sabemos que hace un calor insoportable. En cambio, cuando un terapeuta afirma que un sujeto ba obtenido una puntuación de 50 en una escala de deprasión, la pregunta que surge automáticamente es: ¿en qué escala? La correlación entre la temperatura de un termómetro de alcohol y la de uno de mercurio es muy elevada, pero les correlaciones entre las medidas de personalidad suelen ser moderadas y, algunas veces. muy desalentadoras. Las versíones similares de instnunentos tampoco se correlacionen perfectamente. Es necesario que el terapeuta conozca el instrumento de medida: si no es así. la puntuación carecerá de signíficado. Además. es frecuente que instrumentos similares aplicados a un mismo individuo obtengan resultados que no coinciden. Por ejemplo. dos instrumentos diferentes para la evaluación de los trastornos de la personalidad pueden obtener perfiles muy distintos, o puedo ocurrir que un cuestionario no coincida con una entrevista clínica. Todos hemos

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capitulo 4. Evaluadól'I

v te,api.a de los trastornos de la ptrsonalidad

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conducido mientras llueve; cuando mlramos a través de las gotas del parabrisas, el mundo quo observamos parece estar desenfocado. En la medíclén de la personalidad y la pstcnpatología ocurre Jo mismo; nuestra visión del individuo siempre ostá algo oscurecida por las particularidades del instrumento de medida y por los sesgos inherentes a la fuente do infor-

mación.

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ÉNFASIS EN LA EVOLUCIÓN CLÍNICA

Idoneidad de la medida MEDIR EL CAMBIO PSICOTERAPÉVTICO Hacia el final del primer semestre6' formación ciínica de Jenna. su supervisor le recomendó que: votv1era a evaluar a Justin mediantt los tests que habí.a utilizado en la primera y que comparara los re­ sultados. Esta serie de pruebas constaba de tres medidas diferentes de depresión. Oos de: ellas demostraron una mejoría notable, y en la tercera la mejoria sólo eta leve. Al comentar estos resultados con su supervisor, compararon los ítems de los tres instrumentos y obse:rvaron que la medida que no coincidia influia sobre todo en la identificación de problemas que existían desde hada mucho tiempo v. por tanto, no se trataba de una medida sensible al cambio psieoterapéutico.

Fuentes de información

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La información es la base de toda medición y, por tanto. la base do toda evaluación clínica. Existen cinco maneras de obtener infonnación que ayudan a describir el problema clínico: cada una tiene sus propias ventajas e inconvenientes. La primera fuente es el cuestionario autoaplicado: los sujetos informan sobre ellos mismos complotando una lista detenninada de ítems. La segunda consiste en las escalas de evaluación y las listas de síntomas: una persona que conozca bien aJ sujeto rellena este formulario para proporcionar una perspectiva alternativa. La tercera fuente es la entrevista clínica; el clínico hace pro· guntas y el sujeto las responde verbalmente y. a menudo. sin ninguna restricción. El clínico es libre de seguir cualquier línea particular de preguntas y. por lo general. combina preguntas estándar con preguntas específicas del problema manifiesto. La cuarta fuente de ínformacíón son las té •

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Oifc:rcncias entre psicoterapia de escueta, psicoterapia cclktkc1 y psicoterapia intcgracionist.a.

Diseño de disposicionessinérgicas EJ hecho de intercambiar y tomar prestadas técnicas de diversas perspectivas proporciona un alcance enorme a la psicoterapia integracionista: dado que la personalidad tiene un componente cognitivo. interpersonal, psicodinámico y biológico, la naturaleza del constructo personalidad obliga a que las técnicas puedan y deban surgir de todas estas perspoctivas como sea necesario. El eclecnctsmo es meramente oportunista con respecto a las léc· nicas. poro el constructo do la personalidad permite hacer predicciones específicas de la in·

utilidad de las terapias que parten de cualquier perspectiva aislado. En consecuencia. la

terapia integracionista requiere la aplicación específica de técnicas procedentes de diversas perspecñvas para coordinarlas en la esencia do la patología. Como tal, el diseño de las dlsposiciones integracionistas asume un conocimiento exhaustivo del caso concreto. Lt1 ova· luacién debe consistir en algo más que un simple díagnósuco. Todas las eveluaclones de·

ben incluir las mismas preguntas: ¿Qué mecanismos de defensa suele emplear lo persona? Copyrighted rnaíerial

capítulo 4, Eva1ll3c~n por razones díftrrntes. los investigadores han (COnllflúo}

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Capítulo S. Ptrsonalldad antisodal

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ÉNFASIS EN LA INVES'DGACIÓN (co11tin11ació11/ ,c:cumdo a la pcrsonc1lidad para cnttndc:r mejor la d1vtí$idad de: fuerzas que conducen al trastorno. Cloningtr ( 1987a) propvso dos tiPoS de alcoholismo basados en su modelo de d1mcns1onesnturob•o­ 16g,cas de la pcrson.ahdad. El alcoh6hco tipo 1 presenta una elevada evitación det daño, una gran de· pendencia a la recompensa y una baja büsqueda de la novtdad, una combinacfon de rasgos similares a los de las persenahdades deptndientes y evítadoras, El alcohólico tipo 2 presenta una elevada büs· queda de la novedad, pero baja evitación del daño y poca de­pendencia a la recompensa, una combi~ nación de rasgos símsares a los de la personalidad antisocial. las especutaeiones de Cloningec son

interesantes. aunque sólo sea porque dos tipos de personahdad. a las que identifica como personaudades de nesgo, se: encuentran tn extremos opuestos del espacio que define en su modelo conceptual (v. cap. 1, fig. 1-5). En otras palabras. el tipo ev1tador-dcprnd1ente parece beber para rtfugiarsc de los factores estresantes de la vida, y el tipo antisocial parece beber más por el puro refuerzo de la intoxic.ac;ón. Dado que la teoría sólo puede sugerir probabilidades, siempre debe ir seguida de investigac,ones empiricas. Los estudios han demostrado que el antisocial es el trastorno de personalidad más habitual entre los alcohólicos (Hesselbrock et al.. 1985). Sin embargo, se han observado tambit:n otros trastornos de la personalidad. Ademas del antisocial, Morgenstern et al. (1997) encontraron un gran numero de per'Sonahdades hm1te y paranoide. Aunque estos trastornos no coinciden con exactitud con ti modtlo de Clomnger, su vufntr¡1bilidad al alcoholismo debe entenderse en térm,nos de sus rasgos caracter,sticos. Como ser'lala el DSM-IV, las personahdadC'S limite están dispuestas a infligirse daños de forma ,mpulsiva. como gastos excesivos, conducción temeraria, atracones de comida y abuso de sustancias. El consumo excesivo de alcohol tiene el mismo fin. Ademas. dado que la persoeandad límite se ha asociado con freeueocia a OSC'1lac:iones dtt estado de an,mo va la depresión crónica, es posible que el consumo de alcohol sea una manera de ,automedicación•. es oeor, un intento de equilibrar los altibajos de su caótica vida. lo mismo ocurre en la personau­ dad paranoide. Dado que los paranoides. por dtfinición, se caracterizan por una intensa evitacién social, es probable que el alcohol sea un refuerzo. ya que consigue reducir los temores que sin el alcohol siempre tendrían. Por otra parte, estudios postenores han revelado que el alcoholismo es muy poco frecuente en la personalidad depe:ndlente. Aunque la teoría original de Clonmger sobre el atcoholismo y los trastornos de la personalidad en la actualidad presenta tagunas, la propuesta más amplia, es decir, la nettsidad de entender el alcoholismo en el contexto de la personalidad global, sigue teniendo vigencia.

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Se han encontrado otros datos neuroquímicos. Las concentraciones bajas de serotonina so asocian a las muestras de agresividad, violencia e impulsividad que so producen en los trastornos de la personalidad en general (Siever y Trestman. 1993). También están relacionadas con el trastorno antisocial de la personalidad y con abuso de sustancias concomítaaté (Moss et al .. 1990). De modo similar, se han encontrado valores bajos de cortisol en de. llncuenres adultos hombros (Virkkunen, 1965), en chicos con trastorno disocia! (McBumetl et al .. 2000) y ea chicas adolescentes coa trastorno disocia] (Paíer et al., 2001 ). Se han asociado concentrocionos altas de la hormona masculina testosterona con un comportamiento antisocial en los veteranos de guerra [Oabbs y Morris. 1990), aunque esto no ha ocurrido con estudiantes universitarios (Dabbs et al., 1990). Muchos estudios han encontrado datos qua relacionan el comportamiento antisocial o delictivo con la herencia (p. ej., Clonínger et al., 1978; Grove et al., 1990), Jo cual sugiere que estos síndromes tienen una cierta base genétlce.

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Trastornos de: la personalidad en la vida modetna

I PERSPECTIVA PSICODINÁMICA El psicoanálisis clásico afirma que e1 individuo se encuentra coustantomonto atrapado en los conflictos inexorables entre los instintos del ello y las fuerzas de socialización. Freud propuso tres estructuras mentales: el el lo, el yo y el superyó. E'I ello. la parlo más primitiva de la personalidad y la única que está presente al nacer, opera sobre el principio del placer. Los impulsos sexuales y agresivos deben hallar gratificación inmediata y directa: si alguien te despierta sentimientos de ira, le matas; si una persona ta excita, to acuestas con ella. Esta estrategia es muy atractiva, pero la vida real requiere canalizar o posponer estos impulsos. Desde le perspectiva psic:odinámica, el dosarrollo normal va encaminado a demorar la gralific:ación inmediata y centrada eu uno mismo. En primer lugar, la propia rea· lidad impone ciertas limJtaciooes n la libre actuación. que hacen necesaria esta demora. Algunas veces se puede conseguir una recompensa siguiendo una secuencia determinada do compnrtarniontos: por ejemplo. un coche nuevo implica tener bastante dinero que. a su vez, requiere lener un trabajo decente que. por lo general, requiere algún lipa de aprendizaje. La tarea de relacionar las necesidades del organismo con las limitaciones prácticas y las oportunidades del mundo rea1 pertenece al yo, que opera según el principio de realidad. En segundo lugar. las limitaciones a la gratificación inmediata osran impuestas por el superyó. La socialización es un proceso largo y complejo que se inicia con las primeras experioncías do apego y que prosigue basta las primeras etapas de la edad adulta. Mediante modelos firmes pero cariñosos. los niños normales aprenden que los otros son seros diferentes que tienen su propia vida, sentimientos y potenciales, que pueden ser dífarentes a los de uno mismo, pero igual de valiosos. En las personas normales, el superyó madu.ra. a medido que se intcmalizan los valores y las prohibiciones parentales como conciencia e ideal del yo. La conciencia consiste en restricciones y prohibiciones. lo que uno no debería hacer, y el ideal del yo consisto en los valores que dirigen la propia rcaliz.ación. lo que uno debe hacer para tenor autoestima y cumplir su potencia) idiosincrásico como ser humano. El proceso a través del cual se forma el superyó se denomina introyección, que significa literalmente «poner dentro», Dado que el superyó funciona según lo que Freud denominó el ptincipio moral. romper los códigos morales provoca sentimientos de culpa. y el hecho de satisfocer el ideal del yo provoca sentimientos de afirmación y de respeto hacia uno mismo. La personalidad antisocial se puede entender con facilidad desde este esquema psicoanalítico clásico. Oc una manera clara. el yo se desarrolla, pero no esr el superyó. Es más. toda la personalidad sigue dominada por el ello infantil y su principio del placer (Friedlander. 1945). Dado que las funciones intelectuales y las pruebas de realidad siguen intactas, dichos individuos parecen. en palabras do Prichard. «porsonas con locura moral, o locos morales». Como la teoría pstooanalntca clásica establece que ol ello está centrado por completo en sus propias necesidades inmediatas, los antisoclales violan impulsiva y egocént.ricamente las normas convencionales de la vida social. El olio está dominado por si sexo y la agreslvtdad, y lo mismo ocurro con el comportamiento de la mayoría de antisociales. Dudo que el ello exige una gratificación inmediata, los antisociales se centran a corto plazo, sin poder pensar o prever las consecuencias de sus actos. Como el ello está apartado del muodo extorno, los antisociales son egocéntricos e incapaces do apreciar la entidad de los domás seros humanos. Toniondo en cuenta que el ello sólo conoce sus propios impulsos, los antisociales sólo saben do la persecución egoísta do su propia satisfacción. y actúan sin reflexionar, sin remordimientos o sin tener en cuenta a los otros. Dado que el principio mo· ralos irrelevante para el ello. las convenciones sociales o ideales no tienen un valor intrínseco para la personalidad antisocial. El ello no puede tolerar la frustración y los autisocíales tampoco. ya que son incapaces do posponer la acción ante una recompensa, a menos que se vean frenados por la amenaza do castigos concretos.

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C.,pitulo s. PetSOOatidad a,ntisodal

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De hecho. lo fulta de conciencia es quizá la característica más sorprendente de la personaLidad antisocial. aunque sólo sea porque los oont.roles inhibidorcs que suele proporcionar el superyó parecen necesarios para su desarrollo. Aunque Freud no se ocupó demasiado de estos individuos. reconoció (1916/1925: pág. 333) que entre los criminales se encuentran «los qúe cometen crímenes sin ningún tipo do sentlmlentc de culpabilidad. los que no han desa.rrollado inhibiciones morales o los que, oomo consecuencia de su conflicto con la sociedad, consideran que sus actos están [ustíñcsdos». Los antisociales no tienen una voz. interna o un censor interno quo modero sus actos. En comparación con la Inmediatez de sus propios impulsos, instintos y deseos, las limitaciones sociales parecen abstractas. nebulosas, distantes o irrelevantes, apenas lo bastante prominentes como para interrumpir o inhibir los comportern.ieotos impulsivos. destmctivos y temerarios. Al no tener ccncteocta, los demás se convíerten en una mera materia prima a partir de la cua1 pueden obtener gratificación. Un antisocial coadenado por violación afirmaba: «EUa tenía un bonito culo. por lo que me serví mira· ción• (citado en Hare. 1993). De hecho. es posible que la consecuencia social y legal de las flagrantes violaciones de los derechos humanos fundamentales nunca entre en la conciencia. Cuando las reglas sociales irrumpen en el comportamiento, básicamente existen como

obstáculos insistentes que deben sortearse de alguna manera que resulte satisfactoria. Si bien parece que todos los antisociales y psicópatas tienen una conciencia deñcltaria, existen diferencias individuales en cuanto al grado de desarrollo del principio de realidad. diferencias que afectan claramente al modo de manifestación. Algunos son muy ínteligentes en sortear las limitaciones sociales para explotar a los demás y satisfacer así sus propias necesidades. De la misma manera que los antisoc.ia1es más impulsivos son personas sin remordimientos y egocéntricas, estos individuos son más sutiles y. por tanto. más des-

honestos y peligrosos. Como diría Hervey Cleckley (1988), llevan puesta «la máscara de la cordura». Sin una conciencia que Lo limite. el yo es libre de seguir cualquier camino de gratificación que el intelecto pueda imaginar. Los otros seres humanos forman parte de Jos accesorios de la existencia: están ahí para que ellos los puedan manipular. uuttzer de forma

egotsta y. por último. desechar. Respetar las reglas sociales constituye una necestded práctica relacionada con la evitación del castigo, poro no una consideración ética. Aunque la mayoría de personalidades antisociales y psicópatas consideran incomprensibles las emociones de ternura, estos individuos aprenden a adaptarse a un mundo en el que la expresión emocional es el pilar básico de la comunicación, y desarrollan una conciencia intelectual sensible de las convenciones sociales y una capacidad para juzgar las situaciones interpersonales. Su couocbníeuto de las relaciones humanas los permite Ilngír empatía cuando es necesario, engañar y manipular (Bursten. 1972) a sus víctimas cou uu encanto camaleónico. incluso para hacerse un hueco en las profesiones más respetadas de la sociedad (Cleckley. 1988). Fríos y calculadores, su existencia nos demuestra lo que OC\I· rre cuando el ello se empareja con la astucia intelectual. Es más, también nos demuestra que la capacidad de razcnamlcnto no puodo por s{ sola doflnir lo que significa sor humano. En cuanto a los mecanismos do defensa. en los antisociales son especialmente escasos. Debido a que su personalidad funciona en esencia a partir del pri.ncipio de reaJidad. tienen poco de lo que defenderse. La mayoría de las personas experimentan ansiedad y sentimientos do cUlpabiJidad relacionados cou las expectativas de los demás. Tememos docopclonar a alguien o que otras personas queden desilusionadas con nosotros, quo piensen que no hemos hecho un buen trabajo, etc. Éstas son nuestras introyecctones parentales, la voz Internahzada socializadora do la madre y del padre y de otras figuras que sirven de modelo de comportamiento. Cuando las personas normales presentan sentimientos hostiles y agresivos, óstos son reprimidos. desplazados, transformados o convertidos en excesiva con· fonnidad, tal como hace Ja personalidad compulsiva. La ansiedad. por tanto, requiere uno. capacidad para la emparra. una capacidad para adoptar la perspectiva de los demás y evo·

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Trm:omos de la personalidad en la

vida modtrna

1uar cómo otros pueden percibir el sí mismo. Muchos antisociales son impermeables a la vergüenza o al desconcierto (Stone, 1993), afectos que presuponen la existencia de una capacidad de entender cómo pueden considerar los demás algún aspecto poco atractivo de uno mismo en comparación con el ideal del propio yo. Cabe destacar que muchos se jactan de sus crímenes violentos para impresionar a quienes les escuchan. pero no revelan las agresiones más simples. Estos antisociales disfrutan de «ostar por encima de los demás» como una manera de complacer el sentimiento de grandiosidad narcisista (Bursten, 1973). Un hombro inocente condenado por homicidio dfjc al ser liberadc: «Al menos era por asesinato, y así me hice respetar» (citado en Lykken, 1995). Sin objetivos vitales y sin capacidad para apreciar la opinión do los demás, los antísociales buscan una vida de indulgencia sin problemas. La preocupación neurótica no forma parte de su existencia. Cuando experimentan ansiedad, está relacionada sobro todo con el miedo a ser atrapados y casugados: la ansiedad real del yo, no la ansiedad moral del superyó. Por ejemplo, cuando se descubre que han mentido, los anusociales aprenden a mentir mejor, sí es que pueden aprender alguna cosa. Las personas normales reflexionan acerca de sus propios comportamientos: los antisociales. en cambio, reflexionan para dar explicaciones do su comportamiento que sean plausibles para los demás. Cuando se les hace responsables do sus actos. suelen minimizar importantes violaciones do las normas sociales (McWiHiams, 1904), De ahí que un caso de violencia doméstica se convierta en una «diferencia do opiníones» y un robo se convierta en un caso de «juicio er-éneos , Cuando se frustran, los aousoctaíes no so contienen, actúan de forma impulsiva y transforman el con· Dicto en acción. En ocasiones, la proyección acompaña a la acción impulsiva para poder justificar la agresión preventiva. Así pues. los antisociales interpretan que detrás de los motivos de los demás se esconde la malevolencia y. por tanto, «se defienden» contraatacan· do. La necesidad de reparación justifica los actos que realiza el antisocial. que acaba considerándose a sí mismo como la víctima perseguida.

I PERSPECTIVA INTERPERSONAL Mientras que la perspectiva psicodinámica se centraba clásica.mente en el conflicto in· terno, la tradición interpersonal subraya las relaciones entro las personas, y el impacto que tienen sus comunicaciones. tanto desde un punto de vista evolutivo como en el aquí y ahora. En la tradición interpersonal. los comportamientos suelen estar organizados en función del círculo interpersonal. Según Kiesler (1996), la personalidad anlisocial representa la hostilidad interpersonal casi en estado puro. Mediante descripciones do dos niveles de gravedad, considera que las acciones de la forma moderadamente patológica son hostiles. irritables y groseras (pá$. 14). Además, son personas que discuten con facilidad. ignoran los sentimientos de los demás. se resisten a cooperar y provocan peleas. En su forma mds extrarna son rebeldes, depravados y vulgares (pág. 15}. Es más, muestran un desafio flagrante. agresiones crueles y atormentan y abusan da los que obstaculízan sus Intenciones. Empleando su Análisis Estructural del Ccmportemleuto Social (AECS), Benjamín (1096) describe un cuadro parecido. A diferencia de Kíesler, su modelo sugiere que los anllsociales también trotan de controlara los demás resistiéndose de forma ené.rg.i.ca a cualquier intento que éstos hagan por controlarles. Por ejemplo, pueden negarse a pagar el sustento de los niños porque les obliga a hacerlo una autoridad externa.Según Benjamín, ésta es una importante di­ ferenciaentre el comportamientoantisocial y el criminal. Los compcrtemieotos criminales son antisociales sólo cuando contienen un elemento interpersonal adicional que consiste en esta· blecer y perpetuar alguna forma de control sobre los demás, sin tener en cueuta las conss-

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Capltulo

s. Ptrsonalid3d antisoc:ial

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cuendas de sus actos. Por tanto, los actos criminales encaminados exclustvameute a obtener beneficios personales, por ejemplo, no se consideran una evidencia de personalidad antisocial. Según Benjamín, los antisociales no sólo tratan de controlar, sino que lo hacen con orgullo, Por ejem1>lo, la explotactén de los demás, sea mediante control o coacción, les haoo sentirse orgullosos, con independencia de cómo se vean afectadas las vidas de los otros. Por tanto, pueden abusar ñsícamente de los demás sin experimentar ningún sentimiento de culpa. o in· el uso causarles daños físicos importantes, para asegurar el control sobre la relación o expresar su propia autonomía. Por ejemplo, una esposa. que se enfrenta con demasiada energía asuma· rido antisocial porque ha descubierto una infidelidad tendrá muchas probabilidades de neabar en una sala da urgencias. La voluntad que muestran los antisociales do atacar con gran violencia a los demás, poniendo incluso en peligro su propia vida, tiene un importante objetivo instrumental: hacer que los demás se lo piensen dos veces antes de intentar tomar el control o antes incluso de exigir que se respeten sus derechos o su bienestar. A su vez, los antisociales piensan que los demás deben adoptar automáticamente una actitud de sumisión. Considérese el caso de Osear, que se presenta en el caso 5-2. Sus impulsos agresivos apenas se subliman con su rol de supervisión. Mientras que una intervención positiva requiere conocer los puntos fuertes y débiles de aquellos a quienes se supervise. Osear prefiere intimidar y coaocionar. Discute incluso con su propio supervisor, lo que ha supuesto el motivo de la consulta. Afirma que su esposa es .:una zorra» y menosprecia todo lo que ella hace. Su biografla está plagada de agresiones de las que se siente orgulloso. Es más, ran, vez llega puntual al trabajo, se ausenta sin dar explicaciones, cobra horas extras que al parecer no ha trabajado y deja que el consumo de sustancias iuterflera en su trabajo. Cuando acude a ter.apia, t:rata do excusar sus actos con mentiras para ganarse la compasión del terapeuta. No le preocupan las consecuencias de sus actos; su estrategia os mostrarse tan am.onazador que nadie se atreva a intorponorso en su camino. Considera incluso que la terapia es un castigo y prometo vengarse, diciendo que los qua lo han agraviado «pagarán las consecuencias». Al igual que Osear, muchos antísociaícs perciben el mundo como si estuviera suspendido, es lo que Thomas Hobbes denominó «estado de naturaleza»: la competición es la regla, la supervivencia el objetivo, y no se puede confiar en nadie. Esto sucede hasta el punto de que los antisociales reflejan el contenido de la naturaleza humana; consideran a las personas como criaturas inhorcntem.onte egoístas cuyas motivaciones son el poder y el control. Tooi (v. caso 5·1) hacía referencia a esta visión del mundo cuando so mofaba de la fe relígíosa afirmando: «Jesús no ama a nadie, o al menos oo me ama a rnf». También se eeñeja esta idea cuando de nuevo declara: «Nadie se ha sentido culpable jamás por lo que me han hecho». Asimismo, en vez de intentar arreglar sus problemas, Osear sólo so preocupa por vengarse. Estas actitudes son caracterfsticas de los antisociales. para quienes la moral i· dad es una ilusión, la bondad es una debilidad y la confianza es ingenua. Partiendo de un mundo así, los comportamientos do.l antisocial. y en concreto la falta de remordimientos, puodon considerarse una adaptación funcional. El hecho de creer que los demás sólo estén dispuestos a explotar y dañar forma parte de una conciencia patológica muy desarrollada. Si so ri.nden anto el sentimiento do culpa sólo oonscguirán ser vulnerables a la dominación y explotación ulteriores. El éxito de conseguir aprovecharse de alguien provoca un sentimiento de triunfo en un juego donde la motivación oculta de todos es La explotación. ¿Cómo so desarrolla la personalidad antisocial desde la perspectiva interpersonal? Los niños expuestos a negligencia. indiferencia, hostilidad y abuso físico tienen muchas probabilidades de aprender que el mundo es un lugar frío e inclemente. Estos niños no tienen modelos nonnaJes de ternura y afecto empéuoos. En lugar do aprender cómo ser sensibles a los estados emocionales de los demás. desarrollan resentimientos prolongados y no de· sean reflexionar sobre las consecuencias do sus propios actos. Sin los controles parentales adecuados. los antisociales futuros nunca aprenderán a controlar la agresividad de una ma-

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I

CASO 5­2

Empleado como supc:MSOI de ~nttnimitr1to dur.antt seis aflos. Osear fue

dtrivado a1 programa dt asistencia dt tmpluOOS dt la univetsidad por su estito 1ntttptt50nat cruel ydi,ctatorial No acuCstra bdi9cnnle ('Ofl et y con el grupo de empleados que dirige. _A En vatias oc.lSiOI\CS, el ~rsonaJ ha deteclado akonol en SU aliento.. Osear tlet'le 33 aftos de edad. mide 1,82 ffl(tros. es de romplo:ión mt'dia, piel ~ morena Y rasgos atractivos. Ncrvioso e irritable.. le cuesta pcrm.u,«c, senta­ ,-V OO. Se va tranquilizando PoCO a poco c11.ando txplk:a los det311cs qt,t le han IICV1do huta la consulta.. E.nst9uida adopta la actitud de una pc~a agra· viada e inicia 11!13 hisroria conmovedora sobre lo dura que t\a sido la vida para a Relata ql.tt' w madre esta muy tnfttma en el t.ospital y no tlene a nadie mj,sque a t,I, su dtdi~o hijo que cmplta todos sus csfuenos y t'tt01$0S para cuidarla. Osear refiere que tla lkgado tarde al trabajo, o en ocasiones se ha ausentado. porque tenia qu,c ir a cuidar de su madrt'. Tambifn txplica que necc:sita ,el dlntto cxtn para poder pagar las facturas del hospital v los mcdtcamcntos, asi como d alquiler de su madre y, ad,cma5 d,c todo eso, dd>ic cui. llar dc w hcrm.no alcoh61i«> v 6' IO$ O('lk) hijos ee ñ.te, que cst;lin sumidos Cf'I la mas absoluta pobrcn. Todo CStO no 6cja de ser int"esantt. sobrt todo si tenernos en cuenta que su madtt murió ha« seis a /los y q1Jt no ha visto a su hermano solticro en los Ultimos dos años. Al final. empiezan a salir a la luz datos de la vida real 6c Osear. U,cgó a Estados Unidos die forma ilegal Mndo tcnfa 4 ai'los. la familia sob(tVivlai dicdi"ndosc a, la, ((('Otcttión estacional en graf1jas de todo ti sudocs1e. Habla con concksccndt11cia de sus padres, y sugiere que ptttendian ser lo que no eran. q11e nunca twicron un hogar, que tl.lvicron demasiados hijos. qce casi nunea dispusieron de agua corrittite v Q!Jt nuMa estaban en casa. Sus padres in· sistlan en que e1 se aseara, de-mostrara ,espeto y estudiara los libtos que eues trasladaban die gran·a ,en granja. Sin ,embargo. al pal't'Cet, Osear st11tla avCf1ión por la autoridai Y minaba toda oportunidad d,c ap1Md,r que se le presentaba. En ocasiones,. sus padres constgulan afirmar su autoñdad, pero estos episodios fueron muy bretts. Durantt su adoleSctncia. ,entró y salió constaftttn'licnte die e,cntros de dttendótl mo 'IC 111a· n., t1,•11tn con 1,, s-.irw11dia p•·rp,·1ra· ' ión.~ actos qua son motnro JShoi, .. ~1ídad. que se ruanlflesta (:hr1 .. , 1ns ('Oruo mPntir IV:pi 1idi1,

mente. util iznr un allas, 1·11talJr .i • •trilló ~NI ohlum!t un l)t!1tto Odo perW.l;iJ r1 pee l)laic:t:r (3) lmpuhh· hlud u in( ..11>1:1t:idtut p¡m• pl.111ifü.:..:1r el fo111ro (41 lrril:ih,lidad ) a~re,i,..id,1d, fa tot1 asiduidad. (1) Fra,~ 1)1Jra &dapl.lJ'M'l • le"' uerMt.mocupodón Imprudente ttibajOy ovo. en ocasiones habla atracado a ancianas vull't'.rabks •por sen­ ,­V por su 11,¡;gurid:.d O la de IO!I dt•11)á;,~ ple diYC~ y para conscgui, dinero para el alquiler. (fi) ltrt!".!>pons.abilhlad perststente. A 10$ 30 afloscon(l(ióyst casó con una mujer,al parecer histri6nica..dt sólo ~ iodiuu.fo l)Or la ioc.ip.iddad ,le 20 ahos, qut a vettS trabajaba como prostit\lta para costears.c su c:onsumo U!i obllgadonus t-1"11· cocaína.VMc,Ofl c,n la miseria durtintt trts al\os. Su Unica hija 11ació a los nóm.ico~ se~ mtseS de c~dos. Tras ul\il .pclt'.a en la que Ji?' le: rompió un brazo a su .. (7) Folla (11: nroi­0rclimil'ntos. ~,,oo muJc:r y lt ocasaonó un tr-aurnat,smo craneal, paso un mes cn la eártcl V su lo indica la lndUoranda o Li, juiilifi· mujer le ab;indon6 por un nuevo novio, aunque: nunca llcg3rot1 a dÑorc:lars.c. uiüón IM haber datl.odo,m.ih:rnlu· En los años siguicnt~ Jim S( impli((l en actos dtlictlYOS rtl;llcionadostot1 t.s dtO-- ...__A do o rohridu :1 CI~ gas. Tnas n·,;i 6. Ptrsona1idad c:vitadora

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el mundo la entendería. Parece, sin embargo, que sus temores se han intensificado hasta tal punto que ya no puede tolerar las exigencias que requieren las clases. Es muy probable que Allison nunca haya hablado con ninguno de los profesores que tienen que evaluarle y oomunicarle aquellas áreas en las que necesita mejorar. AJlison se ha vuelto demasiado sen· sible a todo este proceso y creemos que no es capaz de beneficiarse de casi ningún tipo de feedback. ya sea positivo o negativo. Por tanto, Allison no se arriesga. Sólo hay un modo on el que pueda relaclnnarse con los demás: tiene que estar ebsolutamente segura de que va a gustar (v. crtterto 2). Sin embargo, esto es muy difícil de conseguir. Cree con firmeza en su propia imperíocción, en su capacidad pare sentirse avergonzada por el mero hecho de existir. Mientras quo la mayoría do nosotros nos san· timos inseguros respecto a algo en concreto. las in.seguridades do Allison constituyen la realidad tal y como eUa la percibe. Por consiguiente, la idea de que pueda gustar a alguien y de que se lo pueda aceptar por lo que es le resulto casi inconcebible. Para poder entablar una amistad, Allison necesita repetidas demostraciones de apoyo y atenciones. Es más, necesita coherencia. Si alguna vez alguien le hace la más mínima critica. como si de una tortuga asustada se tratara. Allison se replegará aterrorizada hacia el interior de su caparazón y desde su refugio se aislará del mundo. Como el caparazón es muy grueso, muy pocas personas logran ganarse la confianza de aquellos que tienen una personalidad evita dora.

Incluso en aquellas ocasiones en las que Allison logre superar su hipersensibilidad duranto el suJidento uempo como paro dejar que alguien se lo aproxime, el hecho da creer en su propia inferioridad imaginaria tiene otra consecuencia negativa: Allison tiene miedo de

mostrarse tal y como es. Para que las relaciones humanas se fortalezcan tiene que haber

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equilibrio entro el compromiso cousciente y la espontaneídod. Poro AIHson no puedo permi tirso ser ella m.isma porque es demasiado consciente de los defectos e imperfecciones que todo ser humano tione (pero quo ella percibe como suyos solamente], y el precio de la éHI· tanricídad os demasiado elevado (v. criterio 3). Si Allison mantuviera una relación de pareja, lo resultaría extremadamente difícil mostrar su verdadera forma de sor. compartir un secreto, o incluso comunicar a su compañero aquello que lo gusta o lo disgusta. Todo olio podría envenenar la cñmcra ilusión de auténtico compañerismo que le permiten sus inseguridades. y la dejaría sin nada. Por tanto. AUison sacrifica la posibilidad de entablar una relación amorosa y opta por mantener un sentimiento de seguridad constante e imperturbable. Para ella no existe el hecho de perder la cabeza por alguien. ni las salidas de fin de semana. ni las aventuras románticas. Nunca gustará tanto a nadie, o al menos así lo cree. Esté segura de que si alguien llegara a interesarse por ella sería sólo porque ha tenido la habilidad de no mostrar en ningún momento su verdadera formo de ser. Se percibe a sí misma probablemente del mísmo modo on ol que sus padres la percibían: como una carga que

nadie desearla sobrellevar.

Estas descripciones se refieren a las percepciones de Allison en cuanto al trabajo. la escuela y las amistades. Las personalidades evttadcras so sienten os( en casi tocias las aituacienes sociales (v. critorío 4). Dondequiera que vayan, sienten que la genio está pendiente do ellas. Temen las críticas y e1 rechazo, oomo se indica en el DSM. pero también tienen miedo simplemente a decepcionar a los demás. Es decir, el rechazo no tiene por qué ser real para que las personas como AUisoo experimenten estos temores. Tan sólo la idea de que alguna persona puedo juzgar que han fracasado o no han cumplido les expectativas es suficiente para que Los evitedores quieran retirarse. Aún es peor la posibilidad de que aJgu.ien pueda adoptar una ocl.itud severa hacia ellos, suponer que 111.~ juzgan desde una posición do auto· ridad. ya que entonces los veredictos son más poderosos y absolutos en su condena. Por tanto, no sorprende que los evttadores se sientan cohibidos en las situaciones interpersonales (v. criterio 5). Los sentimientos de falta de adecuación hacen que se re-

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Trastornos de la ptnonalidad

en la vida moderna

traigan, como en el caso de Alllson, «para vol verso más insignificantes y destacar menos note los demás». A menudo relacionamos la patología con ol hecho do excluir a los

otros, poro los evitadores tratan además de encerrarse en sí mismos. Para ellos. la clave es mostrar lo menos posible de sí mismos. Como revelan muy poco, habrá poco por Jo que se les pueda atacar. El filósofo Hegel dijo: «Ser es ser percibido». En cambio, para J\llison y las personas como ella. la verdad existencial radica en justo Lo contrario. El único modo de ser consiste en no ser percibido. aJ menos si se qulere estar seguro y sal­ vaguardar una mínima calidad de vida. Así pues. mientras algunas personalidades. como la narcisista y la histriónica, se crecen ente las situaciones sociales buscando ser

el centro de atención y objeto de edmimcíén. los evitedores se tnbiben y se retiran a un rincón donde al menos pueden estar solos y, por tanto, sentirse más cómodos. Los evitadoras siempre son conscientes de los demás. pero los demás nunca deben reparar en el cvilador. Como ocurro con muchos otros trastornos de la personalidad. para los evitadores es muy diffci ! llevar a cabo cambios positivos y mejorar las circunstancias de sus vidas .. El ere· cimiento personal requiere cierto riesgo. Dado que Allison se considero una persona Inepta y poco interesante (v. criterio 6), os dudoso que alguna vez, como les gusta decir a los psi· có)ogos humanistas. pueda realizarse en la vida. El crecimiento persono] requiere cierto riesgo. Pnra ampliar nuestros horizontes, debemos traspasar las frontc:ras. O, como dice el viejo refrán. la experiencia es el mejor maestro. Sin embargo. las personalidades evitado· ras son reacias a correr riesgos que las dejen expuestas a la opinión de los demás (v. criterio 7). Pueden ser muy creativos en la intimidad de su apartamento. o convertirse en su· pcrhérocs en sus fantasías. pero en el mundo real es mejor no probar nada que pueda atraer la atención hacia elJos. Cuando uno es inferior y lo sabe, la atención so convierte en 01 enemigo. Como 90 el capítulo anterior, esto caso introductorio, que eíempttñca la personalidad eviíadora, nos servíré para profundizar 011 las cuestiones conceptuales, teortcas a bisrértcas. En prime.r lugar. compararemos la nonnalidad y la patología, y después comentaremos las variantes del prototipo evítador. A continuación se describen las perspectivas pstcodtnamica. cognitiva. interpersonal y biológica de la personalidad cvuadora. Estos apartados ccnstituyan el núcleo de la vertiente científica do la personalidad. Al tratar do explicar Jo qua observamos en osbozos caractertalos como ol do Allison, el objotivo es traspasar la mera anécdota literaria para introducirnos en el ároa teórica. Como os habitual. oxponomos do forma paralela la historia y la descripción, subrayando la contribución realizada por autores del pasado, cado uno de los cuales tiendo a insistir on un aspecto diferente del trastorno. También se revisan las bipólesis evolutivas. aunque en esto momento siguen siendo provisionales para todos los trastornos de la personalidad. A continuación, el apartado «Perspectiva evolutiva y del neurodesarrollo» nos muestra cómo la presencia de trastorno de la personalidad sigue las leyes do la evolución. También se incluye una comparación en· tre el constructo evitador y otros constructos derivados de la teoría y se comenta cómo las personalidades evitadoras liendeo a desarrollar trastornos del Eje l. Por último, abordamos el tratamiento del trastorno mediante psicoterapia y. de nuevo, los contenidos se organizen según los enfoques clásicos en este ámbito: las perspectivas cognitiva. interpersonal y psicodiná.mica.

I DE LA NORMALIDAD A LA PATOLOGÍA Puede que usted esté expenmentando lo que denominamos el «síndrome del estudiante de medíciua»: os doc.ir. al leer lo qua expondremos a coutinuacién, así como lo que

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capitulo 6. PtrSOOalidad cvitadora

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acabamos de explicar, puede que identifique que algunos aspectos de su personalidad coinciden con los patrones de personalidad que aquí se doscrtben. No se preocupe. ocurro con frecuencia Una personalidad sana abarca aspectos de muchas do las persona· Iídades descritas en o-sl.9 libro. aunque con un mayor grado de equilibrio y flexibilidad. También es importante saber que no existe un límite claro entre la normalidad y la pato· logía, sino que existe una relación de continuidad entre los estilos de personalidad (que todos tenemos) y los trastornos de la personalidad. A medida que aumenta el grado de patología y aumenta el número do rasgos rlgidos. incrementa también la posibilidad de que las dificultades se produzcan en numerosos aspectos de la vida. incluyendo el trabajo. la Camilia, la escuela y las actividades da ocio. En el h'mite entre la normalidad y la patología. estos problemas suelen atribuirse a unos cuantos rasgos desadaptativos, y estas caracterfstieas se pueden tratar de una manera relativamente aislada. En cambio. cuando el grado de patología es mayor. existen menos aspectos sólidos y positivos de la personaHdad y muchos más rasgos extremos. Estos interaccionan do una manera tan íntegra que la persona en su totalidad se convierte en el motor que genera la mayoría de sus pro· blemas. En la literatura científica se han establecido diíerentes variantes del evitador que enlran en los límites de la normalidad (es decir. personas que muestran un equllibrfc uulízando algo más los estilos de evitación). Entre estas variantes se encuentran los es· lílos de personalidad sensible y vigiJante descritos por Oldham y Morris (1990, 1995). Las porsonas sensibles suelen sentirse cómodas en entornos que Jes resultan familiares y destacan cuando el contexto se reduce a un pequeño grupo de personas do confianza. Se preocupan mucho por los sentimientos y opiniones de los demás y uecesltau su opro· bación para prosperar. üesda el punto de vista interpersonal. son corteses y contenidas. Evitan la ambigüedad y profieren las situaciones en las que conocen bien las expectatlvas de los otros, y donde es fácil confirmarlas. Las personas sensibles son circunspectas en un principio; sólo dan a conocer sus pensamientos y sueños cuando ya ha transcurrido algún tiempo y so sienten seguras. Corno son muy reservadas. tienen dificulta· des para profundizar en las relaciones. ya que dejan on1rever su forma de ser en muy raras ocasiones y los demás se sienten frustrados. hasta el punto de que se pierde el verdadero sentido de intimidad. Muchos son amantes de! arte y la literatura. y algunos expresan su intensa imaginación a través de la creatividad artística. La combilrnci6n del estilo de personalidad seusiblo con los características que doscrihíromos a contlnuación del estilo de personalidad vigilante proporciona una idea más complota del evtta.dor que entra en el rango de la normalidad. Las personas vigilantos están demasiado atentos a las posibles críticas y prefieren relacionarse con los demás con cautela. Son muy consclentas do todo lo que ocurre a su alrededor y están siempre pendientes de posibles amenazas a su seguridad o autoestima. Millon et al. (1904) describen un patrón da personalidad indeciso que combina aspee· los do los estilos do personalidad sensible y vigilante ligeramente más patológicos. Se trata de personas sensibles o la tudíferencla social y al rechazo. que se sienten poco seguras de sí mismas y suelen ser más recelosas do lo habitual cuando se enfrentan a situaciones sociales o interpersonales nuevas, sobro todo con gente a la que no conocen.Se turban con facilidad y se sienten cohibidas, ya qua anticipan diñcultades en sus relaciones personales y tienen miedo al ridículo. Por Jo genera l. prefieren trabajar solos o en pequeños grupos en los que se sienten aceptados. Una vez ya están establecidos en un determinado enlomo social, suelen abrirse, ser amables y colaboradores. y participar en equipo de far· mu productiva. AIUson presenta muchas de las características de los estilos normales descritos más arriba pero de una forma más extrema e inflexible y. por tanto. entra en la patolo-

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Trastoroos de la p(rSOnalidacl tn ta: vida modtm.>

gta. Los sensibles. tal y como describen Oldbam y Morris (1995), se sienten cómodos formando parte de un pequeño grupo de personas en las que cooíían; sin embargo. el círculo social de Al1ison se ha reducido hasta ser casi inexistente. Si pudiera estar seguro de sor aceptada, quiz..i soría capaz de hacer algún amigo m.ás. Pero la realidad es quo ticno dificuhados para valorar quiénes son sus amigos, por lo que es poco probable que así sea. Eso la mantiene en una situación de seguridad, pero también la aisla, lo que supone parte del círculo vicioso que fomenta su patología. Si bien las personas con estilo de personalidad sensible revelan demasiado poco de si mismas como para establecer una relación de intimidad con los demás, al menos sf so relacionan. Allison sólo puede recordar a un novio, a quien ten fa demasiado miedo do revelar alguna cosa de sf misma por temor a quo la abandonara. Al igual que ocurro con los vigilantes, está muy atenta a su entorno social, pero a la vez está tan pendiente de su propia presencia en ese entorno social, que los sentimientos de inseguridad so han convertido en crisis de angustia. Las caracteersucas del ovitador también pueden exponerse croando una versión me· nos extrema de los criterios que aparecen en el OSM·IV, tal y como hizo Sporry (1995). Así pues. los personas que se encuentran en el extremo patológico del espectro tlxageran las dificultadas y los peligros que implica el hecho do desviarse de la rutina, mientras que las que están dentro de la normalídad prefieren simplemente la familiaridad del hábito y se sienten más cómodas con lo conocido que con lo desconocido, pero no se oponen a la novedad cuando los beneficios de ésta son claros. De forma similar, las personas con personalidad patológtca no tienen amigos íntimos ni confidentes y evitan las relaciones interpersonales. Por al contrario, los sujetos que se encuentran en la normalidad so sienten cercanos a la familia y a los amigos, y tienden a ser personas hogareñas. poro pueden correr riesgos si es necesario y funcionar eñcazmente dentro de la sociedad. Las personas con personalidad patológíca son hipersensibles a la crítica y se niegan a relacionarse con los demás a menos que tengan la seguridad de que van a ser aceptados; los Indtvlduos con un estilo de personalidad normal simplemente son prudentes y meditan las cosas. Allison se sitúa en la vertiente patológica de los dos contrastes que acabamos de ex· poner. Por ejemplo, no puede correr riesgos de forma voluntaria para encajar en el mundo según sus propias condiciones, independientemente de los beneficios que reporte el hecho de hacerlo. En vez de ello, limita al máximo sus incursiones en el mundo social. y es probable que sólo salga de casa para hacer los recados imprescindibles y hacer la compra según la rutina establecida. En estas ocasiones. no se esfuerza en entablar conversación con nadie porque prefiere no llamar la atención ante la posibilidad de que alguien la pueda observar con mirada crílica: opta, por tanto. por no establecer una relación cordial con ningún propietario de ninguna tienda o negocio. Va más a1lá de ser prudente y comedida desde el punto de vista interpersonal, ya que es tan sumamente sensible a la desaprobación que ni siquiera se siente capaz de mantener contacto visual con el comerciante, cuyo papel consiste. por naturaleza. en ser constructivo y mostrar cmpatía. También existe una relación de continuidad en otros criterios diagnósticos. Desdo el punto de vista social, el individuo con una personalidad potológic::a no consigue compartir su forma de ser con otras personas y puede mostrarse ante los demás con una fo Isa facha· da. El individuo con una personalidad normal es simplemente Umido y reservado, poro también sincero. Las personas coa personalidades patológicas suelen tener un rendímiento por debajo de la media, ya que su ansiedad social dificulta un rendimiento laboral constente: sin embargo. las que no presentan una patología de la personalidad tienen mayores probabilidades de muntener un trabajo de forma constante, pero situándose en un segundo

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plano dentro do su entorno laboral. Como ya hemos comentado. Allison se encuentra en la vertiente pat.ológica de las dos situaciones que acabamos de cxponc.r. Su forma de ser va más allá de la simple timidez y reserva, tal y como se pone de manifiesto con la falsa apariencia con la que se muestra ante su novio y por sus constantes intentos do anticiparse y cumplir las expectativas do los demás cuando so ve obligada a vivir una situación social. Como voluntaria en los jardines botánicos, su rendimiento también es inferior. De nuevo, Allison coincide mejor con el extremo patcléglco de estas comparaciones. Al ser tímida y reservada, presenta una cara falsa para no tener que ser ella misma con su novio y para tralar de anticiparse y cumplir las expectativas da los demás cuando se ve obligada a relacionarso. Su situación es más gravo que la do u11 simple caso de ansiedad que pueda dificultar el mantener un rendimiento labora] constante; en realidad, AlJison nunca ha tenido un trabajo de verdad.

I VARIANTES DE LA PERSONALIDAD EVITADORA Allison representa un ejemplo «puro» o un «protonpc» do personalidad evitadora, Sin embargo, como ocurre en la mayoría de patrones de la personalidad, sean problemáticoso no. no todos los patrones de evitación guardan parecido con el caso de nuestra estudiente universitaria dominada por el pánico. Aunque el estilo de personalidad de Allison no combina características de otros trastornos con su patrón básico de evitación, la mayoría de los evítadores presentan síntomas de otros trastornos de la personalidad. tales como patrones esquizoide.s. dependientes. depresivos, ncgativist.as, osquizotípicos y paranoides. Los estados de ánimo y acciones resultantes que manifiestan estos individuos proporcionan gran cantidad de variantes del patrón básico de evitación que les hace únicos y los dislingue de los casos • puros» como el de Allísou. Estos subtipos de la personalidad evitado· rase revisan en la íigura 6-1. Los casos reales pueden coincidir o no con aJguna de estas combinaciones.

El evitador con conflictos

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Una característica definitoria de la personalidad cvítadora radien en el confl_icto entre el deseo de intimar con los demás y el miedo a la vulnerabilidad que, como es natural. sobreviene cuando estable-cernos una relación cercana con otra persona. De forma similar. aquellos con una personalidad negativista (antes denominada «pasivo-agrestva-) son, en esencia, ambivalentes respecto a sí mismos y respecto a los demás. Idealizan a sus amigos tnumos y compañeros, pero si su senudo de la autonomía se ve amenazado. tratan do boleotearles o humillarles. Cuando hacemos alusión al evitador con conflictos nos referimos a un patrón de evitación que combina características de la personalidad negativista. Es decir, po­ demos esperar encontrarnos con tendencias básicas de retraimiento típicas del patrón evitadcr. pero expresadas de forma similar a la tendencia negativi.sla a la «guerra de guerrillas» en ol ámbit.o interpersonal. Cuando no ostán retraídos en su aislamiento, los ovnadores con conOictos suelen ser percibidos por los demás como petulantes y malhumorados. Pueden atacar a otras por· senas debido a que éstos no teCOflOCOJl su necesidad de afecto y, a su vez, acusan a quia· nes tes ofrecen efecto de inteatar socavar su i.ndepeudoncia. Prevén quo van a teuer doccpciones y sienten temor a enfrentarse a los demás de fonna abierta, y por eso pueden atacar de forma indirecta con comportamientos obstruccionistas. ocultando sus verdaderos deseos. Suelen referir sentimientos de incomprensión. íaha de valoración y humilla-

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Trast0a a retraerse en un tStado de tutbadón. A parte de (SO, casi no~ n"'9una cmoo6n.

PARA EL OIAGl'IÓSTIOO UE TR.AS1'0R.NO

e-, problema ap.rec:ló en el scg1..ndo curso de programación informjtic:a•. Aunqu,c dominaba varios knguajcs info,máticos. el p,ofcsor dijo a sus alum"()S que dtbtrían Ira bajar tn colabcmir en la elabofac.ión de una parte de un pro'(t'Cto más ampfto. St-an st asustó. •Intento tt~baJat. pero no ... me putdo eeeeeweo. Su vot st .apagaba~ un .susurro.• an a•.. a... a... ~ ~l'ISat que S/J'f w, Idiota,. Stl soludótl ftl'C dt;ar de l!I' 3 clasc, aunqut SU$ ca· tific:aciont1 duran~, d Ultimo stm~trc. cuando todavia asi~tia a clase. eran t~l('flttS..Era r~al!dad. SU$ notas. Sleffl9(t hablat1 sido tx~poonalcs. En ~m­ .._a bio. no tenia am,gos y conftsaba. ,Soy un desastre para conoctr gcntt. Sicm- ,-V pt'( pienso qv, no les voy a gvstar o algo POf d ts.lilo. Soy un intitil. No tengo las liuirs"' con 1.1 gente si no esll1 st>guru rle qen m ,1 ag,.iJM

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....n, irnil\nto$ rl1· inforiori(lnd f6J s.,"" 11 ,;i mismo 1mdalmcnta inr,pt.,, pr,l"i0011lmt•nta ph u nl t1·.tbujo y a 111 producnvldad con t:xdu11ión di, f¡¡~ ac uvtdedcs de ocio \' In..,; 1ml.i~tadt•ci (no a1rlbulbl•• .i néwsl· dadus 1."''llh·nh•,} ~ulO!ildacl •~ in~¡;,.xll,ilid;1el ,•o 1.111'""' liol'l•:ll •!•• mnralul.id, ,t1!1 .i o vnJ~ro..'< (no atnbuíblu a la 1~1~~1 lfü.--ac,611 wn 14• t'Ulhml O 1,, nih~1m1) (5) lnoipeddad 1)1an1 hmr lu!j ol1j,•1c~ d1•~,L~ilttoo1 o inútil,-,;, in,Ju!¡O cuando oo t11•nen un ,.,!tu ~nlim"ntal f6) f­:\ re.ido .i dfd,i~ar tareas o Ira· IM10 ,·n otul$, a no iicr qut'l é:-rto.!i su sometan exactamvnto .. ,u numt!ru dr. hac,•r la't 00.~1$ (7) Atlup111 un E!.'lhlo nv,,ro 1m nl,111• lo ,1 1011 ij ,~1011. 1a111u p,,ra

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in~11 ,~ ~~ lkl caso qw (no .,Jribuiblu 11 1,ocesi· dnde. i'Jl'()itól'llic.i\ ~\·ltle1.1l~} • (·O Rxcosi\'ll minuciosidad. 1.1~cru· pulosl-dad a lnDexlbllldad ,m cu,. u~ tfo cuorn.lidi:td, étlr.:a O ,11lort" (no atr1bu lble a 1_;1 uhmtlílcatlón onn lu eullur;i O i. rrlisti(io) (:ll Dfldi°'

A los 27 an.~s. Hol6en obtllYO su doeto'*, se s rmimlos otan muy rcgvlados: aleja los impvts.os prottibi· dos y los fimita ton rigor. y ntC9a defensivammte los conflictos pmonalcs y soclaltS. que mantiene fuera de la ('()l'lscitflcia y bajo oo ftnco control

COt"1Hrtñkfo

ÚlilO tognitl'YO

Con$tf'U)'t el mundo con reglas. requlaCt()n6. horDrm y Jerarqul~: ~ rlgido. tot.irudo. indcosoyst altera muC'OO aore I~ Ideas o ~b,los nacvo, o s sen· timicntos dlidos y manticrftcta,, y su padre era la figur, mH fotrtC' ,n la que se apoyaba ti r~to de la familia. Su madtt era bastante 1ltru. dr-bl,t,1 GI temer u lu péordi1I" du npu~·o o l)pmbación · NQta. No 1'1~ índuyr.n 1~ ~'."win1,; ~ la n:tribudlm n'.9l_is~t1$ (4) 1 INII' d1fk11had1•,; piun 1n1nur l)roy-i!e:1011 u p.,r.t hilu~r hL,r; ros;n,; a liU m¡¡m,,.. (dab,do a ta ,falla de con· O.in~ en su pto1>10 fuiuu O 1'11 !lllli ,.tJ,;o-"' t"lúrd,.•Un• 1t•• t"'"''lffltJ.'> 11""111Wt·· 8.in.A111,.nd, an09Jntrsonalidad tn la vida modttna

de los celos de seres inferiores. La variedad apasionado es mucho más susceptible que las demás de mostrar un considerable narcisismo corporal, que se manifiesta mediante la aten· clén escrupulosa a la apariencia física, la ropa y otros atributos externos.

El narcisista elitista El narcisista el.itista guarda ciertas semejanzas con el carácter fálico-narcisista de \!\riJ. helm Reich (1933). Estas personas están seguras de sí mismas. son arrogantes. enérgicas. «de porte impreslonantee y «de difícil adaptación a posiciones subordinadass (W. Reích, 1949; págs. 217·218). AJ igual que la variante compensadora, estas personas construyen una fachada falsa que, en su caso, magnifica una imagen de ellos mismos que ya es de por sí superior. es decir, que no se limita a compensar sentimientos profundos de inferioridad. Lo que temen estas personas no es la inadecuación, sino la mediocridad. Según Reich, encontremos a muchas de estas personas entre los militares. pilotos y atletas. Personajes históricos como Napoleón y Mussolini nos sirven como ejemplo del carácter clásico. En la sociedad occidental actual podríamos añadir a esta lista a abogados. cirujanos. empresarios y miembros de otras profesiones que, de forma natural, agrupan a personas que suelen tol)er un coraje agresivo muy acentuado. característica que. según Roich, os definitoria del fá.lioo-oan::isi.sta. Cuando estas características son llevadas a su extramo lógico, so convierten en personas que se consideran semidioses, que creen formar una raza aparte de los seres humanos normales. y que compiten unos contra otros por la victnria on un escenarto mundial que sólo contiene un puñado de competidores dignos. Muchos de ellos contemplan a las personas nonnales con tal desprecio que podría considerarse que también presentan rasgos do la personalidad sádica. Sin embargo. el concepto de narcisista elitista es más amplio que 01 de fálico-narcisista de Reich. Aunque el narcisista elitista so deleita con Jas dumostracíones de poder, el exhibicionismo de lo más cruda asertividad también puede centrarse en la capacidad intelectual o la acumulacién de riqueza: existen muchas formas de sentir una desmesurada conñanza agresiva. Este tipo de personas acude a las escuelas y academias más prestigiosas, se une a asoclacioues exclusivas y sólo se relaciona con miembros de su propia clase social. Además, los elínstas hacen gala de srmbolos de su estatus y de sus logros. La mayoría de olios idolatran el reconocímtento y se involucran oon gran energía en la promoción do sí mismos. Cualquiera que sea la actividad que les interesa. se hacen propaganda. se jactan de sus logros [tanto si son ciertos como fraudulentos) y consiguen que cualquier cosa que hagan parezca maravillosa o impresionante. Sin rival en su camino hada convertirse en el número uno, muchos elitistas se comparan con los demás y convierten las relaciones personales en competiciones y contiendas públicas, Al tanor tantas pretensiones. los elitistas narcisistas se exponen a crear una gran división entro su ldeouded re-al y la forma de ser que aparentan. Aunque otras personalidades narcisistas a menudo son conscientes de esta dícotemía, Jos elitistas son tajantes en la creencia de su grandeza. En vez de rectificar. retirarse o sentirse avergonzados cuando se los responde con la indiferencia, los elitistas aumentan sus esfuerzos al máximo actuando on mayor medida, y de forma algo errática, para mostrar hazañas y galardones dignos do gra.n admJración. Con frecuencia presentan ilusiones de grandeza sobre sus poderos y estatus futuro, magnifican sus limitados logros y compiten ostúpidamente contra los que ya les han eclipsado en la realidad. Mediante estas conductas de auloproteccióo, los elitistas suelen ofender a quienes 19.S rodean, privándose así de la admi.ración y el reconocimiento que necesitan de forma tan desesperada y. por tanto, contribuyen aún más a sus propios problemas. Como ejemplo de las dos variantes descrilas, oonsidérese el caso de Leonardo (caso 10-2), a quien es posible describir como una mezcla do los subtipos elitista y upasionado. Leo-

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Trastornos d, la ?(rsonalldad en la vida moot,na

introspección semejante. Desafortunadamente,tiene bastante razón. Resulta paradójíco, pero al adelantarse al terapeuta para elaborar una racionalización que descarte Ie posíbílídad de que sufra un trastorno. Leonardo no hace más que exponer la necesidad de proteger una autoestima magnificada y vacía. Su carencia do conciencia de enfermedad os esporablc dado el propósito defensivo de sus aseveraciones. que no hacen sino conñrmar el diag:oóstico. Existen otros aspectos do su presentación muy coherentes con el trastorno narcisista de la personalidad. en especial con las variantes elitista y apasionada. Aunque tal vez sea cierto quo su familia os «una de las más ricas de España» y que su padre «heya ejercido una gran influencia en la historia de su nacíén». es muy probable que esté exagerando para crear un halo alrodedor que ofrezca la imagen de que es una persona con un pasado impresionante y que eso puede. de algún modo. justificar su arrogancia y su actitud pretenciosa. Aunque no muestra el típico coraje agresivo acentuado dc.l fálico-narcisista. una earacteríslica interpersonal. se muestra altivo en sus relaciones sociales e insiste en su superioridad, sobre todo en cuanto a su apariencia ftsica, su elevado coeficiente de inteligencia y la creencia de que está predestinado al éxito on cualquier cosa quo haga. Al igual que otros uarclslstas elitistas. sus creencias son absolutas. Leonardo también presenta características del subtipoapasionado. Evidentemente.sus lixitos amorosos sientan los cimientos de una imagen masculina e hlpersexualízada de sí mismo. Crea una ilusión de afecto genuino, cuando su verdadero objetivo es el sexo. Sin embargo. enseguida pierde el interés por su conquista, se inquieta y sale a buscar otro cuerpo íemenino que lo entretenga. Sus jactancias ante al terapeuta y La puntuación que hace de las mujeres son pruebas adicionales de su falla de empatía y de su voluntad de ex· piolar a quienes le rodean. Es muy probable que Leonardo crea que su impresionante herencia y sus superiores capacidades le dan derecho a mantener relaciones sexuales esporádicas con la mayoría do las mujeres y que el gran número de conquistas sexuales. aunque proba· blemento exagerado, no es sino una prueba más que demuestra su superioridad.

I ANTECEDENTES HISTÓRICOS A pesar de una aparente escasez de datos sobre casos clínicos de trastorno narcisista de la personalidad en todo el mundo. esta visión ensalzada de uno mismo que conduooa la autodeslrucción involuntaria ha estado presente a través de los tiempos y en todas las culturas. La mitología griega nos enseña los perfiles de un exagerado bubtis (cuya traducción aproximada es «falta de humildad») en el mito do Narciso, un joven hermoso que, aunque amado por todo el mundo, rechazaba amar a nadie. Llega un momento en que este rechazo despierta la ira de la diosa Afrodita, que acaba mnldiciéndo)c. Ir6nicamente, so contempla en un arroyo y se enamora perdidamente de su propio reflejo. Cada día se pasa todo el tiempo solo con su propio reflejo, persiguiendo lo que no puede poseer. Ajeno al conocímiento de que es su propia imagen lo que ama. se ahoga en el arroyo. Por tanto, el mito parece querer decir que los narcisistas desconocen tanto la intensidad del amor hacia sf mis· mos como la fonna en que esto afecta a las vidas de los demás, así como que considerarse de forme inconsciente a uno mismo como su propio amante conduce finalmente a la dos· esperación y la soledad. Si Leonardo estuviera a punto de ser despedido de su rosidoncía, lo qua equtveldrta a ehogerse en una insufrible exaltación de sí mismo, podría ser considerodo como la eocamación contemporánea. de este mito. Una variante del mismo tema relaciona el narcisismo con una necesidad de poder (loubert. 1998). Según el cristianismo, por ejemplo, la fuente original de todo mal reside en un nivel patológico de orgullo. El pecado aparece en el mundo porque Satanás se ve atrapado

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Trastom dt la pcrSOnalidad en la vida tnodtrna

cissus-like Ieslmilar a Narcisoe] (A.P. Morr-ison. 1966) para referirse a la masturbación excesiva, en la que la persona se convierte en su propio objeto sexual. Ran.k (1911) publicó el primer a.rtículo psicoanalítico dedicado específicamente al narcisismo, vinculándolo a la vanidad y a la admimción do uno mismo (citado en Pulvcr, 1970). Resulta sorprendente que Freud sólo publicara un artfculo dedicado oxcJusivarncnte al narcisismo. en el afio 1914. en el que lo describía como una lnversién líbidínal en el sí mismo, que si se practicaba de forma sana y con una frecuencia razonable, en última instancia daba lugar a relaciones objetales maduras. La cuestión fundamental para Freud era cómo el niño, que vive en un universo compuesto tan sólo por el sr mismo, al que denominó narcisismoprimario, puede lle· gar a desarrollar une visión de la existencia y la identidad de los demás. Hoy en día, la literatura psicoaoalflíca sobre el narcisismo es tan abundante quo ro-su Ita imprescindible resumirla. El término sigue teniendo múltiples significados díñcílos de destilar en una única fommlacióo. Según Pulver (1970), ol narcisismo so ha convertido en una especie de paradoja, ya que conslítuye una de la.s más importantes, aunque también la más confusa, contribucloees del psicoanálisis. Stone (1993) oonstdera que el problema de su definición sólo es comparable al que plantea el término límite (del trastorno límite de la personalidad). En la actualidad. el psicoanálísis sigue estando dívidido entre formuloe.iones del narcisismo que rlvallz ..an entro si: básicamente. la psicología del sí mismo de Kohut (1971, 1977) y la teona de las relaciones objolalos de Kernbcrg (1975. 1984, 1989b, 1969c), que proponen dos explicaciones alternativas y excluyentes del narcisismo. El camino recorrido desde el ar1fculo de Freud, publicado en 1914, hasta las concepdones contemporáneas es largo y enrevesado, por lo que supera ampliamente los lünltes do este capítulo. No obstante, cualesquiera que sean las dinámicas subyacentes propuestas. existen numerosas descripciones históricas saturadas de rasgos adultos muy parecidos a las características del trastorno de la personalidad. Por ejemplo, W. Reich (1933; págs. 217-216) describió el carácter íálico·narcisista como «seguro de sf mismo. en ocasiones arrogante. voluble. enérgico y. a menudo, de porte impresíouantes. asimismo «suelo dar flagrantes mues· tras de superioridad y digulded». A partir de mediados de la década de 1930 empezaron a aparecer reacciones significativas a la teoría psicoanalítica. como la emergeucía de las es· cuelas ncofreudianas de la psicología del yo, las relaciones objetales y la tecrre social. Estos autores destacaron la preponderancia del tipo de vinculación sobre el sí mismo y, por tan· to. empezaron a desarrollar un modelo del narcisismo basado en el déficit. cuyo origen peo· saban que radicaba en los problemas en las relaciones tempranas con los progenitores (McWilliams, 1994). Dado que el modelo instintivo de Freud era puramente intrapsíquico, podía considerarse que el narcisismo no ero más que una exagerada catoxia del s( mismo. es decir. una inversión libidinal en el sí mismo, como si éste se hubiera considerado como un amante. Sin embargo. si lo principal es la vinculación, el narcisismo sólo puede proceder de una patología de las vinculaciones tempranas. es decir, de una patología de las reíaciones objotales. Todas estas teorías no aparecieron a la vez. sino que fueron surgiendo poco a poco. Ka· reo Horncy (1939: págs. 89·90) consideraba que el narcisismo era básicamente una exalta· ción del sí mismo. «igual que en la inflación económica. en la que se supone una mayor disponibilidad de recursos de la que realmente existe»; en el caso del narcisismo existe un amor y una admiración del sí mismo que carecen de una base adecuada, y lo mismo se es· pera de los demás. Fonicho1 (1945) consideraba quo los narcisistas persiguen un logro tras otro sin obtener una sausíacctón real de ninguno de ellos. para acabar dándose cuenta de que ol propósito do esta porsecucíén no os más que ocultar una profunda sons:ación do va· cío. A. Reich (1960: pág. 58) desarrolló la hipótesis compensatoria qua muchos analistas creen que subyace al narcisismo. Segün so tesis, «el impulso exhibicionista contiene un profundo desprecio bacía aquellos cuya admiración es requeridas. Rosenfold (1964) rosal·

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Trastornosdt la pc.rsonalidaden la vida moderna

da las defensas psíquicas de la persona y abri_rfa vías a síntomas psioológicos agudos. Es probable que Gemid, por ojcmplo, tema que sus bsbílídades no estén a la altura de sus ambicio· nes, aunque si sus inseguridades y verdaderas creencias sobra al sí mismo fueran accesibles a la inspección conscleute. probablemente se vería abrumado por sentimientos dcprosivos y sería incapaz dí! conseguir cualquier cosa. Su auíoengaño fue creado y apoyado por su madre.

que estableció las uormas do lo que debe considerarse «valioso y no valioso». y también por su propia convicción inamovible de que está destinado a «hacer alguna cosa importante». Ésta es también la mzén por la que Ccrald siente tanta ira hada sus compañeros de trabajo. Al

resistirse a sus cambios o insistir en objetivos realistas, éstos se alejan del idea] de] otro que debe admirar y cumplir automáticamente los deseos del narcisista. La fusión del ideal del sí mismo y la imagen de sí mismo explica el sentimiento de grandeza de los narcisistas: la fusión del ideal del otro y la imagen de sr mismo explica su necesidad de admiración y su sentimiento de tener derechos sobre los demás. El otro ideal es una persona que le aclmíra. que llega incluso a la veneración. que está dedicado en cuerpo y alma a mantener la ilusión de ((\19 el narcisista os el centro del universo. Además, dado que el otro ideal está mezclado con el sí mismo ideal, los que se relacionen con el narcisista también deben ser perfectos. Las imperfecciones de los demás son Inoougruentes con la imagen que los narcisistas tienen de sí mismos y suelen conducir a expresiones de rtdtculizacióo y desprecio. Ésto es uno de los motivos por los que Gerald expresa tal desdeño por sos compañeros do trabajo; en vez de dispensarle una admiración automática y adaptar· se de iomediat.o a sus conceptos. como es natura! se resisten a su creencia de que uono al· gún derecho especial sobro ellos e insisten en el realismo, el enemigo del senrímíento de grandeza. Tal como destaca Kemborg (1967; pág. 655), los narcisistas «creen que son el ceo, tro en torno al cual giran sus interaccíones con los demás. sienten una gran necesidad de ser

amados y admirados, y UJJ8 curiosa contradicción aparente entre un concepto del sí mismo muy magnificado y una desmesurada necesidad de recibir elogios de los demás». Según Kernberg. el entorno familiar es un importante percutor del desarrollo de las fantasías de grandeza. Por una pana, es probable que los progenitores se muestreo fríos e in·

diferentes. e Incluso que envíen mensajes con una implícita carga malévola y agresiva. Como cabe esperar, este comportamiento daña el concepto de uno mismo y establece las bases pare el desarrollo de alguna forma patológica de regulación de la autoestima. En otras palabras, una vez establecido u.n concepto do sí mismo inferior o inadecuado, el niño está a punto de adoptar algún mecanismo do defensa que le salve de esa situación. La fwnilia suple esta carencía encontrando en el niño algún tipo de talento excepcional, quizás otorgandole el papel de «genio de la familia», que se convierte en el lugar donde refugiarse del sí mismo inferior o inadecuado para compensar ast la negligencia y el rechazo parental. Si

las circunstancias descartan la creación de una ídentidad normal e integrada. el sentimiento do grandeza del sí mismo se convierte en algo atractivo. aunque sólo sea porque os e] único sí mismo que los progenitoresestén dispuestos a aceptar. Aunque patológico, este tipo de amor requiere la edopción do un papel especial o genial quo sea compensador. una forma de regular y aumentar la autoestima fronte a un entorno familiar carente de calidez y amor auténticos. Según Kernberg (1975, 1984), la mayor parte del tiempo el s! mismo grandioso rnantiene el control. Sín embargo. hay que recordar que la grandeza del si mismo es una adapta· ción que no sólo oculta un sí mismo inadecuado y defectuoso, sino también la ira oral, una

intensa agresividad oculta. dirigida originariamente contra unos progeunores incapaces de ofrecer amor incondicional. Esta ira está siempre al acecho en el tnconscíente, puedo ser descargada contra cualquiera que no proporcione una constante dosis de cumplidos o, aún peor, que critique al narcisista. Los amantes o cónyuges que fueron objeto de Idealieeclón pueden encontrarse de repente devaluados por completo en el momento en el que la ima-

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(apftulo 10. Ptrsonalidad narósista

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gen completamente buena se reemplaza por una imagen persecutoria completamente mala. Debido a que el sentimiento de grandeza del sf mismo 8S una compensación, los narcisistas son hipersensibles a los comentarios que parecen discrepar con las cualidades de su sacralizada imagen de sf mismos. Cuanto más frágil es el sf mismo grandioso, más sensibles son los narcisistas y con mayor facilidad aflora la ira oral. Otro pensador psicoanalítico, Heinz Kohut, se centró sobre todo en el desarrollo de la personalidad narcisista. El movimiento que se generó a raíz de sus escritos, que en la époce se consideraron esotéricos incluso por parte del colectivo psicoanalista, ha ejercido en la actualidad una gran influencia, incluso más allá del ámbito del psicoanálisis. Este mcvimiont.o so ha denominado psicología del st mismo, nombre que se forjó cuando Kohut a.i\adió ol sí mismo a los pilares clásicos analíticos de la naturaleza humana: el instinto sexual y los impulsos agresivos del ello y las estructuras psíqulcas moderadoras del yo y del superyó. En el modelo clásit'nl;) n,mp11r111miootos o ne·

lilud,~ IUToganlt.>S o sobt!'rbios

R, ¡m>1ft11 Id 1 ,,11 (JO , , a\ltomática, como 51 estuvlc:,a si9uiendo ut1 mc:;o trn:mitt. El contacto ocular (l l NI dc.·-M n, diffru1:1 d11 1•:i rufa· mlniJ'l'IQ. r imm,; P"~~1w1/u,; pró,cinm,;, mdui, 6 P;:ir1 obttner inf0tm11d6n de Ltof\lrd ts eecesano dedicar mucho tiempo. En ocasiones perece entender erróne.;unentelas pmJuntas. larda m!IC:ho titm· po en procesar las fr1Rs cargadas de matic:tS emocionales. Aun en ti caso de entenderlas. sus respuestas son brtYtS y casi cereeres de contenido cmocional. las pocas expresiones faciales que utiliza no coinciden COfl ti ccetenido de ws palabras.

do ÍOC'mar po1r1e 1fo UtLi1 b11nili11 (2) E,;c11Jt"' rn~i ...imupn• 11divid11·dn1

lconard no time malas in tendones. M4s bien, no c:sd con«t3do ron e, enlftYimdor, ni con ti mwido. No alude a amigos. c:ompaflcros dt trabajo ni tt-- .. lacioncssignificativas,,..¡ del pasado ni del presente. Prefiere: pasu su tittn· po libte a solas,. mirando la televisión o trabajando en ws maquetas de avio- .. nc:s. qut son •todo lo que nc«sito-. Sin embargo, es incapu de oornbrar los programas o se-ríes tclcvisi~ qtJC I~ g11Stal'I. No enti~~e la id~ dt •fa~- .. _. 10-. CuaAdo se le p,c:,gun1a s1 manttene alguna rc:lac1on cstrttha con algun '"'V familiar. K siente dc:seonctrtado ~r la kfc~ dt •O~iúmidasttvan mtjorias en su trabajo acaba~ skndO desptdido. patttt cntc::n· derto. pero no se siente pf'C'OCUpado ante csta pos.ibilid~

M'llitarlas

(.l) Tie-ue escaso o ningun int,·n's

• 11 teuer l'.Xptorltmdai; ~x-u;1;fl'.l>con 01r;, IJ\:N">u,

f,ubl!Luv!>ifo p• lmt:, wado

(6) Se ulutttr1r.i ul(liíu.r1•n1u ,1 fo,i ha· lllgl'i'. () tos 1.7ítlc:.i1 de tes d,·1ii.li. (7) Mlll•sti• fr!.1l1lml cmodiurnl. d,•,vi nc:ula,;1011 (• ,,pl1111,11n1cnlo

a͕'('livo

. 8 ' f'.·111i•. mr.ic::h• ri ~trnla no 1,1p,.,Nl("~·1" •''lf' 1U1\'a1UC1Ut1 E.'n t•

t:mnsum,o e ti una c.~1ub.oll'\mi.;1. un ~torno dt!I r,1111io d" Animr, ton p1iw1ko )' n-t) .'>t• d,•lwu a lo:i t•hwto .. fi11loli1¡;¡:1·

{ u~ dir,....-.10, d1~ \U11t rn f,·rriu·(fad 01\J,lica

Si...;.• 1·um1\lt•11 fo .. 1;r1h•1iS capaz do recibir feedback y cambiar su componamlento si es necesario. Por último, en el trastorno el individuo es frío y distante y sólo experimenta leves emociones. mientras que eu el estilo. es plácido. puede experbnenter alguna emoción y es capaz de sentir un cierto grado de placer y tristeza. Una vez más. con respecto a las comparaciones anteriores. Leonard se acerca más al extremo patológico. Ver la televisión es bastante habitual, pero parece dedicar mucho tiempo a su afición con los maquetas de aviones, lo que quizá sea un buen indicativo del pronóstico. Si bien en el estilo el individuo a veces es capaz de involucrarse en pequeños gru­ pos, incluyendo los que podría encontrar mientras trabaja en u.na bihJiotcca, Lconard n.o menciona a ningún amigo. De nuevo, el valor reforzador del contacto social parece ser algo ajeno a él. Una persona con un estilo csquizoide podría darse cuenta do la necesidad de implicarse más y ser más vital al trabajar en el préstamo de los libros. Leonard no lo hace. Incluso la crítica de su supervisor no es suficiente para motivarle. Para Leonard, la vida es anhedónica. y el hecho de tener trabajo no es muy diferente del de no tenerlo.

I VARIANTES DE LA PERSONALIDAD ESQUIZOIDE Aunque las comparaciones entro prototipcs de personalidad intensifican sus díferencías. la mayor!a de los índivíduos combtnan aspectos de varias personalídades. En e) mundo real existen muy pocas personalidades esquizoldes puras, al igual que ocurre con los da. más patrones de la personalidad. Cada personalidad tiene diversas variantes. que reflejan su combinación con otras, constructos secundarios quo aportan otros maticos al tipo princí­ pal. A continuación se exponen los subtipos de la personalidad csquizoide. y so resumen en la figura 11·1. Los casos reales pueden ajustarse o no a una do estas combinacloues.

El esquizoide lánguido Como patrón que combina rasgos de las persoualtdedes esqulzoíde y depresiva, esta variante destaca por un tempo personal lento, un bajo nivel de octivoción y lo ausencia de acelones enérgicas y vígcrosea. Estos sujetos se fatigan con facilidad y tienen una débil ex· presión psioomotriz. parecen demasiado cómodos y perezosos. son incapaces do ponerse en marcha para cumplir con sus responsabilidades, o para iniciar las actividades placenteros más simples o comportarse con espontaueidnd. Estos pacientes se ceracteetaen por una

forma do relacionarse con los demás tranquila. instpida y en cierto modo dependiente. de manera que la lutroverslén

del esquizoide se mezcla con la apatía característica de la perso-

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Trastornos d, la p(:rsonalidad e:11 la vid11 moderna

Es frocuonte encontrar a estos individuos entre las personas sin 1acho. los pacientes insutucíonaliz..ados crónicamente y los residentes de albergues de caridad. Mientras que el esqnteotde básico es reservado e insensible a las experiencias emocionales, los esquizoides distantes presentan cierta ansiedad social. así como frecuentes excentricidades comportamentales, pensamiento autista y despersonalización.En el mejor de los casos. su baja autoestima y sus problemas de competencia social sólo les permiten adquirir un papel marginal, aunque dependiente. en las relaciones familiares y sociales. Estos pacientes se convierten en observadores desvinculados del mundo y se muestran distantes de las potenciales fuentes de crecimiento y gratificación. Algunos consiguen ganarse la vida, aunque sea de: forma muy precar¡a, con trabajos de bajo estatus, pero la mayoría tiende: a seguir un patrón sin sentido. ineficaz a inútil, va a la deriva sin objetivo alguno y permanece en los márgenes da la sociedad. Muchos dependen por completo de la beneficencia pública.

El esquizoide despersonalizado Aunque se les suela ver con una mirada extasiada, dirigiendo la vista a cualquier punto del espacio. este Upo da esqutzotdes parecen lánguidos y distantes. como si estuvie-

ran contemplando alguna visión tranquila que les aleja cada vez más do la existencia condiana del mundo. Al igual que los esquízoides. desatienden y se desvinculan do los asuntos de la vida. Sin embargo. los esquíactdes despersonallzados acaban deteriorándoso sín darse cuenta de ello. Parece que estén absortos en alguna cuestión importante, pero en realidad no están absortos en nada on particular. Su aislamiento adopta una forma esquizotípica peculiar: estos esquízotdes son observadores incorpóreos que se ven a si mimos desde el exterior, desvinculados no sólo del mundo exterior. sino también de sus propios pensamientos y sentimientos, de su imaginación y fantasía y do su corporalidad. Se encuentran en un estado que ignora tanto los fenómenos externos como los internos, y muestran una actitud etérea y una presencia física residual. Si bien el patrón osquizoido básico es cognitiva· mente vacío. los esquiaoldes despersonalizados parecen cognitivamante ausentas.

El esquizoide embotado Las características de aislamiento. solemnidad y desvinculación emocional del esqui-

zoide embotado sugieren factores constitucionales. tal vez una alteración eo los sistemas neurológicos que regulan la empatía, calidez y sensibilidad de las relaciones bu.manas. Todo esto podría sugerir unas características esqu.izotípicas, pero el esquizotípieo presenta un defecto en la capacidad para entender el significado de la ccmunícecíéo humana. En cambio, la variante embotada combina la apatía del esquizoide con la restricción y formalidad emocional del compulsívo, con lo que se elimina con eficacia todo tipo de expresión emocional. AJ igua] que los compulsivos, se sienten cómodos en las situaciones estructuradas y es más probable que funcionen mejor en roles adultos que el patrón esquizoide bñsico. Pero, como los csquizoidcs, en caso de manifestarel conflicto básico del compulsivo ­es docir, autonomía frente a sumisión­, sólo lo hacen débilmente.

I PERSPECTIVA BIOLÓGICA La historia de la personalidad esquízctde comienza en la temprana psiquiatría descriptiva y prosigue posterlormente con los teérlcos del temperamento y de la constitución. Los primeros autores subrayaron diferentes características del prototipo moderno. Por ejomplo, Ribot (1890) inventó el término anhedonia para describir la disminución de la capacidad

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Capitulo 11. Ptrsonalidad nquú:oidt

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paro experimentar placer, carecterrstlcs del patrón esquizoide. Asimismo. A. Hoch (191 O) describió lo que denominó personalidad recluida empleando adjetivos como reticente, re· traido,testaruda y tímido. Por su pano, Kraepelín (1919; pág. 213) hablaba de la personalidad autista. que se daba en un estado prepstcéttco sano y estable, en individuos con rendencíe a «limitar o reducir sus intereses y contactos externos y (que destacan por) su absorclén en reflexiones Internas». Sin embargo. el término esquizaide propiamente dicho so atribuyo a Bleulor (1922. 1929), quien también acuñó el término esquizofrenia en 1911. Esto autor concebía que la tendencia a lo esquizoide estaba presente en todas las personas en cierto grado. y que alean· zaba su nivel más alto de intensidad mórbida en la esquizofrenia. Los esqutzotdes más moderados se describían como «personas recluidas en s{ mismas, suspicaces, incapaces de conversar y debatir y cómodamente apagadas» (1924; pág. 441 ). Según Blouler (l 950; pág. 40), «incluso en las fonnas menos graves de la enfermedad, la índíferencía pereceser el signo externo ( ... J una indiferencia hacia cualquier cosa: amigos. relaciones. vocación, placer, deberes o derechos y buena o mala fortuna». La asociadóo entre indiferencia. apatía y personalidad esquizoido ha perdurado hasta nuestros días. Leonard presenta ambas, como pone de manifiesto su indiferencia a las críticas do su jefe y la falta do interés por las relaciones sociales o el mundo que le rodea. Krotschmer (1925) introdujo por primera vez la principal distinción entre personalidad esqui.zoido y evítadora (tal como las entandemos en la actualidad), subrayada con ante· rioridad y retomada a nivel tedrloo por Millon (1969), mediante los términos anestésico e hiperestésico. El hiperestésico, o cvitador, so describió mediante adjetives tales como ümido, vergonzoso, sensible, nenriaso y excitable. Para Kretsch.mer. «su autismo consiste en una amarga restricción del sí mismo en sf mismo. tntentan con todas sus fuerzas evitar amortiguar toda oslimu)adón oxtema• (pág. 161 ). Por el contrario, el anestésico o esquizoide se describió como tnsípído y aburrido. Bajo su aspecto superficial sólo se encuentra «la nada, una oscura y profunda nada t ... ) que parece agitarse insegura con cada fantasía cumplida: nada sino piezas rotas .. un mont.ón de funestas inutilidades que reflejan un profundo vacío emocional o el Erío aliento de un alma glacial> (pág. 150). Según K.retschmer {1925). la indiferencia ora un rasgo príncípal, entendida como una falta de respuesta afectiva: «Se repliega en sí mismo porque no tiene razón alguna para hacer lo contrario, porque lo que le rodea nada puede ofrecerle» (pág. 162). A estos individuos se les considera desprovistos de calidez y humor. pero sobre lodo afectados de «cojera afee· ttva», es dectr. presentan uno predisposición temperamental y constitucional a carecer do «una reacción adecuada frente a lo que hacemos o les decimos ( ... 1 pueden permanecer con una npariencia confusa y los brazos colgando! ... } en una situación que apasionaría (a cualquier ot-ra personal» (pág. 170). Para este autor, los orígenes de las características esqulzoides se encuentran en deficiencias biológicas congénítas. Aunque las teorías actuales son especulativas, el papel que desempeñan los factores biológicos en Ja personalidad esquizolde probablemente es más decisivo cuanto más grave es el trastorno. Dado que la capacidad para tener una vida emocional rica parece tan fundamental paro la naturaleza humana, la idea de que los esquizoldes padecen a1gú.t1 déficit constitucional de la capacidad emocionaJ proporciona una explicación simple y convín­ cenle para otras características del trastorno. Aunque muchos introvertidos son bastante asociales. siguen teniendo múltiples intereses y una rica vida interna. Por el contrario. los esqnteotdee más graves parecen impermeables a todo tipo de emoclones, incluso a la ira, la depresión o la ansiedad. además de a la alegría y al placer. Al ser incapaces de experimentar placer y dolor, los esquízoldes obtienen pocos refuerzos o puniciones de las actividudes normales de la vida humana. No consiguen vincularse a sus cuidadores, encuentran poca recompensa en los relaciones interpersonales posteriores y tienen pocos intereses o

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aficiones. como Je ocurre a Leonard, el bibliotecario. En realídad, los esquízoides 110 se síenten motivados para pensar en nada. Dado que se considera que la emoción y la motivación tienen un componente Iísfco. estos individuos presentan baja roactividad o activación y carecen por completo de energía e iniciativa de una forma crónica. La perspectiva biológica va más allá de la explicación de las características basteas de los esquizoides, al menos en la versión del DSM-JV. que configura un trastorno basado en la ausencia de las capacidades normales. De todas maneras. no se cuenta con una explicación biológica específica de la personalidad esquízoide. Por ejemplo. los individuos que se sírúan más cerca del umbral que exíste entre la introversión normal y el rmsromo esquizoide do la personalidad pueden ubicar· se en el extremo más bajo de una distribución basada en la genética de la capacidad emocional, la sensibilidad interpersonal. la activación fisiológica e incluso la curíosidad Innata. Los estudios provisionales con gemelos y los estudios de adopción y de pedigrí íamiliar sugieren que el trastorno esquizoide de la personalidad pertenece, junto con el trastorno esquizotípico de la personalidad. al espectro esquizofrénico [Siever, 1992). aunque no se dispone todavía de datos concluyentes (Nigg y Goldsmith. 1994). En el modelo polígéníco más directo. la esquizofrenia se expresa por la acción de múltiples genes. Por tanto. las personalidades csquizotípicas recibirán un número más reducido de dichos genes o sólo un subgrupo de genes deficitarios. Los esquízoídes reciben el menor número da genes esquízofrénicos o. algunos. un subgrupo más reducido. Es probable que los introvertidos normales reciban sólo uno o dos de estos genes. Asimismo. la expresión de genes más insidiosos se verta anulada por la presencia de otros genes que se compensan de alguna manera. Se puedo imaginar un número infinito de posibilidades más complejas. Lamentablemente. aunque los estudios con gemelos. estudios de adopción y estudios genealógicos atribuyen cierto peso o. la herencia, es más complicado identificar los genes concretos implicados en la ex· presión de un trastorno y en su interacción. Meebl (196Z) desarrolló un modelo de gen único dominante, que se comenta en el siguiente capítulo, en el que relaciona la persona1i· dad esquizoide y la esquizotípica con la esquizofrenia.

ÉNFASIS EN LAS CORRELACIONES FÍSICAS

Peso corporal y personalidad ¿EXISTE UNA RELACIÓN ENTRE EL TIPO DE CONSTITUCIÓNCORPORAL Y LA PERSONALIDAD? Hay una larg¡¡ tradición dt esptc:ulación cünlca que compara las caractertsticas corporates con la ps1c:oparo109ía. Por ejemplo, Kretschniet (1925) clas.ificaba a los individuos según s.u constitu­ ción corporal. fl asténic:o, uno dt los cuatro tipos ccnstituclcnates que propuso. se caracterizaba por la fragilidad general, musculación dé-bit y estructura ósea fr.igil. Cuanto más se parece la perso­ na al prototipo astén.eo, según Krtts('hmer. mayor ts la probabilidad de que acabe presentando es­

quizotrema.

Debido a que los tipos corporales constituyen unas variables muy globale­s. los lnvt:Stigador~ contemporáneos han comenzado a centrarse en medrdas más esptdfPCas. Por e1c:mplo. un bajo peso al

nace, se ha asociado al desarrollo de trastomos mentales en la vida futura (Kopp y Kalcr, 1989). Si· guiendo con este tema, Hc:bc:brand et al. (1997) exammaron la relación existente entre el indice de masa corporat (detivado tstadísticamente y que se corretaciona ron el peso corporal) y la personalidad esqeizolde y el trastorno de Asperger. un síndrome semejante al autismo, en una muestra de adoles­ {COt1llnUOJ

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Trastornosdt la pttSOnalidad en la vida moduna

para calificar esta definición neurobiológica más restrictiva. Por ejemplo. nosotros no consídoramos que en el caso de toooard exista ningún tipo de arrogancia encerrada. '

I PERSPECTIVA PSICODINAMICA El modelo psicoscxual del desarrol1o del carácter, que por ejemplo hemos comentado ampliamente en las formulaciones de las personalidades dependiente y compulsiva, no se ha aplicado al desarrollo del carácter esqulzotde. No debe sorprender entonces que el esqui·

zoide se entendiera sólo a partir de la escuela de las relaciones objetales. que subraya la naturaleza de las relaciones interpersonales tempranas. AJ carecer casi por comploto do dichos vínculos. el esquizoide ha sido formulado en términos de aislamiento del mundo

de los objetos. La aparento ausencia de emoción en las personas esquízoides siempre ha resultado de iolerés para los psicoanalistas. Debido a que el inconsciente es el centro de la vida mentaJ, el significado del comportamiento externo casi nunca se pone de manifiesto; alguna explicación más profunda está siempre oculta en el interior. esperando a ser desvelada. El oomportamíemo es el producto de fuerzas invisibles. y lo que se ve casi nunca es lo que se tiene. Asf pues. los psicoanalistas. a lo largo de la historia, han considerado juntos al evítador }r al nsquizoide simplemente como esquízoides. Por ejemplo, Arieti (1955) propuso que la insensibilidad del esquizoide es una defensa contra su profunda vulnerabilídad frente

al dolor del rechazo. hasta tal punto que anula la posibilidad de contacto social, formulación que. sin duda. es más característica del evitador contemporáneo. En Leonard no encontramos un deseo social oculto, sino un cómodo aislamiento interpersonal. La principal distinción entre e) aislamiento pasivo del esquizoíde y el aislamiento activo propio del ovitador 110 se estableció formalmente hasta 1969 por Milloo. Como ya se ha señalado, se había definido a los csquizoidcs como individuos incapaces de experimentar emociones profundas. y a los evitadores como personas demasiado sensibles. vulnerables y necesuadas desde el punto de vista afectivo. Los esquizoidcs no desean contacto interpersonal, mientras que los evitadores ansían ser aceptados en sus relaciones más íntimas. Los hábítos antiguos son díñciles de erradicar, e incluso hoy en d.Ia la perspectiva psioodinámi· ca sigue considerando que el evitador es una variante del esquizoide menos aislada y más in· tacra desdo un punte de vista emocional. Eu consecuencia. aunque la siguiente revisión hace uso do las explicaciones histéricas para arrojar luz sobre las características distintivas del es· quizoide adulto con respecto a las del evitndor. ron el fin de esclarecer el trastorno, al ha· corlo i;L_ más

de dos citast'Of'I ti mismo chico, con una ~pción . .Crro que mt consicfcran una petWna dtSCOnttttantt•, elce. ,Partttn lnt,rcsados rn mf, pct0 c,l'l·



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PARA tL DIAGll*n II hu ef1:ctu. íl:siológi· l:oJo 1hr'-'• lo-a d .. \HUI nuí,•rnwdao.l mfülir.t

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rasgos esquizoides puedeo reducirse a segmentos concretos (Kioslor, 1996) del círculo in· terpersonal. algunos de los cuales también se observan en el ovitador y el esquizotípico. Centrándose en los rasgos principales. Kiesler se refiero al comportamiento interpersonal

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Trastornos de la pcrwnafidad en la vida

modtrna

del esquízclde como escapista/inseosible. Su descripción de fudívíduos varones indica que este tipo de personas probablemente: «l ... l Ignoraré la presencia de los demás y se negará a hablar o a responder. Permanece insoi1sJblo, perdido en sus propios pensnmíentcs, y so muostra compulsivamente poco comunícetivo: ig.nom todas las manifestaciones sociales, y so resiste 11 cuaJquier intromisión en

su mundo privado; siempre que es posible. evita a los otro, y so ropliega por completo; cuan· do estd rodeado de gente no muestra ningún Upo do interés y se queda lranquilamente en su mundo privado: tacha a los otros de 1>000 implicados. herméticos y mudos.e (pág. 20).

Leonard y Hillw·y son verdaderas personifícaciones de esta descnpclén. Corno sugiere el párrafo anterior, los esquízoides destacan no por lo que hacen, sino por Jo que dejan de hacer. De nuevo, tal vez sea mejor describir al esquizoíde como el opuesto del histriónico. Mientras que los histriónicos están orientados de forma radical hacia fuera. hacia el mundo social, el esquízotde ~tá radicalmente aislado. Los histriónicos son hipcrafcctivos. y los esquizoides no tienen la capacidad do tenor una experiencia emoclonal profunda. Los histriónicos son efusivos, exagerados. espontáneos y teatrales: sin cmbargo, los esquizoidcs son poco animados. autómatas. y carecen de energía y vitalidad. Los histriónicos quieren ser el centro de atención, mientras que los osquízoides no muestran ningún interés por el ámbito social Los histriónicos tienen un comport:anúento muy sexualizado; sin embargo. los esquízotdes no presentan ningún interés por estos temas. Los histriónicos son dispersos desde el punto de vista cogniHvo o incapaces de centrarse en algo. co cambio. los esquizoides pueden, o bien centrarse con intensidad y creatividad en un tema. o bien en su formo más extrema, so vuelven tan aislados quo parecen no tener ninguna motivación para mantener la concentración. M.ientras que el principal mecanismo de defensa del histriónico es la represión exagerada, los esquizcldes, o bien intelectualizan, o bien tienen unos impulsos y conflictos tan débiles que no tienen nada que reprimir. Oebido a que los csquizoides son bastante aislados desde un punto de vísta social. suelen ser considerados como insensibles. fríos y secos. De hecho, los esquizoides sí son luseusíblos, pero de la misma forma en que una báscula puede no mostrar el peso correctamente. No son severos ni duros por naturaleza. Las personas normales manejan sus manJíestaciones interpersonales de una manera automática. en el inconsciente. La percepción y reacción soclales son tan rutinarias que las situaciones sociales fluyen sin problemas. Este tipo de ca· pacldades com ionza a desarrollarse desde el nacimiento. con el vínculo que se establece en· trc madre e hijo. y se va sofisticando durante todo el ciclo vital. En cambio, los esquizoides carecen de modelos internos a partir de los cuales representar el comportamiento interpersonal. Por ejemplo. puede que no den une respuesta recr­ proca n las sonrisas o a los gestos de saludo. Es posible que la mayor parte del tiempo valoren de forma errónea los motivos, objetivos y sentimientos de los otros. o que consideren que están mediados por factores que para muchos de nosotros serfan irrelevantes o ínsígníñcantes. sobro todo en las comunicaciones que implican algún tipo de sutileza o que transmiten información relacionada con sentimientos de conflicto o ironía. Por ejemplo. Leonard so dcscon.ciorta ante preguntas con carga emocional. Mientras que una persona normal entiende enseguida lo que se siente al recibir presión en dos sentidos opuestos al mis· mo tiempo. o) famoso conflicto acercamíento-ecercamiento, este tipo de comunicaciones son demasiado complejas para los esquizoides, En los casos más graves. son incapaces do entender incluso las categorías más amplias de la experiencia emocional, las emociones bésicas quo los principales teóricos consideran arraigadas en la naturaleza humana, como la alegría, la sorpresa, la aversión, la ira y el miedo. Por esta razón, con respecto al esqutzoíde, Benjamín (1996; pág. 349) aftrma: «Parece un .. agujero negro?» interpersonal; las señales desapsrecoo para siempre, sin dejar rastro»,

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Trastornos dt la personalidad en la vida moderna

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I

CASO 11­3

~pu~ die dos sc-manai ck trabajo. la persona que (()f'lt.ral6 a Ooris le sug-i· rió que busc.ara ase:soramitnto, Sus obligaciones consisten en ttatizar algunas tareas del hoga1, mo toe:iNr v cuida, de dos ni/llos de 3 eñes de edad. El problema era que no podla identificarse biM c:on las nc«Sidadcs emoóotla• les de los niños y, po, tanto. no podia ttaliur blm St> papel óe educaOOta y ¿fti cuidadora, •Mis hijos se sienten inc:ómodos c:ot1 efla porque es., cxtralla, y " .. no lts entiende-, afirmaba la persona q~ ta contrató.

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.

.....!.!..

f

Aunque ~·s llegó a .la ?la c:orrtCtam~lt ..,,.._.,.., 1>'1c« 1 m-, y ttStM· "'V cta. En OC:8SIOtlCS es dtfletl oirla por ti ba,o tono dt su '401. Cliando se le pre9unta si entiende la razón dt su derivación. afirma qi,c no. q11t h.a cumplklo c:on sus responsa~ilidadcs laboralts a la, ¡,trfc«ión•. No tSt~ ind~f\ada, Y .aa, afirma qut la c.omid.l l'l'l'!i6n ero~ ciona1 t'I) el plano ,nttupcrsonal, QUI\ comícnze til prifu;ipio rl,• lo l'd,id aduhfl r se da en dh.·ef'$Ctt> conl&­.:tos. 001110 Jo indlc~n \:Ulllru to m,\..11 de lX¡)lflf11"IIC¡1tlft ,..u>.uall""I C01\ ntr.i pur10na (-4} Oh;fruta con pt-.c.u n ninguna -r, ute il tos halag~ o lns ctft.iqufwfranl,., un tntsloriio dt•I .....,,,tado de ih\lroo con llÍOl\'HJWÁ piu· cóliw" u ,,tro ,r.. storno p..-ic61iro )' flLI ..,1, di lwn a lti!I eflk.lu."- fblolóF:i· i;.v,,, diut W \ct"ffar· tlr de una 16gica irracional y circular

se descartan los conflictos sirven par, la rápida justlficació.n de tos errores y la rcafi.rmtclón de la auto~ma

Apar,oo Mtcanlsmo de rtguladón

Ocsctibc las ~ri('O(:Ías intcrpc,so,.. na1cs v aftedvas clMfldosc a los hechos. de fo1ma abWlcu, impersonal o mecánica; s610 presta atcndón II los aspectos objetivos y formales de los acontecimientos emocionales y socia1,cs

Estado de ánimo/ tempcralf'ltnto

Es ,ncapa1 de \Ctlti, enlusia~o o cxl)tadón. ml.l(Stra una falta lntrinscci de scnbmic-nt05; es foo y monó­ tono, titl'lf'dttl les ntttsidad~ y dcsecs ~i.caJts; ,ara vtl mu~tra sen-

tim1tt1tos caroos o ,nterrsos; eareee ser incapaz de experimenta, la mayoria de los aft'ctos: píacer, tnstera e ira

de ser el resultado de observar las relaciones cotidianas dentro del grupo familiar. Las fami· lias quo se caracterizan por ser reservadas. superficiales y demasiado formales desde un punto do vista interpersonal. o en las que se respira un ambiente inhóspito y de frialdad. y los miembros de la familia se comunican de forma sombría, distante y despegada, son un

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capitulo 11. Pc.rsonaltdact c.squl2oldc.

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ÉNFASIS EN EL DESARROLLO (continuación) y numeroso~ gl"Stos superfluos. El pensarmento contemporáneo es que el autismo, et síndrome de As· pergc.:ry la personalidad csquiioidc.. en la infancia (Wolff, 1998) constituyen un grupo de trastornos re­ lacionados, un •espectro esquizoide,. Aunque poc lo general no tan deteriorados como los niños e~uizofrémcos, los niños de estas cate9ocias presentan un deterioro en las relaciones sociales, alteraciones dc.J desarrollo y retrasos de diversa gravedad. Wolff (1998) sugiere que. los niños esqcizoides están más deteriorados que los niños autistas o con un trastorno de Asperger en cuanto a tareas de la ctcoria de. la mente,, que valoran la capacidad de imaginar lo que sienten o p,ensan otras personas. Oc hecho, la ,falta de ernpatía- es una caracteristica básica dct diagnóstico. Otras características centreíes ser.aladas fueron: csol~ad (los niñ05 eran .solitarios,); aumento de la sensibilidad. a veces con ldeada!i delirantes de rofcronda) (2) Crocnd,15 extrañas O pcnsemícnto mágico qui, influ}tm en el uuuportami,~uhi v no 11011 a,litin•nh}tl mn llli; rl-OmlA11 5Ulx:ultun\Jt'1i lp ej .. supe~idón. creer en la dañ,tideon·

da. teh•p;.1H.1 0 en .,,111 M·xh, ,;tntO!i. aparte de los tiunilta!\!'Sde primlllr gNd-0 (q) J\n:,;J~la1I J11.>c-ial 1•ll.rt,11h;11¡ut, no lli'11.

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• tos números it!dican tM as,t«os del caso f!Ue colllddtft ~n ~r 9'*' t 2. Ptrsooalidad esquizotípiea

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Benjamin (1996) ha presentado una propuesta evolutiva del esquizotipico desde la perspectiva interpersonal. Todos los niños acaban desarrollando su propia autonomía. parle importante del desarrollo de una idealidad que existe separada del cuidador. Sin embargo, según Benlaruln, los padres da los futuros esqutzctfptcos envían mensajes contradietarios e ilóg.icos. do manera que, por una parte, castigan a sus hijos por ser autónomos y. por otra, dan muestras de su propia autonomía .. Bonjamin pano como ejemplo e) caso do un padre que raras veces está en casa, pero que pega & su hijo cuando es éste el que no está. Dado quo estos padres tomen la autonomía de sus hijos, dan a entender que tienen acceso a un tipo do lnformac;:ión que excede a lo emptrícameute posible; quizá, por ejemplo. un sexto sentido paro captar lo que su hijo pueda estar haciendo mal. El progenitor puede decir: «Sabes que si haces esto, te vero. Sabré Jo que has hecho». La observación mágica, desvinculada. efectuada a distancia, acaba por sustituir a la verdadera educaclén y los cutdados. y servirá de modelo para el pensamiento mágico del futuro esquízouplco y para su manera de relacionarse con los demás desde un punto de vista emocional. De adultos. estos individuos tienden hacia profesiones ma.rginaJes y presuponen que tieoen el privilegio de acceder a otros tipos de información o experiencia; por ejemplo. la adivinaci.ón del futuro o la astrología. Presentan a sus clientes los presagios con la misma dssvínculacíón que aprendieron de sus propios progenitores: «Haga lo que quiera. las hojas de té dicen esto y esto». Al mismo tiempo, asegura Benjamín. los padres controlan al niño de una forma tan extravagante qua le hacen sentir que tiene el poder do dar la vida o la muerte a sus cuidadores. Quizá la madre o el padre puedan morir si no se realizan determinadas ta· roas del hogar. En consecuencia, afirma Benjamín. se hace necesario un comportamiento que vaya más allá de lo que seña evolutivamente adecuado con el fin de que el niño pueda con· tener su increíble poder destructivo. Esto distorsiona aún más la experiencia básica do rola· cionarse con los demás y acaba provocando creencias y rituales supersticiosos on cuanto al poder que tieno uno mismo y cómo puedo ser utilizado, cannllzado y controlado. Si bien ol comportamiento misterioso requiere necesariamente una explicacíén tarnbién misteriosa. Benjamín (1996) explica ]os aspectos paranoides y de aislamiento social del esquizotípioo de una manera muy directa. Afirma que cabe esperar que muchos esqui· zotípicos presenten una larga biografía de abusos. Los síntomas paranoides se desarrollan en respuesta a la experiencia intensa de estar recibiendo un ataque que este abuso genera. Los temores a ser absorbidos aparecen porque los esquiaoupícos experimentan u.na y otra vez que han sido invadidos y atropellados. La estrategia más adaptativa consiste en refuglarse en soledad. En el análisis final, el modelo de Benjamin parece coherente con las fe­ mosas teorías del doble vínculo de la esquizofrenia, que evolucionaron desde las primeras contribuciones de Sullivan, expuestas por primera vez por Bateson el al. (1956). Sin embargo. el modelo de Benjamín ofrece una mayor especificidad a través de los principios de la comunicación interpersonal que se codifican en su modelo del Análisis Estructurado do la Conducta Social (AECS).

1 PERSPECTIVA COGNITIVA Si bien la biología subyace a la personalidad esquizotípica. las manifestaciones más prominentes do la bi.ología son cognitivas. En primor lugar. los esquizotípicos suelen ser in· capaces de organizar sus pensamientos. Los histriónicos se muestran distraídos o frívolos. pero estas curacteríetícas cognitivas Uoncn una función: son estilísticas y funcionan junto a una intensa represión para evitar considerar las cosas demasiado a fondo. La estructura neuronal ostá básícamontc íntegra. pero sus operaciones están alteradas de arriba abajo, transformadas por las neeesldades de la personalidad histriónica en su totalidad.

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Trastornos de la personalidad en la vida moderna

En cambio, en el csquizotípico. le cognición parece estar alterada de abajo arriba, como si el «pegamento- asociativo que une las ideas más pequeñas paro crear otras más amplias estuviera defectuoso (Bleuler. 1911; Meehl, 1962). Los psicólogos cognitivos hablan a menudo de redes neuronales y del concepto de propagación de la activación. Según este modelo, cada concepto es un nódulo conectado a muchos otros en una enorme red conceptual. Cuando un conceptoconcretose activa, parte de esta aclivación se propaga a los nódulos adyacentes. Cuando la activación de dos o más conceptos diferentes se cruza con un tercero, su activación alcanza un umbral. y el concepto llega a la conciencia, La asociación Ubre funciona así. Por ejemplo. la Navidad nos hace pensar en Papá Noel, y el día de Acción de Gracias sus· cita la idea de cenar pavo. En cambio, para el esquízotípíco, la idea de Navidad puede aso· ciarse de inmediato a las narices de los renos. porque la nariz del reno Rudolph es roja. La asociación de Rudolpb es comprensible. pero de algún modo se confunde lo general y lo específico. y se acaba activando todo el concepto de tipos de narices de los renos. Aunque su discusión aquí simplifica excesivamente las cosas, un mal funcionamiento de las redes neuronales constituye una importante piedra da toque para entender la cogníción del esquizotípico. Las alteraciones del lenguaje y de la comunicación son caractertsrtcas básicas del trastorno. En el esquizotípico, la propagación de la activación parece viajar por vías que no son relevantes para el objetivo inmediato de la cognición. Hemos podido observar esto en Neal, por ejemplo, con sus respuestas vagas que parecían asociarse líbrsmente y apartarle del discurso principal. En el extremo de menor gravedad. esta Irregularidad cognitiva puede ponerse de manifiesto mediante el uso de palabras raras e ídlosiucrásicas, como si tuvieran un significado o un matiz quo sólo conoce el esquizotípico. Cuando se pide a los sujetos que digan palabras que comiencen por A o por F. por ejemplo. basta los individuos normales con puntuaciones más elevadason la Escala de Ideación Mágica tienden a decir palabras extrañas [Duchena et al., 1998). Incluso los sujetos normales con puntuaciones elevadas en esquizolipia presentan un procesamiento lingüístico de menor eficacia (Kra­ vetz et al.. 1998). En los esqulzotípícos, este efecto está todavíamás acentuado. En ocasiones, las cogniciones de estas personas parecen casi autistas. como si siguieran una lógica interna que no conoce nadie más que ellos. Cuando los casos son más graves. aparecen irrelevancias en el proceso cognitivo, que desvran el flujo de conciencia por callejuelas que llevan a otras callejuelas. que a su ve, llevan a otras callejuelas. Por eso mismo, los esquízotípicos tienden a ser distraídos (Hall y Habbits. 1996). Centran su atención en un tema para pasar con brusquedad a otro. como si serpentearan en su propio laberinto de asociaciones. Cuando estas callejuelas a la larga vuelven a conducir hacia el tema principal, se dico que el lenguaje es circunstancial o irrelevante, es decir, que los osquizotlpicos parecen hablar dando vueltas alrededor de un lema, luego pierden el hilo temporalmente. y acaban por recuperarlo al final. Por el contrarío. los esqutzofréutcns presentan descarrilamiento en su trastorno del pensamiento. Tras efectuar algunas asocia· ciones casuales. nunca vuelven al tema principal de la conversación. De todas maneras, los esquizotípícos parecen ser incapaces de mantener una cognición con tu) objetivo concreto. en el que centrar el pensamiento de una forma deliberada e in teosa, para conseguir aJgün ñn o entender un aspecto en concreto o una secuencia de pasos en un razonamiento lógico y complejo. Por ejemplo, suelen ser malos filósofos aJ no poder reflexionar con coherencia. Así, no debe sorprender que los esquizotípicos y los esquizofrénicos tengan un bajo rendimiento en tareas de atención sostenida, un dato que confirma la continuidad de estos síndromes y que parece dlferenciaelos de otros trastornos de la personalidad (Roitxnan el el.. 1997). Por otra parte, algunos esqui.zotípicos parecen presentar un trastorno en la producción del lenguaje. En realidad. nada Les afecta de una manera u otra, y nada merece destacarse. A diferencia de lo que le sucede a Nea]. esto es lo que le ocurre a Matthew, cuyas respuss­

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Trastornos de la pc:rsonaltdad en la vida moderna

rtencies son dtfarentes. Una larga tradición en psicología asegura que cada individuo opera como un cienUfico novel que necesita que el mundo tenga sentido. Asimismo, díscíplinas tan Fundamontalos como la antropología y el existencialismo afirman que somos criaturas con un significado. Ante un acontecimiento raro, no podemos resistirnos a de· sarroller una teoría acerca de sus causas. Aun on caso do quo sea incorrecta. esto tipo de ex· plicación nos lnmqu.iliza. ya que nos aseguramos do que ol mundo puede predecirse y do que no es aleatorio. Entonces. lejos de ser irracionales. los esqutzoupícos simplemente construyen el mundo partiendo de un empirismo diferente basado en su propia realidad subjetiva. que en cualquier caso es la (U\ÍC8 realidad que puede experimentarse. En un estudío fascinante, Zimbardo et al. (1981) observaron que los sujetos a quienes se sugestionaba diciéndoles que iban a volverse parcialmente sordos. pero que 110 reoordartan la sugestión. desarrollaron explicaciones paranoides de su experiencia. Cuando se les preguntó por qué no podían oír. explicaron que los investigadores susurraban cosas sobre ellos. por ejemplo. Quizás. entonces. las inferencias de los esquizotípicos son adecuadas dada la evidencia. y es la propia evidencia la que es extravagante.

I PERSPECTIVA EVOLUTIVA Y DEL NEURODESARROLLO Por definición, las perspectivas sólo aportan una visión limitada. La teoría evolutiva de la personalidad (Millon. 1990; Millon y Davis, 1996) sostiene que el esqulzotípico se encuentra en un continuo de gravedad con la personalidad esquizoide aislada pasivwnenle y la personalidad evitadora aislada activamente. las cuales se fusionan de forma gradual en el aislamiento social característico de la introversión normal (fig. 12·2). Por tanto, la distínción entre e) esquizoide y el evttador como trastornos de la personalidad puede hacerse en el umbral do la normalidad y resulta más clara a medida que aumenta la gravedad. Por tanto, ol esquízoíde manifiesta un comportamiento inerte; se desvincula de las rolaciones intorpors.onalos; os romoto o indiforente. cognitivamonte ornpobrccido o incluso vacío. y con un temperamento no excitable. El cvitador, a escala comportamental. parece ansioso y dubitativo. teme las relaciones interpersonales, as cogntüvemente distraído y tiene un temperamento angustiado y tenso. Dado que, en realidad. los trastornos son dí· mansiones conceptuales más que categorías discretas. como se roproscntan en el DSM, los iodividuos concretos pueden situarse en cualquier punto del contiouo esquizolde-evltedcr, y compartir, por tanto, rasgos con cualquiera do los dos trastornos. Algunos individuos carecerán del miedo a la humillación social que caracteriza al evitedcr. teoclrán una capa· cidad emocional intacta. propia del evitador, y disfrutará.o de una vida fantasiosa bien desarrollada pero, a posar do ello. preferirán un i:,s1ilo do vida solítario, caracterrsuco del esquizoide. En casos de patología moderada. la matriz estructural de la personalidad es fundamentalmente estable, y los rasgos que se ponen de rnaniOestc) se integran en las necesidades y el funcionamiento de la personalidad en su totalidad. Sin embargo. a medida que el nivel de patología aumenta, los defectos de la matriz es· tructural que sostiene ol funcionamiento psicológico comionzan a acentuarse, distorsionar· se y se transforman ca rasgos subyacentes de personalidad. Para la mayo.ría de individuos. estos defectos tendrán una base bioíégtco-genéuce. pero se pondrán de manifiesto y se perpetuarán en el ámbito cognjtivo e interpersonal. Según la teoría evolutiva. los síntomas negativos del esquizotípico captan y exageran la apatía social del esquizoide más intacto. y los sfntcmus postuvos captan y ecemüan el evttador más intacto (fig. 12·2). Los esquizotípicos con uno base esquízclde. al estar alienados y ser miembros mar· ginales de la sociedad. se vuelcan cada vez más en los pensamientos solitarios. Con el tiempo. los comportamientos sociales compartidos acaban subordinados por completo o

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Capítulo

12. Ptrsonatldad tse¡uizotípica

445

Tabla 12-2. ~rsonalidad esquizotlpica: ámbitos funcionales y estructurales Ámbito, flll'ldo111fo

1 Comportartutnto txprtSIYO

Conducta intttc,ersonaJ

Ámbhos utructur1lts

btt11trko

Enajttioda

Presenta manitrismos ptroliarcs y s«ialmentt inadcaiadM; IM Otm.is le p,cl'(ibcn como at,pco, dispuesto a comportarse dt manera reservada, curi0a y ntraña

""""'"° Prditrt la p,ivacidad y

lma,g,tn de s.i mismo

Codtkos

tf aislamit,._ to. con muy pocos intentos de vincu1aclón y de tener otllig.aÓOfles pesonatcs: con el tiempo SIJ'S trabajos son cada vtz mSs marginales v las activid~ socialts mis clandotiBas

At:prtstntadones objeta les

Aut.Sto EstilO trSOnalidad tsqviz:otipica

...

nal, son especialmente importantes. Benjamín afirma que la alianza terapéutica puede permitir experimentar una «protección no explotadora». de manera que el esquizotípico dejo de controlar e.l universo a través de medios mágicos (pág. 360). Después de establecer una alianza, se les estimula con el fin de que expongan sus distorsiones de la realidad a medída que vayan ocurriondo, para poder comentarlas en el contexto de la relación terapéutica. Benjamín (1996) subraya además que muchos esqulzoupícos piensan que el terapeuta puede salir perjudicado por esta asociación. Siempre que se conozcan estas ideas. deben ser comprobadas de forma realista y refutadas con tacto. En general. la terapia interpersonal debe mejorar el sentimiento de autoestima de estos pacientes y estimular el reconocimien· to de sus atributos positivos, paso importante para eliminar el aislamiento, reconstruir la motivación y proporcionar la confianza necesaria para mantener relaciones sociaJes adecuadas fuera del contexto de la terapia. Dado que los esquiz.otípicos tienen problemas para discernir lo relevante de lo irrelevante on la relación lnterpersoual, los terapeutas dedicarán gren parte del tiempo a que el esquízottplco compruebe la realidad interpersonal y gane perspectlve en cuanto a los comportamientos adecuados en cualquier situacióo de la vida del lndlvíduo. Es necesario evaluar constantemente situaciones parecidas, ya que muchos esquizonpicos no comprenden que se trata de variaciones sobre el mismo tema. Resulta de utilidad el entrenamiento en habilidades sociales básicas. El modelado de conductas consnruye un ejemp)o que se debe imitar. La capacidad de valorar de forma adecuada la raaltdad interpersonal os importante para reducir la ansiedad social y los síntomas paranoides quo la acompañan, además de potenciar una afectividad adecuada y un sentido correcto

de recompensa.

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Desde una perspectiva cognitiva, la psicoterapia debe adaptarse a los limitados racursos de atención del esquizol.fpico y a .su tendencia a lotroducir factores irrelevantes. Debido a que muchos esquízotípieos son muy concretos o demasiado abstractos, les resulta ccmplícedo generalizar los aprendizajes a otros contextos o situaciones. La sintplícidad y las sesiones estructuradas impiden que la terapia se vea ensombrecida por los efectos desconcertantes del trastorno del pensamiento. Además, las técnicas cognitivas permiten identíficar ul contenido del pensamiento para modificarlo posteriormente. 09 aquí se desprende que la oombinación de medicación y terapia cognítíve es especialmente efectiva. Citado en Beck et al. (1990). Ot.taviani señala que el primor paso oonsiste en identificar los pensamientos automáticos característicos, tales como «No existo», así como los patrones de razonamiento emocional y la personalización, ya comentados. Además. esta autora sugiere que los supuestos que subyacen a Ja interacción social son una vía muy útil para el cambio, ya que los esqulzoUpicos sueteo pensar que no gustan a los demás. Se les debe en· señar a actuar como si fueran clenuñcos ingenuos y contrastar sus pensamientos con la evidencia. Los sentimientos no son hechos; en vez de olio, las cogniciones son bJpótesis que deben obviarse si no coinciden con la evidencia objetiva. Los pensamientos extraños pueden enfocarse también de esta manera. Por ejemplo, ol pensamiento «Abandono mi cuerpo» puede contrarrestarse con cogniciones preparadas del tipo: «Otra voz estoy cm lo mismo. Aunque tenga este pensamiento. no significa que sea verdad» (pág. 141). Debido a que un buen contacto con la realidad objetiva es la dificultad clave del plan· teamiento cognitivo. Ottaviani sugiere que pueden enseñarse determinados métodos a los esquizotfpicos para captar la evidencia contraria, Por ejemplo, los sujetos pueden mencionar los hechos que no coinciden con sus predicciones. Más allá de.l contenido. pueden varse a cabo intervenciones de estilo cognitivo. Las divagaciones pueden tratarse pidiendo afirmaciones resurnidns, y los enunciados g1obeles se pueden atojar si se les pide que los elaboren. Por ülttmc. en el caso de esquizottpicos que no sean demasiado paranoides ni ex· travagantes. puedo utilizarse la situación grupal para poner en práctica la int.eracción social y proporcionar feedback sobre las cogniciones distorsionadas .

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Trastornos de la personalidad en ta vida modtma

Debido a que la terapia psicodinámica clásica es desestructurada por definición, no se recomienda su uso. Como indicaba Stone (1985), el objetivo de la terapia psjcodíuámica es intemalizar la alianza terapéutica. Debido a que las comunicaciones en el entamo Iamíliar temprano de muchos esquizotípicos se caractertzen por ser fragmentadas y caóticas, los límites del yo del individuo esquizotíplco están poco definidos. La interpretación do los conflictos. además de hacer caso omiso de su deseo de distanciarse, contribuye a su temor a ser absorbidos. En consecuencia. es necesario aceptar el silencio como parte legítima de la personalidad del paciente (Cabbard, 1994). Una vez siente que es aceptado. el paciente puede empezar a revelar aspectos escondidos del sí mismo e integrarlos de manera adaptativa. Los procedimientos analüícos como la asociación libre. la actitud neutra del terapeuta o el énfasis en los sueños pueden estimular una mayor ensoñación autista y un mayor aislamiento social. Probablemente la idea analítica más útil sea la que propuso Rado (1959) al sugerir que uu objetivo terapéutico de orden superior es la identificación y el aprovechamiento de alguna fuente de placer. aunque sea reducida. La motivación se desarrolla a partir de la capacidad para el placer y. en última instancia, sólo ésta puede compensar las emociones dolorosas, vincular al asquizotípíco con el mundo real y evitar la disolución del sí mismo y la desintegración cognitiva que provoca el aislamiento autista.

I RESUMEN Se suele describir a los esquízonpícos como raros y excéntricos y parecen estar inmersos en su mundo. La mayoría de los investigadores creen que la personalidad esquízotípíca se halla en un continuo con la esquizofrenia denominado esquizotipia. Los esquizouptcos, al igual que los esquizofrénicos. experimentan síntomas positivos y negativos. Como una de las tres personalidades con déficits estructurales (la paranoide y la Límite son las otras dos). la esquizotípica se ha separado de las otras personalidades, ya que éstas en raras ocasiones encuentran un lugar en la sociedad, y experimentan ]os mismos reveses una y otra vez. Sin embargo, la mayoría de los esqutzottptcos son capaces de dominarse lo suficiente como para evitar caer en estados do descompensacíón más gravo. Pese al carácter grave de este rrastorno de la personalidad. existen variantes nonnales en la sociedad. Oldham y Morris (1995) describen el estilo idiosincrásico que «marcha a un ritmo diíerento» y que está muy abierto a nuevas experiencias y so siente atraído por lo oculto y lo sobrouatural A partir do la normalizacíén do los criterios del DSM·fV so obne.. ne asimismo una variante más normal del esquizotfpico. que se nutre de su propio mundo interno y quo puedo presentar algunas creencias supersticiosas. poro que es capaz do man.. tener al margan para funcionar con eficacia en la sociedad. Millon (1990) propone alguna, variantes de la personalidad osquizotlpica. El esquizotípico insulso constituye una aceutuacióu del patrón esquizoide pasivamente aislado, además de presentar las e•aracterfsticas esquizottpicas, y probablemente haya tenído un entorno familiar de índíferencía y formalidad. El esquízouplco timorato comparte más rasgos con el estilo evltador activamente aislado y es muy probable que haya sido menospreciado y rechazado durante el crectmlentc. La personalidad esqutzouptce es un constructo bastante nuevo que tiene sus orígenes en los escritos de Kracpolin y do Bleuler, quienes estudiaron a pacientes con demencia precoz y señalaron la amplia diversidad do los síntomas. Bleuler couceptualizé a estos pacientos en un continuo en el que los esquízofrénlcos se hallaban en el extremo de mayor gravedad y los esquizotíplcos, más cerca del extremo de la normalidad porque parecían «ir por la vidas como personas «normales». En 1956. Rado acuñó el término esqulzotipo

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CAPÍTULO

13

Personalidadparanoide

I

Objetivos

• ¿Cuáles son los criterios del OSM-IV para la prrsonalidad paranoide? • La personalidad vigilantc es una variante normal del paranoide. Describir sus c.aracteristicas y relacionarlas con los criterios dcl OSM-IV que indican un mayor grado de alteración. • Explicar cómo se combinan los distintos estilos de ixrsonalidad para formar cada uno de los subtipos de la personalidad paranoide. •

Estudiar si cxistc una conexión genética entre la personalidad paranoide, el trastornodelirante y la es· quizofrenia.

• Explicar las tesis de Freud que sostienen que la paranoia es una deftnsa frente a impulsos homosuuales inconscientes.

• Explicar cómo actúa la disoóoción en ti paranoide. según los teóricos de las relaciones obje:talcs. • Explicar cómo se relacionan la mcgalomanla y la omnipotencia con la autoestima extremadamente baja del paranoide. • ¿De qué manera conducen los abusos tempranos al desarrollo de tt:ndencias paranoides? • Explicar por qué el problema cognitivo fundamental del paranoide es de tipo interpretativo v no perceptivo. • Saber cómo puede ayudamos la teoría de la detección de señales a la comprensión del pensamiento paranoide. • Considerar cu~les son las creencias básicas del paranoide. • La desconñanza es la caractertsnca fundamental del pensamiento paranoide. Explicar de qu~ manera aftcta la desconfianza a su mundo interl)(rsonal. • Los paranoides comparten características con otros trastornos de la personalidad. Relacionar estos trastornos y explicar las diferencias entre el paranoide y cada uno de ellos. • ¿Los paranoides son propensos al abu.so de sustancias? • La terapia es una experiencia muy amenazadora para los paranoides y dificil para el terapeuta. Relacionar algunas de las principales dificultades que debe- evitar el terapeuta. • Relacionar los objetivos terapéoticos en la personalidad paranoide.

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Capítulo 13. Ptl'SOl'lalidad paranoidt

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Sin duda, habrán conocido a personas que cuestionan la integridad de todo lo que se les dice. A menudo temen que los demás se aprovechen do ellos y no dudan en expresar esta temor. La desconñanza domina sus vidas hasta tal punto, que incluso desconfían de )os miembros da la fa.rni1ia y de otras personas allegadas (si es que han permitido que alguien so les acerque tanto como para considerarlos así). Sin embargo, la confianza y la determina· ción son aspectos fundamentales pam la existencia. Confiamos en que los demás abrigarán las mejores intenciones, acudirán en nuestra ayuda en los momentos de necesidad, nos proporcionarán valiosos consejos. serán capaces do prever calamidades que podríamos pasar por alto, nos informarán con tacto de que estamos equivocados y, en suma, nos ayudarán a que la vida transcurra con suavidad. En ocasiones podemos discutir con vehemencia con nuestra familia o amigos. pero cuando el ambiento se calma, estamos seguros de que los que amamos «estarán allí» para protegemos y luchar a nuesho lado, sin dudarlo, si Wciera falta. En les personalidades paranoides, que por razones de ccnvontencta lingüística denominaremos en este capítulo simplemente paranoides. do aJgt1n modo se ha destruido la ca· pa.cídad básica para confiar en los demás. La mayoría de las personas normales considera que la naturaleza humana es fundamentalmente buena. En cambio, los paranoidos suelen contemplar la sinceridad con suspicacia. como si se tratara de un «caballo de Troya» que escondiera esquemas diabólicos e intenciones aviesas. Los otros son el enemigo. una mana· da de hienas que ronda esperando abalanzarse para arrancarlos de su posición de segurídad, ya de por sí dudosa, y exponer sus preciadas vulnerabilidades para. finalmente, devorarlos relamiéndose con sadismo. Los paranoides se protegen construyendo un muro a su alrededor que deja fuera a los demás. Nunca bajan la guardia. siempre están dentro de su

fortaleza escudriñando cualquier señal de asalto. Nada debe escapar a su escrutinio. Desde

la perspoctiva da los demás, son personas que siempre están en guardia. hostiles, severas. rígidas, evaluadoras en términos do blanco o negro, reticentes a 1ener en cuenta las evidencias objetivas y a extraer conclusiones racionales. Por o) contrario, malinterpretan la rOOH· dad social consensuada, imputan motivos ocultos a los domás o incluso acusan a sus amis· tades más duraderas de traiciones odiosas. Se mantienen al borde do la destrucción, solos contra e) mundo. envueltos en un halo do indignación por la maldad ajena y de autocompesión que incrementa aún más su ira. Los paranoides buscan información que confirme sus sospechas con el fin de proteger· se de ataques encubiertos. Pueden utilizar incluso el hecho más fortuito para llegar a con· clusiones tajantes. De forma gradual, unen acontecimientos inconexos hasta formar una historia que pone de manifiesto los entresijos de una oscura conspiración. A la larga, los paranoides fabrican una eseudoccmunidede (Carneron, 1963) en la que las personas rea)es pierden sus característic..as o intenciones objetivas para ser reemplazadas por características y motívaciones siniestras impuestas por la mente del paranoide. Al crear una realidad que confirma sus miedos, su desesperación ansiosa aumenta, con lo que los círculos viciosos son cada vez más intensos y conducen a un mayor rotraimitlnto -tras unos muros cada vez más sólidos y alt.os-; asimismo. se incrementa el grado de vígilancia y. como consecueccte de todo ello, el paranoide detectará nuevos indicios de intrigas que. a su vez. ser· virán para perpetuar este círculo. Antes de continuar, hagamos una pausa para reflexionar sobre la historia de Ron. presentada en el caso 13·1. Ron ha sido obligado legalmente a buscar atención especializada y no está contento en absoluto. La actitud defensiva y la agresividad apenas oculta forman parte y constituyen una parcela de la personalidad paranoide. Ron se cruza de brazos y nunca pierde el contacto visual. Dedica grandes esfuerzos a comunicar de algún modo a los demás que BSlá on guardia, qua «sabe» lo que está pasando, y qua está censado de lo que él considera una fachada do hipocresía social que en realidad oculta un deseo por parta do las

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Dipitlllo 13. Ptrsonalidad paranoidt

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otras personas do explotarle. Por esre motivo se niega a compartir ningún dato importante con el terapeuta, ya que «sabe» que este tipo de información podría utillzarse en su contra. Según Ron, los demás se encuentran en una situación en la que necesitan obtener información, y él se muestra reticente a revelar gran cosa (v. criterio 3). Ron tiene sus razones. Dado que la confianza y la lealtad son valores fundamentales para los paranoides, muchos se obsesionan con lo idea de que su esposa o amante les han sido infieles. Roo ha acusado a su mujer de tener una aventura, aunque no tiene ninguna prueba, o incluso sospecha que sus hijos no son suyos, aunque sus edades requerirían una aventura que hubiera empezado hace 12 años (v. crtterto 7). Curiosamente, Ron se siente atormentado por el hecho de que sus hijos y su mejor amigo tengan el pelo castaño. aunque su esposa también lo tiene. En otras palabras. ignora lo obvio en favor de los datos que conflrman su mala interpretación de la realidad. Es más, teme y está resentido ante la posibilidad de que el sistema legal le obligue a aportar unos fondos que se usa.rán para criar a los hijos de otra persona y está decidido a no dejar que eso ocurra. Resulta irónioo que cuanta más pre-sión recibe para responsabilizarse de sus hijos. más profunda y agresiva es su cer-

teza de que no son suyos.

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Al Igual que en el resto de les personalidades paranoides, la preocupación de Ron por el engaño se generaliza fácilmente más allá de un hecho o relación aislados, Podría reconsIruir la realidad de muchas maneras. pero ha escogido un patrón según el cual él es la vfctima y los demás los beneficiados. Por ejemplo, cree que sus compañeros do trabajo están manipulando el reloj registrodor de la empresa en la que trabaja (v. criterio 2). Sospecha que, con osa manipulación del relo]. no sólo consiguen que él cobre menos a final de mes, sino que añaden oso dinero o sus propias pagas mensuales. Eso les permite beneficiarse de los frutos del duro trabajo do Ron. Por tanto, su índígnacíón está doblemente justificada: su pérdida es el beneficio de ellos: su agonía, la alegría de los otros. Aunque en el caso expuesto no se cita. es fácil imaginar a Ron tumbado despierto todas las noches, cociendo a fuego Jento las injusticias sufridas. enfadándose cada. voz más y más. decidido a vengarse o, al menos, a atraparlos con las manos en la masa. Corno el resto do los paranoides. Ron es rencoroso y rara vez perdona un agravio (v. criterio 5). No puado porque siempre está reconstruyendo la realidad de tal manera que los demás Je han explotado o atacado con plena consciencia. Nada es accidental. Por otra parte. los supuestos ataques a Ron a través del reloj registrador van más a.llá do la simple explotación. Son ataques a su persona (v. criterio 6). Si triunfan, demostrarán algo al mundo, que Ron es una persone de baja valía moral, que es incapaz de mantener a uoa fa­ milia, una característica quo al parecer es esencial para respetarse sí mismo y que cree fundamental para obtener el raspeto de los demás. Asr pues, además de engañar a Ron, sus enemigos están haciendo la guerra desdo otro frente aún más malicioso. están Intentando dañar su imagen pública mediante tríqutñuelas. Es probable que de las dos formas de ataque Ron tema más la segunda. Puede ser capaz de frustrar ataques contra su persona, pero no puede controlar con tanta [acilidad las percepciones de los demás. Talos distorsiones de la realidad podrían dar lugar a elaboraciones paranoides más graves, quizás a la ídea do que los demás están hablando sobre sus fracasos y defectos a sus espaldas, aunque no tengan verdaderos motivos para hacerlo. En la monta do Ron, los demás pueden estar diciendo: «Sí, oí que cuando llevó la paga a casa fue tan embarazoso que su mujer no pudo soportarlo más y empezó a verse con su mejor amlgc». Una vez descrito el caso de Ron. estamos en situación de enfocar las cuestiones adicionales qua abordaremos en 9518 capítulo. Eo primer lugar, compararemos lo normalidad y la patología, y describiremos las vartaciones del patrón paranoide básico. Después, describiremos las perspectivas biológica. psicodínémíca, interporsonal y cognitiva sobré la personalidad paranoide. ÉSlas secciones forman ol cuerpo cíenttñco de lo que es la personalidad.

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Capitulo 13, Ptrsonalidad paronoidc

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ción. Según estos autores. no sólo escuchan lo que los otros dicen, sino que captan significados sutiles y expectativas a múltiples niveles. Cuando so los ataca, se defienden con pres· teza y sin miramientos. Además. encajan más las críticas pero no se dejan intimidar con facilidad, y defienden a ultranza lo que consideran sus derechos íaaltenablos. La Ildelidad y lealtad están entre sus más preciados valores y prefieren la comunicación directa y no amenazadora. Muchas de estas personas encuentran un valioso lugar en algún árnblto de la sociedad. donde les es muy útil su agudo olfato para la conspiración (v. •Énfasis on la cultura: cuando los paranoides se convierten en espías•).

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ÉNFASIS EN LA CULTIJRA

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Cuando los paranoides se convierten en espías ¿PUEDE UN INDMDUO CON UNA PERSONALIDAD PATOLÓGICA ADOPTAR El PAPEL DE JUSTIOERO? Aunque tos 1>3rano1des se caracterizan por creer que están siendo espiados, algunas vttes tienen éxito como espías. Tal era ti caso de J, Edgar Hoover, que participó en un estudio faseinante s.obre la personalidad paranoide realizado por Hampton y Bumham (1990). Tal como indican estos autores, los paranoides suelen presentar rasgos rigidos, compulsivos. y sobre todo un perfeccionisno y una sc:riedad acusada, Hoover no era una excepción. Fue un estu­ diante brillante v trabajador. que: escogió andar se:is millas para ir a la me;or escuela superior, eligió al­ gunos de los Cul'SOS más duros y terminó la carrera con tos máximos honores. Rechazó una beca para la Universidad de Virginia, aceptó un trabajo en la B1blíoteca del Congr~o v se graduó en el progra­ ma noctumo en la Universidad George Washington como licenciado en Oe,ect,o. La carrera de Hoover hubiera sido irrelevante de no ser por una inusual secoenca dt acenteci­ mientos que determinan'an el carácter de su vida. Después de obtener su licenciatura en Derecho, Hoovec trabajó como administrativo en el Ocpartamtnto de Justicia. En aquel momento. la Primera Guerra Mundial acababa de empezar, y los agentts secretos alcmants trabajaban en Estados Unidos frustrando los intentos de exportar aonas a los aliados. Además.. la Revolución cusa todavia era recien­ te y el ,espectro» del comunismo revolucionario planeaba sobre c:I mundo. A medida que despegaba su carrera, Hoovec era requerido una y otra vez para enfrentarse a las •fuc:rzas det mab. Los comunistas fueron agrupados deportados, Incluso se cons;guió controlar el terrorismo del Ku Klux Klan, aunque para hacerte Hoover tuvo que desobedecer órdenes, En 1924 se convirtió en el máximo responsable del FSI. Sin embargo. como bvtn paranoide, Hoo­ ver aceptó el cargo con condiciones.. Tenia que poder imponer reglas estrictas. ser u•)(lc~nditntc: ee la in­ fluencia politica y que se le permitiera llevar la agencia de acuerdo con sus propios principios morales. En otras palabras. Hoove:r ptdió control absofuto. Y lo obtuvo, estableció cñterios rigurosos de eficacia y mé­ rito. libró a la agencia de la cocrupC'ión y consiguió un secreto extremo sobre todas sus act1v1dad(S. La historia de Hoover es la de un paranoide que triunfó al aprovechar su tdeatismo v su honradez doqmátlca en beneficio de su país. Af seguir con la tarea de buscar a agentes comunistas, Hoover con­ siguió finalmente identtficar y denunciar a varios elementos subversivos. Él sabia que se estaba in­ formando a los rusos de: los dtscubrimicntos del Proyecto Manhattan, y estaba al corriente de las ac­ tividades de Ethc:I y Julius Rosenbcrg, Algcr Hiss y muchos otros altos cargos del gobierno, pero una y otra vez ti Congreso se negaba a actuar. No es extraño que solamente otro paranoide, el senador Joe MCC:arthy, estuviera descoso de invt"Stigar sus sospechas, Cuando Hoovtr murió mientras dormla en 1972. durante el mandato de Nixon, su dogmatismo moral y su suspicacia innata habían protegido el país bajo el mandato de: d1tz preadentes. Para una revisión más detallada de ta interesante vida de Hoover, véase Hampton y Burnham {1990).

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Trastornos de la pt'50f'lalidad M la vida modtn~

Otra forma de desarrollar una variante normal del paranoide consiste en examinar los criterios del OSM-TV para un trastorno dol Eje II y observar cómo las intensidades que resul-

tan más adaptativas de estos criterios pueden ser, de hecho, adaptativas (Sporry. 1995). Los individuos con un trastorno croen sin fundamento que los demás intentan perjudicarlos. explotarlos o engañarlos (v. crlter¡o 1): las personas que presentan un estilo simplemen-

te prefieren permanecer distantes hasta poder evaluar con cautela a los demás. En el trastorno Los individuos sospechan sin fundamento que sus amigos íntimos o compañeros les han sido desleales (v. criterio 2), mientras que en el estilo valoran en gran medida la fidelidad, la franqueza, la transparencia y la honestidad. son más permeables a la evidencia y no ofenden a los otros basándose únicamente en sospechas. Los individuos con un trastorno son reservados en cuanto a compartir información confidencial con los demás por miedo a que se utilice en su contra (v. criterio 3), mientras que en el esulo tienen varios ami· gas en quienes confiar. pero no descubren sus cartas a aquellos que son sólo conocidos. En cada une de los contrastes anteriores, Ron se sitüa 81\ la vertiente más patológica. Al final de la entrevista, parece construir un argumento en que el terapeuta. el tribunal, sus compañeros de trabajo e incluso tal vez sus hijos están conspirando en su contra. Cuando encuentra resistencia, sobre todo si alguien le ayuda a comprobar la realidad, so vuelve aún más in.flexible. Duda de la lealtad ele sus amigos, do su mejor amigo, que supuestamente se está acostando eco su esposa, y también de sus compañeros do trabajo. que según él cree es· tán trucando la máquina de fichar para escamotearle su dinero. Dado que no tiene amigos cercanos en quienes confiar, Ron no puede compartir la lnfcrmacíón ni siquiera con el terapeuta. Prefiere, por el contrario, mantener su mundo cerrado o los demás. Levanta muros como estrategia defensiva. «El conocimiento as poder>, argumeotar!a Ron, y sí los demás acceden a oso conocimiento, lo único que puede pasar es que aumente su poder sobre él. Existen otros criterios diagnósticos que también pueden situarse en un continuo con la normalidad (Sperry, 1995). Los individuos con el trastoroo interpretan las comunicaciones benignas como fuente de amenazas ocultas o mensajes degradantes (v. criterio 4); los que presentan el estilo simplemente están atentos a las sutílezas y los matices de la comunicación a muchos niveles. En el trastorno la persona guarda rencor y rara ve-~ perdona los insultos (v. criterio 5), mientras que en el estilo la persona se sentiría afectada por una crítica constructiva, pero lo tendría en cuenta y no se sentiría indebidamente atacada. En el trastorno se perciben ataques en situaciones en las qua nadie ha pretendido atacar y se responde. casi como si se tratara de un reflejo, con contraataques cargados de ira (v. críterio 6): en el estilo. en cambio. los individuos no pretenden descubrir mensajes ocultos y responden a los comentarios negativos asertiva.mente y con la capacidad de control adecuada. En el trastorno sospechan. una vez más sin fundamento, que su pareja les ha sido infiel {v. criterio 7). mientras que en el estilo simplemente valoran la lealtad. la confianza y la fi­ delidad como grandes virtudes, y sienten gran respeto por quienes tienen estas cualidades. Una vez más. Ron se sitúa en el extremo más patológico de cada contraste. Más que ser sensible a los mensajes a varios niveles, tiende a deformar las comunícecíones de los demás de forma preconcebida. Por ejemplo, es reacio a compartir información con el terapeuta. aun cuando se le ha garantizado la confidencialidad. e interpreta una solicitud de informa· ción como si se tratara de una muestra de escepticismo despreciativo. Tampoco puede ros· ponder de manera no defensiva a la critica o eonsiderarla de forma constructiva, Dado que cree que los demás están intentando dañarle sin motivo, afirma que tiene buena memoria y que nunca olvidará las injusticias sufridas. Además, Heode a percibir insultos donde no los hay y guarda rencor basándose en sus malas interpretaciones. En Jugar de ejercer una restricción constructiva hablando con su superior sobre sus compañeros de trabajo y el re· lo) de la máquina de fichar, construye sus acciones en función de un complot más generalizado destinado a humillarlo socialmente. Por último. en vez de valorar la confianza y la fi.

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Capítulo 13. Personalidad paranoide

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delídad, y reconocerlas en los demás. construye la realidad de tal manera que eme que su esposa le está engañando.

I VARI.ANTES DE LA PERSONALIDAD PARANOIDE Aunque la personalidad paranoide es un síndrome firmemente entretejido. sin apenas fisuras, sus características se combinan con las de otras personalidades. produciendo variaciones del prototipo principal. descritas a continuación y resumidas en la ñgura 13·1. Los casos reales pueden o no encajar en alguna do estas combinaciones.

El paranoide fanático Los paranoides fanáticos comparten ciertas características con la personalidad narcisista. Ambos se muestran arrogantes. pretenciosos y expansivos, y mantienen un airo de desprecio hacia los demás. Una importante difarencía es que los narcisistas a menudo con· siguen cierto grado de óxito; los paranoides fanáticos, en cambio, chocan con la realidad. que deja profundas heridas on su narcisismo. Caldos del pedestal. con la imagen de perfección de sí mismos destruida. los paranoides fanáticos buscan restablecer su orgullo perdido mediante extravagantes afirmaciones o intrincadas fantasías. Atribuyéndose a sí mis· mos poderes imaginarios. devienen superhéroes o semtdloses, preparados para sobrevivir contra un universo malvado. Obstil\ado

fanítko (ro.59os11ordsisl0'$)

frosgoseompulsivos)

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{rasgos ntgativtstos)

Ascrti,;o. inflw'bk, to.n,do, duro, un. Delirios 6t grandt!lto;t!f Íl\il'$.ó! l'fl· n,mml!,,¡:I (~) Ideación J)aranoide transitoria rnla,:wnucfo l'Oduddo ro1) :1u1urh::1(;iuit drir to6avia ,quifo .

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los asptttos *1 e.aso qut coinri~ en may0r grado con tos cri­ no implica" ntttSariamcntc ~ el ca)O-cum~ nos ­ ~ dl't tttuptrar ti titmpo pC"rdido. nunca podré tC'parar ti daño, V ti rt:loj sigue avanzando. Algun.a V«'C'S s6lo l)U('do ptnsa, ('fl C'SO,., .. Evan C'S ti m('flor ck el.litro httmanos. v se llt"Ya nu""' año~ con ti mh pró· .ximo. .:No ttnt:mos nada co,nún,. S( lam"'ta • .SOn dt una gtnC"ración diftr,nte, no m, Cfl.tiendt:I\. Cn!o qut ru siquiera me «flan de menos. Anto dt q-ut yo naciC'ra. ya eran una familia comp,kt1, v lo st9:uirían siMdO si Vo no C'Stu'Mra aqul Eso nunca cambiar.\,• Su padrt C'S piloto dt-una lml)O(tantt 11· nc:a at:rta y nunca st l\a rdaC10l'lado ot'masiado con su hijo. Su madrt St dt· dlc:aba a los bietlts inmutbl6 y t('flla mucho 6cito en su carrera. •pw> ditt q11t tuvo qut dejark> por mi .. En la actualidad. tsté •dtseontttado• dt su fa· milla, aunqllt'. toek>S vi"'n tn la misma zona. ,t«, m la familia qut se supone que dtberla l\abtr ttnido,, obscNa, •Tratf dt manttnt'rmc ('fl co,ltac\O oon dios. La pñmtra "'t qu, m, dtptiml, las ('OSaS fu«o.n un poco mejor, pero ahQta todos parttt:n evitarme.,

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